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Relaciones objetales, Apuntes de Psicología

Principales autores y aportes de las relaciones objetales.

Tipo: Apuntes

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Subido el 12/06/2020

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RESUMEN: PSICOLOGÍA DE LOS CICLOS VITALES
TEORÍA DE
LAS
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ES
OBJETALES
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RESUMEN: PSICOLOGÍA DE LOS CICLOS VITALES

TEORÍA DE

LAS

RELACION

ES

OBJETALES

APEGO: Deseo de la madre inconsciente antes de ser gestado. Desde su historia, primeros juegos, experiencias con su cuerpo, con otros bebes, etc. El apego es bueno cuando es equilibrado. Relación singular especifica entre 2 personas que persiste en el transcurso del tiempo. Es el primer lugar y regulador del sistema emocional. Regulador como mecanismo para el resto de la vida. WINICOTT “Madre suficientemente buena ”: acercarse y poder alejarse cuando lo requiera. Ilusión y desilusión: Poder marcarle las etapas. El crecimiento psicológico del individuo depende de la posibilidad de tener inicialmente un ambiente facilitador. Ahí es donde aparece la idea de “cuidados maternos suficientemente buenos”; la “madre suficientemente buena” es aquella capaz de sostener, alimentar, dar amor y cobijar. “Objeto transicional”, pertenece a un espacio intermedio, situado entre la realidad psíquica interior mágica (el pecho materno) y la realidad externa (objetos compartidos con otros sujetos). Es lo que simboliza al bebé en el mundo subjetivo, para lograr separarse de la madre. Los niños experimentan una fase de APEGO afectivo a un objeto inanimado (mantita, peluche), éste “objeto” viene de alguna manera a suplantar el pecho materno y constituyen las primeras propiedades “no-yo del niño”. Fenómeno Transicional: es la transición de salir de un objeto y después exteriorizarlo. Es un proceso de simbolización para que el bebé pueda ver el mundo desde su propia mirada. FREUD Libinizar: etapas psicosexuales. Series complementarias. LACAN Objeto a (objeto perdido) La constitución del YO: Estadío del espejo.

Melanie Klein y la teoría de las relaciones objetales La teoría psicoanalítica de Melanie Klein se basa principalmente en su teoría de las relaciones objetales. En esta teoría se establece que el sujeto se relaciona con el medio a partir de las sensaciones e impulsos que siente y proyecta sobre los objetos de su impulso. Las relaciones con dichos objetos generan huellas permanentes que marcarán la futura relación con otros, internalizándose las experiencias vividas y originándose en base a ellas la estructura psicológica del sujeto. Así, la configuración psíquica de una persona estaría basada en cómo se ha relacionado y como ha internalizado la interacción con dichos objetos, desarrollándose el individuo en base a ello. Es decir, que los aprendizajes pasados tienen mucha importancia para la teoría de Melanie Klein, a diferencia de la corriente biologicista de la época, que defendía lo esencial de los genes. El individuo y su desarrollo En la teoría psicoanalítica de Klein, el ser humano se encuentra desde el nacimiento en un constante estado de conflicto entre pulsiones de vida o amor y de muerte u odio. A lo largo del desarrollo del ser, el sujeto deberá ir superando las etapas y conflictos propios de la etapa vital que se está viviendo, forjando un equilibrio entre lo externo y lo interno a través de las relaciones con los diferentes objetos y enriqueciendo con el tiempo su yo, personalidad y carácter. Durante dicho desarrollo el individuo va a pasar por diferentes fases, variando el modo en que captamos la realidad y relacionamos nuestros impulsos y deseos con ella y alcanzando diferentes hitos y aspectos que nos ayuden a generar un yo integrado que nos permita hacer frente a los conflictos entre los deseos propios del ello y la censura del superyó.

