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Vph virus del papiloma humano, Apuntes de Ciencias de la Salud

Vph virus del papiloma humano pdf

Tipo: Apuntes

2023/2024

Subido el 21/05/2025

Mateto25
Mateto25 🇦🇷

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Artículo de revisión
Volumen 25, Número 2, 2021 467
Virus del papiloma humano (VPH) y cáncer
Human papillomavirus (HPV) and cancer
Ana Isabel Toro-Montoya1, Laura Joanna Tapia-Vela2
Resumen. Cada año, más de medio millón de mujeres en el mundo son diagnos-
ticadas con cáncer cervical, usualmente asociado a la infección por virus del pa-
piloma humano (VPH) de alto riesgo. Aunque la mayoría de las infecciones por
VPH se resuelven dentro de un término menor de 2 años, algunos tipos virales,
en particular el VPH16, pueden persistir por décadas y originar diferentes tipos
de cáncer, siendo el cervical el más común. La historia natural de la infección por
VPH de alto riesgo y el periodo prolongado en que ocurre su progresión, permite
la prevención de la enfermedad. La infección por VPH de alto riesgo que evolucio-
na a cáncer incluye varios procesos como la integración del genoma viral, la divi-
sión celular incontrolada, y la participación de cambios celulares y epigenéticos.
La prueba de citología convencional que se viene practicando para la tamización
hace más de 50 años continúa teniendo vigencia, especialmente en países de in-
gresos bajos y medios, pero está siendo reemplazada por otros métodos como las
pruebas moleculares que detectan directamente la presencia del virus, con mayor
efectividad como prueba de tamización. En 2014, el Ministerio de Salud y Protec-
ción Social de Colombia desarrolló una guía de práctica clínica para la detección
y manejo de lesiones premalignas de cuello uterino, en la cual se recomienda la
prueba de ADN-VPH para la tamización inicial en las mujeres mayores de 30 años.
Hasta el momento se han encontrado resultados positivos con la implementación
de la prueba, no obstante, se requieren estudios adicionales que confirmen estos
hallazgos, dada su importancia en el control de la morbilidad y mortalidad asocia-
das a la infección.
Palabras clave: infección por papillomavirus humano, VPH, cáncer de cuello uteri-
no, diagnóstico, tamización, vacunación.
1 Bacterióloga y Laboratorista Clínica. MSc en Virología. Directora Científica, Editora Médica Colombiana S.A. Medellín,
Colombia. E-mail: atoro@edimeco.com.
2 Médica, Especialista en Patología. Jefe de Patología Anatómica, Laboratorio Clínico Hematológico. Medellín, Colombia.
Conflicto de interés: las autoras declaran que no tienen conflicto de interés.
Medicina & Laboratorio 2021;25:467-483. https://doi.org/10.36384/01232576.431.
Recibido el 25 de enero de 2021; aceptado el 22 marzo de 2021. Editora Médica Colombiana S.A., 2021©.
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Artículo de revisión

Virus del papiloma humano (VPH) y cáncer

Human papillomavirus (HPV) and cancer

Ana Isabel Toro-Montoya^1 , Laura Joanna Tapia-Vela^2

Resumen. Cada año, más de medio millón de mujeres en el mundo son diagnos-

ticadas con cáncer cervical, usualmente asociado a la infección por virus del pa-

piloma humano (VPH) de alto riesgo. Aunque la mayoría de las infecciones por

VPH se resuelven dentro de un término menor de 2 años, algunos tipos virales,

en particular el VPH16, pueden persistir por décadas y originar diferentes tipos

de cáncer, siendo el cervical el más común. La historia natural de la infección por

VPH de alto riesgo y el periodo prolongado en que ocurre su progresión, permite

la prevención de la enfermedad. La infección por VPH de alto riesgo que evolucio-

na a cáncer incluye varios procesos como la integración del genoma viral, la divi-

sión celular incontrolada, y la participación de cambios celulares y epigenéticos.

