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Trabajos en
Recintos
Confinados
Para mi mujer y mi madre. Eukene
y Edurne, sin las cuales no
hubiese sido posible este libro.
El autor no aceptará responsabilidades por las posibles consecuencias ocasionadas a las personas
físicas o jurídicas que actúen o dejen de actuar como resultado de la información contenida en esta
obra.
Cualquier reproducción, distribución o utilización de esta obra solo puede ser realizada con la
autorización de sus titulares.
Nº asiento registral: 01/2015/429.
Índice
Introducción
1. Definición de espacio confinado y ejemplos ……………………….Página 8
2. Riesgos y principales medidas preventivas………………………...Página 1 4
2.1 Anoxia
2.2 Intoxicación
2.3 Incendio y explosión
2.4 Caídas en altura
2.5 Caídas al mismo nivel
2.6 Golpes
2.7 Caídas de objetos al interior
2.8 Sobreesfuerzos
2.9 Atrapamientos
2.10 Ahogamientos
2.11 Enterramientos
2.12 Contactos eléctricos
2.13 Sustancias corrosivas
2.14 Riesgos macrobiológicos
2.15 Riesgos microbiológicos
2.16 Temperaturas extremas
2.16 Ruido
2.17 Pánico psicológico
2.18 Atropellos
3. Procedimiento de trabajo………………………………..……………Página 5 4
4. Autorización-Permiso de trabajo……………………………………..Página 5 6
5. Recurso preventivo……………………………………………………Página 6 1
6. Formación de los operarios…………………………………………..Página 6 3
7. Preparación de la zona de trabajo…………………………………...Página 6 5
7.1 Señalización
7.2 Consignación
7.3 Apertura controlada
7.4 Limpieza de la zona de entrada
7.5 Protección
7.6 Medición de la atmósfera
7.6.1 Nivel de oxigeno
7.6.2 Atmósferas inflamables o explosivas
7.6.3 Gases tóxicos
7.7 Inertización
7.8 Ventilación
7.8.1 Ventilación natural
7.8.2 Ventilación forzada
7.8.2.1 Soplado
7.8.2.2 Aspiración
7.8.2.3 Ventilación Combinada
7.9 Protección anticaídas
7.10 Comprobación de equipos
7.11 Vibraciones
7.12 Entibaciones
7.13 Limpieza del espacio confinado
7.14 Entrada
7.15 Comunicación con el exterior (vigilancia)
7.16 Cierre del espacio confinado
8. Equipos de protección individual y de trabajo………………………………Página 137
8.1 Detectores
8.1.1 Detectores puntuales
8.1.2 Detectores en continuo
8.1.2.1 Detectores de Inflamabilidad
8.1.2.2 Detectores de Oxígeno
8.1.2.3 Detectores de Tóxicos
8.1.2.4 Balizas
8.1.2.5 Uso y mantenimiento
8.2 Protección respiratoria
8.2.1. Equipos dependientes del medio ambiente
8.2.1.1. Filtros para partículas
8.2.1.2. Filtros para gases y vapores
8.2.2. Equipos independientes del medio ambiente
8.2.2.1. Equipos de respiración semiautónomos
8.2.2.1.1. Línea de aire comprimido
8.2.2.1.1.1. Botellas de alta presión.
8.2.2.1.1.2. Compresores.
8.2.2.1.2. Línea de aire fresco
8.2.2.2. Equipos de respiración autónomos
8.2.2.2.1. Equipos de circuito cerrado
8.2.2.2.2. Equipos de circuito abierto
8.2.2.2.3. Equipos de escape
9. Emergencia y Rescate…………………………………………………….Página 216
9.1 Organización de rescates
9.2 Principios básicos de un rescate
9.3 Tipos de rescate
9.3.1 Pozos
9.3.2 Galerías
9.3.3 Pozos + galerías
10. Asistencia de los accidentados/primeros auxilios…………………..Página 227
10.1 Actuaciones
10.1.1 Anoxia
10.1.2 Intoxicación
10.1.3 Estados de pánico
10.1.4 Mordedura de animales
10.1.4.1 Animales no venenosos
10.1.4.2 Animales venenosos
10.1.4.3 Picaduras
10.1.5 Ahogamientos
11. Anexos…………………………………………………………………..Página 238
Anexo I: Características de los gases peligrosos más habituales en recintos confinados.
Anexo II: Gases inertes.
Anexo III: Filtros adecuados a los diferentes gases tóxicos.
