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Juegos de lengua y literatura: adivinanzas y trabalenguas, Monografías, Ensayos de Literatura

Este documento analiza las adivinanzas y los trabalenguas como juegos de lenguaje y literatura útiles para la enseñanza de español. Se definen y clasifican los tipos de adivinanzas, y se estudian sus características. Los trabalenguas se destacan por su carácter lúdico y relación con el irracionalismo poético. Se proponen actividades didácticas y se resalta el carácter universal, intercultural e intertextual de estos recursos, útiles para trabajar diversos aspectos lingüísticos y literarios.

Tipo: Monografías, Ensayos

2018/2019

Subido el 03/06/2024

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JlJEGOS DE LENGUA Y LITERATURA.
ADIVINANZAS Y TRABALENGUAS
PASCUALA
MOROTE
MAGÁN
UNIVERSITAT
DE
VALENCIA, ESPAÑA
[
...
] el lenguaje es un emocionante juego, una manera de poseer un misterioso mundo,
un rodearse de huellas sonoras que se abren a múltiples significados.
Ana Pelegrín
1.
INTRODUCCIÓN
El
objetivo
esencial
que
me
planteo
en
este
trabajo
es
que
los
estudian-
tes
que
van
a
ser
profesores
de
español
(lengua
materna),
y
español
len-
gua
extranjera
(ELE)
sean
capaces
de
darse
cuenta
de
las
posibilidades
filológicas,literarias y
didácticas
que
poseen
algunos
juegos
de
lengua
y lite-
ratura
como
las
adivinanzas
y los trabalenguas.
Para
justificar
este
objetivo,
partimos
de
trabajos
y
experiencias
en
las aulas
escritos
con
anterioridad
y
que
figuran
en
la
bibliografía.
Los juegos de lengua y literatura
como
las adivinanzas y los trabalenguas,
entre otros, servían
en
el pasado para que los adultos
-sobre
todo
en
sociedades
rurales-
ocuparan parte de su tiempo de descanso después del trabajo, se entre-
tuvieran en los ratos de ocio e introdujeran a los niños
en
la poesía. Es obvio que
tanto la lírica de tipo tradicional (desde el mester de juglaría)
como
la de muchos
autores de la historia de
la
literatura española (Alberti, Lorca
...
) utilizaban
la
poesía como una forma de jugar con las palabras, hasta tal punto que se puede
afirmar que el
juego
y la poesía están vinculados entre y unidos como señala
YagüelIo (1983:12) «por una misma gratuidad».
ACTAS XLV (AEPE). Pascuala MOROTE MAGÁN. Juegos de lengua y literatura. Adivinan...
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JlJEGOS DE LENGUA Y LITERATURA.

ADIVINANZAS Y TRABALENGUAS

PASCUALA MOROTE MAGÁN

UNIVERSITAT DE VALENCIA, ESPAÑA

[ ... ] el lenguaje es un emocionante juego, una manera de poseer un misterioso mundo, un rodearse de huellas sonoras que se abren a múltiples significados. Ana Pelegrín

1. INTRODUCCIÓN

El objetivo esencial que me planteo en este trabajo es que los estudian- tes que van a ser profesores de español (lengua materna), y español len- gua extranjera (ELE) sean capaces de darse cuenta de las posibilidades filológicas,literarias y didácticas que poseen algunos juegos de lengua y lite- ratura como las adivinanzas y los trabalenguas. Para justificar este objetivo, partimos de trabajos y experiencias en las aulas escritos con anterioridad y que figuran en la bibliografía. Los juegos de lengua y literatura como las adivinanzas y los trabalenguas, entre otros, servían en el pasado para que los adultos -sobre todo en sociedades rurales- ocuparan parte de su tiempo de descanso después del trabajo, se entre- tuvieran en los ratos de ocio e introdujeran a los niños en la poesía. Es obvio que tanto la lírica de tipo tradicional (desde el mester de juglaría) como la de muchos autores de la historia de la literatura española (Alberti, Lorca ... ) utilizaban la poesía como una forma de jugar con las palabras, hasta tal punto que se puede afirmar que el juego y la poesía están vinculados entre sí y unidos como señala YagüelIo (1983:12) «por una misma gratuidad».

