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Resumen, El Estado de Naturaleza: Hobbes, Locke y Rousseau, Resúmenes de Filosofía Política

Este documento explora el concepto del estado de naturaleza en la filosofía política, contrastando las visiones de hobbes, locke y rousseau. Hobbes lo describe como una guerra de todos contra todos, donde la vida es solitaria, pobre, desagradable, brutal y corta. Locke, en cambio, lo ve como un estado de paz regido por la ley natural, donde los individuos tienen derechos y deberes. Rousseau propone una visión más optimista, destacando la piedad y la compasión como motivaciones humanas fundamentales. El texto analiza cómo estas diferentes concepciones influyen en la justificación del estado y la sociedad civil, examinando las implicaciones para la libertad individual y el orden social. Se discuten las críticas al estado de naturaleza y las alternativas propuestas para superar sus deficiencias, ofreciendo una visión comparativa de las teorías clásicas del contrato social y su relevancia en el debate político contemporáneo.

Tipo: Resúmenes

2024/2025

Subido el 28/05/2025

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El estado de naturaleza y la
justificación del Estado
El Estado de Naturaleza
Introducción al Concepto
El estado de naturaleza se define como una situación hipotética sin
gobierno ni poder político, utilizada para comprender la justificación y
forma del estado. Rousseau creía que la transición a la sociedad civil
requería tanto tiempo que era improbable que las sociedades modernas
surgieran así, aunque veía ejemplos contemporáneos. Locke también
identificó grupos en la América del siglo XVII viviendo en un estado de
naturaleza. A pesar de su posible inexistencia real, se considera un modelo
para entender la necesidad del estado. Algunos teóricos, especialmente
anarquistas, argumentan que hay evidencia de que los humanos pueden
vivir sin estado.
La Visión de Hobbes
Hobbes, influenciado por la guerra civil inglesa, consideraba la anarquía
como el peor escenario posible. En su obra Leviatán, argumenta que un
gobierno fuerte es esencial para evitar una "guerra de todos contra todos".
Hobbes describe el estado de naturaleza como una condición donde no hay
trabajo, agricultura, navegación, construcción, conocimiento, artes, letras
ni sociedad. La vida humana sería "solitaria, pobre, desagradable, brutal y
corta".
La Naturaleza Humana Según Hobbes
Para Hobbes, la filosofía política se centra en la naturaleza humana, que a
su vez se comprende a través del estudio del "cuerpo" o la materia. Adopta
el principio de la conservación del movimiento de Galileo, que desafía la
idea de que los cuerpos buscan el reposo. Según este principio, los seres
humanos siempre están en movimiento, buscando la "felicidad", definida
como el éxito continuo en la consecución de sus deseos.
La búsqueda de la felicidad, según Hobbes, conduce a la guerra en el
estado de naturaleza. El temor a la muerte eventualmente impulsa a los
humanos a crear un estado.
Poder, Igualdad y Escasez
Hobbes define el "poder" como los medios para obtener un bien futuro. Para
asegurar la felicidad, uno debe ser poderoso, acumulando riqueza,
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El estado de naturaleza y la

justificación del Estado

El Estado de Naturaleza

Introducción al Concepto

El estado de naturaleza se define como una situación hipotética sin gobierno ni poder político, utilizada para comprender la justificación y forma del estado. Rousseau creía que la transición a la sociedad civil requería tanto tiempo que era improbable que las sociedades modernas surgieran así, aunque veía ejemplos contemporáneos. Locke también identificó grupos en la América del siglo XVII viviendo en un estado de naturaleza. A pesar de su posible inexistencia real, se considera un modelo para entender la necesidad del estado. Algunos teóricos, especialmente anarquistas, argumentan que hay evidencia de que los humanos pueden vivir sin estado.

La Visión de Hobbes

Hobbes, influenciado por la guerra civil inglesa, consideraba la anarquía como el peor escenario posible. En su obra Leviatán, argumenta que un gobierno fuerte es esencial para evitar una "guerra de todos contra todos".