El Yo en el psicoanálisis Si bien la obra de Melanie Klein es en gran parte seguidora de la de Sigmund Freud, existen algunos aspectos en los cuales se pueden encontrar divergencias. Una de las principales es que mientras el padre del psicoanálisis considera que en el nacimiento el ser humano es puro ello, en la teoría psicoanalítica de Melanie Klein se cree que desde el parto el infante tiene un yo primitivo que le permite vincularse con los objetos y proyectar sobre ellos sus propios impulsos y conflictos inconscientes. Así, en un inicio las relaciones objetales se basarían en la proyección de impulsos y la introyección de los estímulos externos , para ir desarrollándose un yo más o menos diferenciado en las diferentes etapas o posiciones. Las posiciones del desarrollo En la teoría psicoanalítica de Melanie Klein se establece que a lo largo del desarrollo el ser humano pasa por una serie de etapas en las cuales va desarrollando el yo y las relaciones con el entorno. Concretamente, establece la presencia de dos posiciones concretas en la infancia en que las relaciones objetales y las ansiedades derivadas de ellas van evolucionando hacia una integración del yo, la posición esquizo- paranoide y la posición depresiva. La autora propone un momento de aparición de cada uno, pero no niega la posibilidad de que sujetos adultos sufran algún tipo de regresión y/o fijación en alguna de ellas. Así, la posición esquizo-paranoide estaría más vinculada al surgimiento de trastornos psicóticos y la depresiva a los neuróticos.

1. Posición esquizo-paranoide

Se incorpora e introyecta el aspecto bueno de los objetos, concretamente del pecho materno , y el niño es capaz de integrar los aspectos agradables y desagradables de los objetos. Poco a poco se ha pasado a poder ver los objetos como un solo elemento que en ocasiones puede ser bueno y en otras malo. Disminuyen las pulsiones agresivas , y al observar que el objeto es un ente independiente nace el miedo y la ansiedad ante la posibilidad de su pérdida. Así pues, en esta posición o etapa aparecen angustias de tipo depresivo, que se añaden a las propias de la posición anterior. Nacen los sentimientos de culpa y gratitud hacia los objetos, y empiezan a aplicarse mecanismos de defensa como la represión de instintos y el desplazamiento. El complejo de Edipo Uno de los conceptos más polémicos de la teoría psicoanalítica es el complejo de Edipo, que según Freud aparece a lo largo de la etapa fálica alrededor de los tres años de edad. En la teoría psicoanalítica de Melanie Klein este complejo es bastante anterior, apareciendo junto a la integración de los objetos parciales en un objeto total durante la posición depresiva. Dicho de otro modo, Klein considera que existe un complejo de Edipo desde el momento en que el niño es capaz de discernir que sus progenitores son individuos ajenos a él, observando que existe un vínculo entre ellos del que él no forma parte. El niño proyecta sus deseos en dicho vínculo , generandose envidia y provocando sentimientos ambivalentes al respecto. Posteriormente aparecerá el complejo de Edipo propuesto por Freud, en el momento en que se reduce la ambivalencia y se realiza la elección entre el deseo por un progenitor y la rivalidad e identificación con el otro.

El juego simbólico y la fantasía inconsciente La capacidad para expresarse verbalmente y exteriorizar mediante la palabra pensamientos, emociones, deseos y vivencias se va desarrollando a lo largo de la vida. Esta capacidad requiere un cierto nivel de desarrollo madurativo y de aprendizaje, así como de una cierta capacidad de introspección. Así pues, para un niño que no ha finalizado su desarrollo es sumamente complejo ser capaz de expresar sus pulsiones, deseos y angustias. Este es uno de los principales motivos por los cuales el método de la asociación libre propio del psicoanálisis freudiano no podía ser originalmente aplicado a niños. Sin embargo, los elementos pulsionales, los deseos y miedos que forman parte de cada uno, están presentes desde el nacimiento. Para la teoría psicoanalítica de Melanie Klein, si bien en la infancia dichos elementos pueden no ser conscientes pueden encontrarse simbolizadas en la generación de fantasías. De este modo, las fantasías inconscientes actúan como método de expresión de los instintos básicos y las angustias , proyectándose éstos en el juego y dirigiendo en gran medida la actitud y la conducta infantil. En este aspecto, una de las contribuciones más valoradas por parte de la teoría psicoanalítica de Melanie Klein es la introducción del juego simbólico como método de evaluación y trabajo con menores. Para Klein, el juego es un método de comunicación en el que el infante exterioriza sus inquietudes y deseos primigenios de forma indirecta. De este modo, analizando el simbolismo encerrado en el proceso de juego es posible observar las fantasías inconscientes que rigen la conducta del niño de un modo análogo al empleado en los métodos de asociación libre aplicados en adultos. A la hora de utilizar el juego simbólico es muy importante el setting o ajuste de la situación, es decir tener en cuenta que la necesidad de que las sesiones, el tipo de mobiliario y juguetes sean adecuados para el niño de manera que no le venga impuesto

