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material de autoestudio, Apuntes de Psicología

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Tipo: Apuntes

2021/2022

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CENTRO DE ESTUDIOS Y ATENCIÓN
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DIPLOMADO
TANATOLOGÍA Y DUELO
CENTRO DE ESTUDIOS Y ATENCIÓN MÚLTIPLE
GUÍA DE AUTOESTUDIO TANATOLOGÍA Y
DUELO
DRA. ISAURA LÓPEZ DE LEÓN
INTRODUCCIÓN
Esta asignatura representa una introducción a los temas más amplios y
complejos de la Tanatología, de las raíces genéticas, de desarrollo de
los procesos del duelo, que tanta importancia han retomado a partir de
la inclusión en los ámbitos educativos y de desarrollo social.
Plantea la importancia de conocer las teorías metodológicas de
diferentes autores que abordan y sustentan los temas y las
concepciones que nos permiten familiarizarnos con la investigación
acerca del tema de la Tanatología y el Duelo, sus formas de
representación y abordaje.
La Tanatología y el Duelo, requieren ser estudiados en un proceso de
desarrollo onto y filogenético, a través de las distintas etapas del
hombre.
La exposición de los aspectos esenciales de la tanatología y el Duelo
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5529539625 5580896119

DIPLOMADO

TANATOLOGÍA Y DUELO

CENTRO DE ESTUDIOS Y ATENCIÓN MÚLTIPLE

GUÍA DE AUTOESTUDIO TANATOLOGÍA Y

DUELO

DRA. ISAURA LÓPEZ DE LEÓN

INTRODUCCIÓN

Esta asignatura representa una introducción a los temas más amplios y complejos de la Tanatología, de las raíces genéticas, de desarrollo de los procesos del duelo, que tanta importancia han retomado a partir de la inclusión en los ámbitos educativos y de desarrollo social. Plantea la importancia de conocer las teorías metodológicas de diferentes autores que abordan y sustentan los temas y las concepciones que nos permiten familiarizarnos con la investigación acerca del tema de la Tanatología y el Duelo, sus formas de representación y abordaje. La Tanatología y el Duelo, requieren ser estudiados en un proceso de desarrollo onto y filogenético, a través de las distintas etapas del hombre. La exposición de los aspectos esenciales de la tanatología y el Duelo

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5529539625 5580896119 abordados por diferentes científicos nos permitirá conocer las teorías metodológicas, abordaje y sustento de los temas y las concepciones que nos permiten familiarizarnos con la investigación acerca del tema, sus formas de representación y abordaje o intervención. OBJETIVO GENERAL Al finalizar el curso, el estudiante obtendrá una visión panorámica de la explicación contemporánea del tema de la Tanatología y el Duelo, a través de la revisión y el análisis de diversas aproximaciones teóricas y metodológicas. Así mismo, deberá aplicar estos conocimientos, en beneficio de los individuos de la sociedad en que se desenvuelve y reflexionar sobre las relaciones que tienen la Tanatología y las demás disciplinas científicas. CONTENIDO TEMÁTICO Módulo VI ALGUNOS TIPOS DE DUELOS 6.1 Duelo anticipado 6.2 Duelo por muerte 6.3 Duelo por separación y /o ruptura 6.4 Duelo sin resolver 6.5 Duelo distorsionado 6.6 Duelo saliente

