































Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity
Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium
Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity
Prepara tus exámenes con los documentos que comparten otros estudiantes como tú en Docsity
Los mejores documentos en venta realizados por estudiantes que han terminado sus estudios
Estudia con lecciones y exámenes resueltos basados en los programas académicos de las mejores universidades
Responde a preguntas de exámenes reales y pon a prueba tu preparación
Consigue puntos base para descargar
Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium
Comunidad
Pide ayuda a la comunidad y resuelve tus dudas de estudio
Descubre las mejores universidades de tu país según los usuarios de Docsity
Ebooks gratuitos
Descarga nuestras guías gratuitas sobre técnicas de estudio, métodos para controlar la ansiedad y consejos para la tesis preparadas por los tutores de Docsity
Para sociología jurídica, habla de marx y su perspectiva en el derecho
Tipo: Apuntes
1 / 39
Esta página no es visible en la vista previa
¡No te pierdas las partes importantes!
45
Russell CERÓN GRAJALES Juan Enrique LEAL S ÁENZ
Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, lo que hace falta es transformarlo. Carlos M ARX
S UMARIO : I. Introducción. II. Marx y marxismo: marco histórico. III. La Alemania de Marx. Reseña política. IV. El liberalismo y la Revolución Industrial. V. El socialismo utópico como antecedente de la doctrina de Marx. VI. Encuentro con el materialismo filosófico. VII. Los factores económicos de producción, en la teoría marxista, como elementos generadores del poder político y del derecho. VIII. Aportaciones. IX. Conclusiones. X. Bibliografía.
El pensamiento de Karl Marx ha revestido, y reviste aún hoy, una impor- tancia capital en el contexto de la historia de las ideas. Sus aportaciones doctrinarias cambiaron en forma sustancial el cur- so de la historia, constituyendo la fuente de inspiración que permitió la instauración de diversos regímenes políticos que, aunque de forma por demás imperfecta, y no siempre ajustada a la concepción original de su doctrina, dividieron al mundo en dos grandes y opuestos polos de in- fluencia política y económica, incidiendo determinantemente en el de- venir existencial de un porcentaje considerable de la población total del planeta. Marx plasma en su vasta obra una revolucionaria teoría sobre el Es- tado y su poder político, determinando el origen de este poder en los
46 RUSSELL CERÓN GRAJALES / JUAN ENRIQUE LEAL SÁENZ
factores económicos de producción, por lo que su estudio resulta de vital importancia si se pretende lograr una profunda interpretación de la sociedad, el Estado, el derecho, y los distintos fenómenos políti- cos, ideológicos y económicos inherentes a su rica, inagotable y con- trovertida temática. En este trabajo de investigación hemos pretendido desarrollar las ideas que concibió Marx sobre las relaciones que guardan entre sí la economía, el Estado, el poder político y el derecho. El primer capítulo nos refiere el entorno histórico en el que se generan y evolucionan las ideas y el pensamiento de Marx. Se reseñan y analizan sus antecedentes biográficos; nos situamos en el ámbito geopolítico que carac- terizaba en aquel tiempo la realidad multiestatal germánica; nos ubicamos en el escenario contextual de la Revolución Industrial, y de la corriente socialista utópica; y remarcamos la trascendencia de su encuentro con el materialismo filosófico. El capítulo segundo contempla el análisis de la teoría marxista a la luz del influjo que los factores económicos de producción ejercen como ori- gen y fundamento del poder político y, por ende, del derecho. Partiremos precisamente de esa hipótesis, desarrollando, acto seguido, los supuestos de comprobación que estimamos estrictamente necesarios para demostrarla. Hecho esto, procederemos a la exposición analítica y crítica de cada uno de esos supuestos. Finalmente, habremos de ofrecer un conjunto de aportaciones positivas de la teoría marxista que se expone, y habremos de formular una serie de conclusiones personales que devienen de la crítica emitida a los supuestos de comprobación de nuestra hipótesis. Para esta investigación hemos recurrido al método analítico y al deduc- tivo, ya que tomamos como base las ideas y los hechos que giran en torno a la figura de Marx, ubicándonos en su línea de pensamiento y en su línea de acción respecto de la temática que motiva nuestro trabajo. Nuestra crítica personal sigue la misma técnica. Partimos de la idea sus- tantiva que ubica a los factores económicos de producción como los ele- mentos que modelan y determinan al poder político y al derecho. La hipótesis la analizamos desde una perspectiva omnicomprensiva; es decir, la idea central es la generadora de otras ideas que le dan fundamento y validez. Es aquí donde la técnica metodológica emerge y nos conduce al análisis riguroso del pensamiento de Marx.
