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español o castellano. resumen completo, Resúmenes de Historia de la Lengua

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Tipo: Resúmenes

2022/2023

Subido el 24/10/2023

luciana-bramajo
luciana-bramajo 🇦🇷

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EL ESPAÑOL DEL SIGLO DE ORO, CAMBIOS LINGÜÍSTICOS GENERALES
FLUCTUACIÓN Y NORMA. ARCAÍSMOS FONÉTICOS ELIMINADOS.
1. El español áureo, un idioma en evolución muy activa. El concepto de corrección lingüística se
apoyó en el desarrollo de la imprenta, capaz de reproducir un mismo texto en multitud de
ejemplares, sin las variantes de un manuscrito.
2. En el transcurso del transcurso del siglo XVI van disminuyendo las variantes de timbre en las
vocales no acentuadas. Se hacen más notorias las diferencias entre lo moderno y lo vulgar:
Moderno (vanidad, invernar, aliviar, abundar, cubrir, etc.)
Vulgar (vanedad, envernar, aleviar, abondar, cobrir, etc.)
3. En la primera mitad del siglo XVI, se toleraba aún la f arcaizante de fijo, fincar, fecho, etc.
Y la conservación del término jurídico fallar. La f desapareció para dar lugar a la h.
Por otro parte era propia de la lengua rustica la aspiración (h) en lugar de /f/ ante los
diptongos /ue/, /ie/ (huerte, hue, hiebre) y en he ‘fe’, perhecto ‘perfecto’.
4. Perduro también en la primera mitad del siglo XVI, la agrupación de grupos de consonastes.
Se observa cierta preferencia aún de:
(cobdiciar, cobdo, dubda a codiciar, codo, duda) (cien y cient, san y sant)
Existía cierto conflicto entre estas consonantes, (g,j) y (x), mantuvieron su carácter
prepalatal. Existían trueques como como quijo, vigitar, relisión, colesio, no admitidos por la
literatura.
TRANSFORMACIÓN DE CONSONANTES
Un cambio radical del consonantismo, iniciado ya en la Edad Media, pero generalizado entre la
segunda mitad del siglo XVI y la primera del XVII, determino del paso del sistema fonológico
medieval al moderno.
1. Como es de suponer, el conflicto entre las dos consonantes b y v, la oclusiva y la fricativa, se
remonta a estos tiempos. El libro hace mención a que << ningún castellano puro supo hacer
diferencia>> pues ellos tenían mayor dificultad que otras regiones.
2. Se observa también el ensordecimiento de los fonemas /z/ (grafía z), (-s-) (g,j), que se
confundieron con los sordos correspondientes /s/ (escrito c):
tuviese, matasen, hacer, recar, dijera, ejercicio, teoloxía, en vez de tuviesse, matassen,
hazer, rezar, dezir, dixera, exercicio, teología.
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EL ESPAÑOL DEL SIGLO DE ORO, CAMBIOS LINGÜÍSTICOS GENERALES

FLUCTUACIÓN Y NORMA. ARCAÍSMOS FONÉTICOS ELIMINADOS.