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5529539625 5580896119 http://www.tanatologia-amtac.com/descargas/tesinas/216%20duelo.pdf El Dr. Robert A. Neimeyer, connotado médico perteneciente a la corriente constructivista, considera al hablar de un Duelo Complicado, tanto la presencia persistente de las siguientes manifestaciones:  Intensos sentimientos de culpa, provocados por cosas que hizo o dejo de hacer en el momento de la muerte de su ser querido.  Desesperanza extrema, sensación de no poder recuperar una vida que valga la pena vivir.  Inquietud o depresión prolongados, sensación de estar atrapado, mantenida a lo largo de varios meses.  Ira incontrolada, que hace que sus amigos y seres queridos se distancien, con sentimiento de incomprensión o que le lleve a “planear venganza” de su pérdida. 7  Pensamientos suicidas, que van más allá del deseo pasivo de “estar muerto” o querer reunirse con su ser querido perdido.  Síntomas físicos, somatizando los sufridos por su ser querido en los últimos días de su vida.  Dificultad continuada de funcionamiento que se pone de manifiesto en su incapacidad para realizar actividades de la vida cotidiana.  Abuso de drogas o alcohol con intensión de desterrar el dolor de la pérdida. (Neimeyer y Worden; Varela, 2012) Como la existencia de Factores de Riesgo para un Duelo Complicado: Concernientes a la familia:  Relación cercana con el fallecido (presente en pérdidas de esposo o hijos)  Género femenino (especialmente madres)  Estilo de apego no seguro (inseguro o evitativo)  Alta dependencia pre-pérdida con el difunto. Relacionados con la muerte:  Baja aceptación ante la muerte  Insatisfacción ante la notificación de la muerte (inadecuada información)  Múltiples pérdidas en poco tiempo (sobrecarga de duelos no resueltos)  Muertes violentas (suicidios, homicidios, accidentes)  Encontrar o ver el cuerpo del ser querido después de una muerte violenta.  Ausencia de cuerpo.  Muerte en hospital a diferencia que en casa.  Muertes múltiples Asociados con el último tratamiento:  Agresiva intervención médica (UCI, ventilación, reanimación/resucitación)  Ambivalencia en cuanto al tratamiento con bajo nivel de aceptación ante la muerte  Conflictos familiares con respecto a la decisión del tratamiento.  Agotamiento del cuidador.  Dificultades económicas creadas por el tratamiento. (Neimeyer, 2012) Todo duelo es considerado en sí como proceso, y en el caso del Duelo Adaptativo o Recuperador, algunos autores proponen que se puede cursar por una serie de etapas hacia un término, aunque de una manera flexible y con regresiones en épocas significativas. Las Etapas que se pueden identificar son (Eguiluz, 2010; I.M.T., 2011; Montoya, 2012): Kübler-Ross George Engel Carl Nighswonger Weissmann Negación, rehusarse a aceptar la realidad de lo que está ocurriendo. Conmoción o Incredulidad Shock Apuro existencial Ira o enojo/rabia Desarrollo de la conciencia de Emoción Acomodo 8 pérdida Regateo, Negociación pedir tiempo extra Restitución Negociación Deterioro Depresión Resolución de la pérdida Cognición Momento terminal Aceptación final.

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5529539625 5580896119 Nancy O’ Connor, en relación a la duración del proceso de duelo normal o adaptativo, da una referencia: 1. Ruptura de hábitos (hasta 8 semanas) En los cuales los dolientes se dedican a rituales y ceremonias. Los hábitos alimentarios y sueño se alteran. Hay dolor y miedo, intenso llanto, o confusión y negación. Idealización del ser querido fallecido. 2. Reconstrucción de la vida (2 a 12 meses). Aunque difícil, hay nuevas rutinas, aprendiendo a vivir sin la presencia del ser querido, se lucha contra la 9 recuperación. El dolor y llanto van disminuyendo pero hay crisis en fechas significativas. 3. Nuevos objetos de amor y amigos (transcurso del 2º. Año) Como fase de resolución, en la que se toma conciencia de que su vida debe continuar, de que se es responsable de su felicidad. Aumenta la vida social, que se había alterado. 4. Terminación del reajuste (final del 2º. Año) Aceptar lo pasado, vivir el presente y estar dispuesto a planear el futuro. (O’Connor,

“El entender que la aceptación, muy diferente a la resignación, es una postura activa ante lo que nos ha ocurrido, nos pone inmediatamente en una condición protagónica que exige toma de decisiones y posturas vitales”. (Pérez Islas, 2011) En este camino para la elaboración del duelo, existen también diferentes puntos de vista, Sigmund Freud [1856 – 1939] por ejemplo acuñó el término “Trabajo del duelo”, él, médico neurólogo austriaco, estudió inicialmente el tratamiento de la histeria, desarrolló el método catártico, paulatinamente sustituyó ambos por la asociación libre y la interpretación de los sueños, practicó la re-memorización de los traumas psicógenos productores de síntomas y abrió paso a una teoría etiológica de las neurosis, punto de partida del psicoanálisis, huella histórica en la psiquiatría. (Zumaya y Zurita, 2012) Propuso la primera teoría intrapsíquica de la aflicción en su trabajo “Duelo y melancolía” [1917] que si bien no tenía interés particular en este fenómeno lo consideró como una respuesta normal en el curso de la vida (Montoya, 2012). Así según J. Bowlby [1979-80] y C. M. Parkes [1998], bajo la mirada del psicoanálisis, las Fases de Duelo en el adulto con límites difusos y oscilantes entre sí y dependiendo de la personalidad de cada individuo, son:

