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Resumen, El Género: Una Categoría Clave para el Análisis Histórico y Social, Resúmenes de Historia

Este documento explora el concepto de género como una categoría útil para el análisis histórico, examinando cómo el término ha evolucionado desde un enfoque centrado en las mujeres hacia una noción relacional que incluye clase social y raza. Analiza las construcciones culturales de los roles de género y su impacto en la organización social, así como las relaciones de poder inherentes al género. Se discuten las teorías feministas marxistas y la importancia de la sexualidad en la configuración de las normas sociales. Además, se aborda cómo el género legitima y construye las relaciones sociales, influyendo en la política y en la comprensión de la masculinidad y feminidad en diferentes contextos históricos y sociales. El documento destaca la necesidad de examinar críticamente las proclamas y debates que invocan el género para justificar posturas, y cómo la comprensión implícita del género se reinscribe constantemente en la sociedad.

Tipo: Resúmenes

2024/2025

Subido el 20/06/2025

javier-solis-41
javier-solis-41 🇦🇷

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El género como categoría útil
para el análisis histórico
El Género: Una Categoría Útil para el Análisis
Histórico
Joan W. Scott explora el concepto de género como herramienta analítica en
el campo de la historia. Inicialmente, se observa que la definición de género
ha evolucionado, pasando de un término gramatical a una forma de
referirse a la organización social de las relaciones entre los sexos.
El Género como Sustituto de "Mujeres"
En un principio, el término "género" se empleó como un sustituto de
"mujeres" en los estudios académicos. Esto se hizo para conferir mayor
seriedad académica a las investigaciones, ya que "género" sonaba más
neutral y objetivo que "mujeres". Se buscaba legitimar el estudio de las
mujeres como sujetos históricos válidos, sin generar controversia. Además,
se utilizaba para sugerir que el estudio de las mujeres implica
necesariamente el estudio de los hombres y sus relaciones.
El Género como Relaciones Sociales entre Sexos
El género también se utiliza para designar las relaciones sociales entre los
sexos, rechazando explicaciones biológicas basadas en la capacidad de las
mujeres para parir o la mayor fuerza muscular de los hombres. En cambio,
se considera que el género es una "construcción cultural", una creación
social de ideas sobre los roles apropiados para mujeres y hombres. Esta
perspectiva permite diferenciar la práctica sexual de los roles sociales
asignados.
Limitaciones del Uso Descriptivo del Género
Aunque el uso descriptivo del género ha sido útil para trazar las
coordenadas de un nuevo campo de estudio, presenta limitaciones. Se
enfoca en áreas que comprenden las relaciones entre los sexos,
respaldando un enfoque funcionalista enraizado en la biología y
perpetuando la idea de esferas separadas. No explica por qué estas
relaciones están construidas de la manera en que lo están, cómo funcionan
o cómo cambian.
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El género como categoría útil

para el análisis histórico

El Género: Una Categoría Útil para el Análisis

Histórico

Joan W. Scott explora el concepto de género como herramienta analítica en el campo de la historia. Inicialmente, se observa que la definición de género ha evolucionado, pasando de un término gramatical a una forma de referirse a la organización social de las relaciones entre los sexos.

El Género como Sustituto de "Mujeres"

En un principio, el término "género" se empleó como un sustituto de "mujeres" en los estudios académicos. Esto se hizo para conferir mayor seriedad académica a las investigaciones, ya que "género" sonaba más neutral y objetivo que "mujeres". Se buscaba legitimar el estudio de las mujeres como sujetos históricos válidos, sin generar controversia. Además, se utilizaba para sugerir que el estudio de las mujeres implica necesariamente el estudio de los hombres y sus relaciones.

