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Este documento analiza la teoría de las ideas de platón, una de las piedras angulares de su filosofía. Explica cómo platón concibe las ideas como realidades independientes del mundo sensible, que son los modelos o arquetipos de las cosas que percibimos. Además, aborda la relación entre el mundo de las ideas y el mundo sensible, la concepción platónica del alma y del hombre, y la importancia de la teoría de las ideas en la ética y la política de platón. El documento proporciona una visión general de los principales aspectos de esta influyente teoría filosófica, lo que lo convierte en un recurso valioso para estudiantes y académicos interesados en la filosofía antigua y el pensamiento de platón.
Tipo: Resúmenes
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El objetivo de Platón va a seguir siendo el problema de la Naturaleza con el que se inició la filosofía, pero ahora desde una nueva perspectiva. La naturaleza era entendida por los griegos como el conjunto de todos los seres del universo, y como la causa, el fundamento y el origen de todos los seres. Por lo tanto el problema fundamental es: qué es el verdadero ser, qué realidades podemos decir que son verdaderas, y que son, por tanto, el origen, el sustrato y la causa de todo lo que es. Pero ante este problema Platón no pudo pasar por alto todo lo que hasta ahora había dicho la filosofía precedente. Por ello, recoge en su pensamiento los problemas fundamentales planteados por los filósofos anteriores. -De Pitágoras acepta el dualismo antropológico y su teoría sobre la inmortalidad del alma. -De Heráclito toma que la realidad sensible está en incesante cambio. -De Parménides toma las cualidades del ser ( que es el objeto de la ciencia). -De los sofistas tiene en cuenta su afirmación acerca de la relatividad del conocimiento ( no existe la verdad absoluta, cada uno tiene su propia verdad). -De Sócrates asume la búsqueda de un concepto o definición estable que haga posible la comunicación entre los hombres. A partir de todas estas tendencias de sus predecesores hace Platón una síntesis, la primera síntesis de la historia de la filosofía, tratando de superar las contradicciones surgidas en el pensar acerca de la Naturaleza: las contradicciones entre lo uno y lo múltiple, lo cambiante y lo permanente, lo relativo y lo absoluto, lo que es y lo que parece ser. Para superarlas se ve obligado a afirmar que hay dos realidades: -hay un mundo perfecto, fijo, estable, que es el mundo de la realidad auténtica, es el Mundo de las Ideas; -hay un mundo sensible, mundo material, visible y sujeto al cambio y a la mutación, que no es más que copia o imitación de ese Mundo de las Ideas. Esta teoría platónica, llamada Teoría de las Ideas, es la doctrina central de su filosofía. Intenta dar una interpretación ontológica de la realidad (respuesta a la
pregunta qué es el ser, qué son realmente las cosas) y será el fundamento de su teoría del conocimiento, su antropología, su ética y su política.
Brevemente formulada esta teoría consiste en afirmar que existen entidades inmateriales, absolutas, inmutables y universales, que son descubiertas por el pensamiento ( por ejemplo, la justicia, la belleza,…), y que están situadas en un mundo superior al mundo físico que perciben los sentidos. Las cosas sensibles son copias de esas entidades a las cuales llama Platón Ideas ( eidos). De esta forma todas las cosas que llamamos, por ejemplo, justas o bellas imitan la Idea de Justicia o la Idea de Belleza. Según esta teoría, la realidad queda dividida en dos mundos distintos y contrapuestos: por una parte el eterno e inmutable mundo de las Ideas y por otro el universo físico, el mundo sensible. Pero es necesario decir que el mundo de las Ideas no puede confundirse con ningún lugar físico. No significa una especie de ámbito espacial donde se “encontraran” las Ideas, como los seres materiales se encuentran en este mundo, puesto que las Ideas no tienen propiedades físicas, sino sólo inteligibles. Lo que Platón quería señalar al utilizar la expresión “Mundo de las Ideas” es que éstas tienen una realidad independiente de las cosas sensibles, y que, por tanto, no cambian, ni perecen con ellas. La finalidad de esta teoría de las Ideas era doble: -Combatir el relativismo de los sofistas, según el cual las cosas son para cada uno lo que a cada uno le parece que son. -Dar respuesta a los grandes problemas del ser, de la ciencia, y de la verdad, salvando la multiplicidad real de los seres y la realidad del movimiento, pero buscando a la vez el fundamento del ser, de la verdad y de la ciencia en objetos fijos, estables y absolutos: las ideas.
