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Soluciones intravenosas en el contexto de diversas patologías
Tipo: Guías, Proyectos, Investigaciones
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La fluidoterapia intravenosa (IV) es una piedra angular en el manejo de pacientes hospitalizados, esencial para mantener la homeostasis, restaurar el volumen circulante y optimizar la perfusión tisular. Este informe exhaustivo detalla los distintos tipos de soluciones líquidas IV —cristaloides (isotónicos, hipotónicos, hipertónicos) y coloides (naturales y artificiales)—, examinando sus propiedades fisiológicas y sus aplicaciones clínicas específicas en condiciones como el shock, las quemaduras y las anemias. La evolución de la fluidoterapia ha transitado de una reposición empírica a un enfoque de precisión guiado por objetivos, enfatizando la individualización del tratamiento. Se destaca la importancia crítica de una monitorización avanzada, que incluye parámetros dinámicos, para evitar complicaciones graves como la sobrecarga hídrica, el edema pulmonar y el daño orgánico. Se abordan las consideraciones específicas para poblaciones vulnerables como pacientes pediátricos, ancianos y embarazadas, así como en situaciones de insuficiencia renal o cardíaca. Finalmente, el informe explora los avances emergentes en medicina personalizada, el papel de la inteligencia artificial y la telemonitorización en la optimización de la fluidoterapia, y las implicaciones éticas y socioeconómicas asociadas a su administración. La correcta selección y gestión de los fluidos IV, respaldada por la evidencia científica más reciente, es crucial para mejorar los resultados clínicos y la seguridad del paciente.
La fluidoterapia intravenosa representa una de las intervenciones terapéuticas más frecuentes y de mayor impacto en el entorno hospitalario. Su correcta aplicación es vital para el mantenimiento de la vida y la recuperación de la salud en una amplia gama de condiciones clínicas, desde desequilibrios electrolíticos leves hasta estados de shock que amenazan la vida.
La fluidoterapia intravenosa es un método de tratamiento fundamental y ampliamente prescrito en la mayoría de los pacientes hospitalizados. Su propósito primordial es asegurar la estabilidad fisiológica del paciente mediante la manipulación del volumen y la composición de los líquidos corporales. Los objetivos clave de esta intervención incluyen:
● Corrección y Mantenimiento del Equilibrio Hidroelectrolítico: La fluidoterapia busca corregir déficits existentes de agua y electrolitos o prevenir su aparición, manteniendo así la homeostasis interna. ● Restauración y Optimización del Volumen Intravascular y la Perfusión Tisular: En situaciones de pérdida significativa de líquidos, como deshidratación severa, hemorragias o quemaduras, la administración de fluidos IV es crucial para reponer el volumen sanguíneo circulante y garantizar una adecuada perfusión de los órganos y tejidos, mejorando el gasto cardíaco y la oxigenación tisular. ● Vehículo para la Administración de Medicamentos y Soporte Nutricional: Más allá de la reposición de volumen, los fluidos intravenosos sirven como medio para administrar fármacos directamente al torrente sanguíneo, permitiendo una acción más rápida y efectiva. También son esenciales para proporcionar apoyo nutricional a pacientes que no pueden ingerir o absorber nutrientes por vía oral. La comprensión de la fluidoterapia ha evolucionado significativamente. Inicialmente concebida como una simple reposición de agua y electrolitos perdidos, por ejemplo, en enfermedades diarreicas, ha progresado hacia un enfoque más sofisticado centrado en la optimización del gasto cardíaco y la perfusión tisular en pacientes críticos. Este cambio de paradigma refleja un entendimiento más profundo de la fisiología del paciente crítico, donde la fluidoterapia no es simplemente "llenar un tanque", sino una intervención de precisión que requiere un ajuste cuidadoso del volumen y la composición para alcanzar objetivos hemodinámicos específicos. Esta complejidad subraya la necesidad de una monitorización avanzada y un enfoque individualizado, sentando las bases para la discusión de las complicaciones y la personalización del tratamiento. A pesar de su papel indispensable, la fluidoterapia es una intervención de doble filo. Si bien es fundamental para la reanimación y el soporte vital, un manejo inadecuado de los líquidos en pacientes críticos puede conducir a una morbilidad y mortalidad significativas. La administración excesiva o insuficiente de fluidos, o la elección incorrecta del tipo de solución, puede desencadenar una cascada de eventos adversos, incluyendo sobrecarga cardiovascular, edema pulmonar y disfunción orgánica. Esta tensión inherente entre el beneficio potencial y el riesgo considerable justifica la necesidad de guías clínicas detalladas, una monitorización estricta y una formación continua para los profesionales de la salud.