La prueba de citología convencional que se viene practicando para la tamización

hace más de 50 años continúa teniendo vigencia, especialmente en países de in-

gresos bajos y medios, pero está siendo reemplazada por otros métodos como las

pruebas moleculares que detectan directamente la presencia del virus, con mayor

efectividad como prueba de tamización. En 2014, el Ministerio de Salud y Protec-

ción Social de Colombia desarrolló una guía de práctica clínica para la detección

y manejo de lesiones premalignas de cuello uterino, en la cual se recomienda la

prueba de ADN-VPH para la tamización inicial en las mujeres mayores de 30 años.

Hasta el momento se han encontrado resultados positivos con la implementación

de la prueba, no obstante, se requieren estudios adicionales que confirmen estos

hallazgos, dada su importancia en el control de la morbilidad y mortalidad asocia-

das a la infección.

Palabras clave: infección por papillomavirus humano, VPH, cáncer de cuello uteri-

no, diagnóstico, tamización, vacunación.

(^1) Bacterióloga y Laboratorista Clínica. MSc en Virología. Directora Científica, Editora Médica Colombiana S.A. Medellín, Colombia. E-mail: atoro@edimeco.com. 2 Médica, Especialista en Patología. Jefe de Patología Anatómica, Laboratorio Clínico Hematológico. Medellín, Colombia.

Conflicto de interés: las autoras declaran que no tienen conflicto de interés. Medicina & Laboratorio 2021;25:467-483. https://doi.org/10.36384/01232576.431. Recibido el 25 de enero de 2021; aceptado el 22 marzo de 2021. Editora Médica Colombiana S.A., 2021©.

Toro-Montoya AI, Tapia-Vela LJ

Abstract. Each year, more than half a million women in the world are diagnosed with

cervical cancer, usually associated with high-risk human papillomavirus (HPV) infec-

tion. Although most HPV infections resolve within 2 years, some viral types, particularly

HPV16, can persist for decades and cause different types of cancer, being the cervi-

cal type the most common. The natural history of high-risk HPV infection and the pro-

longed period in which its progression occurs, allows for the prevention of the disease.

High-risk HPV infection that progresses to cancer includes several processes such as

viral genome integration, uncontrolled cell division, and the participation of cellular

and epigenetic changes. The conventional Pap smear test that has been practiced as a

screening method for more than 50 years continues to be used, especially in low- and

middle-income countries, but it is being replaced by other methods such as molecu-

lar tests that directly detect the presence of the virus, with greater effectiveness as a

screening test. In 2014, the Ministry of Health and Social Protection of Colombia de-

veloped a clinical practice guide for the detection and management of premalignant

cervical lesions, in which the DNA-HPV test is recommended for initial screening in

women over 30 years. So far, positive results have been found with the implementation

of the test, however, additional studies are required to confirm these findings given

its importance in controlling the morbidity and mortality associated with the infection.

Keywords: human papillomavirus, HPV, cervical cancer, diagnosis, screening, vac-

cination.

Introducción

Alrededor del 5% de los casos de cán-

cer en humanos se encuentran relacio-

nados al virus del papiloma o papilo-

mavirus humano (VPH) [1], el cual se

encuentra presente en el 99,7% de los

casos de cáncer cervical, que ocupa el

cuarto lugar como el cáncer más común

en mujeres en el mundo [2]. A pesar de

que el 90% de las infecciones por VPH

son controladas por el sistema inmune

en menos de 2 años, aquellas causadas

por los tipos de alto riesgo oncogéni-

co pueden persistir y eventualmente

evolucionar no solo a cáncer cervical,

sino también a cáncer de vulva, vagina,

pene y orofaringe [2-6]. Por otro lado,

la infección por VPH, específicamente

por los tipos de bajo riesgo, se asocia

con otro tipo de lesiones benignas en

piel y mucosas, entre ellas, las verrugas

vulgares y los condilomas [1,7]. Aun-

que es un virus de transmisión sexual,

se ha demostrado que el contacto piel

con piel también es una vía efectiva por

ser un virus altamente transmisible, y

más del 70% de los hombres y mujeres

sexualmente activos se infectarán en

la vida, con un pico de infección luego

de iniciada la actividad sexual [2,8]; no

obstante, la mayoría de las lesiones se-

rán transitorias y se resolverán de ma-

nera espontánea [4].

