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La Hermenéutica en la Interpretación de la Sagrada Escritura, Guías, Proyectos, Investigaciones de Teología

Este documento discute la necesidad, objetivo, límites y principios de la hermenéutica bíblica, su relación con otras ramas de los estudios y su importancia para la correcta explicación de la sagrada escritura. El texto también aborda la controversia entre la hermenéutica fundamentalista y la hermenéutica contextual.

Tipo: Guías, Proyectos, Investigaciones

2023/2024

Subido el 24/01/2024

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HERMENEÚTICA
Derivada de una palabra Griega relacionada con el nombre del dios Hermes, el
supuesto mensajero e intérprete de los dioses. Sería incorrecto inferir de esto que
la palabra denota la interpretación o la exégesis de la Escritura Sagrada. El uso ha
restringido el significado de la hermenéutica a la ciencia de la exégesis Bíblica, es
decir, a la colección de las reglas que gobiernan la correcta interpretación de la
Escritura Sagrada. Exégesis por lo tanto se relaciona con la hermenéutica, como la
lengua está a la gramática, o como el razonamiento a la lógica. Los hombres
hablaron y razonaron antes de que hubiera cualquier gramática o lógica; pero es
muy difícil hablar correctamente y razonar debidamente siempre y bajo cualquier
circunstancia sin un conocimiento de la gramática y de la lógica. De la misma
manera nuestros primeros escritores Cristianos explicaron la Escritura Sagrada --
como es interpretado en casos particulares incluso en tiempo extra por estudiantes
de talento extraordinario-- sin confiar en cualquier principio formal de la
hermenéutica, pero tales explicaciones, si están correctas, estarán siempre de
acuerdo con los cánones de nuestra ciencia actual de la exégesis.
I. NECESIDAD DE LA HERMENÉUTICA
El lector no debe inferir que se ha dicho que la hermenéutica es una mera
realización del exegeta Bíblico, ese conocimiento no es necesario para el
estudiante de la Biblia. Es verdad que en la primera Iglesia la ciencia de la
exégesis no fue desarrollada; pero debe ser recordado que las supuestas lenguas
sagradas eran las lenguas vernáculas de los escritores Sirios y Griegos, a quienes
les eran tan familiares como nosotros a las antigüedades Bíblicas, y que también
fueron imbuidos en las primeras tradiciones orales que contenían la verdadera
explicación de los muchos pasajes difíciles de la Sagrada Escritura. Tan pronto
como estas ayudas naturales del intérprete Cristiano comenzaron a disminuir, los
principios de la hermenéutica comenzaron a convertirse. Incluso en el tiempo de
San Agustín fueron recogidos en un solo libro, de modo que pudieran ser dados a
conocer y poner en práctica sin mucha dificultad. Cualquier persona familiarizada
con una gran variedad de opiniones concerniente al significado de algunos de los
pasajes más importantes de la Biblia se preguntará como explicar la Escritura sin la
ayuda de la hermenéutica, entonces su demanda es una necesidad urgente. Ni
puede ser dicho que la variedad de resultados exegéticos de parte de los escritores
bien-versados en los principios de la interpretación científica demuestra la
inutilidad de la hermenéutica en la explicación de la Sagrada Escritura. Los
principios no científicos, con todo el desacuerdo de científicos siempre han
desarrollado cualquier rama del conocimiento; además, en el caso de la Escritura,
la hermenéutica ha disminuido el número de las opiniones de intérpretes
eliminando aquellas no apoyadas por cualquier principio científico sólido. Tales
principios son aún más necesarios para el intérprete Bíblico que un estudio de la
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HERMENEÚTICA

Derivada de una palabra Griega relacionada con el nombre del dios Hermes, el supuesto mensajero e intérprete de los dioses. Sería incorrecto inferir de esto que la palabra denota la interpretación o la exégesis de la Escritura Sagrada. El uso ha restringido el significado de la hermenéutica a la ciencia de la exégesis Bíblica, es decir, a la colección de las reglas que gobiernan la correcta interpretación de la Escritura Sagrada. Exégesis por lo tanto se relaciona con la hermenéutica, como la lengua está a la gramática, o como el razonamiento a la lógica. Los hombres hablaron y razonaron antes de que hubiera cualquier gramática o lógica; pero es muy difícil hablar correctamente y razonar debidamente siempre y bajo cualquier circunstancia sin un conocimiento de la gramática y de la lógica. De la misma manera nuestros primeros escritores Cristianos explicaron la Escritura Sagrada -- como es interpretado en casos particulares incluso en tiempo extra por estudiantes de talento extraordinario-- sin confiar en cualquier principio formal de la hermenéutica, pero tales explicaciones, si están correctas, estarán siempre de acuerdo con los cánones de nuestra ciencia actual de la exégesis.