  1. Breve fase de embotamiento, aturdimiento o shock.- De minutos a pocos días. En la que hay un rechazo a la novedad dolorosa, bloqueo afectivo. Aparente calma rota por accesos de angustia o llanto, ataque de pánico o estallido de ira. Este aturdimiento debe ser visto como adaptativo cuando actúa como barrera psicológica y física al dolor inmediato y capacita al deudo para realizar los rituales correspondientes. En el Duelo Patológico aparecen sueños angustiosos o malestar físico y la extensión en tiempo del embotamiento emocional.
  2. Fase de anhelo y búsqueda de la persona querida.- Percibida la realidad de la pérdida, se experimenta accesos de llanto y congoja e incrementan anhelos conscientes e inconscientes de un rencuentro con el muerto. Se caracteriza por actividad psicomotora. La búsqueda de la persona perdida presenta muchas manifestaciones con componentes: perceptivos (dirigir repetidamente la mirada hacia fotos y objetos de recuerdo),

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5529539625 5580896119 Duelo anticipatorio. Es un tipo de duelo en el que el deudo ya ha empezado la elaboración del dolor de la pérdida sin que esta haya ocurrido todavía. Es una forma de anticipar la pérdida que irremediablemente ocurrirá en un corto periodo de tiempo. Este tipo de duelo es relativamente frecuente cuando el ser querido se encuentra en una situación de terminalidad, aunque no haya fallecido. Es una forma de adaptación a lo que va a llegar. Duelo crónico. El deudo se queda como pegado en el dolor, pudiéndolo arrastrar durante años, unido muchas veces a un fuerte sentimiento de desesperación. La persona es incapaz de rehacer su vida, se muestra absorbida por constantes recuerdos y toda su vida gira en torno a la persona fallecida, considerando como una ofensa hacia el difunto restablecer cierta normalidad. Duelo congelado o retardado. Se le conoce también como duelo inhibido o pospuesto. Se presenta en personas que, en las fases iniciales del duelo no dan signos de afectación o dolor por el fallecimiento de su ser querido. Se instaura en el deudo una especie de prolongación del embotamiento afectivo, con la dificultad para la expresión de emociones. En el duelo congelado, a los deudos les cuesta reaccionar a la pérdida. Duelo enmascarado. La persona experimenta síntomas (somatizaciones) y conducta que le causan dificultades y sufrimiento, pero no las relaciona con la pérdida del ser querido. En este tipo de duelo, el deudo acude frecuentemente a los médicos aquejados de diferentes disfunciones orgánicas, pero calla el hecho de su pérdida reciente, ya que no lo relaciona con ello. Duelo exagerado. También llamado eufórico. Este tipo de duelo puede adquirir tres formas diferentes. Caracterizado por una intensa reacción de duelo. En este caso habrá que estar atentos a• las manifestaciones culturales para no confundirlo con ellas. Negando la realidad de la muerte y manteniendo, por lo tanto, la sensación de que la• persona muerta continua viva. Reconociendo que la persona sí falleció, pero con la certeza exagerada de que esto ocurrió• para beneficio del deudo. Duelo ambiguo. La pérdida ambigua es la que más ansiedad provoca ya que permanece sin aclarar^24. Existen dos tipos de pérdida ambigua. En el primero, los deudos perciben a determinada persona como ausente físicamente pero presente psicológicamente, puesto que no es seguro si está viva o muerta, ya que no se ha localizado el cuerpo. Esta forma de duelo ambiguo aparece muy frecuentemente en catástrofes y desparecidos por distinta índole.

