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Células del Sistema Inmune: Tipos, Funciones y Interacciones, Exercícios de Imunologia

Las principales células del sistema inmune, sus funciones y cómo interactúan entre sí. Se identifican los linfocitos b y t, células presentadoras de antígenos, células asesinas naturales y mastocitos, y se explica su papel en el reconocimiento de antígenos y la activación de la respuesta inmune. Además, se menciona el rol de las moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad (mhc) en la presentación de antígenos a los linfocitos t.

Tipologia: Exercícios

2022

Compartilhado em 28/10/2022

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Facultad de Medicina – Departament o de Ciencias Preclínicas
Sistema Inmune
Elena Altieri Missana
Departamento de Ciencias Preclínicas
2002
El objetivo de estos apuntes es entregar al estudiante algunos
conceptos básicos acerca del Sistema Inmune y una visión general del
funcionamiento del sistema. Estos apuntes han sido concebidos para servir de
apoyo y guía de estudio para el cumplimiento de los objetivos trazados en el
programa de los módulos de Fundamentos….? para la carrera de Nutrición y
Dietética.
En este tema, además de la Introducción, se tratan los siguientes aspectos:
1. Inmunidad innata, inmunidad específica
2. Células del Sistema Inmune
3. Mediadores químicos de Sistema Inmune
4. Sistema linfoide
5. Moléculas que reconocen el antígeno
6. Inmunógeno, antígeno, determinante antigénico
7. Respuesta inmune
8. Control de la respuesta inmune
9. Adquisición de un estado de inmunidad
10. La respuesta inmune patológica
11. Bibliografía
Introducción
La Inmunología estudia el funcionamiento del Sistema Inmune (SI), el cual,
desde un punto de vista fisiológico, evolucionó para proteger al organismo
contra la infección. Las defensas del organismo están organizadas a dos
niveles:
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Baixe Células del Sistema Inmune: Tipos, Funciones y Interacciones e outras Exercícios em PDF para Imunologia, somente na Docsity!

Facultad de Medicina – Departamento de Ciencias Preclínicas

Sistema Inmune

Elena Altieri Missana Departamento de Ciencias Preclínicas 2002

El objetivo de estos apuntes es entregar al estudiante algunos conceptos básicos acerca del Sistema Inmune y una visión general del funcionamiento del sistema. Estos apuntes han sido concebidos para servir de apoyo y guía de estudio para el cumplimiento de los objetivos trazados en el programa de los módulos de Fundamentos….? para la carrera de Nutrición y Dietética.

En este tema, además de la Introducción, se tratan los siguientes aspectos:

  1. Inmunidad innata, inmunidad específica
  2. Células del Sistema Inmune
  3. Mediadores químicos de Sistema Inmune
  4. Sistema linfoide
  5. Moléculas que reconocen el antígeno
  6. Inmunógeno, antígeno, determinante antigénico
  7. Respuesta inmune
  8. Control de la respuesta inmune
  9. Adquisición de un estado de inmunidad
  10. La respuesta inmune patológica
  11. Bibliografía

Introducción

La Inmunología estudia el funcionamiento del Sistema Inmune (SI), el cual, desde un punto de vista fisiológico, evolucionó para proteger al organismo contra la infección. Las defensas del organismo están organizadas a dos niveles:

la llamada inmunidad innata o natural y

la inmunidad específica o adaptativa.

Esta última filogenéticamente posterior. Una compleja red de interrelaciones y equilibrio entre estos dos niveles permite al SI funcionar como un todo, el cual está naturalmente inserto en los sistemas de control e integración endocrinos y neurológicos.

Dada la gran diversidad de agentes potencialmente invasivos y la cantidad de "flancos débiles" que presenta el cuerpo, el SI ha desarrollado una gran variedad de posibles respuestas y, como veremos más adelante, el tipo de respuesta efectiva estará determinada en gran parte por el tipo de patógeno (hábitat intra o extracelular) y el sitio de infección.

1. Inmunidad Innata y específica

La inmunidad innata esta constituida por una serie de mecanismos que no se ven afectados por un contacto previo con el patógeno: la respuesta es siempre la misma. Más aún, esta respuesta es inespecífica:, es la misma para cualquier especie de microorganismo. Los componentes más importantes de esta respuesta son: las barreras naturales (piel, mucus; estrategias mecánicas como el movimiento ciliar, la tos, el estornudo; componentes bactericidas en los fluidos corporales), los fagocitos, el complemento, la reacción inflamatoria aguda mediada por complemento, las células asesinas naturales (NK, natural killer cells ) y los eosinófilos.