  1. El español áureo, un idioma en evolución muy activa. El concepto de corrección lingüística se apoyó en el desarrollo de la imprenta, capaz de reproducir un mismo texto en multitud de ejemplares, sin las variantes de un manuscrito.
  2. En el transcurso del transcurso del siglo XVI van disminuyendo las variantes de timbre en las vocales no acentuadas. Se hacen más notorias las diferencias entre lo moderno y lo vulgar: Moderno (vanidad, invernar, aliviar, abundar, cubrir, etc.) Vulgar ( vanedad, envernar, aleviar, abondar, cobrir, etc.)
  3. En la primera mitad del siglo XVI, se toleraba aún la f arcaizante de fijo, fincar, fecho, etc. Y la conservación del término jurídico fallar. La f desapareció para dar lugar a la h. Por otro parte era propia de la lengua rustica la aspiración (h ) en lugar de /f/ ante los diptongos /ue/, /ie/ (huerte, hue, hiebre) y en he ‘fe’, perhecto ‘perfecto’.
  4. Perduro también en la primera mitad del siglo XVI, la agrupación de grupos de consonastes. Se observa cierta preferencia aún de: (cobdiciar, cobdo, dubda a codiciar, codo, duda) (cien y cient, san y sant) Existía cierto conflicto entre estas consonantes, (g,j ) y (x) , mantuvieron su carácter prepalatal. Existían trueques como como quijo, vigitar, relisión, colesio , no admitidos por la literatura. TRANSFORMACIÓN DE CONSONANTES Un cambio radical del consonantismo, iniciado ya en la Edad Media, pero generalizado entre la segunda mitad del siglo XVI y la primera del XVII, determino del paso del sistema fonológico medieval al moderno.
  5. Como es de suponer, el conflicto entre las dos consonantes b y v, la oclusiva y la fricativa, se remonta a estos tiempos. El libro hace mención a que << ningún castellano puro supo hacer diferencia>> pues ellos tenían mayor dificultad que otras regiones.
  6. Se observa también el ensordecimiento de los fonemas /z/ (grafía z), (-s-) (g,j), que se confundieron con los sordos correspondientes /s/ (escrito c): tuviese, matasen, hacer, recar, dijera, ejercicio, teoloxía, en vez de tuviesse, matassen, hazer, rezar, dezir, dixera, exercicio, teología.
  1. Las diferencias entre Castilla la Vieja y Toledo, eran bien claras. ‘Los de Castilla la Vieja dizen hacer , y en Toledo hazer , y dizen xugar , y en Toledo jugar ; y dizen yerro , y en Toledo hierro , y dizen alagar , y en Toledo halagar ’ - Fray Juan de Córdoba ( Arte en la lengua zapoteca – Méjico, 1578 ) El prestigio del habla de Toledo tenía como dechado el buen decir, servía como referencia del buen uso del habla. En Madrid se generalizó la omisión de la [h] aspirada, y desde allí se fue propagando por el resto de Castilla. La confusión de /b/ y /v/ se extendió al castellano hablado en cualquier región de España.
  2. En las sibilantes dentales hubo además cambios en la forma y punto de articulación. El aflojamiento de las africadas /s/ y /z/ en fricativas. Las fricativas resultantes, al ensordecerse la sonora, se igualaron allí en un solo fonema interdental.
  3. Se consolido la confusión de las fricativas ápico-alveolares /s/ (s-, -ss- o -s) y /z/ (-s- simple entre vocales) con las fricativas predorso-dentales, predorso-interdentales, lo que recibió el nombre de ceceo o zezeo. El seseo menos vulgar se impuso en el reino de Córdoba y Antequera, Canarias y América, no faltan restos del ceceo. Explica también la presencia de los siguientes fenómenos gramaticales en la escritura de los notarios de entonces, resebí, parese, pes, nesecidad, espesificadamente, ofrese, resela, acaeser, etc. Explica también una serie de variantes durante años respectivos a mediados de del siglo XVII.
  4. En cuanto a las silabilantes prepalatales, la sonora (escrita g,j) se articulaba normalmente como fricativa rehilante, aunque, sobre todo en posición posconsonántica, subsistiera como alófono alguna vez la originaria pronunciación africada. Equiparan el sonido de la x castellana, con la de la X griega.
  5. Se puede distinguir cierta confusión de h por g, j. : Hentil = Gentil / gerida = herida / mogino = mohino La aspiración de /h/ por /x/ Deje = déhe / gerera = herrera /
  6. A consecuencia de los cambios reseñados el sistema consonántico de nuestra lengua se escindió desde el siglo XVI en dos variedades bien definidas. Una es la de la mitad septentrional del dominio castellano peninsular, ampliada con el reino de Toledo, Murcia y zonas de la Andalucía oriental: sus tres fricativas sordas. Las diferencias se hacen más notorias y de fácil identificación. MERIDIONALISMOS QUE SALEN DEL ESTADO LATENTE EN EL SIGLO XVI El incremento de fenómenos largamente incubados vino a complicar la distribución de rasgos fonológicos en la mitad del Sur de España.

