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Una visión general de la evolución del idioma español, desde sus raíces en las lenguas prerromanas hasta su desarrollo como lengua moderna. Explora la influencia del latín, las lenguas prerromanas, la expansión del castellano en la edad media y el siglo de oro, y la evolución del español en américa. También analiza la influencia del guaraní en paraguay y el español en estados unidos.
Tipo: Esquemas y mapas conceptuales
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La lengua española nació a partir de la llegada de los romanos a la península ibérica en el 218 a.C. durante la Segunda Guerra Púnica. Antes de la llegada de los romanos, en la península ibérica se hablaban diversas lenguas por parte de diferentes pueblos que habitaban la región, la cual se dividía geográficamente en siete áreas:
Levante (costa mediterránea) Sur Parte central de Portugal Galicia Cantabria (parte costera del norte en el centro) Vasconia y los Pirineos (parte septentrional) Otras áreas
La lengua española se desarrolló a partir del latín que trajeron los romanos a la península ibérica. A lo largo del tiempo, la lengua española ha evolucionado y ha establecido relaciones con otros idiomas que ha encontrado. Es importante destacar que una lengua que no cambia muere, por lo que la evolución es fundamental para su supervivencia.
Desde el punto de vista lingüístico, estas áreas estaban pobladas por pueblos distintos que hablaban lenguas diferentes:
Estaban los vascos. Aquí se hablaba la lengua vasca (también llamada eusquera, eusquadi: como la llaman en el país vasco). El eusquera es la lengua más antigua de la península ibérica, la única que sobrevivió a la latinización, y es una lengua de origen pre-europea (más antigua que el latín). Tiene algo como 7.000 años y tiene un origen misterioso. Hay dos teorías sobre su origen:
La primera dice que era una lengua de origen caucásico porque se reconocieron parecidos con una lengua caucásica (georgiano). Esta es
la teoría más fuerte porque la gramática es parecida —> la morfología es la parte más sólida de un idioma, el léxico es la parte más dinámica. La segunda dice que es una lengua del grupo camítico (lenguas africanas). Los parecidos son de tipo léxico.
Vivían los iberos: eran norteafricanos, bereberes.
Vivían los celtas (lengua: celtíberos), que procedían de Europa Central y invadieron la península ibérica en el siglo 7 a.C. Más tarde, los celtas se mezclaron con los iberos y formaron una región en el centro que llamaron Celtíbera. Celtas + iberos: mayoría de la población.
Pasando por el Mediterráneo, llegaron a la península ibérica los fenicios, griegos (conocían la península con el nombre de Iberia) y cartagineses. En el noroeste vivían los lusitanos (portugués) y los ligures.
El eusquera antiguamente tenía una extensión mayor: comprendía algunos territorios de Francia, Navarra y las tres áreas geográficas que forman las provincias del país vasco (Vizcaya, Guipúzcoa, Álava). Más tarde llegó a su máxima extensión (después de los romanos). Esta lengua se transmitía solo oralmente, y los primeros textos escritos en eusquero aparecen alrededor del siglo 16. Se hablaba en una zona de montaña y era una lengua muy fragmentada, con diferentes variantes. Hoy en día se habla en el País Vasco (es lengua cooficial), en una parte de Navarra (no es lengua cooficial), y en la zona del Bour Francés.
Los romanos llamaron España -> Hispania. Alrededor del año 2000 a.C. llegaron a la península nuevos conquistadores (mediterráneo y norte del continente): modificaron el panorama étnico y lingüístico de la península. Los celtas eran un pueblo indoeuropeo que llegó a la península en el siglo 7 a.C. Después hay la llegada de los indoeuropeos. Hablaban lenguas distintas pero todas pertenecientes al mismo grupo (indoeuropeo), mientras que el eusquera y el ibero no eran lenguas indoeuropeas, y el celta sí lo era.
En la península hay evidencias de 3 lenguas indoeuropeas:
Europeo antiguo: se hablaba en toda la península. Celtibérico: en el centro y hacia el suroeste. Lusitano: en el oeste y noroeste.
