Docsity
Docsity

Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes

Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity


Consigue puntos base para descargar
Consigue puntos base para descargar

Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium


Orientación Universidad
Orientación Universidad

la patria soñada por el resto de l país en necesidades, Apuntes de Cultura y Sociedad

esw un pequeño resumen llevado a la relidad de muchas nacionbes q pueden ne

Tipo: Apuntes

2020/2021

Subido el 12/05/2021

heider-yanez
heider-yanez 🇲🇽

1 / 5

Toggle sidebar

Esta página no es visible en la vista previa

¡No te pierdas las partes importantes!

bg1
Una voz que llame a la patria
1
Colombia, posiblemente, es el país más bello y más rico de América. Pero no ha
despertado el gran sentimiento de solidaridad y de servicio de todos hacia ella. Se necesita
una voz que llame a la patria, una voz que congregue a todos sus hijos; una llamada
carismática que se haga sentir, que se haga oír y que motive y congregue a todos al
servicio y al amor de Colombia.
Se necesita una nueva distribución de bienes, un gran ánimo colectivo hacia el
embellecimiento y el enriquecimiento de Colombia. Es necesario que los ricos se unan
para hacer un esfuerzo común e inmenso en servicio de Colombia. Lo mismo los
industriales, los agrónomos... Es necesario que los estudiantes se entusiasmen por el
estudio, para que brote un país industrial y rico y humano.
Es necesario que aparezcan iniciativas originales e importantes que descubran más
caminos, un nuevo entusiasmo, una gran alegría, una gran ilusión de un nuevo país. Un
país sin violencia, un país sin maltrato. Un país orientado hacia el desarrollo
entusiasmado.
Debemos descubrir un aliento de optimismo, de orgullo por Colombia, de trabajo por ella,
en que las gentes amen a Colombia, en que los colegios promulguen los criterios de
despertar a Colombia. Que aparezcan hombres sociales que construyan alegría y paz en
el país. Que se implante la honradez; se enseñe en todas las escuelas la rectitud.
Un pequeño esfuerzo
2
Ha bastado
3
un pequeño esfuerzo de unos pocos y ha bajado la tensión y la inquietud en
que estábamos viviendo en Colombia. Pero es necesario hacer brotar una ola colectiva de
buena voluntad y de optimismo. Todos tenemos que hacer algo por consolidar la
tranquilidad y el progreso de la patria: los estudiantes, estudiando más por Colombia, por
honrarla; ella se realiza históricamente en ellos. Los empleados, haciendo un esfuerzo por
cumplir religiosamente con su deber. No basta tener magníficos ministros o jefes de
oficinas, si los empleados deshonran la república por su ineptitud o perdiendo su tiempo
leyendo periódicos o charlando con las secretarias.
Los comerciantes no deben abusar de la situación, escondiendo sus mercancías y
modificando, sin razón, todos los días, los precios, so pretexto de una futura devaluación,
porque no hay controles efectivos. Debemos restaurar el hondo sentido de la honradez,
de la recta conciencia personal, del buen nombre interior. Tratar de ganar
desmedidamente en un artículo es simplemente un robo; y si lo hacemos, estamos
obligados a la restitución. No debe ser agradable llegar a rico y pensar que casi todo hay
que restituirlo. No podemos dormir tranquilos, cuando en nuestro almacén o en nuestra
tienda o en nuestro negocio hemos engañado a nuestros compradores.
1
Tomado de García Herreros R. (2009) Constructores de la nueva Colombia Colección Obras Completas No. 19 Bogotá
p. 27
2
Ibid p. 29
3
Mayo 3, 1963
pf3
pf4
pf5

Vista previa parcial del texto

¡Descarga la patria soñada por el resto de l país en necesidades y más Apuntes en PDF de Cultura y Sociedad solo en Docsity!

Una voz que llame a la patria

Colombia, posiblemente, es el país más bello y más rico de América. Pero no ha

despertado el gran sentimiento de solidaridad y de servicio de todos hacia ella. Se necesita

una voz que llame a la patria, una voz que congregue a todos sus hijos; una llamada

carismática que se haga sentir, que se haga oír y que motive y congregue a todos al

servicio y al amor de Colombia.

Se necesita una nueva distribución de bienes, un gran ánimo colectivo hacia el

embellecimiento y el enriquecimiento de Colombia. Es necesario que los ricos se unan

para hacer un esfuerzo común e inmenso en servicio de Colombia. Lo mismo los

industriales, los agrónomos... Es necesario que los estudiantes se entusiasmen por el

estudio, para que brote un país industrial y rico y humano.

Es necesario que aparezcan iniciativas originales e importantes que descubran más

caminos, un nuevo entusiasmo, una gran alegría, una gran ilusión de un nuevo país. Un

país sin violencia, un país sin maltrato. Un país orientado hacia el desarrollo

entusiasmado.

