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Pelvis ósea del equino, Guías, Proyectos, Investigaciones de Anatomía

La pelvis está formada por los huesos coxales derecho e izquierdo, cada uno formado por la unión del pubis, el isquion y el íleon, junto con el sacro y el cóccix. Anteriormente, los huesos coxales se unen para formar la sínfisis púbica. Posteriormente, los huesos coxales se unen con el sacro para formar las articulaciones sacroilíacas. En conjunto, esta estructura forma un anillo con forma de cuenca llamado pelvis ósea o cintura pélvica, que conecta los esqueletos axial y apendicular.

Tipo: Guías, Proyectos, Investigaciones

2024/2025

Subido el 29/06/2025

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1. INTRODUCCIÓN
La pelvis está formada por los huesos coxales derecho e izquierdo, cada uno formado por
la unión del pubis, el isquion y el íleon, junto con el sacro y el cóccix. Anteriormente, los huesos
coxales se unen para formar la sínfisis púbica. Posteriormente, los huesos coxales se unen con el
sacro para formar las articulaciones sacroilíacas. En conjunto, esta estructura forma un anillo con
forma de cuenca llamado pelvis ósea o cintura pélvica, que conecta los esqueletos axial y
apendicular.
La pelvis ósea es clave para muchas funciones del cuerpo, como zona de transición para
las estructuras neurovasculares que pasan entre el abdomen y las extremidades inferiores, un
punto de unión entre la columna vertebral y las fuerzas de las extremidades inferiores durante la
locomoción, y una estructura dentro de la cual se encuentran estructuras viscerales cruciales
como los órganos reproductores femeninos, la vejiga urinaria y el recto ( Figueroa Cristián ;
Jozsa Félix ; Patrick H. Le ., 2023)
La circunferencia pelviana está formada por el hueso sacro, las vértebras
coccígeas, el hueso pélvico y los ligamentos isquiáticos y sacro-púbicos. El hueso pélvico
está formado por la unión del íleon, isquion y pubis, este último se une con su homólogo
para formar el piso de la pelvis en la sínfisis púbica. La entrada de la pelvis varía en
dimensión y forma entre las diferentes especies de granja; así tenemos que en la vaca es
elíptica, mientras que en la yegua y la cerda son casi redondas (Pacheco, Joel Ivan,
Chacón, Yemíra, Zea, José, Calsin, Bilo, Mamani, Godofredo, & Mamani-Cato, Rubén
Herberht., 2024)
2. OBJETIVO GENERAL
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1. INTRODUCCIÓN

La pelvis está formada por los huesos coxales derecho e izquierdo, cada uno formado por la unión del pubis, el isquion y el íleon, junto con el sacro y el cóccix. Anteriormente, los huesos coxales se unen para formar la sínfisis púbica. Posteriormente, los huesos coxales se unen con el sacro para formar las articulaciones sacroilíacas. En conjunto, esta estructura forma un anillo con forma de cuenca llamado pelvis ósea o cintura pélvica, que conecta los esqueletos axial y apendicular. La pelvis ósea es clave para muchas funciones del cuerpo, como zona de transición para las estructuras neurovasculares que pasan entre el abdomen y las extremidades inferiores, un punto de unión entre la columna vertebral y las fuerzas de las extremidades inferiores durante la locomoción, y una estructura dentro de la cual se encuentran estructuras viscerales cruciales como los órganos reproductores femeninos, la vejiga urinaria y el recto ( Figueroa Cristián ; Jozsa Félix ; Patrick H. Le ., 2023) La circunferencia pelviana está formada por el hueso sacro, las vértebras coccígeas, el hueso pélvico y los ligamentos isquiáticos y sacro-púbicos. El hueso pélvico está formado por la unión del íleon, isquion y pubis, este último se une con su homólogo para formar el piso de la pelvis en la sínfisis púbica. La entrada de la pelvis varía en dimensión y forma entre las diferentes especies de granja; así tenemos que en la vaca es elíptica, mientras que en la yegua y la cerda son casi redondas (Pacheco, Joel Ivan, Chacón, Yemíra, Zea, José, Calsin, Bilo, Mamani, Godofredo, & Mamani-Cato, Rubén Herberht., 2024)