LA FONÉTICA EN LA FRASE

  1. Durante los siglos XVI y XVII la similitud lingüística de los hablantes era muy superior a la que manifiestan los textos medievales. Hasta entonces la convergencia de determinadas palabras en la frase daba lugar a transformaciones fonéticas que el español clásico aminora o destierra. Así el artículo ‘la’ considerado como característico del género femenino sustituye lentamente a ‘el’ en casos como ‘el espada’, ‘el otra’, ahora queda ‘el’ como femenino delante de palabras que comienzan con vocal ‘a’ (el altura, el arena), sobre todo acentuada (el agua, el águila).
  2. Se aprecia la fijación a separar las distintas palabras fundidas en conglomerados. Juan de Valdés, refiriéndose a los imperativos ponldo, embialdo, dice: ¨no sé qué sea la causa por que lo mezclan de esta manera… tengo por mejor que el verbo vaya por sí y el pronombre por sí¨; no obstante el conflicto entre dalde y dadle, teneldo y tenedlo se prolongó hasta la época de Calderón. Se observan términos como: leello, hacello, sufrillo, servillas
  3. En el futuro y condicional, como se advertía que su primer elemento era el infinitivo, se restableció éste integro en debería, en vez de debria y otro semejantes. También se evidencia el uso aún de valerá por valdrá y salliré a saldré. Porné, verné, terné = pondré, vendré, tendré Por otra parte, como el infinitivo y la terminación constituían una sola unidad significativa, fue desapareciendo la escisión veste te eh, engañar me ah, en beneficios de besareté o te besaré, engañaráme o me engañará. 4. Solamente hay nuevos desarrollos fonéticos entre palabras distintas en casos especiales de dasgaste, como el de los tratamientos. La puntillosidad de nuestros ante pasados relegó el tú a el ámbito más íntimo familiar o al trato de discriminación jerárquica y desvalorizó tanto el vos, que de no haber gran confianza, era descortés emplearlo con quien no fuese inferior. En otro caso, había que tratar de vuestra merced o vuestra señoría; la repetición originó el paso de vuestra merced a vuesa merced, vuesarced, vuesanced, etc., y finalmente a voaced, vuce, vuced, vusted, usted. FORMAS GRAMATICALES
    1. En la primera mitad del siglo XVI la conjugación afrecian muchas inseguridades. Coexistían amaís, teneís, soís, con amás, tenés, sos, que de pornto quedaron relagados por vulgares y desaparecieron, tanto en España como en zonas de América, por las influencias virreinales.
    2. A diferencia de los mencionados anteriormente otro arcaísmos subsistieron hasta la época de Calderón. Así lo esdrújulos amávedes, sentíades, dixéredes, quisiérades, en lucha por con sus reducciones amavais, sentíais, dixereis, quisierais, atestiguadas desde principios del siglo XVI y que al fin triunfaron. Las alternancias de estas palabras fue muy notoria, amaís / amás, teneís/tenés Podría darse sin que amás, tenés se confundieran con amas, tienes; pero las átonas la sincopa de la /d/ hubiera acarreado duplicidades amavais / amavas.
  1. El verbo aver conservaba la duplicidad de formas hemos y avemos, heis y aveís, y el subconjunto del verbo ir podía ser vayamos, vayáis, o vamos, vais. ¨os suplico que os vais y me dejeís ¨ en Cervantes Nótese que aún usamos en el mandato o la exhortación la forma vamos. Se empleaba indistintamente traxo y truxo, conozgo, conosco y conozco, luzga y luzca.
  2. Cabe recalcar que en algunos casos la terminación del gentilicio –es se resistía a adoptar una posición femenina, por eso se observa ¨provincia cartaginés, la leonés potencia¨ El sufijo diminutivo más recurrente era –illo, -uelo tenía mayor vitalidad que ahora, sobre todo en poesía, pero –ico e –ito le disputaban la populariad. Autores de las dos Castillas usan –ico (pasico, polvico, menudico) hasta la época de Calderón.
  3. Al siglo XVI le corresponde la naturalización del superlativo –ismo. Aunque hay ejemplos sueltos en la Edad Media, y a pesar de latinismo dominante en el siglo XV, se han podido declarar: ¨Superlativos no tiene el castellano sino estos dos: primeros y postrimero; todos los otros dize por rodeo de algún positivo y este adverbio mui ¨ - Nebrija Se hace más notoria la presencia de las palabras terminadas en –isimo: altísimo, clarísimo, dueñisima.
  4. El conflicto entre nos, vos y nosotros, vosotros en un uso más colectivo, su resuelve a través de formas compuestas, que no eran equivocas, pues nunca designaban individuo singular, mientras que vos, y nos se empleaban en forma reverenciales o corteses. Sin embargo la eliminación de nos y vos, fue paulatina. ‘Ninfas, a vos invoco’, junto a ‘alce una de vosotras, blancas deas, del agua su cabeza rubia un poco’ – Garcilaso
  5. La lengua clásica conocía adverbios y preposiciones que despúes han caído en desuso o han cambiado de significación. Cabe y so se empleaban corrientemente en el siglo XVI, y hoy sólo quedan como resabio de eruditos; estonces y ansi fueron absorbidos por sus concurrentes entonces, así, agora.

