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Tipo: Guías, Proyectos, Investigaciones
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Recibido: 29 de septiembre de 2014 Aceptado: 25 de noviembre de 2014
RESUMEN
La investigación como proceso académico, es asumida como uno de los ejes en los centros de educación. Sin embargo, cuando se traslada como cátedra a las aulas, la realidad es otra. Muchos estudiantes la ven como materia de relleno y pocos entienden la importancia de la investigación formativa en su futura vida como profesional. Así, desconocen que la investigación es considerada cada vez más como una herramienta útil, tanto por parte de los estudiantes, como de los docentes. Pero aún hay mucho por avanzar en este tema.
Palabras clave Investigación, Docencia.
ABSTRACT
Research as an academic process, is taken as one of the axis in education centers. However, when it is moved to the classroom, the reality is different. Many students see it as filling material and few understand the importance of formative research in their future professional life. They disown that research is increasingly seen as a useful tool for the students and for teachers too. But there is still much progress on this issue.
Keywords Research, Teaching.
C arlos alBErto PEña orozCo*
(^80) la imPoRtancia de la investigación en la univeRsidad : una Reinvindicación del Sapere aude K antiano
Introducción
Hablar de investigación implica gene- ralmente una mala concepción de lo que esta representa. Se suele asumir que investigar es labor exclusiva de personas que poseen grandes presu- puestos y carísimas maquinarias, cos- tosos laboratorios, cero vida social, ni familia, ni diversión, trabajando 24 horas por 7 días a la semana. Es una imagen que muchos encuentran perturbadora y que los acá presentes no quisieran tener que vivir. Sin em- bargo, la investigación, o mejor, los procesos investigativos constituyen un ejercicio autónomo más gratifican- te, en la medida que es un ejercicio de nuestra facultad por excelencia: LA RACIONALIDAD.
Investigar es realmente una iniciativa propia que requiere de cierto atrevi- miento, identificado hace algunos si- glos por Immanuel Kant en su texto ¿Qué es la Ilustración? , cuando escri- bía al respecto que la humanidad se encontraba en un estado deplorable, caracterizado como una minoría de edad, entendida como
la incapacidad de servirse del pro- pio entendimiento, sin la dirección de otro. Uno mismo es culpable de esta minoría de edad cuando la causa de ella no yace en un defecto del entendimiento, sino en la falta de decisión y ánimo para servir- se con independencia de él, sin la conducción de otro. ¡Sapere aude! ¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento! (Kant, 1784).
Son los procesos investigativos los que posibilitarán la salida en las aulas académicas de esa minoría de edad denunciada por Kant, ya que el sapere aude es una invitación al estudiante a trascender lo enseñado, lo explícito, a abandonar el camino seguro marcado por los profesores y adentrarse en el camino de la investigación, armados solamente con su razón en una mano y el interés de trascender lo estable- cido en la otra. Es además una invi- tación para nosotros los profesores a permitir y posibilitar todo este proce- so autónomo; a no limitar el proceso educativo a un mero ejercicio domés- tico, sino a proporcionarle, o más bien garantizarle, al estudiante el uso pú- blico de su razón.
Cuando Kant ubica su sapere aude como eslogan central de la Ilustra- ción está respondiendo al por qué y para qué educar. ¿Por qué? Porque es necesario despertar o sacar del le- targo la racionalidad del ser humano, del individuo. ¿Para qué? Para hacer uso público de la razón. Para Kant es aquí donde la educación apoyada en la investigación obtiene un rol central en el proceso emancipatorio del hom- bre, pues es mediante esta que se le posibilita al ser humano servirse de su propia razón. En los procesos in- vestigativos es donde el estudiante se apertrechará de herramientas concep- tuales para ampliar sus conocimien- tos. Sin embargo, en muchas ocasio- nes esto no se cumple de la manera más correcta.
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puede desconocer que los mismos es- tudiantes tienen su porcentaje en di- chas fallas. El problema no es de un villano, sino de dos.
Así como el profesor debe repensarse a sí mismo, es menester que el estu- diante se repiense también dejando a un lado su actividad pasiva frente a los conocimientos transmitidos por el profesor y se atreva a trascenderlos. Que su racionalidad sea algo más que repetir magníficamente estos conoci- mientos sin alterarlos en lo más mí- nimo. Resulta muy anecdótico que en estos tiempos en donde es muy fácil acceder a información gracias al auge de la tecnología (Internet, bases de datos, proquest, e-library, e-books), se encuentre muchas actitudes pasivas en gran parte del cuerpo estudiantil.
Por actitud pasiva se entiende la ac- titud de los estudiantes que asisten a clases y esperan a que el profesor derrame sobre ellos (y en ocasiones medio derrame) un cuerpo de cono- cimientos. Obviamente que como el profesor es visto como la cúspide de la racionalidad dentro del aula de clases, ese cuerpo de conocimiento transmitido no debe ser vulnerado ni trascendido. Entonces, la racionalidad de los estudiantes dista mucho de ser su actitud reflexiva, su capacidad de análisis, y más bien vendría a ser me- dida por cuan bien repita ese cuerpo de conocimientos de manera exacta sin alteraciones.
Entonces, ¿por qué los profesores no
reinventan su metodología apoyándo- se en tanto material conceptual dispo- nible? Se podría decir que tanto por la mecanización de su actividad, como por lo permisivo de la pasividad de los estudiantes quienes por pereza no se atreven a trascender lo enseñado. Es necesario sacar del letargo tanto a profesores como a estudiantes, incul- cando en los primeros que permitan el sapere aude y en los segundos que lo practiquen.