Los tartesios: vivían en el sur, de origen bereber (de África). Se dedicaban sobre todo al comercio de metales en el Mediterráneo. Se sumaron más tarde fenicios y griegos. Poblaron esta área en la Edad del Bronce. Esta área se llamaba Tartéside, y los romanos la llamaron Turdetania. El área que ahora corresponde a la parte occidental de Andalucía. Gadir: ciudad más
Léxico: - Palabras cuyo origen no está claro porque no provienen ni del griego ni del latín (charco, barro, etc.) - Palabras que descienden de las lenguas prerromanas por sus afinidades fonéticas. De este grupo forman parte palabras célticas como: camisa, cerveza, taladro.
En la península había contacto lingüístico entre culturas diferentes -> impacto significativo para el desarrollo de la lengua.
Origen de la palabra España: Hipótesis: - Del púnico Isephanim -> islas de los conejos - Del delta Span -> palma de la mano. Relacionado con el alemán Sean ("cuello del pie" y Spanne. La forma recuerda la palma de la mano - Fenicio Span -> oculto, escondido, procedente del hebreo xaphano. España era un país muy lejano, cercano de los confines del mundo. - España se afianza como nombre con la unión de Castilla y Aragón tras el casamiento de los Reyes Católicos Fernando e Isabel en 1469.
Llegaron a España con el comandante El Africano y entraron por Cataluña. Llegan por motivos militares porque querían conquistar Cartagena. Avanzan hacia el sur y en el año 214 llegan al Guadalquivir. En el año 209 El Africano se encuentra con el rey de los cartagineses y conquista Cartagena, y 3 años más tarde conquista Cádiz. Se funda la primera colonia romana en España: Tarraco. Llegaron a ocupar toda la zona mediterránea y algunas zonas centrales, del norte. En el año 19 a.C. toda la península ibérica estaba bajo el dominio de los romanos.
Territorio con muchos metales. Los romanos imponían impuestos a los pueblos que conquistaban para sostener su ejército. Se imponen la lengua y la cultura latina y la religión cristiana. Hay una cristalización progresiva, se enseñaba en latín: se convirtió en el nuevo idioma de la península ibérica. Había el latín culto (latín de la misa, del derecho, de los textos) y latín vulgar (hablado) -> eran diferentes y sufrían de las huellas de las lenguas prerromanas. Las lenguas románicas, que llamamos neolatinas, nacen del latín vulgar. Se dividen en grupos:
Balcano-románico: el rumano, el dálmata Italo-románico: el italiano y el sardo Galo-románico: el francés, el francoprovenzal, el provenzal, el gascón Ibero-románico: catalán, gallego, portugués, castellano, astur-leonés, navarro-aragonés Retorrománico: el grisón, ladino, friulano
Dentro de la lingüística hispánica, el dialecto tiene que ser interpretado como variante diatópica.
Historia de la lengua española
Tres períodos históricos que marcan la evolución del latín al castellano:
Desde el latín temprano hasta el latín tardío (siglo II a.C. - siglo II d.C.) Del latín tardío al castellano medieval (siglo II d.C. - siglo X d.C.) Del castellano medieval al español moderno (siglo X d.C. - siglo XV comienzo Renacimiento)
El castellano: uno de los dialectos que tiene origen del latín y luego llega a ser una lengua de comunicación importante entre los pueblos de las distintas áreas de la península. Llega a ser el dialecto dominante. En la época medieval (reinado de Alfonso X) se convierte en lengua de la corte, sustituyendo el latín en la comunicación oficial de la corte.
Reajuste fonológico del Siglo de Oro: siglo XVII. Estamos hablando de fonología, pero la morfología de la lengua ya estaba bastante consolidada a finales de la Edad Media.
El fenómeno de la diptongación nace cuando el latín llega a España. El latín que se hablaba en España era diferente del de Roma. Durante la época imperial, el latín vulgar se mantuvo uniforme, aunque con diferencias regionales.
En el 476 d.C. cae el Imperio Romano de Occidente -> las provincias que lo constituían quedan aisladas una de otras y en cada región había innovaciones fonéticas y gramaticales, se consolidaron nuevas maneras de construcción de frases.
Llegó un momento en que la unidad lingüística latina se quebró. La lengua se fragmentó y las diferencias locales originaron dialectos y idiomas distintos -> lenguas neolatinas.