48 RUSSELL CERÓN GRAJALES / JUAN ENRIQUE LEAL SÁENZ
Berlín en octubre de 1836, donde continuaría sus estudios de jurispruden- cia, filosofía e historia. Su padre, quien sentía admiración y al mismo tiempo se preocupaba por su brillante y excéntrico hijo, murió cuando Marx tenía 20 años. Un año después trabaja en su tesis doctoral, intitulada “Diferencia de la filoso- fía de la naturaleza en Demócrito y Epicuro”, doctorándose tres años des- pués en la Universidad de Jena, a los 23 años de edad. En el otoño de 1841, una vez obtenido el grado de doctor, Marx pensaba iniciar su carrera de profesor en la Universidad de Bonn, tratando de im- partir la cátedra de filosofía. En ese momento, el movimiento político sur- gido con posterioridad a la muerte de Guillermo III, ocurrida en 1840, orientó la vida de Marx por un camino totalmente distinto al que él mismo había concebido. La reacción política le impidió seguir la carrera universi- taria, orientándose inesperadamente al periodismo militante. En la ciudad de Colonia, la burguesía liberal renana se propuso crear un periódico con el fin de enfrentar a la aristocracia feudal, destinado, por tanto, a ser un órgano de reforma moderadamente liberal y de intereses comerciales. Las provincias renanas habían sido anexadas a Prusia poco después de las guerras napoleónicas, y, gracias a su diferente pasado histórico, y a la herencia francesa, tenían actitudes mucho más liberales que la Prusia pro- piamente dicha. Dicho diario, La Gaceta del Rin , cuyo primer número apareció en enero de 1842, empezó a prepararse desde el otoño del año anterior y, ya desde esos preparativos, Marx, junto con otros jóvenes hege- lianos, participó con decisión y entusiasmo. De esta forma, si bien Marx se inicia como un colaborador más de la Gaceta , para octubre de 1842 fue nombrado director del periódico. Así, con apenas 24 años de edad, se en- contraba a la cabeza del principal órgano de la burguesía progresista ale- mana. Esta primera experiencia periodística contribuyó, en gran forma, al desarrollo de Marx. Había sido llamado el periodista alemán más notable y, ciertamente, él y sus colegas combatían a las autoridades prusianas con gran vigor. A pesar de ser publicada La Gaceta bajo una estricta censura, es clausurada el 31 de marzo de 1843 por el gobierno prusiano, que era inca- paz de frenar la creciente influencia del diario. Esta clausura se produjo a pesar de que Marx había renunciado a la dirección desde el 18 de marzo, en un desesperado intento por salvar la publicación.