A pesar de todo el despliegue defensivo enumerado más arriba, los microorganismos han desarrollado estrategias que les permiten evadir estas defensas. Por su parte, millones de años de evolución de los organismos “fabricaron” una molécula capaz de funcionar como un adaptador: posee una región que comunica con el invasor, unida a una región que comunica con el organismo. Es el anticuerpo o inmunoglobulina, molécula proteica eje de la inmunidad específica, que reconoce y se une a una molécula determinada, llamada antígeno, la cual puede pertenecer a la superficie del microorganismo o ser una toxina (generalmente, una molécula extraña, “no- yo”). Las características más importantes de este tipo de inmunidad específica son la especificidad y la memoria. Esto es, la respuesta es estimulada por la presencia de un determinado microorganismo, el cual es reconocido por el SI de manera específica y, más aún, la segunda vez (o veces sucesivas) que el organismo se enfrenta al agente infeccioso, la respuesta será más rápida y eficiente.

Ambos tipos de inmunidad funcionan en conjunto cuando se trata de defendernos de los microorganismos que entran por cualquier vía, muy

identificado, primeramente, tres grandes poblaciones: los linfocitos B, los linfocitos T, y los grandes linfocitos granulares o LGL (actividad NK, mencionados en “Células Citotóxicas”). La mayoría de las veces estos marcadores son moléculas proteicas, ubicadas en la membrana plasmática, que cumplen una función en la comunicación celular, es decir, actúan como receptores.

Las técnicas cada vez más sofisticadas han multiplicado las moléculas de superficie identificadas para los diferentes tipos celulares. Por esto, una convención internacional ha determinado un sistema de nomenclatura, que utiliza el término “Cluster Differentiation” (CD), seguido de un número, para nombrar una determinada molécula. Cuando esa molécula se presenta en la superficie de una célula, se dice que la célula es positiva para esa molécula. Por ejemplo, todos los linfocitos T tienen una molécula de superficie que ha sido identificada como CD2, por lo tanto, podemos decir que los linT son CD2+. Un marcador CD puede servir para diferenciar subpoblaciones dentro de un mismo tipo celular, o puede indicarnos el estado de activación o de diferenciación/maduración de una célula. Inicialmente, los marcadores CD eran una suerte de “carnet de identidad” de las células, pero actualmente se ha logrado conocer la función de la mayoría de estas moléculas.

2.2.1.Linfocitos B (linB) : identificados por la presencia de inmunoglobulinas (Ig) en su membrana, las cuales han sido sintetizadas por la propia célula B. Estos anticuerpos o Igs se expondrán al medio extracelular en la superficie de la célula. Eventualmente, a partir del estímulo que constituye el reconocimiento de un antígeno por parte de la Ig, el linB se activará, proliferará y se diferenciará a plasmocito o célula plasmática. Esta célula terminal secretará grandes cantidades de inmunoglobulinas. (RECUERDE: El linB no secreta Igs, es el plasmocito el que lo hace ).

2.2.2. Linfocitos T (linT) : Identificados por la presencia en su membrana de un receptor llamado receptor de célula T (TCR), el cual pertenece a la familia de moléculas de las Igs (su estructura es similar). Este TCR cumple también una función de reconocimiento específico de moléculas extrañas, pero no es secretado, está siempre unido a la membrana del linT. Como veremos más adelante los linT son el pilar de la inmunidad celular: reconocen el antígeno, pero no directamente, como las Igs, sino cuando éste les es “presentado” por otra célula que posee una molécula del Complejo Mayor de Histocompatibilidad (MHC) (ver más adelante), presente en su membrana, en la cual se aloja el fragmento de antígeno.

Existen varias subpoblaciones de linT, definidas por diferentes marcadores:

2.2.2.1. Linfocitos T CD4+: Los linT portadores de esta molécula (ver más arriba la definición de “CD”) cumplen funciones de cooperación e inducción en la respuesta inmune. Se denominan TH (T helper ) y desempeñan un rol central

en el montaje de la respuesta. Su TCR reconoce al Ag sólo si éste es presentado por una célula especializada (célula presentadora de antígeno, CPA) que posee una molécula del MHC Clase II. Esta subpoblación ha sido a su vez subdividida fenotípicamente en TH1 y TH2, dependiendo del tipo de citocinas (ver más adelante) que secreten

TH1: Secretan principalmente interferon gamma (INF-) e interleucina 2 (IL-2). Participan en la estimulación de otras células como los macrófagos y las NK. Juegan un rol preponderante en la repuesta a patógenos intracelulares.

