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Indice Contenid de etica, moral y deontologia
Tipo: Diapositivas
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Revista Formación Gerencial, Año 11 Nº 2 Noviembre (2012) ISSN 1690-074X
Una mirada desde la gerencia pública
*Yolimar Vilchez
Recibido: Aprobado:
El presente artículo esta focalizado en comprender la dimensión ético-moral de la gerencia pública, a partir de la indisoluble relación entre la naturaleza humana y la gerencia de las organizaciones públicas , para ello, se realizó un proceso Hermenéutico, el cual tiene como objeto comprender, describir e interpretar la interacción comunicacional y simbólica que da forma al significado intersubjetivo e individual del ser humano, este recurso metodológico sirvió de andamiaje para establecer, una visión compartida que promueva un comportamiento cónsono con las exigencias ético-morales que cada vez más demanda la sociedad y dan marco a la vida cotidiana del gerente público; entre las conclusiones más relevantes de la investigación cabe destacar, la necesidad evidente de buscar nuevas y mejores formas de convivencia ciudadana y eficacia organizacional dentro del marco de lo correcto y lo justo; no solo como un ejercicio individual de racionalidad, sino como una necesidad evidente, lo cual representa un reto para la gerencia pública.
Palabras clave: Ética, Moral y Gerencia Pública
*Candidata a doctora en Ciencias Gerenciales de la Universidad Nacional Experimental de las Fuerzas Armadas (UNEFA)- Caracas, cuya investigación en desarrollo se títula “Perspectivas Ético-Morales de la Gestión Pública en Venezuela” ; Magíster en Gerencia Empresarial de la Universidad “Fermín Toro” (UFT)- núcleo Cabudare e Ingeniero en Informática, egresada de la Universidad Rafael Belloso Chacín (U.R.B.E) en Maracaibo. Ha sido profesor invitado en I.U.P “Santiago Mariño”, Instituto Universitario de Tecnología “Antonio José de Sucre”, Instituto Universitario de Tecnología Industrial y más recientemente en la UNEFA Caracas. Se ha desempeñado como sub-directora del I.U.P “Santiago Mariño”, y Coordinadora Académica de los Institutos Universitarios de Tecnología “Antonio José de Sucre”, y el Instituto Universitario de Tecnología Industrial. Yvilchez12@hotmail.com 233 Ética y Moral Una Mirada Desde la Gerencia Pública
A view from the Public Management
This article is focused on understanding the ethical and moral dimension of public management, based on the indissoluble link between human nature and management of public organizations. For this, a hermeneutic process was conducted, which aims to understand, describe and interpret the communication and symbolic interaction shapes the intersubjective meaning and individual human being. This methodological resource scaffold served to establish a shared vision that promotes behavior consonant with ethical and moral demands that increasingly involves society and provide a framework for daily life in the public manager. Among the most important conclusions of the investigation include the obvious need to find new and better ways of coexistence and organizational effectiveness within the framework of right and fair, not only as an individual exercise of rationality, but also as an obvious necessity, which represents a challenge for public management.
Key words: Ethics, Morality and Public Management Yolimar Vilchez / Formación Gerencial Año 11, Nº 2 Noviembre (2012) 234
Los términos ética y moral,
son empleados generalmente como
sinónimos, esto responde a sus
significados etimológicamente
confluyentes, donde la palabra ética
procede del griego ethos que
significa “el carácter, modo de ser”.
Moral procede del latín mos moris
que significa también “carácter o
modo de ser”. Dadas estas
coincidencias no resulta extraño el
uso inapropiado que pudiera dársele
en algunos textos, sin embargo, en lo
sucesivo será empleado el termino
ética para hacer referencia a la filosofía moral y moral para denotar los distintos códigos morales concretos; debido a que se trata de perspectivas distintas acerca de la “reflexión moral”.
Desde estas distinciones, la ética se refiere a la disciplina filosófica que constituye una reflexión sobre los problemas morales. Moral, es el conjunto de principios, normas y valores que cada generación trasmite a la siguiente, en la confianza de que se trata de un buen legado de orientaciones sobre el modo de comportarse para llevar una vida “buena” y “justa”.
Los tiempos contemporáneos
dan cuenta de una realidad
económica, social y política
cambiante que influye de manera
significativa en el devenir de la
sociedad y las organizaciones. Estos
cambios conducen a la necesidad de
comprender cada vez con mayor
urgencia los males que afectan la gerencia pública y cuales son sus posibles antídotos. En el entendido de que, su propagación tiene incidencia directa en el bienestar de la sociedad.