PODER POLÍTICO Y DERECHO EN LA TEORÍA MARXISTA 49
Fruto de esta etapa en la vida intelectual y política de Marx fue la radicalización de sus intereses hacia los problemas económicos y sociales, al reconocer la importancia de los intereses materiales en la sociedad. En el verano de 1843, Carlos Marx contrajo matrimonio con Jenny von Westphalen, de linaje noble, pero sin dote. En octubre de ese mismo año se trasladan a París en su primer exilio, el cual fue voluntario y con la finali- dad de editar con Arnold Ruge los Anales franco-alemanes , donde Marx publicaría uno de sus primeros ensayos socialistas: “Crítica de la filosofía hegeliana”. Los Anales franco-alemanes era un periódico filosófico radi- cal cuya publicación fue un completo fracaso, pues fue editado una sola vez. Esta revista estaba destinada a ser distribuida en Alemania a escondi- das, y, por su clandestinidad, tropezó con muchos problemas, ocasionando con esto fricciones entre Marx y el director Ruge. La permanencia en París hizo avanzar a Marx en el camino hacia la evolución de sus doctrinas. París, en la década de 1840, era en verdad la capital intelectual de Europa, y el ambiente era caótico, idealista y rego- cijante. La ciudad hervía con radicales y revolucionarios, y Marx conoció a muchos de ellos, especialmente entre los emigrados alemanes y rusos. Entró en contacto, de modo más directo, con el pensamiento político re- volucionario, particularmente entre socialistas y comunistas. Durante este periodo, Marx leyó y estudió, de forma prodigiosa, sobre política, historia y economía, influenciado por las ideas revolucionarias de los franceses Blanc, Proudhon —quien puede ser considerado como el más prominente pensador de la tradición anarquista-socialista— y Leroux. Asimismo, ana- liza el pensamiento y las ideas de los anarquistas rusos Botkin y Bakunin. Comienza sus estudios de economía y política, y esboza una crítica a la Fenomenología del espíritu , de Hegel. Pero el evento más importante en esta fase de la vida de Marx fue su encuentro con Federico Engels. Se habían conocido con antelación en Colonia, pero la verdadera amistad data de esos tiempos de París. Engels, hijo de un fabricante de tejidos en Alemania septentrional, era un hombre notable por varios conceptos: inteligente y de múltiples aptitu- des —lingüista, periodista, hombre de negocios—, y era a su vez práctico y eficiente en todo lo que emprendía. Engels proporcionaba a Marx información acerca de las condiciones sociales y económicas de Inglaterra producidas por la Revolución Indus- trial. Sobre estos asuntos escribió un libro denominado Las condiciones de las clases trabajadoras en Inglaterra (1848). Se ha dicho que el marxismo
PODER POLÍTICO Y DERECHO EN LA TEORÍA MARXISTA 51
los clásicos de la economía inglesa: Adam Smith y David Ricardo, además de investigar profundamente el devenir del capitalismo inglés. En 1852, publica El dieciocho brumario de Luis Bonaparte , y en 1859 aparece la Contribución a la crítica de la economía política , obra que con- tiene la primera exposición sistemática de la teoría del valor y del dinero, así como del capitalismo, concebido como un modo de producción. En el prólogo de esta última obra, Marx señala el método que siguió para anali- zar el modo de producción capitalista:
Examinó el sistema de la economía burguesa por el orden siguiente: capi- tal, propiedad de la tierra, trabajo asalariado; Estado, comercio exterior, mercado mundial. Bajo los tres primeros títulos estudió las condiciones económicas de existencia de las tres grandes clases en las cuales se divide la sociedad burguesa moderna.^2
En realidad, esta obra no es más que el antecedente del análisis efectua- do por Marx en su obra cumbre: El capital. En El capital Marx expone los dos pilares de la teoría marxista: la teoría del valor y la teoría de la plusvalía. Engels, amigo entrañable de Marx, desempeñó un papel importante en la posibilidad de escribir y editar el primer tomo de El capital. Marx siem- pre reconoció este hecho. Pero la colaboración de Engels en su elabora- ción, no sólo fue monetaria, sino que contribuyó con un buen número de proposiciones, e incluso, ordena y publica, después de la muerte de Marx, los dos siguientes tomos. El cuarto tomo fue publicado hasta 1905. La crítica del programa de Ghota fue el último trabajo teórico de Marx, pues sus agudas enfermedades le impidieron continuar con su obra y su trabajo político. El 2 de diciembre de 1881, tras una larga y penosa enfermedad, muere su esposa Jenny. Marx apenas si sobrevivió unos quince meses a su mujer. El 14 de marzo de 1883 dejó de existir Carlos Enrique Marx. Ante su tumba, en el cementerio londinense de Highgate, su amigo y compañero de toda la vida, Federico Engels, dijo: “Ha dejado de pensar el más grande pensador de nuestro tiempo. Su nombre vivirá a través de los siglos, y con él su obra”.^3
(^2) Marx y Engels, Obras escogidas , México-Moscú, Progreso, 1976, t. I, p. 3. (^3) Ibidem , t. III, p. 171.