De esta manera estaremos en el um- bral de la producción de conocimien- to, la clave actual del desarrollo de cualquier comunidad académica, ciu- dad, región, país, etcétera. Pero ade- más, es necesario conocer nuestros propios procesos de conocimiento. No solamente producir conocimien- to, sino reconocer nuestras fortalezas y debilidades a la hora de adelantar labores cognitivas. Es motivarnos y motivar a otros a realizar un ejercicio metacognitivo, ya que como plantea Morin:
el conocimiento no se puede con- siderar como una herramienta re- ady made que se puede utilizar sin examinar su naturaleza. El cono- cimiento del conocimiento debe aparecer como una necesidad pri- mera que serviría de preparación para afrontar riesgos permanentes de error y de ilusión que no cesan de parasitar la mente humana. Se trata de armar cada mente en el combate vital para la lucidez (Mo- rin, 1999).
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Investigación y los retos de la pro- fesión
Los procesos de investigación sitúan a cualquier persona en la élite de su profesión. Hoy día existen miles de profesionales en todas las profesio- nes, incluso se habla de sobrepobla- ción profesional, en el sentido de que hay más profesionales que campos laborales disponibles para estos. Pero los profesionales que investigan tie- nen otras perspectivas, oportunida- des, menos limitaciones, ya que son los encargados de actualizar las dis- ciplinas y profesiones. Fenómenos como la globalización, por ejemplo, han acrecentado la importancia de los profesionales investigadores, pues son estos los que ayudan a mejorar la calidad de los procesos al interior de las disciplinas y los encargados de gestionar su innovación.
Si hace algunos siglos el oro era el te- soro más preciado y algunas décadas, el oro negro, no cabe duda que hoy día el oro gris es el tesoro más codi- ciado por los países desarrollados, y por los países en vía de desarrollo. La anterior afirmación no es descabella- da si revisamos que, por ejemplo, en América Latina hay 240 científicos por cada millón de habitantes, mien- tras que en Japón 4.200 científicos por millón de habitantes y en Estados Unidos 3.600 científicos por millón de habitantes.
Las profesiones rápidamente han re- conocido que su posicionamiento de-
pende de los esfuerzos invertidos en investigación. Y las universidades no están de espaldas a esta realidad, por eso es importante que toda la comu- nidad académica de este Alma Mater tome conciencia de la importancia de motivar a los estudiantes, docentes y demás miembros a involucrarse en procesos de investigación. Los nive- les de competitividad hoy día depen- den de la formación de capital gris y de la capacidad de producir conoci- miento a través de la investigación. Einstein caracterizaba muy bien esto cuando afirmaba en una conferencia dictada en Oxford:
Si se quisiera averiguar algo sobre los métodos que los físicos teóri- cos utilizan, habría que seguir con rigor este consejo: no atender a sus palabras sino ajustarse estricta- mente a lo que los investigadores hacen. Para el que es un investiga- dor en este terreno, los resultados de su imaginación son conside- rados tan necesarios y naturales como él mismo los desea, y espe- raría que los demás los estimaran como cualidades dadas y no como creaciones del pensamiento (Eins- tein, 1933).
No cabe duda que la investigación es la herramienta que nos coloca cara a cara con la realidad. Además es un estímulo para resolver las dudas a las que nos enfrentamos, los problemas que agobian al ser humano, a las so- ciedades, etcétera. Pero además, hoy día parece como si la investigación
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Muchas veces se entiende por no- vedoso algo totalmente nuevo. Pero novedoso es tanto algo nuevo, como darle un nuevo enfoque a algo ya establecido, o hallar una solución al- ternativa a un problema que ya está resuelto.
En el Libro V de La República Platón expone un enigma o adivinanza que dice así:
(...) Se cuenta que un hombre que no es un hombre, viendo y no viendo a un pájaro que no es un pájaro, posado en un árbol que no es un árbol, le tira y no le tira una piedra que no es una piedra (Pla- tón, 1993).
Tratando de resolver esta adivinanza uno podría darse cuenta fácilmente que investigar no es exclusivamen- te dedicarse a buscar ese problema que nadie ha encontrado ni resuelto, investigar también es tomar un pro- blema resuelto y darle otras opciones de respuesta. Resolver el enigma nos mostraría que hay respuestas para ese problema, pero siempre existen alter- nativas distintas. Eso también es in- vestigar.
Conclusión
Con esto concluyo mi disertación in- vitándolos a ingresar a los semilleros de investigación de sus facultades, a
vincularse a grupos de investigación, porque profesionales hay muchos. Abogados como taxistas, ingenieros en el comercio informal, adminis- tradores vendiendo minutos en SAI, pero profesionales preocupados por producir conocimiento muy pocos, y esos son los que se llevan todo el re- conocimiento y tienen el prestigio.
Referencias
Einstein, A. (1933). Mi credo huma- nista. Tomado de http://elmistico. com.ar/ciencia/einstein/Albert% Einstein%20-%20Mi%20credo% humanista.pdf
Kant, I. (1784). ¿Qué es la Ilustra- ción? Tomado de http://www.utadeo. edu.co/programas/humanidades/pdf/ ejemplo_ensayo_filosofico.pdf
Morin, E. (1999). Los siete saberes necesarios para la educación del fu- turo. París: Unesco.
Platón (1993). La república. Barcelo- na: Altaya.
Popper, K. (1991). Conjeturas y refu- taciones. Barcelona: Paidós.
Russell, B. (1964). Satán en los su- burbios. Tomado de www.philoso- phia.cl/Escuela de Filosofía Universi- dad ARCIS.
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