TH2: Secretan IL-4, IL-6 e IL-10, entre otras. Estimulan la proliferación y diferenciación de linB y la producción de Igs por los plasmocitos. Su rol es preponderante en las infecciones extracelulares.

2.2.2.2. Linfocitos T CD8+: Esta subpoblación se define como citotóxico/supresora. Son linfocitos que poseen como todos los linT un TCR, pero éste reconoce al Ag cuando está unido a moléculas del MHC Clase I. Una vez activados de esta forma, cumplen fundamentalmente funciones citotóxicas (ver más adelante). Otros participan en la supresión de la respuesta inmune.

2.3. Células Citotóxicas

2.3.1. Células asesinas naturales o NK: Esta denominación es funcional (actividad NK, del inglés “natural killer “) y se refiere a células que poseen una actividad citotóxica natural. Corresponde, en general, a una población celular de origen linfoide (15% de linfocitos circulantes), denominada grandes linfocitos granulares (LGL). Su rol en la inmunidad innata es el ataque a microorganismos de hábitat intracelular, especialmente virus, mediante la identificación y destrucción de las células infectadas. Juegan también un papel importante en el reconocimiento y destrucción de células transformadas.

Su acción es inespecífica (posee receptores que reconocen moléculas del virus expuestas en la membrana de la célula infectada). La destrucción es mediante la expulsión de gránulos que desestabilizan la membrana de la célula "atacada" y crean poros que permiten introducir enzimas inductoras de apoptosis. Esta población celular es muy importante para detener infecciones virales en etapas tempranas, y su ausencia se ha demostrado que aumenta la susceptibilidad a este tipo de infecciones.

2.3.2. Células K : esta población celular, que a veces se superpone con la anterior, está definida también desde un punto de vista funcional. Las células K (asesinas) participan en la “citotoxicidad celular dependiente de

responsables de las reacciones anafilácticas y las alergias, ya que portan en su superficie receptores para IgE (ver más adelante), la cual, al reconocer un Ag (alergeno en este caso) induce el entrecruzamiento de los receptores y la degranulación de los mastocitos.

2.4.3. Plaquetas: además de su rol en la coagulación, participan en la respuesta inmune, especialmente en la inflamación. Poseen receptores para Igs (ver más adelante) y expresan moléculas del MHC Clase I. Además, una vez activadas producen factores que activan el complemento.

3.- Mediadores Químicos del Sistema Inmune

Además de las células, el SI utiliza factores químicos solubles para realizar ciertas acciones. Entre ellos está el sistema del complemento, cuyos componentes se encuentran en el plasma, y las citocinas (o citoquinas), que son moléculas que liberan las células del SI para comunicarse entre ellas.

3.1. Complemento

Compleja serie de proteínas (alrededor de 20) que constituye uno de los sistemas enzimáticos de reacción en cadena que se encuentran en el plasma (¿qué otro conoce Ud.?) y que, entre otras funciones, facilitan la fagocitosis.

El complemento se activa, a través de una molécula "iniciadora", la cual actúa como enzima para modificar una segunda molécula, la cual a su vez, al activarse, modifica una tercera, etc, etc. Se generan, de esta forma, una serie de péptidos activos y complejos proteicos que tienen diferentes funciones biológicas. Los nombres de los péptidos componentes del complemento se designan por una "C" seguida de un número, el cual desgraciadamente no tiene relación con la secuencia de activación sino con el orden en que fueron descubiertos los fragmentos. Si el péptido está activado, lleva una barra horizontal sobre la letra y número. Ej: C3. C5, C3a (producto pequeño de la hidrólisis de C3) y C3b (producto mayor de la hidrólisis de C3).

Es importante conocer: vías de activación, resultados finales de la activación del complemento y función biológica de péptidos solubles.

3.1.1. Activación

El complemento puede activarse por dos grandes vías:

a) La primera, llamada vía alterna porque fue descubierta después, pero que es evolutivamente anterior, es una activación inespecífica, generada por la sola presencia de bacterias u hongos que tienen en su pared carbohidratos complejos. Estos carbohidratos “protegen” a una molécula activada que dará inicio a la cascada.

b) La segunda, llamada vía clásica, es una forma de activación específica, ya que requiere la presencia de anticuerpos que hayan reconocido a un microorganismo (como veremos más adelante, pertenece al ámbito de una respuesta específica o adquirida). Si bien las moléculas iniciales son diferentes, el resultado es la activación de la vía y las consecuencias biológicas son las mismas.

