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resumen de linguistica, Resúmenes de Lingüística

Benveniste, en su teoría de la enunciación, postula que el lenguaje es posible porque cada locutor se pone como sujeto y remite a sí mismo como “yo” en su discurso. Al mismo tiempo, plantea otra persona a la que remite como “tú” o “vos”. El lenguaje está organizado de tal forma que permite a cada locutor apropiarse de la lengua entera designándose como “yo”. El habla toma importancia porque en el habla la lengua toma sentido, y el lenguaje construye la subjetividad de los sujetos. La semiología es una disciplina que estudia los sistemas de signos y su significado. Benveniste considera que la lengua es uno de esos sistemas y juega un papel central en la semiología. La lengua aporta tanto la significancia de los signos (semiótica) como la significancia de la enunciación (semántica). Es el único sistema que tiene una doble significancia.

Tipo: Resúmenes

2020/2021

Subido el 29/09/2023

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Benveniste (1971): “Semiología de la Lengua”.
1. Explicar la siguiente afirmación de E. Benveniste: casi al mismo tiempo pero en espacios
distintos y sin conocerse la obra de uno y de otro Peirce y Saussure establecen la necesidad de
otorgarle entidad a una ciencia que se ocupe de los sistemas de significación.
2. ¿Por qué el autor sostiene que Saussure “se presenta de plano en el polo opuesto de
Peirce”? Quienes más trabajaron por crear una ciencia de los signos fueron Peirce y Saussure,
aunque de forma antitética. Peirce estableció una división triple de los signos en iconos,
indicios y símbolos. En lo concerniente a la lengua no formula nada preciso ni específico. Para
él la lengua se reduce a las palabras, que son por cierto signos, pero no participan de una
categoría distinta. Peirce no tiene en cuenta que las palabras forman parte de un sistema
particular de signos, la lengua, y de un sistema particular de lengua, el idioma. La crítica que
puede formularse es que el universo semiótico que construye Peirce no puede incluirse a
mismo en su definición. Para que la noción de signo no quede abolida en esta multiplicación al
infinito, es preciso que en algún sitio admita el universo una diferencia entre el signo y lo
significado. Hace falta, pues, que todo signo sea tomado y comprendido en un sistema de
signos. Ahí es la condición de SIGNIFICANCIA. Se seguirá contra Peirce que todos los
signos no pueden funcionar idénticamente ni pertenecer a un único sistema, habrá que
construir varios de estos.
Es aquí donde Saussure se presenta en el plano opuesto a Peirce, pues su reflexión procede a
partir de la lengua y la toma como objeto exclusivo. Le asigna a la lingüística una triple tarea: 1)
describir en sincronía y diacronía todas las lenguas conocidas; 2) deslindar las leyes generales
que actúan en las lenguas; 3) delimitarse y definirse a sí misma. Pero esta última tarea absorbe
a las otras dos destruyéndose.
3. ¿Cómo se denominan las ciencias que proponen, cada uno por su lado, Peirce y Saussure
para estudiar los signos?
Perice: semiótica; objeto: icono, símbolo e índice (división del signo). Saussure:semiología;
objeto: signo, principalmente el lingüístico.
4. Desarrollar y ejempli;car la siguiente a;rmación: En nuestra vida cotidiana utilizamos
diferentes sistemas de signos: escritura, cortesía, reconocimiento, reguladores de vehículos,
monetarios, cultos, creencias, arte en las diferentes variedades. El rasgo que une a estos
sistemas de signi;cación tan diferentes y que los incluye en la SEMIOLOGÍA es su propiedad
de signi;car o signi;cancia y la posibilidad de composición en unidades de signi;cación o signos.
(Benveniste).
El papel del signo es representar, ocupar el puesto de otra cosa, evocándola a titulo de
sustituto. El carácter común a todos los sistemas y el criterio de su pertenencia a la semiología
es su propiedad de significar o SIGNIFICANCIA, y su composición en unidades de significancia
o signos. Un sistema semiológico se caracteriza:
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Benveniste (1971): “Semiología de la Lengua”.