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Huizinga (1968:37y 75) en su ya clásica obra Horno Ludens, afirmó que «El juego existió antes de toda cultura» y «La cultura surge en forma de juego», resal- tando el juego en la cultura yen la vida de los individuos, con unas teorías sobre las que se ha venido insistiendo desde la antropología, la literatura, la psicología, la sociología y la didáctica. Francisco Yndurain (1974:215) resalta la función lúdica exclusivamente en los hechos lingüísticos donde el contenido es prácticamente nulo, como en los trabalenguas. Por nuestra parte, pensamos que está presente la función lúdica, siempre que el lenguaje se utilice con la única y exclusiva finalidad de divertirse, de ahí el valor del absurdo de la literatura folclórica destinada a los niños y de la que, por fortuna, aún siguen disfrutando en el mundo actual. La brevedad de algunas de estas formas genéricas tradicionales, facilitan su memorización por el mantenimiento de la atención durante poco tiempo. Y el elemento lúdico favorece la creatividad; de ahí que resulten de gran relevancia en la enseñanza de segundas lenguas, el español, en nuestro caso, con los estu- diantes ERAS MUS que vienen a España para aprender nuestra idioma o con los estudiantes españoles que se van a dedicar a la docencia. Las primeras poesías escuchadas en la infancia tienen un carácter interdis- ciplinar, ya que van unidas a la música y dotan al niño de la armonía y la estética de la lírica; imágenes y sonidos producen emociones que manifiestan a través de risas, a que tan acostumbrados están en su ambiente familiar. Todos los niños del mundo conocen la literatura oral en sus idiomas, en lo que conviene insistir, por- que favorece el plurilingüismo y la interculturalidad, que tantos debates suscita en la actualidad.

2. CONCEPTO DE LAS ADIVINANZAS

Las definiciones que encontramos en diversos diccionarios de la palabra adivinanza coinciden en considerarla como sinónimo de acertijo. DRAE (2001): Adivinanza: Adivinación, acertijo. Acertijo: 1) Especie de enigma para entretenerse y acertarlo. 2) Cosa y afir- mación muy problemática. Casares (MCMXLII): «Artificio que consiste en usar palabras de sentido equí- voco o en varias de sus acepciones, ya sea por donaire, pasatiempo o ingenio». María Moliner (1973) recoge el término adivinanza como sinónimo de acer- tijo y la define como: «Frase, dibujo, verso, etc. en que de una manera envuelta se describe algo para que sea adivinado por pasatiempo». Gárfer y Femández (1983.1.10,16) definen la adivinanza como «Ingeniosa descripción en verso de un mensaje que el receptor debe descubrir» y destacan su carácter oral al estimar que «Es una tradición oral aprendida en la casa, en la

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y donde se observa con claridad su valor lúdico. Charles Bally ( 1972: 217) escribe sobre el placer por las palabras que siente el niño pequeño al afinnar: «Al niño le gustan las palabras, se divierte con ellas, las entrechoca con curiosidad». Desde hace años hasta hoy se está dando realce a los estudios sobre adivi- nanzas. J.L. Gárfer y C. Femández (1983.1.9) llaman la atención sobre el carácter literario de la misma, basándose para ello en destacar el recurso estilístico que más utilizado aparece: la metáfora. Dichos autores indican: «La adivinanza tiene, además, ese difícil arte de captar inmediatamente la atención del receptor y la fina elegancia del mensaje breve que sabe annonizar lo popular con una expresión poética de alto valor estético». Es casi imposible, señalar cuáles son las adivinanzas específicas en español, de cada zona geográfica, ya que la mayoría se repiten con pequeñas variantes en muchos pueblos de España y Latinoamérica. Hace tiempo que Granda(l974.223) dijo:«Las adivinanzas populares actuales en el área hispánica, europea y extra- europea han sido recogidas y estudiadas en una ya larga serie de títulos que se ocupan de zonas tan distantes entre sí como España, Argentina, Puerto Rico, México, Colombia, etc.». Por otra parte, no podemos olvidar que las adivinanzas constituyen unjuego lingüístico vinculado a ritos primigenios, del que no está ausente la inteligencia. Según Huizinga (1968: 178): «Toda poesía antigua es al mismo tiempo culto, diversión, festival, juego de sociedad, proeza artística, prueba o enigma y ense- ñanza, persuasión, encantamiento, adivinación, profecía y competición». Encontramos un punto de contacto esencial entre la poesía y la adivinanza: el poeta se sirve, a veces, de las más extrañas imágenes y metáforas, con tal de que haya alguna idea de semejanza o desemejanza entre el ténnino real y el imaginario que sirva para que el lector capte lo mejor posible lo que el escritor nos hace lle- gar. El niño y el hombre del pueblo, cuando juegan con las palabras construyendo adivinanzas y trabalenguas, hacen lo mismo y unas veces acercan y otras alejan cada vez más al jugador, de la verdad del enunciado, y en ello radica su principal característica. El alejamiento es denominado por Rodari (1976:57) extrailamiento y por J.L. Gárfer y C. Femández (1983:20) elementos desorientadores.