Para comprender la acción de las soluciones intravenosas, es imperativo conocer la distribución del agua en el cuerpo humano y los mecanismos que regulan su equilibrio. El agua es la sustancia más abundante en el organismo, constituyendo aproximadamente el 50-60% del peso corporal total, con variaciones según la edad, el sexo y la proporción de tejido adiposo. Esta agua se distribuye en dos compartimentos principales: ● Líquido Intracelular (LIC): Representa aproximadamente dos tercios del agua corporal total y se encuentra dentro de las células. ● Líquido Extracelular (LEC): Constituye el tercio restante del agua corporal total y se subdivide a su vez en: ○ Líquido Intersticial: El volumen más grande del LEC, que rodea las células en los tejidos, huesos y tejido conectivo. ○ Líquido Intravascular (Plasma): Representa aproximadamente una cuarta parte
Los cristaloides isotónicos poseen una osmolaridad similar a la del plasma (aproximadamente 285-295 mOsm/L). Esto significa que, en teoría, no causan cambios significativos en el volumen entre el líquido intracelular (LIC) y el líquido extracelular (LEC) y tienden a permanecer en el LEC cuando se administran por vía intravenosa. ● Usos Principales: Su indicación principal es la hidratación del compartimento intravascular en situaciones de pérdida de líquido importante, como deshidratación, hemorragias, o para reponer el déficit del líquido extracelular. ● Distribución: A pesar de ser isotónicas, se distribuyen por todo el espacio extracelular. Se estima que, después de 60 minutos de administración, solo entre el 20% y el 30% del volumen perfundido permanece en el espacio intravascular. Ejemplos Comunes: ● Cloruro Sódico al 0.9% (Suero Salino o Fisiológico): Es una de las soluciones más utilizadas. Contiene 154 mEq/L de sodio y 154 mEq/L de cloruro, con una osmolaridad de 308 mOsm/L y un pH ligeramente ácido de 5.7. Es ideal para la reposición de electrolitos y volumen, especialmente en estados de hipocloremia. Sin embargo, la infusión de grandes volúmenes de suero salino al 0.9% puede resultar en hipernatremia e hipercloremia , y puede inducir acidosis metabólica hiperclorémica debido a su alto contenido de cloruro en comparación con el plasma. ● Ringer Lactato (Solución de Hartmann): Esta solución contiene 130 mEq/L de sodio, 109 mEq/L de cloruro, 4 mEq/L de potasio, 3 mEq/L de calcio y 28 mEq/L de lactato, con una osmolaridad de 273 mOsm/L y un pH de 6.7. Su efecto neto es alcalinizante debido al metabolismo del lactato a bicarbonato, por lo que debe usarse con precaución en situaciones de hipocalcemia. ● Soluciones Balanceadas (ej. Plasmalyte®, Ringer Acetato): Son cristaloides diseñados para tener una osmolaridad y composición electrolítica (sodio, potasio, cloruro, calcio y magnesio) más similar a la del plasma humano. Contienen acetato o gluconato como precursores del bicarbonato, lo que ayuda a evitar la acidosis hiperclorémica asociada al suero salino 0.9%. Evidencia Comparativa: La evidencia actual sugiere que las soluciones balanceadas pueden ofrecer ventajas sobre el suero salino 0.9% en ciertos escenarios clínicos. Por ejemplo, en modelos de choque hemorrágico, el Ringer Lactato se ha asociado con una menor lesión hepática, renal y pulmonar en comparación con el NaCl 0.9%. Además, estudios recientes indican que el uso de soluciones balanceadas se asocia con una menor tasa de eventos renales adversos mayores y mortalidad en pacientes hipovolémicos. En niños gravemente deshidratados con diarrea aguda, las soluciones balanceadas (como Ringer Lactato o Plasma-Lyte) se han asociado con menos días de hospitalización y mejores desenlaces bioquímicos en comparación con la solución salina al 0.9%, aunque la evidencia sobre la mortalidad aún es incierta. Esta preferencia por las soluciones balanceadas en muchos casos se debe a su perfil electrolítico más fisiológico, que reduce el riesgo de acidosis hiperclorémica y sus potenciales consecuencias negativas, especialmente en pacientes críticos que requieren grandes volúmenes de fluidos.