2. OBJETIVO GENERAL

Analizar la anatomía, morfología y características de la pelvis ósea en el caballo, la yegua y la vaca, incluyendo parámetros pelvimétricos, identificando sus diferencias sexuales, estructurales y funciones específicas, y su relación con órganos internos y complicaciones obstétricas con el fin de comprender su relevancia en la locomoción, reproducción y práctica clínica veterinaria. 2.1. OBJETIVOS ESPECÍFICOS

  • Describir los huesos que conforman la pelvis y su función estructural en el caballo, la yegua y la vaca.
  • Delimitar anatómicamente la cavidad pelviana en las especies estudiadas.
  • Identificar y comparar los diámetros pelvianos de interés clínico evaluando su importancia en la selección genética y el manejo reproductivo.
  • Contrastar la conformación pélvica entre caballo y yegua, así como entre yegua y vaca.
  • Describir los órganos profundos contenidos en la cavidad pelviana.
  • Analizar cómo la forma pélvica se relaciona con dificultades en el parto. 3. MARCO TEÓRICO La cintura pélvica está formada por el sacro, compuesto por las vértebras sacras fusionadas, dos huesos pélvicos y las tres primeras vértebras coccígeas. Cada hueso pélvico (hueso coxal) está formado por tres huesos planos: el íleon, el pubis y el isquion, que se fusionan en uno. Los tres huesos se unen en el acetábulo, que se articula con la cabeza del fémur para formar la articulación de la cadera (VeterianKey, 2017). Cada hueso ilíaco consta de tres huesos: el isquion, el íleon y el pubis. Juntos, estos huesos forman el hueso coxal o innominado; se articulan en la línea media con el sacro posterior y anteriormente en la interfaz entre ambos huesos púbicos. El borde pélvico es la línea formada

Este hueso forma la parte frontal del suelo pélvico; el pubis derecho e izquierdo se une en la sínfisis pélvica, que se osifica con la edad (VeterianKey, 2017). El pubis es la porción inferior y anterior del hueso ilíaco, compuesta por la rama superior, el cuerpo y la rama inferior. La rama superior contribuye a la formación del acetábulo y está rematada por la línea pectínea superior y la cresta obturatriz inferior. La rama inferior del pubis se fusiona con la rama inferior del isquion. El pubis y el isquion juntos forman el agujero obturador, a través del cual pasan importantes estructuras neurovasculares. El cuerpo del pubis izquierdo y derecho se unen para formar la articulación de la sínfisis púbica en la línea media, cada una cubierta por una capa de cartílago hialino e intercalada por un disco de fibrocartílago. La faceta articular de la cabeza del fémur, el acetábulo, es una concavidad hemisférica revestida de cartílago hialino. Esta estructura se forma gracias a las contribuciones del pubis, el íleon y el isquion ( Figueroa Cristián ; Jozsa Félix ; Patrick H. Le ., 2023). 3.1.3. Isquion Este hueso forma la parte posterior de la pelvis; su extremo engrosado se conoce como tubérculo isquiático y forma la punta de la nalga (VeterianKey, 2017). El isquion es la porción inferoposterior del hueso ilíaco; consta de un cuerpo superior y una rama inferior. En la unión posteromedial, el hueso presenta una proyección llamada espina ciática; la concavidad entre esta espina y la espina ilíaca posteroinferior forma la escotadura ciática mayor. La concavidad entre esta espina y la rama inferior se denomina escotadura ciática menor. La tuberosidad isquiática se encuentra en la superficie posterior e inferior del isquion y se divide en una porción medial, que sirve de inserción para los músculos bíceps, semitendinoso y semimembranoso, y una porción lateral, a la que se inserta el ligamento sacrotuberoso ( Figueroa Cristián ; Jozsa Félix ; Patrick H. Le ., 2023). 3.1.4. Fémur