Hasta el momento se han identificado

alrededor de 200 tipos del VPH, 30 a

40 de ellos con capacidad para colo-

nizar el tracto genital, y de estos, unos

15 asociados con riesgo de progresión

hacia lesiones premalignas y carcinoma

cervical, siendo el tipo 16 el más impli-

cado [1-4,9,10]. Las tasas de incidencia

de cáncer cervical y muerte asociada

varían a nivel mundial [11], y aunque

los programas de tamización y vacu-

nación han conseguido disminuir estas

tasas en los países desarrollados, para

Toro-Montoya AI, Tapia-Vela LJ

de bajo riesgo, que ocasionan lesiones

benignas como los condilomas acumi-

nados y la papilomatosis respiratoria

recurrente, entre otras [1,3,7] ( tabla 1 ).

Historia natural de la infección

El ciclo de vida del VPH comienza con

la infección a la capa basal del epite-

lio, a través de microabrasiones que

alteran la barrera epitelial [14,15]. Para

garantizar su persistencia, el VPH nece-

sita infectar células basales con carac-

terísticas de células madre que tengan

la capacidad de proliferación, como

ocurre en los epitelios de transición en

la unión exo-endocervical y ano-rectal

[1]. A medida que las células epiteliales

se diferencian, el virus se replica para

producir nuevos viriones que son libe-

rados desde la superficie epitelial hacia

el exterior. Los virus, principalmente los

de alto riesgo, alteran el ciclo celular

normal y promueven la división celu-

lar continua, con proliferación epitelial

monoclonal de células indiferenciadas

y acumulación de daño genético [2].

Los VPH de alto riesgo han desarrolla-

do varios mecanismos para evadir la

respuesta inmune del hospedero, lo

cual facilita la persistencia del virus y la

progresión de la enfermedad. Entre los

mecanismos se encuentran el hecho de

tener un ciclo de vida intraepitelial y no

lítico, evitando así inducir una respuesta

inflamatoria; además, la mayoría de las

proteínas no estructurales se expresan

a niveles muy bajos, en comparación

con otros virus, y las proteínas tardías,

que ayudan a conformar la estructura

del virión, solo se expresan en las ca-

pas superiores del epitelio estratificado

[7,16]. En las etapas tempranas de la in-

fección, el virus suprime la inflamación

aguda y evade al sistema inmune con

el fin de establecer su persistencia. Lue-

go, en las etapas tardías de la infección,

las células transformadas por el VPH ini-

cian un proceso de inflamación crónica

que promueve la progresión de las le-

siones precursoras del cáncer [17].

La infección persistente en el epite-

lio anogenital por más de cinco años

por uno de los tipos de alto riesgo,

se asocia con el desarrollo de cáncer.

Este intervalo de tiempo largo entre la

infección inicial y el desarrollo de cán-

cer implica que además de la infección

persistente por un VPH de alto riesgo,

Tabla 1. Clasificación de los papilomavirus (VPH) de acuerdo con el riesgo oncogénico y las enfermedades asociadas [1] VPH Genotipos Enfermedad asociada

Alto riesgo oncogénico 16, 18, 31, 33, 35, 39,45, 51, 52, 56, 58, 59

Cáncer cervical, anal, vaginal, vulvar, orofaríngeo y lesiones precursoras asociadas

Bajo riesgo 6, 11 Verrugas genitales, papilomatosisrespiratoria recurrente

Probablemente carcinogénico* 68 Cáncer cervical

Posiblemente carcinogénicos* 5, 8

Carcinoma de células escamosas de la piel en pacientes afectados por epidermodisplasia verruciforme

Posiblemente carcinogénicos* 26, 30, 34, 53, 66, 67,70, 73, 82, 85, 97 Incierta

*De acuerdo a la evaluación de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC).

Virus del papiloma humano (VPH) y cáncer

puede haber factores ambientales y

del hospedero que contribuyan con la

progresión a la enfermedad maligna

[7,8]. Aunque el virus infecta por igual

a hombres y mujeres, el mayor impacto

de la enfermedad lo reciben las muje-

res por la susceptibilidad de las células

cervicales al VPH [1].