La Romania se divide en: Romania occidental y Romania oriental. La Romania occidental: constituida por España, Galia, Norte de Italia y Retia. La oriental: Dacia, Dalmacia, Italia central y meridional.
Los celtas: vivían en el norte de Italia, Galia y España. Todo el norte de Italia tiene rasgos comunes con la península ibérica. Los dialectos del norte de Italia tienen algo en común.
En el 19 a.C. el emperador Augusto consideró concluida la conquista de la península ibérica.
Al comienzo del período imperial, España está dividida en 3 provincias:
La Tarraconense (norte, este, sureste) La Lusitania, con capital Emérita Augusta (oeste) La Bética, capital: Córdoba (suroeste)
En el año 380 d.C. Teodosio declara el cristianismo religión oficial del Imperio Romano -> creando de esta manera un vínculo entre el poder político y religioso, que se mantendría en Occidente durante muchos siglos. Por este motivo, el cristianismo se convirtió en un vehículo de la difusión del latín. La cristianización acabó siendo un factor de latinización.
Evolución del latín al español
Originalmente, las lenguas de la liturgia cristiana eran el hebreo y el arameo (lengua de Jesús). Hoy en día, aún se utilizan algunas palabras de estas lenguas, como "amén" y "aleluya".
Durante la primera expansión del cristianismo por el Mediterráneo oriental, el griego se convirtió en la lengua de la cultura y de la liturgia cristiana, ejerciendo una gran influencia cultural sobre los romanos.
El latín se difundió ampliamente como la lengua de la liturgia cristiana.
En latín, la sílaba tónica normalmente se situaba en la antepenúltima sílaba, por lo que la mayoría de las palabras eran esdrújulas. Había excepciones:
Cuando en la penúltima sílaba había una vocal larga, la palabra se convertía de esdrújula a llana (e.g. amare). Cuando la penúltima sílaba de una palabra tenía una coda consonántica (e.g. profundum).
El latín tenía 10 vocales: 5 largas y 5 breves. El uso de unas u otras determinaba cambios de significado en las palabras, en los verbos y permitía reconocer los casos gramaticales.
Posteriormente, el sistema vocálico latino se redujo de 10 a 7 vocales, dando lugar al sistema vocálico protorromance, que se manifestó en todas las lenguas romances o neolatinas.
El español redujo aún más esta diferencia, pasando a un sistema de 5 vocales cerradas, sin e y o abiertas.
En latín, las vocales breves E y O en sílaba cerrada (terminada en consonante) diptongaban en ie (cuando tenían E abierta) y ou (cuando tenían O breve/abierta). Ejemplos:
HERBA > HIERBA PETRA > PIEDRA COSTA > CUESTA
Este fenómeno, característico del latín hispánico, también se daba en sílaba abierta, a diferencia de otras lenguas romances.
El español se distingue del italiano por la elisión de la coda consonántica final, manteniendo la vocal.
Aparición de una vocal, generalmente E, al inicio de palabras que en latín comenzaban con S seguida de consonante, debido a la dificultad de los hablantes ibéricos para pronunciar estos grupos consonánticos.
Ejemplos: - SCALA > ESCALA - SCOPA > ESCOBA
Pérdida de un sonido o grupo de sonidos en el interior de una palabra, provocando la desaparición de vocales breves átonas entre consonantes.
Ejemplo: - AURICULAM > ORIKLA > OREJA
Fenómeno que afecta tanto a vocales como a consonantes, produciendo el cierre de la vocal tónica y la aparición de nuevos sonidos palatales.
Ejemplos: - /a/ > /e/ - /e/ y /o/ > /i/ y /u/ - Grupos consonánticos como /fl-/, / cl-/ y /pl-/ > /ʎ/, /ʎ/, /ʎ/
El sistema consonántico latino se amplió con la aparición de nuevos sonidos palatales, fricativos y africados en el latín hispánico.
Fenómenos: - Pérdida de la F- inicial latina - Sonorización de oclusivas sordas entre vocales - Reducción de consonantes nasales - Palatalización de líquidas y nasales
El latín clásico, utilizado como vehículo de cultura, dio lugar a los cultismos puros.
El latín vulgar, lengua hablada, dio origen a las palabras populares.
También surgieron palabras semicultivadas, que reflejan la convivencia entre el latín culto y el vulgar.
