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Documento con diversos tipos de metodologias de enseñanza
Tipo: Resúmenes
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¡No te pierdas las partes importantes!
Unidad 1 1.1 Definición de las metodologías activas Desde el siglo XVII existe una notable tendencia a modificar la educación, específicamente en lo que respecta a nuevos métodos de enseñanza; es así como, a finales del siglo XIX inicia un movimiento de renovación educativa conocido como Escuela Nueva, la cual optaba por el desarrollo de prácticas en el aula que fomentan la crítica, la lúdica, la integración y la reflexión, rompiendo así con el estilo de enseñanza tradicional (GIMA, 2008; citado en Suniaga, 2019). La Escuela Nueva o también conocida como Escuela Activa es un movimiento pedagógico que surge a partir de una crítica a la escuela tradicional y que busca romper con el aprendizaje memorístico y la catedra, la cual pone al centro del proceso de aprendizaje al docente, manteniendo que “el profesor enseña y el alumno aprende sin tomar en cuenta sus necesidades e intereses, ya que se lo concibe como carente de conocimiento y opinión, cuya mente debe ser llenada de conocimientos” (Gálvez, 2013, p. 7 ), esta perspectiva fue planteada desde filósofos como Aristóteles y John Locke, quienes defendían que la mente de un bebé era un lienzo en blanco que debía llenarse con información. El movimiento de la Escuela Nueva o Activa empezó a cuestionar la enseñanza y dejar de lado la idea de que la mente del alumno debía llenarse de información por parte de un agente externo. Por este movimiento pedagógico varios filósofos, pedagogos, psicólogos, entre otros especialistas; comenzaron a plantearse nuevas formas de enseñar, desde investigaciones que partían de nuevas concepciones del aprendizaje, lo cual impactó en el desarrollo de metodologías para la enseñanza. Para comprender los fundamentos pedagógicos de las metodologías activas, a continuación, te presentamos algunos de los autores más representativos, de acuerdo con Gálvez (2013), quienes son las bases conceptuales de estas metodologías. ¿Qué son las metodologías activas? Las metodologías activas se pueden señalar como un “conjunto de métodos didácticos que fomentan la participación y actividad de los estudiantes, donde éstos participan en la organización y en el desarrollo de su propio proceso de aprendizaje” (Jiménez-Hernández et al., 2020, p. 77). Por otro lado, Navarro y Samón (2017; citado en Moncayo y Prieto, 2022) definen que las metodologías de aprendizaje son consideradas una secuencia de acciones , actividades y operaciones , establecidas como la estructura interna donde el estudiante aprende, procesa e integra la información recibida por parte del docente, donde se pueden seleccionar métodos a fin de adicionar, retener y fijar el contenido que se emplea para transmitir los conocimientos, permitiéndoles formar su conducta. En otras palabras, podemos decir, que las metodologías activas son fundamentales para estructurar el contenido educativo ,
orientar a los docentes en la planificación de sus clases y guiar a los estudiantes en su proceso de adquisición de conocimientos, habilidades e incluso actitudes, lo cual permite transcender a niveles superiores de aprendizaje.. Tomando en consideración una definición más, Llanga y López (2019) determinan que las metodologías de aprendizaje son el conjunto de decisiones sobre procedimientos que emplean los docentes de una forma coherente, los cuales se fundamentan en la capacidad que tienen los estudiantes para el desarrollo mental, el mismo que se caracteriza por el almacenamiento de la información que les ayuda a fomentar las habilidades y destrezas que les permiten la obtención de valores, conocimientos, actitudes y procedimientos. Es importante mencionar que las metodologías activas son deseables y valoradas porque permiten fomentar el desarrollo integral en las y los estudiantes, los vinculan con problemáticas o interés de su comunidad, dejando de lado un aprendizaje obsoleto y llevando a los estudiantes a aplicar los conocimientos adquiridos en su vida y su entorno inmediato. Pues es una enseñanza centrada en el estudiante que conciben el aprendizaje como un proceso constructivo y no receptivo, que necesita una visión educativa desde la complejidad que incorpore la epistemología, la filosofía, la sociología, la pedagogía y la didáctica para la construcción de respuestas educativas acordes con un escenario mundial complejo e incierto. El