En la figura 2 se ilustra la historia natu-

ral de la infección del VPH y su asocia-

ción con cáncer cervical.

Epidemiología

La infección por VPH es la más común

de todas las infecciones de transmisión

sexual [2]. A nivel mundial, la preva-

lencia de la infección por VPH de alto

riesgo es de 10,4% en mujeres con ci-

tología normal, pero puede alcanzar

valores hasta de 36,5% en países en vía

de desarrollo [12,19-24]. En Colombia

se ha reportado una prevalencia de

15% en las mujeres en edades entre 15

y 64 años. Esta variación en la preva-

lencia de la infección en las diferentes

regiones del mundo es el resultado, en

gran parte, de la calidad de los progra-

mas de tamización, lo cual explica la

correlación inversa entre las tasas de

cáncer cervical y el estado económi-

co del país; es así como en los países

y regiones con más pobreza, el cáncer

cervical puede ser el tipo de neoplasia

más frecuente, como ocurre en países

de África. Por el contrario, y llamativa-

mente, otros tipos de cáncer asociados

a VPH, como el cáncer anal, se reportan

con mayor frecuencia en países desa-

rrollados [4]. Se han registrado eviden-

cias de múltiples factores de riesgo

asociados con la infección persistente

por VPH; entre otros, el mayor número

de compañeros sexuales de un indivi-

duo o de su pareja, la actividad sexual a

una edad temprana, la historia de otras

enfermedades de transmisión sexual

[8,25], la coinfección con otros tipos

de VPH de alto riesgo, los altos niveles

hormonales, el estado inmune del hos-

pedero, y los polimorfismos en el gen

de la p53 (que participa en el control

y eliminación de la infección) [2]. Por

lo tanto, la infección por un virus de

alto riesgo por sí sola, podría no ser

suficiente para el desarrollo de cáncer

cervical. La infección se presenta por

lo general entre las edades de 18 y 30

años; sin embargo, el cáncer cervical

es más común después de los 35 años

de edad, debido a la progresión lenta

de la enfermedad en la mayoría de los

casos, y aproximadamente el 20% de

las mujeres infectadas no van a tener

nunca infección activa persistente ni

ADN-VPH detectable [8].

La mayor parte de las infecciones geni-

tales por VPH son asintomáticas y tran-

sitorias. Cerca del 70% de las mujeres

infectadas se vuelven negativas para el

ADN del VPH en un año, y el 90% en

dos años [26]. Muchas de las infeccio-

nes subclínicas por VPH y de las lesio-

nes intraepiteliales de bajo grado tie-

nen una alta frecuencia de regresión

espontánea, y aunque este potencial

es también observable en mujeres con

lesiones intraepiteliales de alto grado

[4,7], la respuesta inmune celular pare-

ce ser el principal mecanismo que con-

trola la infección [1,8].

De acuerdo con las estadísticas en Co-

lombia, en 2018 se diagnosticaron 3.

casos nuevos de cáncer cervical, el cual

ocupa el tercer puesto entre los tipos de

cáncer más comunes en las mujeres, con

un estimado de 1.775 muertes anuales

por esta causa ( tabla 2 ) [27].

Los datos para los casos de cáncer di-

ferentes al cervical son más limitados

debido a su menor frecuencia, pero se

calcula una incidencia a nivel mundial

para el cáncer anal de 1 por 100.000, la

Virus del papiloma humano (VPH) y cáncer

senta solo el 4% del total de los casos de

cáncer ginecológicos, en tanto que el

cáncer de vagina representa el 2% [27].

En cuanto a los casos de cáncer orofa-

ríngeo, los resultados de los estudios

son difíciles de interpretar debido a

que la prevalencia es aún más baja y al

hecho de que el virus rara vez se detec-

ta en ausencia de cáncer; sin embargo,

se ha observado que es más frecuente

en los hombres y en los pacientes fu-

madores [4].

En los hombres la prevalencia de la in-

fección no declina con la edad [4]. El

VPH se detecta entre el 45% al 80%

de los pacientes con cáncer de pene,

usualmente el VPH16, con una baja in-

cidencia de 22.000 casos anuales a ni-

vel mundial, afectando en su gran ma-

yoría a los hombres con edades entre

50 y 70 años [4,5,28-30].