I. NECESIDAD DE LA HERMENÉUTICA

El lector no debe inferir que se ha dicho que la hermenéutica es una mera realización del exegeta Bíblico, ese conocimiento no es necesario para el estudiante de la Biblia. Es verdad que en la primera Iglesia la ciencia de la exégesis no fue desarrollada; pero debe ser recordado que las supuestas lenguas sagradas eran las lenguas vernáculas de los escritores Sirios y Griegos, a quienes les eran tan familiares como nosotros a las antigüedades Bíblicas, y que también fueron imbuidos en las primeras tradiciones orales que contenían la verdadera explicación de los muchos pasajes difíciles de la Sagrada Escritura. Tan pronto como estas ayudas naturales del intérprete Cristiano comenzaron a disminuir, los principios de la hermenéutica comenzaron a convertirse. Incluso en el tiempo de San Agustín fueron recogidos en un solo libro, de modo que pudieran ser dados a conocer y poner en práctica sin mucha dificultad. Cualquier persona familiarizada con una gran variedad de opiniones concerniente al significado de algunos de los pasajes más importantes de la Biblia se preguntará como explicar la Escritura sin la ayuda de la hermenéutica, entonces su demanda es una necesidad urgente. Ni puede ser dicho que la variedad de resultados exegéticos de parte de los escritores bien-versados en los principios de la interpretación científica demuestra la inutilidad de la hermenéutica en la explicación de la Sagrada Escritura. Los principios no científicos, con todo el desacuerdo de científicos siempre han desarrollado cualquier rama del conocimiento; además, en el caso de la Escritura, la hermenéutica ha disminuido el número de las opiniones de intérpretes eliminando aquellas no apoyadas por cualquier principio científico sólido. Tales principios son aún más necesarios para el intérprete Bíblico que un estudio de la

lógica está para el pensador; mientras que las leyes del pensamiento se basan en una tendencia innata de la mente, el resto de las reglas de la hermenéutica se extienden en gran parte sobre los hechos externos de la mente. Y los resultados que fluyen de la aplicación de los principios de la hermenéutica no son menos importantes que aquellos derivados por medio de las leyes formales de la lógica, desde las controversias entre los Judíos y los Cristianos, entre los Cristianos y los Racionalistas, entre los Católicos y Protestantes, finalmente están de nuevo en las preguntas de la hermenéutica.

II. LÍMITES DE LA HERMENÉUTICA

Aunque la influencia de la hermenéutica es de tan gran envergadura, su eficacia no debe ser sobrestimada. La fuente de la gama de la Hermenéutica no suministra una deficiencia de la capacidad natural, ni rectifica falsos principios filosóficos o perversas pasiones, tampoco imparte la necesidad de erudición filosófica e histórica. En segundo lugar, la hermenéutica en sí misma no investiga la verdad objetiva del significado de un escritor, el cuál ha sido establecido por sus cánones; no se pregunta que es verdadero o falso, pero solamente que intentó decir el escritor. Por lo tanto una verdad hermenéutica puede ser una falsedad objetiva, a menos que la escritura este sujetada a las reglas de la hermenéutica y este dotada con la prerrogativa de la inerrancia. En tercer lugar, la hermenéutica no se pregunta de la autenticidad de una escritura, ni en la autenticidad de su texto, ni tampoco en su carácter especial, por ejemplo, si sea de una naturaleza profana o sagrada. La hermenéutica Bíblica presupone, por lo tanto, un conocimiento de la historia del Canon del Antiguo y Nuevo Testamento, de un conocimiento con los resultados bajo la crítica textual, y de un estudio del tratado dogmático sobre la inspiración. El número de limitaciones de la hermenéutica no rendirá la impaciencia del lector, si él tiene presente en su mente, que lleva con paciencia los límites que circunscriben el campo de otras ramas del aprendizaje; nadie culpa a la gramática, por ejemplo, porque no confiere ninguna aptitud lingüística especial al gramático, o porque no mejora la melodía o la estructura sintáctica del lenguaje.

III. OBJETO DE LA HERMENÉUTICA

Después de quitar qué es exterior a la hermenéutica, nos permite entender más a fondo su apropiado objeto. Su objeto material es el libro o la escritura que debe ser explicada; su objeto formal se preocupa con el sentido expresado por el autor del libro en cuestión. De esta manera, la hermenéutica Bíblica trata sobre la Sagrada Escritura como su objeto material, suministrando un sistema complejo de reglas para encontrar y expresar el sentido verdadero de los escritores inspirados, mientras que el descubrimiento y la presentación del sentido genuino de la Sagrada Escritura podrían ser su objeto formal.

