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Este documento ofrece una profunda investigación sobre la composición, funciones y enfermedades relacionadas con la sangre humana. Aprende sobre el proceso de formación de sangre, los componentes principales, el sistema ABO y el factor Rh, así como los tipos y funciones de glóbulos blancos y la coagulación de la sangre. Además, se abordan las enfermedades de la sangre y su diagnóstico.
Tipo: Resúmenes
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Universidad Privada San Juan Bautista FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD INFORME: LA SANGRE CURSO: FUNDAMENTOS BIOLÓGICOS II DOCENTE: Mg. MIRTHA NANCY YARASCA MEZA CICLO: III ESTUDIANTES: ANYOSA GUILLÉN VALERIA SARAI GUILLÉN CASTILLO ANGIE ESTHER MAMANI QUISPE MARY LUZ QUINTANA ROJAS SANDRA GIULIANA NEGRI TIPACTI FLOR CAMILA ROMAN QUICHICA ALEJANDRO LEONEL TURNO: MB ICA – PERÚ 2022
Glóbulos rojos (eritrocitos) Glóbulos blancos (leucocitos) Plaquetas (trombocitos) PLASMA: El plasma es el componente líquido de la sangre en el cual están suspendidos los glóbulos rojos (eritrocitos), los glóbulos blancos (leucocitos) y las plaquetas. Constituye más de la mitad de su volumen y está compuesto principalmente por agua, que contiene sales en disolución (electrólitos) y proteínas. La proteína que más abunda en el plasma es la albúmina, que ayuda a evitar que el líquido se filtre fuera de los vasos sanguíneos y entre en los tejidos, y además cumple funciones de transporte al unirse a sustancias como las hormonas y algunos fármacos. El plasma contiene otras proteínas, como anticuerpos (inmunoglobulinas), que defienden activamente al organismo frente a un virus, bacterias, hongos y células cancerosas. También se encuentran los factores de la coagulación, que previenen las hemorragias. El plasma también tiene otras funciones. Actúa como reservorio tanto para reponer agua en caso de que sea insuficiente para el cuerpo, como para absorber su exceso en los tejidos. Cuando los tejidos del organismo necesitan líquidos adicionales, el agua del plasma es el primer recurso utilizado para cubrir esta necesidad. El plasma también impide que los vasos sanguíneos se colapsen o se obstruyan, y ayuda a mantener la presión arterial y la circulación por todo el organismo. Esto lo hace a la circular constantemente a través de los vasos sanguíneos. La circulación del plasma también cumple una función reguladora de la temperatura mediante el transporte del calor generado en los tejidos más interiores del organismo hacia las zonas que pierden calor con mayor facilidad, tales como las extremidades y la cabeza. GLÓBULOS ROJOS (ERITROCITOS): Los glóbulos rojos (eritrocitos) constituyen el 40% del volumen sanguíneo. Contienen hemoglobina, la proteína que confiere a la sangre su color rojo característico y que le permite transportar oxígeno desde los pulmones hacia todos los tejidos del organismo. Las células utilizan el oxígeno para producir la energía que el organismo necesita. El producto de desecho de este proceso es el dióxido de carbono, que los glóbulos rojos (eritrocitos) transportan desde los distintos tejidos hacia los pulmones. Cuando el número de glóbulos rojos es demasiado bajo (anemia), la sangre transporta menos oxígeno, lo que causa cansancio y debilidad. En cambio, cuando es demasiado elevado (eritrocitosis, como en la policitemia verdadera), la sangre puede volverse muy espesa, lo cual hace más fácil su coagulación y aumenta el riesgo de padecer un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular. GLÓBULOS BLANCOS (LEUCOCITOS): Los glóbulos blancos (leucocitos) se encuentran en la sangre en menor número que los glóbulos rojos, con una proporción aproximada de un glóbulo blanco por cada 600 a 700 glóbulos rojos. Se encargan principalmente de la defensa del organismo contra las infecciones. Existen cinco tipos principales de glóbulos blancos (leucocitos). Los neutrófilos son el tipo más numeroso, y ayudan al organismo a protegerse contra las infecciones, matando e ingiriendo bacterias, hongos y otros detritos externos.
