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Ensayo que explica la importancia de saber hablar y escribir correctamente para un abogado
Tipo: Monografías, Ensayos
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Lenguaje Oral El lenguaje oral lo puntualizamos como un conjunto ordenado y sistemático de formas orales, que sirven para la comunicación entre las personas que constituyen una comunidad lingüística. Hablando de una manera informal puede decirse que es lo mismo que idioma, aunque este último término tiene más el significado de lengua oficial o dominante de un pueblo o nación, es tan importante para las personas que nos sirve para relacionarnos y comunicarnos entre nosotros con signos palabras o hasta gestos o señas. Es la lengua hablada y se caracteriza principalmente por su esquema fonético. Aparte de la lengua oral es un esquema de comunicación absolutamente directo. Este recurso es muy valioso porque cada ser va aprendiendo cada día más de como él puede ir enriqueciendo su habla y como puede hablar mejor sin errores y sin malas pronunciaciones. Este es la pieza clave de la vida de cada ser para crecer y ser exitoso en la vida que se nos enfrenta cada día más. Características de la Lengua Oral:
La Oratoria en el Derecho La oratoria es una habilidad muy útil en el entorno laboral y fundamental para aquellos profesionales que se relacionan a diario con clientes o con otro tipo de públicos. En el caso de los abogados es, además, vital para el buen desempeño de su labor. Es importante unir la importancia de la oratoria en Derecho y la abogacía, y cuáles son los puntos clave para su mejora y desarrollo como profesional. Además de la motivación y la vocación de servicio público, para ser un buen abogado es necesario contar con habilidades personales y profesionales que permitan desempeñar la labor. Junto con la capacidad de análisis, un abogado debe ser capaz de argumentar adecuadamente cada situación, tanto a sus clientes como en los tribunales, y es aquí donde la oratoria juega un papel fundamental. Como dice su definición, la oratoria es el arte de hablar en público con elocuencia y la finalidad es persuadir o conmover al auditorio. Pero ¿para qué sirve la oratoria en Derecho? Esta capacidad es de gran utilidad para los abogados ya que, como negociadores, deben valerse de su capacidad de persuasión para inclinar la balanza hacia sus pretensiones. Así pues, la comunicación es clave para que un abogado tenga éxito en su labor. Ya sea con un cliente, en una reunión de trabajo o en los tribunales, la capacidad de comunicar de forma clara y estructurada ayudará al abogado a reforzar sus ideas y debilitar los argumentos contrarios. Las habilidades comunicativas no sólo potencian el liderazgo de un profesional, sino que sirven también para estrechar el vínculo de confianza con el cliente, algo fundamental para que el abogado pueda hacer su trabajo. Las claves de la oratoria jurídica. Si bien algunas personas cuentan con dotes comunicativas naturales, la oratoria es una herramienta que se puede trabajar y mejorar. Los abogados que deseen llevar su oratoria a un nuevo nivel deben tener en cuenta las siguientes claves: Dominio del tema. El abogado debe conocer en profundidad el caso que va a tratar en todas sus vertientes, desde la personal hasta sus implicaciones jurídicas. Es ese conocimiento el que apuntalará su confianza y le permitirá construir un discurso estructurado y claro y con vocación de persuadir para lograr los objetivos marcados.