objetivo de las metodologías activas radica en aprender de manera activa para lograr aprendizajes duraderos, donde se busca que el alumno aprenda el concepto y a su vez lo aplique y generalice a otros ámbitos, retroalimentándose de esas nuevas experiencias. Finalmente, es importante reconocer que las metodologías activas no responden a un método rígido o a una sola propuesta pedagógica, lo cual revisamos al inicio de este subtema, surge del diálogo de diferentes corrientes pedagógicas, que apuntan a la construcción propia del conocimiento, de manera autónoma, considerando los ritmos e intereses de las y los estudiantes, lo que lleva a reconfigurar la relación estudiante-docente. 1.2 Características y beneficios de las metodologías activas Probablemente en tu práctica docente has utilizado alguna metodología activa o has aplicado alguno de sus elementos, pero conocer con detalle sus características te permitirán poner en juego nuevas formas de realizarlas con tus estudiantes. A partir del análisis de las diferentes definiciones y perspectivas teóricas sobre las metodologías activas, pasamos a definirlas a través de las características de dicho procedimiento. Así que, de forma general toda metodología activa cumple en mayor o
Las metodologías activas pretenden formar ciudadanos conscientes de su realidad, transformadores, que provoquen cambios sociales y personales a fin de tejer reconciliación entre nosotros y en el entorno más próximos, a través del diálogo y la inclusión (Suniaga,
Adicionalmente, las metodologías activas al promover el aprendizaje activo, de acuerdo con Zamba et al (2021), funciona en el proceso de enseñanza por lo siguiente: El aprendizaje activo reduce la carga cognitiva de la memoria de trabajo, lo que hace más probable la retención y el almacenamiento de la nueva información. El cerebro necesita tiempo para examinar la nueva información en la memoria de trabajo, así que cuando se les da a las y los estudiantes periódicamente algo que hacer que requiera el uso de la información presentada recientemente, su memoria de trabajo tiene la oportunidad de ensayar la información, lo que aumenta sus posibilidades de ser almacenada en la memoria a largo plazo. El aprendizaje requiere atención. Es difícil o imposible que los estudiantes presten atención a algo durante mucho tiempo mientras están pasivos. La atención al profesor aumenta y alcanza un máximo a los diez minutos de clase; después la curva cae en picada ante la incapacidad natural del ser humano de mantener la atención centrada en algo durante mucho tiempo mientras permanece pasivo. Sin embargo, cuando a los estudiantes se les da esporádicamente algo relacionado con el curso para que lo hagan
durante la clase, al utilizar la información recibida recuerdan y se apropian de la información, logrando así un aprendizaje. 1.3 Aprendizaje Activo Para comenzar con este subtema, recordemos la declaración de un famoso pensador y educador del siglo V antes de Cristo. Confucio decía: Lo que escucho, lo olvido lo que veo, lo recuerdo, Lo que hago, lo comprendo. Sin llamarlo aún aprendizaje activo, Confucio reconocía la importancia de la acción para lograr la comprensión, un principio que con el paso de los años se fue reforzando en el ámbito pedagógico a través de diversas teorías e investigaciones. A continuación, se nombran los teóricos que podrían ser considerados como puntos de referencia obligados para comprender los fundamentos pedagógicos del Aprendizaje Activo: Así que reconocer la importancia del Aprendizaje Activo como un enfoque de enseñanza, que se define como: actividades que los estudiantes realizan para construir conocimiento y comprensión, es indispensable reconocer las formas en las que se lleva a cabo el proceso de enseñanza en el aula (Zumba et al, 2021). Asimismo, aunque las actividades que se llevan a cabo pueden variar, la metacognición - el pensamiento de los
Al respecto, el uso de metodologías activas se centra en fomentar la participación integral y dinámica del estudiante en su propio proceso educativo y “su objetivo radica en aprender de manera significativa, donde se busca que el alumno aprenda el concepto, lo aplique y generalice a otros ámbitos, retroalimentándose de esas nuevas experiencias” (Villalobos- López, 2022, p. 49). En otras palabras, el uso de estas metodologías lo alejan de su papel del estudiante como mero receptor de información. Para saber más te invitamos a revisar la siguiente infografía. Clic en "pantalla completa" para visualizar mejor la información.