Debemos descubrir un aliento de optimismo, de orgullo por Colombia, de trabajo por ella,

en que las gentes amen a Colombia, en que los colegios promulguen los criterios de

despertar a Colombia. Que aparezcan hombres sociales que construyan alegría y paz en

el país. Que se implante la honradez; se enseñe en todas las escuelas la rectitud.

Un pequeño esfuerzo

Ha bastado^3 un pequeño esfuerzo de unos pocos y ha bajado la tensión y la inquietud en

que estábamos viviendo en Colombia. Pero es necesario hacer brotar una ola colectiva de

buena voluntad y de optimismo. Todos tenemos que hacer algo por consolidar la

tranquilidad y el progreso de la patria: los estudiantes, estudiando más por Colombia, por

honrarla; ella se realiza históricamente en ellos. Los empleados, haciendo un esfuerzo por

cumplir religiosamente con su deber. No basta tener magníficos ministros o jefes de

oficinas, si los empleados deshonran la república por su ineptitud o perdiendo su tiempo

leyendo periódicos o charlando con las secretarias.

Los comerciantes no deben abusar de la situación, escondiendo sus mercancías y

modificando, sin razón, todos los días, los precios, so pretexto de una futura devaluación,

porque no hay controles efectivos. Debemos restaurar el hondo sentido de la honradez,

de la recta conciencia personal, del buen nombre interior. Tratar de ganar

desmedidamente en un artículo es simplemente un robo; y si lo hacemos, estamos

obligados a la restitución. No debe ser agradable llegar a rico y pensar que casi todo hay

que restituirlo. No podemos dormir tranquilos, cuando en nuestro almacén o en nuestra

tienda o en nuestro negocio hemos engañado a nuestros compradores.

(^1) Tomado de García Herreros R. (2009) Constructores de la nueva Colombia Colección Obras Completas No. 19 Bogotá p. 27 (^2) Ibid p. 29 (^3) Mayo 3, 1963

Sacar capitales de Colombia, llevarlos al extranjero es empobrecer al país y faltar

gravemente contra la patria. Todo esto va contra nuestra madre común. No sólo es ladrón

el que asalta un banco, sino el que abusa de una situación especial para desesperar al

pueblo con alzas injustificadas o almacenamientos dolosos. Si todos hacemos un esfuerzo

por ser honrados y patriotas, se salva y se enriquece el país.

Lo que ha hecho estremecer a Colombia, lo que la ha colocado en una grave situación es

una falta de honradez casi colectiva. Hay una sentencia griega que dice: “Nadie se hace

rico honradamente con rapidez”. Hay muchos que quieren hacerse ricos en un año, y para

eso tienen que quebrantar todas las normas éticas y arruinan a todo un pueblo.

En estos días parece que está amaneciendo, que se van a resolver muchos problemas, pero

con una condición: que sintamos profundamente, que despertemos al amor a nuestra

patria, que es algo casi divino.

Adhesión a la patria

En ciertas circunstancias debemos renovar nuestra adhesión a la patria, a la democracia, a la libertad, a Colombia, y debemos recordar nuestro deber de construir una nación que sea un orgullo para América y para el mundo. Debemos proponernos, cada uno, hacer cosas relevantes en favor de Colombia. Los jóvenes deben consagrarse al estudio tenazmente y alcanzar las virtudes de perfecta corrección que deben adornarlos como ciudadanos de Colombia. Los adultos debemos trabajar por el embellecimiento y el progreso del país. A todos nos incumbe el servicio de Colombia. Los agricultores, los campesinos que trabajan nobilísimamente deben hacer de Colombia un emporio de productos y esforzarse por desarrollar al máximo nuestra agricultura. Los pudientes deben organizar empresas que sirvan para dar trabajo y riqueza al país, y aun proponerse esquemas sociales ejemplares y originales para descubrir el camino de la equidad, de la perfecta justicia entre obreros y patronos. Ellos no deben sacar el dinero y ponerlo en los bancos de Miami o de Suiza, e irse a vivir allá una vida insignificante, una vida egoísta, olvidados de Colombia. Todos debemos colaborar en nuestra patria. Los que viven en las poblaciones deben embellecer su pueblo, volverlo un centro de adelanto, de servicio y de paz. Los que vivimos en la ciudad, debemos colaborar con el aseo, con el estricto cumplimiento de las leyes de tránsito y con las leyes de nuestra ciudad. Con una honorabilidad absoluta. Debemos recuperar el amor y casi la adoración a la Ley. Volvernos y ser cuidadosísimos en cumplir las sacrosantas leyes de la república. Hagamos de Colombia un país legal, un país sin fraudes, un país con perfecta honradez, quitémonos el “INRI” que tenemos, de ser faltos de honorabilidad, de ser traficantes de drogas, de gemas, de dólares, etc. Desencadenemos una oleada de respeto a Ley, de servicio al país, de servicio a la comunidad. Que desaparezcan todos los intermediarios inescrupulosos que se llevan todas las ganancias pertenecientes a los campesinos asoleados. Que broten por todas partes multitud de hombres (^4) Tomado de García Herreros R. (2009) Constructores de la nueva Colombia Colección Obras Completas No. 19 Bogotá p. 30

