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Técnicas de respiración asistidas en pacientes críticos
Tipo: Guías, Proyectos, Investigaciones
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La ventilación mecánica (VM) representa una intervención fundamental en la medicina de cuidados críticos, salvando innumerables vidas al suplir o asistir la función respiratoria en pacientes con insuficiencia grave. Sin embargo, su aplicación conlleva una complejidad inherente y una serie de desafíos, incluyendo el riesgo de complicaciones significativas y un impacto considerable en la calidad de vida a largo plazo de los supervivientes. Este informe exhaustivo analiza las prácticas actuales, la evolución de las estrategias ventilatorias, las complicaciones asociadas, el crucial proceso de destete, los resultados a largo plazo como el Síndrome Post-Cuidados Intensivos (PICS), y las profundas implicaciones económicas y éticas. Se exploran también las innovaciones tecnológicas emergentes, como la inteligencia artificial y la telemedicina, que prometen transformar el manejo y seguimiento de estos pacientes. El objetivo es proporcionar una visión integral y basada en la evidencia que sirva como referencia para la optimización de la atención al paciente crítico ventilado, enfatizando la necesidad de un enfoque multidisciplinario y personalizado para mejorar los resultados clínicos y la calidad de vida.
Un paciente crítico se define como aquel individuo que presenta un riesgo elevado de mortalidad o de complicaciones graves, originado por una enfermedad aguda, un traumatismo severo o una cirugía mayor. La atención de estos pacientes demanda un monitoreo constante y de alta calidad, proporcionado en unidades especializadas como las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). Las características clínicas que con frecuencia definen a un paciente crítico incluyen una o más de las siguientes condiciones: insuficiencia respiratoria aguda, que a menudo requiere soporte ventilatorio como la ventilación mecánica; insuficiencia cardíaca, donde el corazón no bombea sangre eficazmente; insuficiencia renal, con incapacidad para filtrar desechos; alteraciones del sistema nervioso central, como lesiones cerebrales o enfermedades neurológicas; shock o hipotensión, caracterizado por una disminución de la presión arterial y circulación sanguínea inadecuada; y coagulopatías o trastornos de la coagulación, que aumentan el riesgo de sangrado. La complejidad de estas condiciones subraya la interdependencia de los sistemas fisiológicos.
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Una disfunción en un órgano o sistema, como la insuficiencia respiratoria que requiere VM, puede precipitar o agravar disfunciones en otros, como la inestabilidad hemodinámica que afecta la función renal o el estado neurológico. Esta interconexión exige una aproximación holística, no fragmentada, en el manejo del paciente crítico, donde la estabilidad de la ventilación mecánica está intrínsecamente ligada a la función de otros sistemas orgánicos. Los pacientes críticos se clasifican según la edad en pediátricos, adultos y geriátricos, y también por la naturaleza de su condición, como pacientes traumáticos. El manejo de estos casos es inherentemente multidisciplinario, involucrando a un equipo de especialistas que incluye médicos intensivistas, enfermeras, fisioterapeutas, nutricionistas, farmacéuticos y otros profesionales, adaptándose a las necesidades individuales del paciente. La monitorización es un pilar fundamental, abarcando la vigilancia hemodinámica (presión arterial, frecuencia cardíaca, gasto cardíaco), el soporte respiratorio (oxigenoterapia, ventilación mecánica) y la nutrición (enteral o parenteral). Además, la comunicación efectiva con la familia y su participación en las decisiones de tratamiento son esenciales para el bienestar integral del paciente. La relevancia histórica de la ventilación mecánica es innegable. Desde la invención del pulmón de acero en 1927 para la ventilación a presión negativa, hasta la introducción de la ventilación a presión positiva por Isben en 1952, que marcó el surgimiento de las UCI, la VM ha sido una tecnología fundacional que ha permitido la evolución y especialización de los cuidados intensivos. Este avance no solo proporcionó un soporte vital crucial, sino que también transformó la capacidad de la medicina para manejar la insuficiencia respiratoria grave, haciendo posible la supervivencia de pacientes que antes no tendrían opciones. La identificación y clasificación precisas de la insuficiencia respiratoria aguda son el punto de partida para el manejo del paciente crítico. La siguiente tabla resume los criterios diagnósticos y la clasificación de esta condición. Tabla 1: Criterios Diagnósticos y Clasificación de la Insuficiencia Respiratoria Aguda Criterio/Clasificación Descripción/Valor Significado Clínico Fuente Definición Disfunción del aparato respiratorio que produce alteración en el intercambio gaseoso normal, incapacidad de mantener O2 y eliminar CO2.
Incapacidad pulmonar para mantener la homeostasis de gases.
Gasometría Arterial Hipoxemia (PaO2 < 60 mmHg) con o sin hipercapnia (PaCO2 > 50 mmHg).
Confirmación de alteración en el intercambio gaseoso.