52 RUSSELL CERÓN GRAJALES / JUAN ENRIQUE LEAL SÁENZ
III. L A A LEMANIA DE M ARX. RESEÑA POLÍTICA
Después de varias guerras el pueblo alemán formó, a través de su histo- ria, varios Estados. Alguna vez, Alemania formó parte del Sacro Imperio Romano Germánico, en el cual vivían también otros pueblos. En otras oca- siones, Alemania se vio convertida en muchos Estados independientes gobernados de formas distintas por reyes, príncipes, duques, o arzobispos. En 1815, la Santa Alianza, formada por los monarcas ruso, austriaco y prusiano, sometió las ideas liberales de la época. Se inicia también la ce- rrada competencia entre los dos Estados alemanes más grandes —Austria y Prusia—, con el propósito de incorporarse el resto de pequeños Estados alemanes. Mientras en los Estados alemanes reinaban las ideas de unificación po- lítica, los monarcas de los Estados alemanes más grandes intentaban domi- nar y coronarse emperadores de toda Alemania. El pueblo alemán buscaba una unificación pacífica, democrática y liberal, en tanto que aquellos mo- narcas ambicionaban el poder sólo para ellos. 4 En sustitución del antiguo Imperio, surge la Confederación Germánica. Esta Confederación era tan sólo una asociación de diversos Estados ale- manes soberanos, aunque naturalmente seguían predominando Austria y Prusia. En 1848, el pueblo alemán de los diversos Estados germánicos se levan- ta en una Revolución armada que pretendía una Constitución democrática y su unificación política. En ese tiempo, los Estados alemanes eran 38: ocho reyes, seis grandes duques, nueve duques, once príncipes y cuatro ciudades libres. Al fracasar la Revolución en 1850, se restablece la Confe- deración germánica sin que se lograra la unificación política. Con base en una gran industrialización, Prusia se convirtió en la poten- cia económicamente más fuerte de todos los Estados alemanes, superando a Austria. En estos años surge la figura de Otto von Bismarck en Prusia. En su política exterior, Bismarck comenzó a tener varios éxitos al ganar tres gue- rras que hicieron posible una unificación alemana nunca antes lograda, con predominio prusiano y la exclusión austriaca. Así, el 18 de enero de
(^4) Schultz, D., Hacia la reunificación: la cuestión alemana en la década de los ochenta , México, Fondo de Cultura Económica, 1990, pp. 21-25.
54 RUSSELL CERÓN GRAJALES / JUAN ENRIQUE LEAL SÁENZ
liberalismo, tal como hoy lo entendemos, hubiera sido prácticamente in- concebible. El liberalismo decimonónico se basó en los principios de liber- tad y progreso; el ideal de libertad halló su expresión clásica en la revolu- ción francesa, y fue la revolución industrial la que sentó las bases de un progreso social, imposible sin ella. Pese a debilidades y lagunas, esta revo- lución confirmó la fe humana en el progreso. 6
Mientras la estructura política y social de Europa, debido a la revolu- ción industrial, sufre conmociones —ya que las formas de vida y las nece- sidades básicas de la sociedad se modifican por los cambios en el pensamiento y por las formas de producción e inventos mecánicos—, sur- ge una nueva forma de vida. La tierra cede a la fábrica y al comercio el primer puesto como fuente de riqueza. La riqueza de las tierras, ligada a la aristocracia de sangre, se sustituye por el capital industrial o comercial. La burguesía, compuesta por personas que no pertenecen a esa nobleza, mueve la actividad económica, y se hace dueña de los medios de produc- ción, sobreponiéndose a la aristocracia tradicional. El hombre de negocios disputa posiciones al señor. La fábrica sustituye al taller; y en lugar del artesano emerge el proletariado que vende su trabajo por un salario. El artesano ya no se agrupa en gremios para defenderse de otros artesa- nos. El obrero se agrupa en sindicatos para defenderse del capitalista. Estos elementos constituyen el embrión de lo que será el mercado capi- talista moderno, regido por la iniciativa, la competencia, la oferta y la de- manda, y es el antecedente de los problemas sociales de nuestro tiempo. 7 Marx estudia sistemáticamente los problemas surgidos como consecuen- cia de esta forma de vida, y los interpreta como una respuesta a los cam- bios y padecimientos de la clase trabajadora en las primeras etapas de la Revolución Industrial en la Gran Bretaña y en Europa Occidental.
