La fe inquebrantable de la Vieja
Remigia
Análisis de la obra "Dos Pesos de Agua" de
Juan Bosch
Introducción
Al enfocar el análisis de esta obra, se procurará hacerlo de la forma más
responsable posible, ya que "Dos Pesos de Agua" es una de las obras más
breves pero informativas del autor dominicano Juan Bosch. La obra se
enfoca principalmente en la inconformidad que tenían los moradores del
pueblo de Paso Hondo, a excepción de la vieja Remigia, quien siempre
mantuvo un espíritu optimista hasta el último momento.
Resumen de la obra
"Dos Pesos de Agua" trata sobre la sequía o "mal de ojo" que se vivía en Paso
Hondo, donde llevaban varias semanas sin llover. Esto provocó que el maíz
se consumiera, los palos crujieran, los caños de agua se secaran y la tierra
de la pocilga se endureciera. Ante esta situación, la mayoría de los
habitantes abandonaron el pueblo, excepto la vieja Remigia, quien mantenía
la esperanza de que lloviera y les daba dinero a las personas que se iban
para que les prendieran velas a las ánimas.
La vieja Remigia siguió prendiendo velas a las ánimas, y una tarde, cuando
su nieto enfermó de fiebre, ella lo tomó y salió a las calles llamando a los
vecinos para hacer un rosario a San Isidro, pero la lluvia no llegó. Un día, las
ánimas se dieron cuenta de que Remigia había quemado ya dos pesos de
velas pidiendo agua, lo cual les alarmó, ya que normalmente solo se usaban
dos centavos de velas por una noche de lluvia.
Al día siguiente, amaneció el cielo nublado y, después de varias horas,
estalló un trueno. Remigia corrió a la puerta, vio que estaba lloviendo y se
tiró afuera, radiosa. Luego, tomó a su nieto y lo mostró a la lluvia. Pasaron
varias semanas y no dejaba de llover. Una tarde, un hombre montado en un
mulo le dijo a Remigia que, si no se iba a las lomas, el agua la ahogaría.
Remigia le respondió que la sequía había sido peor que eso. Efectivamente,
a medianoche, Remigia se levantó y sintió el agua hasta casi las rodillas.
Comenzó a clamar a la Virgen Santísima, pero las ánimas le gritaban que
aún faltaban dos pesos de agua. Remigia levantó a su nieto, se lo pegó al
pecho y empezó a luchar con el agua, logrando salir de la casa. Mientras
caminaba, las ánimas seguían gritando "¡Son dos pesos de agua!".