Pulso Oximetría SpO2 < 90-95% (equivalente a PaO 60-80 mmHg) y < 90% (equivalente a PaO2 < 60 mmHg).
Indicador no invasivo de hipoxemia.
Clasificación por Evolución
Aguda: Instauración rápida (minutos, horas, días) con alteraciones en oxigenación y
Diferencia la urgencia y el manejo inicial.
proporciona soporte ventilatorio a través de una interfaz externa, como una mascarilla facial (nasal, oronasal, facial completa) o un casco, sin invadir la vía aérea. Su uso ha experimentado un crecimiento exponencial en las últimas décadas, tanto en pacientes agudos como crónicos. Una ventaja significativa de la VMNI es que permite al paciente toser y eliminar secreciones, disminuyendo la necesidad de sedación y promoviendo una mayor autonomía y capacidad de interacción con el entorno. La VM, si bien es una intervención salvavidas, es también un arma de doble filo. Puede inducir o agravar lesiones pulmonares y sistémicas, un concepto conocido como lesión pulmonar inducida por el ventilador (VILI). Esta dualidad entre el soporte vital y el riesgo de daño iatrogénico exige una precisión y una individualización extremas en su aplicación, lo que ha impulsado el desarrollo de estrategias de ventilación protectora. La creciente adopción de la VMNI refleja una tendencia clínica hacia la minimización de procedimientos invasivos. Al evitar la intubación, la VMNI puede reducir una cascada de complicaciones asociadas a la VMI, como la neumonía asociada al ventilador y la debilidad muscular prolongada. Este enfoque no solo mejora los resultados clínicos, sino que también contribuye a la comodidad y autonomía del paciente, lo que puede tener un impacto positivo en la recuperación a largo plazo y reducir la carga sobre los recursos sanitarios. La monitorización y el ajuste preciso de los parámetros ventilatorios son fundamentales para optimizar el soporte y minimizar las complicaciones. Los parámetros clave incluyen: ● Volumen Corriente (VT o Volumen Tidal): Es el volumen de gas entregado en cada respiración, típicamente programado entre 6 y 8 ml/kg de peso corporal ideal. ● Volumen Minuto (VE): El producto del volumen corriente y la frecuencia respiratoria total (VE = VT × FR). ● Relación Inspiración:Espiración (I:E): La proporción de tiempo dedicado a la inspiración y la espiración en cada ciclo. Un ajuste inicial común es 1:3, pero puede modificarse a 1:4 o más en pacientes con asma o EPOC para permitir una espiración más completa y limitar la auto-PEEP. ● Fracción Inspirada de Oxígeno (FiO2): La concentración de oxígeno en la mezcla de aire inspirado, que puede variar del 21% al 100%. ● Presión Positiva al Final de la Espiración (PEEP): Mantiene una presión positiva en la vía aérea al final de la espiración, lo que ayuda a reclutar alvéolos colapsados, aumentar la capacidad residual funcional y mejorar la relación ventilación-perfusión. ● Presión Meseta (Pplat): La presión al final de la inspiración, tras un breve periodo de oclusión del flujo. Es un indicador crucial de la presión alveolar y debe mantenerse por debajo de 30 cmH2O para prevenir el barotrauma. ● Presión Pico (Ppeak): La presión máxima alcanzada durante la inspiración. ● Sensibilidad (Trigger): El nivel de esfuerzo inspiratorio que el paciente debe generar para que el ventilador inicie una respiración asistida. Un ajuste inadecuado puede dificultar la interacción paciente-ventilador. La monitorización general del paciente ventilado abarca la valoración de los estados neurológico, respiratorio, cardiovascular, renal y gastrointestinal. Esto incluye la medición de la presión arterial, frecuencia cardíaca, gasto cardíaco, y el análisis de gases en sangre arterial para evaluar la eficacia de la VM. Las curvas de flujo/volumen y presión/volumen en el ventilador son herramientas valiosas para analizar la fisiopatología pulmonar, detectar cambios en el estado clínico, optimizar la estrategia ventilatoria, identificar complicaciones y evaluar el progreso del destete. Tabla 2: Parámetros Ventilatorios Clave y su Significado Clínico
Parámetro Definición/Descrip ción
Significado Clínico/Objetivo
Rango/Considerac iones Típicas
Fuente
Volumen Corriente (VT)
Volumen de gas entregado en cada respiración.
Asegura el intercambio gaseoso adecuado.
6-8 ml/kg de peso corporal ideal.
Volumen Minuto (VE)
Volumen total de gas movilizado por minuto (VT x FR).
Refleja la ventilación total; directamente relacionado con PaCO2.
Depende de VT y FR.
Frecuencia Respiratoria (FR)
Número de respiraciones por minuto administradas por el ventilador.
Determina el VE junto con el VT; ajustado por edad y patología.