Los linfocitos, con tres tipos principales: las células T (linfocitos T) y los linfocitos citolíticos naturales (también llamados, por influencia del inglés, células NK (Natural Killer) o células asesinas naturales), que permiten al organismo defenderse de las infecciones víricas, así como también detectar y destruir algunas células cancerosas, y las células B (linfocitos B), que se transforman en células plasmáticas y producen anticuerpos. Los monocitos ingieren células muertas o dañadas, y ayudan en la defensa contra gran cantidad de microorganismos infecciosos. PLAQUETAS(TROMBOSITOS): Las plaquetas (trombocitos) son partículas semejantes a células, más pequeñas que los glóbulos rojos y blancos. La cantidad de plaquetas es menor que la de glóbulos rojos, en una proporción de una plaqueta por cada 20 glóbulos rojos. Intervienen en el proceso de la coagulación, ya que se juntan donde se produce un sangrado y se aglutinan formando un tapón que ayuda a sellar el vaso sanguíneo. Al mismo tiempo, liberan sustancias que favorecen la coagulación. Cuando el número de plaquetas es muy bajo (trombocitopenia), es más probable que aparezcan hematomas en la piel y sangrados anormales; Cuando el número de plaquetas es demasiado alto (trombocitemia), la sangre puede coagularse en exceso y puede bloquear los vasos sanguíneos, causando trastornos como un ataque isquémico transitorio. Cuando la cantidad de plaquetas es extremadamente elevada, éstas pueden absorber las proteínas de la coagulación y, paradójicamente, causar hemorragias.
Como todos los tejidos del organismo la sangre cumple múltiples funciones necesarias para la vida. Dentro de las funciones de la sangre podemos distinguir: Participación en la defensa ante infecciones. Participación en el transporte de nutrientes y oxígeno hacia las células. Transporte de sustancias de desecho de dióxido de carbono (CO 2 ) desde las células. Participación en la termorregulación corporal. Transporte de hormonas, enzimas y otras sustancias reguladoras. Participación en la coagulación y cicatrización. Para cumplir con todas estas funciones cuenta con diferentes tipos de células suspendidas en el plasma. Todas las células que componen la sangre se fabrican en la médula ósea. Ésta se encuentra en el tejido esponjoso de los huesos planos (cráneo, vértebras, esternón, crestas ilíacas) y en los canales medulares de los huesos largos (fémur, húmero). La sangre es un tejido renovable del cuerpo humano, esto quiere decir que la médula ósea se encuentra fabricando, durante toda la vida, células sanguíneas ya que éstas tienen un tiempo limitado de vida. Esta “fábrica”, ante determinadas situaciones de salud, puede aumentar su producción en función de las necesidades de cada ser humano. Por ejemplo, ante una hemorragia aumenta hasta siete veces la producción de glóbulos rojos y ante una infección aumenta la producción de glóbulos blancos.
El sistema de grupos sanguíneos ABO clasifica los tipos de sangre de acuerdo con los diferentes tipos de antígenos en los glóbulos rojos y los anticuerpos en el plasma. Se usa el sistema ABO junto con el estado del antígeno del sistema RhD para determinar el tipo o tipos de sangre para una transfusión segura de glóbulos rojos.