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5529539625 5580896119 En el segundo tipo de pérdida ambigua, el deudo percibe a la persona como presente físicamente pero ausente psicológicamente. Muy común en personas con demencias muy avanzadas o que han sufrido daño cerebral y se encuentran en estado vegetativo persistente. Duelo normal. Quizás deberíamos haber comenzado esta clasificación por este tipo de duelo, que es el más frecuente, y que se caracteriza por diferentes vivencias en todas las dimensiones de la persona y que ya hemos señalado en otro apartado, pero que bien podríamos resumir siguiendo las consideraciones de Kaplan^25 sobre características del duelo normal: Aturdimiento y perplejidad ante la pérdida.• Dolor y malestar.• Sensación de debilidad.• Pérdida de apetito, peso, sueño.• Dificultad para concentrarse.• Culpa, rabia.• Momentos de negación.• Ilusiones y alucinaciones con respecto al fallecido.• Identificación con el fallecido.• Intervención en duelo La pérdida de alguien significativo produce una amplia gama de reacciones que pueden y deben considerarse como normales y adaptatívas, tal y como hemos visto en apartados anteriores. No debemos olvidar que la mayoría de las personas son capaces de afrontar y realizar adecuadamente el duelo sin ayuda. Las decisiones diagnósticas y de intervención han de ser prudentes para evitar la interferencia en un proceso humano normal. Para poder considerar un duelo como posible patológico, deberíamos tener en cuenta los siguientes criterios^26 : Falta de respuesta o respuesta débil durante las semanas que siguen a la pérdida.• Prolongación del embotamiento afectivo. Tras las primeras semanas persisten emociones muy intensas de rabia, resentimiento,• tristeza o culpa. El deudo no puede hablar durante la entrevista del fallecido sin experimentar un intenso• dolor.

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5529539625 5580896119 Para recuperarse hay que permitirse bucear en una misma, en uno mismo y descubrir los sentimientos que habitan en nuestro interior, sin censurar, sin negar, pero tampoco recreándonos en ellos y enganchándonos, sino dejándolos ir^29. Es cierto que habrá momentos difíciles y emociones intensas que amenacen con rompernos. Habrá que atravesar esos desiertos con la esperanza de un mañana mejor^30. Siguiendo el esquema propuesto por Worden^31 , después de sufrir una pérdida hay ciertas tareas que se deben realizar para restablecer el equilibrio y para completar el proceso de duelo. Puesto que el duelo es un proceso y no un estado, estas tareas requieren esfuerzo y podemos hablar de que la persona realiza el trabajo de duelo.“ ” Aceptar la realidad de la pérdida La primera tarea del duelo es afrontar plenamente la realidad de que la persona está muerta, que se ha marchado y no volverá. Parte de la aceptación de la realidad es asumir que el reencuentro es imposible, al menos en esta vida tal y como la concebimos. La realización de esta tarea es imprescindible para seguir adelante. Lo opuesto de aceptar la realidad de la pérdida es no creer lo que nos está ocurriendo mediante algún tipo de negación. Negar la realidad de la pérdida puede variar en el grado, desde una ligera distorsión a un engaño total. Otra manera habitual de protegerse de la realidad es negar el significado de la pérdida. De esta manera, la pérdida se puede ver como menos significativa de lo que realmente es. La negación proporciona un alivio transitorio de la dura realidad psicológica de una pérdida potencial. Pero la negación es un problema en si mismo, cuando, en sus formas extremas, impide una transformación que permita seguir adelante con la vida. Llegar a aceptar la realidad de la pérdida lleva tiempo porque implica no sólo una aceptación racional sino también emocional. La persona en duelo puede ser intelectualmente consciente de la pérdida mucho antes de que las emociones le permitan aceptar plenamente la información como verdadera. La negación también adquiere la forma de no sentir el dolor, bloquear los sentimientos que están presentes. A veces se refuerza esta actitud evitando pensamientos dolorosos. Idealizar al difunto, evitar las cosas que le recuerdan a él o a ella y usar alcohol, drogas o psicofármacos son otras maneras en que la gente refuerza la negación.