  1. Explicar la siguiente afirmación de E. Benveniste: casi al mismo tiempo pero en espacios distintos y sin conocerse la obra de uno y de otro Peirce y Saussure establecen la necesidad de otorgarle entidad a una ciencia que se ocupe de los sistemas de significación.
  2. ¿Por qué el autor sostiene que Saussure “se presenta de plano en el polo opuesto de Peirce”? Quienes más trabajaron por crear una ciencia de los signos fueron Peirce y Saussure, aunque de forma antitética. Peirce estableció una división triple de los signos en iconos, indicios y símbolos. En lo concerniente a la lengua no formula nada preciso ni específico. Para él la lengua se reduce a las palabras, que son por cierto signos, pero no participan de una categoría distinta. Peirce no tiene en cuenta que las palabras forman parte de un sistema particular de signos, la lengua, y de un sistema particular de lengua, el idioma. La crítica que puede formularse es que el universo semiótico que construye Peirce no puede incluirse a sí mismo en su definición. Para que la noción de signo no quede abolida en esta multiplicación al infinito, es preciso que en algún sitio admita el universo una diferencia entre el signo y lo significado. Hace falta, pues, que todo signo sea tomado y comprendido en un sistema de signos. Ahí está la condición de SIGNIFICANCIA. Se seguirá contra Peirce que todos los signos no pueden funcionar idénticamente ni pertenecer a un único sistema, habrá que construir varios de estos. Es aquí donde Saussure se presenta en el plano opuesto a Peirce, pues su reflexión procede a partir de la lengua y la toma como objeto exclusivo. Le asigna a la lingüística una triple tarea: 1) describir en sincronía y diacronía todas las lenguas conocidas; 2) deslindar las leyes generales que actúan en las lenguas; 3) delimitarse y definirse a sí misma. Pero esta última tarea absorbe a las otras dos destruyéndose. 3. ¿Cómo se denominan las ciencias que proponen, cada uno por su lado, Peirce y Saussure para estudiar los signos? Perice: semiótica; objeto: icono, símbolo e índice (división del signo). Saussure:semiología; objeto: signo, principalmente el lingüístico. 4. Desarrollar y ejempli;car la siguiente a;rmación: En nuestra vida cotidiana utilizamos diferentes sistemas de signos: escritura, cortesía, reconocimiento, reguladores de vehículos, monetarios, cultos, creencias, arte en las diferentes variedades. El rasgo que une a estos sistemas de signi;cación tan diferentes y que los incluye en la SEMIOLOGÍA es su propiedad de signi;car o signi;cancia y la posibilidad de composición en unidades de signi;cación o signos. (Benveniste). El papel del signo es representar, ocupar el puesto de otra cosa, evocándola a titulo de sustituto. El carácter común a todos los sistemas y el criterio de su pertenencia a la semiología es su propiedad de significar o SIGNIFICANCIA, y su composición en unidades de significancia o signos. Un sistema semiológico se caracteriza:
  1. Por su modo de operación: es la manera como el sistema actúa, especialmente el sendo (vista, oído, etc.) al que se dirige; 2) por su dominio de validez: es aquel donde se impone el sistema y debe ser reconocido u obedecido; 3) por la naturaleza y el número de sus signos: estos son función de las condiciones mencionadas; 4) por su po de funcionamiento: es la relación que une los signos y les otorga función distintiva. Los caracteres reunidos en esta definición constituyen dos grupos: los dos primeros, relativos al modo de operación y al dominio de validez, suministran las condiciones externas, empíricas, del sistema; los últimos, relativos a los signos y a su tipo de funcionamiento, indican las condiciones internas, semióticas. Las dos primeras admiten ciertas variaciones o acomodaciones, los otros dos no.
  1. Desarrolle brevemente la relación que propone Saussure entre la lengua y los demás sistemas sígnicos.¿Cuál es el objeto de la lingüística? Para responder, plantea una primera exigencia metódica: hay que separar la lengua del lenguaje: el lenguaje es multiforme y heteróclito, o sea, a caballo en diferentes dominios,a la vez físico, fisiológico y psíquico; pertenece además al dominio individual y al dominio social. La lengua, por el contrario, es una totalidad en sí, y un principio de clasificación. En cuanto le damos el primer lugar entre los hechos del lenguaje, introducimos un orden natural en un conjunto que no se presta a ninguna otra clasificación.Podemos ya inferir de esto que los subsistemas semióticos interiores a la sociedad serán lógicamente los interpretados de la lengua, puesto que la sociedad los contiene y que la sociedad es el interpretado de la lengua. Se advierte ya en esta relación una disimetría fundamental, y puede uno remontarse a la causa primera de esta no reversibilidad: es que la lengua ocupa una situación particular en el universo de los sistemas de signos. Si convenimos en designar por S el conjunto de estos sistemas y por L la lengua, la conversión siempre sigue el sendo S > L, nunca el inverso. Aquí tenemos un principio general de jerarquía,propio para ser introducido en la clasificación de los sistemas semióticos y que servirá para construir una teoría semiológica
  2. ¿Cuál será el objeto de la semiología según Benveniste?Lo que vincula la lingüística a la semiología es el principio, puesto en el centro de la lingüística, de que el signo lingüístico es "arbitrario". De manera general, el objeto principal de la semiología será "el conjunto de sistemas fundados en lo arbitrario del signo". En consecuencia, en el conjunto de los sistemas de expresión, la superioridad toca a la lingüística: Se puede, pues, decir, que los signos enteramente arbitrarios son los que mejor realizan el ideal del procedimiento semiológico; por eso la lengua, el más complejo y el más extendido de los sistemas de expresión, es también el más característico de todos; en este sentido la lingüística, puede erigirse en el modelo general de toda semiología, aunque la lengua no sea más que un sistema particular. Así,sin dejar de formular netamente la idea de que la lingüística tiene una relación necesaria con la semiología,Saussure se abstiene de definir la naturaleza de esta relación, de no ser a través del principio de la"arbitrariedad del signo" que gobernaría el conjunto de los sistemas de expresión y ante todo de la lengua. No menos que los sistemas de signos, las RELACIONES entre dichos sistemas constituirán el objeto de la semiología.
  3. Explicar y ejempli;car las relaciones de engendramiento, derivación y homología que se dan

solamente en el sistema que lo integra. NO HAY SIGNO TRANSISTEMÁTICO.

