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Benveniste, en su teoría de la enunciación, postula que el lenguaje es posible porque cada locutor se pone como sujeto y remite a sí mismo como “yo” en su discurso. Al mismo tiempo, plantea otra persona a la que remite como “tú” o “vos”. El lenguaje está organizado de tal forma que permite a cada locutor apropiarse de la lengua entera designándose como “yo”. El habla toma importancia porque en el habla la lengua toma sentido, y el lenguaje construye la subjetividad de los sujetos. La semiología es una disciplina que estudia los sistemas de signos y su significado. Benveniste considera que la lengua es uno de esos sistemas y juega un papel central en la semiología. La lengua aporta tanto la significancia de los signos (semiótica) como la significancia de la enunciación (semántica). Es el único sistema que tiene una doble significancia.
Tipo: Resúmenes
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Benveniste (1971): “Semiología de la Lengua”.
solamente en el sistema que lo integra. NO HAY SIGNO TRANSISTEMÁTICO.
mediante la diferencia en el criterio de validez que requieren el uno y elotro. Lo semióco (el signo) debe ser RECONOCIDO; lo semánco (el discurso) debe ser COMPRENDIDO. Ladiferencia entre reconocer y comprender remite a dos facultades mentales disntos: la de percibir la idendadentre lo anterior y lo actual, por una pacte, y la de percibir la signicación de un enunciado nuevo, por otra. Enlas formas patológicas del lenguaje, es frecuente la disociación de las dos facultades.
. ]Saussure ([1916]1978): “Curso de Lingüís5ca General”.
paraconocer su funcionamiento; el niño se la va asimilando poco a poco. Hasta tal punto es la lengua una cosadisnta, que un hombre privado del uso del habla conserva la lengua con tal que comprenda los signos vocalesque oye. 2° Mientras que el lenguaje es heterogéneo, la lengua así delimitada es de naturaleza homogénea: esun sistema de signos en el que sólo es esencial la unión del sendo y de la imagen acúsca, y donde las dospartes del signo son igualmente psíquicas. 3° La lengua, no menos que el habla, es un objeto de naturalezaconcreta, y esto es gran ventaja para su estudio. Los signos lingüíscos no por ser esencialmente psíquicos sonabstracciones; las asociaciones racadas por el consenso colecvo, y cuyo conjunto constuye la lengua, sonrealidades que enen su asiento en el cerebro. Además, los signos de la lengua son, por decirlo así, tangibles;la escritura puede jarlos en imágenes convencionales, mientras que sería imposible fotograar en todos susdetalles los actos del habla. En la lengua, por el contrario, no hay más que la imagen acúsca, y ésta se puedetraducir en una imagen visual constante. Esta posibilidad de jar las cosas relavas a la lengua es la que haceque un diccionario y una gramáca puedan ser su representación el, pues la lengua es el depósito de lasimágenes acúscas y la escritura la forma tangible de esas imágenes.
llegamos a llamarla «material» essolamente en este sendo y por oposición al otro término de la asociación, el concepto, generalmente másabstracto. El signo lingüísco es, pues, una endad psíquica de dos caras.