Ver esquemas de activación de ambas vías del complemento (Fig. 1)

3.1.2. Resultados

Desde el punto de vista del ataque directo a los microorganismos, hay dos funciones biológicas importantes, resultado de la activación del complemento:

a) La opsonización: proceso por el cual los microorganismos son cubiertos por una molécula (C3b y C4b) del complemento para la cual los fagocitos tienen un receptor específico (CR1 o CD35), facilitando la adhesión y posterior fagocitosis. Igualmente, este mecanismo aumenta la eficiencia del retiro de complejos inmunes circulantes.

b) La lisis por complemento: mediante la formación de un complejo molecular, al continuar la activación de péptidos después de C3b o C4b llamado membrane attack complex (MAC) que forma un poro en la membrana del microorganismo, desestabilizándolo y causando la lisis celular.

3.1.3. Función biológica de fragmentos solubles

Hay fragmentos pequeños y solubles de las moléculas del complemento, que se liberan cuando éstas se dividen. Son pequeños péptidos (C3a y C5a) con actividad biológica importante (mayor en C5a que en C3a) para la respuesta inmune innata:

inclusive, pueden actuar a distancia, como una hormona (ej: IL-1, IL-6). Las citocinas son producidas por una célula en respuesta a estímulos determinados (promotores inducibles) y constituyen un importante medio de comunicación celular. Las citocinas pueden dividirse en varios tipos:

Interleucinas: generalmente producidas por leucocitos, se denominan mediante números (IL-1, IL-2,...IL-15). En general, inducen proliferación o diferenciación de distintas poblaciones de células.

Interferones: importantes por su participación en la respuesta anti-viral y activación de macrófagos. Los del Grupo I (INF y ) son producidos por cualquier célula al ser infectada por virus. El INF, en cambio, es producido por linT activados, y actúa estimulando a macrófagos y células Tc y NK.

Factores necrosantes de tumores (TNF y ): son mediadores en reacciones citotóxicas, y participan junto con otras citocinas en la estimulación de los macrófagos.

Factores estimulantes de colonias (CSF): actúan induciendo proliferación y diferenciación en células madres de la médula ósea y en precursores de leucocitos.

Factor de crecimiento transformador beta (TGF- es una citocina que inhibe la actividad de otras células como

Puede revisar en la bibliografía el rol de IL-1 e IL-2 en la comunicación celular, ambas citocinas de mucha importancia en la respuesta inmune.

4. Sistema Linfoide

El sistema linfoide incluye a los linfocitos, las células accesorias y las CPA. Este sistema se organiza en órganos que pueden ser primarios o secundarios.

Ver Fig. 2. Distinga el sistema linfoide encapsulado y difuso.

4.1. Órganos primarios

Funcionalmente, son los órganos donde las células linfoides se diferencian, proliferan y adquieren sus características funcionales propias (capacidad para reconocer el antígeno). En el ser humano son el timo y la médula ósea.

Timo: el lugar de diferenciación de los linT provenientes de la médula ósea como protimocitos. Existe un gradiente de diferenciación desde la corteza (entrada de protimocitos poco diferenciados) hacia la médula, donde dejan el timo los linT ya maduros y funcionalmente aptos. En el timo, los linT:

a) Organizan sus genes para expresar el TCR.

b) “Aprenden” a reconocer antígenos sólo en el contexto de las moléculas MHC propias.

c) “Aprenden” a tolerar los antígenos propios (el “yo”)

Debido al proceso de selección tímica, menos del 5% de los protimocitos que entran al timo salen convertidos en linT funcionales. Estos últimos poseen un TCR funcional y son, además, CD4+ o CD8+.