  1. ¿Cuál es el puesto de la lengua dentro de los sistemas semióticos, según Benveniste? ¿Por qué sostiene que la lengua es un modelo sin análogo?La lengua nos ofrece el único modelo de un sistema que sea semiótico a la vez en su estructura formal y en su funcionamiento:
  1. Se manifiesta por la enunciación, que alude a una situación dada; hablar es siempre hablar de.2) Consiste formalmente en unidades distintas, cada una de las cuales es un signo.3) Es producida y recibida en los mismos valores de referencia entre todos los miembros de una comunidad.4) Es la única actualización de la comunicación intersubjetiva. Por estas razones, la lengua es la organización semiótica por excelencia. Da la idea de lo que es una función de signo, y es la única que ofrece la fórmula ejemplar de ello. De ahí procede que ella sola pueda conferir a otros conjuntos la calidad de sistemas significantes informándoles de la relación de signo. Hay pues un MODELADO SEMIÓTICO que la lengua ejerce y del que no se concibe que su principio resida en otra parte que no sea la lengua. La naturaleza de la lengua, su función representa, su poder dinámico, su papel en la vida de relación, hacen de ella la gran matriz semiótica, la estructura, modeladora de la que las otras estructuras reproducen los rasgos y el modo de acción.
  1. ¿Qué signi;ca que “La lengua combina dos modos distintos de signi;cancia”?La lengua significa de una manera específica y que no es sino suya, de una manera que no reproduce ningún otro sistema. Está investida de una DOBLE SIGNIFICANCIA. He aquí propiamente un modelo sin análogo. La lengua combina dos modos distintos de significancia, que llamamos el modo SEMIÓTICO por una parte, el modo SEMÁNTICO por otra. Lo semiótico designa el modo de significancia que es propio del signo lingüístico y que la constuye comounidad. Por mor del análisis pueden ser consideradas por separado las dos caras del signo, pero por lo quehace a la signicancia, unidad es y unidad queda. La única cuesón que suscita un signo para ser reconocido esla de su existencia, y ésta se decide con un sí o un no: árbol - canción - lavar - nervio - amarillo - sobre, y noúrmol -panción - *bavar - *nero - *ama%llo - *sibre. Todo el estudio semióco, en sendo estricto, consisrá enidencar las unidades, en describir las marcar disnvas y en descubrir criterios cada vez más sules de ladisnvidad. De esta suerte cada signo armará con creciente claridad su signicancia propia en el seno deuna constelación o entre el conjunto de los signos. Tomado en sí mismo, el signo es pura idendad para sí,pura alteridad para todo lo demás, base signicante de la lengua, material necesario de la enunciación. Existecuando es reconocido como signicante por el conjunto de los miembros de la comunidad lingüísca, y evocapara cada quien, a grandes rasgos, las mismas asociaciones y las mismas oposiciones. Tal es el dominio v elcriterio de la semióca.Con lo semánco entramos en el modo especíco de signicancia que es engendrado por el DISCURSO. Losproblemas que se plantean aquí son función de la lengua como productora de mensajes. Ahora, el mensaje nose reduce a una, sucesión de unidades por idencar separadamente; no es una suma de signos la queproduce el sendo, es, por el contrario, el sendo, concebido globalmente, el que se realiza y se divide en"signos" parculares, que son las PALABRAS. En segundo lugar, lo semánco carga por necesidad con elconjunto de los referentes, en tanto que lo semióco está, por principio, separado y es independiente de todadeferencia. El orden semánco se idenca con el mundo de la enunciación y el universo del discurso. El hecho de que se trata, por cierto, de dos órdenes disntos de nociones y de dos universos conceptuales, esalgo que se puede mostrar también

mediante la diferencia en el criterio de validez que requieren el uno y elotro. Lo semióco (el signo) debe ser RECONOCIDO; lo semánco (el discurso) debe ser COMPRENDIDO. Ladiferencia entre reconocer y comprender remite a dos facultades mentales disntos: la de percibir la idendadentre lo anterior y lo actual, por una pacte, y la de percibir la signicación de un enunciado nuevo, por otra. Enlas formas patológicas del lenguaje, es frecuente la disociación de las dos facultades.

. ]Saussure ([1916]1978): “Curso de Lingüís5ca General”.

  1. ¿Por qué Saussure trabaja sobre la necesidad de de;nir el objeto de la lingüís5ca?Otras ciencias operan con objetos dados de antemano y que se pueden considerar en seguida desdediferentes puntos de vista. No es así en la lingüísca. Alguien pronuncia la palabra española desnudo: unobservador supercial se senrá tentado de ver en ella un objeto lingüísco concreto; pero un examen másatento hará ver en ella sucesivamente tres o cuatro cosas perfectamente diferentes, según la manera deconsiderarla: como sonido, como expresión de una idea, como correspondencia del la@n (dis)nudum, etc. Lejosde preceder el objeto al punto de vista, se diría que es el punto de vista el que crea el objeto, y, además, nadanos dice de antemano que una de esas maneras de considerar el hecho en cuesón sea anterior o superior alas otras. Por otro lado, sea cual sea el punto de vista adoptado, el fenómeno lingüísco presentaperpetuamente dos caras que se corresponden, sin que la una valga más que gracias a la otra. No se puede,pues, reducir la lengua al sonido, ni separar el sonido de la arculación bucal; a la recíproca, no se puedendenir los movimientos de los órganos vocales si se hace abstracción de la impresión acúsca Pero admitamosque el sonido sea una cosa simple: ¿es el sonido el que hace al lenguaje? No; no es más que el instrumento delpensamiento y no existe por sí mismo. Aquí surge una nueva y formidable correspondencia: el sonido, unidadcompleja acúsco-vocal, forma a su vez con la idea una unidad compleja, siológica y mental. Es más: 3° Ellenguaje ene un lado individual y un lado social, y no se puede concebir el uno sin el otro. Por úlmo: En cadainstante el lenguaje implica a la vez un sistema establecido y una evolución; en cada momento es unainstución actual y un producto del pasado. Parece a primera vista muy sencillo disnguir entre el sistema y suhistoria, entre lo que es y lo que ha sido; en realidad, la relación que une esas dos cosas es tan estrecha que esdi%cil separarlas. Así, pues, de cualquier lado que se mire la cuesón, en ninguna parte se nos ofrece entero elobjeto de la lingüísca. Por todas partes topamos con este dilema: o bien nos aplicamos a un solo lado de cadaproblema, con el consiguiente riesgo de no percibir las dualidades arriba señaladas, o bien, si estudiamos ellenguaje por muchos lados a la vez, el objeto de la lingüísca se nos aparece como un montón confuso decosas heterogéneas y sin trabazón.
  2. ¿Cuál es la posición de Saussure con respecto a la relación entre la semiología y la lingüís5ca?A nuestro parecer, no hay más que una solución para todas estas dicultades: hay que colocarse desde elprimer momento en el terreno de la lengua y tomarla como norma de todas las otras manifestaciones dellenguaje. En efecto, entre tantas dualidades, la lengua parece ser lo único suscepble de denición autónomay es la que da un punto de apoyo sasfactorio para el espíritu. La lengua es una totalidad en sí y un principiode clasicación. En