usos peculiares y sus reglas de la gramática; él sigue en la expresión de sus pensamientos la secuencia de la lógica, y sus palabras reflejan su mentalidad así como también sus condiciones físicas y sociales. Si los deseos del intérprete de entender completamente al escritor, él debe guiarse por estos cuasi-criterios del significado del autor: su lenguaje, su hilo de pensamiento o el contexto, y de su condición psicológica e histórica a la hora de la escritura. Por lo tanto fluye el primer y más alto principio de la hermenéutica: Encontrar el sentido de un libro por su lenguaje (gramatical y filológicamente), por las reglas de la lógica (desde del contexto), y por la condición mental y externa del escritor. Expresando la misma verdad negativamente, podemos decir que ningún significado de un pasaje que no este de acuerdo con su gramática, su contexto, y las condiciones internas y externas de su autor, no puede ser el sentido verdadero del escritor. En el caso de la Escritura, el hecho de su inspiración y de su interpretación auténtica por la Iglesia, se debería agregar a los tres criterios comunes de la interpretación; por lo tanto ningún significado sin armonía con la gramática Bíblica, el contexto, o las condiciones concretas de los escritores bíblicos, o sin armonía con el hecho de la inspiración y el espíritu de la interpretación de la Iglesia, no puede ser el sentido verdadero de la Escritura. Respeto solamente al primero de estos tres criterios hace racionalista a la exégesis; la observancia de los primeros cuatro es un reconocimiento de la doctrina Cristiana específica de la inspiración Bíblica; pero es solamente la conjunción del quinto con los otros cuatro que da vida a la verdadera exégesis Católica sin destruir el carácter racional y simplemente Cristiano de la interpretación.

VI. FUENTES DE LOS PRINCIPIOS DE LA HERMENÉUTICA

Las observaciones precedentes revelan las fuentes de las cuales la hermenéutica deriva sus principios secundarios. Presupone un conocimiento gramatical y filológico del lenguaje en la cual se escribió el trabajo, de un conocimiento con las leyes de la lógica y de la retórica, y de una familiaridad con los datos de la psicología y de los hechos de la historia. Éstas son las fuentes de las reglas de la hermenéutica universal; en el caso de las Sagradas Escrituras, el intérprete científico debe estar bien versado en el llamado lenguaje Sagrado o Bíblico; él debe estar bien versado en historia Bíblica, arqueología, y geografía; él debe conocer los distintos dogmas Cristianos relacionados sobre la Biblia y su historia; finalmente él debe estar bien instruido en patrología, historia eclesiástica, y literatura Bíblica. Antes de entrar en la explicación de cualquier libro particular de la Escritura, el comentarista también debe estar versado en las preguntas dogmáticas, morales, filosóficas, y científicas conectadas con su tema particular. A la luz de estos muchos requisitos, uno entiende fácilmente porqué es tan difícil encontrar los comentarios que son completamente satisfactorios, y uno también se da cuenta de la necesidad de leer varios comentarios antes de que uno pueda demandar completamente entender las Escrituras o cualquier parte de la misma.

VII. DESARROLLO HISTÓRICO DE LA HERMENÉUTICA

Viendo la importancia de la hermenéutica Bíblica, puede parecerse a una cuestión de sorpresa que esta rama del estudio no fue desarrollada previamente. Pero la historia de cada ciencia demuestra que la práctica precede de la teoría. El Lenguaje, por ejemplo, había estado en el uso para muchas generaciones antes de que las gramáticas sistemáticas fueran escritas, la salud había sido el objeto del cuidado por siglos antes del crecimiento de la ciencia de la medicina. De una manera similar, los libros de la Sagrada Escritura fueron leídos y explicados por medio de lo qué podría ser llamada la hermenéutica natural antes de que en la ciencia de la exégesis fuera pensada. Deut., xvii, 8-12, 18; xxi, 5; xxxi, 9-13, 24- 26, podrían ser mirados por lo menos como su contenido del testimonio implicado en favor de la práctica de la exégesis, aunque es imposible determinar las leyes hermenéuticas entonces vigentes.

A. Desarrollo Judío

Al poco tiempo después de los días de Cristo, R. Hillel estableció siete reglas de la hermenéutica (middoth), entre las cuales se encuentran la inferencia del más grande al menor contexto, de lo general a lo particular para los pasajes paralelos. Al principio del segundo siglo R. Yishma 'el ben Elisha' aumentó el número de las reglas de Hillel a trece, tratando entre otras preguntas la manera de armonizar los pasajes contradictorios. Cerca de la mitad del segundo siglo R. Eli'ezer deribó treinta y dos reglas de la hermenéutica desde entonces prevalece el método de la interpretación, y éstas todavía son encontradas en las ediciones del Talmud después del tratado "Berakhoth". En la Edad Media Aben Ezra y Maimonides explicaron ciertas reglas de la hermenéutica, pero ningún escritor rabínico ha escrito ex profeso cualquier tratado completo sobre hermenéutica Bíblica.

