


































Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity
Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium
Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity
Prepara tus exámenes con los documentos que comparten otros estudiantes como tú en Docsity
Los mejores documentos en venta realizados por estudiantes que han terminado sus estudios
Estudia con lecciones y exámenes resueltos basados en los programas académicos de las mejores universidades
Responde a preguntas de exámenes reales y pon a prueba tu preparación
Consigue puntos base para descargar
Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium
Comunidad
Pide ayuda a la comunidad y resuelve tus dudas de estudio
Descubre las mejores universidades de tu país según los usuarios de Docsity
Ebooks gratuitos
Descarga nuestras guías gratuitas sobre técnicas de estudio, métodos para controlar la ansiedad y consejos para la tesis preparadas por los tutores de Docsity
La palabra 'profesar' y su relación con la profesión docente, la identidad profesional y su vínculo con la teoría epigenética del desarrollo humano, la evolución histórica y las características de la profesión, la formación específica y la identidad profesional del docente. El papel del docente como 'facilitador' y la construcción de una justa idea de escuela. La evolución del sistema formador y la reconversión de las escuelas normales.
Tipo: Apuntes
1 / 42
Esta página no es visible en la vista previa
¡No te pierdas las partes importantes!
¿Qué es lo que todos, o casi todos hacemos? Trabajar. Llevar a cabo uno oficio, un empleo, una profesión. Pero en el trabajo hay algo más importante que la eficiencia, porque se trata de un factor que precisamente la hace posible. Este algo, de carácter ético, es lo único que funciona como razón de ser de una genuina eficiencia en el quehacer de las profesiones y los oficios. La palabra profesar del latín culto profiteri (cuyo participio es profesus), que quiere decir “declarar abiertamente’’, ‘‘hacer profesión’’, ‘‘confesar’’ Del mismo origen provienen las palabras “profesor” y “profesión”, que sirven para hablar de ‘‘quien hace profesión de algo’’. Así decimos que alguien “hizo profesión de fe...”, que “profesó en la universidad de...”, etcétera. Por un lado, pues, el que declara públicamente, el que es un profesor, quien profesa una convicción; y por el otro, por la vía de la profesión, el profesional. El que es “un profesional” renuncia a sus intereses personales, cualesquiera que éstos sean, y “en cuerpo y alma” se pone al servicio de los intereses de su profesión, cuyo fundamento ético (ethos, o forma peculiar de ser, ontológicamente hablando), asentado en la dignidad humana, impide tomar al hombre como un medio.
Algunas reflexiones sobre la ética Esa dignidad ética hace decir a Kant que al ser humano jamás se le debe tomar como un medio sino como un fin en sí mismo Todo el sentido ético del trabajo tiene su fundamento en la conexión de esa dignidad suya con su propio ser, con lo que esencialmente es como ser- obrero (o ente que trabaja). El requerimiento pragmático de eficiencia usa a la persona como medio para conseguir beneficios o utilidades; en cambio, la exigencia ética de eficiencia, generada por el sentido ético del trabajo, toma al hombre respetándolo como un fin en sí mismo, y a su labor, como algo digno del mismo respeto que lo humano. El trabajo tiene un sentido ético, porque puede hacerse bien o mal; el sentido ético de la vida es posible porque puede vivirse bien o mal (y desde Aristóteles, en su Ética nicomaquea, se ha visto la relación estrecha entre vivir bien, obrar bien y ser feliz). Ahora bien, si no perdemos de vista el sentido original de “profesar” y de “ser profesional”, quedamos en mejores condiciones para entender lo que quiere decir ética profesional, pues será más o menos evidente que se trata de la fuerza moral en la cual se apoya lo que profesamos nuestra profesión. La ética de Tomás de Aquino sigue la línea aristotélica, aunque adaptada a presupuestos cristianos en los que se basa el pensamiento del aquinate. Aristóteles consideraba que todas las acciones humanas estaban encaminadas a un fin último concreto (telelología), y respecto a este todos los demás fines son particulares, secundarios pues tan sólo sirven para alcanzar aquel fin último que unifica, organiza y jerarquiza a todos los demás. El fin de todas las acciones humanas es adquirir la felicidad (eudaimonía). La felicidad consiste en perseguir aquello que es lo más natural para la propia naturaleza. Según Aristóteles lo más genuino del hombre es el uso de la razón, del