paraconocer su funcionamiento; el niño se la va asimilando poco a poco. Hasta tal punto es la lengua una cosadisnta, que un hombre privado del uso del habla conserva la lengua con tal que comprenda los signos vocalesque oye. 2° Mientras que el lenguaje es heterogéneo, la lengua así delimitada es de naturaleza homogénea: esun sistema de signos en el que sólo es esencial la unión del sendo y de la imagen acúsca, y donde las dospartes del signo son igualmente psíquicas. 3° La lengua, no menos que el habla, es un objeto de naturalezaconcreta, y esto es gran ventaja para su estudio. Los signos lingüíscos no por ser esencialmente psíquicos sonabstracciones; las asociaciones racadas por el consenso colecvo, y cuyo conjunto constuye la lengua, sonrealidades que enen su asiento en el cerebro. Además, los signos de la lengua son, por decirlo así, tangibles;la escritura puede jarlos en imágenes convencionales, mientras que sería imposible fotograar en todos susdetalles los actos del habla. En la lengua, por el contrario, no hay más que la imagen acúsca, y ésta se puedetraducir en una imagen visual constante. Esta posibilidad de jar las cosas relavas a la lengua es la que haceque un diccionario y una gramáca puedan ser su representación el, pues la lengua es el depósito de lasimágenes acúscas y la escritura la forma tangible de esas imágenes.

  1. Para Saussure, ¿qué signi;ca que el individuo sea pasivo respecto de la lengua y ac5vo respecto delhabla? Nuestra gura permite disnguir en seguida las partes %sicas (ondas sonoras) de las siológicas (fonación yaudición) y de las psíquicas (imágenes verbales y conceptos). Pues es de capital importancia adverr que laimagen verbal no se confunde con el sonido mismo, y que es tan legímamente psíquica como el conceptoque le está asociado. El circuito, tal como lo hemos representado, se puede dividir todavía: a) en una parteexterna (vibración de los sonidos que van de la boca al oído) y una parte interna, que comprende todo el resto;b) en una parte psíquica y una parte no psíquica, incluyéndose en la segunda tanto los hechos siológicos de que son asiento los órganos, como los hechos %sicos exteriores al individuo; c) en una parte acva y una partepasiva: es acvo todo lo que va del centro de asociación de uno de los sujetos al oído del otro sujeto, y pasivotodo lo que va del oído del segundo a su centro de asociación.Al separar la lengua del habla, se separa a la vez: 1° lo que es social de lo que es individual; 2° lo que esesencial de lo que es accesorio y más o menos accidental. La lengua no es una función del sujeto hablante, esel producto que el individuo registra pasivamente; nunca supone premeditación, y la re2exión no interviene enella más que para la acvidad de clasicar. El habla es, por el contrario, un acto individual de voluntad y deinteligencia, en el cual conviene disnguir: 1° las combinaciones por las que el sujeto hablante uliza el códigode la lengua con miras a expresar su pensamiento personal; 2° el mecanismo psico%sico que le permitaexteriorizar esas combinaciones.
  2. ¿El signo lingüístico es una entidad psíquica? Jus5;que su respuesta ¿la imagen acús5ca es equiparablea los sonidos?Lo que el signo lingüísco une no es una cosa y un nombre, sino un concepto y una imagen acúsca. La imagenacúsca no es el sonido material, cosa puramente %sica, sino su huella psíquica, la representación que de élnos da el tesmonio de nuestros sendos; esa imagen es sensorial, y si

llegamos a llamarla «material» essolamente en este sendo y por oposición al otro término de la asociación, el concepto, generalmente másabstracto. El signo lingüísco es, pues, una endad psíquica de dos caras.

  1. Caracterice el signo según Saussure Imagen acúsca y concepto están ínmamente unidos y se reclaman recíprocamente. Llamamos signo a lacombinación del concepto y de la imagen acúsca. Proponemos conservar la palabra signo para designar elconjunto, y reemplazar concepto e imagen acúsca respecvamente con signicado y signicante; estos dosúlmos términos enen la ventaja de señalar la oposición que los separa, sea entre ellos dos, sea del total deque forman parte. El lazo que une el signicante al signicado es arbitrario; o bien, puesto que entendemospor signo el total resultante de la asociación de un signicante con un signicado, podemos decir mássimplemente: el signo lingüísco es arbitrario. La palabra arbitrario necesita también una observación. Nodebe dar idea de que el signicante depende de la libre elección del hablante, queremos decir que esinmovado, es decir, arbitrario con relación al signicado, con el cual no guarda en la realidad ningún lazonatural. Como segundo principio, el signicante, por ser de naturaleza audiva, se desenvuelve en el empoúnicamente y ene los caracteres que toma del empo: a) representa una extensión, y b) esa extensión esmensurable en una sola dimensión; es una línea. Por oposición a los signicantes visuales (señales marímas,por ejemplo), que pueden ofrecer complicaciones simultáneas en varias dimensiones, los signicantesacúscos no disponen más que de la línea del empo; sus elementos se presentan uno tras otro; forman unacadena. Este carácter se destaca inmediatamente cuando los representamos por medio de la escritura, endonde la sucesión en el empo es sustuida por la línea espacial de los signos grácos.
  2. Explicar y desarrollar con ejemplos el siguiente fragmento: “Sólo una parte de los signos esabsolutamente arbitraria; en otras interviene un fenómeno que permite reconocer grados en lo arbitrariosin suprimirlo: el signo puede ser rela5vamente mo5vado.” El principio fundamental de lo arbitrario del signo no impide disnguir en cada lengua lo que es radicalmentearbitrario, es decir inmovado, de lo que no lo es más que relavamente. Sólo una parte de los signos sonabsolutamente arbitrarios; en otros interviene un fenómeno que permite reconocer grados en lo arbitrario sinsuprimirlo: el signo puede ser relavamente movado. Así veinte es inmovado, pero diecinueve no lo es en elmismo grado, porque evoca los términos de que se compone y otros que le están asociados, por ejemplo diez,nueve, veinnueve, etc. [pan- panadero
  3. Explicar y desarrollar el principio citado acerca del signo lingüís5co, las objeciones al mismo y larefutación a dichas objeciones, con ejemplos, a par5r del siguiente fragmento: “Señalemos dos objecionesque podrían hacerse a la postulación de este primer principio: 1° Podrían apoyarse en las onomatopeyas...[...] 2° Las exclamaciones, muy cercanas a las onomatopeyas dan lugar a observaciones análogas y no sonmás peligrosas para nuestra tesis.” En cuanto a las onomatopeyas auténcas (las del po glu-glu, c-tac, etc.), no solamente son escasas, sino quesu elección ya es arbitraria en cierta medida, porque no son más que la