ser verdadero (causa formal) y también son causa ejemplar pues son los fines, los modelos de los seres naturales. -Son inmutables y eternas: no engendradas, sin fin, sin cambio. -Son indivisibles e incorpóreas. -Son captables sólo por la inteligencia, por el entendimiento, mediante un proceso dialéctico. -Las Ideas están jerarquizadas. Según Platón, hay infinidad de Ideas, pero este mundo ideal no es caótico, sino que tiene una estructura jerárquica. La Idea más elevada de la que participan las demás es el Bien. En los diálogos platónicos Sócrates afirma sentirse incapaz de definir qué es el Bien; sin embargo, intentará describir el “retoño del Bien” pasando a exponer el famoso paralelismo entre el sol y la Idea del Bien. Sócrates dice que el sol es el producto del Bien y que se le parece mucho, pues la relación que hay entre el sol y otros objetos sensibles es análoga a la relación que hay entre el Bien y las otras Ideas; así, igual que el sol hace que sean visibles los objetos sensibles dándoles luz y es la razón de su existencia y crecimiento, también el Bien es responsable de existencia de las formas inteligibles. Según Platón, es al matemático y, sobre todo, al filósofo a quien corresponde ascender dialécticamente en el conocimiento de las Ideas hasta alcanzar la Idea del Bien.
Los caracteres principales del mundo sensible son: -Es el mundo del devenir. -Es aparente, múltiple, cambiante. -Se conoce por los sentidos. -Existe por PARTICIPACIÓN, concepto central de la filosofía platónica. La relación que hay entre las Ideas y las cosas sensibles se efectúa mediante participación: una cosa es en la medida en que participa de su Idea. Esto significa que las cosas sensibles son imitaciones o copias de las Ideas, y que éstas a su vez, son los modelos, paradigmas o arquetipos de los seres sensibles. Las cosas sensibles son así, “inferiores” a las Ideas, en el sentido en el que representan una
disminución del “ser verdadero”. Podemos compararlas a las sombras cuando se dicen que son menos reales que los cuerpos que las producen. -Es engendrado, no es eterno. Un ser divino, el Demiurgo, fabrica el mundo tomando como modelo las Ideas. El Demiurgo no crea a partir de la nada (concepto judeo-cristiano), sino que actúa sobre una materia eterna, caótica a la que Platón llama de muchas maneras, a veces, espacio. El Demiurgo es pues, un principio o una inteligencia ordenadora cuya función es fabricar el mundo plasmando las Ideas en la materia. Según Platón, si el universo no es perfecto es porque la materia incluye siempre desorden e indeterminación. Cuanto en el mundo hay de orden, razón y belleza se debe a las Ideas.
La tarea de resumir la teoría del conocimiento o epistemología no es fácil, pues está estrechamente ligada a la Teoría de las Ideas u ontología. Platón fue un pensador que estaba convencido de que el hombre puede llegar a alcanzar conocimientos verdaderos y trató de averiguar cuál es el objeto de tales conocimientos. Se negó a admitir la teoría de Protágoras de que el conocimiento es la mera percepción sensible y la idea de que la verdad sea relativa. Platón pensaba que la percepción sensible no merece el nombre de conocimiento, puesto que según él, sólo hay conocimiento de lo que es, de lo estable y constante, y de esos objetos sensibles no se puede decir en realidad que son, sino que devienen. El conocimiento científico aspira a dar con la definición, con una definición que sea clara y precisa; por lo tanto, el objeto del verdadero conocimiento ha de ser estable y permanente, fijo y susceptible de definición inequívoca, características que poseen las Ideas; éstas serán pues, el objeto del verdadero conocimiento.
Los grados del conocimiento están expuestos en el libro VI de la República, en el que se nos ofrece el símil de la línea.