El Género como Relaciones Sociales entre Sexos

El género también se utiliza para designar las relaciones sociales entre los sexos, rechazando explicaciones biológicas basadas en la capacidad de las mujeres para parir o la mayor fuerza muscular de los hombres. En cambio, se considera que el género es una "construcción cultural", una creación social de ideas sobre los roles apropiados para mujeres y hombres. Esta perspectiva permite diferenciar la práctica sexual de los roles sociales asignados.

Limitaciones del Uso Descriptivo del Género

Aunque el uso descriptivo del género ha sido útil para trazar las coordenadas de un nuevo campo de estudio, presenta limitaciones. Se enfoca en áreas que comprenden las relaciones entre los sexos, respaldando un enfoque funcionalista enraizado en la biología y perpetuando la idea de esferas separadas. No explica por qué estas relaciones están construidas de la manera en que lo están, cómo funcionan o cómo cambian.

Enfoques Teóricos Feministas para el Análisis del Género

Las historiadoras feministas han empleado diversos enfoques teóricos para el análisis del género, que pueden reducirse a tres posiciones principales:

Teorías del Patriarcado: Intentan explicar los orígenes del patriarcado, pero presentan problemas para los historiadores. Afirman la primacía del sistema de géneros en toda organización social, pero no demuestran cómo la desigualdad de géneros estructura el resto de desigualdades. Además, descansan en la diferencia física, lo que implica un aspecto universal e inmutable y, por ende, la ahistoricidad del propio género. Sistemas Duales y Marxismo Ortodoxo: Estas teorías intentan explicar los orígenes y cambios en los sistemas de género al margen de la división sexual del trabajo. Familias, hogares y sexualidad son considerados productos de modos de producción cambiantes.

Feminismo Marxista: Debates Iniciales

Problemas Centrales en las Discusiones Feministas

Marxistas

Las primeras discusiones entre feministas marxistas se centraron en varios problemas clave:

El rechazo al esencialismo que atribuía la división sexual del trabajo en el capitalismo a las "exigencias de la reproducción biológica". La crítica a la inclusión de los "modos de reproducción" en las discusiones sobre los modos de producción, argumentando que la reproducción se trataba como una categoría opuesta y no se le daba un estatus análogo al de los modos de producción. El reconocimiento de que los sistemas económicos no determinan directamente las relaciones de género y que la subordinación de las mujeres precede al capitalismo y persiste en el socialismo. La búsqueda de una explicación materialista que excluyera las diferencias físicas naturales.

La Propuesta de Joan Kelly

Joan Kelly intentó romper este círculo problemático en su ensayo "The Doubled Vision of Feminist Theory". Ella argumentó que los sistemas económicos y de género interactúan para dar lugar a experiencias sociales e históricas. Ninguno de los dos sistemas es causal, sino que "operan simultáneamente para reproducir las estructuras socioeconómicas dominadas por el varón, de (un) orden social concreto". La sugerencia de Kelly de que los sistemas de género tuvieron una existencia independiente proporcionó una apertura conceptual crucial. Sin embargo, su compromiso con el marco marxista la llevó a enfatizar el rol causal de los factores económicos, incluso en la determinación del sistema de género. Kelly introdujo la idea de una "realidad social de base sexual", pero tendió a

Existe preocupación por la fijación exclusiva sobre cuestiones del "sujeto" y por la tendencia a reificar el antagonismo que se origina subjetivamente entre varones y mujeres como hecho central del género. Además, aunque hay apertura en la noción de cómo se construye "el sujeto", la teoría tiende a universalizar las categorías y la relación entre varón y mujer. Si, como sugiere la teórica del cine Teresa de Lauretis, necesitamos pensar en términos de constitución de la subjetividad en contextos sociales e históricos, no hay forma de especificar esos contextos dentro de los términos propuestos por Lacan. Falta un modo de concebir la "realidad social" en términos de género.