desplazamiento de la relación entre el signicado y el signicante. Por ejemplo, el la@n"necare" (matar) se ha hecho en francés "noyer" (ahogar) y en español "anegar". Han cambiado tanto laimagen acúsca como el concepto; pero es inúl disnguir las dos partes del fenómeno; basta con consignarglobalmente que el vínculo entre la idea y el signo se ha relajado y que ha habido un desplazamiento en surelación. La connuidad del signo en el empo, unida a la alteración en el empo, es un principio desemiología general; y su conrmación se encuentra en los sistemas de escritura, en el lenguaje de lossordomudos, etc. El sistema no se modica directamente nunca; en sí mismo, el sistema es inmutable; sólosufren alteración ciertos elementos, sin atención a la solidaridad que los ata al conjunto.Pero esta denición deja todavía a la lengua fuera de su realidad social, y hace de ella una cosa irreal, ya queno abarca más que uno de los aspectos de la realidad, el aspecto individual; hace falta una masa parlante paraque haya una lengua. Contra toda apariencia, en momento alguno existe la lengua fuera del hecho social,porque es un fenómeno semiológico LINGÜÍSTICA ESTÁTICA Y EVOLUTIVA. La mulplicidad de signos, ya invocada para explicar la connuidad de lalengua, nos prohíbe en absoluto estudiar simultáneamente sus relaciones en el empo y sus relaciones en elsistema. He ahí la razón de que disngamos dos lingüíscas. ¿Cómo las llamaremos? Preferimos hablar delingüísca sincrónica y de lingüísca diacrónica. Es sincrónico todo lo que se reere al aspecto estáco denuestra ciencia, y diacrónico todo lo que se relaciona con las evoluciones. Del mismo modo sincronía yiacronía designarán respecvamente un estado de lengua y una fase de evolución. Lo primero que sorprendecuando se estudian los hechos de lengua es que para el sujeto hablante su sucesión en el empo esinexistente: el hablante está ante un estado. Así el lingüista que quiere comprender ese estado ene que hacertabla rasa de todo lo que lo ha producido y desentenderse de la diacronía. Nunca podrá entrar en la concienciade los sujetos hablantes más que suprimiendo el pasado. La intervención de la historia sólo puede falsear sujuicio. La gramáca tradicional ignora partes enteras de la lengua, por ejemplo, la formación de palabras; esnormava y cree deber promulgar reglas en lugar de consignar hechos; le faltan las vistas de conjunto; hastaconfunde con frecuencia la palabra escrita con la palabra hablada, etcétera. Como las alteraciones jamás sehacen sobre el bloque del sistema, sino sobre uno u otro de sus elementos, no se pueden estudiar más quefuera del sistema. Sin duda, cada alteración ene su repercusión en el sistema; pero el hecho inicial haafectado a un punto solamente; no hay relación ínma alguna con las consecuencias que se puedan derivarpara el conjunto. Esta diferencia de naturaleza entre términos sucesivos y términos coexistentes, entre hechosparciales y hechos referentes al sistema, impide hacer de unos y otros la materia de una sola ciencia.Los métodos de cada orden dieren también, y de dos maneras: a) La sincronía no conoce más que unaperspecva, la de los sujetos hablantes, y todo su método consiste en recoger su tesmonio; para saber enqué medida una cosa es realidad será necesario y suciente averiguar en qué medida existe para la concienciade los sujetos hablantes. La lingüísca diacrónica, por el contrario, debe disnguir dos perspecvas: la unaprospecva, que siga el curso del empo, la otra retrospecva, que lo remonte. b) Otra diferencia resulta delos límites del campo que abarca cada una de estas dos disciplinas. El estudio sincrónico no ene por objetotodo cuanto es simultáneo, sino solamente el conjunto de hechos correspondientes a cada lengua; según lorequiere la necesidad, la separación irá hasta los dialectos y subdialectos. Por el