Hobbes describe el estado de naturaleza como una condición donde no hay trabajo, agricultura, navegación, construcción, conocimiento, artes, letras ni sociedad. La vida humana sería "solitaria, pobre, desagradable, brutal y corta".

La Naturaleza Humana Según Hobbes

Para Hobbes, la filosofía política se centra en la naturaleza humana, que a su vez se comprende a través del estudio del "cuerpo" o la materia. Adopta el principio de la conservación del movimiento de Galileo, que desafía la idea de que los cuerpos buscan el reposo. Según este principio, los seres humanos siempre están en movimiento, buscando la "felicidad", definida como el éxito continuo en la consecución de sus deseos.

La búsqueda de la felicidad, según Hobbes, conduce a la guerra en el estado de naturaleza. El temor a la muerte eventualmente impulsa a los humanos a crear un estado.

Poder, Igualdad y Escasez

Hobbes define el "poder" como los medios para obtener un bien futuro. Para asegurar la felicidad, uno debe ser poderoso, acumulando riqueza,

reputación y amigos. Este deseo de poder es "incansable" y competitivo, ya que la seguridad del poder presente requiere adquirir más.

Hobbes asume que los seres humanos son "iguales" en fuerza y habilidad, lo que significa que cualquiera puede matar a otro. Además, existe una escasez de bienes, lo que lleva a la competencia por los mismos recursos. La combinación de igualdad, escasez e incertidumbre resulta en un estado de guerra.

Razones para el Conflicto

Hobbes identifica tres razones principales para atacar a otros en el estado de naturaleza: ganancias, seguridad (como medida preventiva) y gloria o reputación. La búsqueda constante de poder, combinada con la igualdad y la escasez, convierte el estado de naturaleza en un campo de batalla. Atacar a otros se convierte en la forma más segura de conseguir o mantener lo que uno quiere.

Objeciones y Respuestas de Hobbes

Se podría argumentar que la descripción de Hobbes asume una crueldad o egoísmo extremo en los seres humanos. Hobbes responde que no cree que los humanos sean inherentemente crueles, sino que buscan su propio beneficio. Reconoce que puede haber períodos sin conflicto, pero el estado de guerra se define como una disposición constante a luchar, impidiendo que nadie se relaje. Hobbes argumenta que si somos suspicaces incluso bajo la protección del estado, el miedo sería mucho mayor en el estado de naturaleza.

Moralidad en el Estado de Naturaleza

Se plantea la cuestión de si la moralidad existe en el estado de naturaleza. Hobbes niega la existencia de la moralidad en tal estado, argumentando que la injusticia es la violación de una ley, y para que haya ley, debe haber un legislador y un poder común. En el estado de naturaleza, no hay poder común, por lo tanto, no hay ley ni injusticia. Cada individuo tiene la libertad de usar su propio poder para preservarse, incluso arrebatando la vida a otro si lo considera necesario. Hobbes llama a esta libertad de actuar para la autopreservación "derecho natural".

Hobbes justifica esta posición extrema argumentando que, en un estado de naturaleza, la gente tiene derecho a defenderse. El ataque preventivo se convierte en una forma racional de autoprotección.

La Concepción de Hobbes sobre el Estado de

Naturaleza

En el estado de naturaleza, según Hobbes, no existen conceptos de justicia o injusticia, corrección o incorrección. Hobbes denomina a esto el "derecho natural de libertad".

Elementos del Estado de Naturaleza según Locke

Locke describe el estado de naturaleza como un estado de libertad perfecta, igualdad y regido por la ley de naturaleza. Sin embargo, su interpretación de estos elementos difiere de la de Hobbes.

Igualdad y Derechos Naturales

Para Locke, la igualdad es una afirmación moral sobre derechos: nadie tiene el derecho natural de someter a otro. Nadie ha sido designado por Dios para gobernar.

La Ley de Naturaleza según Locke

Locke cree que la ley de naturaleza se descubre mediante la razón, pero con un componente teológico ausente en Hobbes. La ley establece que nadie debe dañar a otro en su vida, salud, libertad o posesiones. Esto se basa en la idea de que, aunque nadie es superior a nosotros por naturaleza en la Tierra, sí existe una autoridad superior en el cielo. Por lo tanto, cada persona está obligada a preservarse y a preservar a la humanidad en la medida de lo posible. La ley de naturaleza implica el deber de no dañar a otros y de ayudarlos cuando sea posible sin ponerse en peligro.