Anexo IV: Permiso de trabajo
12. Bibliografía………………………………………………………………Página 2 53
Introducción
En las investigaciones de los accidentes que se desarrollan dentro de los recintos
confinados, sigue observándose que en la mayoría de los casos no se aplican
correctamente las medidas orientadas a la prevención de las situaciones
potencialmente peligrosas. No se llevan a cabo procedimientos de actuación adecuados
a los espacios confinados en los que se realizan los trabajos. En muchos de los casos
se observa a su vez, que los operarios carecen de la formación adecuada para realizar
su trabajo en este tipo de entornos.
Estas situaciones determinan que sigan originándose accidentes que podrían evitarse
fácilmente si se trabajase de manera adecuada. Esta situación debe cambiar si
queremos que disminuya la accidentabilidad asociada a los recintos confinados.
El objetivo de la presente guía es ofrecer, tanto a los responsables de seguridad de las
empresas, como a los trabajadores que desarrollan su actividad en este tipo de lugares,
unos conocimientos que les ayuden a realizar sus respectivos trabajos adecuadamente
y de la manera más segura posible.
A pesar de que la casuística es amplísima, con miles de casos particulares, los datos
aquí expuestos permitirán a los técnicos de seguridad, adquirir los conocimientos para
desarrollar procedimientos adecuados a todas las situaciones posibles y a los
trabajadores ser capaces de seguirlos e interpretarlos de manera que su trabajo se
realice con el mayor nivel de seguridad posible.
A la hora de definir si un lugar está total o parcialmente cerrado, se tendrá que
considerar si el mismo tiene aberturas limitadas de entrada y salida, y si la ventilación
natural es desfavorable.
En cuanto a las aberturas limitadas de entrada y salida, el problema radica en definir lo
que se considera limitada y lo que no. Se acepta de forma generalizada que dicha
limitación no ha de basarse solamente en el tamaño de las mismas, sino que hay que
tener en cuenta la dificultad en cuanto al acceso al recinto. De esa manera pueden
definirse como confinados, lugares que a pesar de poseer una entrada de gran tamaño,
la evacuación del mismo en caso de emergencia puede resultar dificultosa o precisar de
mucho tiempo (pozos, galerías profundas…).
Se estima que un nivel de ventilación adecuado en el interior de un lugar de trabajo,
supone una renovación mínima de 50 metros cúbicos de aire limpio por hora y
trabajador. Si no se puede garantizar dicho flujo de aire limpio en el interior de un
recinto, este se considerará como desfavorablemente ventilado. La dificultad radica en
calcular dicho flujo, teniendo en cuenta que en la mayoría de los casos este variará en
función del tamaño de la entrada y de las condiciones atmosféricas exteriores, por lo
que se impone una estimación por parte de los técnicos que analizan dicho lugar. Si se
tratase de un recinto donde no se llega a este nivel de flujo atmosférico con el interior,
se deberá considerar que está parcialmente cerrado y que por tanto puede tratarse de
un recinto confinado.
También hay que tener en consideración que dicha definición no tiene en cuenta el
volumen total del recinto confinado. Para un lugar de pequeñas dimensiones puede
resultar una ventilación adecuada, pero no para un recinto confinado de grandes
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dimensiones, donde 50m3/h/trabajador pueden no garantizar la adecuada ventilación
del mismo. Teniendo en cuenta que para las galerías eléctricas se exige una ventilación
natural mínima de 6 veces la atmósfera interior por hora, puede tomarse dicho nivel
para considerar que un recinto confinado se encuentra bien ventilado,
independientemente de su tamaño.
La ventilación natural es mucho menos efectiva de lo que generalmente se cree y, tal y
como se explica en el capítulo “ 7 .8 ventilación” no deberían suponerse ventilaciones
adecuadas si no existen al menos dos entradas abiertas que generen una corriente de
aire, ni siquiera en recintos poco profundos (de 2 o 3 metros).
Frente a un espacio valorado como total o parcialmente cerrado, cuando se plantee la
duda sobre su consideración como espacio confinado o no, puede servirnos de guía la
siguiente plantilla:
¿Ha sido concebido para
una ocupación continuada?
¿Puede presentar
atmósferas peligrosas?
¿Se trata de un espacio
confinado?
