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Tipo: Resúmenes
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DÉFICIT DE ATENCIÓN: ASPECTOS GENERALES.
PRESENTACIÓN
INTRODUCCIÓN
¿QUÉ ES EL TDA-H?
COMORBILIDAD Y PROBLEMAS ASOCIADOS
CAUSAS DEL TDA-H
DIAGNÓSTICO TIPOS DE TRASTORNO
PROTOCOLO DE INTERVENCIÓN
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO
TRATAMIENTO PSICOLÓGICO – PSICOEDUCATIVO
ANEXO 1. Otros instrumentos de evaluación ANEXO 2. Programas para alumnos, padres y profesores
ANEXO 3. Bibliografía para padres, profesores y otros profesionales
ANEXO 4. Páginas web
ANEXO 5. Direcciones de interés
ANEXO 6. Cuestionario screening elaborado por el grupo de trabajo
ANEXO 7. Extracto del estudio realizado por el mismo grupo
5 9 11 13 17 19 23 25 28 28 29 30 30 30 31 33 34 38 42 43 46 50 51
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uestro sistema educativo ha ido desarrollando progresivamente una mayor sensibilidad hacia los diferentes factores diferenciales que intervienen en el aprendizaje. De hecho, podemos afirmar que las diversas medidas y actuaciones desarrolladas durante los 10 años de trans- ferencias en educación han tenido como uno de sus principios fundamentales la atención a la diversidad.
La educación de final de siglo representó un salto cualitativo importante respecto al reto que suponía asumir, desde de un marco definido por los principios de normalización e integración, el aprendizaje de todo el alumnado, independientemen- te de las condiciones personales y sociales que pudiera presentar. Para ello ha sido necesario realizar un importante esfuerzo ante la necesidad de mejorar la calidad de la respuesta educativa, traducido en cambios metodológicos y organizativos, dotación de recursos y un incremento de la formación de los diferentes profesionales implicados en la docencia. La Ley Orgánica de Educación (LOE), basándose en el principio de equidad, plantea nuevos retos en la enseñanza y aprendizaje de los alumnos que requieren una atención educativa diferente a la ordinaria, retos a los que hay que responder con propuestas de carácter normalizado e inclusivo.
La atención a la diversidad implica asumir un compromiso y un cambio de perspectiva ante el hecho evidente de que los alumnos presentan diferencias en su capacidad y estilo de aprender. La atención a estas diferencias constituye una necesidad si pretendemos garantizar el éxito educativo de todos los chicos y chicas que acuden a nuestros centros escolares. Pero a la vez, puede ser una gran oportunidad para la mejora de la calidad de nuestros procesos y prácticas de enseñanza.
Durante los últimos años hemos sido testigos de múltiples avances en diferentes disciplinas relacionadas con los procesos implicados en el aprendizaje. De todos ellos destacan especialmente los relacionados con la atención y el autocontrol.
La atención, con todos los procesos que la conforman, es uno de los componentes de nuestro funcionamiento cognitivo más básico y necesario para conseguir un adecuado desarrollo y autogobierno mental. Hoy sabemos que este desarrollo no es idéntico en todas las personas, pues encontramos situaciones en las que su carencia o su desarrollo desviado pueden traducirse en la emergencia de un trastorno, actualmente denominado Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH).
N
omo ya se ha indicado, el trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad es un trastorno de origen neurobiológico que comienza en la primera infancia y que, en muchos casos, persiste en la adolescencia y en la vida adulta. Se caracteriza por la presencia de tres síntomas típicos:
Se identificará como un trastorno cuando estos síntomas o las conductas que se derivan de ellos se observen con mayor frecuencia e intensidad que en los niños y adolescentes de igual edad y contexto, y alteren su vida diaria en casa, en la escuela y en su entorno.
Son niños que parecen no escuchar cuando se les habla directamente, que les cuesta ponerse en marcha, que no persisten en el esfuerzo que requieren las tareas escolares y que, a menudo, olvidan o pierden cosas y se distraen con mucha facilidad.
La hiperactividad se manifiesta por un movimiento excesivo y continuo, en situaciones en las que resulta inapropiado hacerlo. Estos niños se muestran inquietos, nerviosos, revoltosos, no paran de dar golpecitos, hacen ruidos, se mueven en sus asientos o molestan a los compañeros.
La impulsividad se manifiesta por la precipitación en las respuestas, la dificultad para guardar turnos, la intromisión en las actividades de otros, por la participación en peleas, etc. En ocasiones puede dar lugar a accidentes o a conductas de riesgo.