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5529539625 5580896119 Algunas personas hacen difícil la realización de la tarea I negando que la muerte sea irreversible. La tendencia, para la mayor parte de nosotros, señala Pauline Boss^32 es mantener una relación, y no renunciar a ella. Una vez que hemos creado el vínculo, nos resistimos a dejarlo, por lo que cuando alguien a quién amamos desaparece, la negación se vuelve una respuesta comprensible. A pesar de que la negación puede a veces ser saludable, cuando ayuda a que la familia mantenga el optimismo, puede resultar perjudicial cuando anula a las personas o las deja impotentes. Pueden las personas en proceso de negación negar que hayan perdido algo o que lo tengan amenazado, y se comportan como si nada hubiera cambiado. Por distintas razones, las personas que niegan que algo está mal no están preparadas para escuchar la verdad. Se defienden optando, de forma inconsciente, para mantener la situación: las“ cosas están como han estado siempre, nada va a cambiar.” La negación desadaptativa y perniciosa se puede trabajar pidiendo a la persona que nos cuente con todo detalle, todo lo sucedido el día de la muerte. Así mismo suele dar buenos resultados insistir en pedir al deudo que repita frases que represente la realidad. Por ejemplo mi hijo ha muerto, mi marido ya no está conmigo.“ ” “ ” Siempre, en todas las circunstancias y especialmente ante una negación es fundamental el buen contacto emocional. Para favorecer la consecución de esta tarea es importante acercarse a todas las evidencias que nos lleven a constatar que nuestro ser querido ha muerto, como hablar de la pérdida, contar las circunstancias de la muerte de manera objetiva, visitar el cementerio o lugar donde se han depositado las cenizas. Esta tarea es más complicada de realizar en muertes repentinas e inesperadas, o en la muerte de los niños y niñas. Trabajar las emociones y el dolor de la pérdida No todo el mundo experimenta el dolor con la misma intensidad ni lo siente de la misma manera, pero es imposible perder a alguien a quien se ha estado profundamente vinculado sin experimentar cierto nivel de dolor. La negación de esta segunda tarea, es no sentir, bloquear los sentimientos y negar el dolor que está presente. A veces se paraliza esta tarea evitando pensamientos dolorosos. El objetivo de esta tarea es conseguir que la persona no arrastre el dolor de la pérdida a lo largo de su vida.

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5529539625 5580896119 La cuarta tarea se entorpece manteniendo el apego del pasado en vez de continuar formando otros nuevos. Algunas personas encuentran la pérdida tan dolorosa que se hacen la promesa de no volver a querer nunca más. Es un proceso con altibajos porque, en ocasiones, en fechas señaladas, en aniversarios, se dispara de nuevo el dolor, la impotencia, la tristeza que creíamos superada. Para que esta cuarta tarea se pueda completar habrá que haber realizado con éxito las tres anteriores. El final del duelo ocurrirá cuando encontremos motivos para vivir, y podamos volver a vincularnos con aquello que la vida nos ofrece, sin olvidar, ni dejar de amar a quien estuvimos unidos, unidas y nos dejó. Resolver un duelo es sentirse mejor, y para ello, como señalan John W. James y Russel Friedman^33 requerirá la atención del doliente, intención de cambiar, fuerza de voluntad y valor. Consideraremos que un duelo está resuelto cuando la persona es capaz de pensar en el o la fallecida sin dolor, lo que significa que consigue disfrutar de los recuerdos, sin que estos traigan dolor, resentimiento o culpabilidad. Sin descartar que pueda sentirse triste de vez en cuando, pero las acepta y además consigue hablar de esas emociones con libertad. Otro signo del duelo resuelto es cuando conseguimos estar inmersos en el ciclo de la existencia, abiertos al fluir de la vida en una apertura a los demás, conscientes de que ello conlleva vulnerabilidad, y hasta la disposición a ser heridos. Dicho de otra manera, cuando la persona recupera el interés por la vida, cuando se siente más esperanzada, cuando experimenta gratificación de nuevo y se adapta a nuevos roles. Cuando la persona puede volver a invertir sus emociones en la vida y en los vivos. ¿QUÉ ES LA TERAPIA DE DUELO? En el mundo de la psicoterapia, existe una gran diversidad de estrategias y herramientas utilizadas por los psicólogos para mejorar la calidad de vida de sus pacientes. La diversidad de estos recursos terapéuticos es un reflejo de la diversidad de problemas psicológicos a tratar o a solucionar, y la terapia de duelo es justamente el tipo de intervención que se utiliza en los casos de duelo patológico, cuyas características veremos más adelante. En definitiva, el objetivo de la terapia de duelo es ayudar a la persona a superar la muerte de un ser querido o la desaparición de algún elemento de su vida por el cual el paciente sentía un fuerte apego.