Desarrollo Cristiano

Los Primeros Tres Siglos

Entre los primeros Cristianos, también, las Escrituras fueron leídas y explicadas sin la orientación de cualquier regla reconocida de la hermenéutica. Podemos deducir de los refranes de los Padres que la tradición y la analogía de la fe eran las leyes soberanas de los primeros intérpretes Cristianos. En el segundo siglo Melito de Sardis compuso un tratado de la hermenéutica, titulado "La Llave", en la cual él explicó los tropos Bíblicos. Los Padres de los siglos tercero y cuarto sugirieron muchas reglas de la interpretación sin recopilarlas en algún trabajo distinto. Además de Tertuliano y Clemente de Alejandría, Orígenes propuso y defendió contra Judíos y heréticos sus reglas de la exégesis en su trabajo "De principiis", lib. IV; Diodoro de Tarso (días antes del 394 d.C.) escribió sobre la diferencia entre el tipo y la alegoría, pero su trabajo "Quomodo differt theoria ab allegoriâ" había sido

reaccionaron favorable en la búsqueda de idiomas Bíblicos; el descubrimiento del arte de la impresión (1440-1450) facilitó la extensión de las Escrituras; la toma de Constantinopla por los Turcos (1453) ocasionó la emigración que va hacia el oeste de los Griegos doctos numerosos, que llevaron con ellos sus tesoros literarios así como su aprendizaje y habilidad artística. Durante este período, también, fue que Nicolás de Lyra (d. 1340 d.C.) escribió sus trabajos, "Tractatus de differentiâ nostrae translationis ab Hebr. litterâ y "Liber differentiarum V. et N. Testamenti", y Juan Gerson (d. 1429 d.C.) produjo su tratado de hermenéutica titulado "Propositiones de sensu litterali Scripturae Sacrae", en el cual él considera las diversas clases del sentido de la Escritura, y expresa su preferencia para que el sentido literal sea determinado según la enseñanza de la tradición y de las declaraciones de la Iglesia. En el siglo decimosexto la llamada Reforma comenzó con mirar la analogía de la fe y los símbolos como los criterios de la exégesis Bíblica, pero finalmente tuvieron que caer detrás de las reglas del Cristianismo e incluso de la hermenéutica racionalista, de modo que prepararan naturalmente la manera para el racionalismo Bíblico del siglo decimoctavo. La literatura hermenéutica Católica también creció durante estos siglos, en parte debido a la rivalidad entre los eruditos Católicos y Protestantes. Como esto tendía a agrandar los trabajos hermenéuticos, la claridad y la minuciosidad exigieron la separación de la hermenéutica de la crítica, de lo histórico, y de las preguntas dogmáticas, y la prueba sólida del desarrollo de los principios estrictamente hermenéuticos.

VIII. RELACIONES DE LA HERMENÉUTICA CON OTRAS RAMAS DE LOS ESTUDIOS

SAGRADOS

Podría ser de interés el considerar la relación en la cual la hermenéutica, reducida a sus propios límites específicos, dedicarse a las otras ramas de los estudios de la Escritura. Se excusa decir, la primer intervención en el estudio científico de la Biblia consiste en conocerse a sí misma con fundamentos y la extensión de la autoridad Divina y humana con la cual la Escritura esta dotada; la llamada introducción histórico-crítica de la Sagrada Escritura nos enseña todo esto. El segundo paso nos conduce a la llave para la correcta comprensión de esta doble colección autoritaria de libros, es decir, al estudio propio de la hermenéutica. La etapa final del estudio de la Biblia es la exégesis, que abre en nosotros los tesoros íntimos de las escrituras inspiradas. Todo esto estaría muy simple y claro, si la segunda etapa no exigió el conocimiento adicional: filología sagrada, historia, y arqueología sagrada. Sería absolutamente imposible aplicar las reglas de la hermenéutica sin poseer este conocimiento. Finalmente, quienes ordenan estos estudios teológicos sistemáticamente ponen la filosofía y el estudio de la Biblia, junto con la historia y la patrología eclesiásticas, entre los preámbulos que nos preparan para la teología teórica (fundamental, dogmática, y apologética), la teología práctica (moral), la teología pastoral, y el derecho canónico.

IX. CONTENIDO DE LA HERMENÉUTICA

Después de considerar a la hermenéutica en relación a sus ramas cognadas del estudio, podemos volver a un escrutinio más exacto de su propio contenido. Hemos visto que la ciencia de la interpretación tiene para su objeto formal el descubrimiento y la presentación del sentido de la Sagrada Escritura. A partir de este hecho, podemos deducir que

· un tratado completo de la hermenéutica debería tratar primero del sentido de la Escritura en general; · debe poner las reglas definidas para encontrar este sentido; · debe enseñarnos cómo presentar este sentido a otros.

Estas tres preguntas se han explicado completamente en el artículo EXÉGESIS, de modo que sea innecesario repetir sus progresos respectivos aquí. Será útil, sin embargo, para que el lector tenga ante sus ojos un resumen de los puntos principales tratados en ese artículo.

X. RESUMEN DE LOS PRINCIPIOS DE LA HERMENÉUTICA

(1) El escritor comienza dividiendo el sentido genuino de la Escritura Sagrada como:

· el sentido literal o su naturaleza o su división o su ubicuidad o su unidad y multiplicidad o Las dos clases de un sentido supuesto de la Escritura que en el mejor de los casos llevan solamente una analogía al sentido Bíblico verdadero: § el derivativo o el sentido consiguiente, § y la comodidad bíblica.