C
l TDA-H, en un porcentaje elevado de casos, se presenta acompañado por otros trastornos psicopatológicos. Es importante realizar un diagnóstico diferencial, dada la similitud de síntomas y la comorbilidad que presenta con otros trastornos, porque estos pueden enmascarar o ser enmascarados por síntomas del TDA-H y se podría alterar tanto el proceso de diagnóstico como las intervenciones educativas y terapéuticas posteriores. Los trastornos más frecuentes con los que puede coexistir son:
El trastorno por déficit de atención y los trastornos de conducta son independientes, no obstante, los niños y adolescentes que presentan un TDA-H asociado a un trastorno negativista-desafiante (40%) o a un trastorno disocial (20%), tienen peor pronóstico y un mayor riesgo de desarrollar en el futuro un trastorno antisocial.
Los trastornos del estado de ánimo en la infancia se caracterizan por la presencia de tristeza o de irritabilidad persistente. Estas se acompañan ocasionalmente de una pérdida de interés por la mayoría de las actividades, disminución de la concentración, sensación de cansancio físico, cambios en el patrón de sueño y alimentación, y presencia de quejas somáticas.
Los trastornos de ansiedad se caracterizan por la existencia de temores, preocupación excesiva, episodios agudos de ansiedad y evitación fóbica. En torno al 30% de los niños con TDA-H presentan un trastorno de ansiedad o un trastorno del estado de ánimo.
Alrededor de un 50% de los niños con TDA-H presentan trastornos o dificultades de aprendizaje y esto implica tener muchas posibilidades de fracasar en la escuela aunque su cociente intelectual sea medio o elevado. Con frecuencia los alumnos con TDA-H presentan retrasos en la adquisición del lenguaje, problemas de lecto-escritura, errores en las operaciones, dificultades en la resolución de problemas, falta de esfuerzo o de hábitos de trabajo.
E
Dentro de los trastornos por tics, el trastorno de Gilles de la Tourette es la forma más severa y la menos frecuente (1/1.000 en niños y 1/10.000 en niñas). En este trastorno,
el niño tiene varios tics motores y uno o más tics vocales, varias veces al día. Un 35-70% de los niños con Síndrome de Gilles de la Tourette presentan también TDA-H.
GUÍA PRÁCTICA: DÉFICIT DE ATENCIÓN
l trastorno por déficit de atención es uno de los más estudiados e investigados en psicopatología infantil, sobre todo en los ámbitos clínico y educativo, y sin embargo todavía desconocemos cuáles son las causas que lo generan. Las últimas investigaciones apuntan a que no existe una causa única; para que se produzca el trastorno deben confluir una serie de causas biológicas y ambientales. Las que ofrecen un mayor consenso en la literatura científica son:
A. INFLUENCIA GENÉTICA. Los estudios realizados con familias avalan este tipo de influencia. Un importante número de padres de niños hiperactivos presentaba esta sinto- matología durante su infancia. Por otra parte, los estudios con gemelos tanto monocigóticos como dicigóticos también muestran una gran concordancia en el diagnóstico clínico (51% en los primeros y 33% en los segundos – Goodman y Stevenson, 1989).
B. BAJA ACTIVIDAD CORTICAL. Niveles insuficientes o alteraciones en el funciona- miento de algunos neurotransmisores (sobre todo dopamina y norepinefrina). Menor flujo sanguíneo y una reducción de la actividad eléctrica en las regiones prefrontales y en sus conexiones con el sistema límbico. Estas áreas son las que nos permiten controlar la conducta, realizar planes para el futuro o inhibir y controlar las emociones.
C. Algunas COMPLICACIONES PRENATALES Y PERINATALES (prematuros, bajo peso, anoxia...); el consumo de alcohol y de tabaco durante el embarazo; los traumatismos, infecciones o enfermedades con afectación cerebral podrían aumentar el riesgo de padecer TDA-H.
*** FACTORES SOCIOAMBIENTALES:** los problemas familiares, crianzas inadecuadas, escuelas ineficaces…, pueden influir en la disfuncionalidad, en la mayor probabilidad de presentar trastornos asociados o en un peor pronóstico, pero nunca se pueden considerar la causa que genera el trastorno.
*** El consumo excesivo de azúcar, el uso de aditivos en los alimentos y las alergias alimentarias tampoco se pueden considerar causas del TDA-H.**
E