En el esquema de Marx, el desarrollo del capitalismo y la depauperación de la clase trabajadora, constituían el necesario preludio a la revolución socia- lista; la visión marxista del desarrollo económico implicaba, ciertamente, que la revolución socialista triunfaría en los países industrialmente avanza-
(^6) Grinberg, Carl, “Europa y el liberalismo”, Historia Universal , México, Santiago, 1991, t. 37, pp. 7 y 8. (^7) Montenegro, Walter, Introducción a las doctrinas político-económicas , 3a. ed., Méxi- co, Fondo de Cultura Económica, 1985, pp. 35-37.
PODER POLÍTICO Y DERECHO EN LA TEORÍA MARXISTA 55
dos, donde se suponía que había un proletariado más numeroso, organiza- do y maduro para la toma del poder.^8
V. E L SOCIALISMO UTÓPICO COMO ANTECEDENTE DE LA DOCTRINA DE M ARX
Marx, al estar en París, estudió a fondo el socialismo que se generaba en esa época. París era el centro de la teoría socialista y de las esperanzas utópicas en pos de un mundo mejor. Los dirigentes del pensamiento socialista eran hombres de gran destre- za y cálido sentido de humanidad que habían encontrado que con la revo- lución francesa de alguna forma se había emancipado a la burguesía, pero se había reducido a los trabajadores emigrantes del campo a una mayor miseria de la que había experimentado en épocas del feudalismo. Algunos pensadores socialistas utópicos, en los cuales Marx se inspiró, como Saint Simon, Fourier y Baboeuf, veían el problema en términos so- cialistas:
Denunciaban a todos los que vivían sin trabajar como parásitos de la socie- dad y declaraban que todos los hombres deberían de trabajar. Observaban con horror e indignación la destrucción en gran escala de la vida y de la libertad del individuo que estaba efectuando el régimen monstruoso de los financieros, industriales, jueces, soldados y administradores. La nueva li- bertad económica no había hecho más que esclavizar al hombre. 9
De sus estudios de los socialistas utópicos, Marx recibió una enorme influencia de Saint Simon. Éste creía en una jerarquía social, dentro de la cual el hombre quedaría integrado a la sociedad, dependiendo de su capa- cidad; y el gobierno estaría en manos de un grupo dirigente de científicos y lideres culturales. Lo veía como una Iglesia de nueva especie, donde ciencia e industria estarían representadas como tecnocracia. Dentro de su utopía exigía que todo mundo trabajara; esto incluía a banqueros y fabri- cantes, y lo importante era que la economía absorbería totalmente a la po- lítica: la administración de las cosas reemplazaría al gobierno político sobre
(^8) Faisond, Merle, “Marxismo clásico”, Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales 9 , Madrid, Aguilar, 1979. Lewis, John, op. cit. , nota 1, p. 54.