Neonatos: 40- rpm; Lactantes: 30-40 rpm; Niños: 20-30 rpm; Adolescentes: 12-15 rpm. Relación Inspiración:Espir ación (I:E)
Proporción de tiempo dedicado a la inspiración y espiración.
Afecta el tiempo de vaciado pulmonar y el atrapamiento aéreo.
Inicial: 1:2 a 1:3; en asma/EPOC: 1:4 o mayor para limitar auto-PEEP.
Fracción Inspirada de Oxígeno (FiO2)
Concentración de oxígeno en el gas inspirado.
Mantiene la oxigenación arterial adecuada.
0.21 (aire ambiente) a 1. (100% oxígeno). Presión Positiva al Final de la Espiración (PEEP)
Presión mantenida en la vía aérea al final de la espiración.
Recluta alvéolos colapsados, mejora V/Q, aumenta CRF.
Individualizada; evita caída a cero de la presión.
Presión Meseta (Pplat)
Presión al final de la inspiración (sin flujo).
Refleja la presión alveolar; indicador de sobredistensión.
< 30 cmH2O (objetivo de protección pulmonar). Presión Pico (Ppeak)
Presión máxima alcanzada durante la inspiración.
Refleja la resistencia de la vía aérea y la compliance pulmonar.
Monitoreada para detectar cambios en la mecánica pulmonar.
Sensibilidad (Trigger)
Esfuerzo del paciente para iniciar una respiración asistida.
Sincroniza el ventilador con el esfuerzo inspiratorio del paciente.
Ajuste típico: - cmH2O.
2. Manejo de Patologías Específicas con Ventilación
Mecánica
ventilación. Su impacto en la supervivencia, incluso con otras estrategias protectoras, subraya su importancia como un componente central del manejo del SDRA severo. ● Bloqueantes Neuromusculares (BNM): Sugeridos en SDRA severo temprano (PaO2/FiO2 < 150 mmHg) por hasta 48 horas, especialmente en casos de asincronía ventilatoria persistente o presiones meseta elevadas. El debate sobre su beneficio, tras resultados contradictorios en ensayos clínicos, destaca la necesidad de considerar el contexto clínico y los posibles efectos adversos, como la debilidad adquirida en UCI. ● Maniobras de Reclutamiento (MR): Implican incrementos transitorios de la presión media en la vía aérea para abrir unidades alveolares colapsadas. Sin embargo, las guías recientes desaconsejan el uso rutinario de MR prolongadas en SDRA moderado a severo debido a la falta de evidencia de beneficio y posibles efectos adversos. ● Corticosteroides: Sugeridos en pacientes con SDRA, aunque con una recomendación condicional y certeza moderada de la evidencia, debido a la heterogeneidad en la dosificación y duración en los estudios. ● Balance Hídrico Restrictivo: Una estrategia conservadora de fluidos ha demostrado mejorar la oxigenación y acortar la duración de la VM. ● Oxigenación por Membrana Extracorpórea (ECMO): Considerada como terapia de rescate en SDRA severo con hipoxemia refractaria (PaO2/FiO2 < 80-100 mmHg) a pesar de la VM optimizada. El impacto de ensayos clínicos clave ha sido transformador en el manejo del SDRA: ● El ARDSNet Trial (2000) fue fundamental al demostrar una reducción del 22% en la mortalidad con una estrategia de ventilación protectora (VT 6 ml/kg) en comparación con un VT más alto (12 ml/kg). Este estudio estableció el bajo volumen corriente como el estándar de oro. ● El PROSEVA Trial (2013) reveló una notable reducción de la mortalidad a 28 y 90 días (16% vs 32.8%) con la aplicación temprana y prolongada de la posición prona (≥16h/día) en SDRA severo (PaO2/FiO2 < 150 mmHg). La eficacia de la posición prona, incluso con otras estrategias protectoras, resalta la importancia de optimizar la mecánica pulmonar regional y la relación ventilación-perfusión. ● El ACURASYS Trial (2010) sugirió una mejora en la mortalidad ajustada a 90 días con el uso temprano de cisatracurio en SDRA moderado a severo. Sin embargo, la posterior falta de replicación de este beneficio en el ROSE trial ha generado un debate continuo, lo que lleva a una recomendación condicional para su uso. Esta divergencia subraya la complejidad de la evidencia en cuidados críticos y la necesidad de considerar los matices de los diseños de los ensayos y los posibles efectos adversos. Tabla 3: Estrategias de Ventilación Protectora en SDRA: Recomendaciones Clave Estrategia/Interven ción
Recomendación/O bjetivo
Parámetros Clave/Consideraci ones
Nivel de Evidencia (GRADE)
Fuente
Volumen Corriente Bajo
Minimizar la sobredistensión alveolar y VILI.
VT: 4-8 ml/kg de peso corporal predicho.
Fuerte, certeza moderada.
Presión Meseta Limitada
Prevenir el barotrauma y volutrauma.
Pplat: < 30 cmH2O.