La importancia del Lenguaje Verbal y No Verbal A lo largo del funcionamiento de nuestro anterior sistema jurídico mexicano, los procedimientos escritos fueron los que rigieron en nuestro país, y esto daba margen a que sin estar en presencia del juzgador le manifestáramos nuestros argumentos, los cuales eran asimilados por los juzgadores necesariamente, por supuesto, a través de la lectura, sin tener un contacto visual ni escuchar al abogado y a las partes directamente. En la vida cotidiana en nuestra convivencia que como seres humanos tenemos los unos con los otros, la conversación a través de las palabras es nuestro medio de comunicación primordial, además de que existe otro tipo de comunicación igualmente básico entre las personas: el lenguaje corporal. Ambas formas de comunicación con la implementación de los juicios orales y las audiencias preliminares, las cuales también se realizan de la misma manera pasan a ser fundamentales en la impartición de justicia, dado que, como ya lo señalé en líneas anteriores, los abogados nos comunicábamos con los jueces únicamente a través de la escritura, pero a partir de ahora será necesario transmitir nuestros argumentos verbalmente en presencia del juez y de las demás partes, además de que en la mayoría de las ocasiones también será con la asistencia de público. Y es que tanto la comunicación verbal como el lenguaje corporal mediante el cual la expresemos abarcan todo el procedimiento del nuevo sistema jurídico de nuestro país, desde el diseño de nuestro planteamiento del caso, la manera en que realicemos nuestros alegatos de apertura para exponer al juez el asunto, el desahogo de las pruebas testimoniales y, desde luego, nuestros alegatos de clausura durante el juicio y todas aquellas audiencias preliminares antes de éste. Existen diversas técnicas, habilidades y destrezas que se aplican en el litigio de un juicio oral, las cuales son importantes conocer en este nuevo sistema jurídico, ya que, desde la universidad, cuántas veces nos ha pasado que nos preparamos muy bien para una exposición en clase, pero al pararnos frente al público no sabemos expresarlo, ya sea porque las palabras no fluyen, nos quedamos como estatuas o nos da el clásico síndrome del elefante, comenzando a balancearnos de un lado para el otro. Hablar y comunicar son cosas distintas; es tan importante la expresión verbal y corporal como nuestro mismo argumento, ya que de nada sirve un buen argumento si no lo sabemos expresar, si no sabemos transmitirlo para influir en la percepción del juez, persuadirlo del por qué la razón nos favorece, y no sólo convencer al juzgador sino también al público. Recordemos que la sentencia pasa por un verificativo de la sociedad, aun cuando, por supuesto, no debe influir en el sentido de la resolución.
Por ejemplo, en un debate no sólo es importante nuestro discurso, sino a qué tipo de jurado nos estamos dirigiendo para saber en qué forma le vamos a comunicar los puntos clave de nuestro discurso. Algo similar ocurre cuando nos comunicamos con el juez durante el juicio oral, ya que lo que queremos es transmitirle nuestros argumentos para convencerlo de que nos asiste la razón en nuestro planteamiento del caso. Por ello es ahora fundamental que los abogados manejemos la oratoria, si bien los abogados siempre hemos tenido fama de ser buenos para el habla, la realidad es que muchos no nos desempeñamos correctamente en ese ámbito, o tal vez sí, pero en la clásica charla de café, no así cuando es necesario hacerlo frente a una audiencia, y más aún cuando sabes que de la forma en que comuniques tus argumentos depende la resolución de un asunto. Cuántas veces no hemos escuchado decir no es lo que dijo, sino como lo dijo; la manera en que hablamos, el énfasis en ciertas palabras que nos interesa resaltar, gestos, tono de la voz son muy importantes, ya que le dará elocuencia a nuestro discurso ¿qué tal se vería alguien expresando palabras de emoción con una cara de indiferencia? Y a partir de ello se pueden señalar algunas técnicas; por ejemplo, en materia penal con un título de nuestra teoría del caso que llame la atención del juzgador y que le indique hacia dónde va nuestro argumento, lo cual es una forma de abrir nuestros alegatos para enganchar al juez a nuestro discurso, poniendo énfasis en las palabras clave. Ahora bien, el lenguaje corporal y comunicación verbal influirá en gran medida en el juez, no solamente respecto a nuestra manera de comunicarnos con él durante nuestra intervención, sino por la presencia física de los demás partícipes del juicio oral, como son el imputado, la víctima u ofendido, en materia penal, y demandante y demandado, en los demás juicios, así como los testigos, ya que al tenerlos a la vista, el juez, a su juicio, podrá darse cuenta cuando quien declare dude de su palabra, los gestos corporales que delaten nerviosismo y demás señales que percibirá directamente; así, recordemos que la palabra sentencia proviene del latín sentiendo, que significa lo que se siente u opina, el sentir del juez, ahora a través de lo que perciba con sus sentidos. Vaya que es importante incluir en los planes de estudio de las universidades de derecho de nuestro país una materia que nos enseñe a hablar en público, comunicar nuestras ideas de una manera elocuente, cuestión fundamental en el nuevo sistema jurídico nacional. Por todo lo anterior, es momento, para todo abogado, adentrarse en el arte de la oratoria, tan necesaria para poder no sólo construir buenos argumentos, sino que permite conectar, a través del lenguaje corporal y comunicación verbal, con los juzgadores, por lo tanto, es sin duda la oportunidad de crecer profesional y personalmente.
