





































Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity
Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium
Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity
Prepara tus exámenes con los documentos que comparten otros estudiantes como tú en Docsity
Los mejores documentos en venta realizados por estudiantes que han terminado sus estudios
Estudia con lecciones y exámenes resueltos basados en los programas académicos de las mejores universidades
Responde a preguntas de exámenes reales y pon a prueba tu preparación
Consigue puntos base para descargar
Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium
Comunidad
Pide ayuda a la comunidad y resuelve tus dudas de estudio
Descubre las mejores universidades de tu país según los usuarios de Docsity
Ebooks gratuitos
Descarga nuestras guías gratuitas sobre técnicas de estudio, métodos para controlar la ansiedad y consejos para la tesis preparadas por los tutores de Docsity
Guias de tratamiento psicológico para personas privadas de la libertad, problemáticas de
Tipo: Guías, Proyectos, Investigaciones
1 / 45
Esta página no es visible en la vista previa
¡No te pierdas las partes importantes!
El Programa de Tratamiento y Rehabilitación de Centros de Integración Juvenil, AC, plantea el Modelo Biopsicosocial como marco de referencia para entender como el fenómeno de la adicción afecta a las personas en las dimensiones biológica, psicológica y social, enfatizando que la relación entre estas dimensiones es recíproca, por lo que cualquier cambio que ocurra en alguna de ellas, afecta a las demás. Bajo este modelo, se considera a la adicción como una intrincada y compleja interacción entre factores biológicos (funcionamiento del organismo), psicológicos (emociones y motivaciones de las personas) y sociales (sistema social en el cual interactúa la persona)^1. Por lo que la oferta de servicio debe ser integral, es decir encaminada a abarcar cada una de las áreas. Este marco de referencia es la guía bajo la cual, los servicios de tratamiento que se otorgan en CIJ están estructurados, teniendo como objetivos:1) suprimir o reducir el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas; 2) incrementar el bienestar físico, psicológico y social promoviendo estilos de vida saludable y libre de consumo de drogas, con pleno apego al respeto de los derechos humanos a través de actividades terapéuticas estructuradas dirigidas a las personas cuyas vidas han sido afectadas por el consumo de sustancias psicoactivas, y a sus familiares.
La presente Guía tiene como objetivo apoyar en el diseño e implementación de los programas de tratamiento para el trabajo con Personas Privadas de su Libertad, que se desarrollan al interior del Sistema Penitenciario, proporcionando alternativas flexibles para ajustarlas a sus necesidades y recomendaciones para adecuar a su Programa de Tratamiento.
En la primera parte, se abordan los antecedentes del trabajo que Centros de Integración Juvenil ha realizado con el Sistema Penitenciario del país, además de abordar la importancia de proporcionar servicios de atención al consumo de drogas en este sistema y finalmente algunos referentes teóricos y conceptuales acerca del tratamiento en este contexto; en la segunda parte, se plantean algunas recomendaciones para la aplicación de la guía, así como la metodología de trabajo de CIJ adaptado al contexto del sistema penitenciario, y finalmente se presenta la descripción de cada una de las fases y servicios del Programa de Intervención.
(^1) Coombs, R. y Howatt, W. (2005). The Addictión counselor´s. Desk reference. John Wiley & Sons. Canada.
Centros de Integración Juvenil, AC, interesado en la atención profesional de personas que se encuentran privadas de su libertad ha participado con sus programas sustantivos en Centros Preventivos y de Readaptación Social de 16 entidades del país de diversas maneras, por ejemplo:
En el ámbito de la capacitación, 37% de los CIJ han tenido la experiencia de brindar capacitación al personal técnico de los centros penitenciarios. En la mayoría de los casos
a solicitud expresa de la institución en la que se proporcionó la atención.