Los preceptos de la ley natural son inmutables y su cumplimiento es necesario para el bien del hombre. Esta ley natural está fundamentada en la ley positiva divina revelada por Dios que, a su vez., es expresión de la ley eterna que radica en la razón divina, en la misma esencia de Dios. En definitiva, la ética de santo Tomás es una combinación renovadora y original de elementos morales aristotélicos y cristianos. ÉTICA PROFESIONAL Y DEONTOLOGIA La Ética Profesional abarca al conjunto de normas y valores que hacen y mejoran el desarrollo de la actividad de los profesionales y es la encargada de ir marcando las pautas éticas del desarrollo de su actividad mediante valores universales reconocidos por cada ser humano. Aunque ésta se centre en estos valores, se especifica más en el uso de ellos dentro de un entorno plenamente laboral. Básicamente, la Ética Profesional es fundamental para la persona que desee trabajar en cualquier ámbito. Para que un profesional sea ético es necesario que posea una naturaleza o personalidad que componga el sentido de la responsabilidad y la libertad, además estar de acuerdo con la moral y compartir el deseo del bien común. No imprescindiblemente deben ser leyes o normas ante situaciones específicas, si no actitudes frente a contextos que muestren si el profesional realiza un desempeño en concordancia a la ética de su profesión. El principal objetivo de la Ética Profesional es crear conciencia de responsabilidad, en cada individuo que ejerce una profesión particular, para el mejor rendimiento de este. No obstante, la Ética Profesional también determina cómo debe actuar un profesional en una situación determinada.
En un sentido más bien estricto, podríamos solo señalar las carreras que son de nivel universitario o superior, porque son las que otorgan categoría de profesional, pero también deben considerarse los oficios y cualquier otro trabajo permanente. La Ética Profesional no es coactiva es decir no impone sanciones legales o normativas pero se reconoce estrechamente relacionada con la Deontología y puede hallarse en los códigos deontológicos que normalizan una actividad profesional. La deontología es parte de lo que se conoce como ética normativa y comparte un conjunto de reglas y principios que deben cumplirse de manera obligatoria. La Deontología o teoría deontológica se puede considerar como una teoría ética que se ocupa de regular los deberes, traduciéndolos en preceptos, normas morales y reglas de conducta, dejando fuera de su ámbito específico de interés otros aspectos de la moral. El término deontología fue acuñado por primera vez por Jeremy Bentham, que la define como la rama del arte y de la ciencia cuyo objeto consiste en hacer en cada ocasión lo que es recto y apropiado. Cuando esta teoría se aplica al estricto campo profesional hablamos de Deontología Profesional y es ella, en consecuencia, la que determina los deberes que son mínimamente exigibles a los profesionales en el desempeño de su actividad. Estos deberes, es habitual que se codifiquen sistemáticamente para regir la actuación de los representantes de la profesión con el fin de que a través del buen hacer se obtengan resultados deseables y se prestigie su labor. Cuando se habla de Deontología Profesional se entiende por tal los criterios compartidos por el colectivo profesional convertidos en un texto normativo, un código deontológico. La deontología profesional es por tanto una ética aplicada, aprobada y aceptada por el colectivo profesional, lo que entraña un código de conducta, una tipificación de infracciones, un sistema de recepción y análisis de consultas, propuestas o quejas, un procedimiento de enjuiciamiento, y finalmente, si procede aplicarlo, un sistema de sanciones.
La Deontología impone obligaciones a los Profesionales de la actividad que fuere pero entendiéndose como tal a la persona que se ha formado académicamente, es decir que está cualificado, para desempeñar una ocupación especifica. La misma sociedad se encarga de ubicar al profesional en un nivel acorde con su cualificación y desde allí este se suma al bien común que ella necesita. Todas las profesiones, por distintas que puedan ser, hacen su aporte a la sociedad, brindando conocimientos científicos, tecnológicos, sociales, pedagógicos, etc.
