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Estrategias de promoción en salud, Apuntes de Salud Pública

Análisis de los diferentes tipis de promoción en salud

Tipo: Apuntes

2024/2025

Subido el 11/06/2025

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Asignatura:
Promoción en Salud
Prof.
Olga Lucia Jape Collins
Nombre:
Marioli Elizabeh Peña Caraballo
ID: 100651365
Virtual-W17
Asunto:
Unidad 6. Tarea 6.1: Estrategias de promoción de la salud
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¡Descarga Estrategias de promoción en salud y más Apuntes en PDF de Salud Pública solo en Docsity!

Asignatura: Promoción en Salud Prof. Olga Lucia Jape Collins Nombre: Marioli Elizabeh Peña Caraballo ID: 100651365 Virtual-W Asunto: Unidad 6. Tarea 6 .1: Estrategias de promoción de la salud

Introducción La promoción de la salud se erige como un pilar fundamental de la salud pública contemporánea (Promoción de la salud, 2025). Trascendiendo la ausencia de enfermedad para enfocarse en la creación de condiciones que permitan a las personas, familias y comunidades alcanzar su máximo potencial de bienestar físico, mental y social. Este enfoque proactivo y participativo reconoce que la salud está intrínsecamente ligada a una compleja interacción de factores individuales, sociales, económicos y ambientales, denominados determinantes de la salud. En este sentido, las estrategias de promoción de la salud buscan influir positivamente en estos determinantes, empoderando a los individuos y transformando los entornos para facilitar la adopción y el mantenimiento de estilos de vida saludables. A lo largo de las últimas décadas, se ha desarrollado un amplio abanico de estrategias, desde iniciativas comunitarias como los Municipios Saludables hasta marcos de acción global como la Estrategia y Plan de Acción sobre la Promoción de la Salud (de Desarrollo Sostenible ENELCDELO, 2025). La efectividad de las estrategias de promoción de la salud radica en su capacidad para abordar las causas profundas de la enfermedad y la inequidad en salud. En lugar de centrarse únicamente en el tratamiento de las enfermedades una vez que aparecen, la promoción de la salud busca prevenir su aparición y fomentar la resiliencia y el bienestar a lo largo del ciclo de vida. Esto implica un cambio de paradigma en la forma en que se concibe y se aborda la salud pública, pasando de un modelo reactivo a uno proactivo y centrado en la creación de salud. La implementación exitosa de las estrategias de promoción de la salud requiere un enfoque multisectorial y la colaboración activa de diversos actores. Los gobiernos, las organizaciones de la sociedad civil, el sector privado, las instituciones educativas y las propias comunidades tienen un papel crucial que desempeñar en la creación de entornos saludables y en el empoderamiento de las personas para que tomen decisiones informadas sobre su salud. La

1. Municipios Saludables La iniciativa de Municipios Saludables moviliza actores dentro del ámbito municipal para abordar integralmente los determinantes de la salud (Quiénes Somos, 2025). Reconoce que la salud no es solo responsabilidad del sector sanitario, sino también de factores sociales, económicos y ambientales. Un pilar central de los Municipios Saludables es la participación activa y empoderamiento de la comunidad. Se promueve que los ciudadanos se involucren en la identificación de sus necesidades de salud, en la planificación de las intervenciones y en la implementación de las acciones. Esta participación garantiza que las estrategias sean relevantes y culturalmente apropiadas, aumentando su sostenibilidad y su impacto. Al sentirse parte del proceso, los individuos y las organizaciones locales se convierten en agentes de cambio, contribuyendo activamente a la mejora de su propio bienestar y el de su comunidad. La estrategia también enfatiza la importancia de las políticas públicas saludables a nivel municipal. Esto implica la adopción de decisiones y regulaciones que tengan un impacto positivo en la salud de la población. Ejemplos de esto incluyen la creación y mantenimiento de espacios verdes accesibles para la actividad física, la implementación de normativas que promuevan la alimentación saludable en escuelas y establecimientos públicos, la mejora del acceso a agua potable y saneamiento, y la regulación de factores ambientales que puedan afectar la salud, como la contaminación del aire y el ruido. Estas políticas buscan crear un entorno facilitador para la adopción de comportamientos saludables. El enfoque intersectorial es una característica distintiva de los Municipios Saludables. Se fomenta la colaboración entre el sector salud y otros sectores como la educación, el urbanismo, los servicios sociales, el transporte, el medio ambiente y el desarrollo económico. Esta colaboración permite abordar los determinantes de la salud de manera más integral y efectiva. Por ejemplo, la planificación urbana puede incorporar criterios de salud al diseñar espacios peatonales y ciclovías, la educación puede integrar la promoción de la salud en sus currículos, y los servicios sociales pueden abordar las desigualdades que afectan la salud de los grupos más vulnerables.

Finalmente, la sostenibilidad es un elemento crucial de la estrategia de Municipios Saludables. Se busca establecer procesos y estructuras que permitan mantener y fortalecer las acciones de promoción de la salud a largo plazo. Esto implica el desarrollo de capacidades locales, la movilización de recursos sostenibles y la evaluación continua de las intervenciones para identificar buenas prácticas y realizar ajustes necesarios. Al construir una cultura de salud a nivel municipal, se sientan las bases para un bienestar duradero para las generaciones presentes y futuras.

2. Escuelas Promotoras de la Salud La iniciativa de Escuelas Promotoras de la Salud reconoce el entorno escolar como un espacio estratégico para la promoción de la salud y el bienestar de niños, jóvenes, personal educativo y familias (Feb 5, 2025; Pan American Health Organization, 2022). Las escuelas no solo son centros de aprendizaje académico, sino también lugares donde se forman hábitos, se desarrollan actitudes y se establecen normas sociales que influyen significativamente en la salud a lo largo de la vida. Por lo tanto, crear escuelas que activamente promuevan la salud es una inversión fundamental en el futuro de la sociedad. Un componente esencial de las Escuelas Promotoras de la Salud es la implementación de un currículo de salud integral. Esto va más allá de la simple enseñanza de biología o primeros auxilios, e implica la incorporación de temas de salud en diversas áreas del conocimiento y a través de metodologías participativas y activas. Se abordan aspectos como la nutrición, la actividad física, la salud mental, la prevención del consumo de sustancias, la educación sexual integral, la higiene personal y la seguridad. El objetivo es dotar a los estudiantes de los conocimientos, las habilidades y las actitudes necesarias para tomar decisiones informadas sobre su salud y la de su comunidad. Además del currículo, un entorno escolar saludable es crucial. Esto abarca tanto el ambiente físico como el social y emocional. Un entorno físico seguro, limpio y bien mantenido, con acceso a agua potable, instalaciones sanitarias adecuadas y espacios para la actividad física, es fundamental. Igualmente, importante es un clima escolar positivo, que fomente el respeto, la inclusión, la equidad y la

es un derecho fundamental de los trabajadores y una condición esencial para su bienestar. Además de la prevención de riesgos, la promoción de estilos de vida saludables entre los trabajadores es un aspecto clave. Esto puede incluir la implementación de programas para fomentar la alimentación saludable a través de opciones de comida sana en comedores y máquinas expendedoras, la promoción de la actividad física mediante la creación de gimnasios en el lugar de trabajo o convenios con centros deportivos, el apoyo para dejar de fumar y la oferta de programas para la reducción del estrés y la mejora del bienestar mental. Estas iniciativas buscan empoderar a los trabajadores para que adopten comportamientos saludables que se extiendan más allá del ámbito laboral. La atención a la salud mental y el bienestar emocional es cada vez más reconocida como un componente esencial de los Entornos Laborales Saludables. Esto implica la creación de un clima laboral positivo y de apoyo, donde se fomente la comunicación abierta, el respeto, la equidad y el reconocimiento. También puede incluir la oferta de servicios de consejería y apoyo psicológico, la implementación de políticas que promuevan el equilibrio entre la vida laboral y personal, y la capacitación de los líderes para identificar y abordar los signos de estrés y agotamiento en sus equipos. La participación activa de los trabajadores y sus representantes es crucial para el éxito de las iniciativas de Entornos Laborales Saludables. Involucrar a los empleados en la identificación de necesidades, la planificación y la implementación de los programas asegura que las intervenciones sean relevantes y aceptadas. Fomentar una cultura de salud en el lugar de trabajo, donde se valore el bienestar y se promuevan comportamientos saludables, requiere el compromiso tanto de la dirección como de los trabajadores. Finalmente, la evaluación y el seguimiento de las iniciativas de Entornos Laborales Saludables son importantes para medir su impacto y realizar ajustes necesarios. Esto puede incluir la recopilación de datos sobre la salud de los trabajadores, la satisfacción laboral y la productividad. Los resultados de estas evaluaciones pueden utilizarse para mejorar continuamente los programas y

asegurar que estén contribuyendo de manera efectiva al bienestar de la fuerza laboral y al éxito de la organización.

4. Estrategia y Plan de Acción sobre la Promoción de la Salud en el Contexto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2019- 2030 Este marco impulsa la promoción de la salud en la Región de las Américas, alineándose con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (de Desarrollo Sostenible ENELCDELO, 2025). Reconoce que la salud es tanto un objetivo en sí mismo (ODS 3) como un factor transversal que influye y es influido por el logro de otros ODS, como la reducción de la pobreza (ODS 1), la educación de calidad (ODS 4), la igualdad de género (ODS 5), el agua limpia y el saneamiento (ODS 6), y las ciudades y comunidades sostenibles (ODS 11). La estrategia se fundamenta en la premisa de que la promoción de la salud es esencial para abordar las crecientes cargas de enfermedades no transmisibles, las persistentes inequidades en salud y los nuevos desafíos emergentes. Busca fortalecer las capacidades de los Estados Miembros para diseñar, implementar y evaluar políticas y programas de promoción de la salud que sean integrales, intersectoriales y culturalmente apropiados. Se enfatiza la necesidad de abordar los determinantes sociales de la salud, reconociendo que las condiciones en las que las personas nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen tienen un impacto fundamental en su salud. Un elemento central de esta estrategia es el fortalecimiento de la gobernanza y la capacidad institucional para la promoción de la salud. Esto implica el desarrollo de marcos legales y normativos, la creación de mecanismos de coordinación intersectorial a nivel nacional y subnacional, la asignación de recursos adecuados y la formación de profesionales en promoción de la salud. Se busca fomentar un liderazgo político fuerte y un compromiso sostenido con la promoción de la salud como una prioridad de desarrollo. La estrategia también destaca la importancia de empoderar a las personas y las comunidades para que tomen control de su propia salud. Esto incluye el fortalecimiento de la educación para la salud, la promoción de la alfabetización en salud, el fomento de la participación comunitaria en la toma de decisiones sobre salud y la creación de entornos que apoyen la adopción de

La participación comunitaria es un elemento central de la Semana del Bienestar. Se anima a las comunidades a tomar la iniciativa y a organizar sus propias actividades, adaptándolas a sus necesidades y contextos específicos. Esto fomenta un sentido de apropiación y sostenibilidad de las acciones de promoción de la salud a nivel local. La colaboración entre diferentes grupos y organizaciones dentro de la comunidad fortalece el tejido social y crea un entorno más propicio para la salud y el bienestar colectivo. Finalmente, la Semana del Bienestar busca dejar un legado más allá de la semana en sí. Se espera que las actividades y las experiencias vividas durante la semana inspiren a las personas a adoptar cambios de comportamiento a largo plazo y a mantener hábitos saludables en su vida diaria. También se busca fortalecer las alianzas y las redes de colaboración entre los diferentes actores involucrados en la promoción de la salud, creando un impulso continuo hacia la mejora del bienestar en la región. Conclusión Las estrategias de promoción de la salud representan herramientas esenciales para enfrentar los desafíos de salud del siglo XXI (Promoción de la salud, 2025; Quiénes Somos, 2025; de Desarrollo Sostenible ENELCDELO, 2025). Desde la acción local y participativa de los Municipios Saludables hasta la influencia formativa de las Escuelas Promotoras de la Salud y la creación de entornos laborales que priorizan el bienestar, cada estrategia aporta un enfoque particular pero complementario hacia la meta común de mejorar la salud y la calidad de vida de las poblaciones. La Estrategia y Plan de Acción sobre la Promoción de la Salud en el contexto de los ODS proporciona un marco global para integrar estos esfuerzos en la agenda de desarrollo sostenible, mientras que iniciativas como la Semana del Bienestar cumplen un rol crucial en la sensibilización y la movilización social. Un punto clave que atraviesa todas estas estrategias es el reconocimiento de que la salud no es un bien individual aislado, sino que está profundamente influenciada por el contexto social, económico y ambiental en el que las personas viven y se desarrollan. Por lo tanto, la promoción de la salud eficaz requiere un

abordaje integral que trascienda las intervenciones clínicas y se dirija a modificar los determinantes de la salud a través de la acción intersectorial y la participación activa de las comunidades. El empoderamiento de los individuos para que tomen decisiones informadas y adopten comportamientos saludables, junto con la creación de entornos que faciliten estas elecciones, son elementos clave para lograr resultados sostenibles. La implementación exitosa de estas estrategias no está exenta de desafíos. Requiere un compromiso político sostenido, la asignación de recursos adecuados, el fortalecimiento de las capacidades de los profesionales de la salud pública y la construcción de alianzas sólidas entre los diferentes sectores y actores involucrados. La evaluación rigurosa de las intervenciones es fundamental para identificar las mejores prácticas y realizar los ajustes necesarios para maximizar su impacto. En última instancia, la promoción de la salud es una inversión crucial en el futuro. Al crear sociedades más saludables, equitativas y resilientes, se sientan las bases para el desarrollo sostenible y el bienestar colectivo. Las estrategias analizadas en este informe ofrecen un camino prometedor hacia la consecución de este objetivo, siempre y cuando se implementen con visión, compromiso y una perspectiva centrada en las necesidades y las aspiraciones de las comunidades a las que sirven.