geométricas dibujadas en el papel, en la arena o de otra manera. Pero estas figuras sensibles no son el objeto propio de la geometría, sino sólo la imagen de tal objeto. En efecto, cuando la geometría considera las propiedades del cuadrado refiriéndose, por ejemplo, a un cuadrado concreto dibujado en una hoja no afirma que tales propiedades sean de ese cuadrado, sino que las atribuye al cuadrado en sí. Pero aunque las matemáticas sean un conocimiento conceptual, tienen carácter hipotético por lo que no son el grado más alto del conocimiento. Platón llama nous (mente, intuición) a esta forma suprema de la inteligencia humana en la que se manifiesta la verdad primera y fundamental. El hombre que está en este grado del conocimiento emplea las hipótesis de la diámoia como punto de partida pero las rebasa hasta llegar a los primeros principios; en este proceso no se utilizan “imágenes” sino que se procede a base de las ideas mismas, esto es, mediante el razonamiento abstracto. Esta superación de todo conocimiento carente de verdad, en el que la mente se eleva a los primeros principios para descender hasta los términos mismos del mundo inteligible, es llamado por Platón DIALÉCTICA. La dialéctica es pues, el método propio de la filosofía que nos permite el acceso al mundo de las Ideas. En principio, la dialéctica es un proceso ascendente hacia la Idea y luego Idea en Idea hasta la Idea del Bien. Este proceso ascendente va de lo múltiple (cosas, ideas) hasta lo uno ( el Bien), pero también hay una dialéctica descendente que reconstruye las Ideas sin recurso alguno a la experiencia. Simil de la línea REALIDADES ¡ IMÁGENES ¡ SENSIBLES ¡ MATEMÁTICAS ¡ IDEAS ¡ IMAGINACIÓN CREENCIA RAZÓN DISCURSIVA INTELIGENCIA PURA (EIKASIA) (PISTIS) (DIÁNOIA) (NÓESIS) OPINÓN CIENCIA (DOXA) (EPISTEME) --------------------------------------------------¡------------------------------------------------------------ MUNDO SENSIBLE MUNDO INTELIGIBLE
Si es posible la dialéctica como método de ascenso hacia el Mundo de las Ideas es porque Platón creía que el conocimiento del mundo sensible nos hace intuir que hay un mundo Inteligible. Si somos capaces de juzgar acerca de la igualdad de dos trozos de madera es porque intuimos la Idea de igualdad. El hecho de que seamos capaces de juzgar las cosas más o menos iguales, más o menos bellas, etc…, implica el conocimiento de un modelo: de la Idea de Belleza o Igualdad, que son, según Platón, conocidas por nosotros antes e independientemente de que conozcamos objetos iguales o bellos. ¿Pero cómo es posible que conozcamos las Ideas antes que las cosas sensibles? El fundamento está en la inmortalidad del alma: el alma humana preexiste a su unión con el cuerpo y en su estado de preexistencia adquirió el conocimiento de las Ideas. Esto significa que, según Platón, el alma humana vivió en el Mundo de las Ideas antes de caer en la cárcel del cuerpo. Al entrar en el mundo sensible y unirse al cuerpo, olvida las Ideas. Sin embargo al contemplar las cosas puede recordarlas, puesto que las cosas del mundo sensible imitan y participan de aquéllas. Aprender es pues, un proceso de recuerdo, en el que las concretizaciones de cada idea nos recuerdan las Ideas contempladas anteriormente. El conocimiento sensible no carece pues de valor: sirve de ocasión para el recuerdo. Esto quiere decir que el conocimiento sensible tiene la función de recordarnos lo que ya conocíamos y habíamos olvidado. El conocimiento humano es pues, REMINISCENCIA, recuerdo de un saber poseído y olvidado. Y ¿Qué es lo que mueve al hombre a conocer, a buscar un saber completo? Lo que le mueve es el Amor a la Belleza, el Eros. Lo que impulsa la vida intelectual es el Amor: ésta desea la Belleza, es su amante (philós); y como la sabiduría (sophía) es bella, la ama: es philósophos.
desentiende de la función del alma respecto del cuerpo, ni Aristóteles deja de relacionar la actividad intelectual con el alma.
Platón afirma que el cuerpo es una cárcel para el alma porque cree que son dos realidades muy distintas: el cuerpo es de naturaleza material, y por tanto pertenece al mundo sensible, y el alma es de naturaleza espiritual y procede del mundo inteligible. Lo propio del alma no es estar junto al cuerpo; su lugar natural es el mundo inteligible. Por eso, la unión alma-cuerpo es una unión accidental, un estado transitorio y pasajero. Más aún, es un estado antinatural pues el lugar propio del alma es el Mundo de las Ideas y su actividad propia la contemplación de éstas. El alma tiene primacía sobre el cuerpo y debe gobernarlo, controlarlo. El cuerpo es para el alma un vehículo, como la nave que pilota el navegante o el coche guiado por su cochero. Platón mantiene pues, una concepción bastante peyorativa del cuerpo humano: el cuerpo es un estorbo para el alma, la arrastra con sus pasiones y el impide la contemplación de la Ideas. Por eso la tarea fundamental del alma mientras permanece unida al cuerpo es la de purificarse, prepararse para la contemplación de las Ideas. En la República expone Platón su doctrina de la Naturaleza Tripartita del Alma, doctrina que toma de los pitagóricos y según la cual el alma consta de tres partes (el vocablo “parte” no se debe entender en el sentido de que el alma tenga partes materiales sino funciones):