La Oposición Binaria Varón/Mujer y la Historia del

Pensamiento Feminista

La naturaleza construida históricamente de la oposición entre varón y mujer produce entre sus efectos precisamente ese aire de oposición invariable y monótona hombres/mujeres. Esta extrapolación es evidente en especial, pero no exclusivamente, en las discusiones de algunos historiadores sobre la "cultura de las mujeres", cuando recogen testimonios desde las primeras santas hasta las modernas activistas de la militancia obrera y los utilizan para probar la hipótesis de Gilligan sobre la diferencia sexual. Al insistir en las diferencias fijas (en el caso de Gilligan, al simplificar los datos con resultados distintos sobre el razonamiento sexual y moral, con el fin de subrayar la diferencia sexual), las feministas contribuyen al tipo de pensamiento al que desean oponerse. Aunque insistan en la reevaluación de la categoría "mujer", no examinan la propia oposición binaria.

La historia del pensamiento feminista es la historia del rechazo de la construcción jerárquica de la relación entre varón y mujer en sus contextos específicos y del intento de invertir o desplazar su vigencia. Algunas de esas teorías constituyeron su lógica sobre analogías a la oposición de hombre y mujer, otras reconocieron una "cuestión de la mujer", y otras, por último, se plantearon la formación de la identidad sexual subjetiva, pero en ningún caso hizo su aparición el género como forma de hablar de los sistemas de relaciones sociales o sexuales. El término género forma parte de una tentativa de las feministas contemporáneas para reivindicar un territorio definidor específico, de insistir en la insuficiencia de los cuerpos teóricos existentes para explicar la persistente desigualdad entre mujeres y hombres.

El Uso del Género en un Contexto de

Confusión Epistemológica

El término "género" emergió en un período de incertidumbre epistemológica, manifestándose como una separación entre paradigmas científicos y literarios en las ciencias sociales. Este cambio se caracterizó por un desplazamiento del énfasis en las causas hacia el significado, acompañado de debates sobre los métodos de investigación, como señaló el antropólogo Clifford Geertz.

Otro aspecto de esta confusión se reflejó en los debates teóricos, donde se enfrentaron quienes defendían la transparencia de los hechos y quienes argumentaban que la realidad es interpretada o construida. También se cuestionó la idea del "hombre" como dueño racional de su destino.

Se propone sustituir la noción de un poder social unificado y centralizado por una concepción similar a la de Foucault, que lo identifica con constelaciones dispersas de relaciones desiguales. Dentro de estas estructuras, se reconoce la agencia humana como un intento de construir una identidad, una vida y una sociedad con límites y un lenguaje que permite la negación, la resistencia y la reinterpretación.

Definición de Género

La definición de género se basa en la conexión entre dos proposiciones fundamentales:

El género es un elemento constitutivo de las relaciones sociales basadas en las diferencias que distinguen los sexos. El género es una forma primaria de relaciones significantes de poder.

Los cambios en la organización social se corresponden con cambios en las representaciones del poder, aunque la dirección del cambio no es necesariamente unidireccional.

Elementos Interrelacionados del Género

Como elemento constitutivo de las relaciones sociales, el género comprende cuatro elementos interrelacionados:

Símbolos Culturalmente Disponibles: Símbolos que evocan representaciones múltiples y contradictorias, como Eva y María en la tradición cristiana occidental, o mitos de luz y oscuridad. Conceptos Normativos: Conceptos expresados en doctrinas religiosas, educativas, científicas, legales y políticas que afirman el significado de varón y mujer, masculino y femenino. Estas declaraciones normativas dependen del rechazo de alternativas y pueden generar disputas. La investigación histórica busca romper la noción de fijeza y descubrir el debate o represión que conduce a la representación binaria del género. Instituciones y Organizaciones Sociales: Incluyen no solo la familia, sino también el mercado de trabajo, la educación y la política. El género se construye a través del parentesco, pero también mediante la economía y la política. Identidad Subjetiva: El psicoanálisis ofrece una teoría sobre la reproducción del género, describiendo la transformación de la sexualidad biológica a medida que los individuos son aculturados. Los historiadores deben trabajar de manera más histórica, ya que la identidad de género no se basa solo en el miedo a la castración.

