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Tipo: Guías, Proyectos, Investigaciones
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Corrientes, como ciudad emprendedora, ha comenzado un gran desafío adelantándose a los cambios y creando escenarios proyectivos que, sobre la base de la actualización y consolidación de información estadística, documental y cartográfica, le ha permitido construir una carta de navegación hacia el futuro, que le permita tomar decisiones acertadas, corrigiendo vacíos y dificultades, a su vez, atendiendo las nuevas demandas en su territorio frente a la planificación, con un enfoque estratégico y holístico, que incorpora la incidencia de desastres naturales, el desafío del cambio climático, la seguridad alimentaria, y la necesidad de una nueva mirada de la ruralidad, de la perspectiva regional y el área metropolitana.
La Ciudad de Corrientes, ha contado con algunos planes reguladores y directores entre 1950 y 1980, que daban cuenta de las problemáticas contextuales y las ideas urbanísticas de la época; y que fueron determinantes para ciertas definiciones como la localización de grandes equipamientos, o la dirección para el crecimiento urbano de la Ciudad.
En 1982 se sanciona el Código de Planeamiento Urbano; y desde entonces ha sido la única herramienta de planificación urbana del municipio; establece la norma de zonificación de las actividades en todo el ejido municipal (área urbana, áreas de expansión urbana, área rural, zonas de protección ambiental, zonas de interés de paisaje); regula el uso del suelo, estableciendo fraccionamientos mínimos, densidad de las edificaciones y actividades permitidas.
Ya desde 1970, el contexto socioeconómico, relacionado a los procesos globales de creciente internacionalización de la economía y la post industrialización, generaron consecuencias específicas observables en las realidades urbanas, y especialmente en las ciudades Latinoamericanas. Las transformaciones acaecidas y las problemáticas existentes, en el marco de estos procesos, han evidenciado que las normas reguladoras de los Códigos de planeamiento urbano tradicionales, como única herramienta de intervención en el desarrollo urbano-territorial de las ciudades, han sido insuficientes para dar respuesta a la complejidad inherente a estos territorios, (entre ellas, un acelerado crecimiento urbano, importantes concentraciones de pobreza y de población que no accede a los servicios básicos; aumento de las desigualdades, de la exclusión, de la segregación residencial).
La actual gestión de gobierno Municipal entiende que estas problemáticas actuales ameritan buscar nuevas formas de intervención sobre el territorio, que sirvan para estructurar un nuevo modelo territorial más equilibrado, siendo necesario instaurar una perspectiva estratégica, y estructural que supere la concepción estática del plan como “consecución de un equilibrio intemporal” a través del “zoning” de los Códigos de Planeamiento Urbano tradicionales.
Para ello resulta necesario replantear los métodos y prácticas del urbanismo, y superar la visión meramente paliativa, para posicionarse de manera activa a través de la implementación de planes-programas de transformación urbana, abordando de manera integral las políticas urbanísticas, ambientales, sociales y económicas, con anclaje en un sistema de gestión que garantice la concreción de los resultados.
Como antecedente de esta visión, la Secretaría de Desarrollo Urbano ha venido trabajando en la incorporación de nuevos instrumentos de planificación, gestión y financiamiento urbano a la normativa municipal; entre ellos las figuras de planes especiales y de sector, los convenios urbanísticos, la creación del Fondo de Desarrollo Urbano, la contribución por derechos de edificabilidad y el concepto de reparto de cargas y beneficios del desarrollo urbano.
A su vez se sancionó la Ordenanza del Plan Base para la Ciudad de Corrientes, un instrumento síntesis diagnóstico y propositivo, que constituye el primer paso para la elaboración del Plan de Ordenamiento Territorial de la Ciudad.
En este marco, será posible definir criterios jerárquicos que orienten la solución de los asuntos estratégicos que en los años recientes han venido profundizándose para la ciudad de Corrientes, y hoy constituyen un pilar de la acción institucional: la articulación de la estructura urbana municipal y regional, el mejoramiento de la accesibilidad, la movilidad y el transporte y de la dotación de servicios urbanos y públicos, equipamientos e institucionales, espacio público y vivienda en función de disminuir la segregación socio-espacial, el creciente deterioro ambiental, en la ocupación del territorio no planificada y que redunde en el crecimiento del desarrollo económico y una mejor calidad de vida para la población correntina.
