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La Técnica de Grupos Operativos: Un Enfoque para el Cambio Social y la Salud Mental, Apuntes de Psicología Social

Las marcas de la oralidad en el texto teatral son: FRAGMENTACIÓN: en la lengua oral aparecen oraciones como “fragmentos”, ya que el hablante omite algunas palabras que ha mencionado antes para evitar su repetición. El interlocutor repone automáticamente esas palabras. (Diez días, quince o veinte, ya perdieron la cuenta) PAUSAS: el hablante suele producir pausas que le permiten organizar mentalmente su enunciado. (Hay… tantas cosas… que nunca tuve…) MULETILLAS: son expresiones que ocupan las pausas para mantener vigente el canal.( eh… bueno…. Este….) INTERRUPCIONES: el hablante comienza una expresión con una estructura sintáctica determinada, y la interrumpe para iniciar otra con una diferente. (Para mí sería un compromiso… Supongo que la Asistencia Pública… Yo no…) APELACIONES DIRECTAS AL INTERLOCUTOR: el hablante puede interpelar directamente a su oyente. (Señores, quién los entiende.)

Tipo: Apuntes

2021/2022

Subido el 28/06/2023

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ESTRUCTURA DE UNA ESCUELA DESTINADA A LA FORMACIÓN DE
PSICÓLOGOS SOCIALES *
Propósitos y metodología
Toda psicología social, definida como ciencia que estudia los vínculos
interpersonales y otras formas de interacción, si no supera esta simple tarea,
haciéndola direccional y significativa, tenderá a estancarse y perder su sentido.
La psicología social se particulariza fundamentalmente por ser operativa e
instrumental, con las características de una interciencia cuyo campo es abordado
por una multiplicidad interdisciplinaria (epistemología convergente), de la cual deriva
la multiplicidad de las técnicas.
Como ciencia del hombre en el campo de la praxis, no puede evitar esa exigencia
sin caer en una situación formal y estereotipada.
La psicología social es la ciencia de las interacciones orientada hacia un cambio
social planificado. De no ser así no tiene sentido y todos sus esfuerzos concluirán
en un sentimiento de impotentización como resultante de las contradicciones acerca
de su aspecto operacional. Es una artesanía en el más amplio sentido de la palabra,
que tanto forma los elementos del cambio como prepara el campo en el que se va a
actuar. De allí van a surgir dos direcciones: una llamada psicología social
académica, que preocupada sólo por las problemáticas de las técnicas o de los tipos
* Trabajo presentado al Congreso Internacional de Psiquiatría Social, Londres,
agosto de 1969 y publicado en la Revista Argentina de Psicología, Año 1, n° 2, 1969.
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ESTRUCTURA DE UNA ESCUELA DESTINADA A LA FORMACIÓN DE

PSICÓLOGOS SOCIALES *

Propósitos y metodología Toda psicología social, definida como ciencia que estudia los vínculos interpersonales y otras formas de interacción, si no supera esta simple tarea, haciéndola direccional y significativa, tenderá a estancarse y perder su sentido. La psicología social se particulariza fundamentalmente por ser operativa e instrumental, con las características de una interciencia cuyo campo es abordado por una multiplicidad interdisciplinaria (epistemología convergente), de la cual deriva la multiplicidad de las técnicas. Como ciencia del hombre en el campo de la praxis, no puede evitar esa exigencia sin caer en una situación formal y estereotipada. La psicología social es la ciencia de las interacciones orientada hacia un cambio social planificado. De no ser así no tiene sentido y todos sus esfuerzos concluirán en un sentimiento de impotentización como resultante de las contradicciones acerca de su aspecto operacional. Es una artesanía en el más amplio sentido de la palabra, que tanto forma los elementos del cambio como prepara el campo en el que se va a actuar. De allí van a surgir dos direcciones: una llamada psicología social académica, que preocupada sólo por las problemáticas de las técnicas o de los tipos