A partir de lo anterior, el uso de metodologías activas direccionan a que el estudiante sea el protagonista y responsable de su aprendizaje a través de la participación activa y reflexiva, mediante la formación personalizada, consciente, crítica y creadora de un proceso creativo y dinámico en el cual se construyen el aprendizaje y los conocimientos siendo capaz de poder planificar, orientar, organizar y evaluar sus propios pensamientos (Rochina, Ortíz, & Paguay, 2020, citado en Moncayo-Bermúdez y Prieto-López.(2022). Finalmente, las metodologías activas, las cuales están vinculadas con el aprendizaje activo, requieren que las y los estudiantes consideren no solo el contenido de la materia, sino también la relación de ese contenido con cuestiones más amplias como pueden ser preocupaciones sociales, ambientales, personales, conceptuales, lo cual lleva al aprendizaje a una contextualización y favorece el almacenamiento de la información en la memoria a largo plazo, ya que se vuelve algo vivencial. 1.5 Rol del docente en las metodologías activas ¿Sabías que? Las metodologías activas constituyen una vía para apoyar a los docentes, pues estas procuran desarrollar aprendizajes significativos a través de experiencias constructivas e innovadoras que a su vez, los docentes crean durante su labor de enseñanza. Asimismo, los docentes desarrollan su potencial creativo e innovador llevando al aula problemas, discusiones, actividades y dinámicas que faciliten el proceso de aprendizaje, producto de localizar y analizar en sí mismo el uso y la razón de ser de la enseñanza; de esta manera poder ser dueños de su propia práctica y así poder adaptarse a cualquier cambio propuesto, ya sea por la investigación, o bien, por las entidades educativas (Suniaga, 2019). En la actualidad, se vuelve necesario que las y los docentes apliquen metodologías activas como una forma de incentivar la participación de las y los estudiantes, y coadyuvar a que éstos asuman su responsabilidad de pensar, soñar, valorar y conectar con su entorno; además de cumplir un rol protagónico en la sociedad y sean proactivos en la busca de soluciones, reconociendo su identidad como ciudadanas y ciudadanos, así como propiciar el desarrollo de habilidades que le aseguren una mejor calidad de vida (Suniaga, 2019). Por ello, es importante rescatar que las metodologías activas son una herramienta oportuna que les permite a las y los docentes crear las condiciones idóneas para lograr los fines antes descritos. El rol del docente ante las metodologías activas implica transformar la forma de enseñanza centrada en la exposición de conceptos, por una basada en estrategias, técnicas y planificación de clases que propicien un aprendizaje dinámico en los estudiantes (Gálvez, 2013), ya que a través de las metodologías activas la enseñanza está centrada en el estudiante y el aprendizaje se vuelve un proceso constructivo y no receptivo, que implica conocer bien a las y los estudiantes estudiantes, así como el contexto educativo en el que
El docente como mediador/guía La característica principal del rol de las y los docentes ante el uso de las metodologías activas es que se convierten en un guía/mediador en el proceso de enseñanza y aprendizaje; lo que implica orientar a los estudiantes en la realización de las actividades (previamente planeadas por el docente) para que aprendan por sí mismos. Por lo que "el profesor como mediador ayuda al estudiante a lograr la finalidad última de la educación “aprender a aprender”, para que desarrolle sus propios esquemas mentales que le permitan alcanzar aprendizajes significativos y dotados de sentido (aprendizajes en lo conceptual, en lo procedimental y en lo
actitudinal) donde además de procesos cognitivos también están implicados procesos afectivos y emocionales" (Zapata, 2019, p. 5). Las y los docentes se vuelven el intermediario entre los contenidos y las y los estudiantes, ofreciendo ayuda para que descubran los significados compartidos a través de dichos contenidos; con ello las y los docentes se ubican más allá de la función de informar y explicar. De acuerdo con Zapata (2019), para ser un buen profesor no es suficiente dominar el objeto de estudio, su tarea como mediador trasciende la transmisión de contenidos y en lugar de ofrecer contenidos como “el conocimiento terminado” lo que debe ofrecer son estrategias didácticas que estimulen a los estudiantes a asumir por sí mismos el proceso de construcción de conocimiento. La labor del profesor debe incluir acciones encaminadas a ofrecer ayuda y orientación a sus estudiantes, por un lado que ellos adquieran la capacidad de construir significado y atribuir sentido sobre los contenidos de aprendizaje, y por lado que tengan la capacidad para revisar, modificar y construir esquemas de conocimiento que les permitan aprender a aprender durante toda su vida. Recomendaciones generales para las y los docentes Las metodologías activas pueden llegar a visualizarse como un reto para las y los docentes, pues influyen en la planeación, organización, liderazgo y dominio del grupo, ya que “enseñar no solo implica proporcionar información, sino también ayudar a aprender y a desarrollarse como personas” (Diaz, 2010). Sin embargo, te compartimos algunas recomendaciones para aplicar metodologías activas: Evalúe programa a impartir: desafíos, pertinencia, alcance de los objetivos, dificultades. Genere estrategias para conocer a los estudiantes. Elabore propuesta de innovación coherente con los objetivos de aprendizaje. Complemente metodologías activas con las TIC para mayor apoyo e impacto Menos, es más, pequeños cambios en las rutinas de clases pueden generar grandes impactos. Cree ambientes participativos y colaborativos Proponga experiencias de aprendizaje que promuevan la actividad mental. Recopile opiniones o evidencias de aprendizajes. Investigue e integre conocimientos, pues son claves para el uso de estas metodologías. Plantee desafíos pertinentes.