Los árabes respetaron la cultura y la vida de las "gentes del libro" (judíos y cristianos), pero a cambio estos debían pagar impuestos para financiar la "Guerra Santa". Hubo una gran diversidad política y étnica en Al-Ándalus, con la presencia de sirios, egipcios, árabes, bereberes, hispanogodos cristianos (mozárabes) y judíos. La conquista almorávide (1086-1145) y la posterior conquista almohade (1147-1250) marcaron cambios en la situación de los judíos, que comenzaron a ser perseguidos y se refugiaron en los reinos cristianos del norte. La convivencia entre árabes y cristianos no fue siempre de guerra, sino que hubo también períodos de tolerancia religiosa. Los mozárabes conservaron su religión y su propio idioma romance (latín vulgar arabizado), coexistiendo con el árabe clásico y el árabe hablado en cada región. Los muladíes eran cristianos que se convirtieron al islam y decidieron vivir entre los musulmanes, mientras que los mudéjares eran musulmanes que vivían en territorios reconquistados por los cristianos.
Alrededor de 4.000 palabras de origen árabe se incorporaron al español, en áreas como la guerra, la agricultura, la artesanía, el comercio, la vivienda, la justicia y las matemáticas. La toponimia peninsular también refleja la influencia árabe, con nombres como Algarbe, La Mancha, Alcalá, Medina, Guadalajara, Guadalquivir y Algeciras. Aspectos morfológicos de los arabismos incluyen la incorporación del artículo árabe "al", la terminación "-i" para gentilicios y el uso de pronombres y preposiciones de manera diferente al español. Peculiaridades fonéticas del árabe hispánico incluyen la sustitución de / p/ por /b/ y la imela (cambio de /ā/ a /e/ y /i/). Aspectos semánticos de los arabismos muestran cómo palabras románicas adquirieron nuevos significados bajo influencia árabe, como "casa" por "ciudad" o "infante" por "hijo de noble". La influencia árabe en el español terminó en el siglo XVI, cuando los árabes fueron expulsados de España.
Tras la desaparición del reino visigodo de Toledo en el siglo VIII, en el norte surgieron reinos cristianos que iniciaron la Reconquista, aunque no lograron organizarse hasta el siglo XIII. En las zonas del norte se hablaban varias lenguas, como el gallego- portugués, el leonés y el castellano, que se fueron desarrollando poco a poco. La llegada de peregrinos al Camino de Santiago, que comenzaba en Francia y llegaba hasta Santiago de Compostela, fue un factor
importante en la comunicación y el intercambio entre diferentes lenguas y estilos de vida. En la zona del Pirineo occidental, entre los siglos VII y IX, confluían elementos autóctonos vascos, hispanolatinos y francos, así como el elemento fundamental del reino de Pamplona (Aragón y La Rioja).
Evolución del español durante la Edad Media
y el Siglo de Oro
Uno de los reinos más poderosos en la Alta Edad Media fue el reino de Navarra, que se caracterizó por su importancia militar y política, así como por su política matrimonial. Sin embargo, el excesivo sentido del patrimonio familiar generó un cierre que no le permitió resistir la fuerza creciente de los reinos de Castilla y León al oeste y Aragón al este.
Se han conservado documentos notariales que contienen glosas (notas al margen) en romance navarro-aragonés, como las Glosas Emilianenses y las Glosas Silenses, que muestran el uso del romance en textos administrativos.
A partir del siglo XI, con la Reconquista, los moros dejan de ser enemigos y el rey Sancho el Mayor desvía el Camino de Santiago por una ruta más accesible, lo que atrae a muchos devotos de toda Europa, dándole el nombre de "Camino Francés". Esto conlleva la entrada de préstamos léxicos del francés (galicismos) en la península.
En el oriente de la península, la Marca Hispánica, aliada con los francos, se aísla del resto y desarrolla una variante romance que se denomina catalán.
El condado de Barcelona, núcleo de la Marca Hispánica, establece relaciones con la corona de Aragón, pero la unión política no se ve acompañada de la unificación lingüística, ya que Aragón mantiene su dialecto y el catalán queda limitado al área de la actual Cataluña y las Islas Baleares.