Si Si No
Si No No
No Si Si
No No No
Para definir si un espacio de trabajo ha sido concebido para una ocupación continuada,
hay que tener en cuenta el fin con el que se ha diseñado y el tipo de construcción. Se
entiende que un lugar ha sido concebido como tal, cuando ha sido diseñado y
construido de acuerdo con el “Real Decreto 486/1.997 por el que se establecen las
disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo”. Un lugar de
trabajo puede ser considerado como “no concebido para su ocupación continuada” a
pesar de contar con escalas de acceso o plataformas para realizar ciertos trabajos
puntuales.
En el caso de las obras de construcción, donde se está acondicionando un lugar de
trabajo concebido para su ocupación, pero donde aún no se ha finalizado su realización,
no será necesariamente definido como espacio confinado, si su grado de acabado nos
permite una ocupación continuada del mismo. Caso aparte serán las zanjas donde
habrá que comprobar la estabilidad de las paredes, la ventilación y los accesos
adecuados para definir si son adecuadas para la ocupación de la misma durante el
tiempo que duren los trabajos.
Los lugares de trabajo evidentes, como pueden ser oficinas, talleres, almacenes…
construidos bajo las directrices del Real Decreto 486/97, se han concebido claramente
para una ocupación continuada por parte de los trabajadores. A pesar de existir en ellos
riesgos atmosféricos, no serán considerados como espacios confinados. Eso sí, en
Puede ocurrir que algunos lugares no sean considerados como espacios confinados, y
que sin embargo posean aberturas de entrada y salida limitadas o que por su compleja
estructura y configuración sea especialmente dificultosa la evacuación de un posible
accidentado (última fila de la tabla).
En estos casos, a pesar de no ser clasificados como tales y no cumplir las medidas de
prevención previstas para los mismos (medición de atmósferas, permiso de trabajo…)
deberá actuarse de manera muy similar a los espacios confinados en cuanto a las
medidas de rescate y evacuación, planificando adecuadamente la hipotética
intervención y teniendo a mano todo el material necesario para la misma. Al igual que
ocurre dentro de un espacio confinado, un retraso en la evacuación de un herido grave
puede ser fatal.
Existe la tendencia entre algunos técnicos de prevención, de clasificar estos lugares
como “lugares de difícil acceso” o “espacios confinados de categoría C (que no
requieren permiso de entrada)”, donde no es preciso el control de las atmósferas ni la
utilización de equipos de protección respiratoria a lo largo de los trabajos o de las
intervenciones de emergencia. Esta clasificación, influencia de los métodos de trabajo
estadounidenses (NIOSH), facilita la labor del técnico en cuanto a las clasificaciones de
los espacios y las medidas de prevención a adoptar en cada uno de los casos, y su
aplicación por parte de los operarios.
En base a la severidad de los riesgos asociados con los espacios confinados el NIOSH
(Nacional Institute for Occupational Safety and Health, equivalente en los EEUU del
INSHT) los divide de la siguiente manera:
CLASE A
La situación que presenta un espacio de esta categoría es
inmediatamente peligrosa para la vida o la salud, siendo los
peligros principales: la deficiencia de oxígeno, atmósfera
combustible o explosiva y/o concentración de sustancias
tóxicas.
CLASE B
Aunque no es inmediatamente peligroso para la salud y la vida,
si no se ponen las medidas preventivas adecuadas, existe la
posibilidad de que se ocasionen daños o aparezcan
enfermedades.
CLASE C
Lugares donde el peligro potencial existente, no requerirá
ninguna modificación especial del procedimiento habitual de
trabajo.
Si se define un lugar como “recinto confinado” (aunque sea clasificado de categoría C),
debido a su consideración como tal (recinto confinado), requerirá de una serie de
medidas que están contempladas para este tipo de espacios (presencia de un recurso
preventivo, vigilancia continua, medición de gases, equipos de rescate…). Por ello, en
caso de encontrarse con un lugar que en función de la definición aplicable en nuestro
país, no deba ser considerado como recinto confinado, será mejor clasificarlo como
lugar de difícil acceso o espacio de evacuación dificultosa. De esta manera se tomarán
las medidas adecuadas a los peligros reales presentes en el lugar.
Según las recomendaciones de las instituciones oficiales lo correcto en el estado
español es la clasificación de los recintos confinados en tres categorías diferentes
desde el punto de vista operativo, tres supuestos cuya necesidad vendrá determinada
por la evaluación de riesgos:
1ª categoría: Necesita autorización de entrada por escrito y un plan de trabajo
específico.