  • Trabajo presentado al Congreso Internacional de Psiquiatría Social, Londres, agosto de 1969 y publicado en la Revista Argentina de Psicología, Año 1, n° 2, 1969.

posibles de cambio, se siente paralizada frente a su responsabilidad de realizar una síntesis de teoría y práctica. La otra, la praxis, de donde surge el carácter instrumental y operacional en su sentido más real, se resuelve no en un círculo cerrado, sino en una continua realimentación de la teoría, a través de su confrontación en la practica y viceversa (tesis-antítesis-síntesis). La experiencia de la práctica conceptualizada por una crítica y una autocrítica realimenta y corrige la teoría mediante mecanismos de rectificación y ratificación, logrando una objetividad creciente. Se configura así una marcha en espiral, la que progresivamente va a capacitar el terreno de la mente para construir una estrategia y una logística, que a través de la táctica y de la técnica instrumental dé carácter operativo a planificaciones de distinto tipo para que el logro del cambio aspirado, que consiste en el desarrollo pleno de la existencia humana a través de la modificación del hombre y la naturaleza, pueda realizarse. La psicología social que postulamos apunta a una visión integradora del “hombre en situación”, objeto de una ciencia única o interciencia, ubicado en una determinada circunstancia histórica y social. Tal visión se alcanza por una epistemología convergente, en la que todas las ciencias del hombre funcionan como una unidad operacional enriqueciendo tanto el objeto del conocimiento como las técnicas destinadas a su abordaje. Como unidad operacional, las ciencias del hombre así reunidas aportan elementos para la construcción de un instrumento único al que llamamos ECRO, esquema conceptual, referencial y operativo, orientado hacia el aprendizaje a través de la tarea. Este conjunto estructural y genético nos permitió la comprensión horizontal (la totalidad comunitaria) y vertical (el individuo inserto en ella) de una sociedad en permanente situación de cambio y de los problemas de adaptación del individuo a su medio. Como instrumento es lo que permite planificar un manejo de las relaciones con la naturaleza y sus contenidos en las que el sujeto se modifica a sí mismo y modifica el mundo en un constante interjuego dialéctico. Como escuela destinada a la formación de operadores en el campo de la salud mental incluimos en dicho ámbito no sólo el análisis del proceso del enfermarse y las tareas correctoras, sino también todos los trabajos de prevención, insistiendo particularmente sobre los vectores de aprendizaje y comunicación, cuyas

Según esta didáctica, el aprendizaje se estructura como un proceso continuo, con oscilaciones, articulándose los momentos del enseñar y el aprender que se dan en el alumno y en el docente como un todo estructural y dinámico. Hemos adoptado como instrumento primordial de tarea e indagación el grupo operativo, fundamentándonos en el hecho, de que las ciencias sociales han centrado su interés en los últimos años en los grupos restringidos o cara a cara, que, en su carácter de unidad básica de interacción y sostén de la estructura social, se convierten también en unidad básica de trabajo e investigación. El acontecer del grupo centra así la investigación del psicólogo social en el fenómeno universal de la interacción, de donde surge el reconocimiento de sí y del otro en un diálogo e intercambio permanente que sigue una trayectoria en espiral. Los agrupamientos sociales se organizan en unidades con el objeto de adquirir mayor seguridad y productividad, surgiendo en su seno la posibilidad de estudiar la red de comunicaciones, es decir, los vínculos interhumanos que hacen posible la convivencia y la tarea en común. La estructura y función de un grupo cualquiera, sea cual fuere su campo de acción, están dadas por el interjuego de mecanismos de asunción y adjudicación de roles. Estos representan modelos de conductas correspondientes a la posición de los individuos en esa red de interacciones, y están ligados a las expectativas propias y a las de los otros miembros del grupo. El rol y su nivel, el status, se ligan a los derechos, deberes e ideologías que contribuyen a la cohesión de esta unidad grupal. Todo conjunto de personas, ligadas entre sí por constantes de tiempo y espacio y articuladas por su mutua representación interna, se plantea explícita e implícitamente una tarea, que constituye su finalidad. Podemos decir entonces que estructura, función, cohesión y finalidad, junto con un número determinado de integrantes, configuran la situación grupal que tiene su modelo natural en el grupo familiar. La técnica de grupos creada por nosotros, llamada de grupos operativos, se caracteriza por estar centrada en forma explícita en una tarea que puede ser el aprendizaje, la curación (en este sentido abarca a los grupos terapéuticos), el diagnóstico de las dificultades de una organización laboral, la creación publicitaria