Médula ósea (m.o.) : órgano donde se diferencian los linB (nótese que la m.o. es a la vez un órgano primario y secundario). Las células progenitoras de la línea B se ubican cerca del endosteum y pasan por un estado de pre-B durante el cual rearreglan sus genes para inmunoglobulinas. Alrededor del 75% de las pre-B son seleccionadas para su eliminación, sufren apoptosis y son fagocitadas por macrófagos. Esto ocurre porque después que rearreglaron sus genes para inmunoglobulinas y éstas aparecieron en su memebrana, las inmunoglobulinas reconocieron y se unieron a moléculas que estaban sobre las propias células del huésped, por lo tanto atacarían al “yo”. Estos linfocitos no pueden salir a circulación porque nuestro SI debe ser tolerante con nosotros mismos. Las células que finalmente se diferencian a linB dejan la m.o. expresando en la membrana Igs de las clases M y D.

4.2. Órganos secundarios

Son los sitios donde los linfocitos provenientes de los órganos primarios se encuentran e interactúan entre sí, y entran en contacto con las células accesorias y CPA. Es en estos órganos donde se orquesta la respuesta inmune tanto celular como humoral: aquí los linfocitos entran en contacto con los antígenos y se producen los efectores (células que darán la respuesta) y las células de memoria.

llamadas Placas de Peyer. En ellas coexisten linfocitos B, T y células accesorias. Sobre las placas, el epitelio intestinal está modificado, presentando unas células especialistas en captar antígenos desde el lumen del intestino, efectuando una labor de vigilancia. Estas células, llamadas células M, liberan a los antígenos en la zona subepitelial, y allí estos son captados por linfocitos y macrófagos, desarrollándose la respuesta inmune si los antígenos son reconocidos por los linfocitos. De esta manera, se secretarán al lumen intestinal las inmunoglobulinas de clase A necesarias para combatir al patógeno.

Observe en la Fig. 3 un esquema de una Placa de Peyer

Recirculación linfocitaria: Los linfocitos no son inmóviles: ellos circulan por la sangre y la linfa, salen y entran de los distintos órganos inmunes con ayuda de receptores especializados en su membrana, los cuales se unen a moléculas de las células endoteliales a nivel del bazo o de un ganglio. Esta recirculación aumenta las posibilidades de encuentro de los linfocitos con su antígeno y pone en contacto las diferentes células de manera de generalizar la respuesta si es necesario (recordar que un linfocito sólo reconoce un Ag, pero primero tienen que encontrarse).

Observe en la Fig. 4 un esquema de la recirculación linfocitaria

5. Moléculas que reconocen el antígeno

5.1. Anticuerpo (Ac)

El Ac, al unirse específicamente a un antígeno (Ag) es capaz, mediante otra región de la molécula, de interactuar con diversos elementos del SI.

La estructura general de los Acs o Igs se compone de una región variable (fragmento Fab) que reconoce y se une al Ag y una región constante (Fc) que se une a los fagocitos (los PMN y macrófagos tienen receptores para

Fc) u otras células. Esta región es también la que activa al complemento por la llamada vía clásica.

Existen 5 clases de Igs en el ser humano designadas por letras: M, A, G, D, y E. La estructura básica es siempre la misma: dos cadenas ligeras idénticas entre sí y dos cadenas pesadas idénticas entre sí. La IgG, D y E son monómeros, en cambio la IgA puede ser monómero o dímero de esta estructura básica, mientras la IgM la repite 5 veces (pentámero).

Ver esquema de Ac (Fig. 5). Observe regiones variable y constante, región bisagra, cadenas ligeras y pesadas y tres regiones hipervariables en cada cadena. Esta Ig monomérica posee una valencia antigénica igual a dos (es decir, posee dos sitios de unión al determinante antigénico, idénticos entre sí).

Cada clase de Ac cumple distintas funciones:

IgA: Puede ser monómerica o dimérica. En humanos, la mayor parte es monomérica. Es el Ac presente en las secreciones seromucosas, protegido por un péptido que lo estabiliza, llamado componente secretor.

Este anticuerpo es muy importante porque protege nuestras mucosas del tracto digestivo. Más aún, es proporcionado al lactante en la leche materna para proteger su intestino en los primeros meses de vida.

IgG: Es la Ig de mayor presencia en el suero (70-75% del total de Ig circulante). Es el Ac más importante en las reacciones secundarias (ver más adelante) tanto intra como extravasculares, y la única que actúa como antitoxina. Es la única clase que atraviesa la placenta y confiere inmunidad pasiva al neonato. Es capaz de fijar complemento.

IgM: Ac más importante en reacciones primarias. En general, actúa principalmente a nivel intravascular. Es un excelente aglutinador y fijador de complemento. Su estructura es un pentámero, sin embargo su valencia antigénica no llega a 10, debido a impedimentos estéricos.