Las soluciones hipotónicas tienen una osmolaridad inferior a la de los líquidos corporales y, por lo tanto, ejercen menos presión osmótica que el LEC. ● Usos Principales: Son útiles para hidratar a un paciente, aumentar la diuresis y valorar el estado renal. Su uso es poco frecuente en situaciones de reposición de volumen 4
intravascular. ● Efectos Fisiológicos: La administración de soluciones hipotónicas provoca un movimiento de agua desde el espacio extracelular hacia el espacio intracelular, con el riesgo de causar edema celular. La dextrosa al 5% en agua es un ejemplo clásico; aunque inicialmente isotónica, la glucosa se metaboliza rápidamente, dejando solo agua libre que se distribuye por todos los compartimentos, convirtiéndola en funcionalmente hipotónica. Solo el 8% del volumen perfundido de glucosado al 5% permanece en la circulación. La administración excesiva puede llevar a la depleción del líquido intravascular (LIV), hipotensión, edema celular y daño celular. ● Ejemplos Comunes: Solución salina o de cloruro sódico (ClNa) al 0.3% y 0.45%, dextrosa al 5% en agua (glucosado al 5%). Las soluciones al 0.2% y 0.33% tienden a producir hiponatremia.
Las soluciones hipertónicas tienen una osmolaridad superior a la de los líquidos corporales y, por lo tanto, ejercen una mayor presión osmótica que el LEC. ● Usos Principales: Son útiles para el tratamiento de problemas de intoxicación por agua (expansión hipotónica), que ocurre cuando hay demasiada agua en las células. También se utilizan para disminuir la presión intracraneal elevada. ● Efectos Fisiológicos: La alta osmolaridad de estas soluciones provoca un movimiento de líquidos desde el líquido intracelular (LIC) hacia el LEC y el espacio intravascular. La administración rápida puede causar sobrecarga circulatoria y deshidratación. ● Ejemplos Comunes: Solución salina o de cloruro sódico (ClNa) al 3% y 7.5%, soluciones de dextrosa al 10%, 20% y 40%, y combinaciones de glucosa y salino (suero glucosalino). El suero salino hipertónico requiere monitorización de los niveles de sodio y osmolaridad. Las soluciones glucosadas al 10%, 20% y 40% se emplean en procesos de hiperpotasemia, ya que movilizan este ion al espacio intracelular y el sodio al espacio extracelular.
Las soluciones coloidales contienen partículas de alto peso molecular que, a diferencia de los cristaloides, no atraviesan fácilmente las membranas capilares en condiciones normales. ● Efectos Fisiológicos: Su principal efecto es aumentar la presión osmótica plasmática (presión oncótica) y, por lo tanto, retener agua en el espacio intravascular. Esto las convierte en agentes expansores plasmáticos más potentes y con efectos hemodinámicos más rápidos y sostenidos que los cristaloides, requiriendo un menor volumen para lograr la misma expansión intravascular. Sin embargo, su costo es generalmente mayor. Se clasifican en coloides naturales y artificiales:
● Albúmina: ○ Origen y Función: Es la proteína plasmática más abundante, producida en el hígado, y responsable del 70-80% de la presión oncótica del plasma. Se distribuye entre los compartimentos intravascular (40%) e intersticial (60%). Su concentración 5
actual sugiere que no hay una superioridad clara de los coloides en la reducción de la mortalidad. ● Mortalidad: Existe evidencia de certeza moderada de que la administración de coloides (almidones, dextranos, albúmina o PFC) en comparación con cristaloides, probablemente produce poco o ningún cambio en el número de pacientes críticos que mueren en un plazo de 30 o 90 días, o al final del seguimiento del estudio. Para las gelatinas, la evidencia es de baja certeza, indicando también poco o ningún cambio en la mortalidad. ● Necesidad de Transfusión de Sangre y Terapia de Reemplazo Renal (TRR): ○ La administración de almidones probablemente aumenta ligeramente la necesidad de transfusión de sangre y de TRR. ○ La albúmina o el PFC pueden lograr poco o ningún cambio en la necesidad de TRR. ● Episodios Adversos: Pocos estudios informan sobre episodios adversos, por lo que no hay certeza sobre si algún tipo de líquido causa menos episodios adversos. Sin embargo, se ha observado una menor incidencia de picazón o erupciones cutáneas con los cristaloides en comparación con los almidones. ● Costo: Los coloides son significativamente más costosos que los cristaloides. La falta de una superioridad clara en la mortalidad, junto con el mayor costo y los riesgos asociados a algunos coloides (como el daño renal y la coagulopatía con HES), ha llevado a una preferencia generalizada por los cristaloides en la reanimación inicial de la mayoría de los pacientes críticos. Es importante destacar que en pacientes con sepsis, shock y otras condiciones críticas, la permeabilidad capilar puede estar aumentada, lo que reduce la capacidad de los coloides para permanecer en el espacio intravascular, disminuyendo su eficacia como expansores de volumen. Esto implica que la elección del tipo de fluido es a menudo menos importante que la cantidad de fluido administrado y la estrategia de reanimación global.