PODER POLÍTICO Y DERECHO EN LA TEORÍA MARXISTA 57
Puesto que la acción política era casi imposible debido a la hermética autocracia prusiana, las grandes controversias se confinaban a asuntos re- ligiosos y filosóficos, principalmente. La filosofía de Federico Hegel había sido adoptada como la oficial del reaccionario Estado prusiano. Uno de los rasgos más destacados de ésta consiste en la manera como se resuelve el problema central de la filosofía, es decir, la relación entre el espíritu y la materia. En la filosofía idealista de Hegel, el espíritu es primero, siendo la materia producto del espíritu. Junto a esta concepción idealista, Hegel concibe el movimiento de una manera dialéctica. De este modo, la idea, el espíritu, mueve y empuja a la historia hacia adelante en un proceso interminable que va de lo inferior a lo superior, de etapa en etapa, perdiendo las etapas anteriores su derecho a existir, pues al dejar de ser reales dejan de ser racionales, siendo reempla- zadas por una realidad nueva que es ratificada como razonable por la idea y, por lo tanto, es calificada como necesaria. Este proceso constante de desarrollo evolutivo es la dialéctica, y es el motor del devenir de la realidad. Este desarrollo dialéctico de los concep- tos se produce toda vez que éstos encierran su propia negación y consi- guiente superación (tesis, antítesis, síntesis). Claramente influenciado por tres autores —Hegel, Feuerbach y Saint Simon—, Marx tomó de Hegel el método dialéctico, pero aplicado a la materia y no al espíritu. De Feuerbach asimila el materialismo ateo. De Saint Simon y Proudhon recoge ideas en torno al socialismo, sin olvidar que “el enfoque propio de los marxistas, alrededor del materialismo, es su aplicación a las cuestiones económicas”. 13
VII. L OS FACTORES ECONÓMICOS DE PRODUCCIÓN, EN LA TEORÍA MARXISTA , COMO ELEMENTOS GENERADORES DEL PODER POLÍTICO Y DEL DERECHO
Dentro de la teoría política, el concepto de poder político es uno de los más controvertidos. En la obra de Marx no existe una definición estricta y
(^13) Gutiérrez, Sáenz, Raúl, Historia de las doctrinas filosóficas , 22a. ed., México, Es- finge, 1991, p. 163.
58 RUSSELL CERÓN GRAJALES / JUAN ENRIQUE LEAL SÁENZ
acabada sobre este término. La concepción genérica de poder político ha- brá de inferirse del análisis e interpretación sistemática del conjunto de su pensamiento. Para acceder a la conceptualización de este término, habrá que delimitar previamente el campo sobre el cual es aplicable; por tanto, es menester referirse a:
La distinción entre niveles estructurales de una formación social y niveles de lucha —de práctica— de clases, en suma a la distinción entre estructuras y relaciones sociales. El concepto de poder tiene como lugar de constitu- ción el campo de las prácticas de clase. En efecto, siempre que Marx o Engels se refieren a los conceptos de poder o de autoridad, así como a los conceptos afines, como el de dominio, etcétera, lo sitúan en el campo de las relaciones de clase. Las relaciones de las clases son relaciones de poder. Paralelamente, los niveles distintos de lo económico, por ejemplo, las es- tructuras del Estado, se reducirían a relaciones de poder, o sea sólo al poder del Estado. 14
En tal virtud, y del análisis sistemático anteriormente señalado, hemos obtenido la hipótesis precitada, según la concepción de Carlos Marx, por lo que a continuación procederemos a la exposición y desarrollo de los supuestos de comprobación que acreditan esta hipótesis.
A. La economía es la fuerza determinante de la historia humana
La economía es el punto toral en torno al cual gira la doctrina marxista. Marx interpreta la historia desde una perspectiva eminentemente econó- mica. La considera como el desarrollo de los esfuerzos del hombre por dominar y transformar las fuerzas de la naturaleza y, en consecuencia, las de producción. El marxismo es una teoría dialéctica del progreso humano. La historia es progreso porque la capacidad del hombre de producir aumenta conti-
(^14) Poulantzas, Nicos, Poder político y clases sociales en el Estado capitalista , 18a. ed., México, Siglo XXI, 1979, pp. 117-121.
60 RUSSELL CERÓN GRAJALES / JUAN ENRIQUE LEAL SÁENZ
Crítica. A este respecto, consideramos que, en efecto, el devenir histó- rico de toda sociedad está determinado primordial, aunque no únicamente, por la economía, entendida ésta no en el sentido habitual del término, sino enfocado más específicamente al contenido real de las relaciones de pro- ducción capitalista, lo que otorga, dentro de la lógica de interpretación marxista de la historia, un carácter limitativo a su concepto particular de la economía. Estimando que la interpretación económica de la historia es una de las grandes ideas del siglo XIX, es, sin embargo, excesivo el papel que al ingrediente económico otorga la doctrina marxista, haciendo de él la única auténtica realidad histórica y reduciendo a elementos tan importantes de la cultura, como el Estado, el poder político, el derecho, el arte, la ciencia, la religión, a simple reflejo de la dialéctica económica.