IgE:. Se une por su porción Fc a receptores presentes en la membrana de los mastocitos (ver más arriba). Cumple un importante rol en la defensa antihelmíntica (los eosinófilos poseen también receptores para IgE). Participa en alergias y reacciones anafilácticas.

IgD: Monomérica, generalmente sólo se encuentra expuesta en la membrana de linB. El rol preciso es aún discutido.

La función del TCR, de crucial importancia para la respuesta inmune, es reconocer péptidos derivados de la fragmentación del antígeno, presentados por una molécula del Complejo Mayor de Histocompatibilidad MHC (ver más abajo) ubicada en la superficie de una célula CPA. Este mecanismo se llama restricción por MHC , ya que el TCR sólo reconoce el Ag en estas condiciones.

Ver Fig. 6. Observe el esquema en que un linT CD4+ reconoce un péptido antigénico presentado por un macrófago

5.3. Moléculas del Complejo Mayor de

Histocompatibilidad (MHC)

MHC es un conjunto de genes (cromosoma 6) involucrados en el rechazo a transplantes y el reconocimiento del no-yo versus yo. Las proteínas codificadas por estos genes son conocidas como antígenos MHC (o HLA= human leucocyte antigens) ya que son moléculas reconocidas por los linfocitos como antígenos cuando pertenecen a un tejido de otro individuo (no-yo). Aquí veremos sólo su rol en la presentación antigénica. Estas moléculas pueden ser de Clase I (compuestas de una cadena variable y otra constante) o Clase II (compuestas de dos cadenas variables). Prácticamente todas las células del cuerpo expresan moléculas Clase I en su superficie, en mayor o menor cantidad. Sin embargo, sólo las células inmunocompetentes (macrófagos, linfocitos B, células de Langerhans en la piel) expresan Clase II.

Ver Fig. 7. Observe las diferencias entre moléculas Clase I y II

Vuelva a la Fig. 6 para observar a estas moléculas presentando el péptido antigénico a los linT

Una CPA (célula presentadora de antígeno) es entonces una célula que expresa MHC Clase II en condiciones no patológicas

MHC Clase I: Presenta antígenos a los linfocitos T CD8+ (citotóxico/supresor). Los péptidos presentados son generalmente (aunque no exclusivamente) producto de la degradación de proteínas citoplasmáticas. De lo anterior se deduce que los linfocitos T CD8+ monitorean el interior de las células del organismo a través de los "sensores" que constituyen las moléculas MHC Clase Y , las cuales les proporcionan un muestreo continuo de lo que ocurre en el

interior celular. Una infección por parásitos intracelulares será detectada por un cambio en la densidad de moléculas que muestran péptidos extraños, no reconocidos como "yo" por los linfocitos T CD8+. De la misma manera puede ser detectada la transformación celular.

MHC Clase II: Estas moléculas presentan los péptidos antigénicos a los linfocitos T CD4+ (helper/inductor). Estos péptidos provienen generalmente (aunque no exclusivamente) de la vía endocítica, es decir, son péptidos exógenos, incorporados a la célula por fagocitosis o pinocitosis los cuales se unirán a las MHC Clase II y serán así expuestos en la superficie celular. Los linfocitos T CD4+ serán entonces estimulados por antígenos provenientes del exterior celular. De esta manera, los productos de degradación de microorganismos o de células muertas serán presentados a los linfocitos T helper, quienes a su vez estimularán a diversos tipos celulares.

6. Inmunógeno, antígeno, determinante antigénico

Un inmunógeno es cualquier sustancia capaz de inducir una respuesta inmune en el organismo. Todos los inmunógenos son capaces de unirse a un Ac, por lo tanto, cumplen con ser también antígenos: un antígeno es una sustancia capaz de unirse a un Ac in vivo o in vitro.

Sin embargo, no todos los antígenos son inmunógenos, ya que hay sustancias que se unen a Acs, pero si son introducidas en un animal no inducen respuesta inmune. Un inmunógeno es generalmente una molécula de gran tamaño, proteica o glucídica. Muchas veces se quiere obtener una respuesta frente a una molécula pequeña que no es inmunógeno. Basta con unir esta molécula a una más grande y la respuesta de Acs será contra ambas moléculas.