Desde esta perspectiva
conviene caracterizar el mal como la presencia de antivalores o prácticas indebidas que tienen lugar en la cotidianidad gerencial y que se divulgan permanentemente en los diferentes medios de comunicación social, lo cual infunde desconfianza en la sociedad.
En el núcleo de estas prácticas indebidas o antivalores se encuentra el fenómeno de la corrupción, como uno de los males con mayor incidencia a nivel mundial, lo cual invita a reflexionar lo
Yolimar Vilchez / Formación Gerencial Año 11, Nº 2 Noviembre (2012) 236
señalado por Carbonell (2003) “la
acción corrupta se da
exclusivamente por que un individuo,
toma la decisión de realizar la acción
corrupta” (p.77), es decir, no es una
decisión ingenua.
Sin embargo, considerar que
el ser humano actúa movido
naturalmente por el egoísmo, como
lo afirmó Hobbes (en Irribarren
2007), o decir, en términos
“económicos” que el hombre solo
busca la maximización de sus
preferencias, resultaría inapropiado,
ya que las personas, tienen también elementos emocionales; las emociones son parte de nuestra realidad y muchas de esas emociones y sentimientos son también altruistas, tal como lo señala Smith (en Mauri 2005) en su teoría de los sentimientos morales, “ el hombre de modo natural toma interés por los demás, de modo que su felicidad o desgracia no le son ajenas”.
Es esta clase de sentimientos los que dan lugar a la “Empatía” donde el hombre tiene la necesidad
de contemplar el bienestar de los
que los rodea, por lo tanto, el ser humano es también capaz de amor, de justicia, no es solo un ser que se dedica a maximizar sus preferencias; tal como, lo apunta Villa (1999) “con todo no siempre resulta sencillo trazar una línea divisoria clara, entre el altruismo y el egoísmo, pues dada la naturaleza humana resulta auténticamente difícil encontrar actitudes puramente egoístas o puramente altruistas (p.142)”.
Por tanto, en principio el comportamiento humano esta también movido por la justicia,
entendida en palabras de Cortina (1996, p.117) como “aquello que es exigible a cualquier ser racional que quiera pensar moralmente”, con lo cual derivamos que es moralmente justo lo que satisface intereses universales.
En este contexto, el reto radica en comprender las “acciones” que tienen lugar en el “mundo vida” de los gerentes, que se desarrollen en el marco de los principios justos de convivencia, y que se expresan en todo el sistema de derechos humanos (civiles, sociales y
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políticos) y que los hace universales, lo cual es la base fundamental de la democracia, es la idea de reconocer la dignidad del ser humano; ya que no pueden existir derechos civiles (derecho a la vida, a la libertad de religión) si no hay derechos sociales (derecho al voto, a poder organizarte políticamente en un partido político), y tampoco pueden haber derechos sociales si no hay derechos políticos (si no voto probablemente la vida este en riesgo).
Desde esta mirada, surge la
perspectiva ético-moral como una condición necesaria para la convivencia humana, es decir, el vivir con otros a partir de valores, principios y normas que orientan a las personas sobre qué deben hacer para conducir la vida de un modo bueno y justo, cómo debe actuar, que decisión es la más correcta en cada caso concreto, para que la propia vida sea buena en su conjunto, conforme a la concepción del bien humano.
En este sentido, los principios justos de convivencia como
una mayor fortaleza y madurez de la sociedad, la cual demanda permanentemente entrar a una ética en la que los valores, y principios morales sean el norte rector de la administración” (p.117).
Al respecto, se puede afirmar
que las personas que trabajan en
una organización, son quienes la
caracterizan y proyectan hacia la
sociedad con los resultados de sus
acciones, en las cuales los principios
éticos y el interés colectivo deben
estar por encima de los intereses
individuales, con el objeto de
satisfacer las demandas que día a
día la sociedad les hace como una
condición natural de convivencia
social.
Desde esta perspectiva, los principios son para los funcionarios públicos los referentes centrales de acción que definen su conducta en la cotidianidad laboral, de allí, la importancia de su práctica y prevalencia.