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5529539625 5580896119 ¿Qué es el duelo patológico? Lo primero que hay que tener en cuenta es que el duelo no es en sí un trastorno mental. En la mayoría de las ocasiones, se trata de una reacción normal y esperable ante la pérdida de alguien o algo por lo que hemos sentido emociones de afectividad, ya sea porque hemos establecido un vínculo amoroso con esa persona (familiares, amigos, pareja, etc.) o porque l o consideramos una parte importante de nuestra vida en general (casa, pueblo de origen, etc.). El duelo surge normalmente ante la idea de que muy probablemente no volveremos a ver aquello por lo que sentimos afecto, probabilidad que se convierte en certeza cuando esta situación involucra la muerte o la destrucción total de una estructura u objeto. Reestructuración cognitiva La reestructuración cognitiva es una estrategia por la cual el terapeuta contribuye a que el paciente se cuestione sus creencias que le producen malestar y las sustituya por otras más adaptativas. Por ejemplo, muchas personas que experimentan duelo por la pérdida de un ser querido creen que están solas ante la muerte, o que no pueden amar a más gente para no volver a sufrir de esa manera. En terapia, se plantean razonamientos en los que se ve la nula utilidad y el escaso realismo de esas ideas. Además, en esta fase de la reestructuración cognitiva también se trabajan contenidos relacionados con la autoimagen y la autoestima del paciente , ya que en los casos de duelo suelen aparecer problemas en estas áreas. El objetivo es que se asuma la propia mortalidad y la propia vulnerabilidad ante el mundo y el paso del tiempo como algo normal, que nos define, y que no debería impedirnos ser felices. Desensibilización sistemática En los casos en los que el duelo patológico vaya de la mano de traumas psicológicos (por ejemplo, por haber presenciado una muerte repentina) se utilizan técnicas propias de los trastornos de ansiedad, como la desensibilización sistemática. La idea es asociar los pensamientos intrusivos vinculados al trauma con sensaciones neutrales, que no generan malestar. De esta manera, estas imágenes mentales pierden poder de influencia sobre nosotros, dejamos de prestarles atención, y finalmente van desapareciendo poco a poco. RESILIENCIA TANATOLÓGICA

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5529539625 5580896119 que comprende la combinación de varios elementos. Engloban aspectos como tener un proyecto, tener responsabilidades, sentirse útil, contribuir en la vida de otras personas, ser generoso y tener confianza en un porvenir desconocido. Se trata de abrirse al futuro y a un proyecto de vida posible, construyendo activamente tu historia. El sentido que se le da a la vida no se puede imponer o manipular, sino que se va descubriendo en el proceso. Como defiende Fiorentino (2008), solo cuando las personas consiguen encontrarle un significado a su adversidad, pueden integrarla como parte de su historia. 8 Introspección Capacidad de análisis y reflexión para hacerse preguntas y responderse de forma sincera y honesta. Esta forma de indagar sobre el propio dolor, de pensar la tristeza y de cómo reconvertir la pena en un significado vital, proporciona herramientas que ayudan a entender para qué ha sucedido la adversidad. Esta capacidad de reflexión, es un recurso más para facilitar salidas, soluciones y formas diferentes de ver la adversidad, que ayudan a la persona a entender su dolor desde múltiples dimensiones (Cyrulnik, 2001b). Optimismo Las emociones positivas como el optimismo y el sentido del humor son consideradas factores protectores porque fortalecen los circuitos de recompensa y provocan sensaciones de placer, bienestar y satisfacción (Haglund, Nesttadt, Cooper, Southwick y Charney, 2009). Se ha comprobado que experimentar emociones positivas y ser optimista promueve el desarrollo de la resiliencia, proporciona recursos para afrontar los problemas y puede motivar comportamientos saludables (Salovey, Rothman, Detweiler y Steward, 2000). El optimismo puede disminuir el impacto que producen los estímulos estresantes (Abramson, Alloy, Hankin, Clements, Hogan y Whitehouse, 2000). Y como defienden otros autores se pueden generar emociones positivas frente a situaciones de adversidad si se da un significado positivo a los eventos de la vida cotidiana (Folkman y Moskowitz, 2000). Otro estudio como el de Vázquez, Cerevellón, Pérez – Sales, Vidalesa y Garborit (2005) da soporte a la importancia de experimentar emociones positivas como factores protectores frente a experiencias traumáticas y estresantes. Altruismo Barudy (2013) considera que la necesidad de cuidado y de buenos tratos hacia los demás es instintiva, ya que es fundamental para proteger y conservar nuestras vidas como individuos y especie. Defiende que son relaciones recíprocas y complementarias, sostenidas gracias al apego, al afecto y la biología. En situaciones problemáticas, estas conductas reducen las manifestaciones orgánicas, endocrinas y psicológicas del estrés y dolor. Por tanto, tienen efectos positivos. Además, el altruismo en la vida familiar y en comunidad, permite que sus miembros gocen de ambientes afectivos, protectores y reconfortantes. Y también proporciona una vida más feliz, sana y duradera, contribuyendo al bienestar y regulando el estrés. CONCLUSIÓN:

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5529539625 5580896119 En conclusión, el apoyo de los otros y su cuidado ayuda a superar los problemas. Proyección al futuro Uno de los resortes para que la resiliencia se ponga en marcha es la reparación del dolor y la proyección hacia el futuro. Esta proyección transforma la mirada de la pérdida en la búsqueda de lugares mejores. Las personas que trabajan desde un imaginario hacia el futuro transcienden más fácilmente su dolor, ya que experimentan en sus proyecciones lugares, personas, sensaciones, hasta olores, que pueden producirle bienestar. Esto es la materia prima de la que se nutren los sueños, que son una mirada hacia delante (Vaillant, 2004). Cabe destacar que el enfoque resiliente intenta entender cómo las personas consiguen superar una adversidad y salir transformado positivamente de ella, trabajando con las fortalezas de la persona y de su entorno. No consiste solo en vencer y sobrepasar las dificultades, sino también en beneficiarse de ellas. La resiliencia contribuye a la calidad de vida (Melillo, Estamatti y Cuestas, 2001) y es efectiva, no solo para enfrentar adversidades, sino también para la promoción de salud mental y emocional. Hemos recogido en este marco teórico un análisis del proceso de duelo y la fundamentación de la resiliencia, con ello pretendemos sustentar nuestro trabajo en la propuesta del programa que presentaremos más adelante. Los duelos, por muy dolorosos y complicados que resulten, pueden ser oportunidades excepcionales para nuestro crecimiento personal y realización, siempre y cuando seamos capaces de afrontarlos y de integrar la correspondiente pérdida. La persona sana es aquella que no intenta escapar del dolor, sino que sabiendo que ocurrirá intenta saberlo manejar. El duelo, señala Bermejo, quizá reclame nuestra verdad más grande y hermosa: el valor del amor. Y nuestra verdad más trágica: la soledad radical que nos caracteriza. La muerte de un ser querido nos confronta irremediablemente ante el misterio de la vida. Nos impone silencio; y el silencio vacío; y el vacío, reflexión inevitable. El psiquiatra existencialista Yalom,^ nos recuerda que el duelo es tan devastador y aterrador porque confronta a la persona con los cuatro conflictos básicos de la existencia: la muerte, la libertad, la soledad y la falta de significado. Efectivamente, una de las circunstancias terribles, de las más terribles, es la de la muerte de un ser querido, que en algunas ocasiones se podrá tornar tan opresiva e insoportable, que la persona queda ahogada en la inmensa amargura de su pena^36. Elaborar las pérdidas no ha de ser una resignación pasiva o una sumisión sino una actitud flexible y equilibrada, que le permita a la persona salvar sus propios valores y realizarse en la medida compatible a sus circunstancias, y sin descompensarse. Efectivamente no es el olvido la clave para vivir sanamente el duelo, no. El olvido mediante la represión nunca es liberador, parece que nos aleja de lo que nos hace sufrir, pero no lo

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5529539625 5580896119 Rojas S. El manejo del duelo. Granica, Barcelona 2005. Tizón JL. Pérdida, pena, duelo. Paidós, Barcelona 2004. SESIÓN ( SABADO 29/01/2022 ) Dirigido: Estudiantes, Pasantes y Profesionistas en Psicología Clínica y Educativa, Orientadores, Pedagogos, Maestros de Educación Especial, Regular y afines. Objetivo : Brindar al alumnado el conocimiento teórico sobre la terapia de Tanatología y su importancia durante el proceso del duelo. Además de sus características y funcionamiento durante el acompañamiento con el paciente. CALENDARIO DE ACTIVIDADES 2021 PLAN: : Semi-intensiva (en línea-plataforma ZOOM), un fin de semana por mes. : Sábado y Domingo de 09:00 a 13:00 horas. : 6 meses (Agosto-Enero)

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MODULO SÁBADO DOMINGO

I (^) 28 de Agosto 29 de Agosto II 25 de Septiembre 26 de Septiembre III 30 de Octubre 31 de Octubre IV (^) 27 de Noviembre 28 de Noviembre V 18 de Diciembre 19 de Diciembre VI (^) 29 de Enero 30 de Enero