· el sentido típico o su naturaleza o sus divisiones o su existencia o su ocurrencia en el Viejo y en el Nuevo Testamento o su criterio o su valor teológico.

(2) En seguida el escritor trata de encontrar en el método el sentido genuino de la Escritura, considerando:

Hemos agregado este examen de la historia de la exégesis porque lanza la luz en el desarrollo histórico de la hermenéutica.

XI. DOS PREGUNTAS ESPECIALES

Ningunas dificultades serían planteadas contra el intérprete Bíblico mientras él permanece dentro de la esfera de las reglas que gobiernan su exégesis gramático- histórico; pero se levantarán protestas tan pronto como él impulse el principio de la inerrancia Bíblica, y el deber de reverenciarse a la autoridad de la Iglesia. Algunas observaciones adicionales respecto a estos dos puntos por lo tanto no estarán fuera de lugar.

A. INERRANCIA

Naturaleza de la Inerrancia

La inerrancia de la Escritura significa que su verdad hermenéutica es también objetivamente verdad, y que su sentido genuino es presentado adecuadamente por su expresión literal, por lo menos por su expresión literal completa, basada en el texto original interpretado a la luz del propósito especial del Espíritu Santo y de su previsto círculo de lectores. Pero esta perfección de la presentación literaria no quita la oscuridad y la ambigüedad de la expresión, los defectos que fluyen naturalmente de los autores humanos de los diversos libros de la Escritura Sagrada, y fue prevista, y por las buenas razones permitidas o aún previstas, por el Espíritu Santo. Ni la veracidad absoluta de la Escritura Sagrada implica que la Biblia siempre presenta toda la verdad bajo todos sus aspectos, ni exige que todo lo dicho textualmente por la Biblia como hechos históricos son objetivamente verdaderos. Las palabras textuales en la Escritura según lo hablado como interlocutores son infaliblemente veraces, por ejemplo, por Dios Mismo, o los buenos ángeles, o los profetas y los apóstoles inspirados realmente, o por el mismo escritor sagrado mientras que bajo la influencia de la inspiración, todas estas palabras no están ni simple e históricamente, pero también objetivamente, verdad; pero las palabras citadas en la Escritura como procediendo de los interlocutores abiertos al error no son necesariamente verdades objetivas, aunque son históricamente verdades. Si sin embargo tales palabras profanas son expresamente aprobadas por los escritores inspirados, son también objetivamente verdades.

Consecuencias que fluyen de Inerrancia

Se sigue diciendo que no puede haber contradicciones en la Biblia, y que no puede haber oposición verdadera entre las declaraciones Bíblicas y las verdades de la filosofía, la ciencia, o la historia.

Sin contradicciones en la Escritura Sagrada

La imposibilidad de cualquier contradicción existente en la misma Biblia fluyen del hecho de que Dios es el autor de la Escritura Sagrada, y sería el supuesto responsable de cualquier discrepancia. Pero ¿cómo podemos remediar de las aparentes contradicciones de la Escritura, la existencia de la cual no puede ser negada?

En algunos casos es prácticamente cierto que nuestro presente texto ha sido corrompido. I Reyes, xiii, I, dicen que Saúl era un niño de un año en que empezó a reinar, y él reinó dos años sobre Israel, aunque, según Hechos, xiii, 21 (y José, Antiq., VI, xiv) Saúl reinó cuarenta años, empezando en la edad de veintiuno. En el caso anterior, las cartas del texto Hebreo indican cuarenta y veinte respectivamente mas deben haberse perdido. Una corrupción similar debe ser admitida en III Reyes, iv, 26, en la cual Salomón cedió un establo para 40, caballos de carrera en vez de los 4000 que le asignaron en II Par., IX, 25 (texto Hebreo).

En otros casos las contradicciones aparentes en la Biblia son debido a una exégesis errónea de uno o ambos pasajes en cuestión. Tales interpretaciones incorrectas son causadas fácilmente por el cambio del significado de una palabra; por la suposición de un nexo incorrecto de las ideas (cronológico, verdadero, o psicológico); por una restricción o una extensión del significado de un pasaje más allá de sus límites naturales; por un intercambio figurativo apropiado, con absoluto, lenguaje hipotético; por una concesión de la autoridad Divina a las meras citas de fuentes profanas, o por una negligencia de la diferencia entre el Viejo y Nuevo Testamento. Así la palabra "tentar" tiene un sentido en Gen, xxii, 1, y absolutamente otro sentido en Santiago, i, 13; las expresiones "fe" y "trabajos" no tienen el mismo sentido en Rom, iii, 28, y Santiago, ii, 14, 24; el "compañero sincero" de Fil., iv, 3, no significa "esposa", y no pone este pasaje en oposición de I, Cor., vii, 8; el "odio de los padres" inculcado en Lucas, xiv, 26, no es el odio prohibido por el mandamiento del decálogo; los nexos de los acontecimientos en el Primer Evangelio no es cronológico y no establece una oposición entre San Mateo y los otros Evangelistas; en I Reyes, xxxi, 4, el escritor inspirado atestigua que Saúl se matara el mismo, mientras que en II Reyes, i, 10, el Amalecita mentiroso se jacta que él mata bruscamente a Saúl; en Juan, i, 21, el Bautista niega que él es "el profeta”, sin la contradicción de la declaración de Cristo en Mateo, xi, 9, que Juan es un profeta; etc.