3. Usos Clínicos Específicos de la Fluidoterapia
Intravenosa
La fluidoterapia intravenosa se adapta a las necesidades fisiopatológicas de cada condición clínica, buscando restaurar el equilibrio hídrico y electrolítico, optimizar la perfusión orgánica y apoyar las funciones vitales.
El shock es un síndrome caracterizado por una hipoperfusión tisular y orgánica inadecuada, que puede llevar a disfunción y muerte si no se corrige rápidamente. El tratamiento comienza simultáneamente con la evaluación. El objetivo principal de la fluidoterapia en el shock es restaurar la perfusión tisular adecuada. ● Tratamiento General del Shock: ○ La reanimación con fluidos es una parte crucial del tratamiento de la hipotensión y el shock de cualquier etiología. ○ Generalmente, se administran 1 L (o 20 mL/kg en niños) de solución fisiológica (salina al 0.9%) durante 15 minutos. ○ La infusión de líquido se continúa hasta que los parámetros clínicos retornan a los valores normales. 7
○ Es fundamental evitar la sobrecarga de fluidos, especialmente en pacientes con signos de edema pulmonar. ○ La monitorización de la respuesta a fluidos debe basarse en parámetros dinámicos, como la variación de la presión del pulso o la variación del volumen sistólico, sobre los parámetros estáticos o el examen físico solo. ● Shock Hemorrágico: ○ La prioridad es el control quirúrgico de la hemorragia. ○ La reposición de volumen acompaña, en lugar de preceder, a la cirugía para restaurar la hemostasia. ○ Se prefieren los productos sanguíneos (eritrocitos, plasma fresco congelado y plaquetas en proporción 1:1:1) a los cristaloides en hemorragias mayores. ○ Si la sangre no está disponible de inmediato, se puede administrar un bolo de Ringer Lactato (20 ml/kg en niños; 250-500 ml en adultos) con precaución, minimizando su uso. Una vez que la sangre esté disponible, se debe interrumpir el Ringer Lactato y administrar solo sangre. ○ El ácido tranexámico (15 mg/kg en niños, 1 g en adultos) se administra por vía IV lenta si el paciente acude en las primeras 3 horas desde el traumatismo. ○ Los vasopresores solo deben considerarse en shock hemorrágico refractario, después de restaurar el volumen sanguíneo adecuado y controlar la hemorragia, ya que su administración previa puede empeorar los resultados. ● Shock Séptico: ○ La fluidoterapia es un pilar fundamental en el tratamiento, pero el volumen debe ser cuidadosamente manejado. ○ Las guías recomiendan un bolo inicial de 30 ml/kg de cristaloide IV dentro de las primeras tres horas de reanimación. ○ Para niños y adolescentes menores de 15 años, se usa solución de Glucosado 5%-Ringer Lactato (G5%-RL) como fluidoterapia de mantenimiento. Para adolescentes de 15 años o más y adultos, se administra un bolo de 250-500 ml de Ringer Lactato lo más rápido posible. ○ Se deben iniciar antibióticos de amplio espectro en la primera hora de atención. ○ La reanimación debe ser guiada por objetivos, utilizando medidas dinámicas para evaluar la respuesta a fluidos y evitar la sobrecarga hídrica, que aumenta la morbilidad y mortalidad. La estrategia ROSE (Resuscitation, Optimization, Stabilization, Evacuation) describe las fases de manejo del shock, donde la fluidoterapia se adapta a las necesidades del paciente en cada etapa. ● Shock Cardiogénico: ○ La administración de Ringer Lactato debe realizarse con suma precaución, vigilando estrechamente los signos de hipervolemia. ○ En adultos, se administran 100 a 250 ml en 30 minutos. ○ Si la presión de oclusión de la arteria pulmonar (POAP) es baja o normal (15- mmHg óptima), se utiliza la expansión de volumen. Un bolo inicial de 250-500 ml de solución salina al 0.9% puede iniciarse mientras se ausculta el tórax frecuentemente para detectar signos de sobrecarga. ○ Los vasopresores o inotrópicos (como la dobutamina) son a menudo necesarios para mantener la presión arterial y mejorar el gasto cardíaco, especialmente si el paciente tiene presiones de llenado normales o elevadas.