Mapa 1 I Localización de la Provincia y la Ciudad de Corrientes
Fuente: elaboración Consultoría POT con base en SIG Planificación Territorial, Presidencia de la Nación
En la actualidad, la planificación ordenada y la regulación y direccionamiento del uso del suelo y del mercado inmobiliario proveen en las ciudades espacios para la localización de nuevos hogares y empresas, denotando mayores esfuerzos institucionales en la cobertura y calidad de los servicios que presta. Las ciudades se modernizan sobre la base de su desarrollo económico, tercerización económica e industrialización, todo ello exige nuevos cambios tecnológicos y aumento en la producción de bienes y servicios para la población. Estos procesos liberan mano de obra del sector rural y la atraen a las urbes. La ciudad es responsable, entonces, de incrementar su respuesta funcional e innovar en soluciones frente al cambio. Esta dinámica de desarrollo a su vez significa retos en movilidad, niveles de contaminación, precios de la vivienda y el suelo, generación de asentamientos informales^1 , escasez de servicios públicos, riesgos en la seguridad ciudadana, desequilibrio, desconcentración de actividades, entre otras anomalías con grandes consecuencias y efectos en la calidad de vida de su población. Hoy en día el 56%^2 de la población alrededor de la tierra vive en ciudades y esa cifra se incrementa en dos (2) puntos porcentuales cada año según ONU-Hábitat y se espera que se duplique para el año 2050. En lo que abarca la población urbana Argentina de 27,8 millones de personas, sobre una población total de 40 millones de personas^3 , según la medición del INDEC (que tiene en cuenta el nivel de vida en los 31 centros urbanos más poblados del país), aproximadamente el 32% de su población urbana está en condición de pobreza, es decir, más de 8 millones de argentinos. En el caso de la ciudad de Corrientes, según datos del INDEC, en la capital correntina la pobreza afecta al 41,2% de las personas y al 32,8% de hogares^4. Lo anterior corresponde a una urgencia manifiesta que obliga a la Administración Municipal a actual con diligencia ante las sinergias territoriales y evolución urbana que requieren inmediata atención. En este marco, la trascendencia de este documento radica en su condición de soporte documental, de compilación estadística y análisis técnico que garantiza su utilidad en el corto, mediano y largo plazo en lo referente a la intervención del territorio correntino en su integralidad.
Desde el ordenamiento territorial y la planificación estratégica, la municipalidad de Corrientes ha decidido vincularse a los ODS, haciendo énfasis en los siguientes:
(^1) El Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat) estima que entre 1995 y 2014 la población mundial que vive en estas condiciones creció en más de 200 millones de personas hasta llegar a 880 millones de personas. 2 3 Banco Mundial, Datos. 4 Deutsche Welle. Argentina La Pobreza Urbana se eleva al 32%. INDEC. Incidencia de la Pobreza y la Indigencia en 31 Aglomerados Urbanos. 1Q, 2020.
En este marco, la administración pública y los gobiernos locales tienen como principios la defensa de los derechos y la vigilancia de los deberes de los ciudadanos y, en el marco de la planificación estratégica, adopta medidas para ordenar el territorio urbanísticamente y asegurar un resultado equilibrado favoreciendo procesos sostenibles y equitativos de ocupación y transformación del suelo. Se trata de normas de carácter general y universal que aplican también a los procesos de ordenamiento territorial, tal como señala la Carta Europea de Ordenación del Territorio de 1983, la cual persigue cuatro objetivos^5.
(^5) Principios de Ordenación del Territorio. Carta Europea de Ordenación.
específicas (barrio Yapeyú, conjunto Procrear Santa Catalina, Red Vecinal Norte, Pro Comisiones Vecinales), para gestionar soluciones a problemáticas específicas de sus respectivos barrios.