Fuerte, certeza moderada.
PEEP Óptima/Alta
Reclutar alvéolos colapsados,
cmH2O
Condicional, certeza baja a
Estrategia/Interven ción
Recomendación/O bjetivo
Parámetros Clave/Consideraci ones
Nivel de Evidencia (GRADE)
Fuente
mejorar oxigenación y V/Q.
(leve/moderado); 10-16 cmH2O (severo); individualizada.
moderada.
Posición Prona Mejorar oxigenación, homogeneizar ventilación, reducir VILI.
Duración: > 12- horas/día en SDRA severo (PaO2/FiO2 < 150-200 mmHg).
Fuerte, certeza moderada.
Bloqueantes Neuromusculares (BNM)
Mejorar sincronía paciente-ventilador , reducir VILI en casos severos.
Cisatracurio: hasta 48 horas en SDRA severo temprano (PaO2/FiO2 < 150 mmHg).
Condicional, certeza baja.
Balance Hídrico Restrictivo
Reducir edema pulmonar, mejorar oxigenación.
Estrategia conservadora de fluidos.
Fuerte, certeza baja.
Corticosteroides Modular la respuesta inflamatoria.
Dosis bajas en pacientes críticos con oxígeno suplementario o ventilados.
Condicional, certeza moderada.
Oxigenación por Membrana Extracorpórea (ECMO)
Soporte vital en hipoxemia refractaria.
Sugerido en SDRA severo que no responde a VM optimizada; en centros especializados.
Condicional/Fuerte , certeza baja.
Maniobras de Reclutamiento (MR)
Abrir unidades alveolares colapsadas.
No se recomiendan MR prolongadas de rutina en SDRA moderado a severo.
Fuerte, certeza moderada (contra su uso).
Ventilación de Alta Frecuencia Oscilatoria (VAFO)
Alternativa para protección pulmonar.
Se recomienda en contra de su uso rutinario en SDRA moderado a severo.
Fuerte, certeza alta.
La exacerbación aguda de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) es un empeoramiento sostenido de los síntomas respiratorios del paciente, particularmente un
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Beneficio Clínico/Mecanismo de Acción
Descripción/Efecto Fuente
mecánica invasiva (18-28%). Reducción de Mortalidad Hospitalaria
Disminuye la tasa de mortalidad en el hospital (10-13%). Disminución de Complicaciones
Reduce la incidencia de neumonía asociada al ventilador y otras complicaciones. Mejora del Intercambio Gaseoso
Corrige la hipoxemia y la hipercapnia. Reducción del Trabajo Respiratorio
Disminuye el esfuerzo de los músculos respiratorios. Disminución de Disnea Alivia la sensación de falta de aire. Menor Estancia Hospitalaria/UCI
Acorta el tiempo de hospitalización y la estancia en cuidados intensivos. Beneficios Económicos Contribuye a menores costos de atención médica. Mejora de Parámetros Fisiológicos
Normaliza el pH, disminuye PaCO2 y aumenta PaO2. Aumento de Supervivencia Se asocia con mayores tasas de supervivencia a corto y largo plazo. Prevención de Insuficiencia Respiratoria Post-Extubación
Reduce el riesgo de reintubación. Mecanismos de Acción
Reducción de la Carga de Trabajo Respiratorio
La presión positiva inspiratoria reduce el esfuerzo respiratorio; contrarresta la auto-PEEP intrínseca. Mejora de la Ventilación Alveolar e Intercambio Gaseoso
Aumenta la ventilación efectiva, disminuyendo PaCO2 y aumentando el pH. Contrarresta PEEP Intrínseca La aplicación de PEEP externa reduce el esfuerzo inspiratorio para vencer la auto-PEEP. Reclutamiento Alveolar La presión positiva ayuda a abrir alvéolos colapsados, mejorando la oxigenación y la capacidad residual funcional. Descanso Muscular La presión inspiratoria positiva permite el descanso de los músculos respiratorios
Beneficio Clínico/Mecanismo de Acción
Descripción/Efecto Fuente
fatigados.