El reino de Castilla, que nace en 1037 de la fusión del condado de León y Castilla, se ubica en una zona fronteriza de lucha entre moros y cristianos, convirtiéndose en un centro comercial y de confluencia multicultural y multiétnica. El romance castellano, una lengua simplificada y flexible, se convierte en la lengua de mayor difusión en la península durante la Edad Media.
La expansión del castellano se debe a varios factores: su posición central en la península, su importancia como centro comercial de la lana merina, la desaparición de los dialectos mozárabes a medida que
El verbo "haber" conservaba formas duplicadas como "hemos" y "avemos", "heis" y "avéis", y el subjuntivo de "ir" podía ser "vayamos", "vayáis" o "vamos", "vais". Durante el Siglo de Oro, el verbo "haber" quedó reducido al papel de auxiliar, consolidando sus funciones en este sentido y generalizándose también como auxiliar en los tiempos compuestos de verbos intransitivos y reflexivos.
En el futuro y condicional, derivados del infinitivo, se consolidó la forma "debería". Las formas "terné", "porné", "verné" fueron reemplazadas por "tendré", "pondré", "vendré", más fieles a los infinitivos. Hubo oscilaciones en las conjugaciones de verbos, con formas como "amáis", "tenéis", "sois" coexistiendo con "amás", "tenés", "sos" hasta la primera mitad del siglo XVI.
Se extiende la inserción de "a" ante el acusativo de persona y cosa personificada. Algunos adverbios y modos adverbiales tenían significados diferentes a los actuales, como "luego" que significaba "en seguida, pronto". En las preposiciones "a" y "en", se decía "vivir a la tal calle" en lugar de "vivir en la tal calle", y "ir en casa de Fulano" en lugar de "ir a casa de Fulano". En las frases adversativas, tras una negación se usaba "pero" en lugar de "sino": "no una manzana pero todo un cesto".
El español moderno: Siglo XVIII
En esta época de renovación de ideas, se crea la Real Academia Española de la Lengua (1713) con el objetivo de normalizar, estandarizar y proteger la lengua española, inspirada en la Academia Francesa. La Real Academia publicó el Diccionario de Autoridades, donde cada palabra iba respaldada por un pasaje literario que representaba un buen ejemplo de uso de la lengua. La Real Academia redactó una Ortografía, enfrentándose al reto de determinar cómo representar gráficamente los fonemas consolidados después del Siglo de Oro. La Ortografía de la Real Academia fijó aspectos como el uso de "q" o "ca", los nombres de las letras del alfabeto, el doble nombre en algunos casos, el uso de mayúsculas, la supresión del acento en algunas palabras, el tratamiento de los préstamos, y la distinción entre "b" y "v".
Las lenguas nacionales en España
En los siglos XVII y XVIII, el gallego, catalán y euskera perdieron presencia en la comunicación pública e institucional, quedando relegadas a lenguas de uso privado. La progresiva implantación del castellano en estos territorios se debió a factores socioeconómicos y políticos, como la escolarización, donde las clases altas y medias eran bilingües, mientras que las clases bajas seguían hablando las lenguas regionales. Tras la pérdida de las últimas colonias en 1898, se produce un proceso de migración interna hacia Cataluña y País Vasco, lo que refuerza la identidad catalana y vasca. En el siglo XX se crean las academias de las lenguas regionales (Lengua Gallega, Institut d'Estudis Catalans, Euskaltzaindia) con el objetivo de homogeneizar y modernizar estas lenguas. El proceso de estandarización de estas lenguas presenta retos y debates, como la cuestión del reintegracionismo y aislacionismo en el caso del gallego, o la fragmentación dialectal y la asociación con el nacionalismo en el caso del euskera. El catalán es la lengua que logra consolidar más rápidamente su modelo unificado, gracias a figuras como Enric Prat de la Riba y Pompeu Fabra.
La defensa y promoción de las lenguas
nacionales en España
La Constitución de 1931, durante la Segunda República, consagró el carácter común, general y obligatorio de la lengua española, pero amparó legalmente la posibilidad de la enseñanza de las lenguas respectivas en las regiones correspondientes. En este momento histórico, la política de España optó por una solución progresista, a favor de la unidad de la lengua, pero respetando las lenguas nacionales.