contrario, la lingüíscadiacrónica no sólo no necesita, sino que rechaza una especialización semejante; los términos que considera nopertenecen forzosamente a una misma lengua. Precisamente la sucesión de hechos diacrónicos y sumulplicación espacial es lo que crea la diversidad de idiomas. Para juscar una relación entre dos formasbasta que tengan entre sí un vínculo histórico, por indirecto que sea. Siendo la lengua una instución social, se puede pensar a priori que está regulada por prescripciones análogasa las que rigen en las colecvidades. Ahora bien, toda ley social ene dos caracteres fundamentales: el de serimperava y el de ser general; la ley social se impone, y se exende a todos los casos, por supuesto con ciertoslímites de empo y de lugar. La ley sincrónica es general, pero no es imperava. Sin duda que se impone a losindividuos por la sujeción del uso colecvo pero no vemos en ello una obligación relava a los sujetoshablantes. Queremos decir que en la lengua ninguna fuerza garanza el mantenimiento de la regularidadcuando reina en algún punto. La ley sincrónica, simple expresión de un orden existente, consigna un estado decosas. Si se habla de ley en sincronía, es en el sendo de orden y arreglo, de principio de regularidad. Ladiacronía supone, por el contrario, un factor dinámico por el cual se produce un efecto, un algo ejecutado.Pero este carácter imperavo no basta para que se aplique la noción de ley a los hechos evoluvos; no sehabla de ley más que cuando un conjunto de hechos obedece a la misma regla, y, a pesar de ciertasapariencias contrarias, los sucesos diacrónicos siempre enen carácter accidental y parcular. Resumiendo: loshechos sincrónicos, sean cuales fueren, presentan cierta regularidad, pero no enen carácter algunoimperavo; los hechos diacrónicos, por el contrario, se imponen a la lengua, pero nada enen de general. Enuna palabra, y a esto queríamos venir a parar: ni unos ni otros están regidos por leyes en el sendo denidoarriba, y si con todo se quiere hablar de leyes lingüíscas, ese término abarcará signicaciones enteramentediferentes según que lo apliquemos a cosas de uno o de otro orden. Una vez en posesión de este dobleprincipio de clasicación, se puede añadir que todo cuanto es diacrónico en la lengua solamente lo es por elhabla, en el habla es donde se halla el germen de todos los cambios: cada uno empieza por ser práccaexclusiva de cierto número de individuos antes de entrar en el uso. La lingüísca sincrónica se ocupará de lasrelaciones lógicas y psicológicas que unen términos coexistentes y que forman sistema, tal como aparecen a laconciencia colecva. La lingüísca diacrónica estudiará por el contrario las relaciones que unen términossucesivos no percibidos por una misma conciencia colecva, y que se reemplazan unos a otros sin formarsistema entre sí.

  1. Diferencie las nociones de valor y signi;cación. Ejempli;que Para responder a esta cuesón, consignemos primero que, incluso fuera de la lengua, todos los valoresparecen regidos por ese principio paradójico. Los valores están siempre constuidos: 1° por una cosadesemejante suscepble de ser trocada por otra cuyo valor está por determinar; 2° por cosas similares que sepueden comparar con aquella cuyo valor está por ver. Estos dos factores son necesarios para la existencia deun valor. Así, para determinar lo que vale una moneda de cinco francos hay que saber: 1° que se la puedetrocar por una candad determinada de una cosa diferente, por ejemplo, de pan; 2° que se la puede compararcon un valor similar del mismo sistema, por ejemplo, una moneda de un franco, o con una moneda de otrosistema (un dólar, etc.). Del mismo modo una palabra puede trocarse por algo

por otro, todas enen algo decomún. Ya se ve que estas coordinaciones son de muy disnta especie que las primeras. Ya no se basan en laextensión; su sede está en el cerebro, y forman parte de ese tesoro interior que constuye la lengua de cadaindividuo. Las llamaremos relaciones asociavas. La conexión sintagmáca es in praesena; se apoya en dos omás términos igualmente presentes en una serie efecva. Por el contrario, la conexión asociava une términosin absena en una serie mnemónica virtual. En el dominio del sintagma no hay límite señalado entre el hecho de lengua, tesmonio del uso colecvo[como las frases y refranes], y el hecho de habla, que depende de la libertad individual En el caso de los grupos formados por asociación mental no se limitan a relacionar los dominios que presentanalgo de común; el espíritu capta también la naturaleza de las relaciones que los atan en cada caso y crea conello tantas series asociavas como relaciones diversas haya. Así en "enseñanza, enseñar, enseñemos", hay unelemento común a todos los términos, el radical; pero la palabra "enseñanza" se puede hallar implicada enuna serie basada en otro elemento común, el sujo (enseñanza, templanza, esperanza, tardanza); la asociaciónpuede basarse también en la mera analogía de los signicados (enseñanza, instrucción, aprendizaje,educación, etc.), o, al contrario, en la simple comunidad de las imágenes acúscas (enseñanza y lanza). Porconsiguiente, tan pronto hay comunidad doble del sendo y de la forma, como comunidad de forma o desendo solamente. Una palabra cualquiera puede siempre evocar todo lo que sea suscepble de estarleasociado de un modo o de otro. Mientras que un sintagma evoca en seguida la idea de un orden de sucesión yde un número determinado de elementos, los términos de una familia asociava no se presentan ni ennúmero denido ni en un orden determinado Nuestra memoria ene en reserva todos los pos de sintagmas más o menos complejos, de cualquier especieo extensión que puedan ser, y en el momento de emplearlos hacemos intervenir los grupos asociavos parajar nuestra elección. Cuando alguien dice ¡cállense!, inconscientemente piensa en diversos grupos deasociaciones en cuya intercesión se encuentra el sintagma ¡cállense! Éste gura de un lado en la serie cállate,callemos, callaos, y sólo la oposición de cállense con estas formas determina la elección; de otro lado, cállenseevoca la serie váyanse, acérquense, lávense, véanse, etc., de cuyo seno es elegido por el mismoprocedimiento; en cada serie se sabe qué es lo que hay que hacer variar para obtener la diferenciación propiade la unidad buscada. Así en esta operación, que consiste en eliminar mentalmente todo lo que no conduzca ala diferenciación requerida sobre el punto requerido, están en juego tanto los agrupamientos asociavos comolos pos sintagmácos. Así, pues, no basta con decir, colocándose en un punto de vista posivo, que se toma¡cállense! porque signica lo que se quiere expresar. En realidad la idea conjura, no una forma, sino todo unsistema latente, gracias al cual se obenen las oposiciones necesarias para la constución del signo. El signo notendría por sí mismo ninguna signicación propia. Hasta aquí las unidades se nos aparecen como valores, es decir, como elementos de un sistema, y nosotros lashemos considerado sobre todo en sus oposiciones; ahora reconocemos las solidaridades que los atan;solidaridades que son de orden asociavo y de orden sintagmáco; ellas son las que limitan lo arbitrario.Diecinueve es solidario asociavamente de dieciocho, diecisiete, diezmil, etc., y sintagmácamente de suselementos diez y nueve. Esta doble relación le conere una parte de su valor. Todo lo que se reere a la lenguaen cuanto sistema exige, a nuestro entender, ser abordado desde este punto de vista,