desplazamiento de la relación entre el signicado y el signicante. Por ejemplo, el la@n"necare" (matar) se ha hecho en francés "noyer" (ahogar) y en español "anegar". Han cambiado tanto laimagen acúsca como el concepto; pero es inúl disnguir las dos partes del fenómeno; basta con consignarglobalmente que el vínculo entre la idea y el signo se ha relajado y que ha habido un desplazamiento en surelación. La connuidad del signo en el empo, unida a la alteración en el empo, es un principio desemiología general; y su conrmación se encuentra en los sistemas de escritura, en el lenguaje de lossordomudos, etc. El sistema no se modica directamente nunca; en sí mismo, el sistema es inmutable; sólosufren alteración ciertos elementos, sin atención a la solidaridad que los ata al conjunto.Pero esta denición deja todavía a la lengua fuera de su realidad social, y hace de ella una cosa irreal, ya queno abarca más que uno de los aspectos de la realidad, el aspecto individual; hace falta una masa parlante paraque haya una lengua. Contra toda apariencia, en momento alguno existe la lengua fuera del hecho social,porque es un fenómeno semiológico LINGÜÍSTICA ESTÁTICA Y EVOLUTIVA. La mulplicidad de signos, ya invocada para explicar la connuidad de lalengua, nos prohíbe en absoluto estudiar simultáneamente sus relaciones en el empo y sus relaciones en elsistema. He ahí la razón de que disngamos dos lingüíscas. ¿Cómo las llamaremos? Preferimos hablar delingüísca sincrónica y de lingüísca diacrónica. Es sincrónico todo lo que se reere al aspecto estáco denuestra ciencia, y diacrónico todo lo que se relaciona con las evoluciones. Del mismo modo sincronía yiacronía designarán respecvamente un estado de lengua y una fase de evolución. Lo primero que sorprendecuando se estudian los hechos de lengua es que para el sujeto hablante su sucesión en el empo esinexistente: el hablante está ante un estado. Así el lingüista que quiere comprender ese estado ene que hacertabla rasa de todo lo que lo ha producido y desentenderse de la diacronía. Nunca podrá entrar en la concienciade los sujetos hablantes más que suprimiendo el pasado. La intervención de la historia sólo puede falsear sujuicio. La gramáca tradicional ignora partes enteras de la lengua, por ejemplo, la formación de palabras; esnormava y cree deber promulgar reglas en lugar de consignar hechos; le faltan las vistas de conjunto; hastaconfunde con frecuencia la palabra escrita con la palabra hablada, etcétera. Como las alteraciones jamás sehacen sobre el bloque del sistema, sino sobre uno u otro de sus elementos, no se pueden estudiar más quefuera del sistema. Sin duda, cada alteración ene su repercusión en el sistema; pero el hecho inicial haafectado a un punto solamente; no hay relación ínma alguna con las consecuencias que se puedan derivarpara el conjunto. Esta diferencia de naturaleza entre términos sucesivos y términos coexistentes, entre hechosparciales y hechos referentes al sistema, impide hacer de unos y otros la materia de una sola ciencia.Los métodos de cada orden dieren también, y de dos maneras: a) La sincronía no conoce más que unaperspecva, la de los sujetos hablantes, y todo su método consiste en recoger su tesmonio; para saber enqué medida una cosa es realidad será necesario y suciente averiguar en qué medida existe para la concienciade los sujetos hablantes. La lingüísca diacrónica, por el contrario, debe disnguir dos perspecvas: la unaprospecva, que siga el curso del empo, la otra retrospecva, que lo remonte. b) Otra diferencia resulta delos límites del campo que abarca cada una de estas dos disciplinas. El estudio sincrónico no ene por objetotodo cuanto es simultáneo, sino solamente el conjunto de hechos correspondientes a cada lengua; según lorequiere la necesidad, la separación irá hasta los dialectos y subdialectos. Por el
