


Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity
Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium
Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity
Prepara tus exámenes con los documentos que comparten otros estudiantes como tú en Docsity
Los mejores documentos en venta realizados por estudiantes que han terminado sus estudios
Estudia con lecciones y exámenes resueltos basados en los programas académicos de las mejores universidades
Responde a preguntas de exámenes reales y pon a prueba tu preparación
Consigue puntos base para descargar
Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium
Comunidad
Pide ayuda a la comunidad y resuelve tus dudas de estudio
Descubre las mejores universidades de tu país según los usuarios de Docsity
Ebooks gratuitos
Descarga nuestras guías gratuitas sobre técnicas de estudio, métodos para controlar la ansiedad y consejos para la tesis preparadas por los tutores de Docsity
Quitarse las máscaras para sanar emocionalmente
Tipo: Apuntes
1 / 4
Esta página no es visible en la vista previa
¡No te pierdas las partes importantes!
Presentación y admiración ; por ejemplo: soy Miguel y lo que más admiro de mi esposa es su paciencia.
Las reglas de la noche: Hemos venido a trabajar, no hay excusa para no hacer los ejercicios, la actitud no debe ser: “esto me servirá para ayudar a otros” sino “hoy voy a enriquecer mi matrimonio”; y la regla más importante: nada de lo que se dice aquí, sale.
La tendencia de muchos pastores es a ponerse máscaras: las actitudes deben ser las de una persona buena, cauta, controlada y dispuesta. Sin darnos cuenta asumimos una fachada y escondemos nuestra forma de ser… porque nuestra forma de ser es imperfecta, con debilidades y cosas por mejorar.
¿Por qué usamos máscaras? Por inseguridad, por temor al rechazo, como medida de protección. Al enfrentar situaciones peligrosas, muchos optamos por usar máscaras, porque en el fondo pensamos que no es conveniente que conozcan nuestros defectos y debilidades.
En mi caso, yo usaba la máscara del hombre autosuficiente, que podía bastarse a sí mismo. El problema de esa actitud es que no había como desahogarme, y después de un tiempo terminaba explotando. En el caso de Martha, ella usaba la máscara de víctima y aunque no me gustaba cocinar, me era más fácil echarle la culpa a Miguel porque no proveía lo necesario o a los ingredientes, que no eran de calidad, o a la cocina porque era muy vieja. De una u otra forma, siempre terminaba sintiéndome “víctima de las circunstancias”
Estas máscaras las adquirimos en la adolescencia y juventud, y pueden tener varias expresiones; las más conocidas son:
Hombre macho, sabelotodo, buena pinta, trabajador, proveedor, víctima, espiritualoide, exitoso, sufrido. Mujer dulce, buena madre, fina, superior, hacendosa, víctima, inexpresiva, sabelotodo.
Vivimos usando máscaras hasta que nuestra pareja empieza a darse cuenta que delante de la gente actuamos de una forma, y cuando estamos solos de otra. Si ese ciclo se repite, entonces la máscara se rompe, nos sentimos vulnerables, y lo más fácil es que para defendernos, pasemos al ataque.
Por ejemplo: Después de un tiempo, Martha comenzó a notar que yo era distinto en la iglesia y en la casa, al principio no dijo nada pero después trató de acercarse y abrir un espacio para conversar con sinceridad. En ese momento me di cuenta que a mí no me gustaba aceptar las palabras de compasión o ayuda. Esa fue la señal para reconocer que debía convertirme en una persona auténtica. En el caso de Martha , ella al principio no se identificó con ninguna máscara, pero también se dio cuenta que ponerse a la defensiva no era la mejor manera de acercarnos, por eso entendió que había llegado el momento de convertirse en una persona auténtica.
La mejor manera de saberlo es mirar cómo reaccionas ante los elogios y exhortaciones. Algunos creen que son mejores de lo que realmente son, otros piensan que son puro defecto y debilidad; en cambio, la Biblia dice que debemos pensar de nosotros mismos con cordura (ver Romanos 12:3).
Miguel: Cuando hice este ejercicio, anoté que yo soy inteligente, carácter fuerte, solidario, oidor, confiado y comprometido. A la hora de anotar mis defectos, escribí: impaciente, explosivo, orgulloso, simpático con unos e indiferente con otros, burlon y etc. Martha: Cuando hice el ejercicio, anoté que soy fiel, leal, amorosa, dulce, tierna, realista, inteligente, noble, buena, esforzada, ejemplar, y no seguí porque me faltó espacio. A la hora de anotar mis defectos, después de hacer un esfuerzo por practicar mi virtud de humildad, escribí: celosa, egoísta, víctima, melosa, exagerada, mal pensada, orgullosa y se acabó.
Ahora vamos a escribir una carta en la que vas a presentarte, comienza con la frase “Yo soy…” y continúa con una breve descripción de lo que guardas en tu interior. No exageres ni inventes, es el momento para hacer un esfuerzo de sinceridad y transparencia.
Creo que nuestro matrimonio tiene dos etapas, la primera cuanto tratamos de hacer las cosas bien, pero sin buscar la sinceridad y autenticidad. Esa etapa estuvo marcada por la exigencia, decepción y amargura. Después de un tiempo, sintiendo que casarnos no había sido la mejor decisión y sabiendo que el divorcio no era contemplado en nuestra
medio purificado, o estás contaminándote o estás purificándote. Pero lo más importante: no puedes dedicarte a purificar a los demás si primero no te ocupas en purificarte a ti mismo.
8. Dedicarse a purificar a los demás siempre te empuja a juzgar, comparar y criticar; purificarte a ti mismo siempre te conduce a ser tolerante, paciente y generoso con los demás.
Ahora vamos a escribir una carta de amor, en la que vamos a incluir, además de las expresiones de cariño, frases de sinceridad y pedido de ayuda.
Después de 20 minutos vamos a compartir las cartas, vamos a dialogar y orar como esposa y esposo.