Entre las instituciones del Sistema Penitenciario donde han brindado capacitación a personal técnico del Sistema Penitenciario de diferentes puntos de la República
Mexicana, destacan:
CERESOS. Reclusorios. Penales. Centro de Medidas Precautorias para Adolescentes (antes Tutelar para Menores). Secretaria de Seguridad Publica área de Preliberados.
Las temáticas abordadas en las labores de capacitación hacia el personal técnico han sido diversas:
Bajo estas circunstancias, el Sistema Penitenciario se ha dado a la tarea de atender el complejo fenómeno del consumo de drogas al interior de sus instalaciones, en este proceso se ha contado con la participación de múltiples actores, organismos no gubernamentales, grupos de ayuda mutua, asociaciones religiosas e instituciones públicas de salud, entre otras, los cuales han atendido a la población desde sus marcos de referencia particulares, por lo que no se cuenta aún con un procedimiento claramente definido para la atención y tratamiento de la personas que se encuentran privadas de su libertad.
Existen razones importantes para proporcionar servicios de atención al consumo de drogas en el sistema penitenciario:
Un número importante de personas que cumplen penas en prisión tiene problemas con el consumo de drogas. Es un derecho de las personas privadas de su libertad, tener acceso a servicios de salud, además de ser un mandato constitucional establecido en el artículo 4to. Se trata de una población vulnerable.
por el contrario deben ser atendidas adecuadamente a través de políticas públicas integrales, que incluyan medidas de tratamiento, reducción de daños e integración
Bajo este contexto y con el objetivo de ofrecer un marco conceptual y operacional para la atención de personas privadas de su libertad con problemas de consumo de drogas al interior del Sistema Penitenciario, Centros de Integración Juvenil ha desarrollo esta propuesta de atención, para que sirva de guía en la atención de esta población.
Cuando se habla del tratamiento de las adicciones con personas que además han realizado actos delictivos y que por tanto se encuentran privadas de su libertad, es necesario partir precisamente del análisis de estas tres características tan importantes: el síntoma adictivo, la conducta ilegal y la sanción impuesta al sujeto. Análisis que por supuesto nos permitirá identificar el abordaje terapéutico de mayor pertinencia para dicha población.
En un primer momento es importante enfatizar que en el modelo biopsicosocial, la conducta adictiva no es una condición crónica del individuo, sino el resultado de la interacción de determinantes biológicos, psicológicos, y sociales en un momento dado; por lo que se considera que las adicciones deben de ser atendidas con un enfoque integral donde cada uno de los factores biopsicosociales que intervienen en el desarrollo de la enfermedad, puedan ser atendidos.
En este sentido se puede decir que el tratamiento de las adicciones conlleva una tarea compleja, misma que parte de una escucha ética y profesional de lo que el paciente tenga para decir y de un análisis que logre atender la singularidad de cada sujeto y de su historia personal y familiar.
La adicción implica un síntoma familiar y por ende social, al respecto Pichón- Rivière^4 plantea que entre los integrantes de la familia se encuentra el portavoz del sufrimiento familiar, el cual denuncia la situación conflictiva y el caos subyacente por lo que paralelamente, se segrega al enfermo como depositario de la ansiedad familiar, de los misterios, secretos y la conspiración del silencio (necesidad defensiva de ocultamiento de ciertos contenidos psíquicos) y del malentendido como enfermedad.
Al respecto se puede decir entonces que el paciente que ha desarrollado un adicción, está actuando algo que no se ha sido dicho, algo para lo cual no hay lugar en su contexto familiar, es él entonces quien a través del consumo muestra que algo no marcha bien, hecho que evidentemente causará malestar en su entorno, un malestar que por cierto no es causa sino síntoma, mismo que además puede estar perfectamente operando como un distractor respecto a aquello que realmente está sucediendo al interior del núcleo familiar.
Como se puede observar el síntoma adictivo se ha constituido para el enfermo en una fuente de alivio inmediato de tensión y de un malestar que se ha originado al interior de una estructura familiar que presenta una problemática específica y única, la cual en los casos que sea posible es importante, también tratar.