Las contradicciones aparentes en la Biblia pueden tener su fuente en una identificación errónea de palabras o de hechos distintos, en una negligencia de la diferencia del punto de vista de diversos escritores o interlocutores, o finalmente en una suposición errónea de la oposición entre dos pasajes realmente concordantes. Así el Gen, xii, 11 sqq., refiere a los hechos enteramente diferentes

interpretadas en la luz de su propia edad y de su escritor original, antes de que se pongan en la oposición a cualquier verdad profana. Hay expresiones incluso en el lenguaje de hoy (por ejemplo, el naciente y la puesta del sol, etc.) las cuáles contradicen las verdades científicas reconocidas, si no se presta ninguna atención a la conformidad de tal lenguaje con "apariencias sensibles".

La Relación entre la Hermenéutica y Aprendizaje Profano -- ¿Cuál es, por lo tanto, la relación entre el intérprete y el científico?

· Sería incorrecto hacer de la Escritura el criterio de ciencia, para resolver nuestras preguntas científicas modernas desde nuestros datos Bíblicos. En ciertas controversias históricas esta trayectoria puede continuar, porque algunos de los libros de la Escritura son verdaderamente históricos. Pero en preguntas científicas, es suficiente sostener que "en materias de la fe y moral" la Escritura esta de acuerdo con las verdades de la ciencia; y eso en otras materias, la Escritura entendida correctamente no se opone a los resultados científicos verdaderos.

· Hacia el uso de las verdades profanas en la exégesis Bíblica, la actitud adoptada por los comentaristas no es tan uniforme. Los ultra-conservadores están inclinados en explicar la Escritura sin ninguna consideración al progreso del aprendizaje profano. Este método se opone incluso a la advertencia de Santo Tomás (I:68:1). Los conservadores son propensos a adherirse a las visiones científicas tradicionales hasta que tales son superadas evidentemente por resultados modernos; estos exegetas se exponen al peligro por lo menos a una aparente derrota --una vergüenza que refleja la exégesis Bíblica. Está bien, por lo tanto, templar nuestro conservadurismo con prudencia; prescindiendo de "materias de la fe y la moral" en las cuáles no pueden haber ahí ningún cambio, deberíamos estar listos para acomodar nuestra exégesis al progreso de los científicos e historiadores en sus campos respectivos, demostrando al mismo tiempo que tales exposiciones armonizadas de la Escritura representan solamente una etapa progresiva en el estudio de la Biblia el cual podría ser perfeccionada con el progreso del aprendizaje profano. Repetir una vez más, con respecto a "materias de la fe y la moral" no hay progreso de la fe en los fieles, pero solamente el progreso de los fieles en la fe; con respecto a otras materias, el progreso del conocimiento profano puede lanzar luz adicional en el sentido verdadero de la Escritura Sagrada.

B. AUTORIDAD DE LA IGLESIA

Hasta aquí hemos considerado la inerrancia de la Biblia la cual nunca puede ser perdida de vista por el intérprete creyente; ahora venimos a cuestionar la autoridad a la cual el exegeta Católico debe obediencia.

Ley de la Iglesia

El Concilio de Trento (Sess. IV, De edit. et usu ss. II.) prohíbe que, en "materias de la fe y de la moral pertenecientes a la edificación de la doctrina cristiana", la Biblia esté explicada contra el sentido llevado a cabo por la Iglesia, o contra el consentimiento unánime de los Padres. La Confesión Tridentina de la Fe y el Concilio Vaticano (Sess. III, Const. de fide cath., cap. ii) impone en forma positiva que en "materias de la fe y de la moral que pertenecen a la edificación de la doctrina cristiana", las Escrituras son explicadas según la enseñanza de la Iglesia y del consentimiento unánime de los Padres. En el artículo EXEGESIS las reglas que han sido establecidas asegurarían en su debida conformidad la exégesis Católica con la enseñanza patrística y Católica; pero poco había sido dicho acerca del significado de la cláusula "en materias de la fe y de la moral" y sobre la relación de la autoridad eclesiástica al regar las verdades que no pertenecen a las "materias de la fe y de la moral".