Con la guerra civil y la llegada al poder de Franco, se produjo una inversión en la actitud hacia las lenguas nacionales. Durante el franquismo, las lenguas nacionales se prohibieron y hubo una defensa absoluta de una sola lengua: el castellano. Aunque ninguna ley del régimen franquista oficialmente suspendió las otras lenguas, se perseguía a todos aquellos que hablaban lenguas distintas del castellano. No se hicieron leyes, pero en la práctica se prohibió el uso del catalán, gallego y vasco, y se promovió el uso exclusivo del castellano.
Los habitantes de las Antillas Mayores eran los taínos, de origen lingüístico arahuaco, con una economía agrícola de subsistencia. Los caribes, procedentes de las Antillas Menores, habían empujado a los taínos hacia el oeste del archipiélago. Otros grupos eran los siboneyes, también de origen arahuaco, y los guanatahabeyes, de los que se sabe poco. La población indígena del Caribe se extinguió rápidamente, por lo que fue necesario traer esclavos de África.
Colón hace descripciones en sus diarios, refiriéndose a palabras como "canoa", "almadía" (árabe) y "hamaca". Otras palabras incorporadas al español fueron "cacique", "nitaíno", entre otras. Los préstamos taínos se incorporaron rápidamente y se usaron para explicar palabras pertenecientes a otras lenguas indígenas. Posteriormente, se incorporaron préstamos del náhuatl (México) y del quechua (Perú).
La comunicación inicial se basaba en gestos y en la presencia de intérpretes, como "La Malinche" en México y "Felipillo" en Perú. Los evangelizadores, como jesuitas, dominicos y franciscanos, aprendieron las lenguas indígenas para llevar a cabo la misión evangelizadora. La castellanización de los indígenas fue un proceso lento, debido al mestizaje y a la presencia de un aparato colonial organizado en español.
En un primer momento, se decía que el español de América era muy parecido al español andaluz, debido a que las expediciones salían del sur de España. Sin embargo, cuando se implanta el sistema colonial, los funcionarios enviados por la Corona proceden sobre todo de Castilla y hablan el español de la corte. Coexisten dos variedades de español en América: la surgida en los virreinatos, que imita el modelo cortesano del norte de España, y la variante meridional, más similar al andaluz. Factores lingüísticos, históricos y los procesos de independencia contribuyeron a que el español de América evolucione de manera diferente al de España.
Organización y lengua de las nuevas
repúblicas independientes americanas
Después de la independencia, el español se percibe como una lengua impuesta, pero también como la única lengua posible para mantener la unidad, ya que no se quiere perder la unidad lingüística solo porque ha habido una fragmentación administrativa. En este momento se decide que el español ha de ser la lengua de la unidad, y la castellanización se impone a la fuerza. Las nuevas repúblicas utilizarán el castellano como lengua oficial. Alrededor de la lengua se construye la identidad criolla. Los románticos argentinos sueñan con "una lengua americana que los identifique como hijos, no del Nuevo Mundo, sino de un mundo nuevo que nace con la independencia y que nada tiene que ver con España". Los criollos perciben la diversidad de pronunciación como rasgo caracterizador americano y rechazan la norma peninsular. Nace el nacionalismo lingüístico.
Andrés Bello propone una reforma de la ortografía y una gramática "para uso de los americanos" (1847). Algunos países adoptan la reforma por un breve periodo. Bello se da cuenta de que eso lleva a la fragmentación lingüística y entiende que, por el bien de todo, es fundamental que la lengua se mantenga unida. Propone respetar la norma de la Real Academia de Madrid, convencido de que la norma literaria es la garantía para el mantenimiento de la pureza de la lengua.
El continente americano es un espacio inmenso que hay que poblar, y muchos países hispanoamericanos hicieron leyes que favorecían a todos los que quisieran asentarse en esos territorios. Hubo un flujo migratorio importante a finales del siglo XIX y principios del XX, con la llegada de italianos, alemanes, gaélicos, polacos, judíos, republicanos españoles, entre otros. Esta influencia migratoria se refleja en la lengua, con la mezcla de dialectos y la incorporación de préstamos.