■ Indicaciones: Malabsorción intestinal, anemia moderada a severa, intolerancia a la vía oral o falta de respuesta al tratamiento oral. ■ Ventajas: Menor duración del tratamiento, mejor tolerancia y adherencia del paciente, y una respuesta eritropoyética más rápida. El incremento estimado de hemoglobina es de aproximadamente 1 g/dL por cada 150-200 mg de hierro IV administrado, con un efecto eritropoyético que se manifiesta a partir del 7º-10º día. ■ Desventajas: Riesgo de flebitis y reacciones anafilácticas. Está contraindicado en casos de infección activa. ■ Productos Comunes y Dosificación: ■ Hierro Sacarato: Efectivo y seguro, de elección durante la internación por su disponibilidad y velocidad de acción. Dosis total calculada con la fórmula de Ganzoni: Peso (kg) x (Hb objetivo - Hb real) (g/dL) x 2.4 + 500 mg de depósito de hierro. No exceder 200 mg por dosis, administrado máximo 3 veces por semana. ■ Hierro Carboximaltosa (HCM): Dosis máxima de 1000 mg por administración y semanal. Se infunde en 20-30 minutos y no debe diluirse en más de 200 cc. ○ Transfusión Sanguínea Alogénica (TSA): Es un método rápido y efectivo para restaurar los niveles de hemoglobina, generalmente reservado para situaciones agudas con compromiso hemodinámico. Los umbrales de transfusión suelen estar alrededor de 7 g/dL, manteniendo los niveles de hemoglobina entre 7-9 g/dL en ausencia de disfunción orgánica. Sin embargo, la TSA es un recurso costoso y escaso, asociado con complicaciones y efectos adversos, incluyendo un aumento de las tasas de infección postoperatoria, estancia hospitalaria y mortalidad. La tendencia actual es priorizar la reposición de hierro y otras alternativas siempre que sea posible para evitar las complicaciones asociadas a la transfusión. ○ Otras Terapias: Incluyen agentes estimuladores de la eritropoyesis (como la eritropoyetina humana recombinante), transfusión autóloga programada (recolección y reinfusión de la propia sangre del paciente), sustancias antifibrinolíticas (ácido tranexámico) y materiales prohemostáticos.
La fluidoterapia se aplica en una variedad de escenarios clínicos más allá del shock, las quemaduras y las anemias, con consideraciones adaptadas a la fisiopatología subyacente y las características del paciente. ● Deshidratación: Cuando un paciente no puede ingerir líquidos por vía oral, la fluidoterapia intravenosa es fundamental para reponer rápidamente el agua y los electrolitos perdidos. Las soluciones isotónicas como el suero salino 0.9% o el Ringer Lactato son las más utilizadas para este fin, ya que reponen el déficit del líquido extracelular. ● Desequilibrios Electrolíticos: En condiciones como la enfermedad renal o los vómitos y diarreas severos, que pueden causar desequilibrios electrolíticos graves, los líquidos intravenosos son cruciales para restaurar el balance. La elección de la solución dependerá del electrolito afectado; por ejemplo, el suero salino 0.45% con potasio puede ser útil en hipopotasemia asociada a alcalosis. ● Insuficiencia Renal: En pacientes con enfermedad renal crónica (ERC) avanzada o 10
insuficiencia renal, incluyendo aquellos en diálisis, es fundamental limitar la ingesta de líquidos debido a la incapacidad del cuerpo para eliminar el exceso de agua, lo que puede llevar a acumulación de líquidos (edema en pies, tobillos, manos, cara, disnea, calambres, cefaleas, hipertensión y estrés cardíaco). La monitorización de los parámetros séricos y urinarios es crucial para prevenir la hiponatremia y la deshidratación. Sin embargo, en etapas más tempranas de la ERC o en pacientes con poliquistosis renal que aún conservan la capacidad de generar un alto volumen de orina, una ingesta generosa de líquidos (2-3 litros/día de agua simple) puede ayudar a preservar la función renal, siempre con precaución y una individualización estricta. ● Insuficiencia Cardíaca: En pacientes con insuficiencia cardíaca, el corazón no bombea suficiente sangre, lo que provoca la acumulación de líquidos en el cuerpo. En estos casos, la fluidoterapia se limita principalmente a la reposición de pérdidas específicas, mientras que el manejo principal se centra en la restricción de líquidos y sodio, y el uso de diuréticos para eliminar el exceso de volumen. La monitorización de signos de sobrecarga hídrica como el aumento de peso, la hinchazón y la disnea es esencial. ● Poblaciones Especiales: ○ Pediatría: La fluidoterapia en niños y adolescentes requiere un cálculo preciso basado en el peso corporal o el área de superficie corporal. Para la reanimación en shock, se recomiendan cristaloides sin glucosa con cloruro de sodio en el rango de 131-154 mmol/L, evitando el uso de almidones de hidroxietilo. Para el mantenimiento, se sugieren soluciones balanceadas con glucosa al 1%-2% para prevenir hiponatremia e hipoglucemia. Los lactantes menores pueden requerir dextrosa al 5% con cloruro de sodio al medio normal. ○ Ancianos: Las personas mayores tienen una disminución de la percepción de la sed y una menor proporción de agua corporal total, lo que los hace más susceptibles a la deshidratación. Las necesidades básicas de agua se estiman entre 2.5 y 2.75 litros al día, y es crucial fomentar la ingesta regular de líquidos, incluso sin sed. En casos de deshidratación severa, se requiere atención médica para el restablecimiento hidroelectrolítico. Se deben considerar volúmenes más restringidos (20-25 ml/kg/24h) en ancianos frágiles o con insuficiencia renal o cardíaca. ○ Embarazo: En gestantes con hipovolemia, la albúmina puede ser más adecuada que los coloides artificiales debido al riesgo de reacción anafiláctica fetal a estos últimos. La oxitocina, utilizada en el parto, se recomienda diluirla en soluciones hidroelectrolíticas isotónicas como el Ringer Lactato o el suero salino fisiológico.