La indicación de ventilación mecánica abarca un amplio espectro de condiciones que van más allá de las enfermedades pulmonares primarias, reflejando su papel como soporte vital en la disfunción de múltiples sistemas orgánicos. Entre las indicaciones generales se incluyen la insuficiencia respiratoria clínica o apnea, con o sin hipoxemia e hipercapnia, secundaria a: ● Enfermedades del sistema nervioso central: Como coma con alteración de los reflejos protectores de la vía aérea, hipertensión intracraneal o estado epiléptico resistente al tratamiento. ● Enfermedades neuromusculares: Incluyendo el síndrome de Guillain-Barré, miastenia grave o botulismo, que afectan la fuerza de los músculos respiratorios. ● Enfermedades esqueléticas: Que pueden comprometer la mecánica de la caja torácica. ● Enfermedades de la vía respiratoria o broncopulmonares: Como asma grave, exacerbaciones de EPOC, neumonía, fibrosis quística, edema pulmonar o embolia pulmonar. ● Enfermedades cardíacas: Incluyendo insuficiencia cardíaca severa, shock cardiogénico o parada cardiorrespiratoria. ● Infecciones o alteraciones metabólicas: Como sepsis o acidosis metabólica grave. ● Otras situaciones: Postoperatorio de cirugía mayor o la necesidad de sedación profunda para procedimientos invasivos. Esta amplia gama de indicaciones subraya que la VM es una medida de soporte crucial para la falla multisistémica. Su manejo eficaz no solo requiere experiencia pulmonar, sino también una comprensión profunda de cómo las condiciones sistémicas impactan la función respiratoria y cómo la VM afecta a otros sistemas orgánicos, reforzando la necesidad de un enfoque verdaderamente multidisciplinario. Existen diversos factores de riesgo que aumentan la probabilidad de requerir VMI y de desarrollar complicaciones asociadas: ● Antecedentes Médicos: Enfermedades cardiovasculares (hipertensión, arteriosclerosis, obesidad, diabetes) son factores de riesgo frecuentes, así como el tabaquismo, enfermedades neurológicas, respiratorias e infecciosas, y el politrauma. ● Edad y Sexo: El sexo masculino, especialmente entre los 50 y 69 años, presenta un mayor riesgo de complicaciones. La edad avanzada (≥ 75 años) se asocia con una mayor mortalidad en UCI y hospitalaria, particularmente en casos de neumonía, sepsis y trauma. ● Gravedad de la Enfermedad: Un mayor puntaje en escalas de severidad como APACHE II, SAPS II o SOFA se correlaciona con mayores costos y mortalidad. La necesidad de VM al ingreso y de terapia de reemplazo renal también son factores asociados a la ventilación mecánica prolongada. La prevalencia de la ventilación mecánica prolongada (VMP), definida como VM por más de 14 o 21 días, está en aumento. Aunque los pacientes con VMP pueden tener una menor mortalidad en UCI, este grupo consume una proporción desproporcionadamente alta de días de VM (el 17% de los pacientes con VM pueden requerir el 57% de los días totales de VM). Este fenómeno indica una creciente población de pacientes con "enfermedad crítica crónica" que, aunque sobreviven a la fase aguda, siguen siendo altamente dependientes de recursos. El
● Profilaxis de úlcera péptica y trombosis venosa profunda (TVP): Medidas preventivas generales en pacientes críticos. ● Higiene bucal diaria con clorhexidina: Esencial para reducir la carga microbiana oral. ● Aspiración subglótica: Elimina secreciones que se acumulan por encima del balón del tubo endotraqueal. ● Presión adecuada del cuff del tubo endotraqueal (20-30 cm H2O): Previene la microaspiración de secreciones peri-tubo. ● Higiene de manos estricta: Una práctica fundamental en la prevención de todas las infecciones nosocomiales. ● Evitar cambios programados de tubuladuras y humidificadores: Solo se deben cambiar si están visiblemente sucios o dañados. ● Uso de VMNI siempre que sea posible: Reduce la necesidad de VMI y sus complicaciones asociadas. ● Preferir intubación orotraqueal a nasal: Disminuye el riesgo de sinusitis y NAV. La interconexión de complicaciones es un aspecto crítico. La sedación, la intubación y la inmovilidad prolongada son factores de riesgo para la NAV. A su vez, la VM prolongada y la inmovilidad contribuyen a la debilidad muscular y la disfunción diafragmática. Esto crea un ciclo vicioso donde la intubación y la sedación aumentan el riesgo de NAV, lo que prolonga la VM, que a su vez causa debilidad muscular, dificultando el destete y aumentando aún más el riesgo de NAV. Las intervenciones como la movilización temprana y la interrupción diaria de la sedación no solo previenen la atrofia muscular o el delirio, sino que actúan como estrategias integrales para romper este ciclo, reduciendo indirectamente el riesgo de NAV y facilitando una liberación más temprana del ventilador.