Un ejemplo de ello es el expresado por Pérez (2006),
Un principio en la gestión pública, es por ejemplo la prevalencia del interés general sobre el interés particular; de allí se derivan, precisamente, los valores de la transparencia y de la honestidad. Por 239 Ética y Moral Una Mirada Desde la Gerencia Pública
lo tanto, el enunciado de un principio no debe ser una palabra, sino una frase cuyo contenido es un precepto (p.26). Algunos de los principios
éticos en el ejercicio de la función
pública son:
el interés particular.
el cuidado de la vida en todas sus
formas.
mejoramiento de las condiciones de vida de toda la población.
que los afecten.
Los principios son los que dan origen a los valores y no viceversa, de allí que definir unos valores apropiados y socializar a los miembros de la organización con
ellos, se convierte en una labor ética de máxima importancia. Desde esta perspectiva los valores le dan sentido a la existencia humana, y se adquieren mediante el proceso de socialización.
Amnistía Internacional (1998) define Valores como: “Todo aquello que favorece la plena realización de nosotros como personas, nos orienta en la toma de decisiones e inspira juicios y conductas. Dichas creencias se presentan como postulados que el individuo y/o el colectivo asumen como las normas rectoras que orientan sus actuaciones y que no son susceptibles de trasgresión o negociación” (p.18).
Así mismo Yegres (2007) apunta: “Por Valores se entienden aquellas formas de ser y de actuar de las personas que son altamente deseables como atributos o cualidades nuestras y de los demás, por cuanto posibilitan la construcción de una convivencia gratificante en el marco de la dignidad humana. Los valores usualmente se enuncian por Yolimar Vilchez / Formación Gerencial Año 11, Nº 2 Noviembre (2012) 240
medio de una palabra (Honestidad, responsabilidad, cumplimiento, entre otros ” (p.120). que se manifiestan en la convivencia laboral de los servidores públicos y que generalmente son empleados en La dimensión ético-moral en la
gestión pública está estrechamente
conectada con dos valores que le
exigen al servidor Público un
comportamiento coherente en todos
los ámbitos a los que aluden: la
Integridad y la Transparencia.
La Integridad hace alusión al comportamiento recto, probo e intachable, es decir, al cabal cumplimiento de Principios Éticos en el desempeño de la función pública, y en particular al manejo honrado y pulcro de los bienes públicos.
Los antivalores son lo opuesto
de los valores tradicionalmente
considerados como apropiados para
la vida en sociedad, aquellos que se
dan naturalmente en el ser humano y
cuya presencia asegura la
Al respecto Ardila (2006) señala
convivencia de unos con otros. En general, estos contravalores se oponen al desarrollo pleno de las personas y por ende de la comunidad.
“En el mundo, los antivalores se han expandido de manera indiscriminada y han invadido ámbitos sociales, económicos, culturales, deportivos, laborales, políticos. Al ser esto así, han invadido también la esfera de lo público al desarrollarse como virus al interior de las instituciones públicas a las cuales les han hecho mucho daño” (p. 6).
Algunos de los principales
contravalores de las instituciones
públicas son: la ambición, la
adulación, la avaricia, la codicia, la
complicidad, el compadrazgo, el
desorden, la desconfianza, el
dedazo, la deslealtad, la estafa, el
egoísmo, el fraude, la hipocresía, la injusticia, la ineptitud, la irresponsabilidad, la insolencia, la incompetencia, la improvisación, la impunidad el libertinaje, la mentira, la malversación de recursos, el nepotismo, la negligencia, la
Yolimar Vilchez / Formación Gerencial Año 11, Nº 2 Noviembre (2012) 242
prevaricación, la rapiña, el soborno,
el tráfico de influencias, el temor, la
traición, entre otros (Bautista
2009).Por sí mismo, cada vicio
puede ser objeto de un análisis
exhaustivo, sin embargo,
comúnmente nos referimos a estos utilizando la palabra corrupción.
Los valores positivos se convierten en cultura cuando demuestran que sirven para integrar internamente y para adaptar la organización al entorno, es decir,
cuando tienen éxito y son enseñados
a todos los miembros de la
organización como la forma correcta
de percibir, pensar y sentir, a partir
de ese momento los valores se
convierten en creencias básicas y
asumidos casi inconscientemente
por los miembros de la organización,
guían su conducta.
Desde esta mirada, es a
través del conocimiento que la ética
y moral le otorga al hombre la
posibilidad de elegir correctamente
en cada acción que realice; al mismo
tiempo que concede a los gerentes la
posibilidad de orientar el
comportamiento de todos los
empleados, ya que a través de ella se puede estimar la justicia o injusticia de los hombres, elevando además el nivel cultural de un pueblo. De tal manera que, aquel individuo que quiera ser estimado
por su talante moral debe ser movido en primer lugar, por principios justos de convivencia en los cuales la ética y moral esta presente.
