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Orientación Universidad
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Literatura definición, Resúmenes de Crítica Literaria

Aproximación al termino que es la literatura

Tipo: Resúmenes

2024/2025

Subido el 09/05/2025

luciana-humacata
luciana-humacata 🇦🇷

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María Teresa Andruetto: Hacia una Literatura sin adjetivos
"Literatura sin Adjetivos": Este concepto, ofrece una profunda reflexión crítica sobre el sistema
literario, cuestionando la rigidez del canon, la influencia del mercado y la percepción de géneros
como la LIJ. La autora aboga por una literatura que trascienda las etiquetas y las presiones externas,
una literatura que sea un "camino de conocimiento" y una exploración auténtica de la experiencia
humana. La obra invita a repensar cómo se valora, enseña y consume la literatura, y subraya la
importancia de una crítica literaria más comprometida y un mercado editorial que priorice la calidad
artística sobre el rédito comercial.
El canon literario puede ser entendido como caña, vara, norma, regla, precepto, modelo o prototipo.
Se refiere a un conjunto de obras consideradas representativas y valiosas. La autora compara el
canon con una lectura del presente hacia el pasado porque es desde el presente que se seleccionan,
fijan y determinan los libros que se consideran parte del canon, decidiendo cuáles deben
permanecer vivos.
La idea de "punctum" se relaciona con la perduración de ciertos libros en que algunos textos logran
impactar o "pinchar" al lector de una manera particular, haciendo que permanezcan en su memoria
y sigan siendo leídos a través del tiempo. Define a la buena lit.
Según Lotman, siempre existe una dialéctica entre lo canonizado y lo no canonizado, un
movimiento permanente donde lo que está fuera del centro tiende a ocuparlo y a pugnar por
desplazar a lo que está dentro. El riesgo implica la canonización de un autor en el mercado editorial
es que puede llevar a una excesiva mercantilización de su obra, perdiendo su valor intrínseco y
reduciéndola a un producto comercial. Por ejemplo, considera que la literatura infantil y juvenil ha
sido "sin adjetivos" en un sentido negativo porque a menudo se la ha percibido como una categoría
menor, carente de complejidad o valor estético comparable a la literatura para adultos. El principal
problema que Andruetto identifica en la industria editorial actual es la priorización de las estrategias
de venta y el marketing sobre la calidad literaria y el valor intrínseco de las obras, especialmente en
la LIJ.
La autora utiliza la metáfora del escritor como un viajero en tránsito y un explorador para describir
el proceso de escritura, viendo la escritura como un camino de conocimiento y un acto de búsqueda
constante. Entiende el concepto de "literatura sin adjetivos" como una literatura que se libera de las
categorías, etiquetas y expectativas externas, buscando una expresión auténtica y profunda de la
experiencia humana a través del lenguaje.
Punctum se refiere a un elemento que "viene a perturbar" al lector. Barthes lo describe
diciendo: "Yo soy quien va a buscarlo, es el quien sale de la escena como una flecha y viene a
punzarme". Se relaciona también con un "agujerito, pequeña mancha, pequeño corte, y
también casualidad".
El punctum está vinculado a la experiencia individual del lector y contribuye a que "cada
lector construye su canon" más allá de lo que establecen la academia, la escuela o el mercado.
La idea es que el valor o la perdurabilidad de una obra para un lector anónimo está relacionada
con esta "excitación" o respuesta personal que genera el punctum.
Además, se menciona que al releer, el lector puede arrojarse a la página con un "nuevo
punctum" o quizás con el mismo.
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María Teresa Andruetto: Hacia una Literatura sin adjetivos "Literatura sin Adjetivos": Este concepto, ofrece una profunda reflexión crítica sobre el sistema literario, cuestionando la rigidez del canon, la influencia del mercado y la percepción de géneros como la LIJ. La autora aboga por una literatura que trascienda las etiquetas y las presiones externas, una literatura que sea un "camino de conocimiento" y una exploración auténtica de la experiencia humana. La obra invita a repensar cómo se valora, enseña y consume la literatura, y subraya la importancia de una crítica literaria más comprometida y un mercado editorial que priorice la calidad artística sobre el rédito comercial. El canon literario puede ser entendido como caña, vara, norma, regla, precepto, modelo o prototipo. Se refiere a un conjunto de obras consideradas representativas y valiosas. La autora compara el canon con una lectura del presente hacia el pasado porque es desde el presente que se seleccionan, fijan y determinan los libros que se consideran parte del canon, decidiendo cuáles deben permanecer vivos. La idea de "punctum" se relaciona con la perduración de ciertos libros en que algunos textos logran impactar o "pinchar" al lector de una manera particular, haciendo que permanezcan en su memoria y sigan siendo leídos a través del tiempo. Define a la buena lit. Según Lotman, siempre existe una dialéctica entre lo canonizado y lo no canonizado, un movimiento permanente donde lo que está fuera del centro tiende a ocuparlo y a pugnar por desplazar a lo que está dentro. El riesgo implica la canonización de un autor en el mercado editorial es que puede llevar a una excesiva mercantilización de su obra, perdiendo su valor intrínseco y reduciéndola a un producto comercial. Por ejemplo, considera que la literatura infantil y juvenil ha sido "sin adjetivos" en un sentido negativo porque a menudo se la ha percibido como una categoría menor, carente de complejidad o valor estético comparable a la literatura para adultos. El principal problema que Andruetto identifica en la industria editorial actual es la priorización de las estrategias de venta y el marketing sobre la calidad literaria y el valor intrínseco de las obras, especialmente en la LIJ. La autora utiliza la metáfora del escritor como un viajero en tránsito y un explorador para describir el proceso de escritura, viendo la escritura como un camino de conocimiento y un acto de búsqueda constante. Entiende el concepto de "literatura sin adjetivos" como una literatura que se libera de las categorías, etiquetas y expectativas externas, buscando una expresión auténtica y profunda de la experiencia humana a través del lenguaje. Punctum se refiere a un elemento que "viene a perturbar" al lector. Barthes lo describe diciendo: "Yo soy quien va a buscarlo, es el quien sale de la escena como una flecha y viene a punzarme". Se relaciona también con un "agujerito, pequeña mancha, pequeño corte, y también casualidad". El punctum está vinculado a la experiencia individual del lector y contribuye a que "cada lector construye su canon" más allá de lo que establecen la academia, la escuela o el mercado. La idea es que el valor o la perdurabilidad de una obra para un lector anónimo está relacionada con esta "excitación" o respuesta personal que genera el punctum. Además, se menciona que al releer, el lector puede arrojarse a la página con un "nuevo punctum" o quizás con el mismo.