contrario, la lingüíscadiacrónica no sólo no necesita, sino que rechaza una especialización semejante; los términos que considera nopertenecen forzosamente a una misma lengua. Precisamente la sucesión de hechos diacrónicos y sumulplicación espacial es lo que crea la diversidad de idiomas. Para juscar una relación entre dos formasbasta que tengan entre sí un vínculo histórico, por indirecto que sea. Siendo la lengua una instución social, se puede pensar a priori que está regulada por prescripciones análogasa las que rigen en las colecvidades. Ahora bien, toda ley social ene dos caracteres fundamentales: el de serimperava y el de ser general; la ley social se impone, y se exende a todos los casos, por supuesto con ciertoslímites de empo y de lugar. La ley sincrónica es general, pero no es imperava. Sin duda que se impone a losindividuos por la sujeción del uso colecvo pero no vemos en ello una obligación relava a los sujetoshablantes. Queremos decir que en la lengua ninguna fuerza garanza el mantenimiento de la regularidadcuando reina en algún punto. La ley sincrónica, simple expresión de un orden existente, consigna un estado decosas. Si se habla de ley en sincronía, es en el sendo de orden y arreglo, de principio de regularidad. Ladiacronía supone, por el contrario, un factor dinámico por el cual se produce un efecto, un algo ejecutado.Pero este carácter imperavo no basta para que se aplique la noción de ley a los hechos evoluvos; no sehabla de ley más que cuando un conjunto de hechos obedece a la misma regla, y, a pesar de ciertasapariencias contrarias, los sucesos diacrónicos siempre enen carácter accidental y parcular. Resumiendo: loshechos sincrónicos, sean cuales fueren, presentan cierta regularidad, pero no enen carácter algunoimperavo; los hechos diacrónicos, por el contrario, se imponen a la lengua, pero nada enen de general. Enuna palabra, y a esto queríamos venir a parar: ni unos ni otros están regidos por leyes en el sendo denidoarriba, y si con todo se quiere hablar de leyes lingüíscas, ese término abarcará signicaciones enteramentediferentes según que lo apliquemos a cosas de uno o de otro orden. Una vez en posesión de este dobleprincipio de clasicación, se puede añadir que todo cuanto es diacrónico en la lengua solamente lo es por elhabla, en el habla es donde se halla el germen de todos los cambios: cada uno empieza por ser práccaexclusiva de cierto número de individuos antes de entrar en el uso. La lingüísca sincrónica se ocupará de lasrelaciones lógicas y psicológicas que unen términos coexistentes y que forman sistema, tal como aparecen a laconciencia colecva. La lingüísca diacrónica estudiará por el contrario las relaciones que unen términossucesivos no percibidos por una misma conciencia colecva, y que se reemplazan unos a otros sin formarsistema entre sí.
por otro, todas enen algo decomún. Ya se ve que estas coordinaciones son de muy disnta especie que las primeras. Ya no se basan en laextensión; su sede está en el cerebro, y forman parte de ese tesoro interior que constuye la lengua de cadaindividuo. Las llamaremos relaciones asociavas. La conexión sintagmáca es in praesena; se apoya en dos omás términos igualmente presentes en una serie efecva. Por el contrario, la conexión asociava une términosin absena en una serie mnemónica virtual. En el dominio del sintagma no hay límite señalado entre el hecho de lengua, tesmonio del uso colecvo[como las frases y refranes], y el hecho de habla, que depende de la libertad individual En el caso de los grupos formados por asociación mental no se limitan a relacionar los dominios que presentanalgo de común; el espíritu capta también la naturaleza de las relaciones que los atan en cada caso y crea conello tantas series asociavas como relaciones diversas haya. Así en "enseñanza, enseñar, enseñemos", hay unelemento común a todos los términos, el radical; pero la palabra "enseñanza" se puede hallar implicada enuna serie basada en otro elemento común, el sujo (enseñanza, templanza, esperanza, tardanza); la asociaciónpuede basarse también en la mera analogía de los signicados (enseñanza, instrucción, aprendizaje,educación, etc.), o, al contrario, en la simple comunidad de las imágenes acúscas (enseñanza y lanza). Porconsiguiente, tan pronto hay comunidad doble del sendo y de la forma, como comunidad de forma o desendo solamente. Una palabra cualquiera puede siempre evocar todo lo que sea suscepble de estarleasociado de un modo o de otro. Mientras que un sintagma evoca en seguida la idea de un orden de sucesión yde un número determinado de elementos, los términos de una familia asociava no se presentan ni ennúmero denido ni en un orden determinado Nuestra memoria ene en reserva todos los pos de sintagmas más o menos complejos, de cualquier especieo extensión que puedan ser, y en el momento de emplearlos hacemos intervenir los grupos asociavos parajar nuestra elección. Cuando alguien dice ¡cállense!, inconscientemente