2.1. Criterios de clasificación de las adivinanzas

Ante la dificultad que supone cualquier tipo de clasificación, siempre limi- tadora a nuestro juicio, y en gran medida, como indica Casares (MCMXLII: X), artificial y transitoria vamos a agrupar las adivinanzas basándonos en dos crite- rios: dificultad o facilidad en el acierto y significación. El primer criterio tiene en cuenta el grado de abstracción, complejidad o esfuerzo imaginativo que es preciso realizar para conseguir el resultado o la solu-

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ción correcta. de ahí los tres tipos de adivinanzas siguientes: la falsa adivinanza, la adivinanza simple o sencilla y la adivinanza compleja. Lafalsa adivinanza es la que contiene la respuesta en el enunciado. No se trata de adivinar sino, como dice Rodari (1976:60), «estar atentos a los sonidos que se oyen para poderlos recombinar de otra forma», como en la siguiente: «Por allá delante va/va caminando y no es gente. /adivínalo, prudente,!que el nombre ya queda atrás». (La vaca) Otra clase de falsa adivinanza es la constituida por hromas, hurlas, o pre- guntas de pega en las que mediante una trampa ingenua se hace caer a una per- sona en una contestación errónea, por su perogrullesca respuesta que provoca jocosidad incluso en el tmascurso de una conversación:«Oye, ¿conoces a Arturo?/ ¿ qué Arturo?/ el que fuma en puro». Falsas adivinanzas son también las que comienzan por interrogaciones directas -¿Qué le dijo? ¿En qué se parece?- y las denominadas colmos, todas ellas a medio camino entre el chiste y la adivinanza o el refrán y la adivinanza, como la última de las siguientes: «¿En qué se parece un ladrón a un barco?/en que el ladrón cuando roba atraca,! y el barco cuando llega a puerto atraca».«¿Cuál es el colmo de la paciencia?/meter una zapatilla en una jaula y esperar a que cante».«¿Quién te puso rico?/el que te mantuvo el pico». Las adivinanzas simples o sencillas son muy abundantes. En ellas son tantas las pistas que se dan, que es imposible no acertar, de ahí que no se consideren auténticas adivinanzas:

Blancos por fuera, amarillos por dentro, las gallinas los ponen, con aceite se fríen, con pan se comen. Adivinanzas complejas son las consideradas dificultosas de solucionar, por el empleo de la imagen o metáfora pura: «Las sabanitas de Doña Leonor/que cubren los campos y los ríos no» (La nieve) En el segundo criterio, el de siglllficación sobresalen las características rea- listas, de ahí lo numerosas que son las referentes a las letras del alfabeto, a los fenómenos atmosféricos, a los cultivos, a los astros ... En su cruz me lleva el ángel, el diablo en su tenedor, el viento en su remolino y todo en su derredor. (La r)

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La paradoja, elemento motivador de la dificultad en la adivinanza, es muy frecuente: «Pobrecillo, pobrecillo, / siempre andando y / nunca se mueve de sitio» (El reloj). «Sin ser cruz voy siempre a cuestas/y al mundo cuando hablo, espanto. / Hablo con voces de fuego, / sin ser el Espíritu Santo» (La escopeta). Antítesis hallamos en: «Quietas, inquietas,/de día durmiendo,/de noche des- piertas». (Las estrellas) Muchas son las adivinanzas que utilizan una sencilla técnica descriptiva, para la que se apoyan en una adjetivación rica. Adjetivos de color: «Verde en el campo, / negro en la plaza, / y coloradito en casa» (El carbón). «Negra me tendí en el suelo / y verde me levanté / y eché la vista al cielo / y florida me encontré» (El haba). La asignación de un color simbólico para cada etapa de la vida humana, nos parece digno de destacarse en: «Verde fue mi nacimiento, / blanca fue mi moce- dad / y me vistieron de negro / para llevarme a enterrar» (El cigarro). «Verde fue mi nacimiento, / amarillo mi vivir, / se me pone el cuerpo negro / cuando me voy a morir» (La aceituna negra). Los colores blanco y verde son atributos connotativos del nacimiento y la muerte. Una sola vez se utiliza el color amarillo (¿monotonía?, ¿rutina?) como símbolo del vivir. El recurso de la anáfora lo vemos en las adivinanzas sencillas, las que inclu- yen la palabra que debe acertarse en el enunciado, como: «lana sube, / lana baja / y es un hombre / el que la trabaja». (Solución: la navaja). Hay un placer especial por el uso de derivaciones de palabras que presentan cierta sonoridad como: una señora muy enseñorada; una cosa quiquiricosa ... Algunas realzan su expresividad mediante la utilización y repetición de sonidos vibrantes, produciendo sensaciones onomatopéyicas auditivas, en suma, fonética expresiva, que se consigue con la utilización de fonemas desagradables al oído (ll, rr, eh, tr): «Por un barranco sentí / chillar con las tripas fuera / y sin reventar» (El acordeón). En alguna otra se relacionan significante y significado para dar una sen- sación visual de oscuridad mediante una utilización más abundante de vocales oscuras -o-u- en la ya citada: «Por un callejón oscuro / va un borracho / dando tumbos». La palabra cosa funciona como comodín ocultador del término real en algu- nas adivinanzas: «una cosa más alta que un pino/que no sostiene ni un comino» (el humo); «una cosa como una bellota / que toda la casa trota» (el candil) ... El uso de palabras sin significado, jitanjafóricas en la terminología de Alfonso Reyes, es asimismo, frecuente en la construcción adivininancÍstica: «Don Birondón está en el terrado, / con sus hijitos a su lado; / llevan verde el vestidito /menos don Birondón, que es viejecito» (el tronco del árbol).

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Con las fónnulas iniciales y finales se resalta la dificultad del acierto y la burla o el desprecio jocoso que va a provocar quien no adivine: Divinal/a, divina- l/eta ... Adivina, adivinanza ... Quien no lo adivine es un tontorrón ...

3. CONCEPTO DE TRABALENGUAS

Al igual que en las adivinanzas hemos de acudir a los diccionarios para hallar algunas definiciones de este otro género oral que nos ocupa, trabalenguas. María Moliner (1973): «palabra o conjunto de palabras difícil de pronunciar que se dice por pasatiempo». El DRAE (2001): «Palabra o locución dificultosa de pronunciar, en especial cuando sirve de juego para hacer que alguien se equi- voque». En los trabalenguas las palabras no se toman en serio, son pura broma, lo que es propio de los hispano hablantes «por el placer que les produce el son y el ritmo por un lado y el juego con el vocablo, por otro» como señala Beinhauer (1973:1059), porque nos enfrentamos claramente a los juegos de lenguaje, a los juegos de palabras. El contenido semántico de los trabalenguas es prácticamente nulo, implica la función lúdica, y nos conduce a la denominada jitanjáfora, de carácter absurdo, cuyo antecedente lo encontramos en la tendencia al nonsense de la literatura inglesa; recuérdense los limerick o poemas disparatados de Edward Lear y Alicia en en el país de las Maravillas y Alicia a través del espejo de Lewis Carrol!. El término Jitanjáfora, lo inventó Alfonso Reyes en 1929 1 (1986:212 y stes.). Mucho más tarde Lázaro Carreter (1962) define las jitanjáforas como «Palabras, metáforas, onomatopeyas, interjecciones, estrofillas, etc., carentes de sentido, pero que constituyen un fuerte estímulo para la imaginación». No hay ya la menor duda de que estas jitanjáforas son los jueguecillos, retahílas, traba- lenguas ... , en los que prevalece el sentido del absurdo y la lógica, por tanto, se resuelve en un proceso intralingüístico que está más allá de las leyes y estructuras conceptuales del lenguaje. Con los juegos lingüísticos trabalenguados se produce un vacío semántico, que quizás, en cierto modo, podríamos relacionar, guardando las distancias, con el irracionalismo poético, que según Carlos Bousoño (1978: 26) consiste «en la utilización de palabras no solo portadoras de significado, sino portadoras de aso- ciaciones irreflexivas con otros conceptos que son los que realmente conllevan la

  1. Alfonso Reyes en La experiencia Literaria. Ensayos sobre experiencia, exégesis y teoria de la literatura explica detalladamente a partir de Los cigarrales de Toledo de Tirso de Molina cómo se va fraguando en él la idea del nombre de jitanjáfora, que tanto éxito ha tenido.