Fernando Cabo Aseguinolaza: Manual de Teoría de la Literatura Presenta a la literatura como una noción en constante construcción y redefinición, influenciada por factores históricos, sociales e institucionales. La teoría literaria debe reconocer esta variabilidad y complejidad en lugar de buscar una definición única y estática. Las tensiones y paradojas inherentes a la naturaleza de lo literario son elementos clave para comprender su desarrollo y su lugar en el panorama cultural. "El afán de objetivar lo literario descansa siempre sobre un terreno sumamente escurridizo." (p. 68) "La noción de literatura se modifica, de manera imperceptible, de acuerdo con el tiempo histórico a que nos refiramos, sin que en ningún caso quepa argüir que se respeta la propia evolución histórica de la idea de lo literario: por el contrario, el uso de la palabra literatura más allá de la época moderna incurre en el anacronismo." (p. 70) "La literatura es, pues, una entidad de gran complejidad, con un perfil que resulta cuando menos confuso. Sus límites se modifican de acuerdo con un amplio conjunto de factores. Intervienen cuestiones sociológicas, estéticas, ideológicas, de historia intelectual e institucional, entre otros elementos que la convierten en un campo muy exigente para cualquier disciplina que pretenda hacer de él su objeto." (p. 73) Autonomía Literaria: La idea de que la literatura posee un estatuto propio e independiente de otras esferas del conocimiento o la vida. Un factor fundamental en la configuración de esta noción moderna y la pretensión de autonomía de la literatura fue el desarrollo de la estética a partir del siglo XVIII. Pensadores como Alexander Baumgarten y, especialmente, Kant con su Crítica del juicio (1790), fueron cruciales al defender la autonomía de los valores estéticos, lo que otorgó a lo literario un "estatuto específico". La estética proporcionó una "pretensión de autonomía o de extraterritorialidad" para la literatura respecto a otras esferas de la actividad humana. Las fuentes mencionan que en la época moderna se produce una "reivindicación de autonomía" que se generaliza. Esto ocurre en el marco de un proceso de especialización y separación de distintos tipos de discurso que antes estaban más unidos, como el discurso científico, histórico, filosófico y el propio literario. La idea es que la literatura, en su comprensión moderna, busca definirse por sí misma y no solo en función de sus relaciones con otras áreas del conocimiento o la vida. Sin embargo, esta noción de autonomía no se presenta como un hecho absoluto, sino como una tensión o paradoja. Las fuentes señalan que en la situación actual de la teoría literaria, existen dualidades como la autonomía frente a la heteronomía. La heteronomía literaria es la idea opuesta a la autonomía; se refiere a que la literatura está influenciada o determinada por factores externos a ella misma, como la sociedad, la política o la moral. La relación entre autonomía y heteronomía en el "hecho literario" es una de las tensiones que "constituyen elementos determinantes de la situación" en la que se desenvuelve la actividad teórica. Esta paradójica falta de coincidencia (entre la independencia y la influencia externa) está detrás de muchas vacilaciones al definir el alcance de lo literario.