Se conoce que hay cofactores que au-

mentan el riesgo de progresión hasta el

estadio de cáncer cervical invasor, entre

ellos, el cigarrillo, la multiparidad, el uso

prolongado de anticonceptivos y la coin-

fección con VIH [1,4,8,18]. También se

ha tratado de implicar la coinfección con

Chlamydia trachomatis y virus herpes sim-

plex tipo 2, al igual que factores genéticos

e inmunológicos en el hospedero [7,27].

Papilomavirus y cáncer

Los VPH 16 y 18 se encuentran asocia-

dos con el 70% de todos los casos de

cáncer cervical en el mundo. El cáncer

de cérvix ocupa el cuarto lugar de fre-

cuencia a nivel mundial en las mujeres y

continúa siendo un problema de salud

pública a pesar de los programas de ta-

mización y vacunación [18]. Son nume-

rosos los estudios que han confirmado

que la presencia de un VPH de alto ries-

go es el principal factor de riesgo para

la detección de lesiones intraepiteliales

escamosas de alto grado y cáncer [3], y

la posibilidad de progresión depende

en gran parte del tipo de VPH infectante

[31]. Las lesiones intraepiteliales de bajo

Tabla 2. Cáncer asociado a VPH en Colombia Cáncer cervical y otros tipos de cáncer relacionados con el VPH Número de casos anuales de cáncer cervical 3. Número de muertes anuales por cáncer cervical 1. Tasas brutas de incidencia por 100.000 por año: Cáncer cervical Cáncer anal Cáncer vulvar Cáncer vaginal Cáncer de pene Cáncer orofaríngeo

Hombres

0,2-0,

0,9-1, 1,

Mujeres 15, 0,6-2, 0,6-1, 0,3-0,

0, Infección cervical por el VPH Prevalencia (%) del VPH16 y/o VPH18 en mujeres con: Citología normal 4, Lesiones cervicales de bajo grado (LEI-BG/NIC1) 76, Lesiones cervicales de alto grado (LEI-AG/NIC2/NIC3/CIS) 54, Cáncer cervical 62, LEI-BG: lesión intraepitelial escamosa de bajo grado; LEI-AG: lesión intraepitelial escamosa de alto grado; NIC: neoplasia intraepitelial cervical; CIS: carcinoma in situ.

Toro-Montoya AI, Tapia-Vela LJ

grado, que son un reflejo del estado de la infección y alcanzan remisión espon- tánea sin tratamiento hasta en un 70% a 80%, no implican progresión de la en- fermedad. Las lesiones antes conocidas como NIC2 y NIC3, y actualmente lla- madas lesiones intraepiteliales de alto grado, son consideradas lesiones pre- malignas o precancerosas. En particular, la NIC2 se estima que tiene una tasa de regresión del 15% al 23% en el primer año y hasta del 55% entre 4 y 6 años, y solo el 2,7% progresan a NIC3 al sépti- mo año. Por su parte, la NIC3 asociada a infección por el VPH16 tiene un riesgo acumulado de 21,5% para la progresión a cáncer invasor al séptimo año [3,31].

El cáncer cervical principalmente se de- sarrolla en la zona de transformación, la cual corresponde a la región entre el epitelio escamoso del exocérvix y el epitelio columnar del endocérvix, y dado que esta zona se encuentra más expuesta durante la pubertad y el pri- mer embarazo por la característica anatómica conocida como ectropión, hay una mayor susceptibilidad a la in- fección durante esta etapa, la cual dis- minuye después de la menopausia por los cambios hormonales [2]. El adeno- carcinoma de cérvix, un tipo histológi- co de cáncer diferente del más habitual carcinoma de células escamosas, se desarrolla en el epitelio columnar del canal endocervical; su precursor inme- diato es el adenocarcinoma in situ. Su progresión a cáncer cervical se estima en unos 20 años aproximadamente [3].