La economía es ciertamente una gran rueda de la historia, pero que gira engranada con otras muchas. La maquina es muy compleja. La historia no ha sido siempre gobernada autocráticamente por la economía, ni ha consis- tido monótonamente en la lucha económica de clases. Contemplemos el curso de la historia universal y advertiremos que muchos de los grandes aconteci- mientos que determinaron virajes muy importantes, que inauguraron nuevas épocas, y muchas de las corrientes que han llenado decisivamente sus cau- ces, no pueden ser explicados únicamente por el factor económico. Pense- mos a este respecto en la filosofía griega, la organización de la familia roma- na, el Cristianismo, el Islamismo, la escolástica, las Cruzadas, el arte del Renacimiento italiano, la reforma protestante, el idealismo filosófico, la nueva ciencia de la naturaleza en la Edad Moderna, la Ilustración, las guerras de Napoleón, cuyas legiones difunden el espíritu de la revolución francesa, la actitud de la clase burguesa ilustrada en los siglos XVIII, XIX e incluso en parte del XX, que alienta los movimientos revolucionarios por varios móvi- les distintos del económico, etcétera. Son muchos y diversos los factores que intervienen en el proceso histórico-cultural y, consiguientemente, en la anatomía y en el desenvolvimiento de la sociedad.^17
Coincidimos con Miguel Ibáñez Langlois si observamos que Marx con- sidera los mecanismos de la economía como una variable histórico-social, y no de una manera absoluta e inmutable. Por lo que habría que apreciar la
(^17) Recaséns Siches, Luis, Sociología , 3a. ed., México, Porrúa, 1976, pp. 530-534.
PODER POLÍTICO Y DERECHO EN LA TEORÍA MARXISTA 61
realidad económica desde un punto de vista histórico, sociológico e, inclu- so, filosófico. Su obra cumbre, El capital , es una profunda crítica de la economía po- lítica tradicional, disciplina que se revela como formulación ideológica en cuanto oculta la realidad fundamental de la explotación del obrero por el sistema burgués. 18 Por consiguiente, bajo una perspectiva científico-social, no es aceptable la idea inconmovible de un monismo determinista económico que rija to- talmente la historia del hombre y de las sociedades.
El querer circunscribir, en todas las épocas históricas, la conducta humana a las estructuras económicas, es limitar arbitrariamente en márgenes suma- mente rígidos el devenir histórico. Sobre esto nos dice Freud: “La fuerza del marxismo no estriba manifiestamente en su interpretación de la historia ni en la predicción del porvenir que en ella funda, sino en la perspicacísima demostración de la influencia coercitiva que las circunstancias económi- cas de los hombres ejercen sobre sus disposiciones intelectuales, éticas y artísticas. Con ello se descubrió toda una serie de relaciones y dependen- cias totalmente ignoradas hasta entonces. Pero no se puede admitir que los motivos económicos sean los únicos que determinan la conducta de los hombres en la sociedad”. 19
B. Cada sociedad gira en torno de sus estructuras económicas. Todo lo demás está conformado por superestructuras derivadas de la estructura económica
Marx divide teóricamente a la sociedad en dos grandes estructuras. Para él, el hombre es un productor social de sus medios de subsistencia. Esta producción implica relaciones sociales cuyo carácter dependerá del grado de desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad. Relaciones socia- les que constituyen la estructura económica de la sociedad, sobre la cual se construye una superestructura conformada por instituciones políticas, jurídicas e ideológicas, que reflejan, finalmente, la estructura económica.
(^18) Ibáñez Langlois, J. Miguel, El marxismo, visión crítica , Madrid, Rialpsa, 1973, p. 113. (^19) Sánchez Azcona, Jorge, Derecho, poder y marxismo , México, Porrúa, 1976, p. 177.
