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¿Qué es la psicología? 1.1. Objeto y métodos de la psicología. ¿Una o varias respuestas? Los libros de texto suelen comenzar con.una definición de aquello que constituye su eje temático. De ahí que no resulte sorpren- dente que al Inicio.de un curso de psicología la primera pregunta sea pre- * cisamente ésta: “¿Qué es la psicología?”. En cambio, lo que sí puede pa- recer sorprendente es la respuesta: "No existe tal definición de psicolo- gía”, al'menos una definición que sea unánimemente aceptada, - Si efectuamos un recorrido imaginario por los textos de psicolo- gía escritos en distintos momentos históricos por autores provenientes de contextos clentíficos diferentes, nos encontramos con muchas y disí- miles definiciones de psicología. Veamos algunas de ellas, a modo de ejemplo: la psicología es el estudio del alma”, '*es el estudio de la vida psíquica”, es el estudio de la conciencia”, “es el estudio de la conduc- ta”, “es el estudio de los procesos mentales”, etcétera, Esta dispersión en las definiciones-no es producto de un caprichoso individualismo, sino la expresión de un amplio debate episte- mológico acerca de las bases mismas sgbre las que se apoya la delimita- ción de un campo de conocimientos: la definición de su objeto de éstudio y del método adecuado para acceder al conocimiento de dicho objeto. La identidad de cualquier campo clentífico, la posibilidad de di- ferenciarse de otras disciplinas, se funda en la posibilidad de recortar, en el amplio espectro del saber humano, un sector de problemas que le son proplos. Existen campos científicos mejor delimitados y otros cuyos hal resultan todavía confusos, pero que están en permanente cons- trucción. : En el prefacio de su libro La estructura de las revoluciones clentifl- cas, Thomas S. Khun, que es un físico teórico contemporáneo dedicado al estudio de la historia de la ciencia, señala que después de pasar un año en un Centro de Estudios Avanzados sobre'las Ciencias dé la Con- ducta observó el siguiente fenómeno: S **..Lo más importante es que, el pasar un año en una comunidad compuesta principalmente de científicos sociales, hizo que me enfrentara a problemas imprevistos sobre las diferencias entre tales comunidades y las de los clentíficos.naturales, entre quienes habla recibido mi preparación. Principalmente: me asombré ante el número y el alcance de los desacuerdos paten- tes entre los científicos sociales sobre la naturaleza de próble- mas y métodos .clentíficos aceptados.” a De esta observación de Kuhn podemos subrayar dós aspectos: a) la diferenciación de dos ámbitos del conocimiento: el de las clenclas naturales y el de las ciencias sociales; b) los desacuerdos no se refieren a tal'o cual problema específico dentro de un campo de conocimientos, sino a la naturaleza misma de los'proble- mas (es decir, al objeto de estudio) y a la cuestión del método. Estas cuestiones nos instalan en el centro del lógico que históricamente ha caracterizado la a e o dad por parte de la psicología. Dicho debate a menudo ha tomado la for- - ma de una disputa en la que la psicología es reclamada desde el ámbitc de.las ciencias naturales y desde el ámbito de las ciencias sociales. Con- secuentemente, se délimitan objetos de estudio y se proponen métodos qué resulten compatibles con los respectivos criterios de cientificidac sustentados. A Quizá resulte necesario aclarar que el objeto de estudio de una clencia no es un objeto empírico, sino conceptual. Es un objeto abstrac- to, delimitado desde el punto de vista epistemológico, y no la suma de los temas y de los problemas que esa ciencia trata de resolver. Por ejemplo, todos sabemos que la caída de los cuerpos es un tema que es- tudla la física, pero no resulta lícito decir que la caída de los cuerpos es el objeto de estudio de la física. Del mismo modo, la historia de la psico- logía nos muestra que hay temas o problemas de los que se han ocupado distintas escuelas del pensamiento psicológico, pero las respuestas a esos problemas varían de acuerdo'con la perspectiva epistemológica en que se sitúen los investigadores para definir.el objeto de estudio. Nos vemos así conducidos a interrogarnos sobre si es posible hablar de “la” psicología o si, más bien, habría que hablar de “las” psico- logías; y en este último caso, ¿cuántas psicologías? Para comenzar a responder estas preguntas, partimos de la base de considerar que resulta imposible plantear una discusión acerca del objeto y del método de la psicología sin considerar la evolución histórica de dicha discusión. Las distintas respuestas que históricamente se han ido dando a la pregunta “¿qué es la psicología?” sólo cobrarán sentido en la medida en que podamos ir vinculándolas con las cosmovisiones de ias cuales emergen, en determinados contextos socioculturales e histó- “Ticos. 