En relación con los procesos de decisión para el ordenamiento urbano, se complementan las anteriores acciones con las siguientes:
Está integrada por distintas áreas Municipales con injerencia territorial, presidida por la Secretaría de Desarrollo Urbano; y por las siguientes instituciones: Consejo Profesional de Ingeniería, Arquitectura y Agrimensura; Cámara Inmobiliaria; Universidad Nacional del Nordeste; e Instituto de Viviendas de la Provincia.
Mapa 4 I Delegaciones Municipales Ciudad de Corrientes
Fuente: elaboración SSPU-SDU- Municipalidad de Corrientes, con base en GIS MCC 2021
De conformidad con el análisis realizado, se puede identificar cuatro grandes problemáticas a trabajar desde el modelo de ocupación y la organización del territorio:
El crecimiento urbano histórico tendencial se ha dado de manera extensiva y dispersa con bajas densidades poblacionales, sin correlación con el desarrollo de las infraestructuras y servicios. El motor más significativo de este tipo de crecimiento, han sido las políticas públicas en materia de vivienda, conformando islas urbanizadas, en cuyas áreas intersticiales se han ido localizando asentamientos espontáneos - generalmente en áreas de vulnerabilidad ambiental-.
Este modo de crecimiento, presenta poca eficiencia en la provisión de servicios, y “la urbanización se produce a un ritmo más acelerado que la consolidación de la ciudad”; esto genera que la mayor superficie del área urbana (50%) se encuentre aún en proceso de consolidación; traduciéndose en un gran porcentaje de población que no accede a servicios completos.
l AUC (Área Urbana Consolidada) de la Ciudad, que cuenta con todas las infraestructuras, se circunscribe al área comprendida dentro del primer anillo de circunvalación, zonas aledañas, y a núcleos dispersos de conjuntos habitacionales ejecutados por el Estado; el AUAC (Área Urbana a Consolidar) representa la mayor superficie del área urbana, y se corresponde con el modo de urbanización extensivo predominante en la ciudad, que dio como resultado, grandes áreas de baja calidad urbano-ambiental, con déficit de infraestructuras, dificultad de acceso a servicios y equipamientos urbanos.
El crecimiento extensivo como modo prevalente, ocasiona el avance sobre zonas de valor ambiental y sobre el suelo productivo, generando tensión en el borde urbano-rural.
A su vez el crecimiento disperso, va dejando un gran porcentaje de vacancia urbana, tanto parcelas baldías de dimensiones urbanas, como grandes áreas vacantes con potencialidades para el desarrollo.
Mapa 26 I Síntesis Modelo Territorial Actual
Fuente: elaboración SSPU-SDU- Municipalidad de Corrientes, con base en información relevada 2021
La extensión de la mancha urbana se da de manera predominante hacia el Este y Noreste, avanzando sobre el suelo destinado principalmente a las actividades productivas, y sobre zonas de vulnerabilidad y valor ambiental (tales como reguladores hídricos, sustentos de biodiversidad, reguladores climáticos, etc.)
En los últimos años como resultado de la dificultad para acceder al suelo urbano, la tendencia de localización de viviendas nuevas individuales ha sido fuera de la ciudad; la fuerte demanda de suelo para uso residencial ha sido promotora de subdivisiones fuera del área urbana, presionando la frontera rural, poniendo en constante tensión las actividades productivas y los sistemas naturales.
Así, el crecimiento de la Ciudad, por un lado tiende a desatender las condiciones que impone el sistema ambiental ocasionando problemas que afectan las condiciones de vida de sus habitantes; por otro la expansión de la urbanización sobre los bordes de la ciudad y la presión inmobiliaria descontrolada entran en conflicto con las actividades productivas del borde periurbano, modificando la frontera agropecuaria.
La ocupación del suelo rural en forma no regulada disminuye el suelo productivo, generando tensión en el borde urbano-rural y aumentando la presión del borde periurbano para usos residenciales. Lo cual recrudece con la segregación y auto segregación social de clases medias-altas creadas a partir de la proliferación de los clubes de campo, tanto en zonas permitidas como en zonas no permitidas del área rural.
A nivel urbano la red vial existente presenta importantes truncamientos, generando grandes dificultades en la movilidad a escala urbana, y problemas de conectividad de numerosos barrios de la Ciudad, con la consecuente dificultad en la accesibilidad a los servicios y equipamientos.
La red vial presenta especialmente una baja conectividad norte-sur; falta de diferenciación de tránsito pasante, interurbano y urbano (la localización del puente y de la Estación Terminal de Ómnibus contribuyen con este factor), y falta de organización de las distintas modalidades de movilidad, con una marcada hegemonía del automóvil particular frente a otros modos de movilidad.
En el proceso de estructuración de la Ciudad, algunas vías de tránsito rápido se constituyeron en barreras urbanas, generando la fragmentación de la trama tanto en lo físico-espacial como en lo económico y social. La avenida 3 de Abril, anteriormente traza original del FFCC, con la construcción del puente Gral. Belgrano, consolidó su carácter de ruta nacional, seccionando la ciudad en Norte y Sur, disuadiendo el desarrollo hacia el Sur de la Ciudad, y determinando hacia el norte el área central prevalente para la localización de diversas actividades urbanas.
La dispersión territorial, frente a la concentración del empleo, promueve grandes desplazamientos que, al no ser satisfechos por el transporte público masivo, se solucionan mediante vehículos motorizados particulares. Las calles se saturan, aumentan la frustración, el estrés, las demoras, la violencia verbal, los gastos y la polución.
Los vehículos no motorizados y las motos se arriesgan entre autos, camiones y colectivos; la ciudadanía en general no acata las normas de tránsito ni respeta a los modos de movilidad más vulnerables. El desaliento a los medios de movilidad alternativos es creciente.
La calidad ambiental retrocede, la búsqueda de estacionamiento tienta a los garajes comerciales, que ejercen de atractores de más vehículos. Los camiones descargan de manera anárquica, entorpeciendo el tránsito y expulsando peatones.
Las avenidas canalizan el transito pasante y el de distribución local cuando las calles no están consolidadas. Se circula sin diferenciación de carriles por modalidad, y abundan movimientos espontáneos de riesgo, con un alto índice de fatalidad. Las avenidas atraviesan el territorio dividiéndolo, dejando en medio, espacios degradados y peligrosos. Las dimensiones viales no soportan la carga vehicular.
El centro histórico de la Ciudad tradicionalmente ha concentrado el gasto público y la inversión privada. En el área central se localizan las viviendas en altura, los equipamientos administrativos, oficinas públicas, bancos, equipamientos educativos públicos y privados, equipamientos de salud de gestión privada, las actividades comerciales y de servicios; todas estas actividades y equipamientos tienen un patrón de localización casi exclusiva en el área central, y sobre algunas avenidas que los distribuyen en cierta medida.
La fuerte concentración de actividades y servicios en el área central, ha generado desequilibrio en la distribución de los recursos urbanos conllevando problemas de movilidad, accesibilidad y acceso a los mismos por parte de la ciudadanía.
Como resultado de la relación entre el modo de crecimiento señalado y la estructuración urbana, los servicios se encuentran fuertemente concentrados, y la localización residencial se encuentra dispersa y extendida en relación a ellos (especialmente de población de estratos económicos bajos y medios). La forma urbana pone de manifiesto la
Mapa 28 I Temas críticos- Áreas subutilizadas con potencialidades p/ el desarrollo.
Fuente: elaboración SSPU-SDU- Municipalidad de Corrientes, con base en información relevada 2021
Con el propósito de redireccionar las dinámicas identificadas se recomiendan para la consolidación del modelo de ordenamiento territorial las siguientes acciones, algunas de ellas a desarrollarse en el presente estudio y otras requeridas como estudios específicos y complementarios a concretarse a partir de la actualización del Código de Planeamiento Urbano:
a. INCENTIVAR LA OCUPACIÓN Y DENSIFICACIÓN DEL SUELO, Y EL DESARROLLO DE NUEVAS CENTRALIDADES PARA EQUILIBRAR EL APROVECHAMIENTO URBANÍSTICO. Se propone la definición de zonas en donde promover la ocupación y densificación, en especial, el suelo vacante dentro del área urbana. Algunos de los suelos vacantes están zonificados como reserva urbana o de reserva para plan especial, otros como zonas de recuperación porque son inundables -se deberá evaluar si se hace la obra pluvial correspondiente y se ocupa, o se trata como reservorio de agua y tratamiento para espacio público-; otros sectores, en cambio, tienen zonificación de distrito adoptada, pero no se encuentran urbanizados.