El diafragma es el principal músculo respiratorio, y su función es vital para una ventilación adecuada. La disfunción diafragmática, que puede ser unilateral o bilateral, ocurre cuando hay una interferencia con su inervación, la función muscular contráctil o su acoplamiento mecánico a la pared torácica. La disfunción diafragmática adquirida en la UCI (DD-UCI) es una complicación frecuente y puede manifestarse en tan solo unas horas de ventilación mecánica. El impacto de la disfunción diafragmática en el paciente ventilado es considerable. Es la causa principal de dificultad en el proceso de destete de la ventilación mecánica, lo que conduce a una ventilación prolongada y a un aumento de la debilidad muscular, creando un círculo vicioso. Se ha observado que la DD-UCI afecta a una proporción significativa de pacientes, entre el 63% y el 80%, durante la prueba de ventilación espontánea. Las manifestaciones clínicas de la disfunción diafragmática varían. Mientras que la disfunción unilateral puede ser asintomática, la bilateral a menudo se presenta con disnea en reposo, limitación al ejercicio, ortopnea, insuficiencia respiratoria e incluso la necesidad de ventilación mecánica prolongada. El diagnóstico de la disfunción diafragmática se basa en una combinación de pruebas de imagen estáticas y dinámicas, con un énfasis creciente en el ultrasonido diafragmático, así como en pruebas de función pulmonar y estimulación del nervio frénico. El ultrasonido es una herramienta no invasiva y útil a la cabecera del paciente que permite medir el grosor diafragmático (Tdi), la fracción de engrosamiento (TFdi) y la excursión (EXdi), siendo un predictor valioso para el éxito del destete. El tratamiento de la disfunción diafragmática depende de su causa y severidad. El soporte ventilatorio, particularmente la ventilación no invasiva (VNI), desempeña un papel fundamental,
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mejorando la función pulmonar y los resultados del paciente. La VNI está indicada en casos de hipercapnia diurna, hipoventilación nocturna o síntomas sugestivos de hipoventilación nocturna. En el contexto de enfermedades neuromusculares progresivas, el soporte ventilatorio puede mantenerse de forma crónica, incluso hasta el final de la vida. Otras opciones terapéuticas incluyen la plicatura diafragmática para la disfunción unilateral y el marcapasos frénico en casos severos de daño medular. La aparición de disfunción diafragmática en pocas horas de VM establece un vínculo causal directo entre la intervención de soporte vital y una barrera importante para su interrupción. El diafragma, al igual que otros músculos, sufre atrofia por desuso cuando es completamente asistido por el ventilador. Esto resalta la importancia crítica de la evaluación temprana y continua de la función diafragmática durante la VM, especialmente mediante herramientas no invasivas como el ultrasonido. Asimismo, refuerza la justificación para implementar estrategias que minimicen la sedación y promuevan los esfuerzos de respiración espontánea desde las primeras etapas de la VM, con el fin de preservar la fuerza diafragmática y facilitar un destete más temprano y exitoso.
Además de la neumonía asociada a la ventilación y la disfunción diafragmática, la ventilación mecánica y la intubación conllevan una serie de otras complicaciones que pueden afectar significativamente la evolución del paciente: ● Complicaciones de la Intubación Endotraqueal: La presencia de un tubo endotraqueal puede causar sinusitis, estenosis traqueal, lesiones de las cuerdas vocales (incluyendo úlceras o formación de tejido de granulación), y, en casos muy raros, fístulas traqueoesofágicas o traqueovasculares. ● Complicaciones de la VM en Sí Misma: ○ Neumotórax y Neumatoceles: El riesgo de estas condiciones, especialmente el neumotórax a tensión, aumenta con la ventilación a alta presión. La aparición de hipotensión aguda acompañada de taquicardia o un aumento súbito de la presión inspiratoria máxima debe hacer sospechar un neumotórax a tensión, requiriendo una evaluación y tratamiento inmediatos. ○ Hipotensión: Puede ser causada por la lisis simpática debido a los sedantes y opioides utilizados para la intubación y ventilación, o por una disminución del retorno venoso debido a la alta presión intratorácica (PEEP alta o auto-PEEP). ○ Toxicidad por Oxígeno: La exposición prolongada a altas concentraciones de FiO2 (>0.6) puede provocar cambios inflamatorios, infiltrado alveolar y, eventualmente, fibrosis pulmonar. ○ Lesión Pulmonar Asociada al Ventilador (VALI/VILI): Además de los mecanismos de volutrauma, atelectrauma y biotrauma, la VALI implica la liberación de mediadores inflamatorios que pueden causar daño no solo en los pulmones sino también en órganos distales. ○ Asincronías Paciente-Ventilador: Una mala interacción entre el paciente y el respirador puede empeorar el pronóstico y prolongar la duración de la VM. La detección temprana y la corrección de estas asincronías son una prioridad para optimizar la ventilación. ● Complicaciones por Inmovilidad Prolongada: La inmovilización relativa, común en pacientes con VM, aumenta el riesgo de: ○ Enfermedades Tromboembólicas Venosas: Como la trombosis venosa profunda 14
Complicación Factores de Riesgo Clave
Medidas Preventivas Clave
Fuente
adecuada. Trombosis Venosa Profunda/Embolia Pulmonar
Inmovilidad prolongada.
Profilaxis de TVP (heparina, heparina de bajo peso molecular, compresión secuencial). Úlceras por Presión Inmovilidad prolongada, presión constante.
Rotación del paciente cada 2 horas, cuidado de la piel, uso de apósitos protectores. Lesiones de Cuerdas Vocales/Traqueales
Intubación prolongada, tamaño inadecuado del tubo.