1.2. Esbozo de las respuestas al problema del objeto y del método de la psicología desde una perspectiva histórica. 1.2.1. Antecedentes: la preocupación de la filosofía y de la teología por la naturaleza del alma y su relación con la materia. . La emergencia de las llamadas ciencias del hombre, a partir del siglo XIX, pone en crisis la división hasta entonces imperante entre la fi- losofía, como saber esencialmente especulativo y subjétivo, y la ciencia, como saber con pretensiones de objetividad, apoyada en métodos rigu- rosos. Hasta el siglo XIX, las clencias del hombre, entre ellas la psicolo- gía, constituían ramas de una antropología filosófica que intentaba dar - cuenta del hombre como totalidad. Por lo tanto, su historia se confunde con la historia de la filosofía y sus postulados se corresponden con la - concepción acerca del hombre que predomina en cada momento. En la cultura occidental, dichas concepciones pueden ser es- quemáticamente divididas en tres fases: la concepción clásica, la concep- ción cristiana y la concepción moderna. : La primera, que abarca desde los filósofos griegos hasta la Edad ¡ Media, estuvo centrada en determinar los principios de ordenamiento del cosmos. El hombre fue entendido como la parte del cosmos dotada de razón, y habla una preocupación por establecer las relaciones entre el alma y la materla. Platón fue el primero que introdujo la distinción entre TEO- CENTRICO 27 4.2.2. Intento de constitución de una psicología independiente a partir del modelo de las ciencias fisico-naturales del siglo XIX. Veamos, pues, cuál es el clima intelectual que encontramos al llegar al siglo XIX. Por una parte, la filosofía, bajo la influencia carte- siana, mantenía la idea de hombre como ser racional, dotado de concien- cia: por lo tanto, la psicología (aún concebida como rama de la filosofía) se constituía como-la explicación racional de los hechos de conciencia. Porotra parte, el avance espectacular de las ciencias experimen- tales (la física, la química, la biología) proporciona un modelo tentador: existe una metodología rigurosa que permite acceder a amplios domi- nios del saber humano a través de la formulación de leyes que dan cuen- ta de verdades claras, univocas e inmutables. La defensa de la ciencia experimental tiene su máximo exponente doctrinario en el fundador del positivismo, Augusto Comte, quien señala textualmente: «..el espíritu humano renuncia a las búsquedas absolutas (meta- físicas y teológicas), que corresponden a su infancia; clrcunscri- be sus esfuerzos al dominio exclusivo de la verdadera observa- ción, la única base posible de los conocimientos verdaderamen- te accesibles, “sabiamente adaptados a nuestras reales necesi- dades... En una palabra, la revolución fundamental que caracteri- za la fuerza de nuestra inteligencia consiste esencialmente en sustituir, en todos los dominios, la inaccesible determinación de las causas propiamente dichas por la simple búsqueda de las le- yes, es decir, de las relaciones constantes que existen entre los fenómenos observados.” (Comte, A.: Discurso sobre el espiritu positivo). Queda así resumido el dogma general de la invariabilidad de las leyes naturales, con su correlativa preocupación por la medición y por la predicción: la función de las ciencias experimentales no era la de expli- car los fenómenos, sino la de preverlos con exactitud. k Con respecto a la psicología, ya Kant en el siglo anterior había afirmado la imposibilidad de que se convirtiera en una ciencia dado que' los fenómenos psicológicos carecen de una dimensión espacial y, por lo tanto, no son susceptibles de medición ni de “tratamiento matemático”. Más tarde, también Comte le niega un lugar en su clasificación de las ciencias, distribuyendo su objeto de estudio entre la fisiología y la so- ciología. 