Marc Angenot: ¿Qué puede la literatura? Sociocrítica literaria y crítica del discurso social Para Angenot el discurso social es “todo lo que se dice y escribe en un estado de sociedad; todo lo que se imprime, todo lo que se habla públicamente o se representa hoy en los medios electrónicos, todo lo que se narra y argumenta”. Los textos literarios integran entonces el discurso social. Según los fuentes, la pregunta "¿qué es la literatura?" es planteada de una forma diferente, enfocándose más bien en "¿qué hace –y por eso– qué puede la literatura?". Se contrasta con la respuesta estética tradicional de que la literatura "nada hace, la literatura nada puede". La literatura no se define por características transhistóricas inmanentes, sino por las particularidades del trabajo que es capaz de hacer sobre un estado determinado del discurso social. Su particularidad y sus posibilidades están en relación con la coyuntura socio- discursiva, manipulando el discurso social bajo la presión de lo que las imposiciones, disgregaciones y resistencias de este discurso permiten. El "efecto 'literatura'" solo puede ser juzgado y medido en relación con el sistema discursivo global en el cual se engendra. El estudio de la literatura desde esta perspectiva requiere no aislar el texto, sino analizarlo en relación con la red sociodiscursiva en la cual y sobre la cual trabaja. Esto implica una teoría y una crítica histórica previa del discurso social. El discurso social es el inmenso conjunto de lo que se dice y se escribe en una sociedad en un momento dado, desde la propaganda política hasta las conversaciones cotidianas, los textos eruditos, la publicidad, etc.. No es aleatorio ni inocente, y forma un sistema global de interacción con tendencias hegemónicas y división del trabajo. El texto literario registra este discurso social y lo trabaja. Lo que distingue a ciertos escritos como "literarios" en esta perspectiva es su capacidad para sacudir la entropía de las ideas aceptadas o alcanzarles un espejo deformante. También, aquellos textos que buscan dar lenguaje a las "cosas" que los discursos canónicos no verbalizan, lo que el autor llama "lo todavía-no-dicho" (noch-nicht-Gesagtes), en contraste con la repetición de lo ya dicho. El trabajo de la literatura sobre el discurso social puede ser de naturaleza muy diversa. Un aspecto clave de este trabajo es que la literatura lleva al segundo grado la "cacofonía interdiscursiva". No es que la literatura en sí sea opaca o ambigua, sino que es el discurso social, el discurso del mundo que incansablemente transcribe, el que es opaco, criptosémico, de sentido ambiguo y evanescente. La ambigüedad, la polisemia, etc., no son rasgos distintivos de la literatura en contraste con la no-literatura; son los rasgos fundamentales (pero no reconocidos) del discurso social global. La literatura manifiesta lo que se disimula bajo la lógica aparente del discurso social: su incapacidad ontológica para conocer lo real histórico de manera estable y coherente. Refleja el discurso social en su confusa agitación y su incapacidad esencial de jamás poder conocer esa realidad. La posible utilidad de la literatura radica precisamente en esto: no conoce el mundo mejor que otros discursos, pero conoce o más bien muestra que los discursos que pretenden conocerlo no lo conocen realmente. En este sentido, su función cognitiva específica es, a menudo, decir: "esto no se sostiene", "no es todo lo que se podía decir", "se pueden ver las cosas de otra forma", "No es necesariamente así". Este trabajo de la literatura no es crítico en el sentido de corregir o reemplazar ideas, sino que atrae la atención sobre la "extrañeza", la multiplicación de sentidos, las inconsecuencias, las contradicciones disimuladas del discurso social. Muestra los discursos en su "extrañeza", los