Evaluación de la vía aérea, extubación temprana, prueba de fuga del cuff. Asincronías Paciente-Ventilador
Ajustes inadecuados del ventilador, disfunción diafragmática, sedación.
Optimización de parámetros ventilatorios, sedación ligera, monitoreo de la interacción paciente-ventilador.
4. Proceso de Destete de la Ventilación Mecánica
El destete de la ventilación mecánica es el proceso gradual mediante el cual el paciente asume nuevamente la respiración espontánea, transfiriendo el trabajo respiratorio que antes realizaba el ventilador. Es un paso crítico en la recuperación del paciente crítico, y su inicio temprano es fundamental para mejorar el pronóstico, reducir la estancia en UCI y disminuir la mortalidad. De hecho, el proceso de destete puede representar entre el 40% y el 50% de la duración total de la VM.
El destete es una transición delicada que requiere un equilibrio constante entre impulsar la independencia del paciente y asegurar su seguridad. Una extubación prematura en un paciente no preparado puede llevar a una reintubación, lo que se asocia con un riesgo de mortalidad cinco veces mayor. Por otro lado, una desconexión tardía prolonga innecesariamente la ventilación mecánica, aumentando el riesgo de infecciones nosocomiales, lesiones de la vía aérea y factores psicológicos como la ansiedad. Las consideraciones clave para el destete incluyen: ● Evaluación del Paciente: Es esencial una evaluación precisa del riesgo de extubación. Esto abarca la resolución de la condición subyacente que hizo necesaria la VM, la consideración de comorbilidades (anemia, fiebre, obesidad), la corrección de alteraciones del medio interno y un nivel de conciencia adecuado. ● Fallo Multifactorial: El fracaso del destete es a menudo multifactorial. Los factores contribuyentes comunes incluyen un desequilibrio entre la carga sobre los músculos respiratorios y su capacidad neuromuscular, la debilidad muscular (frecuente en 16
pacientes con soporte ventilatorio prolongado), la disnea y la ansiedad. La complejidad del destete va más allá de los parámetros respiratorios, ya que requiere la optimización del estado fisiológico y psicológico general del paciente. ● Permeabilidad de la Vía Aérea: Es vital establecer estrategias para una extubación segura, ya que la obstrucción de la vía aérea, debido a edema o laringoespasmo, es un problema común. La intubación en sí misma puede causar lesiones laríngeas (edema, ulceración). ● Prueba de Fuga del Cuff (Cuff Leak Test): Esta prueba evalúa la presencia de edema laríngeo. La ausencia de fuga de aire alrededor del tubo endotraqueal al desinflar el balón sugiere edema y un riesgo potencial de fracaso de la extubación. ● Protocolos Estandarizados: Los protocolos de destete deben ser específicos para cada servicio, integrando el trabajo de un equipo multidisciplinario que incluya enfermeras, fisioterapeutas y médicos. Deben incorporar criterios de evaluación diaria y pruebas estandarizadas de ventilación espontánea (PVE). ● Prueba de Ventilación Espontánea (PVE): Es el método más simple para determinar si un paciente puede reanudar la respiración espontánea. Una duración de 30 minutos ha demostrado ser tan efectiva como 2 horas para predecir el éxito del destete. El destete es una intervención de equipo que requiere una toma de decisiones coordinada y continua por parte de un equipo cohesionado. Este enfoque multidisciplinario es fundamental para reconocer los signos sutiles de preparación o de un fracaso inminente, optimizando los resultados del paciente y minimizando los riesgos de reintubación.