Spitz argumentaba que, durante el primer año de vida del niño, este se esfuerza por sobrevivir, formando y elaborando mecanismos de adaptación que le permitan lograr este objetivo. Sin embargo, el lactante está indefenso e incapaz de sobrevivir por sus propios medios por lo que necesita la ayuda proporcionada por la madre quien es la que brinda y/o satisface las necesidades del niño. De esta situación el autor adquirió el concepto de diada. Desarrollo: Conforme se satisfagan las necesidades que el infante presente durante el primer año de vida empieza a ser independiente al medio que lo rodea. Aunque Spitz adquiere la postura de Freud rechaza toda suposición sobre la representación de procesos intrapsíquicos en el infante desde el nacimiento. Por lo que Spitz mencionaba que el niño no posee pensamiento al nacer, este postulado lo explico basándose en la experiencia que adquiría de sus investigaciones. Relaciones objetales del infante Para Rene Spitz el infante es un organismo psicológicamente indiferenciado, ya que las estructuras y funciones psicológicas se van diferenciadas de manera progresiva por medio de la maduración y el desarrollo. Para Spitz la maduración es el proceso por el que el infante muestra un desarrollo filogenético establecido por la especie, es decir que son conductas resultantes del organismo y el medio interno y externo del infante. La libido es un material primitivo que esta expresada en la fuerza psíquica heredada y que necesita ser utilizada en el curso de la evolución del infante, pero este papel esta enajenado a los primeros contactos humanos, especialmente la relación del niño con la madre. Spitz sospecha que durante el desarrollo psíquico existen organizadores equivalentes, es decir, estructuras de funcionamiento psíquico que son la consecuencia de una línea en la integración del nacimiento, y que Spitz denomina organizadores de la psique.

En medio del desarrollo de la personalidad existen periodos que operan de diferente manera, por ejemplo, la estructura psíquica adquiere un nivel más elevado conforme pase el tiempo, a esto Spitz llamaba Organizador ya que es el resultado de la integración completa. Las observaciones de Spitz dedujeron que el aspecto más importante de la relación madre-niño es el clima afectivo. Spitz opinaba que la conversación continua de acción y respuesta con el infante, motivado por el aspecto afectivo y estimulante, proporciona el contexto en el que aparecen las relaciones de objeto y las estructuras intrapsíquicas. De manera que la conversación y dialogo entre madre-hijo se inicia en la situación de amamantamiento, pero pronto se extiende más allá del mismo. Las experiencias de afectividad son una fuente de alimento para la vida del infante, por lo que deben de ser consideradas como organizadoras de la interacción temprana entre la madre-hijo. El dialogo se vuelve una experiencia afectiva cuando está acompañado de expresiones faciales no verbales, acciones físicas, respuestas interactivas, acciones lúdicas con el infante, y la comunicación asertiva. Por lo tanto, el principal propósito de las relaciones objétales deben de estar regidas por un sistema de comunicación temprano que logre sostener y enriquecer los lazos afectivos entre madre-hijo para propiciar un desarrollo óptimo desde el punto de vista psicológico del infante. Winnicott. Principales aportes.