etcétera. Bajo esta tarea explícita subyace otra implícita, que apunta a la ruptura, a través del esclarecimiento, de las pautas estereotipadas que dificultan el aprendizaje y la comunicación significando un obstáculo frente a toda situación de progreso o cambio. La tarea consiste entonces en la elaboración de dos ansiedades básicas, miedo a la pérdida (ansiedad depresiva) de las estructuras existentes y miedo al ataque (ansiedad paranoide) en la nueva situación, proveniendo esta última de nuevas estructuras en las que el sujeto se siente inseguro por carencia de instrumentación. Estas dos ansiedades, coexistentes y cooperantes, configuran la situación básica de resistencia al cambio que debe ser superada, en el grupo operativo, en un acontecer grupal en el que se cumplen los tres momentos dialécticos de tesis, antítesis y síntesis, por un proceso de esclarecimiento que va de lo explícito a lo implícito. La unidad de trabajo que permite realizar dicho esclarecimiento está integrada por el existente (material aportado por el grupo a través de un miembro cualquiera que cumple en ese momento la función de portavoz), la interpretación realizada por el coordinador o copensor del grupo y el nuevo emergente, conducta nacida de la organización de distintos elementos, acontecimiento sintético y creador que aparece como respuesta a esa interpretación. Toda interpretación, en este tipo de grupos, como en la tarea terapéutica, tiene el carácter de una hipótesis elaborada acerca de la fantasía grupal. No apunta a la exactitud, o mejor dicho no se evalúa con un criterio tradicional de verdad sino en términos de operatividad, en la medida que permite o favorece la ruptura del estereotipo. El coordinador cumple en el grupo un rol prescripto: el de ayudar a los miembros a pensar, abordando el obstáculo epistemológico configurado por las ansiedades básicas. Opera en el campo de las dificultades de la tarea y la red de comunicaciones. Su instrumento es el señalamiento de las situaciones manifiestas y la interpretación de la causalidad subyacente. Se integra en un equipo con un observador por lo general no participante, cuya función consiste en recoger todo el material, expresado verbal y preverbalmente en el grupo, con el objeto de realimentar al coordinador, en un reajuste de las técnicas de conducción.