2ª categoría: Precisa de seguridad en el método de trabajo con un permiso para entrar
sin protección respiratoria.
3ª categoría: Se necesita seguridad en el método de trabajo, pero no se necesita
permiso de entrada.
Se asemeja a la clasificación estadounidense comentada anteriormente y su objetivo es
facilitar la clasificación de los recintos y el trabajo de operarios y técnicos implicados en
los trabajos. En el primer caso, se trata de lugares donde, por su elevado nivel de
peligrosidad es inconcebible la realización de una entrada sin l consiguiente protección
respiratoria o medida de protección equivalente. En el segundo caso la entrada podrá
realizarse sin dicha protección, pero teniendo en cuenta que si no se toman las medidas
adecuadas (permiso de trabajo…) existe la posibilidad de que se desencadenen
accidentes de extrema gravedad. En el tercer caso, los recintos confinados son de baja
peligrosidad, pero a pesar de no ser obligatorio el permiso de entrada, habrán de
tomarse todas las demás medidas de prevención frente a los accidentes que pudiesen
ocurrir en el interior (medición, vigilancia…).
Son ejemplos de recintos confinados: tanques (de almacenamiento, sedimentación…),
depósitos, silos, cubas, colectores (visitables o no), salas enterradas, chimeneas,
reactores, galerías, pozos, fosos, cubas, cisternas, arquetas, salas subterráneas de
transformadores, gasómetros, alcantarillas, bodegas, etc.
La entrada en un espacio confinado se produce siempre y cuando cualquier parte del
cuerpo traspasa el plano de la entrada con algún tipo de riesgo para la persona.
Exista una acumulación de agentes inflamables o explosivos por encima del 10%
del límite inferior de inflamabilidad.
Exista una acumulación de contaminantes tóxicos que podrían:
o Suponer un peligro para la salud del trabajador por haber superado los
límites de exposición laboral.
o Anular la capacidad de una persona para salir del espacio confinado por
sus propios medios. Entendido esto como la capacidad de hacerlo de
manera autónoma, sin ayuda de un equipo de protección respiratoria y sin
la asistencia de nadie.
Se definirá como atmósfera inmediatamente peligrosa para la vida como aquella en la
que:
El contenido de oxígeno sea inferior al 17%.
La concentración de agentes inflamables o explosivos alcance o supere el 25%
del límite inferior de inflamabilidad.
La concentración de contaminantes tóxicos alcancen o superen su valor I.P.V.S.
(concentración inmediatamente peligrosa para la vida o la salud de las personas).
Debido a su importancia, comenzaremos el análisis de los riesgos de un espacio
confinado, estudiando los correspondientes a las atmósferas peligrosas.
2.1 Anoxia
No se deben confundir los términos anoxia y asfixia. El primero se refiere a la falta de
oxígeno en un lugar (puede referirse incluso a los tejidos vivos) y la segunda nos indica
la suspensión de las funciones vitales debido a la falta de oxígeno en las células
sanguíneas del individuo. La anoxia sería la causa y la asfixia el efecto.
El aire presente en la atmósfera terrestre se compone, salvo leves oscilaciones, tan solo
en un 21% de oxígeno (exactamente el 20’94 %). El resto de los elementos que la
componen son: el nitrógeno, que con un 78’1% es el mayoritario, un 0’9% de argón y
pequeñas cantidades de otros gases como el dióxido de carbono (0’035%), el ozono,
etc.
Nitrógeno 78,084%
Oxígeno 20,946%
Argón 0,934%
Otros 0,037%
CO2 0,035%
Ne 0,0018%
He 0,00052%
CH4 0,00017%
Kr 0,00011%
H2 0,00005%
Si esta cantidad de oxígeno desciende, el organismo se resiente y no funcionará
adecuadamente. A medida que desciende la cantidad de oxígeno respirada por un
individuo, los efectos de esta anoxia son cada vez más graves, llegando en casos
extremos, a la muerte del trabajador.
Podemos ver en una tabla como afecta al ser humano la disminución del porcentaje (y
por lo tanto de la cantidad absoluta, en unas condiciones estables de presión
atmosférica/altura) de oxígeno respirado.
Concentración de OO
22
% en el aire
Efectos o consecuencias en los seres humanos
>23 Atmósfera sobre oxigenada, gran riesgo de incendio.
21 Concentración normal del oxígeno en el aire.
20’5 Concentración mínima requerida para entrar en un espacio
confinado, sin equipos de protección respiratoria con suministro
de aire.