La Retórica y su importancia en el Derecho La Retórica es la disciplina transversal a distintos campos de conocimiento (ciencia de la literatura, ciencias políticas, publicidad, periodismo, etc.) que se ocupa de estudiar y de sistematizar procedimientos y técnicas de utilización del lenguaje puestos al servicio de una finalidad persuasiva o estética de este, añadida a su finalidad comunicativa. Esta disciplina tiene su origen en la Grecia clásica, donde se entendía que esto es una técnica de expresarse de manera adecuada para lograr la persuasión del destinatario; y es en el régimen democrático del siglo V a.C. que se demostró que la retórica es de gran utilidad como instrumento político, esto era divulgado por profesores conocidos como sofistas. Influencia de la Retórica en la escogencia de un pueblo en su líder. Un líder, generalmente es aquella persona que es capaz de influir en los demás, su opinión es muy valorada, no requiere de una posición jerárquica para influenciar a los demás o a su grupo de trabajo, y algo que ay que destacar es que se puede ser jefe sin ser líder; el líder se caracteriza por tener la habilidad de conducir a su equipo de trabajo para obtener de ellos lo mejor de sí y alcanzar el objetivo común que en un momento dado se han trazado. El líder tiene visión de futuro; mirando a largo plazo y consiguiendo siempre motivar a su equipo. Anticipa cambios logrando el beneficio no sólo para su empresa, sino para cada uno de sus miembros, lo que hace más fácil el hecho de que cada uno tome las ideas y las haga suyas. De esta manera se logra llegar a la meta planteada. Pero, el ser líder no es tarea fácil. Él debe ser ejemplo para sus colaboradores de entusiasmo y dedicación; al ser ejemplo, debe predicar con el ejemplo; cumplir lo que promete, viviendo aquello que predica. Muchas veces nos preguntamos si el líder nace o se hace. Esta es una pregunta difícil de contestar. Por un lado, pensamos que se requiere de cualidades especiales que no todo el mundo tiene, pero que quizás se puedan adquirir a través del aprendizaje y la experiencia. Algunas cualidades del líder son: visionario, con coraje, gran comunicador, inspira entusiasmo, es persuasivo, un buen negociador, debe tener capacidad de mando, ser muy honesto y predicar con el ejemplo para ser creíble”. “El poder de convencimiento es saber que tienes la razón y tener las herramientas o habilidades para darlo a entender sin dejar dudas o bien no tenerlas, pero contar con una cualidad que te permita hacerle creer al otro que la tienes, obviamente radica en convencer a la otra persona, va ligado a la forma de expresarse y el modo de hablar a la hora de plasmar ideas”. (Raúl Cadena Cepeda).
La retórica en el lenguaje persuasivo La publicidad, después de tantas definiciones y descripciones de autores, podemos decir que es una forma de comunicar, que utiliza las normas del lenguaje y que las “modifica” para adaptarlas a un mensaje publicitario determinado. La finalidad de la publicidad (aparte de informar) es convencernos de un producto o servicio para que lo consumamos, por eso decimos que la publicidad es persuasión. Para ello elabora un mensaje (anuncios) con el que trata de convencer, crear la necesidad a los receptores para que consuman. Se trata de construir un mensaje publicitario que llame la atención, que llegue al público siendo recortado por este y que transmita bien lo que queremos decir. A partir de la definición de Marçal Moliné sobre la retórica: “Sistema estructurado de formas conceptuales y lingüísticas para conseguir el efecto pretendido por el hablante en una situación concreta” hablaremos un poco sobre la retórica aplicada a la publicidad. La publicidad utiliza la retórica para convencer al receptor a consumir y es a partir de las reglas del lenguaje interactuando con estas, (los grafemas y fonemas de la lengua, y apoyándose también en imágenes). Retórica en la teoria y en la práctica de la Argumentación Jurídica. La importancia de la retórica en las teorías y en el ejercicio de la argumentación resulta patente si se reflexiona que la lógica es la hija de la retórica e instrumento de la ciencia. No puede existir ninguna teoría de la argumentación y menos aún ejercitarla con éxito si no se contempla una estructura lógica, este término, como se verá más adelante, admite una pluralidad de significados, y no necesariamente se refiere solo a la lógica formal. En el examen de los tipos de argumentos más usuales en el derecho y en especial, en las resoluciones jurisdiccionales, se observa con claridad el ingrediente retorico de muchos de ellos, se entiende la retórica como la ciencia del discurso que nos permite estructurar los argumentos para persuadir o, en su caso, convencer a un auditorio determinado. Aristóteles distingue claramente, como buen platónico, entre el discurso que tiene como objeto la verdad, lo que es, aunque llama ciencia y el discurso que se contenta con producir convicción, para el que no usa un nombre especial, pero que considera objeto de la retórica, o ciencia de la persuasión.