Pero, ¿por qué afirma Platón que el alma es de naturaleza tripartita? Principalmente por el hecho de que con frecuencia se contraponen en el hombre lo racional (el alma racional) y lo irracional (sentimientos y pasiones del alma irascible y concupiscible) cuando nos disponemos a actuar. Ante este conflicto Platón optó por afirmar que lo racional debe gobernar a lo irracional. La inmortalidad del alma es una de las doctrinas fundamentales de Platón. En su diálogo Felón intenta demostrar la inmortalidad del alma, pero él mismo reconoce que sus argumentos no son seguros, y que no disipan todas las dudas. La prueba principal es la que se basa en la Reminiscencia. Para Platón, el hecho de que el hombre conozca los modelos absolutos (Ideas) a pesar de que estos no existan en el mundo sensible, muestra que el alma preexistió antes de unirse al cuerpo. En este resultado de preexistencia el alma contempló las Ideas, ideas que recuerda en el mundo sensible pues éste es una copia o imitación de aquel. Pero si preexiste independientemente del cuerpo, también sobrevive después de la muerte de éste. Por lo tanto, el alma es inmortal. El principal interés de Platón al formular su psicología es ético, que consiste en insistir en que el elemento racional tiene derecho a gobernar a los otros elementos, a actuar como un auriga y que la principal ocupación del hombre debe consistir en procurar que su alma tienda hacia la verdad. Pero además de este interés ético, tiene también una clara intención gnoseológica: establecer la posibilidad del conocimiento de las Ideas.
Frente al relativismo de los sofistas, Sócrates estaba convencido de que los conceptos morales pueden ser fijados racionalmente. Platón no sólo participa de esta convicción socrática, sino que con su teoría de las Ideas (existe la Justicia en sí, la Verdad en sí…, independientemente de las opiniones humanas…) expresa de forma radical el carácter absoluto de los conceptos morales. La ética de Platón es eudemonista pues tiende a averiguar qué es el Bien, el supremo Bien del hombre en cuya posesión consiste la felicidad verdadera y al cual se llega mediante la práctica de la virtud.
Para Platón, como para todos los griegos en general, el hombre es un ser social por naturaleza y su desarrollo no puede entenderse aparte de la ciudad. Más aún, el individuo sólo puede alcanzar la perfección en el seno del Estado. En la “República”, cuyo tema es la justicia en el individuo y en el Estado, diseña Platón un estado ideal, una nueva ciudad en la que no pueda volver a repetirse un escándalo como el de la condena a muerte de Sócrates. Será un Estado justo que permita la formación de ciudadanos justos y, por lo tanto, felices. ¿Cómo debe estar constituido el Estado para que esto sea posible? Según Platón, el Estado ideal constará de tres clases de ciudadanos: -Artesanos, para producir las cosas materiales necesarias para la sociedad. -Guerreros, para defender el Estado. -Gobernantes, para organizar la vida social. Estas tres clases sociales se corresponden con las partes del alma y a cada una de ellas pertenece una virtud: -al alma racional corresponde la clase de los gobernantes, cuya virtud es la prudencia o sabiduría: consiste en la capacidad de guiar a las clases inferiores basándose en le conocimiento del Bien. -al alma irascible corresponde la clase social de los guerreros, cuya virtud es la valentía o fortaleza: consiste en saber afrontar lo que los gobernantes del Estado prescriben; -al alma concupiscible le corresponde la clase de los artesanos, cuya virtud es la templanza: consiste en dejarse guiar por la razón, de manera que los bienes materiales no conviertan en el fin último de la vida. ¿Dónde reside pues, la justicia del Estado? En que todos conozcan su posición, en que cada clase social cumpla con la función específica que le corresponde: -que el gobernante gobierne con sabiduría; -que el guerrero defienda la ciudad con valentía; -que los artesanos desarrollen ordenadamente sus actividades. La justicia es la virtud de la ciudad, del Estado. Este no debe sólo cubrir las necesidades de los hombres, sino que debe hacerles feliz. Para ello, Platón encomienda a los filósofos la tarea de gobernar pues sólo ellos conocen el mundo de las Ideas,
-TIRANÍA: es la peor forma de gobierno y por lo tanto, aunque difícil de derrocar, acaba siendo eliminada. Podríamos terminar diciendo que el pensamiento político de Platón tiene una idea central: el Estado debe hacer posible que los hombres vivan dignamente; tiene pues, una clara intención ética: conducir a los hombres hacia el Bien, hacia la felicidad. Queda así claro que la intención de todo el pensamiento platónico era ético-político, aunque el fundamento de ambas está en la teoría de las Ideas.
Para Platón las Ideas son fundamento y causa de las cosas en distintos sentidos: