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Análisis sobre la ética en la gestión de la gerencia de Recursos Humanos
Tipo: Monografías, Ensayos
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MSc. Enger Balzán C.I 12443720
Maracaibo, Julio 2024
La ética social y la competitividad son dos conceptos fundamentales en el ámbito empresarial y social, que tienen un impacto significativo en la forma en que las organizaciones y las sociedades se desenvuelven. La ética social se refiere a los principios morales y valores que guían las interacciones humanas en el ámbito social, mientras que la competitividad se relaciona con la capacidad de una organización o país para competir eficazmente en un entorno global.
En este contexto, es importante encontrar un equilibrio entre la ética social y la competitividad, ya que ambas son igualmente importantes para el desarrollo sostenible y el bienestar de la sociedad. Promover una cultura organizacional basada en valores éticos sólidos puede ser un elemento diferenciador que contribuye al éxito a largo plazo de una organización, al tiempo que fomenta relaciones sólidas con sus partes interesadas.
En esta introducción, exploraremos cómo los principios de la ética social y la competitividad se entrelazan y se complementan mutuamente, destacando la importancia de integrar estos principios en todas las decisiones y acciones empresariales para construir un mundo más justo, equitativo y competitivo.
indeterminada, lo confronta directamente. Así mismo, establece que es la rama de la ética cuyo objeto es el establecimiento de las normas que rigen la conducta del individuo dentro de la sociedad, tanto en relación con otras personas como con las instituciones. La ética es la dimensión conductual racional de la moral y se piensa, que hoy la moral no representa ya patrones sólidos y generalizados. Además, la educación debe orientar al individuo sobre sus escogencias en la vida, debe guiarlo hacia el uso de la cultura como un bien; y a la afinidad con su medio ambiente, como medio para aumentar su calidad de vida.
En este mismo contexto, la ética social se instruye en normas y principios morales de la vida colectiva en un ámbito institucional y no institucional, no obstante, ésta establece el complemento necesario de la ética individual, que considera el compromiso del individuo con respecto a los demás y para consigo mismo.
El contexto social permea las relaciones entre los individuos y entre los colectivos que la conforman, en un entramado con relaciones intrínsecas que fomentan el comportamiento y las acciones de las personas, es por ello, que compleja realidad humana involucra al hombre a actuar bien o mal. No obstante, las prácticas laborales colectivas e individuales no pueden quedar exentas de esta valoración, pues no sólo son hechas por un ser humano, sino que además quienes las practican son mujeres y hombres preparados para servir. Ahora bien ¿Podemos pensar en competitividad sin perjudicar el concepto mismo de ética social? En el contexto de la competitividad, algunas personas pueden argumentar que las empresas o las organizaciones deben priorizar el logro de sus objetivos económicos y comerciales por encima de consideraciones éticas. Sin embargo, esta perspectiva puede llevar a prácticas injustas, explotadoras o perjudiciales para la sociedad en general.
Por otro lado, la ética social sostiene que las empresas y las organizaciones deben operar de manera responsable, considerando el impacto de sus acciones en los empleados, los clientes, los proveedores, la comunidad y el medio ambiente. La ética social promueve la equidad, la transparencia, la responsabilidad y el respeto por los derechos humanos.
Es importante reconocer que la competitividad y la ética social no son necesariamente incompatibles. De hecho, integrar principios éticos en las estrategias y prácticas empresariales puede ser beneficioso para la competitividad a largo plazo. Las empresas que operan de manera ética pueden ganarse la confianza de los consumidores, mejorar su reputación, atraer y retener talento, reducir riesgos legales y financieros, y contribuir positivamente al desarrollo sostenible.
Además, la competitividad basada en principios éticos puede fomentar un entorno empresarial más justo, equitativo y sostenible, promoviendo una competencia saludable que beneficie a la sociedad en su conjunto. En última instancia, la ética social puede ser un factor clave para construir una economía más inclusiva, justa y sostenible.
La competitividad es un concepto ampliamente estudiado y discutido en la literatura académica y empresarial. A continuación, se presentan algunas definiciones de competitividad según diferentes autores:
Peter Drucker: Considerado uno de los padres de la administración moderna, Peter Drucker define la competitividad como la capacidad de una empresa para ofrecer productos o servicios que satisfagan las necesidades y deseos de los clientes de manera más eficiente y efectiva que sus competidores.
C.K. Prahalad y Gary Hamel: Estos autores destacan la importancia de la competitividad basada en los recursos y capacidades únicas de una empresa. Según ellos, la competitividad radica en la capacidad de una
Queda muy ampliamente demostrada la interrelación entre la ética social y la competitividad y lo fundamental para el desarrollo sostenible de las organizaciones y la sociedad en su conjunto. Algunas conclusiones importantes a la que podemos llegar sobre esta interrelación son:
En resumen, la ética social y la competitividad están estrechamente relacionadas y se refuerzan mutuamente. Promover una cultura ética en las empresas no solo es una cuestión moral, sino también un factor clave para su éxito a largo plazo en un entorno empresarial cada vez más complejo y exigente.
La ética social y la dignificación de la vida humana: Un alcance epistémico en la sociedad. Cristina Seijo, Karina Villalobos. Clío América. Enero - Junio
Competitividad y ética en los negocios. Dr. Natalia Dejo Oricain. 2021. Facultad de Economía y Empresa. Universidad de Zaragoza (España)
Factores éticos que influyen en la competitividad de las empresas en el departamento del Quindío, Josué Vladimir Ramírez Tarazona a ramireztarjosue@miugca.edu.co. Universidad La Gran Colombia, Colombia Cuadernos de Administración, vol. 32, núm. 55, pp. 59-71, 2016.Universidad del Valle.