Lenguaje Escrito El lenguaje escrito es el modelo de lenguaje culto que todos tenemos en la mente, y nos aproximamos a él cuando queremos hablar bien. El lenguaje escrito y el oral son inseparables, y a las personas cultas se las distingue de las vulgares porque usan tanto uno como otro con precisión y elegancia. Seguro que más de una vez han conocido a personas cuya cultura se puede apreciar por el tipo de lenguaje que utilizan y comprenderán, por tanto, que el uso correcto de la lengua, escrita y oral, no solo es útil para aprobar exámenes: sirve también para ganarnos la consideración de quienes nos rodean. Además, mejorar la habilidad de escribir servirá para algo menos práctico, pero más interesante: poder expresar ideas, sensacionales y sentimientos, simplemente por el placer de escribir. Revisión ortográfica básica. El termino ortografía (del griego ortos= recto y graphein = escribir) designa la correcta utilización de las grafías, o letras, y de los signos diacríticos (acentos, signos de interrogación, admiración, etc.). En el último siglo, gracias al aumento del uso del computador u ordenador, ha decaído la práctica manuscrita. Hoy, muchos suponen que el computador les corregirá tanto la ortografía como la redacción. Pero, si bien existen correctores de ortografía y redacción incorporados a los programas informáticos, los errores por ignorancia del uso del idioma ya sean en ortografía y redacción como en estilo y léxico, continúan haciendo estragos en trabajos académicos o de otra índole. El lenguaje escrito es un modo que utilizamos los humanos para transmitir información. Como medio de representación, la escritura es una codificación sistemática de signos gráficos que permite registrar con gran precisión el modo hablado, por medio de signos visuales regularmente dispuestos. El aprendizaje de una escritura alfabética exige competencias distintas a las que demanda el aprendizaje de otros sistemas y tiene un modo de desarrollo propio. El uso razonable del lenguaje escrito contempla la forma correcta de escribir, con todas sus reglas ortográficas. La omisión o la mala ejecución de algún signo de puntuación, acentuación o exclamación podría generar alteración al mensaje que se quiere comunicar. La puntuación tiene varias funciones; da estructura al texto, delimita una
frase, marca los giros sintácticos, elimina ambigüedades e incluso sirve para modular la respiración a la hora de una lectura en voz alta. También hay que evitar tanto en el modo oral como en el escrito, las repeticiones, las redundancias y las muletillas. Se debe tener claro el uso de las mayúsculas y minúsculas, tal que las palabras que siguen a un punto llevan mayúscula, así como los nombres propios o específicos; además los nombres oficiales de instituciones, organismos, iglesias, comercios, etcétera, cualquiera que sea su importancia. Todas las palabras mayúsculas que llevan una sílaba acentuada con tilde deben llevarla y no cometer el error de omitirla, como acostumbran algunas personas. Por el contrario, se escriben con minúscula los días de la semana, de los meses y de las estaciones del año, salvo cuando se trate de una fecha especial. Estos son sólo algunos ejemplos de la regla. Para el caso de los números también hay reglas, por ejemplo, se escriben con letras los números de un dígito, las cantidades aproximadas, los números ubicados al inicio de un párrafo entre otros. Caso contrario, los números acompañados por un símbolo, las cantidades exactas de más de un dígito, así como los precios, se escriben con cifra. Todo lo anterior es algo muy superficial de los aspectos generales que se deben tener en cuenta al momento de escribir, cualquiera que sea el género literario, lírico, narrativo, dramático, periodístico, crítico u otro. Cada género literario se caracteriza por su estructura, forma de escritura, si se hace personal o impersonal, formal, crítico, etc., dependiendo de la finalidad del autor. Un cuento es un subgénero narrativo. Se caracteriza por ser breve, tener pocos personajes, con espacios y tiempo escasamente desarrollados. Una novela también es un subgénero narrativo, pero esta tiene una narración más extensa y compleja, donde aparece una trama complicada o intensa, con personajes sólidamente trazados, ambientes descritos pormenorizadamente, con lo que se crea un mundo autónomo e imaginario. Un ensayo es un género literario (no siempre podrá clasificarse como tal), en el cual tiene la característica de desarrollarse de manera libre, asistemática y consiste en la interpretación o explicación de un determinado tema ya sea de literatura, filosofía, ciencias, arte y otros. El ensayo puede ser formal o informal. Si se compone de manera formal debe ser impersonal; si se hace informal se puede personalizar. La estructura de un ensayo es sumamente flexible, ya que toda sistematización es ajena a su propósito esencial que es la de agradar por medio de la exposición del tema, pero se puede orientar el orden con una introducción, desarrollo y conclusión.
