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REPENSAR JUSTICIA SOCIAL, Esquemas y mapas conceptuales de Dinámica

COMO INFLUIR SOBRE LAS PERSONAS

Tipo: Esquemas y mapas conceptuales

2024/2025

Subido el 10/04/2025

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REPENSAR LA JUSTICIA SOCIAL
Repensar la justicia social de François Dubet establece dos modelos principales de
justicia social que buscan reducir las inequidades en las sociedades democráticas:
1. Igualdad de posiciones:
Este enfoque se centra en reducir las diferencias entre las posiciones sociales (ingresos,
condiciones de vida, acceso a servicios, seguridad). Busca hacer que las posiciones
sean más próximas entre sí, sin dar prioridad a la movilidad social individual.
Ejemplo: cerrar la brecha entre las condiciones laborales de obreros y ejecutivos, en
lugar de asegurar que los hijos de obreros puedan llegar a ser ejecutivos.
2. Igualdad de oportunidades:
Este modelo busca garantizar que todas las personas tengan las mismas posibilidades
de alcanzar las mejores posiciones sociales, en función de sus méritos.
Las desigualdades son aceptadas siempre que el acceso a las posiciones esté abierto a
todos. Sin embargo, no altera las jerarquías sociales existentes, ya que se enfoca en una
competencia "justa" para ocuparlas.
Dubet destaca que ambas concepciones son legítimas y deseables, pero tienen
limitaciones. Una sociedad democrática debe combinar ambas, aunque esto requiere
establecer prioridades claras.
Por ejemplo, no es lo mismo mejorar las condiciones de vida de los barrios populares
que garantizar que los niños de esos barrios accedan a posiciones de élite.
Estos modelos impactan diferentes áreas, como la educación, los derechos de las
mujeres y las minorías visibles. Finalmente, aboga por priorizar la igualdad de posiciones,
sin ignorar completamente la importancia de las oportunidades, y presenta su ensayo
como un análisis crítico para evaluar cuál modelo es más eficaz y justo en el
contexto actual.
La revolución francesa dio lugar a una contradicción definitiva entre la afirmación de la
igualdad de todos y las inequidades sociales reales las que se dividen según los ingresos,
las condiciones de vida y la seguridad. El derrumbe de sociedad del antiguo régimen
incremento las inequidades sociales nadie parecía imponerse a la acción de un
capitalismo desenfrenado, como se revelaría en el siglo XIX el desarrollo de la miseria
obrera y urbana. Los derechos sociales necesitaban derechos políticos para que las
promesas de igualdad fueran cumplidas antes de una nueva revolución que pudiera
afectar una igualdad perfecta del hombre.
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REPENSAR LA JUSTICIA SOCIAL

Repensar la justicia social de François Dubet establece dos modelos principales de justicia social que buscan reducir las inequidades en las sociedades democráticas:

  1. Igualdad de posiciones: Este enfoque se centra en reducir las diferencias entre las posiciones sociales (ingresos, condiciones de vida, acceso a servicios, seguridad). Busca hacer que las posiciones sean más próximas entre sí, sin dar prioridad a la movilidad social individual. Ejemplo: cerrar la brecha entre las condiciones laborales de obreros y ejecutivos, en lugar de asegurar que los hijos de obreros puedan llegar a ser ejecutivos.
  2. Igualdad de oportunidades: Este modelo busca garantizar que todas las personas tengan las mismas posibilidades de alcanzar las mejores posiciones sociales, en función de sus méritos. Las desigualdades son aceptadas siempre que el acceso a las posiciones esté abierto a todos. Sin embargo, no altera las jerarquías sociales existentes, ya que se enfoca en una competencia "justa" para ocuparlas. Dubet destaca que ambas concepciones son legítimas y deseables, pero tienen limitaciones. Una sociedad democrática debe combinar ambas, aunque esto requiere establecer prioridades claras. Por ejemplo, no es lo mismo mejorar las condiciones de vida de los barrios populares que garantizar que los niños de esos barrios accedan a posiciones de élite. Estos modelos impactan diferentes áreas, como la educación, los derechos de las mujeres y las minorías visibles. Finalmente, aboga por priorizar la igualdad de posiciones, sin ignorar completamente la importancia de las oportunidades, y presenta su ensayo como un análisis crítico para evaluar cuál modelo es más eficaz y justo en el contexto actual. La revolución francesa dio lugar a una contradicción definitiva entre la afirmación de la igualdad de todos y las inequidades sociales reales las que se dividen según los ingresos, las condiciones de vida y la seguridad. El derrumbe de sociedad del antiguo régimen incremento las inequidades sociales nadie parecía imponerse a la acción de un capitalismo desenfrenado, como se revelaría en el siglo XIX el desarrollo de la miseria obrera y urbana. Los derechos sociales necesitaban derechos políticos para que las promesas de igualdad fueran cumplidas antes de una nueva revolución que pudiera afectar una igualdad perfecta del hombre.

El estado social y la redistribución Las ambiciones socialistas y comunistas buscaban desarrollar políticas para reducir las desigualdades. En el siglo XX, las inequidades sociales fueron reduciéndose regularmente con la aparición de un impuesto sobre el ingreso, el aumento de derechos de sucesión y los diversos gravámenes a las empresas, aunque la tendencia actual sea considerablemente menor, incluso un retroceso. Desde luego, ninguno de estos regímenes sociales ha erradicado totalmente la pobreza ni ha impedido que una minoría amasara considerablemente fortunas. Pero esta claro que ha integrado la clase obrera gracias a todo un conjunto de derechos sociales relativos a la salud, al desempleo, a la jubilación y a las condiciones laborales. No solo los pobres han adquirido un nivel de vida decente, si no que su estatus social ha garantizado por una serie de derechos sociales y de prestaciones queda claro que esas políticas de reducción jamás han sido igualitarias. En cuanto a los pobres, si bien no han abandonado los últimos escalones de la sociedad, se han beneficiado de protecciones relativas a la duración del trabajo, al salario mínimo, a la salud. La segunda guerra mundial ha desencadenado un circulo virtuoso de progreso y de redistribución, aumentado el bienestar general sin socavar la jerarquía social. Cada cual podrá inclinarse por políticas que fueron buenas para él o para otros. Progresivamente ha ido consolidándose la certeza del progreso social: a los derechos democráticos le siguen derechos sociales que reducen la tensión entre la igualdad formal y las desigualdades reales. El movimiento obrero y la cuestión social El modelo de justicia centrado en la reducción de las inequidades entre las posiciones sociales no debe ser considerado como una filosofía abstracta y racional que se aplicara a las sociedades en función a las elecciones teóricas. A través de las huelgas, manifestaciones y relaciones de fuerza, los sindicatos obreros se han esforzado por vender la fuerza de trabajo a un menor precio. La justicia social no era solamente una cuestión moral y de compasión hacia los mas pobres: era una redistribución legitima, una suerte de nivelación en un juego de suma cero.