"desfamiliariza", sin pretender poseer instrumentos de conocimiento superiores. Podría tener un escepticismo cognitivo radical en cuanto a la capacidad de los lenguajes sociales y de su propio trabajo para conocer positivamente lo real de manera irrefutable. Sin embargo, es importante notar la distinción entre la literatura idealtípica (este potencial cognitivo) y la literatura empírica (la masa real de textos producidos). La literatura empírica, en gran medida, ha producido masivamente una simple reconducción estilizada de los tópicos dominantes, la reiteración de lo ya dicho, y la propaganda por el orden social, a menudo camuflada de creatividad. El texto literario está siempre en cierto grado parte adherente del orden hegemónico. El verdadero trabajo de ruptura y la emergencia de un lenguaje nuevo son presentados como improbables y difíciles, resultado a menudo de crisis del sistema discursivo. Incluso los textos más nuevos reconducen la doxa y las evidencias aparentes del discurso social. Fuera-del-texto: Concepto desarrollado por Claude Duchet, que Angenot retoma, para referirse al discurso social. Es a la vez un afuera del texto, pero también un adentro, ya que el texto es radicalmente permeable a él. Cacografía intencional: Disfunciones o "desvíos" formales deliberados y buscados en el texto literario, que Angenot relaciona con el trabajo particular que el texto realiza sobre el discurso social. Doxa: La opinión común, lo aceptable, los prejuicios establecidos en una sociedad. El texto literario puede vehicular la doxa o transgredirla. Heteronomia: La condición de estar regido por normas o leyes externas. En el contexto de Angenot, se refiere a la dependencia del texto literario respecto al discurso social. Heteroglosia: La multiplicidad de voces, lenguajes y estilos que conviven en un texto, según la teoría de Mijaíl Bajtín. Angenot la relaciona con la forma en que el texto literario registra la "cacofonía interdiscursiva" del discurso social. Interdiscursividad: La relación entre diferentes discursos o campos discursivos. La crítica del discurso social de Angenot busca analizar esta interrelación como paso previo al estudio del texto literario. Aporías: Impases o contradicciones irresolubles. Angenot considera que las ideologías y el discurso social están llenos de aporías, que la literatura puede manifestar. noch-nicht-Gesagtes: (Término alemán, tomado de Ernst Bloch, que significa "lo todavía no dicho"). Se refiere a la emergencia de nuevas lógicas o lenguajes en el discurso social, que algunos textos literarios pueden intentar verbalizar.

Jonathan Culler: La literaturidad

Los procedimientos del foregrounding (puesta de manifiesto) del propio lenguaje: Esto

se refiere a hacer perceptible el lenguaje mismo, de modo que el lector se vea involucrado

por la materialidad del significante y la estructura verbal, en lugar de ver el texto como un

simple medio transparente para un mensaje. Shklovski habló del "carácter perceptible de su

construcción" en la lengua poética, y Mukarovsky lo llamó aktualisace. Esto se logra

mediante la desviación lingüística (neologismos, combinaciones insólitas) o la repetición y

el paralelismo (rima, aliteración, ritmos, estructuras sintácticas). El resultado es la

desfamiliarización ( ostranenie ) o desautomatización del lenguaje, que permite percibir los

signos como tales. En prosa, esto puede manifestarse a través de estructuras narrativas o

lenguaje figurativo (imágenes literarias) que ofrecen una percepción inusitada. Sin

embargo, el foregrounding por sí solo no es suficiente como criterio de lo literario, ya que

estos procedimientos también se encuentran en textos no literarios (publicidad, juegos de

palabras, conversación cotidiana). Jakobson abordó esto con su concepto de la función

poética del lenguaje como una "focalización en el mensaje en cuanto tal". Esta función

implica que el texto tiene un valor en sí, no sometido a fines utilitarios, poseyendo una

"finalidad sin objetivo". La puesta de manifiesto en un texto literario lo desprende de otros

contextos prácticos y lo sitúa en un contexto de textos y procedimientos literarios.

