Lectura 6 (cap. 42 y 43 )
En el Capítulo 42 de "El Gran Conflicto", el autor presenta un análisis profundo
sobre la naturaleza del pecado y su impacto en el universo. Se explora cómo el
pecado no solo afecta a los individuos, sino también a las sociedades y a todo el
cosmos. Se discuten las consecuencias destructivas del pecado, que van más allá
de lo evidente, penetrando en la esencia misma de la vida y la existencia. A través
de ejemplos concretos y reflexiones teológicas, se profundiza en la urgente
necesidad de una solución divina para el problema del pecado y se señala hacia la
esperanza y redención que se encuentran en la persona de Cristo. El capítulo
también ofrece una visión de la lucha cósmica entre el bien y el mal, destacando
cómo este conflicto trasciende los límites de la Tierra y tiene ramificaciones en todo
el universo. Se describe cómo los ángeles buenos y malos están involucrados en
esta batalla, y cómo la salvación de la humanidad juega un papel crucial en el
desenlace final de esta lucha. En última instancia, el capítulo invita a reflexionar
sobre el papel de cada individuo en este conflicto cósmico y la importancia de elegir
el lado de la verdad y la justicia.
El capítulo 43 de El Conflicto de los Siglos se titula «La Tierra Devastada» y
describe los eventos que ocurren tras la segunda venida de Cristo y el destino de la
Tierra y sus habitantes durante el milenio, el período de mil años mencionado en el
libro de Apocalipsis.La Tierra queda desolada, vacía de vida humana, como un lugar
de ruinas y caos. Este milenio representa un tiempo de prisión para Satanás, donde
no tiene poder sobre los justos, que están con Cristo en el cielo. White describe la
Tierra devastada, llena de escombros y desolación.Es un período en el que no hay
vida ni actividad humana, y Satanás y sus ángeles quedan atrapados en un mundo
destrozado que refleja las consecuencias de su rebelión. Los impíos resucitarán
para enfrentar su sentencia definitiva, y Satanás intentará un último levantamiento,
pero será destruido junto con todos los malvados. La Tierra será restaurada a su
estado original, y el pueblo de Dios vivirá eternamente en paz y armonía.Este
capítulo subraya la justicia divina en el juicio final y la esperanza de una nueva
creación libre de pecado, en la cual los justos vivirán con Dios para siempre.