19’5 Límite respirable por el ser humano sin afectar al proceso
respiratorio.
18 Aumento del volumen de respiración, elevación del pulso,
afectación del sistema muscular (fatiga y problemas de
coordinación).
Otros Gases
Absorción por parte de productos químicos presentes en el recinto (lechos
filtrantes de carbono activo húmedo…).
Absorción del oxígeno por el agua.
Oxidación de superficies metálicas (interiores de los depósitos).
Reacciones químicas de oxidación de productos presentes en el espacio
confinado (residuos sin limpiar, vertidos industriales de otras instalaciones, etc.).
La respiración de los operarios presentes en recintos de volumen escaso.
Etc.
También podemos encontrarnos con que el oxígeno ha sido desplazado por la
presencia de otros gases en el recinto confinado.
A una temperatura y presión estables, condiciones generalmente presentes en los
espacios confinados, la cantidad de moléculas que están presentes en un volumen
dado es fija. No “queda sitio” para más moléculas de gas. Si moléculas de un gas nuevo
son introducidas en ese volumen, una parte proporcional de la mezcla de gases original
(atmósfera) será desplazada fuera.
El desplazamiento del oxígeno puede darse entre otras, por las siguientes causas:
Desprendimiento de dióxido de carbono debido a la presencia de aguas
carbonatadas.
Removido o pisado de lodos, que permitirán aflorar a la superficie bolsas de gas
contenidas en ellos.
Liberación de conductos obstruidos.
Empleo de gases inertes (Nitrógeno, Argón, dióxido de carbono, etc.) en el
purgado o limpieza de depósitos para eliminar el peligro de incendio/explosión.
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Depósitos y almacenes donde, debido al peligro de incendio y/o explosión, se
mantiene artificialmente una atmósfera baja en O2 (por debajo del 15%). Para
ello se utiliza el aporte continuo y controlado de nitrógeno como gas inerte.
Tanques de almacenamiento de gases inertes.
Utilización de equipos que sean fuente de gases (soldadura con arco protegido).
Liberación de gases por parte de otras instalaciones en contacto con el espacio
confinado (vertidos industriales, recintos comunicados con conducciones de gas,
gases de escape de un motor cercano a una entrada, etc.).
Desprendimiento de dióxido de carbono y/o ácido sulfhídrico debido a
descomposiciones y fermentaciones aeróbicas de materia orgánica presente en
el interior o en instalaciones comunicadas con el recinto confinado (purines,
residuos vegetales en fosos, fangos orgánicos, fermentaciones alcohólicas en
tinas de vino, silos de cereales…).
Desprendimiento de metano debido a la fermentación anaeróbica de materia
orgánica presente en el espacio (fosas sépticas, redes de alcantarillado,
digestores de depuración de aguas residuales, etc.).
Desprendimiento por calentamiento, de productos contenidos en las paredes
porosas de algunos espacios confinados (Zanjas, silos de hormigón…).
Vertidos de sustancias muy volátiles por parte de otras instalaciones en contacto
con el recinto confinado, que al evaporarse generarán gases (hidrocarburos,
disolventes…)
Utilización de nitrógeno líquido como refrigerante.
El riesgo de asfixia por falta de oxígeno, puede presentarse en espacios confinados
como son los descritos en los puntos anteriores.
Como se ha indicado, una de las principales causas de desplazamiento del oxígeno en
un recinto confinado es la utilización de los denominados gases inertes.
Un gas inerte es un gas que a presiones y temperaturas de utilización no reacciona con
otros materiales. Se consideran como tales los gases nobles helio, neón, argón, criptón
y xenón, el nitrógeno, el dióxido de carbono (o anhídrido carbónico) y diferentes
mezclas de algunos de ellos. No se consideran como tales los gases que, pese a serlo
en condiciones de presión y temperatura normales, pueden dar diferentes tipos de
reacciones cuando varían estas condiciones, pudiendo generar incluso gases tóxicos en
algunas ocasiones.
Hay que reseñar que pese a la denominación como “gases inertes”, algo que lleva
muchas veces a considerarlos como gases “sin riesgo”, pueden ser el origen tal y como
hemos visto, de un descenso en el porcentaje de oxígeno de la atmósfera circundante y
por tanto estar generando un grave peligro, que muchas veces no es tenido en cuenta.
En uno de los anexos se detallarán las características principales de los gases inertes
utilizados en industria.