positiva o negativa para trabajar con un miembro del grupo. Esto configura el clima, que puede ser traducido como transferencia positiva o negativa del grupo con el coordinador y los miembros entre sí. Señalamos como situación central del grupo operativo la actitud ante el cambio que se modifica en términos de incremento o resolución de las ansiedades depresiva o paranoide, de pérdida y ataque, coexistentes y cooperantes en tiempo y espacio. Esto implica para el operador que cuando detecta en la situación grupal uno de esos dos miedos como lo manifiesto, su interpretación incluirá al otro como lo subyacente. Nuestra insistencia acerca del carácter central de la situación de estereotipo o resistencia al cambio se liga, dentro del. esquema conceptual, referencial y operativo según el que pensamos y actuamos, a la postulación sostenida por mí en el año 1945 en una síntesis de una teoría general de las neurosis y psicosis, acerca de la existencia de un núcleo depresivo patogenético que se da en intensidades diferentes en el individuo normal, neurótico o psicótico. Ese núcleo depresivo está vinculado a la situación de nacimiento y desarrollo, y es responsable de la pauta estereotipada de conducta como resultante de una situación de estancamiento en el proceso de aprendizaje de la realidad y de deterioro de la comunicación, viciando el abordaje del objeto de conocimiento y situación de tarea. El fundamento teórico acerca de la operatividad del grupo que sigue la técnica descripta está dado por nuestra teoría de la enfermedad única , apoyándose en los conceptos de situación depresiva básica, de posición esquizoparanoide -punto de partida de la discriminación y el pensamiento- de la estereotipia de las técnicas del yo, en la teoría del vínculo y la noción de grupo interno. Nuestro esquema conceptual, referencial y operativo está constituido, sobre todo en su aspecto genético, histórico y estructural, por las ideas de Freud y Melanie Klein, mientras que en el aspecto social nos apoyamos en K. Lewin, cuyo método es doblemente experimental: a) es un esfuerzo para hacer práctica la experimentación sociológica, y b) tiende a una forma nueva de experimentación: "La investigación activa" (action research). La adaptación activa a la realidad y el aprendizaje están indisolublemente ligados. El sujeto sano, en la medida en que aprehende el objeto y lo transforma, es decir, que hace ese

aprendizaje operativo, se modifica también a sí mismo entrando en un interjuego dialéctico con el mundo en el que la síntesis que resuelve una situación dialéctica se transforma en el punto inicial o tesis de una antinomia que deberá ser resuelta en este continuo proceso en espiral. En tanto se cumple este itinerario -objetivo y del grupo-, la red de comunicaciones es constantemente reajustada y sólo así es posible reelaborar un pensamiento capaz del diálogo y de enfrentar el cambio. Otros fenómenos que se dan en el acontecer grupal con una reiteración tal que nos permite considerarlos emergentes universales son: el secreto grupal, ligado a lo que llamamos también misterio familiar, perturbador de la comunicación, pues este acontecimiento secreto, sea cual fuere su significado real, se carga con sentimientos y fantasías de culpabilidad. Son emergentes universales las fantasías del enfermarse, de tratamiento y de curación, así como la situación triangular que dentro de nuestro esquema referencial, conceptual y operativo sostiene la teoría del vínculo. Entendemos éste como una situación bicorporal y tripersonal, ya que como mecanismo de interacción debe ser captado corno una Gestalt que incluye un tercero, el que en la teoría de la comunicación funciona como ruido y en el aprendizaje como obstáculo epistemológico. Los sentimientos de inseguridad e incertidumbre ligados a las ansiedades básicas, particularmente a las situaciones de pérdida, constituyen elementos de la vida grupal. En todo grupo emergen ideologías que determinan la aparición de enfrentamientos entre subgrupos. Llamamos ideología, siguiendo a Schilder, a los sistemas de ideas y connotaciones que los hombres disponen para orientar su acción. Pensamientos más o menos conscientes con gran carga emocional que sin embargo son considerados por sus portadores como resultado del raciocinio. Su análisis constituye uno de los pasos de la tarea grupal. Esto nos conduce al análisis semántico o de su formulación y al análisis sistémico que aborda la estructura interna de la ideología y su ambigüedad que se manifiesta en forma de contradicción. Es por eso que el análisis sistemático de las contradicciones, expresado a través de individuos y subgrupos que tienden a llevar a la tarea grupal a una estéril situación dilemática que funciona como defensa ante la situación de cambio, constituye una de las