Hasta el momento los tipos virales de VPH de alto riesgo que se asocian con mayor frecuencia con el desarrollo de cáncer son el 16 y el 18 ( tabla 3 ) [27]; no obstante, la infección por el VPH16, el genotipo de mayor riesgo [8], se en- cuentra relacionada con el 60% de los casos de cáncer cervical a nivel mun- dial, al igual que de los otros tipos de cáncer asociados al VPH, como se ob- serva en la figura 3 [1,4]. Como resul- tado, en muchas guías la detección del VPH16 en mujeres mayores de 30 años es indicación directa de realización de colposcopia y biopsia [32].

En la cabeza y el cuello, el tejido más susceptible a la carcinogénesis por VPH es el epitelio delgado de las crip- tas profundas del paladar y las amíg- dalas. La infección por VPH se encuen- tra asociada al 70% de los casos de cáncer orofaríngeo [33]. A pesar de la gran cantidad de linfocitos en las amígdalas, el virus tiene la capacidad de evadir su eliminación durante la progresión de la enfermedad [4]. Nue- vamente es el VPH16 el que se asocia con mayor frecuencia con el cáncer orofaríngeo, y los hombres son más afectados que las mujeres [33].

Patogénesis

La infección por VPH que progre- sa a cáncer incluye varios procesos como la integración del genoma vi- ral, la división celular incontrolada, y

Tabla 3. Prevalencia del VPH16 y VPH18 por citología en Colombia (2019) Evaluados (n) Prevalencia % (IC95%) Citología normal 2.138 4,5 (3,7-5,5) Lesiones de bajo grado 126 76,2 (68,0-82,8) Lesiones de alto grado 309 54,4 (48,8-59,8) Cáncer cervical 425 62,1 (57,4-66,6)

Toro-Montoya AI, Tapia-Vela LJ

ellas se transformarán en un cáncer in- vasor [4,8].

La respuesta inmune celular parece ser la responsable de que las infeccio- nes sean autolimitadas; sin embargo, el virus tiene la capacidad de evadir el sistema inmune, lo cual es favorecido por la infección de carácter intraepite- lial, sin viremia ni citólisis, que evita la liberación de citoquinas proinflama- torias que activan células presentado- ras de antígenos, para que se pueda iniciar una respuesta inmune efectiva [4].

La búsqueda de anticuerpos contra el VPH en personas expuestas de mane- ra natural ha mostrado que solo el 20% de las mujeres no vacunadas mayores de 20 años tienen anticuerpos contra el VPH16, y que estos anticuerpos no protegen de manera efectiva contra la enfermedad cervical, como sí se ob- serva luego de la vacunación [1,37]. En algunas situaciones, aunque el vi- rus aparentemente desaparece, pue- de persistir y pasar desapercibido por el sistema inmune por muchos años, activándose ante situaciones como la menopausia, la infección por VIH o un trasplante de órganos [1,4].

Tamización

La asociación entre la infección por los VPH de alto riesgo y el cáncer cervical invasor estimuló el desarrollo de pro- gramas de tamización, con el fin de predecir el desarrollo de lesiones pre- malignas o cáncer cervical, por medio de la detección de la infección per- sistente en las poblaciones de mayor riesgo [11,38]. Un programa efectivo e ideal de vigilancia epidemiológica consta de varios pasos; la tamización con detección y genotipificación de los VPH de alto riesgo, el triaje de las

mujeres positivas en la tamización con realización de citología cervicouterina para determinar la conducta a seguir, la colposcopia y biopsia en aquellas que se detecta un VPH de alto riesgo y alguna alteración en la citología, y el tratamiento oportuno en las mujeres con lesiones premalignas y alto riesgo de desarrollar cáncer cervical invasor. A pesar de que estos programas son considerados el escenario ideal, ac- tualmente se utilizan otras vías para la tamización de cáncer cervical: la citología cervicouterina, que evalúa por microscopía la morfología de las células cervicales, y continúa siendo el método más ampliamente utiliza- do; la detección del ADN o ARN viral de los tipos de VPH de alto riesgo; y, la combinación de las dos anteriores [4,38-40].