Diferencias entre Hobbes y Locke sobre la

Libertad Natural

Concepciones Distintas de la Libertad Natural

Hobbes y Locke presentan concepciones divergentes sobre la naturaleza y el contenido de las leyes naturales, especialmente en lo que respecta al concepto de "libertad natural".

La Visión de Hobbes

Para Hobbes, la libertad natural implica que es racional y aceptable buscar la supervivencia, incluso si esto implica dañar a otros.

La Perspectiva de Locke

Locke, por otro lado, argumenta que la libertad natural está regida por la ley natural, que impone obligaciones a todos. La libertad natural, según Locke, es la libertad de actuar dentro de los límites de la ley natural.

El Derecho a la Autodefensa

Locke discrepa con Hobbes en que, en el estado de naturaleza, no todo hombre tiene derecho a todo, aunque sí reconoce el derecho a la autodefensa.

La Necesidad de Motivación para la Ley Natural

Locke necesita que la gente esté motivada a actuar de acuerdo con la ley de naturaleza para evitar el estado de guerra.

La Aplicación de la Ley de Naturaleza

Locke argumenta que la ley de naturaleza necesita ser aplicada, y que todos los hombres tienen el derecho natural de castigar a quienes la violen. Este derecho no es solo para prevenir daños, sino para asegurar que los transgresores paguen por sus acciones.

El Poder Ejecutivo de la Ley de Naturaleza

Locke afirma que cada hombre en el estado de naturaleza tiene el "poder ejecutivo de la ley de naturaleza".

La Razón Natural y la Abundancia de la Tierra

Locke apela a la "razón natural" y cree que es absurdo suponer que los hombres no pueden usar la tierra sin el consentimiento de otros.

La Escasez de Bienes y la Motivación Humana

Hobbes argumenta que la escasez de bienes es un factor clave en el conflicto, mientras que Locke inicialmente supone que la naturaleza ofrece abundancia.

La Interpretación de la Ley de Naturaleza

Locke reconoce que la falta de acuerdo sobre la interpretación de la ley de naturaleza es un "inconveniente" del estado de naturaleza.

La Escasez y la Avaricia

Locke se da cuenta de que la abundancia inicial de tierra se vuelve escasez debido a la avaricia y la invención del dinero.

La Perspectiva de Rousseau sobre el Estado

de Naturaleza

Crítica a Hobbes y Locke

Rousseau critica a Hobbes y Locke por proyectar cualidades del hombre social en el hombre salvaje.

Ausencia de Impulsos de Guerra

Rousseau compara al salvaje con el caribeño que vende su lecho por la mañana y lo compra llorando por la tarde, mostrando falta de previsión. Los impulsos que llevan a la guerra según Hobbes (ganancia, seguridad, reputación) están ausentes o difusos en el estado de naturaleza de Rousseau.

Limitaciones del Estado de Naturaleza

A pesar de su carácter pacífico, el estado de naturaleza de Rousseau no es ideal. El salvaje es un animal "menos fuerte que unos, menos ágil que otros, pero en conjunto está organizado más ventajosamente que cualquiera de ellos".

El "Hombre Infante" y la Automejora

El estado de naturaleza se sitúa en la prehistoria, con un "hombre infante" errante en las selvas, sin industria, habla, domicilio, guerra, vínculos, necesidades de sus semejantes ni deseo de dañarlos. La capacidad de automejora inicia el camino hacia la civilización, comenzando con el desarrollo de herramientas debido al aumento de la población.

El Surgimiento del Orgullo y la Vida en Grupo

La innovación para facilitar el trabajo despierta el orgullo y la inteligencia. Se hacen evidentes las ventajas de vivir en grupo y construir refugios comunes, dando origen a "los más dulces sentimientos que hayan conocido los hombres, el amor conyugal y el amor paternal".