El español americano siempre ha reivindicado igual prestigio e importancia que el español peninsular. Hoy en día goza de igual prestigio, y la procedencia geográfica de un hispanohablante no es sujeto de discriminación. Los intelectuales hispanoamericanos se empeñaron explícitamente en mantener la norma lingüística de España, mientras que la Real
Estructura demostrativo + posesivo + nombre: "Esos mis hijos" "Esta mi chacra" Morfema posesivo quechua /-i/ que se pospone a los sustantivos: "viday" = "mi vida" Colocación del verbo al final de la frase: ¿Conoces a Luis? Sí, hombre bueno es Perífrasis de gerundio "Estamos viniendo a las 8" Recursos para indicar el no compromiso del hablante con un acontecimiento: "Extrañaba a sus Hijas dice"; "dice mi abuelo, dizque tenía la llama harto" Uso de "nomás, pues, pero" al final del sintagma para crear efectos diversos: "Aquí nomás", "¿Quieres ir siempre?" Valores pragmáticos y discursivos especiales del diminutivo andino, no solo al sustantivo (como marcadores de cortesía, afecto y modestia) empleados también en registros no-familiares, no-afectivos y en hablantes cultos: poquito, hombrecito, padrecito, curitas Elisión del artículo "( ) fines de semana es igual" Falta de concordancia de género y número: "Abrímelo esos cajones" "Ahora siempre está carísimo la vida"
Aplicación del diminutivo –í a sustantivos españoles: "patroní" = patroncito El plural del guaraní –kuera: "vinieron sus amigokuera" La partícula interrogativa guaraní "pa": "esa muchacha, ¿la conoces pa?" Ausencia del verbo copulativo: "Esa señora ( ) mi mamá" Alteraciones en el orden de las palabras: "Muy malo vos'" Posesivos redundantes: "De mi cabeza sufro"; "María su casa está en el monte" Doble negación con negación antepuesta: "nadie no vino ayer" Ausencia de clíticos reflexivos en construcciones posesivas: "Poné tu pollera" Uso de la preposición "en" con verbos de movimiento: "Me fui en la iglesia" Colocación del adjetivo calificativo después del sustantivo: "muchacha linda"; "enfermedad mala"
Mayor frecuencia del sufijo –eco/-eca: azteca, guatemalteco, tlaxcalteco, etc. Artículo indef + adjet posesi + nombre: "una mi amiga" Uso del doble posesivo: "Su papá de Pedro"
El fenómeno del voseo en América
El uso del pronombre vos en lugar del pronombre tú en contextos informales es uno de los fenómenos más importantes del español en América.
En el siglo XVI, en España, vos era la forma estándar de tratamiento, mientras que tú se empleaba en la intimidad y con los inferiores. Influencia entre España e Italia y las costumbres de la corte: surge la forma de tratamiento formal vuestra merced, que llega a contraerse hasta llegar a usted. Cuando empieza a difundirse el uso de usted como tratamiento de respeto, se deja de emplear vos, hasta que desaparece totalmente en los siglos XVII y XVIII. En parte de Andalucía y en las islas Canarias, el uso del vosotros no existe, y ustedes se utiliza tanto para el tratamiento formal como informal en plural.
Uso del tú Uso exclusivo del vos Coexistencia del tú y el vos
Los conquistadores españoles y los colonos estaban acostumbrados a utilizar el vos como tratamiento estándar. En la época de la colonia, los contactos de la madre patria con las distintas áreas dependían del interés que estas representaban para la península. Las áreas más aisladas, con menores contactos (como el Río de la Plata), mantuvieron el uso del vos. Cuando estos territorios se independizaron, reivindicaron el uso del vos como una característica del español americano.
Voseo pronominal verbal (mixto): vos cantás/vos cantáis; vos tenés/vos tenéis, vos partís Voseo pronominal sin desinencias verbales: vos cantas, vos tienes, vos partes Voseo verbal desinencial, sin el pronombre: tú cantás, tú tenés, tú partís
Como norma culta y de uso general, universalmente aceptada: Argentina, Paraguay, Uruguay, parte de Bolivia, Costa Rica, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Guatemala. Como forma rural o de las clases bajas: Perú (población indígena), Chile, Panamá. Como forma de prestigio en las clases altas y medias: Chile (combinación de formas verbales del voseo con el pronombre tú).