Debe tenerse en cuenta que sólo una determinada porción del Ag se une al Ac. Esa zona de la molécula, con una conformación tridimensional particular, se llama determinante antigénico o epitope (la zona complementaria en la Ig se llama paratope ). Muchas veces, un mismo Ag puede ser reconocido por varios Ac diferentes, justamente porque cada uno de ellos se une a un determinante antigénico distinto en el Ag. A la inversa, un mismo Ac puede a veces reconocer distintos Ag, esto se llama reacción cruzada.

De lo anterior se deduce que el rol del linfocito TH es central en el montaje de una respuesta. La orientación de esta respuesta dependerá de la vía de infección y del tipo de patógeno. Ambos fenotipos de TH coexisten, sobre todo en una primera etapa, sin embargo, la preponderancia de una población TH1 desarrollará una respuesta de tipo celular y una población TH lo hará de tipo humoral (Estos son delicados equilibrios que se simplifican con fines didácticos. Más aún, se ha observado que la respuesta a algunas infecciones en humanos no es clasificable de acuerdo a este esquema, por lo que se piensa existan otros fenotipos, además de los mencionados).

Fig. 8. Observe las relaciones entre los TH-1, TH-2 y las diferentes células que ellos influyen

Una infección bacteriana extracelular será combatida con una respuesta predominantemente humoral que permita neutralizar a las bacterias mediante: (i) respuesta innata: activación del complemento por vía alterna, reacción inflamatoria en el sitio de infección, (ii) acción desestabilizadora directa de los Acs sobre la superficie de la bacteria, (iii) opsonización (mediante IgG y C3b) para facilitar el trabajo a los fagocitos profesionales, (iv) con IgG anti toxina, si es el caso, (v) lisis por complemento (complejo MAC).

En cambio, una infección intracelular, si bien presenta una etapa en la cual la respuesta humoral puede ser protectora (durante el desplazamiento del patógeno desde el sitio de entrada a las células blanco), provocará predominantemente una respuesta celular: (i) los TH producen IL-2 la cual estimula la proliferación de todos los clones de linT activados, (ii) los linT estimulados producen INF- que estimulará a macrófagos junto con el TNF, y también estimulará a células NK y linTc, (iii) los linTc, por su parte, pueden reconocer antígenos en la superficie de la célula infectada, directamente presentados por una molécula MHC Clase I, y llevar a cabo su tarea destructora.

Una infección de grandes parásitos (por ejemplo, helmintos) en el intestino, será combatida, además de los elementos propios de la respuesta innata, por una respuesta dirigida generalmente por linfocitos TH-2: los parásitos serán cubiertos por IgG e IgE, los eosinófilos participarán en su desestabilización (descargan sus gránulos sobre ellos) y los mastocitos activados por las citocinas del linfocito TH-2 liberarán mediadores de la inflamación y aumentarán la descamación del epitelio y la producción de mucus en el intestino.

En el caso de una infección viral, los INF del tipo I, producidos por cualquier célula infectada, forman una primera línea de defensa innata, junto con la actividad de células NK. Sin embargo, el INF- secretado a partir de una estimulación específica de un clon de linfocitos TH que adquirirá características de TH-1 (seguramente hay Ags virales que fueron procesados por un macrófago y presentados al linT) aumentará la capacidad de respuesta estimulando a linT citotóxicos y macrófagos. Igualmente, el TNF- tiene propiedades antivirales.

Aparte de estos mecanismos efectores, la respuesta incluye la producción de células de memoria. En el caso de las células B de memoria, muchas se alojarán en la zona B de los ganglios, integrando los centros germinales. Tanto las células B como T de memoria presentan marcadores de superficie distintos a los otros linfocitos. Estas células, al entrar en contacto nuevamente con su Ag desarrollarán una respuesta rápida y eficiente, la cual en muchos casos permite que no se produzca una nueva infección, o que ésta sea de menor envergadura.

8. Control de la respuesta inmune

Una respuesta tan compleja debe estar necesariamente sometida a control e integrada dentro del equilibrio general del organismo. Existen varios mecanismos de control que actúan para regular una respuesta y disminuirla a medida que desaparezca la situación que la generó. Algunos de estos mecanismos son:

Control por Ag: La presencia del Ag es importante para mantener una respuesta: a medida que éste disminuye, la respuesta disminuye. Además, el tipo de Ag y la vía de ingreso al organismo pueden determinar el tipo de respuesta.

Control por Ac: La presencia de una alta concentración de IgG en el momento de la infección es capaz de disminuir la respuesta inmune en animales de experimentación, posiblemente a través de un efecto inhibidor de