El fémur es un hueso muy fuerte situado entre la articulación de la cadera y la articulación de la rodilla y está adaptado para la inserción de los músculos del cuarto trasero (VeterianKey, 2017). 3.1.5. Huesos del tarso El corvejón o tarso consta de seis o siete huesos tarsales cortos y planos, dispuestos en tres filas. En la fila superior se encuentran el astrágalo y el calcáneo; en la fila central, el tarso central; y debajo, el primer y segundo tarso, fusionados, y el tercer tarso. El cuarto tarso ocupa tanto la fila media como la inferior (VeterianKey, 2017). 3.1.6. Rótula La rótula es un hueso sesamoideo asociado con la rodilla y es el equivalente a la rótula humana (VeterianKey, 2017). 3.1.7. Punta del corvejón El proceso óseo largo, el tubérculo calcáreo, da origen a la punta del corvejón y guía el tendón de Aquiles del músculo gastrocnemio sobre el corvejón, lo que permite un tremendo apalancamiento (VeterianKey, 2017). 3.1.8. Tibia La tibia es un hueso largo que se extiende hacia abajo y hacia atrás entre la rodilla y el corvejón. El extremo superior sirve de inserción para los músculos que actúan sobre el corvejón y la extremidad inferior. El peroné del caballo es tan pequeño que es prácticamente vestigial (VeterianKey, 2017). 3.1.9. Miembro inferior Por debajo del corvejón la disposición anatómica es la misma que en el miembro anterior (VeterianKey, 2017) 3.1.10. El sacro y el cóccix

Diversas articulaciones y ligamentos importantes mantienen la integridad estructural de la pelvis ósea. La sínfisis púbica y la articulación sacrococcígea se describieron anteriormente. La articulación sacroilíaca está formada por la articulación entre las superficies auriculares del íleon medio y la superficie pélvica del sacro. La articulación está reforzada anteriormente por el ligamento sacroilíaco anterior y posteriormente por el fuerte ligamento sacroilíaco interóseo y los ligamentos sacroilíacos posteriores. Estos ligamentos proporcionan toda la estabilidad a la articulación sacroilíaca. Otros ligamentos importantes en la región incluyen los ligamentos sacrotuberoso, sacroespinoso e iliolumbar. El ligamento sacrotuberoso se fusiona con el ligamento sacroilíaco posterior y se inserta en las espinas posterosuperior e inferior del íleon, los tubérculos transversos del sacro debajo de la articulación sacroilíaca y la parte superior del cóccix. El ligamento sacroespinoso cruza oblicuamente la cara pélvica del ligamento sacrotuberoso, originándose en la parte inferior del sacro y la parte superior del cóccix e insertándose en la espina del isquion. El ligamento iliolumbar tiene su base en la apófisis transversa de la vértebra L5, y desde aquí, una banda superior se inserta en la cresta ilíaca, y una banda inferior se fusiona con el ligamento sacroilíaco anterior. Las funciones de los huesos pélvicos son la locomoción, el parto y el soporte de las vísceras abdominales. La pelvis transmite el peso del esqueleto axial al apendicular inferior. Asimismo, soporta el peso de la parte superior del cuerpo al sentarse. Esta estructura ósea también proporciona puntos de inserción para numerosos músculos abdominales, pélvicos y de las extremidades inferiores, así como para los órganos reproductores externos. Además, la cintura pélvica protege las vísceras pélvicas y abdominopélvicas.

La pelvis ósea es una estructura esquelética compleja que conecta el tronco con los miembros posteriores y forma parte del esqueleto axial. Está compuesta por dos huesos coxales (cada uno formado por el ilion, el isquion y el pubis), el sacro y, en algunas especies, el cóccix. Su función principal es brindar soporte al peso del cuerpo, facilitar la locomoción y proteger órganos internos como los del sistema reproductor, urinario y digestivo (Barone, R. 1996). 3.2. BASES ÓSEAS DE LA PELVIS Bases óseas de la pelvis