piensa en diversos grupos deasociaciones en cuya intercesión se encuentra el sintagma ¡cállense! Éste gura de un lado en la serie cállate,callemos, callaos, y sólo la oposición de cállense con estas formas determina la elección; de otro lado, cállenseevoca la serie váyanse, acérquense, lávense, véanse, etc., de cuyo seno es elegido por el mismoprocedimiento; en cada serie se sabe qué es lo que hay que hacer variar para obtener la diferenciación propiade la unidad buscada. Así en esta operación, que consiste en eliminar mentalmente todo lo que no conduzca ala diferenciación requerida sobre el punto requerido, están en juego tanto los agrupamientos asociavos comolos pos sintagmácos. Así, pues, no basta con decir, colocándose en un punto de vista posivo, que se toma¡cállense! porque signica lo que se quiere expresar. En realidad la idea conjura, no una forma, sino todo unsistema latente, gracias al cual se obenen las oposiciones necesarias para la constución del signo. El signo notendría por sí mismo ninguna signicación propia. Hasta aquí las unidades se nos aparecen como valores, es decir, como elementos de un sistema, y nosotros lashemos considerado sobre todo en sus oposiciones; ahora reconocemos las solidaridades que los atan;solidaridades que son de orden asociavo y de orden sintagmáco; ellas son las que limitan lo arbitrario.Diecinueve es solidario asociavamente de dieciocho, diecisiete, diezmil, etc., y sintagmácamente de suselementos diez y nueve. Esta doble relación le conere una parte de su valor. Todo lo que se reere a la lenguaen cuanto sistema exige, a nuestro entender, ser abordado desde este punto de vista,
que apenas cuidan loslingüistas: la limitación de lo arbitrario. Es la mejor base posible. En efecto, todo sistema de la lengua descansaen el principio irracional de lo arbitrario del signo que, aplicado sin restricción, llevaría a la complicaciónsuprema; pero el espíritu consigue introducir un principio de orden y de regularidad en ciertas partes de lamasa de signos, y ése es el papel de lo relavamente movado. Si el mecanismo de la lengua fueraenteramente racional lo podríamos estudiar en sí mismo; pero como no es más que una corrección parcial deun sistema naturalmente caóco, se adopta el punto de vista impuesto por la naturaleza misma de la lengua, yestudiamos ese mecanismo como una limitación de lo arbitrario. Chomsky (2007): "Nuestro conocimiento del lenguaje humano: perspectivas actuales". La facultad humana del lenguaje parece ser una verdadera “propiedad de la especie,” con escasa variación entre los seres humanos y sin que exista nada análogo en otros seres biológicos. Hoy en día, no hay ninguna razón para cuestionar el supuesto cartesiano de que la habilidad para usar signos que expresan pensamiento libremente formados marca “la auténtica distinción entre hombre y animal” o máquina. El lenguaje humano tiene sus bases en una propiedad que parece estar biológicamente aislada: la propiedad de la infinitud discreta. Los niños no aprenden esta propiedad. A no ser que la mente ya posea los principios básicos de ella,no hay ninguna evidencia empírica que pueda proveerlos. De manera similar, ningún niño ene que aprender que hay oraciones de tres y cuatro palabras, pero no de cuatro palabras y media, y que las oraciones pueden extenderse “ad innitum” puesto que es siempre posible construirlas de modo más complejo y siempre con formas y significados muy precisos. Para usar una frase de David Hume, este conocimiento no puede más que provenir de “la mano original de la naturaleza,” como parte de nuestra herencia biológica. La facultad del lenguaje puede ser considerada razonablemente “el órgano del lenguaje,” en el mismo sentido en que lo scientificos hablan del sistema de la visión, el sistema inmunológico o el sistema circulatorio, como órganos del cuerpo. Un órgano es un sub-sistema de una estructura más compleja. Damos por supuesto también que el órgano del lenguaje es como otros órganos en cuanto a que su naturaleza está genéticamente determinada.Averiguar cómo ocurre tal determinación, es un proyecto de investigación muy distante, pero sí podemos investigar el “estado inicial,” genéticamente determinado, de la facultad del lenguaje. Evidentemente, cada lengua es el resultado de la interacción de dos factores: el estado inicial y el curso de la experiencia. Podemos imaginar el estado