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Segundo año de enfermería Profesor: Garcías Samuel
Tipo: Apuntes
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Instituto de Educación Superior N° Rivadavia Banda Sur Unidad curricular: Enfermería del Adulto y anciano Profesor: Lic. García Samuel Estudiantes: Catan Mabel Bordón Yanina Ríos Verónica Juárez Salvador Álvarez Luis. TEMAS
La incontinencia fecal describe la filtración involuntaria y recurrente de heces por el ano durante al menos 3 meses. Los factores que influyen en esta alteración incluyen la capacidad del recto para detectar y depositar las heces, la cantidad y consistencia de las heces, la integridad de los esfínteres y la musculatura del ano y la motilidad rectal. La incontinencia fecal puede tener un impacto sustancialmente negativo en la calidad de vida del paciente
La incontinencia fecal tiene muchas causas y factores de riesgo, y puede ser un síntoma de una alteración subyacente. En general, es el resultado de alteraciones que interrumpen o alteran la estructura o la función de la unidad ano rectal. Las causas más frecuentes incluyen debilidad del esfínter anal, por causas tanto traumáticas (procedimientos quirúrgicos que involucran el recto) como no traumáticas (esclerodermia), neuropatías
periféricas (pudendas) y generalizadas (diabetes), alteraciones del suelo pélvico (prolapso rectal), inflamación (proctitis por radiación, EII), alteraciones del sistema nervioso central (demencia, ictus, lesión de la médula espinal, esclerosis múltiple), diarrea, fecalomas con rebosamiento y alteraciones del comportamiento. Cada vez con menor frecuencia es una consecuencia a largo plazo de las lesiones por un parto vaginal, muy probablemente debido a los mejores métodos de parto. Es más frecuente con el envejecimiento (por la debilidad o la pérdida del tono muscular anal o rectal).
Los pacientes pueden tener pérdidas leves de heces, urgencia y falta de control ocasionales, o incontinencia completa. También pueden experimentar un control deficiente de las flatulencias, diarrea o estreñimiento. La incontinencia pasiva ocurre sin advertencia, mientras que los pacientes con incontinencia de urgencia tienen la sensación de ganas de defecar, pero no pueden llegar al inodoro a tiempo
Valorar los antecedentes del paciente es útil para identificar la etiología más probable. Los estudios de diagnóstico son necesarios porque el tratamiento de la incontinencia fecal depende de la causa. Se realiza un tacto rectal y un examen endoscópico, como una sigmoidoscopia flexible, para descartar tumores, inflamación, fisuras o fecalomas. La manometría anorrectal, endoecografía anal, resonancia magnética de la pelvis y estudios del tránsito pueden ser útiles para identificar alteraciones en la mucosa intestinal y el tono muscular o para detectar otros problemas estructurales o funcionales.
El tratamiento médico de la incontinencia fecal está dirigido a corregir la causa subyacente. Si se asocia con diarrea, la incontinencia se puede resolver cuando ésta se trata con éxito. La incontinencia fecal secundaria a un fecaloma se resuelve una vez que éste se elimina y se limpia el recto. Si se relaciona con el empleo de fármacos (p. ej., laxantes, antiácidos que contienen magnesio), puede mejorar o cesar cuando se modifica el régimen del fármaco. Cuando se asocia con otras alteraciones, se deben iniciar los tratamientos dirigidos a corregir la alteración subyacente. Algunos pacientes se benefician agregando Psyllium como un complemento de fibra. Además, la administración de loperamida 30 min antes de las comidas puede ser una intervención eficaz en algunos pacientes. La terapia de biorretroalimentación con entrenamiento de los músculos del
higos, ciruelas y ciruelas pasas). Algunos pacientes con incontinencia fecal pueden beneficiarse del uso de antidiarreicos. Se puede utilizar loperamida y difenoxilato más atropina; la primera es el fármaco preferido porque no tiene efectos adversos sobre el sistema nervioso central. La incontinencia fecal puede alterar la integridad de la piel perineal. Mantener la integridad de la piel es una prioridad, sobre todo en los pacientes debilitados y en los adultos mayores. Los calzoncillos para la incontinencia o los pañales para adultos, aunque son útiles para contener la materia fecal, hacen que las heces tengan un mayor contacto con la piel y pueden causar excoriación. En general, los calzoncillos para incontinencia deben usarse sólo por períodos breves. El personal de enfermería debe alentar y capacitar en cuanto a la higiene minuciosa de la piel y utilizar limpiadores y productos de protección cutánea para proteger el área perineal. Algunos pacientes pueden beneficiarse del uso ocasional de tapones anales de espuma. Sin embargo, muchas personas los consideran inaceptable. La continencia a veces no se puede alcanzar, y el personal debe ayudar al paciente y su familia a aceptar y afrontar esta situación crónica. Los pacientes con demencia pueden beneficiarse de la asistencia para ir al baño, incluida la micción programada o entrenamiento del hábito, que es el ajuste de un horario regular para ir al baño (p. ej., evacuar después del desayuno). El paciente puede utilizar sistemas para la incontinencia fecal que incluyen dispositivos de recolección externos y sistemas de drenaje internos. Los dispositivos externos son bolsas rectales especiales (llamadas colectores de incontinencia fecal) que se pueden vaciar. Están fijados a una barrera de piel adhesiva sintética especialmente diseñada para ajustarse a las nalgas. Están diseñados para pacientes con enfermedades crónicas debilitantes (p. ej., en centros de atención a largo plazo) o enfermedades agudas. Los sistemas de control fecal (p. ej., el Flexi-Seal Fecal Management System ) pueden usarse para eliminar el contacto de las heces con la piel y son especialmente útiles cuando hay excoriaciones extensas o alteraciones de la piel. Estos sistemas, que consisten en un tubo con un balón de baja presión que se ajusta al área rectal interna, se pueden usar para el control a corto plazo de heces líquidas (no más de 4 semanas consecutivas)