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inguinfingafas/con siete inguifingaficos;/vino la inguifingafa grande/ya todos los inguifingaficos/se los inguifingafó todicos». La utilización de palabras y rimas esdrújulas es una constante de gran parte de trabalenguas, como vemos en:

«Tengo una cabrita / ética, perlética / perlá, pelianguda / y de la cabeza cornuda. fY como la cabrita / es ética, perlética, /perlá, pelianguda / y de la cabeza cornuda./Tuvo siete cabritos/ éticos, perléticos,/ pelaos, peliangudos/ y de la cabeza cornudos».

3.2. Didáctica y creatividad

Es preciso programar en las clases recitales poéticos, talleres de recopilación e invención de adivinanzas y trabalenguas y juegos competitivos por equipos; resulta útil para averiguar, por ejemplo, quién recita mejor los trabalenguas y quién acierta antes la solución de las adivinanzas. Aunque se pueda ejemplificar con más rasgos de estilo y lenguaje y más tipos de trabalenguas, queremos resaltar ahora dos de las muchas posibilidades didácticas que se pueden llevar a las aulas: los trabalenguas para trabajar la inter- cuIturalidad, pues igual que los otros géneros de la tradición oral (adivinanzas, cuentos mitos, fábulas, nanas, refranes canciones diversas ... ) se encuentran en cualquier parte del mundo. En concreto, la Comunidad Valenciana es bilingüe y nuestros alumnos han aportado trabalenguas (embarrussaments) recordados desde su infancia.

Mare, que sope? -sopes. Jo no vull sopar sopes; dones si no vols sopar sopes, no sopes, que si la mare sopa sopes, tu sopas, sopes (María Fuster Ángel, 2004-2005). Se construyen relatos partiendo de trabalenguas; en algunos encontramos secuencias narrativas, estructuras, personajes, etc., que favorecen la imaginación creativa de los estudiantes para escribir cuentos maravillosos, cómicos ... , en los que se aprecian y analizan funciones, símbolos, personajes, espacios, fórmulas de apertura y cierre ... como los siguientes:

3.2.1. Los Panchos y la plancha

(Este breve cuento se basa en el trabalenguas: Si Pancha plancha con cuatro planchas, ¿con cuántas planchas, plancha Pancho?).

JUEGOS DE LENGUA Y LITERATURA. ADIVINANZAS y TRABALENGUAS 197

Papá Poncho quiere que Pancho ayude a Pancha con la plancha. Si Pancha plancha con cuatro planchas, ¿con cuántas planchas plancha Pancho? Pancho pasa de la plancha. Papá Poncho le dice a Pancho:

_- Apechuga con la plancha. Pancho le responde a papá Poncho:

  • ¿con qué plancha plancho,_ si Pancha plancha con las cuatro planchas? _Papá Poncho planchado le dice a Pancha:
  • Pancha, deja dos planchas para que planche Pancho. A lo que Pancho y Pancha preguntan a papá Poncho:_ -Si los Panchitos planchamos con cuatro planchas, ¿con cuántas planchas papá Pon- cho plancha? (Autores: Rocío Ibáñez Sánchez, Joseph Manuel Esplugues Ureña y Diana Vivar Lli- güín comentaron: «Aunque parezca un cuento muy simple, lo que hemos pretendido es tratar el tema de la coeducación y la igualdad de sexos en todos los niveles. De ahí que al final los niños le pregunten a su padre en qué colabora él en las tareas domésticas»).

3.2.2. El país de Trabalenguas

Érase una vez un pequeño país llamado Trabalenguas, donde todas las per- sonas vivían en armonía. Los vecinos se preocupaban los unos de los otros, se respetaban, se ayudaban entre sí. .. eran muy felices. El rey de Trabalenguas, que era mayor y muy sabio, se sentía orgulloso de sus súbditos y daba gracias a Dios por haber tenido la suerte de gobernar tan buen país.Pero ... como en la vida, nada es perfecto, sucedió que una mañana los habi- tantes de Trabalenguas se dieron cuenta de que una techumbre de barro cocido y yeso impedía ver los rayos del sol. Corriendo fueron a palacio a comunicarle tan infortuna noticia al rey, quien de inmediato mandó publicar el edicto siguiente:

«Amigos de Trabalenguas, el cielo está enladrillado, ¿quién lo desenladrillará? el desenladrillador que lo desenladrille, buen desenladrillador será y mi respeto, más una recompensa recibirá».