  • Límites anatómicos de la cavidad pelviana
  • Diámetros pelvianos (Pelvimetría)
  • Diferencias entre el caballo y la yegua
  • Diferencias entre la yegua y la vaca
  • Relación que existe entre la conformación de la pelvis y la presentación de partos con problemas en ambas especies. La pelvis está compuesta por tres huesos principales: ilion, isquion y pubis. En animales adultos, estos se fusionan formando el hueso coxal. En conjunto con el sacro y la primera vértebra coccígea, conforman el cinturón pélvico. (Ginther, O. J. 1992). Su función primordial es conectar las extremidades posteriores con el tronco y servir como soporte para las vísceras pélvicas. En equinos y bovinos, la pelvis presenta características morfológicas particulares que responden a sus diferencias locomotoras y reproductivas Las características de la pelvis varían significativamente entre especies y sexos, lo que refleja adaptaciones a diferentes funciones fisiológicas y biomecánicas. (Nickel, R., 2005). 3.2.1. CABALLO Y YEGUA

3.3. LÍMITES ANATÓMICOS DE LA CAVIDAD PELVIANA

La cavidad pelviana está delimitada cranealmente por la entrada pélvica, caudalmente por la salida pélvica y lateralmente por las paredes óseas y musculares. La entrada pélvica está formada por el promontorio del sacro, el borde interno del ilion y el arco del pubis. La salida pélvica es más variable, influenciada por los ligamentos sacrotuberosos y las inserciones musculares. Estos límites son cruciales para determinar el espacio disponible para el paso fetal (Janett, F., & Hässig, M. 2006). Límites generales de la cavidad pelviana: Dorsal: Promontorio del sacro, alas del sacro y vértebras caudales. Lateral: Alas del ilion, músculos del piso pélvico (obturador interno y músculos coccígeos). Ventral: Sínfisis púbica, ramas del pubis e isquion. Caudal (salida pélvica): Arco isquiático, tuberosidades isquiáticas y vértebras caudales. Cranial (entrada pélvica): Promontorio del sacro, líneas arcuatas de ambos iliones y borde craneal del pubis. 3.4. DIÁMETROS PELVIANOS (PELVIMETRÍA) La pelvimetría clínica permite evaluar la capacidad de la pelvis para el paso del feto. Entre los parámetros más importantes están el diámetro conjugado, el diámetro transversal y el diámetro vertical. Estas mediciones son fundamentales para predecir distocias, especialmente en razas bovinas seleccionadas para producción cárnica que tienden a tener crías de gran tamaño (Mee, 2008; Noakes et al., 2019). 3.5. DIFERENCIAS ENTRE EL CABALLO Y LA YEGUA

En equinos, la pelvis del macho tiende a ser más estrecha y profunda, mientras que en la hembra es más ancha y con ángulos más abiertos, adaptaciones que facilitan el parto. Estas diferencias también afectan la maniobrabilidad para ciertos procedimientos clínicos (Budras & Sack, 2007). Tipos principales de diámetros pelvianos:

1. Diámetro conjugado (dorsoventral): del promontorio del sacro al borde craneal del pubis. 2. Diámetro transversal (laterolateral): entre los puntos más amplios de las líneas arcuatas. 3. Diámetro vertical: desde el techo de la cavidad pélvica hasta el piso (sínfisis púbica). 4. Salida pélvica: limitada por el arco isquiático y bordes caudales del ilion y sacro. 3.5.1. CABALLO Y YEGUA En el caballo macho, los diámetros pelvianos son más reducidos y el canal tiene forma ovalada, estrecho y largo. Esto lo hace menos favorable para el paso fetal (Dyce et al., 2017). En la yegua, los diámetros transversal y vertical son mayores, y el canal pélvico presenta una forma más redondeada y espaciosa, lo que facilita el parto La inclinación es menos acentuada y el ángulo pélvico es más abierto. (Salazar, I., & Agüera, E. 2000). 3.5.2. DIFERENCIAS ENTRE LA YEGUA Y LA VACA Las vacas presentan pelvis más cortas y con una salida pélvica más restringida que las yeguas, lo cual incrementa el riesgo de distocias. En cambio, las yeguas tienen una cavidad más amplia y alineada, que facilita el paso del feto durante el parto (Pugh & Baird, 2012). La yegua presenta una pelvis especialmente adaptada para facilitar el parto, con un canal pélvico amplio y una orientación más horizontal que permite un paso más directo del feto. En la vaca, la pelvis puede ser adecuada en razas lecheras (como la Holstein), pero las razas cárnicas