El Tiempo Libre y la Disensión

El tiempo libre surge como una novedad. Se crean necesidades artificiales, cuya posesión no da placer, pero cuya ausencia causa sufrimiento. Las transformaciones del estado de naturaleza desatan la disensión y la lucha, llevando a un estado de guerra.

La Guerra y el Contrato Social

La guerra no es parte del estado inicial de inocencia, sino resultado de las primeras sociedades rudimentarias. El rico, "acuciado por la necesidad", concibe un plan para usar las fuerzas de quienes lo atacan en su favor, instituyendo reglas sociales de justicia para asegurar la paz.

El Origen de las Sociedades Civiles

Así nacen las primeras sociedades civiles, con leyes y gobiernos, como respuesta a una situación de guerra o casi-guerra en el estado de naturaleza. La libertad, la igualdad y la simpatía práctica humana son las únicas barreras efectivas ante los instintos antisociales.

La Cooperación y el Estado

Rousseau creía que los seres humanos, al "perfeccionarse", podrían volverse altamente cooperativos y que el estado sería innecesario en el futuro. En un estado de guerra, criaturas racionales autointeresadas aprenderán a cooperar.

Críticas a la Visión Optimista del Estado

La idea de que el estado es la fuente de toda lucha es optimista. Si todos somos buenos por naturaleza, ¿por qué aparece el estado opresivo? Los anarquistas argumentan que las reglas y estructuras voluntarias no equivalen a un estado. El estado reclama el monopolio del poder político legítimo.

Reflexiones Finales sobre el Estado de Naturaleza

Hobbes describe el estado de naturaleza como una guerra de todos contra todos debido a la competencia por bienes escasos. Locke propone una ley moral que rige el estado de naturaleza. Rousseau niega la moralidad en el estado de naturaleza, proponiendo la piedad como freno a la guerra. Tanto Locke como Rousseau reconocen que sus factores anti-guerra solo retrasan, no evitan, el conflicto.

Alternativas al Estado de Naturaleza

Se proponen tres alternativas al estado de naturaleza: la cooperación entre individuos autointeresados, la bondad natural de los seres humanos y la creación de estructuras políticas y sociales distintas del estado. Al final, se coincide con Hobbes, Locke y Rousseau en que el estado de naturaleza no es un lugar donde los seres humanos puedan prosperar a largo plazo.

Justificación del Estado

La Necesidad de Restricciones

La existencia valiosa depende de las restricciones impuestas a las acciones de los demás. La vida en un grupo grande en estado de naturaleza sería intolerable.

Justificación Negativa y Positiva

La ausencia de una alternativa real al estado actúa como una justificación negativa. Se necesita una justificación positiva que muestre el deber moral de obedecer al estado.

Legitimidad del Estado

Un estado pierde legitimidad cuando la gente cree que ha sucedido, como con la caída del bloque del este de Europa.

El Objetivo de la Justificación

Justificar el estado implica demostrar que existen obligaciones universales de obedecer la ley. Un "buen ciudadano" cree que tiene la obligación de obedecer las leyes, incluso aquellas que no parecen estar fundadas en la moralidad. Aunque el estado pueda eximir a algunos de obedecer ciertas leyes, el objetivo es mostrar que todos dentro de su territorio están moralmente obligados a observar sus leyes.

Obligación Voluntarista y el Contrato Social

La concepción voluntarista, defendida por Locke, sostiene que el poder político sobre una persona solo puede crearse como consecuencia de sus actos voluntarios. Para Locke, el problema de la obligación política consiste en explicar la existencia del estado en términos voluntaristas. Es necesario demostrar que cada individuo ha otorgado al estado la autoridad que éste reclama sobre ellos. No basta con señalar las ventajas de vivir bajo la autoridad de un estado en comparación con un estado de naturaleza.

La teoría del contrato social busca mostrar que los individuos dan su consentimiento al estado. Si se pudiera demostrar que cada individuo ha dado su consentimiento al estado, ya sea directamente o a través de un contrato con otros individuos para crear un estado, el problema de la justificación estaría resuelto. Se mostraría cómo el estado obtiene la autoridad universal al demostrar que todos han dado su consentimiento a tal autoridad.