La tamización únicamente mediante citología tiene una menor sensibili- dad que las pruebas moleculares que detectan los VPH de alto riesgo [31]; además, varios estudios clínicos han demostrado que las pruebas mole- culares detectan más tempranamente las personas con lesiones premalignas durante el seguimiento, y no se requie- re hacerlas con la misma frecuencia que la tamización realizada únicamen- te con citología cervicouterina [41,42]. La efectividad del uso combinado de ambas pruebas aún está siendo eva- luada [4,43].

Debido a que las vacunas son relati- vamente recientes y dejan por fuera la gran mayoría de mujeres previamente expuestas al virus, además de la difi- cultad de unos esquemas de vacuna- ción óptimos, en particular en países en desarrollo, la tamización es un as- pecto fundamental en la prevención del cáncer cervical, y en combinación con un tratamiento temprano de las lesiones premalignas, han logrado

Virus del papiloma humano (VPH) y cáncer

disminuir los casos de cáncer cervical invasor en un 80% en países desarro- llados [2]. Por su parte, la tamización para el cáncer anal podría ser una op- ción para las poblaciones de alto ries- go, en tanto que para el cáncer vagi- nal, de vulva y oral aún no se justifica, ya que las poblaciones de riesgo no se encuentran bien identificadas, y los casos son raros [4].

En 2014, el Ministerio de Salud y Pro- tección Social de Colombia desarrolló una guía de práctica clínica para la de- tección y manejo de lesiones prema- lignas de cuello uterino [44]. En ella se recomienda la prueba de ADN-VPH como la prueba de tamización inicial en mujeres mayores de 30 años, la cual debe realizarse con un intervalo de 5 años si sale negativa, y si resulta positi- va, se recomienda complementar con la citología cervicouterina como prue- ba de triaje, teniendo presente que la citología en base líquida permite que en una sola muestra se realice la prueba de ADN-VPH para tamización y el triaje, reduciendo así la cantidad de visitas. Se recomienda que las mu- jeres positivas al triaje, definido por hallazgos en citología como atipia de células escamosas de significado in- determinado (ASC-US) o lesiones ma- yores, se deben referir a colposcopia y biopsia, en tanto que las pacientes negativas al triaje deben hacerse una nueva prueba de ADN-VPH en 18 me- ses para evaluar la persistencia de la infección ( figura 4 ). Se recomienda, de igual manera, realizar la tamización con citología cervicouterina en las pa- cientes con edades entre los 25 y 30 años cada 3 años, y pruebas de ins- pección visual con ácido acético y lu- gol (VIA-VILI), seguidas de tratamiento inmediato ante resultados positivos, en escenarios donde no haya acceso a mejores tecnologías [44]. Hasta el mo- mento, se han encontrado resultados

positivos con la implementación de estas nuevas pautas [45].

Diagnóstico

A pesar de la alta sensibilidad de una prueba positiva de ADN-VPH de alto riesgo, se debe tener presente que puede indicar la presencia de depósi- tos de partículas del virus en vez de una infección real, por lo tanto, el uso com- binado con el estudio citológico y/o histológico es de gran utilidad, aunque puede mostrar mayores tasas de falsos positivos [43,46]. De igual forma, no es posible diferenciar entre el aclaramien- to completo del VPH y un estado de latencia donde el virus está integrado al genoma del hospedero; además, la reaparición del virus en las pruebas moleculares puede significar una nue- va infección o una reactivación de un virus latente no detectado previamen- te. Sin embargo, los estudios clínicos y observacionales han mostrado que la mayoría de las neoplasias son precedi- das por una detección persistente del ADN-VPH de alto riesgo [4].

La colposcopia con el uso de ácido acé- tico es la práctica de rutina en mujeres con citología cervicouterina anormal y prueba de detección de VPH de alto riesgo positiva, pero el diagnóstico de- finitivo lo da el análisis histológico de la biopsia, al igual que determina cuáles mujeres deben ser tratadas. Realizar la biopsia únicamente en aquellos casos en los cuales la colposcopia muestre lesiones, deja sin diagnóstico a más de un tercio de las mujeres con lesión intraepitelial de alto grado [47-49]; de manera alterna, el riesgo de cáncer en las mujeres con lesiones intraepitelia- les de bajo grado en la citología y con colposcopia normal, es muy bajo [49- 51]. Por lo tanto, las pautas para reali- zar una biopsia deben ser ajustadas al

Virus del papiloma humano (VPH) y cáncer

riesgo previo dado por la detección de

una lesión premaligna.

