LA NOVIA ESPECTRO.
LASnoches de invierno en Sault Ste. Marie son tan blancas y luminosas
como la Vía Láctea. Los el silencio que descansa sobre la soledad parece ser
blanco también. La naturaleza ha incluido el sonido en su arresto Salvo la
escarcha blanca inmóvil, todas las cosas se borran. Las estrellas están ahí,
pero parecen pertenecen al cielo y no a la tierra. Están a una altura
inconmensurable, y tan negra es la noche que el éter opaco rueda entre ellos
y el observador en grandes oleadas líquidas. En un lugar así es difícil creer
que el mundo esté poblado en gran medida. Una imagina que Caín acaba de
matar a Abel, y que se necesita la mayor economía en el asunto de la vida
humana La noche que Ralph Hagadorn partió hacia Echo Bay se sintió como
si fuera el único hombre en el mundo, tan completa era la soledad por la que
pasaba. Iba a asistir a la boda de su mejor amigo y, de hecho, iba a actuar
como padrino. El negocio lo había retrasado, y se vio obligado a hacer
su{129} viaje de noche. Pero no había ido muy lejos cuando comenzó a sentir
la euforia del patinador. Sus patines estaban afilados, sus piernas aptas para
un viaje más largo que el una que había emprendido, y el olor de la escarcha
era para él lo que una espuela es para un caballo enérgico. Cortó el aire
como una piedra afilada corta el agua. Podía sentir el tumulto del aire
mientras él lo partió. A medida que avanzaba comenzó a tener fantasías. Le
parecía que era enormemente alto, un gran vikingo de las Tierras del Norte,
corriendo sobre fiordos helados hacia su amor. Eso le recordó que tenía un
amor, aunque, de hecho, ese pensamiento siempre estuvo presente en él
como telón de fondo para otros pensamientos. Sin duda, él no le había dicho
que ella era su amor, porque solo la había visto unas pocas veces. y la
oportunidad no se había presentado. Ella también vivía en Echo Bay, e iba a
ser la doncella de honor a la novia de su amigo, que era otra razón por la que
siguió patinando casi tan rápido como el viento, y por qué, de vez en cuando,
dejaba escapar un grito de júbilo. El único inconveniente del asunto era que
el padre de Marie Beaujeu tenía dinero y que Marie Vivía en una casa
elegante y usaba pieles de nutria alrededor de su garganta y pequeñas botas
de visón forradas de raso en su pies cuando iba en trineo, y que la chaqueta
en la que guardaba un mechón de pelo de su madre muerta tenía una perla
negra del tamaño de un guisante.{130}Estas cosas hacían difícil, no,
imposible, que Ralph Hagadorn para decir algo más que "te amo". Pero tanto
pretendía tener la satisfacción de decir, no importa lo que resultó de ello.
Con esta determinación creciendo en él, barrió el hielo que brillaba bajo el
luz de las estrellas. De hecho, Venus hizo un camino resplandeciente hacia el
oeste y pareció tranquilizarlo. Él era Lo siento, no pudo deslizarse por esa
avenida de luz de la estrella del amor, pero se vio obligado a girar su
de espaldas a él y mirando hacia el noreste. Se le ocurrió con sorpresa que
no estaba solo. Sus pestañas estaban bastante escarchadas y sus globos
oculares se empañaron por el frío, y al principio pensó que era una ilusión.
Pero se frotó los ojos con fuerza. y finalmente se aseguró de que no muy
lejos delante de él había un largo patinador blanco que revoloteaba.
prendas que corrían sobre las nieves tan rápido como lo hacía cualquier
hombre lobo. Llamó en voz alta, pero no había respuesta, y luego lo
persiguió, apretando los dientes y poniendo tensión en su joven y firme