¿Sería posible que por todos nosotros corriera una corriente interior de orgullo, de amor hacia el país, que nos impidiera hacer cualquier cosa que significara dañar a Colombia? ¿Que nos llevara diariamente a su servicio, como a nuestro gran amor?

Desencadenar una oleada de amor

En este mundo de utopías del que estamos hablando, pudiéramos pensar en desencadenar, todos, una oleada de amor hacia el país. Que todos descubriéramos, en lo más íntimo de nosotros, la fuente primordial, posiblemente cegada en muchos, de donde brotan el amor y el servicio y la creatividad en favor de Colombia. Enumeremos: se pudiera, por ejemplo, hacer una campaña global que afectara a todos los pueblos, a todas las aldeas, a todas las ciudades para arborizar la mayoría de las tierras en el país. Se pudiera convencer a todos los capitalistas de no sacar el dinero al exterior, de no sacar los tesoros del país. De traer los depósitos que pueden tener en los bancos extranjeros. De gastar en Colombia, construir en Colombia, montar haciendas, mejorar hatos, comprometerse en industrias para mejorar el patrimonio del país. En este mundo de utopías, se pudiera hacer una campaña inmensa a favor de la honradez, a favor del trabajo, a favor de la honorabilidad, que convenza a todos los colombianos de que seamos honrados, que no vivamos pensando en hacer picardías. En este mundo bello e importante de la utopía, pudiéramos llegar hasta los subversivos, a los guerrilleros, para que descubran la belleza de Colombia, lo sagrado de un hombre en el mundo, y que nadie se atreva a cortar o a herir el hilo divino de una existencia. Que todos, sin falta, entremos en el esfuerzo de construir una patria bella y utópica, como la anhelamos. Que se reemplace absolutamente el interés político, el interés de partidos, por el sublime interés de la patria y de Colombia. Pudiéramos pensar que todos los profesores y maestros ennoblezcan y embellezcan sus enseñanzas, haciendo alusión frecuente al ideal de una nueva Colombia, que produzca grandes técnicos, grandes sabios, grandes inventores en favor de Colombia. La Iglesia debiera ser la gran escuela forjadora de hombres capaces de hacer historia, como dice Puebla: la gran promotora de un despertar, de una nueva actitud generosa ante el país. La utopía y el anhelo de una nueva Colombia deben alentarnos a todos para hacer brotar, para hacer aparecer la nueva Colombia, utópica y sublime, que anhelamos.

Crea en Colombia

Crea en Colombia. Que Colombia sienta que usted, personalmente, la construye. Crea en Colombia. Mientras unos destruyen la ciudad con secuestros, con robos, con mala conducta, usted construya la bella Colombia que soñamos. Propóngase usted hacer algo inolvidable para Colombia. Entre todos, vamos a hacer de Colombia el país más democrático y más avanzado de América Latina. Crea en Colombia. Colombia está aguardando que nosotros la construyamos y la hagamos el país más bello de América Latina. Propóngase usted hacer algo bello por Colombia. Que se recuerde su nombre. Siembre un árbol o siembre un bosque. Usted puede hacer algo por Colombia. Crea (^6) Tomado de García Herreros R. (2009) Constructores de la nueva Colombia Colección Obras Completas No. 19 Bogotá p. 60 (^7) Ibid. p. 63

en Colombia, en algo entrañable. Si todos nos proponemos, haremos de ella el milagro de cultura y de progreso en toda América Latina. No pierda su ilusión por Colombia. Construya una casa. Emprenda una industria. Siembre un árbol y, si puede, siembre un bosque. No se venga de su pueblo: embellézcalo, tenga confianza en él, transfórmelo. La ciudad grande engaña, empobrece, entristece. Haga de su pueblo una atracción de todos los que lo ven. Haga usted algo bello por Colombia: una huerta, un jardín, una casa, una industria, un bosque, una escuela; eduque un niño, aparte de su propio hijo. Colombia tiene el destino de ser el pueblo democrático que va a encontrar soluciones de igualdad colectiva y de pleno progreso. Siéntase orgulloso de colaborar, desde su ángulo personal, en este propósito grandioso de la patria.