Las principales características del Aprendizaje Basado en Proyectos son: Los proyectos trascienden el espacio áulico Los proyectos simulan o se diseñan a partir de problemas reales que se puedan presentar en su escuela o comunidad El estudiante tiene un rol protagónico en la gestión y solución de su proyecto de investigación Prepara a los estudiantes para trabajar en un ambiente y en una economía, diversos y globales Impulsa el desarrollo de actividades de aprendizaje interdisciplinarias, de largo plazo y centradas en el estudiante Promueve la motivación del estudiante Fomenta el desarrollo y puesta en práctica de conocimientos, habilidades y destrezas en el estudiante durante la evolución del proyecto Es una estrategia educativa integral (holística) Es importante reconocer que el uso de esta metodología puede ser adaptada para estudiantes de cualquier año, ajustando los temas propuestos y el grado de autonomía que se requiere para el buen desarrollo del proyecto. Hacia una aplicación del ABP Las definiciones y características antes mencionadas sirven como guía para que como docentes puedan ir imaginando las rutas hacia una implementación del ABP, pero en este espacio también buscamos brindarles algunas recomendaciones, que encontramos en la bibliografía consultada, que podrían orientar este proceso. A continuación, observa algunos elementos para la implementación del ABP. Clic en cada recuadro para ver más.
construyen su propio aprendizaje para después socializarlo e integrarlo en su realidad. Por lo que el Aula invertida se puede definir como: Esta metodología de enseñanza busca incrementar la responsabilidad y compromiso individual de los estudiantes, sin la necesidad de la presencia física del docente. Por lo tanto, sirve para fomentar en las y los estudiantes la responsabilidad individual, aprender activamente y conocer la mejor manera para lograrlo sus objetivos o retos que se presentan en su aprendizaje; además, favorece las técnicas de investigación y el pensamiento crítico. La metodología de Aula invertida tiene la finalidad de que las y los estudiantes adquieran mayor responsabilidad y compromiso en su proceso de aprendizaje (cuando realizan actividades de manera individual), pero también demanda que tomen un rol activo y lleven a cabo un trabajo grupal en los espacios colectivos, con la finalidad de movilizar los aprendizajes adquiridos en lo individual. Cuatro razones para usar Aula Invertida: Permite un aprendizaje activo El tiempo de clase se utiliza para actividades que fomentan el pensamiento crítico y la aplicación del conocimiento. Ritmo individual Los estudiantes pueden aprender a su propio ritmo, revisando el material cuantas veces necesiten antes de la clase. Mayor interacción Los docentes pueden dedicar más tiempo a trabajar directamente con los estudiantes, ofreciendo apoyo individualizado y atendiendo a sus necesidades específicas. Participación Los estudiantes son más activos en su proceso de aprendizaje, lo que puede aumentar su motivación y compromiso.
Por otro lado, es importante recalcar que el Aula invertida se ha visto beneficiada por las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), ya que permite tener acceso a una gran diversidad de recursos digitales y contenidos en línea, como videos, presentaciones, bibliotecas digitales, repositorios educativos, artículos, podcast, entre otros. Además, los docentes pueden compartir los materiales de consulta y recibir tareas, de manera más eficiente, a través de plataformas educativas digitales. Por otro lado, respecto a la comunicación y la colaboración, las TIC facilitan el intercambio de ideas e información entre docente-estudiante y estudiante-estudiante, ya que se pueden resolver dudas o colaborar de manera sincrónica o asíncrona. Adicionalmente, la evaluación también se ve beneficiada porque las TIC permiten la implementación de sistemas de evaluación en línea que proporcionan retroalimentación inmediata. Esto es especialmente útil en el Aula Invertida, ya que los estudiantes pueden autoevaluar su comprensión antes de las clases prácticas, lo que les ayuda a identificar áreas que necesitan más atención y preparación. Hacia una implementación del Aula Invertida Recuerda que con base en tu experiencia, tu contexto y los contenidos por abordar podrás determinar el momento pertinente para usar esta metodología activa. Por el momento, te brindamos seis consejos para implementarla en tus clases: Finalmente, al implementar la metodología de aula invertida las y los docentes, tienen una función importante en el diseño y la planeación de las actividades, tanto en lo individual como en lo colectivo. Durante el tiempo de clase observan continuamente a sus estudiantes, proporcionándoles retroalimentación relevante en el momento y evaluación continua de su trabajo. Los educadores son reflexivos en su práctica, conectan entre sí para mejorar su instrucción y aceptan la crítica constructiva poniéndose a disposición de todos los estudiantes. Deben colaborar y reflexionar con otros docentes, transformando su práctica.
Además, es importante reconocer que el Aprendizaje Basado en Problemas apuesta por la adquisición de conocimientos y no en la memorización de estos, permitiendo así una mayor retención y transferencia de este a otros contextos, estimulando la adquisición de habilidades para identificar problemas y ofrecer soluciones, lo cual implica promover el pensamiento crítico. ¿Cómo elegir el problema? La elección del problema tiene una importancia fundamental, ya que como lo mencionó Barrows (1986) es el punto de partida para la adquisición de nuevos conocimientos, actualmente agregaríamos que también para el desarrollo de habilidades y aptitudes. En la siguiente imagen identifica las principales características que debes considerar en la elección del problema, retomado a Barrows (1986): Es importante recalcar que la complejidad del problema debe estar controlada por el profesor para evitar que los estudiantes se dividan el trabajo y se limiten a desarrollar sólo una parte, como ocurre en ciertas actividades grupales; buscando que el problema permita que las y los estudiantes trabajen juntos, discutan, revisen y puedan debatir permanentemente lo que han aprendido. Además, con base en las características del grupo y las edades de las y los estudiantes debe elegirse en nivel de complejidad del problema, donde se espera que los estudiantes aprendan a partir del conocimiento del mundo real y de la acumulación de su experiencia por virtud de su propio estudio e investigación. Hacia una implementación del Aprendizaje Basado en Problemas Ante la implementación del Aprendizaje Basado en Problemas no existe una receta única, ya que el número de alumnos, el tiempo disponible, los objetivos de aprendizaje, el nivel y contexto educativo influyen en gran medida en los pasos que se deben seguir. Sin embargo,
con base en la bibliografía consultada por Gómez (2005) te compartimos algunos elementos que puedes llevar a cabo para en la implementación de esta metodología: Identificar los temas y objetivos de aprendizaje: Lo primero que las y los docentes deberá tener en cuenta al enfrentar el diseño de sus clases siguiendo la metodología ABP, son los objetivos de aprendizaje que se pretenden alcanzar con la resolución del problema retador y complejo con el que se desafiará a los alumnos. Además, identificar en un primer momento los temas por abordar permitirá delimitar el tipo de problemáticas por abordar. Plantear del problema: El o la profesora debe hacer una elección previa del problema o los problemas por abordar, considerando que sea lo suficientemente complejo de manera tal que requiera de la cooperación de los participantes del grupo para abordarlo eficientemente. Además, la elección del problema debe ser acorde viable el nivel de desarrollo las y los estudiantes, los tiempos y recursos disponibles. Analizar el problema: Se examina este para ver si se trata de un solo problema o si puede dividirse en varios subproblemas, para facilitar su solución. Clarificar términos: para dejar establecido que todos los estudiantes tengan una comprensión igual de los términos ocupados, identificando lo que ya se sabe y lo que se necesita saber para la resolución del problema. Planificar y estructurar el proceso de aprendizaje: diseñando un plan detallado donde se definan roles y responsabilidades para las y los estudiantes; así como para el docente. Establecer el tiempo: El o la docente debe determinar la duración de la experiencia educativa, ya sea una semana, dos clases, un mes; lo cual dependerá de la complejidad, los temas y los objetivos de aprendizaje que se involucran en la resolución del problema. Guiar a las y los estudiantes: acompañándolos en el abordaje del problema, teniendo flexibilidad frente al pensamiento crítico de los estudiantes, reconociendo sus aportaciones y actuando como mediador y potenciador del aprendizaje. Establecer el momento para compartir el proceso y los resultados: Es necesario que las y los docentes consideren este paso porque anima a los estudiantes a llevar un registro de su proceso de aprendizaje, incluyendo sus investigaciones, decisiones y reflexiones. Además, influye en la motivación del aprendizaje ya que implica un proceso de compartir su proceso en la resolución de un problema. Evaluar la implementación: En este punto se sugiere que las y los docentes evalúen conocimiento logrado, la solución dada y la efectividad de todo el proceso. Es deseable involucrar a las y los estudiantes en este proceso para una evaluación más completa.