Referente a lo mencionado anteriormente Kalina^5 plantea que el consumidor garantiza, sosteniendo su lugar de “enfermo”, la “salud” del resto del grupo familiar, en consecuencia surgirán fuertes resistencias ante el accionar terapéutico ya que la familia lucha, de una forma inconsciente y mediante un complejo juego interaccional, por conservar los lugares asignados a sus miembros y el terapeuta se puede llegar a transformar entonces, en su enemigo.
(^4) Aldrete L. Modelos sistémico estructural y psicodinámico vincular, en confluencia a través de un enfoque integrativo familiar 5. Tesis para obtener el grado de maestría en terapia familiar. México: IFAC. 2008 Kalina, E. Adicciones: Aportes para la clínica y la terapéutica. Paidós. Argentina. 2000.
se debe de hacer, es posible realizarlo y entonces la prohibición abre a la vez una posibilidad de satisfacción, aunque esta implique un acto ilegal.
Toda sociedad precisa contar con este dispositivo que delimita lo prohibido, ya que sin él se destruiría. Quienquiera que cometa un crimen y se precipite hacia lo prohibido, no hace un simple acto individual, su acto sacude a la sociedad toda, pues su accionar pone en cuestión lo prohibido, y por ser imputable a alguien, debe ser relacionado con el principio de legalidad.^8
Es así que se hace evidente que la adicción y el acto delictivo tienen una íntima relación en su génesis, en tanto que ambos apuntan al borramiento de los límites, a cuestionar el discurso imperante ya sea en el contexto familiar o social, el hecho es que aquel quien se atreve a traspasar el orden impuesto, la legalidad, será castigado, excluido, recluido, preso.
Juzgar a alguien como culpable no es sino dirigirle el discurso de las formas, ligadas a la ley simbólica, gracias a la cual todo sujeto está aprehendido por adelantado. En ese sentido la culpabilidad subjetiva no es sino el resultado de la ley y el lenguaje que necesariamente se inscribe en todo sujeto. Esto no debe hacernos desconocer que la manera en que se juega la inscripción de dicha ley en cada sujeto tiene infinitas posibilidades y por eso es preciso saber escuchar. 9
Sin embargo es necesario replantearse la escucha al interior de un centro de readaptación social, debido principalmente a que no se puede obviar el contexto particular y único con características a tomar en cuenta para el tratamiento de las adicciones. Como se ha mencionado un centro de readaptación social es una institución, que tiene la finalidad de segregar a aquellas personas que no han mostrado una adecuada “adaptabilidad” al orden social y por ello implica paradójicamente de entrada una intensificación precisamente con ese orden que ha causado su malestar, ya que al interior de este entorno, las reglas se hacen más rígidas y la manera en que se aborda al sujeto también se modifica considerablemente.
En este sentido habría que considerar que el sistema penitenciario es una institución total, al respecto Goffman^10 define dicho organismo como:
“ Un lugar de residencia y trabajo donde un gran número de individuos en igual situación, aislados de la sociedad por un periodo apreciable de tiempo, comparten en su encierro una rutina diaria, administrada formalmente .”
Entre los diversos tipos de instituciones totales se encuentran por supuesto los centros de readaptación social, los cuales pertenecen a aquellas que han sido organizadas para proteger a la comunidad de aquellos quienes aparentemente constituyen intencionalmente un peligro para ella.
Como se puede observar, dichos centros buscan salvaguardar la seguridad de la comunidad, no obstante habría que tener presente que es justamente en ella donde se han originado ciertas conductas transgresoras de la ley, es decir, mucho de lo que un paciente reproduce, pudo ser aprendido en su hogar por ejemplo, repitiendo de esta
(^8) Ibíd. (^9) Gerez Ambertín M. Sujeto ante la ley: culpa y prohibición. Disponible en: www.edupsi.com/culpabilidad (^10) Pérez Guadalupe J.L. La construcción social de la realidad carcelaria. Fondo Editorial. Perú. 2000.
manera patrones observados desde la infancia en sus padres o tutores, hecho que se hace evidente cuando se conforman grupos terapéuticos al interior de estas instituciones, al observarse muchísimas similitudes en las historias de vida de los internos, denotándose de esta manera aquello que subyace a la adicción.