Significado de la "Materia de la Fe y de la Moral"

La frase "materia de la fe y de la moral" ha sido comparada con las verdades reveladas de Santo Tomás por su propia cuenta tan distintas de las verdades reveladas, accidentalmente como estaba, a causa de su conexión con el anterior (II-II:1:6, ad 1um); las materias ni de la "fe ni de la moral" han sido fundamentadas en la expresión del Doctor Angélico, "in his quae de necessitate fidei non sunt" (II Sent., dist. ii, Q. i, a. 3); Vacant amplía las palabras "materias de la fe y de la moral" a los dogmas de la fe y de las verdades que pertenecen a la custodia del depósito de la fe; Granderath identifica "materias de la fe y de la moral" con todas las verdades religiosas a diferencia simplemente de las verdades profanas: Egger está inclinado a comprender bajo las "materias de la fe y de la moral" toda la verdad revelada, y otra vez en su totalidad el depósito de la fe, en el cual él incluye todas las verdades Bíblicas; Vinati parece extender las "materias de la fe y de la moral" a todas las verdades que se deban creer con la fe Católica o Divina, agregando que todas las declaraciones Bíblicas caen bajo estos grupos; Nisius cree identificar "materias de la fe y de la moral" con las verdades contenidas en el depósito de la fe sin incluir todas las declaraciones Bíblicas en esta colección). Por cualquier motivo se puede pensar en las opiniones precedentes, que parece estar claro que las "materias de la fe y de la moral" contienen todas las verdades que se deban creer con la fe Católica, Divina, o fe teológica. La cláusula adicional, perteneciendo a "la edificación de la doctrina Cristiana", incluye todas las verdades necesariamente conectadas con el sistema Cristiano de la doctrina y la moral ya sea por la manera de la fundación, o la prueba necesaria, u, otra vez, la inferencia lógica.

En cuanto a las materias ni de la fe ni de la moral

Ciertos escritores han deducido del hecho de que los decretos de los concilios no dicen cualquier cosa explícitamente sobre el sometimiento del intérprete a la

Definiciones de Hermenéutica Interpretación Bíblica o Hermenéutica: La buena interpretación bíblica debe responder a la pregunta: "¿Cómo puedo entender lo que significa este pasaje en particular?" Como hay reglas que gobiernan su uso, es una ciencia. Puesto que no basta con sólo conocer las reglas, también es un arte. Asimismo hace falta práctica para aprender a usar las reglas.

El asunto de cómo interpretar la Biblia no es de poca monta. Es, en cierto sentido, uno de los campos de batalla de nuestras almas. Mediante el estudio de las Escrituras aprendemos quién es Jesús y se nos capacita para llegar a ser como Él.

Conocer la Escritura, así como obedecerla, son los fundamentos mellizos de una vida consagrada. Esa que produce el deseo adicional de estudiar la palabra de Dios. De ahí que la interpretación apropiada de la Biblia lleva al educando del estudio a la aplicación, de esta lo lleva de nuevo al estudio y a la aplicación más profunda en una espiral ascendente hacia Dios.

  1. Los principios básicos del estudio bíblico: a) Oración. b) Sentido común. c) Preguntas adecuadas al texto d) Contexto e) Observación, interpretación, evaluación y aplicación f) Descubrir y entender el significado del pasaje
  2. Las cuatro etapas de la interpretación bíblica: a) Observación b) Interpretación c) Evaluación d) Aplicación
  3. Problemas especiales en la interpretación de la Biblia: a) Hipérbole b) Metáfora

c) Antropomorfismo d) Parábola e) Profecía f) Apocalíptica Hermenéutica: La palabra "hermenéutica" extraña y asusta un poco al lego, pero es una etiqueta conveniente (derivada de la voz griega "hermeneuo": explicar un texto) para resumir las distintas consideraciones, principios y normas que nos ayudan a llegar a una interpretación adecuada de las Sagradas Escrituras. Por la ayuda de tales normas, podemos hacer una buena exégesis de cualquier pasaje bíblico. Esta voz también es una palabra griega que significa "poner en claro un texto".

Concepto de hermenéutica: La hermenéutica es la ciencia de la interpretación. El término etimológicamente, se deriva del verbo griego hermeneuo, que significa explicar, traducir, interpretar. Tanto el concepto griego como el de épocas posteriores se refieren a la determinación del significado de las palabras mediante las cuales se ha expresado un pensamiento.

Las complejidades del lenguaje frecuentemente conducen a conclusiones diferentes y aun contrapuestas en lo que respecta al significado de un texto. El camino a recorrer entre el lector y el pensamiento del autor suele ser largo e intrincado. Ello muestra la conveniencia de usar todos los medios a nuestro alcance para llegar a la meta propuesta. La provisión de esos medios es el propósito básico de la hermenéutica. Un termino sinónimo de hermenéutica es "exégesis" (del griego exegeomai = explicar, exponer, interpretar). Aplicada al campo de la teología cristiana, la hermenéutica tiene por objeto fijar los principios y normas que han de aplicarse en la interpretación de los libros de la Biblia.

Hermenéutica: (gr. hermeneuein, interpretar) f. Arte de interpretar los textos: la interpretación de los libros sagrados.