La predicción del éxito o fracaso del destete de la ventilación mecánica ha evolucionado de los índices fisiológicos tradicionales a la incorporación de biomarcadores y herramientas más complejas, reflejando una comprensión más integral de la fisiopatología subyacente. Índices Fisiológicos Tradicionales: ● Índice de Respiración Rápida Superficial (IRSR o Yang y Tobin): Calculado como la frecuencia respiratoria (respiraciones por minuto) dividida por el volumen tidal (litros). Un IRSR > 106 rpm/L indica un alto riesgo de fracaso, mientras que un valor < 60 rpm/L sugiere un bajo riesgo. Se considera uno de los índices predictivos más precisos. ● Presión Inspiratoria Máxima (PIMax o NIF): Evalúa la fuerza de los músculos respiratorios inspiratorios. Un umbral entre -20 y -30 cmH2O se utiliza para predecir el éxito del destete. ● Presión de Oclusión de la Vía Aérea (P0.1): Una medida indirecta de la intensidad del impulso nervioso central sobre los músculos respiratorios, reflejando el drive respiratorio y la fuerza muscular. Un rango normal es entre 0 y -2 cmH2O. Se ha demostrado una correlación negativa moderada con el fracaso del destete. ● Capacidad Vital: Un valor > 10 mL/kg ha sido sugerido como predictor de éxito, aunque su utilidad clínica no está completamente probada. ● Volumen Minuto (VM): Tradicionalmente, un VM < 10 L/min se ha asociado con un destete exitoso, pero es un predictor pobre cuando se usa de forma aislada. ● Compliance Estática del Sistema Respiratorio (Cstat): Describe la relación presión-volumen de los pulmones y la pared torácica. Un Cstat > 33 mL/cmH2O se ha sugerido como predictor, aunque con un valor predictivo moderado. Biomarcadores y Otros Índices Emergentes: La tendencia actual es hacia una comprensión más holística y molecular de la preparación para el destete, reconociendo que la fatiga de los
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Tipo de Predictor Índice/Biomarcado r
Criterio/Valor de Corte
Significado Clínico/Relevancia
Fuente
inspiratoria. P0.1 Correlación negativa con fracaso
Medida indirecta del drive respiratorio y fuerza muscular. Capacidad Vital > 10 mL/kg (sugiere éxito)
Integra fuerza muscular y impedancia del sistema respiratorio. Volumen Minuto (VM)
< 10 L/min (asociado a éxito)
Pobre predictor aislado. Cstat > 33 mL/cmH2O (predictor moderado)
Relación presión-volumen de pulmones y pared torácica. Cardiovascular Hemoconcentració n
Aumento > 6% en presión oncótica o
5% en Hb durante PVE
Predice edema pulmonar inducido por destete y fracaso. BNP > 275 pg/mL (predice fracaso sin enfermedad cardíaca previa)
Indicador de estrés cardiovascular.
Inflamatorio/Lesi ón Tisular
Ultrasonido Pulmonar/Diafrag mático
Líneas B (mal pronóstico); Adelgazamiento diafragmático > 30% (debilidad)
Evalúa edema pulmonar y disfunción diafragmática.
sST2, IL-6 Elevados (peores resultados en SDRA)
Biomarcadores de inflamación y lesión pulmonar. Ratio Ventilatorio (RV)
1 (predictor de fracaso)
Evalúa la eficiencia de la eliminación de CO2. Neurológico Escala VISAGE ≥ 3 puntos (90% éxito)
Relevante para pacientes neurocríticos; considera edad, seguimiento visual, deglución, GCS. Escala Four Correlación negativa con
Evaluación neurológica en
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Tipo de Predictor Índice/Biomarcado r
Criterio/Valor de Corte
Significado Clínico/Relevancia
Fuente
fracaso pacientes neurocríticos. Días de VMI Fuerte correlación con fracaso
La duración de la VM se asocia directamente con el éxito del destete. Pico Flujo/Esfuerzo Tusígeno
Relevante para éxito
Proporciona información sobre la protección de la vía aérea.
5. Resultados a Largo Plazo y Síndrome
Post-Cuidados Intensivos (PICS)
La supervivencia a la enfermedad crítica y la ventilación mecánica ha mejorado notablemente en las últimas décadas. Sin embargo, esta mayor supervivencia se ha asociado con un significativo deterioro funcional y una disminución de la calidad de vida a largo plazo. La distinción entre supervivencia (mantenerse con vida) y recuperación (recuperar la función previa a la enfermedad y la calidad de vida) es crucial. Una alta proporción de pacientes críticos que requieren VM prolongada sobreviven al alta hospitalaria, pero solo la mitad logra ser destetada completamente del ventilador, y menos de la mitad sigue viva al año. Esta discrepancia subraya el creciente desafío de manejar la enfermedad crítica crónica y sus secuelas a largo plazo.
El Síndrome Post-Cuidados Intensivos (PICS) es una colección de síntomas físicos, mentales (cognitivos) y emocionales que persisten después de que un individuo recibe tratamiento en la UCI. Este síndrome afecta a una proporción significativa de supervivientes de UCI, entre el 50% y el 80%. Existe también una forma de PICS que afecta a los familiares y amigos cercanos de los pacientes, conocida como PICS-Familia (PICS-F). Los síntomas de PICS se manifiestan en varios dominios: ● Síntomas Físicos: Incluyen debilidad muscular, fatiga persistente, problemas para dormir (insomnio), disnea o dificultad para respirar, y problemas de movilidad. La debilidad muscular puede afectar la deglución, la respiración y la movilidad general. ● Síntomas Mentales (Cognitivos): Abarcan confusión y delirio, problemas de memoria y pensamiento, dificultad para hablar, olvido, poca concentración y problemas para organizar y resolver problemas. Los déficits en la función ejecutiva pueden afectar la planificación, la organización y la gestión del tiempo, impactando gravemente la capacidad para realizar actividades diarias y mantener el empleo. ● Síntomas Emocionales: Comprenden ansiedad, depresión, trastorno de estrés postraumático (TEPT), disminución de la motivación, pesadillas y recuerdos no deseados relacionados con la estancia en UCI. Los factores de riesgo para desarrollar PICS son múltiples y están intrínsecamente ligados a la
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