que el lector se enriquece de toda la cultura, el estilo y el contexto que el autor plasmó a su obra. Esto se debe tener muy en cuenta. Claramente distinguimos en los diferentes escritos, no solamente la manera de cómo está redactado el documento, sino también a quién va dirigido. En el caso de los documentos jurídicos, el profesional del derecho debe tener cuidado de no hacer gala de una riqueza verbal, que quizá durante su carrera le proporcionó la literatura. Si desea que su redacción sea clara y precisa, debe abstenerse de emplear una imperiosa y elegante gama de metáforas. Lo que se plasme y exprese en el escrito, deben ser enunciados de fácil comprensión para quien los lee. La gran mayoría de abogados no les prestan la debida atención e importancia a los aspectos formales de un documento, pero si no se presenta bien redactado, fácilmente perderá sentido o no se podrán comprender, ni entender las cuestiones de fondo. Lo importante de toda buena redacción es tomar consciencia que la escritura debe ser el reflejo de un correcto pensamiento. Plasmar la terminología correcta, no siempre resulta sencillo, para ello hay que leer, estudiar y sobre todo practicar. Si cerramos nuestra mente ante la realidad que existe en las palabras, no nos ayudará a mejorar ni como profesionales, ni como buenos redactores, puesto que nuestro cerebro no se ejercita. La redacción para el profesional del derecho no debe ser visto como algún elemento opcional, sino obligatorio. La fluidez en el léxico – como en la escritura– solo se logra con la praxis. Queda por demás recordar que los escritos y documentos jurídicos de mejor trayectoria y reconocimiento, fueron redactados por profesionales del derecho que constantemente llegaron a explorar las cavilaciones más profundas de lo que concierne al estudio de la sintaxis y la gramática, logrando desarrollar una correcta función. Empero, esta función para el profesional del derecho no es nada fácil, sobre todo porque el abogado debe comenzar a interesarse en el lenguaje y poder enriquecerse de todo lo que le ofrece. No en vano Nietzsche decía “el que encuentra el lenguaje interesante, por sí mismo se distingue de quien no lo admite más que como medio de pensamientos interesantes.” Gran parte de la importancia de la redacción jurídica no recae en investigar sobre la función expresiva del lenguaje, dado que lo trascendente y primordial aquí, es investigar los aportes del lenguaje jurídico y la comunicación que este logra transmitirnos. En la obra de Hernández Gil, podemos reconocer cómo opera la función comunicativa del lenguaje jurídico, lo cual es muy diferente a la del lenguaje común. Este autor afirma que: “El lenguaje y el derecho son productos culturales muy
próximos entre sí. La similitud radica en que el derecho está enunciado en el lenguaje; la ciencia jurídica tiene un objeto formulado lingüísticamente antes que aquello que lo describa. Pero la mayor sinonimia no consiste en esa reproducción verbal o estricta, sino en que el derecho, como el lenguaje, desempeña una función comunicativa en la convivencia social, por lo que es otro lenguaje.” Es así como podemos notar que gran parte de la importancia en la redacción jurídica, recae en la función expresiva del lenguaje jurídico, de tal manera que el hecho que el derecho se exprese mediante el lenguaje común, pero que se comunique mediante un lenguaje no-común, es lo que hace que el lenguaje jurídico sea un lenguaje especial. La eficacia en los escritos jurídicos. Luego de analizar los criterios principales para obtener una buena redacción, ahora empezaremos a tratar la eficacia que debe existir en los documentos jurídicos. Primero. - Se debe poner un orden al escrito. Segundo. - No se debe olvidar que redactar es expresar por escrito con exactitud, concisión y claridad, para que pueda ser entendido. Tercero. - Se tiene que organizar mentalmente las ideas antes de escribirlas (relación de ideas). Cuarto. - No tiene que haber incoherencias en la sintaxis. Quinto. - Toda redacción jurídica debe expresar en el escrito un suceso o pensamiento respecto a las conductas relacionadas con las normas que regulan la vida del hombre en la sociedad. Sexto. – El lenguaje que utilice el abogado en la redacción de su escrito, debe distinguirse de una redacción general o literaria. Séptimo. - El profesional del derecho, no solo debe mostrar una buena redacción, sino que es menester que sepa argumentar su escrito, teniendo en cuenta las normas vigentes. Por último, los abogados que se dediquen íntegramente a ejercer las funciones de jueces o juristas deben dominar bien las reglas gramaticales de la lengua, puesto que ellos son los encargados de dar seguridad en sus documentos.