Otro de los factores esenciales a tomar en cuenta en el trabajo al interior del Sistema Penitenciario son las consecuencias básicas que pueden producir las instituciones totales, como son: la escisión entre un gran número de individuos manejados, llamados internos y un pequeño grupo supervisor, llamado personal, quienes además tienen entre sus funciones esenciales la de vigilar: ver que todos hagan lo que se les ha dicho. Además de que cada grupo (internos y personal) puede caer en la tendencia de representar al otro con rígidos estereotipos o prejuicios.^11
A lo anterior Foucault^12 agregaría: el sistema penitenciario, con sus formas múltiples, difusas o compactas, sus instituciones de control, de vigilancia discreta o de coerción insistente, establece la comunicación cualitativa y cuantitativa de los castigos; pone en serie o dispone según unos empalmes sutiles las pequeñas y las grandes penas, los premios y los rigores, las malas notas y las menores condenas. Hecho que puede causar un malestar emocional más complejo en los internos, lo que aunado a la adicción implica un gran reto para atención terapéutica.
Por todo lo expuesto anteriormente es de suma importancia que el equipo que atiende a dicha población al interior de los sistemas carcelarios pueda operar desde una lógica distinta, misma que le permita posicionarse desde un lugar diferente con respecto a los pacientes, quienes de primera entrada los verán justamente como parte del personal, grupo que como se ha visto puede ser considerado como parte de una entidad vigilante o represora. Si el terapeuta no logra ocupar un lugar distinto en su relación con el paciente, muy difícilmente podrá su labor, tener efectos positivos en la población atendida.
Es aquí que el enfoque psicoanalítico surge como una perspectiva sumamente valiosa en cuanto a la labor que los diferentes profesionales de la salud realizan al interior de los centros de readaptación social, ya que permite primeramente brindar una escucha ética y profesional, desde una postura amoral que tiene como objetivo primordial prestar oídos a esas voces que no han tenido un lugar, una escucha que provoca entre otras cosas que el paciente pueda hablar de sí mismo, de aquello que lo aqueja y que ha causado entre otras cosas, su ingreso al penal. Esto por supuesto en el marco de un trabajo interdisciplinario donde las diversas formaciones profesionales y posturas clínicas puedan converger en la construcción de un plan de tratamiento integral y personalizado.
No obstante hay que tomar en cuenta que la atención terapéutica es un proceso, que como se ha enfatizado debe tomar en cuenta el entorno de su actuar. Por ello se considera que el tratamiento de las adicciones puede ser visto en general como una legalidad prohibidora, censuradora, correctora, que induce a los “buenos comportamientos” y los pacientes dudan de la intención del terapeuta de investigar en equipo con el paciente, el sentido de sus síntomas y conductas. Esto se refuerza porque habitualmente estos pacientes favorecen en el terapeuta una tendencia a colocarse en el papel de salvador, de ideal, lo que llevará fácilmente a desviar el sentido de su actividad hacia la corrección de conductas.
(^11) Ibíd.Pág. 98 (^12) Foucault M. Vigilar y Castiga. Siglo XXI Editores. Argentina. 2002.
humanos, pero cobran una relevancia especial en la relación terapéutica, convirtiéndose en su instrumento principal, para el cambio psíquico del paciente.
Si bien la transferencia es un fenómeno central al interior de la teoría psicoanalítica que posibilita una direccionalidad en la cura, éste no es exclusivo de ella. Podría pensarse que el origen del concepto se deriva del lenguaje común, donde transferir significa pasar de un lugar a otro y que por tanto puede ser un recurso valioso en el trabajo terapéutico.