PODER POLÍTICO Y DERECHO EN LA TEORÍA MARXISTA 63
El Estado, y su poder político, así como el derecho, se corresponden con la superestructura jurídico-política. Y, en términos marxistas, es en la es- tructura económica donde debe buscarse el punto de referencia que nos conduzca a la explicación de los fenómenos sociales que son consustan- ciales a la superestructura en sus diversas gradaciones políticas, jurídicas e ideológicas. Crítica. La teoría marxista se suscribe y configura como un sistema monista y determinista, pues pretende explicar el universo de la realidad social y del proceso histórico como efecto del factor económico. Gran parte de la crítica formulada a Marx se ha dirigido, precisamente, a la sobreconcentración atribuida a su basamental enfoque economicista de la sociedad y de la historia. Nosotros coincidimos con prominentes estudiosos del marxismo en que tal interpretación no puede ser tan absoluta, ya que si bien la economía ejerce un gran influjo sobre la sociedad y la historia, no puede negarse que el hombre, con su acción, puede decisivamente incidir en la orientación de los acontecimientos históricos. Si bien la economía es un factor determinante de la historia humana, no es el único tampoco: sobre la base económica también actúan los factores de la superestructura. De suerte que, aunque sea la estructura económica la más determinante, se producen influencias recíprocas entre ésta y los fac- tores de la superestructura.
Las raíces más profundas tanto de la política interior como de la exterior del Estado son determinadas por las relaciones económicas existentes en él entre las clases. Pero la política ejerce a su vez, enorme influencia inversa en el desarrollo de la economía. Mientras que los cambios diarios se suelen producir en la economía bajo la influencia directa de las fuerzas producti- vas en desarrollo, las transformaciones radicales de todo el régimen econó- mico de la sociedad, que se producen a base del desenvolvimiento de las fuerzas productivas, se realizan bajo la influencia directa de la política, aprovechándose el poder político para transformar las relaciones económi- cas. Así, en la revolución socialista, el viraje político suele anteceder al económico. De esta suerte, la política es un potente instrumento de la cons- trucción de una economía nueva. 23
(^23) Yajot, O. y Spirkin, A., Curso de filosofía marxista , México, Quinto Sol, 1985, pp. 170 y 171.
64 RUSSELL CERÓN GRAJALES / JUAN ENRIQUE LEAL SÁENZ
Crítica que se fortalece con el reconocimiento que, sobre el papel que representan los componentes de la superestructura sobre la base o estruc- tura económica, exterioriza el mismo Federico Engels, en su carta dirigida a J. Blonch, fechada en Londres los días 21 y 22 de septiembre de 1890:
La situación económica es la base, pero los diversos factores de la superes- tructura que sobre ella se levanta —las formas políticas de la lucha de cla- ses y sus resultados, las Constituciones que, después de ganada una batalla, redacta la clase triunfante, etcétera, las formas reales en el cerebro de los participantes, las teorías políticas, jurídicas, filosóficas, las ideas religiosas y el desarrollo ulterior de éstas hasta convertirlas en un sistema de dog- mas— ejercen también su influencia sobre el curso de las luchas históricas y determinan, predominantemente en muchos casos, su forma. 24
Observaciones que, como puede corroborarse, fueron formuladas por Engels años después de la muerte de Marx, y con las que coincide Jorge Sánchez Azcona al considerar:
No es posible tratar de explicar la estructura social como resultado de con- ductas que solamente se encauzan hacia la consecución de logros económi- cos como finalidad principal a través de todas las épocas históricas. El hombre en su actuar no solamente guía su conducta a la consecución de satisfactores materiales, sino que busca otro tipo de metas a las cuales, además, puede dar preponderancia, por ejemplo, emotivas, axiológicas, etcétera. 25
C. La historia de todas las sociedades es la historia de la lucha de clases. La estructura económica condiciona la lucha de clases
Dentro de la estructura económica concebida por Marx se encuentra una variable permanente para todas las sociedades y épocas históricas. Esta variable es la lucha de clases. Sostiene que la historia es el resultado del enfrentamiento de las fuerzas de producción (el capital y el trabajo), representadas por dos clases anta- gónicas: los detentadores de los medios de producción y los que ofrecen su fuerza de trabajo.
(^24) Marx y Engels, op. cit ., nota 2, t. II, p. 490. (^25) Sánchez Azcona, Jorge, op. cit ., nota 19, pp. 179 y 180.