Dificultades del Consentimiento Explícito

Se cuestiona si alguna vez existió un contrato original real. Los críticos señalan que es absurdo pensar que individuos en un estado de naturaleza podrían tener la sofisticación conceptual necesaria para crear y respetar un acuerdo legal. Para lograr una explicación voluntarista del estado, es importante que todos aquellos que están obligados a obedecer al estado hubieran podido dar su consentimiento.

Se plantea la duda de si cada individuo ha dado a sabiendas y voluntariamente su consentimiento al estado. Los juramentos de fidelidad realizados por niños no son legalmente válidos. Tampoco tiene sentido considerar que negarse a votar sea una forma de expresar consentimiento al gobierno. Obligar a votar no solucionaría el problema, ya que el voto dejaría de ser voluntario.

Implicaciones para las Democracias Contemporáneas

Una consecuencia de esta concepción es que, dado que las democracias contemporáneas no cumplen con el ideal del consentimiento explícito, los ciudadanos en tales estados podrían no tener obligaciones políticas.

Consentimiento Tácito

La teoría del consentimiento expreso no ha sido completamente desarrollada. Se explora la idea del consentimiento tácito, donde el disfrute de la protección estatal implica la aceptación de su autoridad. Hobbes, Locke y Rousseau recurren a argumentos basados en el consentimiento tácito.

Locke argumenta que disfrutar de las posesiones o beneficios dentro de un gobierno implica un consentimiento tácito a someterse a sus leyes. Este consentimiento obliga al individuo a obedecer al estado mientras disfrute de dichos beneficios.

Se plantea si la recepción de beneficios obliga a obedecer al estado, añadiendo un paso al argumento: recibir beneficios es una forma de consentir tácitamente la obediencia, y es el consentimiento lo que obliga.

Se considera la posibilidad de que quienes no estén de acuerdo con las cargas y beneficios del estado puedan abandonarlo. Hume cuestiona esta idea, argumentando que no es fácil para un campesino o artesano abandonar su país debido a la falta de recursos y conocimiento de otros idiomas.

Rousseau sugiere que residir en un lugar implica consentimiento solo en un estado "libre", donde abandonar el territorio es sencillo. Hume, en cambio, piensa en estados-nación como Gran Bretaña, donde no es fácil irse.

En el mundo contemporáneo de estados-nación, la doctrina del consentimiento tácito no parece apropiada, ya que incluso quienes desean irse a menudo no encuentran un lugar adonde ir.

Consentimiento Hipotético

Se plantea si la teoría del contrato social necesita apelar a un consentimiento real. Se sugiere que el contrato social es puramente hipotético, indicando lo que haríamos en el estado de naturaleza. La idea de que crearíamos un estado si estuviéramos en el estado de naturaleza justifica al estado.

El argumento del contrato hipotético indica que, sin un estado, sería racional intentar crear uno. Si todos los individuos racionales en el estado de naturaleza eligieran libremente crear un estado, esto justificaría su existencia.

Se cuestiona la relación entre este argumento y los supuestos "voluntaristas" de la teoría del contrato social. Si las obligaciones políticas solo se adquieren mediante un acto voluntario de consentimiento, un acto hipotético no sería suficiente.

Se propone que el contrato hipotético muestra que ciertos estados merecen nuestro consentimiento debido a sus características deseables, como la paz

ello podamos lograr que todos los individuos compartan el mismo conjunto de principios morales básicos. Aunque sea cierto que existe un único conjunto de principios morales verdaderos, ¿cómo podemos estar seguros de que todo el mundo se percatará de su verdad?

El Utilitarismo

El fracaso de los argumentos contractualistas, junto con el poco atractivo del anarquismo hace todavía más urgente el examen de la teoría utilitarista. La idea fundamental del utilitarismo es que la acción moralmente correcta en cualquier situación es aquella que produce la suma total de utilidad más alta posible. Por utilidad uno puede entender diversamente felicidad, placer o satisfacción de deseos o preferencias.