Los trabalengüenses se pusieron a pensar cómo deshacer aquel entuerto, puesto que afectaba de manera muy directa a sus vidas y empezaron a correr de nuevo hacia palacio para tratar de aportar soluciones. Los primeros en llegar fueron tres tigres. Majestad, somos tres tristes tigres que comemos trigo en un trigal. Si la luz del sol desaparece de nuestras vidas, el trigal desaparecerá también y no podremos seguir comien- do trigo. Hemos pensado en construir una gran escalera que llegue al cielo y una vez allí, destruir los ladrillos que lo cubren.

Pero eso es imposible -dijo el sabio rey- debemos seguir pensando- con- c1uyó.

JUEGOS DE LENGUA Y LITERATURA. ADIVINANZAS y TRABALENGUAS 199

El perro muy orgulloso y agradecido por las atenciones y cuidados del rey, abandonó el palacio y se fue a su casa, pidiéndole al monarca que repartiese las monedas de plata de la recompensa entre los más necesitados de aquel remoto país llamado Trabalenguas. Así lo hizo el rey y todos volvieron a ser felices y a comer perdices. (Autor: Raúl Vi/a Alberola, 22 años, especialidad Educación Especial. Entrega 2 de diciembre 2008).

4, REFLEXIONES FINALES

La literatura oral o de tipo tradicional motiva y mejora el proceso de ense- ñanza aprendizaje de lengua y literatura, de ahí el fomentar con estudian- tes españoles y extranjeros, los juegos lingüísticos y literarios, mediante técnicas activas y creativas con la finalidad de conseguir el desarrollo de las competencias orales y escritas expresivas. Adivinanzas y trabalenguas poseen un carácter universal, intercultural e intertextual. Aparecen en todas las lenguas del mundo, son parte del patrimonio intangible de la humanidad según la UNESCO y están estre- chamente vinculados con las culturas de cada nación. Adivinanzas y trabalenguas son un excelente medio de introducción en el funcionamiento del idioma; se practica al mismo tiempo un vocabulario rico, unas estructuras sintácticas variadas, una penetración en los meca- nismos humorísticos y retóricos ... lo que incrementa la creatividad, igual que el amor a la lengua, objeto de estudio. En las adivinanzas y trabalenguas entran en juego los tipos de agude- za verbal y conceptual del español, estudiados ya por Baltasar Gracián (1957), auténticas figuras lúdicas que corresponden a preguntas y res- puestas con enfrentamiento de participantes antagónicos. Con adivinanzas y trabalenguas podemos trabajar en nuestras clases la recuperación de la memoria oral, y la comparación entre la literatura poética de tipo tradicional y la de autor. Los escritores de poesía infantil actual crean adivinanzas y trabalenguas, bebiendo en las fuentes de la tradición popular, aspecto en el que estamos trabajando con las poesías de Antonio A. Gómez Yebra (1999,39). de las que solo vamos a poner un ejemplo:

200 PASCUALA MOROTE MAGÁN

Por la trape trepa un tipo que porta trapos de tropa, con un pretil se ha topado y se estropea la ropa. Trápala, trápala, trápala, chócala, choca la copa, trágala, trágala, trágala, el barco a pique por popa. Apretándose la tripa trepa dentro de una pompa porque se trenzan los truenos y no hay truco, trompa o tromba. Trápala, trápala, trápala, trépala, trepa la roca, aparta un trozo de tarta y atrápalo con la boca. Pobre tipo el que entre truenos se entrenaba por la popa mientras trepaba, el pedrisco lo puso como una sopa. Trápala, trápala, trápala, sáltala, salta a la comba, tópala, tópala, tópala, tírate, tírate en tromba. Por último, reivindicamos la necesidad de educar poéticamente a nues- tros estudiantes partiendo de la primera literatura que llega a sus oídos, pues además de proporcionarles calor humano, los introduce en la prác- tica de la métrica y las figuras retóricas y los conduce al disfrute de la poesía y de la palabra oral, que no se concibe fuera de la estética que los niños vivían, cuando aún disponían de tiempo para jugar, para inventar, para escuchar y recrearse con el folclore tradicional, cuna y raíz de toda literatura de infantes.

BIBLIOGRAFÍA

Alcover, J. Mª Y Moll, Frances B. de: Diccionari catala, valencia, halear. Palma de Mallorca. Moll, 1999. Bally, Ch.: El lenguaje y la vida. Trad. De Amado Alonso. Buenos Aires. Ed. Losada,

Beinhauer,W.: El humorismo en el español hablado. Madrid, Gredos, 1973.