Estos cuatro elementos no operan simultáneamente como reflejos unos de otros. La investigación histórica debe explorar las relaciones entre ellos.

sus críticas a regímenes u organizaciones sociales en términos de transformaciones de las identidades de género.

Estos ejemplos de conexiones explícitas entre género y poder son solo una parte de la definición de género como fuente primaria de las relaciones de poder. A menudo, la atención al género no es explícita, pero es crucial para la organización de la igualdad o desigualdad. Las estructuras jerárquicas se basan en la comprensión generalizada de la relación natural entre hombres y mujeres. Por ejemplo, cuando los reformadores de la clase media describieron a los trabajadores como femeninos (subordinados, débiles, explotados sexualmente), los líderes laborales y socialistas respondieron enfatizando la posición masculina de la clase trabajadora (productores, fuertes, protectores). El discurso no era explícitamente sobre género, pero se basaba en referencias al mismo para establecer significados.

Género y Poder en la Política

Los temas de guerra, diplomacia y alta política surgen cuando los historiadores políticos tradicionales cuestionan la utilidad del género en su trabajo. Las relaciones de poder entre naciones y el estatus de los sujetos coloniales se han entendido (y legitimado) en términos de relaciones entre hombres y mujeres. La legitimación de la guerra ha adoptado formas de llamamientos explícitos a los hombres para defender a mujeres y niños vulnerables, la confianza implícita en el deber de los hijos de servir a sus líderes y la asociación entre masculinidad y firmeza nacional.

La alta política es un concepto de género porque establece su importancia crucial y el poder público, las razones y el hecho de su superior autoridad, precisamente al excluir a las mujeres de su ámbito. La oposición binaria y el proceso social de relaciones de género forman parte del significado del poder; cuestionar o alterar cualquiera de sus aspectos amenaza al sistema.

Cambio y Continuidad en las Relaciones de Género

Si las significaciones de género y poder se construyen mutuamente, ¿cómo cambian las cosas? Los regímenes nuevos pueden redefinir los términos del género en busca de legitimación, pero también pueden usar viejos conceptos de género para validar los regímenes nuevos. Los modelos cambiantes del empleo pueden llevar a alterar las estrategias matrimoniales y a diferentes posibilidades para la construcción de la subjetividad, pero también pueden ser experimentados como nuevos campos de actividad para hijas y esposas solícitas.

La aparición de nuevos símbolos culturales puede dar oportunidad a la reinterpretación o reescritura del relato edípico, pero también puede servir para reinscribir ese drama.

Implicaciones para la Historia y la Política Feminista

Podemos escribir la historia de este proceso solo si reconocemos que "hombre" y "mujer" son categorías vacías y rebosantes. La historia política ha desempeñado un papel en el campo del género. Si tratamos la oposición

entre hombre y mujer no como algo dado sino problemático, definido contextualmente y repetidamente constituido, debemos preguntarnos qué está en juego en las proclamas o debates que invocan el género para explicar o justificar sus posturas, y cómo se invoca y reinscribe la comprensión implícita del género.

¿Han existido conceptos genuinamente igualitarios de género en los términos en que se proyectaban o construían los sistemas? La investigación sobre estos temas alumbrará una historia que proporcionará nuevas perspectivas a viejos problemas, redefinirá los viejos problemas en términos nuevos, hará visibles a las mujeres como participantes activos y creará una distancia analítica entre el lenguaje aparentemente estable del pasado y nuestra propia terminología. Esta nueva historia dejará abiertas posibilidades para pensar en las estrategias políticas feministas actuales y el futuro utópico, porque sugiere que el género debe redefinirse y reestructurarse en conjunción con una visión de igualdad política y social que comprende no solo el sexo, sino también la clase y la raza.