Desde siempre, todo hombre y toda mujer, quiere satisfacer las viejas preguntas que se ha hecho la humanidad: ¿Quién soy? ¿Qué soy? ¿De dónde vengo? Precisamente la identidad es la compleja respuesta a la eterna pregunta humana “¿Quién soy?”. Según el Diccionario de Ciencias de la Educación: Identidad: (del Lat. Identitas, carácter de lo que es lo mismo). Calidad de lo que no tiene diferencias ni variantes, lo que es igual, lo mismo. (Fil.): la filosofía tradicional define el principio de identidad como lo que es, es, y lo que no es, no es (Parménides). La ley o principio de identidad tiene dos acepciones: como valor lógico o como valor ontológico. En el primer caso, se trata de identidad entre conceptos o proposiciones y las condiciones que han de cumplir para que se dé esta relación, en el segundo caso, postula que cada ser es igual a sí mismo. El principio de identidad, que afirma la sustatividad de las cosas, fue puesto en duda a partir del idealismo alemán y por la lógica simbólica. Si se busca en otros diccionarios o investigaciones se encuentra que
la: identidad es un conjunto de rasgos o informaciones que individualizan o distinguen algo y confirman que es realmente lo que se dice que es. La identidad es una posesión idiosincrásica y particular de cada persona: habría un núcleo natural, diferenciado y propio, que caracterizaría nuestras identidades. La identidad de la persona queda reducida a una especie de programa o protocolo en el que es conformado por las estructuras sociales y que el individuo se limita a ejecutar. La identidad es el resultado de la capacidad de reflexividad, no es una estructura preformada, es la continuidad de la experiencia de nosotros mismos. Se construye a lo largo de la vida, y puede presentar mayor o menor solidez. La identidad es la organización de la conducta, habilidades, creencias e historia del individuo en una imagen consistente de sí mismo. Todos y todas somos capaces de atribuir la responsabilidad de la mayor parte de nuestras acciones, de nuestros pensamientos, emociones. Acerca de lo que hacemos, decimos, pensamos y sentimos, si somos capaces de dar sentido y dar una respuesta concreta a la pregunta. “¿Quién soy yo?”. A partir del contexto social, cultural e ideológico, el hombre construye su identidad social y su identidad individual, las cuales nos inherente al lenguaje que utilizamos cuando nos relacionamos con los demás y con uno mismo. La identidad no es inmutable, por eso no puede separarse de la sociedad, ya que la manera en como entendemos la identidad, depende de la sociedad, del espacio y tiempo en el cual estamos viviendo. En la vida nos encontramos con diversas situaciones, desde esta perspectiva consideramos a la identidad como dependiente del abanico de relaciones que ponemos en acción y situaciones que se presentan. Se debe tener presente que además de la influencia social, ideológica y cultural, cualquier vivencia y experiencia asociada a lo mencionado, la identidad tendrá un correlato biológico en el cuerpo. La identidad, implica recalcar, que la identidad cultural, no puede pretender agotar la totalidad del significado del fenómeno cuyo concepto es la identidad.
Pero, ¿cómo se relaciona el concepto de identidad con la docencia? Sin duda existe una estrecha relación, ya que el trabajo cotidiano se desarrolla en determinadas y concretas condiciones históricas, sociales e institucionales que definen las marcas singulares de la “vocación” y ejercicio de la docencia. La identidad docente, se refiere a cómo los docentes viven subjetivamente su trabajo y cuáles son los factores de satisfacción e insatisfacción. Esta identidad es tanto la experiencia personal como el papel que le es reconocido en una sociedad. La construcción de esta identidad, no debe ser individual sino colectivo, y no “educativa” de modo aislado, sino cultural, política y social. Los docentes deben construir y reconstruir su identidad, ya que la docencia enfrenta momentos de cambios, el docente no es un mero operario de las políticas educativas sino que es una persona con la capacidad y la responsabilidad para tomar decisiones con base no necesariamente en la aplicación de conocimientos especializados sino en “su buen juicio”, en el desarrollo de criterios y parámetros racionalmente fundamentados, además existe un fuerte deterioro de la apreciación social, una desvalorización, resultado de multiplicidad de factores. La docencia debe mantener y reforzar la identidad, ya que tiene que ver con