La dependencia del texto respecto de las convenciones y sus vínculos con otros textos

de la tradición literaria: Toda obra literaria se crea en referencia y oposición a modelos y

estructuras convencionales preexistentes en la tradición literaria. La convencionalidad es

vista como algo central en la obra literaria.

La perspectiva de integración composicional de los elementos y los materiales

utilizados en un texto: Más que la simple presencia de procedimientos lingüísticos, es el

modo de integración de estas estructuras (la interdependencia funcional y unificadora

según las normas de la tradición literaria) lo que caracteriza a la literatura. Esto ocurre en

tres niveles:

Primer nivel: Producción de efectos semánticos y temáticos mediante estructuras

formales. En la literatura, los detalles y estructuras lingüísticas adquieren importancia

porque el texto no es principalmente un discurso de comunicación práctica. La similaridad

(fonológica, semántica, etc.) se convierte en un procedimiento constitutivo que crea

relaciones e ideas.

Segundo nivel: Integración de la obra como un todo orgánico. La convención de que la

obra debe ser una unidad lleva a la interpretación a buscar y demostrar esta cohesión,

aunque esto pueda revelar tensiones o contradicciones internas. Esta suposición de unidad

permite que surjan disonancias y efectos literarios.

Tercer nivel: La obra significa en relación con el contexto literario en sí

(procedimientos, convenciones, géneros, códigos). Esto convierte a la literatura en un

discurso autorreflexivo , que comenta implícitamente sobre su propia naturaleza y

actividad significativa.

Otro enfoque para definir la literaturidad se centra en su relación particular con la

realidad , específicamente en la ficcionalidad. Esto implica que las proposiciones literarias

se refieren a personas y acontecimientos imaginarios, y que el "yo" de un poema es un

sujeto creado por el poema mismo. La obra literaria es vista como un acontecimiento

semántico que proyecta un mundo imaginario. Algunos teóricos van más allá,

sugiriendo que lo ficticio no son solo los contenidos, sino el acto de referencia en sí,

entendido como una imitación de un acto de lenguaje "serio" o "natural". Sin embargo, esta

visión tiene limitaciones, ya que la ficción no es exclusiva de la literatura y muchas obras

literarias no simulan ser otros tipos de documentos.

La ficcionalidad distingue la literatura por su capacidad de presentar un mundo, incluida la

experiencia interior, desde el punto de vista de un personaje representado en tercera

persona, identificando incluso un tipo de frase propiamente literaria ligada a la

subjetividad del personaje.

Finalmente, Mary Louise Pratt sugiere que las narraciones literarias son un tipo de " textos

narrativos de exhibición ", presentados para ser interesantes y "contables". La pertinencia

no está en la información práctica, sino en la cualidad de ser contable. La diferencia clave,

por ejemplo, entre una novela y un relato cotidiano, radica en que, debido a los mecanismos

de selección cultural (edición, enseñanza), suponemos que el relato literario será rico,

complejo y "valdrá la pena" ser leído. Esto se relaciona con el principio de cooperatividad

hiperprotegida en la literatura, donde incluso los detalles aparentemente irrelevantes se

presumen pertinentes y valiosos, sirviendo a una comunicación diferente e indirecta.