“no existe bebe sin su madre” Su teoría contempla varios aspectos: a. No-integración y dependencia absoluta Esta emocionalidad primitiva correspondería al estado del niño al nacer, encontrándose en un estado de no integración y de dependencia absoluta con la madre o figura sustituta, de quien requiere sus cuidados para sobrevivir. Winnicott explica que el individuo al nacer se encuentra en una relación de dependencia absoluta con su madre y en la medida que va creciendo se dirigirá hacia una forma de ser personal con características únicas. Esto último ocurrirá en la medida que la madre-ambiente lo facilite y lo haga posible (ambiente facilitador). b. “Madre suficientemente buena” Continuando con su teoría del desarrollo, Winnicott reflexiona acerca de lo fundamental de la existencia de un ambiente facilitador y de una madre suficientemente buena. Serían estos dos conceptos cruciales al intentar explicar los requisitos necesarios para que el bebé se desarrolle saludablemente. Lo suficientemente buena implica fallos y pequeños lapsos de ausencia inevitables en un comienzo, que frustrarán mínimamente al

bebé, pero que contribuirán a su desarrollo psíquico. Las ausencias muy breves (no poder recurrir automáticamente a la satisfacción inmediata del bebé) o los fallos pequeños (no siempre conocer la razón del llanto o demanda de su hijo) progresivamente permitirán que se incorpore la continuidad existencial del objeto y del sí mismo , es decir, poco a poco el bebé logra tolerar estos fallos y ausencias sin la sensación de desgarramiento inicial, pues va incorporando el hecho de que la madre siempre estará y él no se desintegrará ante la frustración (Naxete, 2017).

La ruptura o interrupción de la continuidad existencial puede conllevar

grave psicopatología en el futuro, por lo que el exceso de frustración (falla o

ausencia exagerada de la madre) resulta nocivo para la continuidad indemne

del desarrollo. En otras palabras, es la madre la que otorga la continuidad del

existir, de lo contrario surge una angustia insoportable, una angustia de

carácter psicótica. Son las defensas a esta angustia lo que da lugar a distintas

patologías, impidiendo el gradual aumento de la integración del sujeto, la que

como ya dijimos surge desde el estado de dependencia absoluta, si la madre-

ambiente así lo permite.

c. Funciones maternales Holding y Handling Otro aspecto que toma muy en cuenta es el holding o conducta de sostenimiento de la madre hacia el bebé, que permite que este adquiera seguridad y que se siente amado permitiendo que integre la representación de sí mismo y de los demás (Castillero, 2017). En la medida que esto ocurre, el psiquismo del bebé va alcanzando mayores niveles de integración y personalización. En la medida que transcurre el tiempo y se van dando los requisitos mencionados, el bebé va percibiéndose como una unidad cada vez más diferenciada de la madre, comprendiendo además que su cuerpo le pertenece, lo cual implica la integración además de su propio esquema corporal, reconociendo que hay

Será por tanto esta ilusión de omnipotencia la que creará el objeto (pecho-madre que aún no están diferenciados de la unidad psique-soma del bebé) al que luego con el tiempo y la personalización podrá amar como objeto diferenciado. Lo cual compete a la fantasía y realidad, en la medida que la madre pueda adaptarse a las necesidades bio- emocionales del bebé, poco a poco devendrá la desadaptación gradual que permitirá el ingreso del principio de realidad al psiquismo del bebé. Fases del desarrollo psíquico Winnicott establece que a lo largo del desarrollo el ser humano pasa por diferentes fases, existe en un primer momento una dependencia absoluta del bebé hacia los progenitores en la que no es capaz de contener la angustia, para a partir de los seis meses empezar a ser consciente de la necesidad de éstos y sus cuidados y a expresar su necesidad, hasta que finalmente se va avanzando hacia una independencia cada vez mayor (Castillero, 2017).

Winnicott: objeto transicional y la función de la ilusión - desilusión

Su definición de estos fenómenos “ ...el parloteo del bebe y la manera en que un niño mayor repite un repertorio de canciones y melodías mientras se prepara para ir a dormir, se ubican en la zona intermedia como fenómenos transicionales, junto con el uso que se hace de objetos que no forman parte del cuerpo del niño aunque todavía no se los reconozca del todo como pertenecientes a la realidad exterior”.