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Tipo: Apuntes
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(^1) Tomado de García Herreros R. (2009) Constructores de la nueva Colombia Colección Obras Completas No. 19 Bogotá p. 27 (^2) Ibid p. 29 (^3) Mayo 3, 1963
En ciertas circunstancias debemos renovar nuestra adhesión a la patria, a la democracia, a la libertad, a Colombia, y debemos recordar nuestro deber de construir una nación que sea un orgullo para América y para el mundo. Debemos proponernos, cada uno, hacer cosas relevantes en favor de Colombia. Los jóvenes deben consagrarse al estudio tenazmente y alcanzar las virtudes de perfecta corrección que deben adornarlos como ciudadanos de Colombia. Los adultos debemos trabajar por el embellecimiento y el progreso del país. A todos nos incumbe el servicio de Colombia. Los agricultores, los campesinos que trabajan nobilísimamente deben hacer de Colombia un emporio de productos y esforzarse por desarrollar al máximo nuestra agricultura. Los pudientes deben organizar empresas que sirvan para dar trabajo y riqueza al país, y aun proponerse esquemas sociales ejemplares y originales para descubrir el camino de la equidad, de la perfecta justicia entre obreros y patronos. Ellos no deben sacar el dinero y ponerlo en los bancos de Miami o de Suiza, e irse a vivir allá una vida insignificante, una vida egoísta, olvidados de Colombia. Todos debemos colaborar en nuestra patria. Los que viven en las poblaciones deben embellecer su pueblo, volverlo un centro de adelanto, de servicio y de paz. Los que vivimos en la ciudad, debemos colaborar con el aseo, con el estricto cumplimiento de las leyes de tránsito y con las leyes de nuestra ciudad. Con una honorabilidad absoluta. Debemos recuperar el amor y casi la adoración a la Ley. Volvernos y ser cuidadosísimos en cumplir las sacrosantas leyes de la república. Hagamos de Colombia un país legal, un país sin fraudes, un país con perfecta honradez, quitémonos el “INRI” que tenemos, de ser faltos de honorabilidad, de ser traficantes de drogas, de gemas, de dólares, etc. Desencadenemos una oleada de respeto a Ley, de servicio al país, de servicio a la comunidad. Que desaparezcan todos los intermediarios inescrupulosos que se llevan todas las ganancias pertenecientes a los campesinos asoleados. Que broten por todas partes multitud de hombres (^4) Tomado de García Herreros R. (2009) Constructores de la nueva Colombia Colección Obras Completas No. 19 Bogotá p. 30
¿Sería posible que por todos nosotros corriera una corriente interior de orgullo, de amor hacia el país, que nos impidiera hacer cualquier cosa que significara dañar a Colombia? ¿Que nos llevara diariamente a su servicio, como a nuestro gran amor?
En este mundo de utopías del que estamos hablando, pudiéramos pensar en desencadenar, todos, una oleada de amor hacia el país. Que todos descubriéramos, en lo más íntimo de nosotros, la fuente primordial, posiblemente cegada en muchos, de donde brotan el amor y el servicio y la creatividad en favor de Colombia. Enumeremos: se pudiera, por ejemplo, hacer una campaña global que afectara a todos los pueblos, a todas las aldeas, a todas las ciudades para arborizar la mayoría de las tierras en el país. Se pudiera convencer a todos los capitalistas de no sacar el dinero al exterior, de no sacar los tesoros del país. De traer los depósitos que pueden tener en los bancos extranjeros. De gastar en Colombia, construir en Colombia, montar haciendas, mejorar hatos, comprometerse en industrias para mejorar el patrimonio del país. En este mundo de utopías, se pudiera hacer una campaña inmensa a favor de la honradez, a favor del trabajo, a favor de la honorabilidad, que convenza a todos los colombianos de que seamos honrados, que no vivamos pensando en hacer picardías. En este mundo bello e importante de la utopía, pudiéramos llegar hasta los subversivos, a los guerrilleros, para que descubran la belleza de Colombia, lo sagrado de un hombre en el mundo, y que nadie se atreva a cortar o a herir el hilo divino de una existencia. Que todos, sin falta, entremos en el esfuerzo de construir una patria bella y utópica, como la anhelamos. Que se reemplace absolutamente el interés político, el interés de partidos, por el sublime interés de la patria y de Colombia. Pudiéramos pensar que todos los profesores y maestros ennoblezcan y embellezcan sus enseñanzas, haciendo alusión frecuente al ideal de una nueva Colombia, que produzca grandes técnicos, grandes sabios, grandes inventores en favor de Colombia. La Iglesia debiera ser la gran escuela forjadora de hombres capaces de hacer historia, como dice Puebla: la gran promotora de un despertar, de una nueva actitud generosa ante el país. La utopía y el anhelo de una nueva Colombia deben alentarnos a todos para hacer brotar, para hacer aparecer la nueva Colombia, utópica y sublime, que anhelamos.
Crea en Colombia. Que Colombia sienta que usted, personalmente, la construye. Crea en Colombia. Mientras unos destruyen la ciudad con secuestros, con robos, con mala conducta, usted construya la bella Colombia que soñamos. Propóngase usted hacer algo inolvidable para Colombia. Entre todos, vamos a hacer de Colombia el país más democrático y más avanzado de América Latina. Crea en Colombia. Colombia está aguardando que nosotros la construyamos y la hagamos el país más bello de América Latina. Propóngase usted hacer algo bello por Colombia. Que se recuerde su nombre. Siembre un árbol o siembre un bosque. Usted puede hacer algo por Colombia. Crea (^6) Tomado de García Herreros R. (2009) Constructores de la nueva Colombia Colección Obras Completas No. 19 Bogotá p. 60 (^7) Ibid. p. 63
en Colombia, en algo entrañable. Si todos nos proponemos, haremos de ella el milagro de cultura y de progreso en toda América Latina. No pierda su ilusión por Colombia. Construya una casa. Emprenda una industria. Siembre un árbol y, si puede, siembre un bosque. No se venga de su pueblo: embellézcalo, tenga confianza en él, transfórmelo. La ciudad grande engaña, empobrece, entristece. Haga de su pueblo una atracción de todos los que lo ven. Haga usted algo bello por Colombia: una huerta, un jardín, una casa, una industria, un bosque, una escuela; eduque un niño, aparte de su propio hijo. Colombia tiene el destino de ser el pueblo democrático que va a encontrar soluciones de igualdad colectiva y de pleno progreso. Siéntase orgulloso de colaborar, desde su ángulo personal, en este propósito grandioso de la patria.