Es así, que se deberá analizar y delimitar las áreas a ocupar y densificar; con énfasis en el suelo clasificado como área urbana consolidada en pos de maximizar la utilidad de la infraestructura instalada. Algunas de las inicialmente señaladas si bien están vacantes, su normativa actual establece una baja densidad, lo cual debe ajustarse para su ocupación y densificación (Ex Aeroclub, Zona Fuelle, Zona R3 del Hipódromo), además de articularse a los instrumentos de gestión y financiación del Código de Planeamiento Urbano.
Para incentivar la desconcentración de las actividades económicas, la mixtura de usos y la conformación de nodos de centralidad y centros de empleo, es preciso actualizar la regulación urbanística acorde con las necesidades de funcionamiento y crecimiento de los sectores productivos -industria, comercio y servicios-, y desarrollar áreas e infraestructuras propicias para la relocalización, instalación y/o clusterización de empresas y ramas económicas específicas; tales como: parques industriales, distritos tecnológicos, centros comerciales a cielo abierto, infraestructuras logísticas, infraestructuras turísticas, entre otras.
Adicionalmente, es necesario evaluar las áreas de crecimiento extensivo principal, mediante la realización de simulaciones que permitan la definición de una densidad adecuada por área -como referencia de los potenciales desarrollos-, priorizando las vinculadas a los anillos viales y a las nuevas centralidades. Estas consideraciones, y de igual manera, la implementación de los instrumentos de gestión y financiación, deben reflejarse en los planes especiales de ordenamiento urbano que regulen los suelos de expansión: Santa Catalina; zona lindante al norte con Barrio Dr. Montaña; otras áreas para el crecimiento extensivo a corto plazo -Camba Punta (proyecto INVICO)-.
b. CONTROL Y REORGANIZACIÓN DE LA EXPANSIÓN URBANA Y EL USO Y APROVECHAMIENTO DEL SUELO RURAL. MEDIANTE una estrategia de crecimiento urbano y ordenamiento del suelo que dirija el crecimiento de la Ciudad, optimizando la capacidad de soporte de la infraestructura existente y promoviendo la mixtura urbana y la transición urbana rural sostenible.
Para ello, se debe identificar y mapear el suelo rural productivo -especialmente, aquel con mejores características para las actividades agropecuarias-, y también el que se localice en las zonas de reserva urbana -para uso rural transitorio-. Igualmente, se deberán mapear las áreas de valor o vulnerabilidad ambiental -sistemas lagunares, bosques nativos, biodiversidad (dentro y fuera del área urbana)-.
Se requieren decisiones y acciones en el modelo de ocupación que permitan construir las bases para un medio rural sostenible, teniendo como meta el aumento de la producción alimentaria, la protección ecológica y apoyar la sostenibilidad del medio ambiente global. Ello implica impulsar la intervención pública y privada con criterios medioambientales como la economía verde, la economía circular, la agricultura ecológica, la reducción de las emisiones de carbono, las tecnologías limpias, entre otras.
Se debe regular la ocupación y uso del medio rural con urbanizaciones y viviendas con criterios de sustentabilidad, minimizando la conurbación y fortaleciendo la integración urbano-rural del patrimonio natural y la biodiversidad del territorio. Esto incluye el cuidado del suelo con producción agropecuaria (incluida horticultura) e industria vinculada al sector; y del suelo con potencialidad para la producción agropecuaria (agricultura, horticultura o ganadería).
c. MEJORAMIENTO DE LAS CONDICIONES DE HABITABILIDAD. Con la definición de una estructura territorial eficiente, soportada en un sistema de centralidades, y las redes de infraestructura, movilidad, espacio público y equipamientos, se propende por disminuir los niveles actuales de fragmentación urbana, segregación socio-espacial y precariedad habitacional.
En conjunto con el fortalecimiento de la estructura urbana, se requiere transformar áreas estratégicas de la Ciudad -borde costero, entorno arroyos, entre otros-, a través de instrumentos como los planes de reconversión o renovación. De igual forma, se necesita reconvertir áreas degradadas, las cuales pueden coincidir con las zonas a consolidar y densificar, así como otras áreas de calificación - inmediaciones a la autovía, la universidad-.
Uno de las acciones que aporta a este propósito es la preservación y cualificación del casco histórico, con la mejora de las condiciones ambientales y de espacio público, y la refuncionalización de edificaciones para vivienda o para la incorporación usos referentes al turismo y la cultura. En relación a las áreas predominantemente residenciales, se podrán complementar con espacios públicos y equipamientos de escala barrial, sumado a centros comerciales a cielo abierto o ejes viales de usos mixtos.
Por último, se deberá incluir aspectos referentes al hábitat y el acceso al suelo urbano, en especial, la gestión y manejo de asentamientos espontáneos, identificando los que tienen proyecto o están en algún proceso de reordenamiento urbano por parte de organismos oficiales. Asimismo, establecer las áreas habitacionales de intervención prioritaria, para su reordenamiento, mejoramiento y/o regularización dominial - según sea el caso-. Prestando excepcional atención a las que sean objeto de relocalizaciones por riesgo ambiental -hídrico, eléctrico, residuos sólidos, otro-, o donde se prevean proyectos de interés general - algún equipamiento, uso u obra de infraestructura necesaria-.
El componente general incluye la apuesta territorial de largo plazo y elementos estructurales que ayudan a complementar la estrategia respecto de cómo se ocupará el territorio, pensando en el aprovechamiento de sus ventajas comparativas y competitivas. Estas decisiones determinan las acciones territoriales estratégicas necesarias para conseguir el mejoramiento económico y social del Municipio y sus ciudadanos. En este marco, se propone una clasificación de suelo que permite una ocupación controlada, cuyo objetivo es manejar el suelo y sus recursos naturales. Con base en estos elementos, el Municipio a través del Código de Planeamiento Urbano puede determinar la estructura urbano-rural e intraurbana que busca alcanzar a largo plazo, las áreas de reserva y protección ambiental, las zonas de desarrollo urbano restringido y de alto riesgo para la localización de asentamientos humanos, y las grandes zonas de actividades y las formas de intervención del territorio, que se concretan en el componente urbano.
Según ONU-Hábitat,“Una ciudad compacta es más productiva e innovadora y el uso de sus recursos y sus emisiones son más bajas. Los urbanistas han reconocido la necesidad de moverse hacia ciudades orientadas a una mayor concentración, uso mixto del suelo, que sean incluyentes, peatonales, con transporte público y uso de bicicletas”^6. Dicho postulado se concreta, debido al crecimiento poblacional, con la política de densificación y compactación, la cual está acompañada de procesos crecimiento y ocupación del suelo de expansión de manera estructurada y controlada, en este marco, el PET 2017 se planteó una propuesta que incluye la generación de nuevos espacios verdes, el mejoramiento de barrios populares, complemento de trama urbana, mejoramiento del déficit de transporte y servicios domiciliarios públicos, así como la resignificación de las áreas centrales y nuevas centralidades^7. Posteriormente, el Plan Base recoge diversas iniciativas desarrolladas desde la perspectiva de cada una de las entidades del gobierno urbano y se propuso la definición del modo de crecimiento de la Ciudad, optimizando la utilización del suelo en función de su capacidad soporte respecto a infraestructuras, servicios, equipamientos, y accesibilidad; a partir de allí, se realizó la priorización de una serie de proyectos basados en seis ejes básicos: escala micro regional, crecimiento urbano y crecimiento de suelo, estructuración urbana (conectividad y movilidad), cualificación urbana, hábitat y acceso al suelo, y, finalmente, protección del medio ambiente y los sistemas productivos. Con base en dichos ejes se formuló un mapa general de identificación y espacialización de proyectos priorizados para los siguientes años^8.
(^6) Demandas urgentes en la planificación urbana, ONU-Hábitat. (^7) Plan Estratégico Territorial (PET), Ciudad de Corrientes, 2017. Pág. 77. (^8) Los proyectos incluidos en el Plan Base se incorporan al presente Plan de Ordenamiento Territorial en el apartado de las cuatro líneas estratégicas y su desarrollo mediante los programas y proyectos correspondientes.
Mapa 29 I Modelo Deseado Plan Estratégico Territorial Ciudad de Corrientes, 2 017
Fuente: Plan Estratégico Territorial (PET), Ciudad de Corrientes, 2017. Pág. 77.
Mapa 30 I Plan Base de la Ciudad de Corrientes, 2019
Fuente: Plan Base de la Ciudad de Corrientes, 2019.
Desde el punto de vista del ordenamiento para la Ciudad de Corrientes se plantean tres principios fundamentales a tener en cuenta en cada una de las decisiones territoriales, a saber:
A partir de los principios del modelo mencionados en el aparte anterior, se desarrollan las cuatro líneas estratégicas, mencionadas en la Parte 1 del POT (Principios y Fundamentos), las cuales corresponden a agrupaciones de objetivos que permitirán guiar las acciones territoriales en el marco de una planeación estratégica, la cual implica determinar prioridades y recursos para poner en práctica las decisiones de gobierno, cumplir con sus tareas, consolidar las acciones y fortalezas internas para el logro de dichos objetivos, aprovechar oportunidades externas y evitar o reducir las amenazas del entorno respecto de su éxito. Las líneas estratégicas funcionan como una guía sobre la cual se construyen todas las acciones del plan, de tal modo que funcione como un engranaje conducente a resultados concretos.
Las líneas estratégicas establecen pasos, temas detallados y metas para cada uno de los objetivos que agrupan, pueden proponer iniciativas asociadas a cada una de estas, programas y proyectos, con los indicadores correspondientes que medirán su funcionamiento y cumplimiento en el corto, mediano y largo plazo. Las líneas estratégicas sirven además para tener mucha más claridad sobre las relaciones causa-efecto de todos los objetivos e iniciativas, contribuyendo a una mejor gestión de los recursos.
Las líneas estratégicas se construyen de manera conjunta con las oficinas y entidades responsables dentro de la administración del gobierno urbano. El propósito de cada una de ellas es definir las acciones a emprender a partir del diagnóstico de la situación problemática actual, reconociendo fortalezas, debilidades, amenazas, y oportunidades, en especial, referentes a:
1.1. Funciones referentes a aspectos físico-territoriales (construcción de infraestructura, mantenimiento de infraestructura, administración de bienes o inmuebles públicos).
1.2. Presupuesto asignado a aspectos físico-territoriales
1.3. Identificación de las instancias del orden nacional, provincial, y municipal que por sus funciones inciden en los procesos de coordinación, implementación y seguimiento de las acciones de la Municipalidad.
1.4. Análisis de los instrumentos de planeación vigentes (planes, proyectos, otras políticas, etc.), que están directamente relacionados con la temática, destacando subsidiariedades y articulaciones entre estos instrumentos.
2.1. Infraestructura existente
2.2. Cobertura del servicio
2.3. Escala del servicio
2.4. Población atendida
3.1. Localización en el territorio (mapa o direcciones)
3.2. Calidad del servicio
3.3. Cuáles son las demandas de la ciudadanía asociadas al diagnóstico de la situación a intervenir por parte de la entidad pública y cuál es el rol que debe asumir el Estado.
Estos aspectos se revisan uno a uno las estructuras y sistemas que componen el territorio, con el propósito de realizar la propuesta territorial específica a través de los programas y proyectos que compila y crea el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial, como una carta de navegación y “fórmula” a seguir para la concreción de los objetivos