Textos Jurídicos y su estructura Para todos los profesionales es muy importante la comunicación, sea esta verbal o escrita, pues de poco sirve tener muchos conocimientos, si no se pueden transmitir, a menos que este sea, precisamente, el objetivo. Hay asuntos que es mejor escribir, como las condiciones y las cláusulas de los contratos y las fórmulas y especificaciones médicas. En el plano más informal, hay que escribir continuamente mensajes por WhatsApp o enviar correos electrónicos, inclusive, para establecer citas personales. Todo, lo formal y lo informal, debe quedar bien escrito, sin errores ortográficos, desde luego, pero, además, con la claridad necesaria para que quien los lea sepa realmente qué era lo que se le quería comunicar. De esta manera, la escritura moderna exige usar, en la medida de lo posible, palabras y locuciones cortas, sin abusar de incisos explicativos, ni frases subordinadas y, preferiblemente, en voz activa. En el caso de los abogados, se podría afirmar que, a lo largo de su vida profesional, escriben más que un novelista, ya que recopilan y cuentan historias, elaboran demandas, realizan reclamaciones y levantan memorias de negocios y reuniones. Habilidad literaria. Aunque algunos logran desarrollar esta habilidad literaria fuera de su ejercicio, no todos tienen el mismo éxito redactando los memoriales que les dan curso a los procesos, documentos que tendrían que ser impecables en su calidad, precisión y, sobre todo, elegancia. La mayoría de los abogados creen que escriben bien, pero, sin darse cuenta, por hacer más hacen menos, pues sus argumentaciones suelen ser largas, confusas y monótonas, llenas de frases rebuscadas y tecnicismos poco útiles. Si bien la tendencia actual de todos los procesos es la oralidad, los abogados necesitan escribir bien, ya que la escritura y la oralidad son modos complementarios de comunicación y no hay espacio del ejercicio jurídico donde no se requieran los dos, tal es el caso del Derecho Procesal, que no ha reducido la importancia de la escritura en el escenario jurídico.
La tecnología y el afán por buscar solución a la congestión judicial permitieron la implementación de estos nuevos sistemas orales, los cuales obligan a los abogados a argumentar sus casos presencialmente. No obstante, para que estos argumentos y el juicio oral funcionen, deben tener una audiencia integral, con presentación, desarrollo y conclusiones. El juez necesita entender lo que el abogado le está diciendo, y esto depende de que haya leído y entendido lo que está consignado por escrito en el expediente. De lo contrario, la oralidad serviría de poco y más bien pasaría a ser una fuente de dilaciones y costos, al tener el juez que revisar la grabación del evento oral para reconstruir el sentido a partir del expediente escrito. Texto o Escrito Jurídico. De acuerdo con el Diccionario Panhispánico del Español Jurídico, para el Derecho Administrativo, un escrito es un documento por el cual alguien se dirige formalmente a la Administración, ya sea para formular una solicitud, interponer un recurso administrativo o formalizar cualquier trámite para el que haya sido emplazado y deba realizarse por escrito. Por otro lado, el escrito en Derecho Procesal es aquel que se requiere para formalizar una demanda, contestación, recurso, etc. Documentos que todo abogado debe saber redactar. Durante la trayectoria del abogado, existirán un sinfín de documentos jurídicos que deberá elaborar. Por ello, Ámbito Jurídico presentó una serie de recomendaciones sobre los cinco documentos que todo abogado debe elaborar en el ejercicio de su profesión:
- Poder para actuar. Describir las facultades con precisión y de acuerdo con lo dispuesto en las normas procesales. - Peticiones. Expresar por qué se tiene derecho a una respuesta o, por esa vía, a una solución concreta. - Amparo. Redactar la solicitud de amparo de un derecho fundamental y, sobre todo, saber cuáles son estos derechos. En este tipo de escrito, la exposición de los antecedentes fácticos es de especial relevancia. - Contrato. Delimitar y describir en forma precisa el objeto contractual, las obligaciones de cada una de las partes, la limitación de la responsabilidad, las penalidades o sanciones