En este sentido, resulta necesario indicar que Venezuela se constituye en un estado democrático y social de derecho y justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, y la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social, y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética, y el pluralismo político. Así lo establece la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) en su artículo Nº 2 de los Principios Fundamentales, de igual manera en su artículo Nº 141, plantea que:
243 Ética y Moral Una Mirada Desde la Gerencia Pública
“La administración pública esta al servicio de los ciudadanos y ciudadanas y se fundamenta en los principios de honestidad, transparencia, participación, celeridad, eficacia, eficiencia, transparencia, rendición de cuentas y responsabilidad en el ejercicio de la función pública con sometimiento pleno a la ley y al derecho”.
De lo cual se deriva que los
funcionarios públicos deben no sólo
reconocer, sino ser capaz de atender las necesidades ciudadanas y de la
gerencial, implica superar la
racionalidad de la llamada
“administración científica”
representada entre otros por Taylor y
Fayol, la cual se convirtió en una
especie de racionalidad tecno -
productivo que opera para mover al
obrero a producir más, tal como se
espera de cualquier maquinaría que
trabaja solo por dinero, desde una
lógica eficientista, que soslaya la
promoción de valores éticos y
morales, en el ambiente laboral. Tal
como lo menciona Paniagua (2005),
su enfoque de gestión, “centrado en
los factores vinculados a la
productividad, descuidó el carácter
eminentemente humano y sistémico de la administración (p.60)”.
La superación de este enfoque implica cambiar la concepción economicista de la técnica, anteriormente aludido, y sustituirla por una concepción
humanista, donde ésta aparece como un instrumento para la satisfacción de las necesidades del trabajador y las demandas sociales; sin olvidar el desarrollo ético-moral de la fuerza laboral.
A manera de reflexión De la gerencia pública es muy común escuchar y leer que la hecatombe de la dimensión ético moral esta en su nivel más alto, que los valores morales de la sociedad están en crisis, que el ser humano es cada vez más egoísta, que la corrupción esta cada día más arraigada en todos los ámbitos, que la convivencia es cada día mas compleja, que en las organizaciones tanto públicas como privadas se maneja una doble moral, sin embargo, poco o nada se hace para contrarrestar estas percepciones,
245 Ética y Moral Una Mirada Desde la Gerencia Pública
esta reflexión pretende estimular
desde la individualidad, preguntarse,
que esta haciendo desde su nivel de
acción para que estas percepciones
cambien. Si bien, es cierto que la
ética y la moral no son una panacea,
su práctica ejemplifica la posibilidad real de conducir nuestras acciones por el camino de lo “bueno” y lo “justo”.
Por este sendero, y a partir de la asunción de los valores que los ciudadanos de una sociedad
pluralista como la nuestra
comparten, sean cuales fueren sus
concepciones de vida buena, surge
la dimensión ético-moral de los
gerentes, en la que es preciso tener
en cuenta las exigencias morales de
la sociedad en general (ética cívica)
y organizaciones y gerentes en
particular, como sujetos de la acción
moral. Así como también los
elementos racionales y emocionales
presentes en las decisiones de los
mismos.
La ética y la moral son las armas principales para combatir las prácticas indebidas de los miembros de la organización, sin embargo, su práctica requiere permanentemente estímulo. Paradójicamente, se a reconocido la importancia que los gerentes adquieren para influir positivamente en el comportamiento
ético de sus organizaciones, pero se ha investigado poco sobre lo que significa ser un gerente ético o cuáles comportamientos lo caracterizan, por lo general los investigadores parten de sus propias percepciones o creencias, pero sin un fundamento empírico valido y confiable, lo cual retarda la internalización de las acciones ético morales, en la cotidianidad de la organización.
En este sentido, es importante que quienes aspiren a ser gerentes tengan una formación íntegra con una amplia visión, con sentido de responsabilidad, lealtad a la institución y compromiso con los objetivos de la misma, no solo vasta la formación técnica, ya que de nada servirá ser competitivo si la empresa adolece de transparencia, pues, ésta es también percibida por su entorno
Yolimar Vilchez / Formación Gerencial Año 11, Nº 2 Noviembre (2012) 246 y más
temprano que tarde traerá
consecuencias.
La dimensión ético-moral en la
gerencia pública, podrán generar
información que permita ajustar o complementar el rumbo estratégico de la organización y mejorar de