Cuando el terapeuta tiene claro que será depositario de afectos de los pacientes más allá de lo que provoque su actuar en sí mismo, podrá entonces analizar la manera en que el interno en este caso, se ha vinculado a lo largo de toda su vida, hecho que intentará reproducir sin darse cuenta ahora en el contexto del centro de readaptación social, pasando por la agresión, la labilidad emocional, la transgresión de límites, el no respeto al otro (así como él no fue respetado por sus figuras parentales por ejemplo), la seducción contante para conseguir beneficios, la culpa, una bajísima tolerancia a la frustración y el autocastigo.
Todo ello sin embargo puede cambiar justo si se logra resignificar la manera en que el paciente se vincula a través de su relación con el terapeuta y con sus compañeros de grupo en terapia, donde se buscará que la comunidad atendida opere también como un agente terapéutico que motive los cambios a su interior, donde el respeto al otro y a sí mismo, el consenso, la escucha profesional, la contención y el acompañamiento terapéutico sean los pilares del tratamiento.
Uno de los objetivos será logar que el sujeto pueda reconocer y asumir su falta, otorgando significación alguna a las penas que se le imponen, y por lo tanto a las consecuencias de sus actos. Esto porque él podría cumplir automáticamente las sanciones pero sin implicarse o responsabilizarse de aquello de que se le acusa y penaliza. La falta de reconocimiento y significación del castigo llevaría entonces a redoblar la tendencia al pasaje al acto criminal.^15
Por ello se busca que el paciente pueda dar cuenta de qué lo ha llevado al lugar donde se encuentra, asumir las consecuencias a sus actos y entonces poder moverse de lugar, implicarse en su propia historia, ser agente de su propio cambio y actuar.
(^15) Gerez Ambertín M. Sujeto ante la ley: culpa y prohibición. Disponible en: www.edupsi.com/culpabilidad
Objetivo de la guía
Apoyar en el diseño e implementación de los programas de tratamiento para el trabajo con Personas Privadas de su Libertad, que se desarrollan al interior del Sistema Penitenciario, proporcionando alternativas flexibles para ajustarlas a sus necesidades y recomendaciones para adecuar a su Programa de Tratamiento.
Recomendaciones para el ingreso a Tratamiento
Pueden acudir personas adultas, mujeres o varones procesados o sentenciados que acusen consumo de drogas.
Se deja a criterio de las autoridades penitenciarias, equipo técnico penitenciario y el interno su ingreso voluntario a tratamiento.
Se sugiere que en caso de que el interno presente signos y síntomas del síndrome de intoxicación o síndrome de abstinencia de cualquier sustancia antes de integrarlo a las actividades psicoterapéuticas debe pasar al servicio médico o al área de enfermería para su manejo médico/farmacológico. Los familiares de los internos podrán participar en actividades de tratamiento y rehabilitación; en la unidad de atención de Centros de Integración Juvenil que les sea asignada según su lugar de vivienda y/o zona de trabajo. Personas con comorbilidad psiquiátrica grave, trastornos mentales orgánicos (demencias, trastornos amnésicos, etc.), retraso mental severo, trastorno de conducta severo que les impida trabajar colectivamente y con patología orgánica que requiere intervención urgente, se recomienda ser derivados a atención especializada de acuerdo a sus necesidades.
Recomendaciones clínicas
En el trabajo al interior de un centro de readaptación social hay que tomar en cuenta las consecuencias que pueden producir las instituciones totales, como son: la división entre el personal y los internos, quienes puede caer en la tendencia prejuiciar al otro grupo, hecho que se buscará evitar para logar una escucha profesional de la población.
El equipo terapéutico que atiende a dicha población buscará operar desde una lógica distinta al resto del personal, que entre otras tareas, cumple con sus funciones de vigilar o sancionar en caso de que sea necesario. Lo que se pretendería más bien es poder vincularse de manera diferente con los pacientes.
El cambio de percepción que se busca generar en los pacientes se logrará justamente mediante el abordaje terapéutico que se lleve a cabo con la población, ya que al hacerse evidente que el principal interés del equipo es trabajar en conjunto por el bienestar de los internos, muchos de las resistencias o prejuicios caerán, dando paso a un diálogo abierto sin etiquetas ni estigmatización.