4. Monitorización y Complicaciones de la
Fluidoterapia
La administración de fluidos intravenosos, si bien es una intervención vital, no está exenta de riesgos. Una monitorización rigurosa y un conocimiento profundo de las posibles complicaciones son esenciales para garantizar la seguridad del paciente y optimizar los resultados clínicos.
La monitorización de la fluidoterapia intravenosa es crucial para asegurar su seguridad y
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menos 15 segundos; un aumento >5% en el gasto cardíaco indica dependencia de la precarga. ○ Signos Clínicos de Perfusión Periférica: Además de los parámetros instrumentales, la evaluación clínica sigue siendo fundamental: frecuencia respiratoria, pulso, presión arterial, llenado de venas yugulares, apariencia y temperatura de la piel, llenado capilar, estado de conciencia y diuresis.
Un manejo inadecuado de los líquidos puede conducir a una morbilidad y mortalidad significativas en pacientes críticos. Las complicaciones se pueden clasificar según su origen: ● Complicaciones Derivadas de la Técnica de Administración: ○ Locales: Infiltración (extravasación), flebitis (inflamación de la vena), celulitis, dolor en el sitio de punción, hematomas. ○ Sistémicas (Raras pero Graves): Embolismo gaseoso, punción arterial accidental, neumotórax y hemotórax (especialmente con vías centrales). ○ Infecciosas: La infección es un riesgo significativo, especialmente con catéteres venosos centrales (CVC), que pueden permanecer colocados por semanas o meses. ● Complicaciones Derivadas del Volumen Perfundido (Sobrecarga de Fluidos): La sobrecarga hídrica es uno de los riesgos más graves y frecuentes, con consecuencias deletéreas en múltiples sistemas orgánicos. ○ Sobrecarga Cardiovascular: El aumento del volumen sanguíneo impone un estrés adicional al corazón, pudiendo llevar a disfunción cardíaca e insuficiencia cardíaca, especialmente en pacientes con patologías cardíacas preexistentes. ○ Edema Pulmonar: Los pulmones son particularmente susceptibles. El exceso de líquido puede provocar edema pulmonar agudo o síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), comprometiendo gravemente la oxigenación. ○ Efectos Mesentéricos: La isquemia mesentérica puede ocurrir debido a la redistribución del flujo sanguíneo en el shock, y la sobrecarga de fluidos puede dañar el revestimiento intestinal, contribuyendo a la pérdida de proteínas y solutos. ○ Edema Miocárdico: La administración masiva de fluidos puede llevar a edema en el músculo cardíaco, afectando la contractilidad y la compliancia miocárdica. ○ Edemas Cutáneos y Sistémicos: La reducción de la presión oncótica plasmática, especialmente con cristaloides, puede causar edemas sistémicos que no solo tienen implicaciones estéticas, sino que también disminuyen la tensión de oxígeno tisular, favoreciendo la formación de úlceras y su infección. ○ Efectos sobre el Sistema Nervioso Central (SNC): La sobrecarga de fluidos puede aumentar el riesgo de edema cerebral, especialmente si hay una alteración en la barrera hematoencefálica o un desequilibrio entre las presiones hidrostática y oncótica en el lecho vascular cerebral. ○ Otras Complicaciones: Defectos de la coagulación, alteraciones de la oxigenación tisular, hipoproteinemia, aumento de la presión intracraneal e intraabdominal, y deficiencia de cicatrización. ● Prevención de Complicaciones: La prevención se basa en la correcta selección de los fluidos, una monitorización exhaustiva del paciente, el uso de técnicas asépticas, la inspección diaria del punto de inserción del catéter y la educación del paciente y sus cuidadores sobre los signos de alerta. La individualización de la terapia y el uso de 13
indicadores de respuesta a fluidos son fundamentales para evitar la sobrecarga.