Hermenéutica: La hermenéutica es la materia que se apresta al estudio y comprensión de cualquier texto, su aceptación es general en todas las culturas, pues sus principios son aplicables para la cabal comprensión de cualquier texto, sin importar el idioma en el que fue escrito, la cultura del escritor o de los lectores y en fin todos los aspectos que se toman en cuenta para comprender correctamente un texto literario.

La palabra hermenéutica es una transliteración del vocablo HERMENEUTIKE el cual deriva del verbo griego HERMENEUO que significa interpretar, y se dice que es la ciencia que nos enseña los principios métodos y reglas de la correcta interpretación de cualquier texto literario.

Algunas de las ciencias auxiliares de la Hermenéutica son: la glosología, estudio de diversas lenguas; la lingüística, estudio situacional de ortografía, sintaxis,

c) Preguntas adecuadas al texto d) Contexto e) Observación, interpretación, evaluación y aplicación f) Descubrir y entender el significado del pasaje

  1. Las cuatro etapas de la interpretación bíblica: a) Observación b) Interpretación c) Evaluación d) Aplicación
  2. Problemas especiales en la interpretación de la Biblia: a) Hipérbole b) Metáfora c) Antropomorfismo d) Parábola e) Profecía f) Apocalíptica

Hermenéutica: La palabra "hermenéutica" extraña y asusta un poco al lego, pero es una etiqueta conveniente (derivada de la voz griega "hermeneuo": explicar un texto) para resumir las distintas consideraciones, principios y normas que nos ayudan a llegar a una interpretación adecuada de las Sagradas Escrituras. Por la ayuda de tales normas, podemos hacer una buena exégesis de cualquier pasaje bíblico. Esta voz también es una palabra griega que significa "poner en claro un texto".

Concepto de hermenéutica: La hermenéutica es la ciencia de la interpretación. El término etimológicamente, se deriva del verbo griego hermeneuo, que significa explicar, traducir, interpretar. Tanto el concepto griego como el de épocas posteriores se refieren a la determinación del significado de las palabras mediante las cuales se ha expresado un pensamiento. Las complejidades del lenguaje frecuentemente conducen a conclusiones diferentes y aun contrapuestas en lo que respecta al significado de un texto. El camino a recorrer entre el lector y el pensamiento del autor suele ser largo e intrincado. Ello muestra la conveniencia de usar todos los medios a nuestro alcance para llegar a la meta propuesta. La provisión de esos medios es el propósito básico de la hermenéutica. Un termino sinónimo de hermenéutica es "exégesis" (del griego exegeomai = explicar, exponer, interpretar). Aplicada al campo de la teología cristiana, la hermenéutica tiene por objeto fijar los

principios y normas que han de aplicarse en la interpretación de los libros de la Biblia.

Hermenéutica: (gr. hermeneuein, interpretar) f. Arte de interpretar los textos: la ~ de los libros sagrados.

Hermenéutica: La hermenéutica es la materia que se apresta al estudio y comprensión de cualquier texto, su aceptación es general en todas las culturas, pues sus principios son aplicables para la cabal comprensión de cualquier texto, sin importar el idioma en el que fue escrito, la cultura del escritor o de los lectores y en fin todos los aspectos que se toman en cuenta para comprender correctamente un texto literario. La palabra hermenéutica es una transliteración del vocablo HERMENEUTIKE el cual deriva del verbo griego HERMENEUO que significa interpretar, y se dice que es la ciencia que nos enseña los principios métodos y reglas de la correcta interpretación de cualquier texto literario. Algunas de las ciencias auxiliares de la Hermenéutica son: la glosología, estudio de diversas lenguas; la lingüística, estudio situacional de ortografía, sintaxis, semántica de los idiomas; la paleografía; estudio de textos antiguos; la filología se dedica a la fechación, verificación, colación y fijación de textos históricos; y la exégesis, que da la interpretación a partir del texto. Ciertamente contamos con una materia especial dentro del estudio Bíblico a la cual se le ha denominado Hermenéutica Sacra y que sin duda alguna aporta características propias para la interpretación del texto Sagrado. Una aportación importante de citar de la Hermenéutica Sacra es que se divide en dos grandes segmentos, el primero se refiere: a la hermenéutica bíblica general, que incluye todas aquellas reglas que tienen aplicación a todo el texto bíblico. La hermenéutica bíblica especial: se refiere a la reglas y consideraciones necesarias para interpretar categorías especiales de literatura, como pueden ser la poesía, lenguaje figurado, profecía, o las muchas y diversas formas de dicción.

Citas utilizadas

i Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia, Wilton M. Nelson. 1998 Editorial Caribe. p. 536- ii Normas para la Recta Interpretación de las Sagradas Escrituras. Ernesto Trenchard. Editorial Moody. p. 7 iii Hermenéutica Bíblica. José M. Martínez. 1984 Libros CLIE. p. 16- iv Diccionario General de la Lengua Española VOX. Tomado del sitio de Internet www.vox.es/ v Hermenéutica. Adolfo Eliud Gómez Sánchez. Tomado de la página de Internet www.angelfire.com/hi2/horizon