las cuestiones fundamentales del currículo, tanto el oculto como el explícito, y obviamente con cuestiones de enseñanza y de aprendizaje. La construcción de la identidad, es inviable en un contexto que se piense teórico pero que al mismo tiempo haga cuestión de permanecer lejos de, e indiferente a, el contexto concreto del mundo inmediato de la acción y de la sensibilidad de los alumnos. El papel del docente es y seguirá siendo relevante, especialmente en la formación de los alumnos, en el desarrollo de su inteligencia, sensibilidad, autonomía, solidaridad y en lo humano y no sólo en el manejo de la información, de los contenidos y de las tareas escolares. Los docentes que no tienen una identidad propia, no tienen una
identidad docente que les permita trascender. La identidad docente forma parte de su identidad social y se concibe como la definición de sí mismo, que hace el docente, además se la puede entender como un conjunto heterogéneo de representaciones profesionales, y como un modo de respuesta a la diferenciación o identificación con otros grupos profesionales. Los docentes no son otra cosa que lo que hacemos, esto implica concretar un trabajo psíquico, para llevar adelante una actividad intelectual reflexiva. Según Manuel Castells se produce la construcción de la identidad a través de tres formas, las cuales presentan una relación entre los tres: Identidad legitimante: está a cargo de las instituciones hegemónicas de la sociedad. Identidad resistencial: es producida por los actores que se encuentran estigmatizados por la lógica dominante. Identidad proyectual: construye una identidad nueva que redefine su posición en la sociedad y por esto mismo se propone transformarse el conjunto de la estructura social. La identidad docente es un modo que el docente presenta para situarse en el sistema social y ser identificado por otros, en una relación de identificación y de diferenciación. Por lo tanto, la identidad docente presenta procesos de continuidad y cambio de acumulación histórica, se debilita o se redefine, ya que si se valoran los docentes, se reconocen a sí mismos, construirán con más solidez su propia identidad. CRISIS DE LA IDENTIDAD DOCENTE. La crisis de la identidad surge de la tensión entre el profesor ideal y el profesor real, entre lo que se espera que sea y realice y lo que efectivamente es y puede hacer. Es necesario pasar: ➢ Del docente-enseñante, al docente formador de personas. ➢ Del docente-didacta, al docente conductor-didacta. ➢ Del docente socialmente autorizado y sostenido, al docente que
El concepto de profesionalización es relativamente nuevo, y desde el comienzo ha despertado opiniones encontradas respecto a su aplicación al trabajo del docente. De modo general, se puede afirmar junto a Jorge Fernández Pérez, que el concepto de profesión ha estado ligado a la evolución y desarrollo de las sociedades. Por lo que resulta difícil tener una definición única de la profesión, máxime este concepto aplicado al ámbito educativo. Sin embargo, existe acuerdo respecto a identificar algunos elementos como la formación educativa de alto nivel, la estructura organizativa, la vinculación con las estructuras de poder, el status, la actualización continua y la búsqueda de autonomía como factores que inciden en la calificación de un actividad determinada como una profesión. En la década del 60, la profesión comenzó a tomarse como una forma especial de organización ocupacional que se asentaba en un cuerpo de conocimiento sistemático adquirido a través de una formación escolar. Por otra parte, en esta época se estableció que para que una actividad pudiera ser considerada profesión debía superar las siguientes cinco etapas del llamado proceso de profesionalización:
diferentes actividades que entraña. ➢ Aceptación y cumplimiento de un determinado código ético. ➢ La profesión debe comportar un fin u objetivo beneficioso para todos y cada uno de los miembros de la sociedad (servicio social/responsabilidad social). ➢ La profesión suele y/o debe construir la base económica del individuo. Para conocer si una ocupación puede ser denominada profesión basta con determinar si posee las propiedades que la teoría de los rasgos propugna. El estudio de las profesiones supondrá, por lo tanto, identificar los atributos que distinguen las profesiones de otras ocupaciones y que las diferencian entre ellas. Para Fernández Enguita (1990), los rasgos que posee una profesión son los siguientes:
organizado (normalmente universitario).