En la yegua, la disposición anatómica de los órganos profundos favorece un parto relativamente sencillo, debido al canal pelviano amplio y más rectilíneo. En el caballo, la uretra larga y la estrechez del canal pueden dificultar procedimientos como el sondaje urinario o el paso de cálculos uretrales. La relación entre el recto y los órganos reproductores hace que la palpación rectal sea una herramienta clave para diagnóstico reproductivo en ambas especies (Ginther, O. J. 1992). 3.6. RELACIÓN ENTRE CONFORMACIÓN PÉLVICA Y PROBLEMAS DE PARTO Una pelvis angosta, deformada o inclinada puede predisponer a distocias. En ganado bovino, las razas cárnicas son más susceptibles debido al mayor tamaño de los terneros. En equinos, aunque los partos difíciles son menos comunes, una mala conformación puede generar riesgos considerables (Roberts, 1986; Habermehl, 2008). 3.6.1. Yegua: pelvis adaptada para el parto La yegua presenta una pelvis ancha, con forma más redondeada y con un canal pélvico rectilíneo y espacioso, lo que facilita el paso del feto. El ángulo pélvico es amplio (aproximadamente 45°), el promontorio sacro es poco prominente, y la disposición horizontal de la pelvis permite una trayectoria más directa del feto hacia el exterior (Arthur et al., 2009). Estas características anatómicas explican por qué la yegua es menos propensa a distocias comparada con otras especies domésticas. Sin embargo, aún pueden ocurrir complicaciones, como presentaciones anómalas del potro o rotación inadecuada del útero, sobre todo en razas de talla grande o con potros de gran tamaño (Arthur, G. H., Noakes, D. E., Pearson, H., & Parkinson, T. J. 2019). Cabalo (macho): pelvis menos funcional para parto

Aunque los caballos machos no participan en el parto, es importante señalar que su pelvis es más estrecha, alta y con un canal más profundo y ovalado, con prominencias óseas marcadas Factores asociados a problemas de parto en yeguas Aunque la conformación pélvica de la yegua es generalmente favorable, existen factores que pueden aumentar el riesgo de complicaciones: Razas pesadas o de deporte (como la Frisona o el Warmblood): pueden tener potros grandes y pelvis más verticales. Yeguas primerizas: canal pélvico más rígido o menos distendido. Lesiones previas: fracturas pélvicas o deformaciones óseas pueden estrechar el canal del parto. Conformaciones pélvicas atípicas: pelvis inclinada, asimétrica o con prominencias sacras pueden dificultar la expulsión fetal (Arthur et al., 2019).

4. CONCLUSIONES El estudio anatómico de la pelvis en animales domésticos como el caballo, la yegua y la vaca permite comprender las particularidades morfológicas que influyen directamente en la función locomotora y reproductiva. Las diferencias sexuales y específicas observadas en la configuración pélvica impactan en la maniobrabilidad clínica, la capacidad pelvimétrica y el riesgo de complicaciones obstétricas. Asimismo, la disposición de los órganos profundos dentro de la cavidad pelviana se adapta a estas variaciones estructurales. Una adecuada evaluación anatómica y clínica de la pelvis resulta crucial en la práctica veterinaria, especialmente en contextos reproductivos y quirúrgicos (Liebich, H. G. 2005).

  1. Pérez, W. (2011). Pelvimetría en vaquillonas para evitar distocias. Revista Veterinaria, 22(1), 23–28.
  2. Campero, C. M., & Vázquez, A. (2009). Aspectos clínicos del parto distócico en bovinos. Revista Argentina de Producción Animal, 29(1), 9–14.
  3. Janett, F., & Hässig, M. (2006). Pelvimetry in Swiss cattle breeds and its value in predicting calving difficulties. Schweizer Archiv für Tierheilkunde, 148(6), 301–308.
  4. Hurtado, I. (2020). Comparación anatómica del canal pelviano en equinos y bovinos. Tesis de grado, Universidad Nacional de Colombia.
  5. Fernández, C. (2018). Aplicación clínica de la pelvimetría en la reproducción bovina. Tesis de maestría, Universidad de La Plata.