El número de personas del equipo de salud dependerá del volumen de la población, o de las posibilidades del Centro. En centros pequeños es posible que un único equipo desarrolle todas las actividades multidisciplinarias. En centros grandes serán necesarios varios equipos técnicos de diferentes turnos. El coordinador de cada equipo será uno de los profesionales con experiencia y capacidad técnica. Cada equipo de salud desarrollará el programa de intervención del que es responsable con un enfoque biopsicosocial.
Personal educativo: Sus funciones son promover hábitos saludables de vida, lo que incluye la prevención de enfermedades y la mejora de las condiciones y prácticas de higiene. Es por lo tanto imprescindible contar con su colaboración para desarrollar actividades que exigen control médico y en general los de prevención y mejora de la salud. Maestros y capacitadores ocupacionales. Apoyan la intervención educativa y ocupacional. El área educativa y ocupacional permite el desarrollo de competencias personales que son clave para que el interno logre una incorporación social plena. Sirve de lugar de ensayo para poner a prueba lo aprendido en la terapia, pero además permite adquirir conocimientos, desde la educación reglada en las escuelas hasta la preparación profesional en los talleres ocupacionales. Aquí se ubican maestros, terapeutas ocupacionales, monitores de talleres, etc. quienes supervisan la puesta en práctica de las habilidades de los internos/as, por lo que tienen un papel de motivadores e informadores que resulta fundamental para cualquier proceso de cambio.
mayor contacto con esta población en las rutinas habituales de la convivencia. Estos pueden cumplir un papel trascendental si se revitaliza, dignifica y valora su potencialidad. De hecho, en algunos programas de intervención, los custodios participan en los mismos de forma activa, colaborando con el cuidado, acompañamiento y seguimiento de los internos que ingresan al Programa de Tratamiento.
La modalidad de trabajo se plantea en cuatro fases donde se aborda el problema de adicciones desde una perspectiva biopsicosocial integrando a todo el personal que participa en el tratamiento, así como al interno y a su familia. MODALIDAD DE TRABAJO Fase Nombre Objetivos Componentes Participantes
Fase 1 Sensibilización
Psicólogos
Fase 2 Diagnóstico
Fase 3 (^) Tratamiento y Rehabilitación
Fase 4
Proyecto de Vida y Reinserción Social
Fase 5 Seguimiento
Objetivo: Generar una demanda propia de tratamiento por parte de los consumidores antes del inicio del proceso de tratamiento y rehabilitación como tal, ya que aunque la población a quien va dirigida dicha intervención se encuentra cautiva en un mismo sitio, existe la posibilidad de que haya quien se niegue a recibir un tratamiento de este tipo, es decir, aunque la persona se encuentre privada de su libertad, tiene en algunos casos, por la ausencia de una orden legal, la posibilidad de rechazar la opción de tratarse.
Desarrollo En este sentido la sensibilización se refiere justamente a poder provocar que la persona pueda dar cuenta acerca de la importancia o el valor de una cosa o hecho, o a que pueda prestar atención^16 alrededor de un tema. Esto implicaría que sensibilizar consiste en poder concientizar a un sujeto o grupo determinado sobre la relevancia que una acción o suceso está teniendo en su vida y sobre cómo éste lo ha afectado, mostrándole al mismo tiempo que existe la posibilidad de un cambio.
Un proceso de este tipo buscaría establecer las condiciones necesarias que nos permitan generar un ambiente propicio para el desarrollo de un diálogo alrededor de una temática en específico, la cual por supuesto en este caso es la adicción, pero sólo como un primer punto de reflexión, mismo que por supuesto nos llevará a otros temas a desarrollar.
Por lo regular la fase de sensibilización consiste en un primer acercamiento a la comunidad a la cual irá dirigida la intervención, teniendo en cuenta que no todos los individuos de la misma tienen la intención de apegarse al tratamiento, por lo que en una primer etapa se recomienda iniciar con sesiones informativas, acerca de lo que consistirá el trabajo al interior del Sistema Penitenciario, sus objetivos y sobre todo beneficios en la vida de aquellos que se asuman como pacientes; para posteriormente dar paso a que los integrantes del grupo puedan compartir sus experiencias e inquietudes.