inicial como un “mecanismo de adquisición de lenguas” que procesa la experiencia como“input” y genera lengua como “output,” un “output” que está internamente representado en lamente/cerebro. Tanto el “input” como el “output” pueden ser investigados. Además, hay razones muy poderosas para creer que el estado inicial es común a toda la especie El enfoque que he estado esquematizando ene que ver con la facultad del lenguaje: su estado inicial y los estados que asume. Supongamos que el órgano del lenguaje de Pedro está en el estado L. Podemos pensar esto en términos de que L es el “lenguaje internalizado” de Pedro. Así, cuando hablo de lenguaje, eso es lo que quiero decir. Entendido de esta manera, el lenguaje es “cómo hablamos y entendemos”, es una concepción tradicional del lenguaje. Adaptando un término tradicional a un nuevo enfoque teórico, podemos decir que la teoría del
Chomsky (1988): “El lenguaje y los problemas del conocimiento”. “El problema de Platón”, tal como lo plantea Bertrand Russell, consiste en básicamente en esto: ¿Cómo es que los seres humanos, cuyos contactos con el mundo son breves, personales y limitados, son capaces de saber tanto? Una respuesta actual consistiría en decir que ciertos aspectos de nuestros conocimientos y compresión son innatos, parte de nuestra herencia biológica genéticamente determinada. “El problema de Descartes”reside precisamente en la dificultad de darse cuenta de lo que podríamos llamar “el aspecto creativo del uso del lenguaje”. Descartes y sus discípulos observaron que el uso normal del lenguaje es constantemente innovador, ilimitado, libre, del control de es@mulos externos o estados de ánimos internos, coherente y apropiado a las situaciones: evoca pensamiento en el oyente que él o ella podrían haber expresado de manera parecida en las mismas situaciones. Así, en el habla normal, uno no repite meramente lo que ha oído, sino que produce formas lingüísticas nuevas – a menudo nuevas en la experiencia de uno o incluso en la historia de la lengua –y no hay límites para dicha innovación. El dominio de la lingüística y la psicología, son dos campos que preferiría no distinguir considerando a la lingüística sólo como a esa parte de la psicología que trata de los aspectos particulares que analizaré aquí. Cuando hablamos de la mente hablamos a cierto nivel de abstracción, de mecanismos %sicos del cerebro aún desconocidos. El mentalismo contemporáneo, así concebido, es un paso hacia la asimilación de la psicología y la lingüística a las ciencias físicas. Tenemos que determinar cómo llega el niño a dominar las reglas y principios que constituyen el sistema en estado maduro del conocimiento del lenguaje. Este es un problema empírico en principio, la fuente de tal conocimiento pudiera estar en el contexto ambiental en el que está el niño, o bien en los recursos biológicamente determinados de la mente/cerebro que podemos llamar “la facultad del lenguaje”; la interacción de estos factores proporciona el sistema de conocimiento que se va a usar al hablar y entender. En la medida en que el conocimiento esté basado en factores de contexto, debe de ocurrir que la mente/cerebro proporciona una manera de identificar y sacar información relevante a través de mecanismos de algún porqué forman parte de los recursos determinados biológicamente. Por ejemplo, la propiedad de la cláusula incrustada está parametrizada. Este parámetro puede tener uno u otro valor, aunque la forma general del principio no varía aparte de esta valoración paramétrica. El valor del parámetro debe determinarse a parr de la experiencia. Pasando a principios todavía más generales es razonable especular que la posibilidad de formar construcciones complejas con un complemento oracional incrustado no implica aprendizaje alguno. Más bien esta posibilidad vendría dada como principio de la facultad de lenguaje aunque las realizaciones de tales construcciones abstractas diferirá según el léxico y las demás propiedades específicas de las distintas lenguas.Volviendo al problema de Platón a la luz de estas observaciones el problema se resuelve en términos de ciertas propiedades de la mente/cerebro y ciertos rasgos del contexto lingüístico. Las propiedades de la mente/cerebro incluyen varios principios de la facultad del lenguaje: la disponibilidad de las construcciones complejas con un complemento oracional incrustado; la propiedad de la incrustación de la oración con el correspondiente parámetro abierto; quizá la barrera contra las "a" sucesivas. El contexto lingüístico puede ser lo suficientemente rico como para determinar el valor que tomará el parámetro. La interacción de estos factores produce un sistema de