Vacunación

La historia natural de la infección por el

VPH y el periodo prolongado en que

ocurre la progresión, permite la pre-

vención de la enfermedad. Para pre-

venir el desarrollo de cáncer cervical

asociado a la infección persistente por

VPH de alto riesgo, se cuenta con dos

estrategias: la vacunación como alter-

nativa primaria, y las pruebas de de-

tección temprana de lesiones prema-

lignas como alternativas secundarias,

estas últimas ya mencionadas.

Idealmente, la prevención mediante la

vacunación es la forma más efectiva a

largo plazo para evitar la morbilidad y

mortalidad por enfermedades relacio-

nadas con la infección por el VPH [52].

Las vacunas hasta el momento apro-

badas son Cervarix®, Gardasil® y Gar-

dasil9®. Cervarix® protege contra los

VPH16 y VPH18, Gardasil® contra los

VPH6, VPH11, VPH16 y VPH18, y Gar-

dasil9® contra VPH6, VPH11, VPH16,

VPH18, VPH31, VPH33, VPH45, VPH

y VPH58. Estas vacunas están compues-

tas por partículas similares al virus (VLP,

del inglés, Virus-Like Particles), que

conservan la geometría del virus pero

carecen de ADN, y por lo tanto no son

infecciosas [4]. Los esquemas de vacu-

nación son usualmente dirigidos a las

niñas entre 9 y 13 años de edad, pero

los niños están también empezando a

ser vacunados en algunos países. De

acuerdo con la OMS, se recomiendan

dos dosis con un intervalo no menor

de 6 meses [53]. En Colombia se imple-

mentó el esquema de vacunación en

2012 con 3 dosis a los 0, 6 y 60 meses,

de acuerdo con las recomendaciones

del Comité Nacional de Prácticas de

Inmunización en Colombia (CNPI) [54-

56], pero en abril de 2018 el Ministerio

de Salud y Protección Social decidió

modificar el esquema a solo dos dosis

a los 0 y 6 meses, para todas las niñas

con edades entre 9 y 18 años [12].

Conclusiones

La alta incidencia de la infección por

VPH de alto riesgo y la mortalidad aso-

ciada al cáncer cervicouterino, resaltan

la importancia de los programas de

prevención mediante la tamización y

la vacunación, los cuales además del

tratamiento oportuno de las lesiones

precancerosas, son fundamentales para

reducir el impacto de la enfermedad

causada por el VPH, aunque aún conti-

núan siendo un reto, particularmente en

países como el nuestro. Los programas

de tamización que incorporan la detec-

ción del virus mediante las pruebas mo-

leculares, están demostrando ser más

efectivos que los que únicamente inclu-

yen la citología cervicouterina.

A medida que la prueba de ADN-VPH

continúa estableciéndose como parte

de los programas de tamización, el ge-

notipo y la duración de la infección po-

drán estimar el riesgo de manera más

efectiva que la citología. Igualmente, se

están validando kits que evalúan las pro-

teínas virales que puedan servir de apo-

yo para las otras pruebas de tamización.

A pesar de que el cáncer cervical se

asocia con una morbilidad y mortalidad

considerable en todo el mundo, apro-

ximadamente el 90% de las muertes

atribuibles a cáncer cervical ocurren en

los países con ingresos bajos y medios,

lo cual demuestra la necesidad de for-

talecer los programas de tamización y

prevención.

Hasta el momento se han encontrado

resultados positivos con la implemen-

Toro-Montoya AI, Tapia-Vela LJ

tación de las nuevas pautas estableci-

das por el Ministerio de Salud y Protec-

ción Social de Colombia, en las cuales

la prueba de ADN-VPH se ratifica como

la prueba de tamización ideal en la

infección por VPH de alto riesgo. No

obstante, se requieren estudios adicio-

nales que confirmen estos hallazgos,

dada su importancia en el control de la

morbilidad y mortalidad asociadas a la

infección.

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