que apenas cuidan loslingüistas: la limitación de lo arbitrario. Es la mejor base posible. En efecto, todo sistema de la lengua descansaen el principio irracional de lo arbitrario del signo que, aplicado sin restricción, llevaría a la complicaciónsuprema; pero el espíritu consigue introducir un principio de orden y de regularidad en ciertas partes de lamasa de signos, y ése es el papel de lo relavamente movado. Si el mecanismo de la lengua fueraenteramente racional lo podríamos estudiar en sí mismo; pero como no es más que una corrección parcial deun sistema naturalmente caóco, se adopta el punto de vista impuesto por la naturaleza misma de la lengua, yestudiamos ese mecanismo como una limitación de lo arbitrario. Chomsky (2007): "Nuestro conocimiento del lenguaje humano: perspectivas actuales". La facultad humana del lenguaje parece ser una verdadera “propiedad de la especie,” con escasa variación entre los seres humanos y sin que exista nada análogo en otros seres biológicos. Hoy en día, no hay ninguna razón para cuestionar el supuesto cartesiano de que la habilidad para usar signos que expresan pensamiento libremente formados marca “la auténtica distinción entre hombre y animal” o máquina. El lenguaje humano tiene sus bases en una propiedad que parece estar biológicamente aislada: la propiedad de la infinitud discreta. Los niños no aprenden esta propiedad. A no ser que la mente ya posea los principios básicos de ella,no hay ninguna evidencia empírica que pueda proveerlos. De manera similar, ningún niño ene que aprender que hay oraciones de tres y cuatro palabras, pero no de cuatro palabras y media, y que las oraciones pueden extenderse “ad innitum” puesto que es siempre posible construirlas de modo más complejo y siempre con formas y significados muy precisos. Para usar una frase de David Hume, este conocimiento no puede más que provenir de “la mano original de la naturaleza,” como parte de nuestra herencia biológica. La facultad del lenguaje puede ser considerada razonablemente “el órgano del lenguaje,” en el mismo sentido en que lo scientificos hablan del sistema de la visión, el sistema inmunológico o el sistema circulatorio, como órganos del cuerpo. Un órgano es un sub-sistema de una estructura más compleja. Damos por supuesto también que el órgano del lenguaje es como otros órganos en cuanto a que su naturaleza está genéticamente determinada.Averiguar cómo ocurre tal determinación, es un proyecto de investigación muy distante, pero sí podemos investigar el “estado inicial,” genéticamente determinado, de la facultad del lenguaje. Evidentemente, cada lengua es el resultado de la interacción de dos factores: el estado inicial y el curso de la experiencia. Podemos imaginar el estado inicial como un “mecanismo de adquisición de lenguas” que procesa la experiencia como“input” y genera lengua como “output,” un “output” que está internamente representado en lamente/cerebro. Tanto el “input” como el “output” pueden ser investigados. Además, hay razones muy poderosas para creer que el estado inicial es común a toda la especie El enfoque que he estado esquematizando ene que ver con la facultad del lenguaje: su estado inicial y los estados que asume. Supongamos que el órgano del lenguaje de Pedro está en el estado L. Podemos pensar esto en términos de que L es el “lenguaje internalizado” de Pedro. Así, cuando hablo de lenguaje, eso es lo que quiero decir. Entendido de esta manera, el lenguaje es “cómo hablamos y entendemos”, es una concepción tradicional del lenguaje. Adaptando un término tradicional a un nuevo enfoque teórico, podemos decir que la teoría del