pulmones, los riñones y el sistema digestivo, que se encargan de expulsarlos al exterior. La sangre también lucha contra las infecciones, y transporta hormonas por todo el cuerpo. En cada latido, el corazón bombea sangre a todo el cuerpo, transportando oxígeno a todas y cada una de sus células. Después del oxígeno, la sangre regresa al corazón. Desde allí, el corazón envía la sangre a los pulmones, donde se vuelve a cargar de oxígeno. Este ciclo se repite una y otra vez. El sistema circulatorio sanguíneo está formado por vasos que transportan sangre desde el corazón y hasta el corazón. Hay dos tipos de vasos sanguíneos que transportan sangre a través del cuerpo. Las arterias llevan sangre oxigenada (sangre que se ha cargado de oxígeno en los pulmones) desde corazón al resto del cuerpo. Luego la sangre viaja por las venas de vuelta al corazón y los pulmones, donde se volverá a oxigenar para volver a ser distribuida por el cuerpo a través de las arterias. Cuando le late el corazón, puede notar cómo la sangre le corre por el cuerpo en los puntos donde se suele tomar el pulso, como el cuello y la cara interna de la muñeca, donde grandes arterias llenas se sangre pasan cerca de la superficie de la piel. La sangre es tejido conectivo líquido: La sangre está compuesta en un 55% por plasma y en un 45% por elementos formes, que incluyen glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Debido a estas células vivas suspendidas en el plasma, la sangre se considera un tejido conectivo líquido (no un fluido). Es el único tejido fluido del cuerpo. La sangre proporciona oxígeno a las células del cuerpo y elimina el dióxido de carbono: La sangre absorbe oxígeno del aire en los pulmones. Transporta el oxígeno a las células de todo el cuerpo, y elimina el dióxido de carbono de desecho de las células. En los pulmones, el dióxido de carbono se desplaza desde la sangre al aire y luego es exhalado. La sangre transporta nutrientes y hormonas: La sangre cumple una función importante en la digestión y las funciones del sistema endocrino. Los nutrientes digeridos son absorbidos al torrente sanguíneo por medio de capilares en las vellosidades que cubren el intestino delgado. Estos nutrientes incluyen glucosa, aminoácidos, vitaminas, minerales y ácidos grasos. La sangre también transporta algunas hormonas secretadas por las glándulas del sistema endocrino que actúan en órganos y tejidos. La sangre regula la temperatura corporal: La sangre absorbe y distribuye el calor por todo el cuerpo. Ayuda a mantener la homeostasis por medio de la liberación o conservación del calor. Los vasos sanguíneos se expanden y se contraen cuando reaccionan a organismos del exterior, como las bacterias, y a cambios internos hormonales y químicos. Estas acciones desplazan la sangre y el calor más cerca o más lejos de la superficie cutánea, donde se pierde el calor. Las plaquetas coagulan la sangre en los sitios donde se produjeron lesiones Cuando se desgarra un vaso sanguíneo, las plaquetas y las proteínas del plasma actúan en conjunto para detener la pérdida de sangre. Las plaquetas, también llamadas trombocitos, se agrupan y forman un tapón en el área dañada. Las proteínas forman hebras denominadas fibrinas para completar el tapón plaquetario, o coágulo. La sangre lleva productos de desecho a los riñones y el hígado La sangre transporta sustancias de desecho a los órganos que las remueven y procesan para su eliminación. La sangre fluye hacia los riñones a través de las arterias renales y desde los mismos a través de las venas renales. Los riñones filtran sustancias como urea, ácido úrico y creatinina del
plasma de la sangre hacia los uréteres. El hígado también elimina toxinas de la sangre. Durante la digestión, depura sangre que ha sido enriquecida con vitaminas antes de enviarla de regreso al resto del cuerpo.
La sangre arterial y oxigenada tiene un color rojo brillante. De otro lado, la sangre venosa y parcialmente desoxigenada se torna de un color rojo oscuro y un tanto opaco. Así las cosas, ¿por qué las venas son azules? Ciertamente a causa de un efecto óptico por la forma en que la luz penetra a través de la piel, las venas se ven de un color azulado-verdoso. Por ello, las venas solo parecen azules cuando están situadas aproximadamente a 0,5 milímetros por debajo de la epidermis.
Las enfermedades de la sangre se definen como todas las enfermedades del plasma y de los componentes sanguíneos, es decir, los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas. Se clasifican según el elemento afectado y las causas. Las enfermedades que afectan a los glóbulos rojos hacen que estos aumenten o disminuyan. Las enfermedades que afectan a los glóbulos blancos provocan una alteración en la cantidad producida. Las enfermedades que afectan a las plaquetas provocan una alteración en su número o forma, causando problemas de coagulación. Las enfermedades que afectan al plasma causan problemas de coagulación y hemorragias. Las causas de la aparición de enfermedades de la sangre pueden ser: genéticas hereditarias de carencias alimentarias autoinmunes infecciosas derivadas de tratamientos o patologías secundarias