Muchas veces se ve en esto un escollo importante para la teoría. Después de todo, si hemos de comparar situaciones parece que necesitamos algún tipo de escala mediante la cual podamos realizar las mediciones: quizá mediante unidades de felicidad. Hemos de poder hacer afirmaciones con sentido del tipo «Hoy Juan es dos veces más feliz que Pedro, si bien ayer lo era tres veces más». El problema de hallar un modo de comparar felicidades se conoce habitualmente como el problema de realizar «comparaciones interpersonales de utilidad».

El Utilitarismo y la Felicidad

Las personas experimentan diferentes niveles de disfrute ante estímulos similares, como la comida o el entretenimiento. Las disparidades en las condiciones de vida son evidentes, con algunos viviendo en la miseria y otros disfrutando de abundancia.

La Inseguridad y la Necesidad de Leyes

Si se permitiera a una persona tomar las posesiones de otra basándose en un aumento neto de felicidad, esto generaría inseguridad generalizada. Esta inseguridad, similar a la del estado de naturaleza, resultaría en una infelicidad general.

El Utilitarismo y el Respeto a la Ley

Un utilitarista argumentaría que se necesita un sistema de leyes que se deben respetar, incluso si la infracción de una ley en un caso particular pudiera aumentar la felicidad. Razonar directamente en términos utilitaristas podría tener consecuencias negativas.

El Papel del Filósofo Político Utilitarista

Un filósofo político utilitarista debería defender la existencia de un sistema legal al que los individuos deben obedecer, al menos en circunstancias normales. No corresponde al individuo evaluar los efectos de seguir las leyes en términos de felicidad social.

La Aprobación de Leyes

Una ley debe ser aprobada únicamente si contribuye más a la felicidad humana que cualquier otra ley o la ausencia de ley.

Justificación del Estado

El Enfoque Utilitarista

El estado se justifica si contribuye más a la felicidad humana que cualquier alternativa, como el estado de naturaleza. Los utilitaristas argumentan que el estado supera al estado de naturaleza en la promoción de la felicidad general, justificando así su existencia. Sin embargo, esta defensa utilitarista no convence a muchos filósofos políticos.

Una objeción clave es el problema del "cabeza de turco", donde el utilitarismo podría tolerar injusticias extremas para lograr la felicidad general. Por ejemplo, se podría arrestar y sentenciar a inocentes si la población cree que son culpables, ya que el aumento de felicidad general podría superar el sufrimiento del inocente. Este razonamiento es considerado inaceptable por muchos.

El "utilitarismo indirecto" intenta mitigar estos problemas. Se argumenta que liberar a personas injustamente condenadas, como los seis de Birmingham, puede ser beneficioso a largo plazo al mejorar el sistema judicial. Sin embargo, los críticos del utilitarismo sostienen que la injusticia es inaceptable, independientemente de las consecuencias en términos de felicidad general.

El Principio de Justicia

Se argumenta que quienes se benefician del estado tienen el deber de justicia de obedecer sus leyes y pagar impuestos. Este principio, según Hart, es el "núcleo racional" de la doctrina del consentimiento tácito. No se trata de consentimiento, sino de la justicia de compartir las cargas para mantener los beneficios del estado, como la seguridad y la estabilidad.

Si todos se benefician del estado, entonces todos deberían obedecer las leyes como muestra de justicia hacia los demás. Infringir las leyes cuando nos conviene es mezquino si nos beneficiamos de su existencia.

Hume argumenta que, aunque obedecer la ley está en nuestro interés a largo plazo, a menudo preferimos el beneficio a corto plazo de infringirla. Por lo tanto, necesitamos un sistema con magistrados civiles que hagan cumplir las leyes mediante el castigo, convirtiendo la observancia de las leyes en nuestro interés a corto plazo.

Los teóricos de la justicia, como Hart, van más allá de Hume y argumentan que tenemos una obligación moral de obedecer al estado porque nos beneficiamos de él. Aprovecharse de estos beneficios sin aceptar las cargas sería una injusticia hacia nuestros conciudadanos.