escritura". Mientras Picard podría ver claridad en Racine, la Nueva Crítica desvela la profundidad psicológica y las múltiples capas de significado. Graciela Montes: La frontera Indómita El texto "La frontera indómita" de Graciela Montes reflexiona sobre la naturaleza de la literatura y su espacio en el mundo. Montes utiliza la metáfora de una "frontera indómita" para describir el espacio poético, un territorio libre y personal donde la literatura se crea y se experimenta. Discute la importancia de la lectura activa, la imaginación y el juego en la construcción de este espacio. Critica la "escolarización" de la literatura y defiende su carácter independiente y subversivo frente a las presiones externas y las convenciones. Se menciona a D.W. Winnicott y su concepto de espacio transicional como un precursor de la idea de la frontera indómita. El texto aboga por la defensa de la literatura como un acto de libertad y resistencia. Esta frontera es descrita como un territorio saludable y nutricio. Es un lugar que no pertenece ni al adentro de la pura subjetividad ni al afuera del mundo objetivo. Es un espacio libre y liberado. La literatura, al igual que el arte, la cultura y toda marca humana, se encuentra en esta frontera. La condición para que esta frontera siga siendo indómita, es decir, que se mantenga independiente y no caiga bajo el dominio de la pura subjetividad o lo absolutamente exterior, es que la educación, entendida como un servicio generoso que mejora la enseñanza, pueda contribuir considerablemente a su sostenimiento y enriquecimiento. Además de estar ubicada en esta frontera, la literatura abre esa frontera indómita. Las fuentes también plantean preguntas fundamentales sobre la literatura, como por qué hacerla, leerla, editarla, enseñarla, y por qué insistir en que forme parte de la vida de las personas, así como dónde ponerla o dónde está. En cuanto a la enseñanza, se sugiere que enseñar literatura no significa simplemente transmitir conocimiento, sino ayudar a que la literatura ingrese en la experiencia de los alumnos. Es muy difícil ayudar a ensanchar la frontera de otros cuando la propia está encogida o apelmazada. Finalmente, se mencionan fuerzas que actúan sobre la literatura , que son presentadas como poderosas y devoradoras: la escolarización, la frivolidad y el mercado. Se describe cómo la escolarización, la frivolidad y el mercado impactan en la literatura.

Claudia Kozak: Literatura Expandida Literatura en movimiento, es eso que debilita en el campo, un cerco que no es estable, siempre está moviéndose. Encuentra espacios dentro de esta expansión. En el dominio digital marca que hay otros espacios que no son del dominio digital, marca entonces la precisión, pero dejo aclarado que hay otros tipos de expansiones. Uno de los aspectos clave que la autora destaca es la hibridación de medios en la literatura expandida. Esto implica la combinación de diferentes formas de expresión artística, como la escritura, la imagen, el sonido y la programación, para crear obras que trascienden las limitaciones del medio impreso. Esta característica promueve la experimentación y la creatividad en la narración. Autonomía del sentido, entro en vinculación con un código, que cambia el sentido del oído a la vista, el oído por el tacto, la escritura pesa en un nivel cognitivo, sociológico, político. Ya nadie va a interpretar por mí es una rebelión contra el sentido. Había un temor cuando se decía cuando el libro se masificará, es porque son artefactos políticos, sociológicos, quien mantiene el dominio de sentido, mantiene el poder, Foucault. Se le adjudica un saber a la escritura, Yo le adjudico a alguien más el acceso a mi escrito no se trata de prácticas cotidianas, son artefactos que cambia la disposición del cuerpo, cambio el odio por la vista, por el tacto, un elemento económico, la educación puede empezar a ser individual. En el cognitivo; hay otra cosa de la costumbre, que involucra un cambio de pensamiento radical, no me pongo en contacto con la virtualidad como con la materialidad. Hay un pensamiento que funciona con otra lógica, la instantaneidad. Hay una lógica en la que el cuerpo retrocede en su sentido, y funciona de una manera distinta, y al mismo tiempo es más subjetivo, si algo había hecho la literatura era distinguirse, ahora es, al contrario, quiero que sea más real. Como me puedo mover en este terreno, dice Kozak, hay un modo de pensar, de leer distinto, esta literatura es una experiencia de la lectura absolutamente diferente, de lo digitalizado a lo digital. La literatura tiene reglas pragmáticas para su lectura, es decir se lee de arriba para abajo, de la izquierda a derecha, y si no tengo esas coordenadas como me muevo, esto es algo novedoso para entender lo digital de lo digitalizado, tiene que ver con la experiencia de lo sensible, porque cada cual mira distinto, la mirada es metonímica, avanza recorriendo elementos y hacer una imagen general y compone toda una totalidad. La ilusión del mirar. La literatura es un campo que tiene reglas y formas, entonces kozak dice que es un terreno de experimentación, tiene que ver con el cuerpo, y experiencia literaria, cuando la experiencia se transforma en algo codificado, en este caso en texto. Hay una apertura y desplazamiento más allá del lenguaje verbal, códigos, el lenguaje sonoro, y también otros medios y soportes más allá del libro. La literatura como practica social, no se agota en el texto, sino en esas prácticas culturales, en los discursos que intervienen, en los géneros que cada época denomina como valioso, también en fuera

puede leerse como una forma de insumisión frente a los dispositivos tecnopolíticos dominantes.