en la vida del grupo. Son: el rol de portavoz, el de chivo emisario y el de líder. Estos roles no son estereotipados sino funcionales y rotativos. Con el concepto de portavoz abordamos lo que se puede considerar uno de los pilares de nuestra teoría. Portavoz de un grupo es el miembro que en un momento denuncia el acontecer grupal, las fantasías que lo mueven, las ansiedades y necesidades de la totalidad del grupo. Pero el portavoz no habla sólo por sí sino por todos, en él se conjugan lo que llamamos verticalidad y horizontalidad grupal, entendiendo por verticalidad lo referido a la historia personal del sujeto, y por horizontalidad el proceso actual que se cumple en el aquí y ahora en la totalidad de los miembros. El portavoz puede desempeñar su rol en virtud de que se da en él una articulación entre su fantasía inconsciente -fantasía que sigue un modelo primario- y el acontecer del grupo en que se inserta. Ese encaje permite la emergencia del material que debe ser interpretado. La interpretación tomará esos dos elementos: el vertical y el horizontal. Debe ejemplificar, a través del problema enunciado por el portavoz en su verticalidad, la situación de todos los miembros del grupo en el aquí y el ahora y en relación con la tarea. Las necesidades, las ansiedades y las fantasías enunciadas por el portavoz y su manera de formularlas hacen referencia a su historia personal, en tanto que el hecho de que las formule en un momento dado del acontecer grupal señala el carácter horizontal del emergente. Un miembro de un grupo, siguiendo el proceso natural de adjudicación y asunción de roles, se hace depositario de los aspectos negativos o atemorizantes del mismo o de la tarea, en un acuerdo tácito en el que se compromete tanto él como los otros miembros. Aparecen entonces los mecanismos de segregación configurándose otra de las situaciones significativas: la de chivo emisario. Otro miembro en cambio, siempre por el mismo proceso, puede hacerse depositario de aspectos positivos del grupo y obtiene un liderazgo que se centrará en una o varias de las categorías ya enunciadas (pertenencia, cooperación, etc.). Sin embargo, ambos roles, el de líder y chivo emisario, están íntimamente ligados, ya que el rol de chivo surge como preservación del liderazgo a través de un proceso de disociación o splitting necesario al grupo en su tarea de discriminación. Agregamos

a estos tres roles el de saboteador que es, habitualmente, el liderazgo de la resistencia al cambio. El principio de complementariedad debe regir el interjuego de roles en el grupo; esto permite que sean funcionales y operativos. Cuando aparece la suplementariedad, invade al grupo una situación de competencia que esteriliza la tarea. La sesión de grupo se desarrolla en tres momentos temporales: apertura, desarrollo y cierre. Los emergentes de apertura deben ser cuidadosamente registrados por el observador y el coordinador, ya que todo ese material va a ser retrabajado durante la sesión y es dable observar cómo reaparece ya modificado en el momento del cierre. En términos de trabajo grupal podemos distinguir tres instancias: la pretarea, en la que se ponen en juego las técnicas defensivas del grupo movilizadas por la resistencia al cambio y destinadas a postergar la elaboración de las ansiedades que funcionan como obstáculo epistemológico. La tarea consiste precisamente en este abordaje donde el objeto de conocimiento se hace penetrable a través de una elaboración que implica la ruptura de la pauta estereotipada que funciona como estancamiento del aprendizaje y deterioro de la comunicación. El proyecto surge cuando se ha logrado una pertenencia de los miembros; se concreta entonces una planificación. El grupo se plantea objetivos que van más allá del aquí y ahora, construyendo una estrategia destinada a alcanzar dicho objetivo. Pero dentro de ese aquí y ahora podemos interpretar que este proyecto, como todo mecanismo de creación, está destinado a superar la situación de muerte o de pérdida que vivencian los miembros cuando a través de la realización de la tarea advierten la posibilidad de la separación o finalización del grupo. Enunciados ya los universales que rigen la vida del grupo operativo, señalamos que la interpretación del coordinador debe orientarse generalmente sobre estas situaciones universales en una formulación que incluye siempre lo vertical del portavoz y lo horizontal del grupo. Para terminar queremos señalar que esta técnica de grupo operativo fue creada por nosotros en el año 1946 cuando, estando a cargo del Servicio de Adolescentes del Hospital Neuropsiquiátrico