5. Avances y Perspectivas Futuras en Fluidoterapia
La fluidoterapia es un campo en constante evolución, impulsado por la investigación en medicina personalizada y la integración de tecnologías avanzadas, con el objetivo de optimizar los resultados para el paciente.
La tendencia actual en fluidoterapia se aleja de los protocolos rígidos y se dirige hacia un enfoque de medicina personalizada y guiada por objetivos. Este cambio de paradigma reconoce la heterogeneidad de la respuesta de los pacientes a los fluidos y busca adaptar el tratamiento a las necesidades fisiológicas individuales de cada paciente en tiempo real. ● Individualización del Tratamiento: La sepsis, por ejemplo, presenta diferentes fenotipos, lo que obliga a cambiar los paradigmas de diagnóstico y tratamiento, incluyendo la fluidoterapia. La cantidad y el tipo de fluidos deben ajustarse a las necesidades específicas del paciente, evitando balances hídricos positivos excesivos que se asocian con mayor morbilidad y mortalidad. ● Fluidoterapia Guiada por Objetivos (GDFT): Esta estrategia implica el uso de parámetros hemodinámicos específicos para guiar la administración de fluidos, optimizando el gasto cardíaco y la perfusión tisular. Se ha demostrado que la GDFT puede mejorar el resultado postoperatorio en pacientes de cirugía de alto riesgo. ● Monitorización Dinámica: La clave de la medicina personalizada en fluidoterapia reside en la monitorización dinámica de la respuesta a fluidos. A diferencia de los parámetros estáticos (como la PVC), que son pobres predictores de la respuesta, los parámetros dinámicos (como la variación del volumen sistólico (VVS), la variación de la presión de pulso (VPP), la colapsabilidad de la vena cava o la elevación pasiva de las piernas) ofrecen una mayor precisión para identificar a los pacientes que se beneficiarán de una administración adicional de fluidos. ● Protocolo ROSE (Resuscitation, Optimization, Stabilization, Evacuation): Este enfoque en cuatro fases para el manejo del shock circulatorio (incluyendo el shock séptico) permite una adaptación continua de la fluidoterapia. La fase inicial de "Salvamento" busca corregir la causa y optimizar el aporte de oxígeno. La fase de "Optimización" se centra en mejorar la perfusión orgánica. La "Estabilización" mantiene el soporte orgánico, y la "Evacuación" o desescalada busca reducir el soporte y lograr balances hídricos negativos, lo cual es crucial para la recuperación. Este protocolo enfatiza que la fluidoterapia debe adaptarse a las necesidades cambiantes del paciente en cada fase.
La tecnología está transformando la forma en que se administra y monitoriza la fluidoterapia, ofreciendo herramientas para una mayor precisión y eficiencia. ● Inteligencia Artificial (IA): ○ La IA tiene el potencial de revolucionar varios aspectos de la atención médica, incluyendo la optimización de la cadena de suministro de insumos médicos.
retiro de soporte vital. ● Beneficencia y No Maleficencia: Los profesionales de la salud tienen el deber de actuar en beneficio del paciente (beneficencia) y evitar el daño (no maleficencia). Este equilibrio es crucial en la fluidoterapia, donde la sobrecarga hídrica puede ser tan perjudicial como la hipovolemia. La administración de fluidos debe basarse en evidencia científica sólida, evitando intervenciones "caprichosas o carentes de base científica". ● Justicia y Equidad: Se debe respetar la justicia, evitando cualquier discriminación por edad, debilidad o dependencia. Esto implica que la calidad de la atención y el acceso a la fluidoterapia no deben verse comprometidos por factores ajenos a la necesidad clínica. ● Fluidoterapia al Final de la Vida: Uno de los dilemas más complejos surge en el contexto de la atención al final de la vida. Existe un debate sobre la administración de hidratación y nutrición artificial en pacientes terminales. Algunos argumentan que la deshidratación puede reducir el malestar (disminuyendo secreciones y diuresis) y aumentar la analgesia. Sin embargo, se enfatiza que una "muerte digna no es aquella causada por un deficiente estado de hidratación o nutrición, sino aquella que sobreviene en un entorno de cariño y cuidado". La decisión de continuar, reducir o suspender la hidratación artificial debe basarse en una evaluación cuidadosa de los riesgos y beneficios, respetando los deseos del paciente y su familia, y priorizando el alivio de los síntomas y la calidad de vida. La vía subcutánea es a menudo preferida en atención domiciliaria para la hidratación paliativa. ● Comunicación y Empatía: La falta de reconocimiento de la experiencia previa del paciente o la falta de "escucha" por parte de los clínicos puede generar malestar emocional y afectar los resultados. Una comunicación efectiva y empática es un pilar ético fundamental para promover la confianza y la toma de decisiones compartida.