filosofía de la educación a que responda. La profesionalización es un proceso continuo, las metas se alcanzan de manera gradual. El proceso docente educativo es, en sí mismo, un proceso de profesionalización del individuo. La profesionalización del individuo como componente personal donde se objetivizan los resultados del proceso lo asume como ente activo, reflexivo, motivado, consiente de las metas para consigo, es decir, sujeto del proceso. La profesionalización contribuye a la formación de valores en los sujetos del proceso, adquiriendo dimensión axiológica. La profesionalización necesita de referentes (resultados de las ciencias pedagógicas) que orienten las diferentes prácticas. La profesionalización es consecuente con la articulación coherente de los componentes académico, laboral e investigativo en el proceso docente educativo. La profesionalización singulariza determinada relaciones sociológicas entre los docentes que tienen a su cargo dirigir el proceso y entre la escuela y las demás agencias educativas. La profesionalización contribuye a elevar los niveles de motivación, compromiso por la actividad cognoscitiva, así como los niveles de aprendizaje de los escolares. La profesionalización está a tono con la sociedad del conocimiento y la revolución científico técnica en tanto se constituye vía para simular contextos profesionales en calidad de tutoriales y entrenadores que posibilitan aprendizajes significativos en los escolares. El fin de la profesionalización desde posiciones humanistas es formar profesionales competentes, capaces de insertarse en el mundo del trabajo, innovar y racionalizar los procesos profesionales en que participan, a partir de usar la ciencia y la técnica, consiente de las implicaciones sociológicas que el uso de la ciencia y la tecnología conlleva, como medio de enfrentamiento a la globalización neoliberal. La profesionalización como categoría está sujeta a una constante
facultades disciplinarias como también su interés en preparar a especialistas en la disciplina más que a profesores, afecta la visión de sí mismos que asumen los estudiantes. La construcción social del concepto de profesor se forja a través de sucesivas transformaciones sociales. En sus inicios, la profesión docente se constituyó como un “sacerdocio, función que exige para su ejercicio una fuerte vocación o llamado interno que implica entrega y sacrificio” Una segunda definición de identidad se acerca más a la función profesional de la docencia y está presente cuando los docentes se definen más como “facilitadotes”. Estos conceptos aparecen entre los docentes cuando éstos definen la docencia como una profesión con un fuerte componente de conocimiento y tecnología. La construcción de la identidad profesional, y su posible choque con la realidad refiere también a la imagen social que tiene para la sociedad en general. Las expectativas y realidades, estereotipos y condiciones de trabajo, contribuyen a configurar el autoconcepto, autoestima y la propia imagen social. MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO A LOS DOCENTES El Papa Francisco en un discurso en el Aula Pablo VI ante miles de maestros, pidió permiso para llamarles “colegas” ya que “también yo fui profesor como ustedes y conservo un bonito recuerdo de las jornadas vividas en el aula con los estudiantes”. El Santo Padre pidió a los profesores actualizar las propias competencias didácticas, también a la luz de las nuevas tecnologías, porque “ser profesor no es solo un trabajo: es una relación en la que cada maestro debe sentirse enteramente implicado como persona, para dar sentido a la tarea educativa hacia los propios alumnos”.
“Los animo a renovar su pasión por el hombre en su proceso de formación y ser testimonios de vida y de esperanza”, dijo. Como buen conocedor de esta profesión, Francisco recalcó que es “un trabajo precioso porque permite ver crecer día a día a las personas que han sido confiadas a nuestro cuidado” y “es un poco como ser padres, al menos espiritualmente”. El Papa también comentó que “es una gran responsabilidad” así como un trabajo “serio que solo una persona madura y equilibrada puede realizar”. Y, a su juicio, una buena cosa es que “se comparte siempre el propio trabajo con otros colegas y con toda la comunidad educativa a la que pertenece”. Francisco hizo un repaso de a la asociación de maestros católicos de Italia presente en su discurso, que en sus inicios “han contribuido a hacer crecer el país, reformar la escuela y sobre todo a educar a generaciones de jóvenes”. A pesar de que desde entonces ha cambiado la sociedad, “siempre hay profesores dispuestos a trabajar en la misma profesión con ese entusiasmo y esa disponibilidad que da la fe en el Señor”. El Papa recordó que la enseñanza más importante de Jesús es la de “amar al Señor tu Dios y amar al prójimo”. “Nos podemos preguntar: ‘¿Quién es el prójimo para un profesor?’.¡El ‘prójimo’ son los estudiantes!, exclamó. “Y aquellos con los que transcurre sus jornadas. Son los que por él tienen un guía, una dirección, una respuesta y, todavía antes, buenas preguntas”. El Papa pidió que iluminen y motiven una “justa idea de escuela”, que “es oscurecida por discusiones y posiciones reductivas” y recordó que “la escuela está hecha en verdad de una válida y cualificada instrucción, pero también de relaciones humanas, que de parte nuestra son relaciones de acogida, de benevolencia, de reservar a todos indistintamente”. Como Obispo de Roma y antiguo maestro dio algunos consejos sobre cómo enseñar de la mejor manera, por ejemplo “amar con mayor intensidad a sus estudiantes más difíciles, más débiles, más desfavorecidos”. Este fue uno de los asuntos que más quiso subrayar y animó a “amar más a los estudiantes que no quieren estudiar, aquellos que se encuentran en condiciones de privación, los discapacitados y los extranjeros, que hoy