Los síntomas pueden variar dependiendo del tipo de enfermedad. Algunos ejemplos son palidez y cansancio (enfermedades de los glóbulos rojos), fiebre, picor e hinchazón de los ganglios linfáticos y del bazo (enfermedades de los glóbulos blancos), formación de trombos y coágulos o aparición de manchas cutáneas (enfermedades plaquetarias)
Es el pigmento rojo que da el color en la sangre (puede tenerse una idea de la complejidad de la hemoglobina por su fórmula: C3032H4816O870S8Fe ), cuya misión exclusiva es transportar casi todo el oxígeno y la mayor parte del bióxido de carbono. La hemoglobina tiene la notable propiedad de formar una unión química poco estrecha con el oxígeno; los átomos de oxígeno están unidos a los átomos de hierro en la molécula de la hemoglobina. En el órgano respiratorio, pulmón, el oxígeno se difunde hacia en interior de los glóbulos rojos desde el plasma, y se combina con la hemoglobina (Hb) para formar oxihemoglobina (HbO2): Hb + O2 = HbO
Algunos se forman en la médula roja, otros en el tejido linfático porque son de diferentes formas o tipos. Hay en la sangre cinco tipos, ante todo están provistos de núcleo; al carecer de hemoglobina son incoloros. Estos elemento pueden moverse incluso contra la corriente sanguínea, e insinuarse por los intersticios de la pared vascular y así penetrar a los tejidos. Son menos numerosos que los glóbulos rojos. Dos de los tipos de glóbulos blancos, linfocitos y monocitos son producidos en el tejido linfoide del bazo. El timo y los ganglios linfáticos. Loa otros tres, , eosinófilos y basófilos, son producidos en la médula ósea junto con los glóbulos rojos. Los tres contienen gránulos citoplásmicos que difieren en tamaño y propiedades tintoriales: NEOTRÓFILOS TEÑIDOS DE ROJO Y SON 60-70% BASÓFILOS TEÑIDOS DE AZUL Y SON.5% EOSINÓFILOS TEÑIDOS DE R y A Y SON 3 – 4%
Los animales han puesto en función mecanismos complejos para evitar la pérdida casual de la sangre.En el ser humano la salida de sangre se evita mediante una sucesión de reacciones químicas por las cuales se forma un coágulo sólido, con el fin de obturar la solución de continuidad. La coagulación
esencialmente función del plasma y no de los elemento formes, comprende la transformación de una de una de las proteínas plasmáticas, el fibrinógeno, en fibrina insoluble. El coágulo sucesivamente se contrae y deja azumar al exterior un líquido amarillo pajizo llamado suero, similar al plasma en muchos aspectos, pero sin poder de coagulación por faltarle el fifrinógeno. El mecanismo de la coagulación es muy complejo, por la intervención de diferentes sustancias del plasma, de influencia mútua en tres series de reacciones. En cada una de las dos primeras se produce una enzima, necesaria para la sucesiva.
Los trastornos de la sangre proceden de cambios anormales en su composición. La reducción anómala del contenido de hemoglobina o del número de glóbulos rojos, conocida como anemia, se considera más un síntoma que una enfermedad y sus causas son muy variadas. Se cree que la causa más frecuente es la pérdida de sangre o hemorragia. La anemia hemolítica, un aumento de la destrucción de glóbulos rojos, puede estar producida por diversas toxinas o por un anticuerpo contra los eritrocitos. Una forma de leucemia que afecta a los bebés al nacer o poco antes del nacimiento es la eritroblastosis fetal ( véase Factor Rh). La anemia puede ser también consecuencia de un descenso de la producción de hematíes que se puede atribuir a una pérdida de hierro, a un déficit de vitamina B12, o a una disfunción de la médula ósea. Aunque la formación de un coágulo es un proceso normal, se convierte a veces en un fenómeno patológico que representa incluso una amenaza mortal. Por ejemplo, en los pacientes hospitalizados durante largos periodos a veces se forman coágulos en las venas importantes de las extremidades inferiores. Si estos coágulos, o trombos, se desplazan hacia los pulmones pueden causar la muerte
Los seres humanos no podemos vivir sin sangre. Sin ella, nuestros órganos no podrían obtener el oxígeno y los nutrientes que necesitan para sobrevivir, no podríamos calentarnos ni enfriarnos cuando lo necesitáramos, combatir las infecciones ni eliminar nuestros productos de desecho. La sangre es una sustancia líquida que circula por las arterias y las venas del organismo. Sin la sangre no podríamos vivir, ya que cumple funciones indispensables para el buen funcionamiento de nuestros sistemas y por tanto, para la vida. La sangre es roja brillante o escarlata cuando ha sido oxigenada en los pulmones y pasa a las arterias; adquiere una tonalidad más azulada cuando ha cedido su oxígeno para nutrir los tejidos del organismo y regresa a los pulmones a través de las venas y de los pequeños vasos denominados capilares.