La fluidoterapia hospitalaria tiene un impacto socioeconómico considerable, y existen disparidades en el acceso que afectan la equidad en la atención sanitaria. ● Costos Directos e Indirectos: ○ Costo de las Soluciones: Los coloides son generalmente más caros que los cristaloides. La elección de fluidos, por lo tanto, tiene implicaciones económicas directas para los sistemas de salud. ○ Costos por Complicaciones: Los errores en la fluidoterapia, como la sobrecarga de fluidos, aumentan significativamente la estancia hospitalaria, la morbilidad y la mortalidad. Esto se traduce en un aumento de los costos de atención, ya que se requieren más recursos para manejar las complicaciones y prolongar la hospitalización. Por ejemplo, se ha estimado que la mejora en el proceso farmacoterapéutico puede generar ahorros significativos al reducir los errores de medicación. ○ Carga de Enfermedad: Un manejo inadecuado de líquidos contribuye a una carga de enfermedad significativa, con riesgos como la sobrecarga cardiovascular, edema pulmonar, isquemia mesentérica, edema cerebral y disfunción de la coagulación. Estos problemas no solo afectan la calidad de vida del paciente, sino que también imponen una carga económica considerable a los sistemas de salud y a la sociedad en general. ● Disparidades en el Acceso: ○ Factores Socioeconómicos: La pobreza, el hacinamiento y la ausencia de 16
servicios básicos pueden predisponer al desarrollo de múltiples patologías y limitar el acceso a una atención de calidad. En poblaciones vulnerables, la falta de acceso a servicios de salud adecuados, incluyendo la fluidoterapia, es un problema grave. ○ Factores Geográficos y Culturales: Las barreras geográficas y la falta de infraestructura pueden dificultar el acceso a la atención hospitalaria y, por ende, a la fluidoterapia IV. Además, las diferencias culturales pueden influir en la forma en que los pacientes y sus familias perciben la enfermedad y el tratamiento, lo que puede afectar la adherencia y los resultados si los profesionales no adoptan un enfoque transcultural sensible. ○ Brecha entre Conocimiento y Práctica: Estudios han revelado que, a pesar de las guías basadas en evidencia, persisten prácticas subóptimas, como el uso de fluidos hipotónicos en pediatría, lo que demuestra las dificultades para trasladar el conocimiento científico a la práctica clínica. Esta brecha puede estar influenciada por la formación, la disponibilidad de recursos y la falta de consenso entre los profesionales. La gestión eficiente de los recursos y la implementación de guías basadas en la evidencia son cruciales para mitigar el impacto económico de la fluidoterapia inadecuada y para garantizar un acceso equitativo a una atención de calidad.
7. Conclusiones y Recomendaciones
La fluidoterapia intravenosa es una intervención médica de vital importancia en el manejo de pacientes hospitalizados. Su evolución desde una práctica empírica hacia un enfoque de precisión basado en la evidencia ha transformado el cuidado crítico, pero la complejidad subyacente y los riesgos inherentes exigen una comprensión profunda y una aplicación meticulosa. Conclusiones Clave: ● Individualización es Fundamental: La evidencia actual subraya que no existe una solución intravenosa "perfectamente fisiológica" ni un enfoque único para todos los pacientes. La clave del éxito radica en la individualización de la terapia, adaptando el tipo, la cantidad y la velocidad de infusión de los fluidos a las necesidades cambiantes de cada paciente, su estado fisiopatológico y sus comorbilidades. ● Cristaloides como Primera Línea: Los cristaloides, especialmente las soluciones balanceadas, son la primera línea de elección para la reanimación de la mayoría de los pacientes críticos, incluyendo aquellos en shock y con quemaduras, debido a su eficacia comparable a los coloides en términos de mortalidad, menor costo y un perfil de seguridad más favorable (menor riesgo de lesión renal y coagulopatía). ● Rol Específico de los Coloides y Productos Sanguíneos: Los coloides tienen un papel más limitado y específico, principalmente como expansores de volumen en situaciones donde los cristaloides son insuficientes, o en casos de hipovolemia en poblaciones específicas (ej. albúmina en embarazo). Los productos sanguíneos son indispensables en shock hemorrágico severo. ● Monitorización Dinámica es Crucial: La monitorización debe ir más allá de los parámetros estáticos. La evaluación continua de la respuesta a fluidos mediante parámetros dinámicos (como la elevación pasiva de las piernas, la variación del volumen sistólico o de la presión de pulso) es esencial para guiar la fluidoterapia y evitar la sobrecarga hídrica, que es una causa significativa de morbilidad y mortalidad.
máxima seguridad y el mejor resultado para cada paciente hospitalizado.
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