El número de sesiones de dicha fase dependerá de las condiciones específicas de cada centro, sin embargo generalmente se recomienda que el número de las mismas no se extienda demasiado, sobre todo tomando en cuenta que aún no se ha iniciado el proceso terapéutico como tal, es así que por lo regular se habla de 4 a 6 sesiones de sensibilización.
Es importante tener presente que, como ya hemos mencionado anteriormente, la fase de sensibilización apunta a desarrollar la motivación en los consumidores para aceptar la ayuda profesional que les está brindando. Por ello hay que tener en cuenta el encuadre de este espacio, el cual se sostiene en diversos ejes que podrían describirse de la siguiente manera:
La fase de sensibilización será el primer momento donde los consumidores se concentrarán con el fin de hablar de sí mismos respecto al tema de la adicción, por lo que empezará a generarse un sentido de pertenencia e identificación entre el grupo.
(^16) Diccionario Manual de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L.
Es importante dejar en claro desde el principio que se trata de un espacio de respeto al otro , donde la confidencialidad y la seguridad puedan generar un ambiente de trabajo propicio y sensible para el proceso grupal.
Asimismo se podrá tener un panorama general acerca de aquellas expectativas, temores, prejuicios, conceptos y resistencias que puedan darse al interior de la comunidad, y que habrá que ir deconstruyendo para dar paso al interés y apego al futuro tratamiento.
Una de las herramientas que nos brinda esta primera fase es que aquellos consumidores que sí muestren un interés por recibir tratamiento desde el inicio, puedan permear en el ánimo del resto de sus compañeros, siendo un factor motivacional en la comunidad.
El equipo a cargo deberá tener presente constantemente que se trata de una fase de sensibilización, esto con el objetivo de encaminar todo el material surgido en el grupo hacia el tratamiento como tal, es decir, provocar que los internos puedan generar conciencia de enfermedad y darse cuenta de que las experiencias compartidas, incluyendo la privación de su libertad, no significa que no puedan hacer cambios que repercutan positivamente en su salud, pero que para eso es necesario tratarse terapéuticamente.
Otro punto importante a considerar, una vez iniciada la fase de sensibilización es que el equipo a cargo se encargue de recoger los intereses, percepciones y dudas que vayan surgiendo en el proceso inicial. Esto permite dar más continuidad, en la medida en que establece un puente entre las diferentes personas que exponen en cada una de las sesiones y otras personas participantes de la sensibilización. Las tareas concretas serán^17 :
Recoger notas con aquellas ideas, reflexiones que se expongan en los diferentes debates, así como sugerencias, dudas o temas en cada una de las sesiones.
Hacer de enlace entre las diferentes personas que exponen en cada una de las sesiones, situándoles en el momento en el que se encuentra el debate, informándoles sobre las aportaciones que se han dado en sesiones anteriores, etc.
Recabar en el penúltimo día de la sensibilización todas las dudas, sugerencias, reflexiones o temas pendientes de resolver para que se puedan abordar en la sesión de cierre y plantear la pertinencia de su continuidad en el tratamiento.
Lo anterior sirve para ir dando sentido a la fase en la cual se sensibiliza a la población, ya que no sólo se trata de compartir experiencias sino de identificar, registrar y analizar en conjunto, aquellos factores asociados al consumo que han provocado entre otras cosas que los consumidores estén privados de su libertad. Es importante que cada uno de ellos pueda asumir que la adicción representa un problema de salud y que asociado a conductas delictivas implica evidentemente un desequilibrio en su estado biopsicosial, mismo que puede tratarse por profesionales capacitados, sólo si ellos están dispuestos a generar ese cambio que repercutiría positivamente en sus vidas.
(^17) Hacer los derechos realidad. Talleres de sensibilización sobre cuestiones de Género. Amnistía Internacional