conocimiento que está representado en la mente/cerebro, en tanto estado de la facultad de lenguaje que ha alcanzado su maduración. Gracias a este sistema de conocimiento podemos interpretar las expresiones lingüísticas incluyendo las nuevas que el niño no ha oído nunca. De nuevo, los hablantes de estos dialectos del español conocen estos hechos sin instrucción ni experiencia. En la miga en que los dialectos dieran, deberá haber posibilidades de variación permitidas por la herencia biológica una vez jada posibilidades que resuelve la experiencia. Lo mismo cabe decir de las distintas lenguas en general. Pero mucho de todo esto es constante y se determina con bastante independencia de la experiencia. Concluimos,de nuevo, que se desarrolla en la mente/cerebro un sistema de conocimiento, dando lugar al problema de Platón. Vemos también que el conocimiento no es capacidad, que no se puede explicar en términos de destrezas, hábitos o disposiciones, y que el problema de Descartes, u otros problemas que enen que ver con el uso de la lengua, no se aclaran recurriendo al vago concepto de “analogía” ["tal oración desconocida interpretar por analogía a otras]. Los hechos que hemos revisado son simplemente partes del conocimiento que crece en la mente/cerebro del niño que está expuesto al uso del español. Se los conoce porque esa es la forma en que funciona la mente humana. Las propiedades de estas expresiones reflejan principios de operación mental que forman parte de la facultad de lenguaje humano. Los hablantes del inglés no han oído ninguna de estas formas, pero saben que la palabra "strid" es posible,pero "bnid", aunque se puede pronunciar, no es una palabra posible en su lengua. Los hablantes del árabe, sin embargo, saben que la palabra "bnid" es posible, pero no "strid", mientras que los hablantes del español saben que ni (i), ni (ii) son posibles en su lengua. Estos hechos pueden explicarse en términos de reglas de la estructura del sonido que el que aprende la lengua llega a conocer en el curso de su adquisición. La adquisición de las reglas de la estructura del sonido depende a su vez de principios jos que gobiernan los sistemas de sonido posibles de las lenguas humanas, los elementos en virtud de los cuales están construidos, y las posibles combinaciones y modificaciones que pueden sufrir en los distintos contextos. Estos principios son comunes a inglés, al árabe, al español y a las demás lenguas humanas y son empleados inconscientemente por una persona que está en el proceso de adquirir cualquiera de esas lenguas. La solución al problema de Platón ha de estar basada en la atribución de principios jos de la facultad del lenguaje al organismo humano como parte de la herencia biológica. Estos principios re2eja la forma en que funciona la mente dentro de la facultad del lenguaje. La velocidad y la precisión de la adquisición del vocabulario no deja alternativa verdadera alguna a la conclusión de que el niño, de alguna forma, dispone de conceptos previos a su existencia de la lengua y está,básicamente, aprendiendo etiquetas para conceptos que son ya parte de su aparato conceptual El concepto de persona, unos de los conceptos más primarios al alcance de un niño, es extremadamente complejo y ha sido tema de sul indagación losóca durante muchos siglos. Ciertamente nada de eso seaprende por medio de la experiencia. Los conceptos de que disponemos, independientemente de la experiencia que se asocian con las palabras(o que se rotulan en éstas) en una lengua humana no constituyen una mera lista. Más bien, como los sonidos de la lengua entran en estructuras sistemáticas basadas en ciertas nociones elementales y reiteradas y en principios de combinación. Ideas tales como las de acción, agente de una acción, meta, intención y otras, inciden en los conceptos del pensamiento y el
que aprende la lengua, los cuales han determinado varias opciones que no han sido establecidas por la gramática universal. Dicho con un término técnico, los principios de la gramática universal tienen ciertos parámetros que pueden ser jados por la experiencia de una u otra manera