Chomsky (1988): “El lenguaje y los problemas del conocimiento”. “El problema de Platón”, tal como lo plantea Bertrand Russell, consiste en básicamente en esto: ¿Cómo es que los seres humanos, cuyos contactos con el mundo son breves, personales y limitados, son capaces de saber tanto? Una respuesta actual consistiría en decir que ciertos aspectos de nuestros conocimientos y compresión son innatos, parte de nuestra herencia biológica genéticamente determinada. “El problema de Descartes”reside precisamente en la dificultad de darse cuenta de lo que podríamos llamar “el aspecto creativo del uso del lenguaje”. Descartes y sus discípulos observaron que el uso normal del lenguaje es constantemente innovador, ilimitado, libre, del control de es@mulos externos o estados de ánimos internos, coherente y apropiado a las situaciones: evoca pensamiento en el oyente que él o ella podrían haber expresado de manera parecida en las mismas situaciones. Así, en el habla normal, uno no repite meramente lo que ha oído, sino que produce formas lingüísticas nuevas – a menudo nuevas en la experiencia de uno o incluso en la historia de la lengua –y no hay límites para dicha innovación. El dominio de la lingüística y la psicología, son dos campos que preferiría no distinguir considerando a la lingüística sólo como a esa parte de la psicología que trata de los aspectos particulares que analizaré aquí. Cuando hablamos de la mente hablamos a cierto nivel de abstracción, de mecanismos %sicos del cerebro aún desconocidos. El mentalismo contemporáneo, así concebido, es un paso hacia la asimilación de la psicología y la lingüística a las ciencias físicas. Tenemos que determinar cómo llega el niño a dominar las reglas y principios que constituyen el sistema en estado maduro del conocimiento del lenguaje. Este es un problema empírico en principio, la fuente de tal conocimiento pudiera estar en el contexto ambiental en el que está el niño, o bien en los recursos biológicamente determinados de la mente/cerebro que podemos llamar “la facultad del lenguaje”; la interacción de estos factores proporciona el sistema de conocimiento que se va a usar al hablar y entender. En la medida en que el conocimiento esté basado en factores de contexto, debe de ocurrir que la mente/cerebro proporciona una manera de identificar y sacar información relevante a través de mecanismos de algún porqué forman parte de los recursos determinados biológicamente. Por ejemplo, la propiedad de la cláusula incrustada está parametrizada. Este parámetro puede tener uno u otro valor, aunque la forma general del principio no varía aparte de esta valoración paramétrica. El valor del parámetro debe determinarse a parr de la experiencia. Pasando a principios todavía más generales es razonable especular que la posibilidad de formar construcciones complejas con un complemento oracional incrustado no implica aprendizaje alguno. Más bien esta posibilidad vendría dada como principio de la facultad de lenguaje aunque las realizaciones de tales construcciones abstractas diferirá según el léxico y las demás propiedades específicas de las distintas lenguas.Volviendo al problema de Platón a la luz de estas observaciones el problema se resuelve en términos de ciertas propiedades de la mente/cerebro y ciertos rasgos del contexto lingüístico. Las propiedades de la mente/cerebro incluyen varios principios de la facultad del lenguaje: la disponibilidad de las construcciones complejas con un complemento oracional incrustado; la propiedad de la incrustación de la oración con el correspondiente parámetro abierto; quizá la barrera contra las "a" sucesivas. El contexto lingüístico puede ser lo suficientemente rico como para determinar el valor que tomará el parámetro. La interacción de estos factores produce un sistema de

conocimiento que está representado en la mente/cerebro, en tanto estado de la facultad de lenguaje que ha alcanzado su maduración. Gracias a este sistema de conocimiento podemos interpretar las expresiones lingüísticas incluyendo las nuevas que el niño no ha oído nunca. De nuevo, los hablantes de estos dialectos del español conocen estos hechos sin instrucción ni experiencia. En la miga en que los dialectos dieran, deberá haber posibilidades de variación permitidas por la herencia biológica una vez jada posibilidades que resuelve la experiencia. Lo mismo cabe decir de las distintas lenguas en general. Pero mucho de todo esto es constante y se determina con bastante independencia de la experiencia. Concluimos,de nuevo, que se desarrolla en la mente/cerebro un sistema de conocimiento, dando lugar al problema de Platón. Vemos también que el conocimiento no es capacidad, que no se puede explicar en términos de destrezas, hábitos o disposiciones, y que el problema de Descartes, u otros problemas que enen que ver con el uso de la lengua, no se aclaran recurriendo al vago concepto de “analogía” ["tal oración desconocida interpretar por analogía a otras]. Los hechos que hemos revisado son simplemente partes del conocimiento que crece en la mente/cerebro del niño que está expuesto al uso del español. Se los conoce porque esa es la forma en que funciona la mente humana. Las propiedades de estas expresiones reflejan principios de operación mental que forman parte de la facultad de lenguaje humano. Los hablantes del inglés no han oído ninguna de estas formas, pero saben que la palabra "strid" es posible,pero "bnid", aunque se puede pronunciar, no es una palabra posible en su lengua. Los hablantes del árabe, sin embargo, saben que la palabra "bnid" es posible, pero no "strid", mientras que los hablantes del español saben que ni (i), ni (ii) son posibles en su lengua. Estos hechos pueden explicarse en términos de reglas de la estructura del sonido que el que aprende la lengua llega a conocer en el curso de su adquisición. La adquisición de las reglas de la estructura del sonido depende a su vez de principios jos que gobiernan los sistemas de sonido posibles de las lenguas humanas, los elementos en virtud de los cuales están construidos, y las posibles combinaciones y modificaciones que pueden sufrir en los distintos contextos. Estos principios son comunes a inglés, al árabe, al español y a las demás lenguas humanas y son empleados inconscientemente por una persona que está en el proceso de adquirir cualquiera de esas lenguas. La solución al problema de Platón ha de estar basada en la atribución de principios jos de la facultad del lenguaje al organismo humano como parte de la herencia biológica. Estos principios re2eja la forma en que funciona la mente dentro de la facultad del lenguaje. La velocidad y la precisión de la adquisición del vocabulario no deja alternativa verdadera alguna a la conclusión de que el niño, de alguna forma, dispone de conceptos previos a su existencia de la lengua y está,básicamente, aprendiendo etiquetas para conceptos que son ya parte de su aparato conceptual El concepto de persona, unos de los conceptos más primarios al alcance de un niño, es extremadamente complejo y ha sido tema de sul indagación losóca durante muchos siglos. Ciertamente nada de eso seaprende por medio de la experiencia. Los conceptos de que disponemos, independientemente de la experiencia que se asocian con las palabras(o que se rotulan en éstas) en una lengua humana no constituyen una mera lista. Más bien, como los sonidos de la lengua entran en estructuras sistemáticas basadas en ciertas nociones elementales y reiteradas y en principios de combinación. Ideas tales como las de acción, agente de una acción, meta, intención y otras, inciden en los conceptos del pensamiento y el

que aprende la lengua, los cuales han determinado varias opciones que no han sido establecidas por la gramática universal. Dicho con un término técnico, los principios de la gramática universal tienen ciertos parámetros que pueden ser jados por la experiencia de una u otra manera