3 ; Simultáneamente, la extraordinaria repercusión de la teoría de la evolución de Darwin contribuyó a afianzar la idea del hombre como ser natural. Deja de ser, así, el ser privilegiado de la creación, para convertir- se en un objeto más del conocimiento, sujeto a las leyes de la naturaleza. Esta apretada síntesis intenta dibujar los trázos más gruesos que caracterizaban el clima positivista del siglo XIX, con el objeto de de- limitar el contexto en el cual se produce el momento fundacional de la psicología como campo autónomo del saber. Como toda síntesis, conlle- va el defecto del.esquematismo y resulta injusta para con-la extraordina- ria complejidad y riqueza de las ideas de los autores citados. ¿ Conscientes de las mencionadas limitaciones, convengamos en circunscribir nuestro objetivo al simple intento de ejemplificar un con- cepto que nos parece de central importancia: todo fenómeno (en espe- 29 cial, los fenómenos humanos) empieza a cobrar sentido y a hacerse inte- ligible en la medida en que lo ubiquemos en el contexto del cual emerge (y los contextos siempre son múltiples: científico; social, cultural, ideológi- co, político, económico, etcétera). : -. — Asomarnos, aunque sea someramente, al contexto científico- filosófico del siglo XIX nos permitirá comenzar a comprender la razón por la cual se ubica el nacimiento de la psicología como ciencia indepen- diente en el año 1879, coincidente con la fundación, en Leipzig; del “pri- mer laboratorio de psicología experimental”, por parte de W. Wundt (1832-1920). En primer lugar, si aceptamos ese hito como demarcatorio entre lo “científico” y lo “pre-científico” en psicología, estamos presuponien- do un criterio de cientificidad derivado del positivismo decimonónico. Efectivamente, la psicología sólo puede recibir su diploma de “ciencia” en la medida en que demuestre la utilización del método experimental y se ajuste a los principios y procedimientos de las ciencias naturales. To- do lo anterior, por lo tanto, fue considerado especulativo, metafísico y carente de valor científico. -ód z s i En su intento por liberarse de su dependencia con respecto a la filosofía, la psicología se ve obligada a someterse al ideal de cientifici- dad imperante:-el de las ciencias físico-naturales. 3 Con un estilo muy gráfico, Georges Politzer describe ese mo- mento: “Primeramente surgió Wundt, que preconizó la psicología “sin alma', comenzando la migración de los aparatos de laboratorjo de fisiología a los laboratorios de los psicólogos. ¡Qué orgullo, qué regocijo! ¡Los psicólogos tenían laboratorios y publicaban monografías...! ¡No discutamos más, calculemos! Se asían los logaritmos por los cabellos, y Ribot calcula el número de células cerebrales con el fin de saber si pueden alojar todas las ideas. La psicología científica vino entonces al mundo.” (Politzer, G: Críti- ca de los fundamentos de la Psicología, Martínez y Roca, Barce- lona, 1969) En realidad, esta naciente disciplina autónoma comenzó siendo una “psicofísica” duna “psicofisiología”, que intentaba establecer las conexiones entre la vida psíquica y sus correlatos anatómicos y fisioló- gicos (el viejo problema de encontrar las relaciones entre el alma y el cuerpo). ; und de formación fisiológica pero también filosófica, decide romper con la psicología “metafísica” del alma, basada en la introspec- ción “pura” (es decir, no experimental), y fundar una psicología experi- mental que cumpla los requisitos de la ciencia natural. Será una ciencia - : cuyo objeto de estudio sea la “experiencia interna” (es decir, la concien- cia), y el método a utilizar será la “introspección experimental”. Detengámonos brevemente a reflexionar sobre. las característi- cas de ambas coordenadas, ya que son subrayadas habitualmente para identificar a la psicología del siglo XIX (lo que, por otra parte, constituye una generalización indebida). , , Con respecto al objeto de estudio, señala Wundt que "toda mani- festación del espíritu humano tiene su causa última en los fenómenos elementales de la experiencia interna”. Dichos elementos fueron, desde un primer momento, la sensación y la imagen (más tarde se agregaron los sentimientos); por lo tanto, era una psicología elementalista y analíti- 30