como esbozo, esbelto ˂ svelto («la esbelteza de Italia, español brío» , Lope de Vega), escorzo, diseño, modelo, balcón, cornisa, fachada ,cuarteto, terceto, estanza o estancia, madrigal, novela; a la vida de sociedad se refiere cortejar, festejar, martelo. Italianismos son también manejar, pedante, bagatela («niñerías / que en Italia se llaman bagatelas», Lope), capricho, poltrón. De modo pasajero se usaron ya con el significado de ‘en otro tiempo’, gastar ‘estropear’, aquistar, ‘conseguir’ , pobreto, yo tanto, en cuanto a mí’ y otras expresiones extrañas a nuestra lengua. De origen francés son nombres de prendas y modas como chapeo, manteo, ponleví, y de usos domésticos, servieta, después servilleta. En la vida palaciega, los cargos de sumiller, panatier, furrier – furriel, ujier, revelan influjo borgoñón traído por los Austrias. Cuando, en el siglo XVII, la corte francesa fue modelo de trato social distinguido, se introdujeron madama (ya usado alguna vez en el siglo xv), damisela, rendibú y otras. Muy generales en la poesía son los galicismos rosicler y frenesí, introducidos antes. El portugués dejó, entre otros, payo, mermelada. Las lenguas germánicas prestaron escasas palabras en tiempo de los Reyes católicos participaron en la guerra de Granada soldados suizos, de largos mostachos. La conquista y colonización del Nuevo Mundo trajo multitud de nombres referentes a su geografía física y meteorológica, plantas y animales antes desconocidos, pueblos y tribus, usos, vestidos, cultura material e instituciones indígenas, etc. Sirvan de ejemplo por haber alcanzado más rápida difusión, canoa, huracán, cacique, nagua ‘enagua’, tabaco, patata, chocolate, tomate, vicuña, etc. Más de quinientos figuran en la General y natural Historia de las Indias de Gonzalo Fernández de Oviedo, lo que hace suponer que en el uso de los españoles instalados en América el número de indigenismos sería muy elevado. Aparte de la adopción de voces grecolatinas y extranjeras el léxico literario español aumentó su caudal aprovechando los propios recursos del idioma. Se ha indicado ya la abundante formación de derivados, sobre todo en el siglo XVII. Otro medio fue la admisión de palabras técnicas en el lenguaje corriente: asi términos militares (batería ‘brecha’, estratagema) , jurídicos (privilegio, exención) , de la administración (arbitrio, taza) , musicales y artísticos (prima de guitarra, lejos), de la filosofía (argumento, implicar, animar), de la física, alquimia, medicina (elemento, alquermes, humor), usados ya desde antes o nuevos en la literatura, vivieron en ella durante los siglos XVI y XVII, favorecidos por el lenguaje figurado.

ESTUDIOS SOBRE EL IDIOMA EN LOS SIGLOS XVI y XVII La labor iniciada por Nebrija tuvo muchos pros seguidores. Abundan, como ya se ha dicho, las obras destinadas a extranjeros destinados para el aprendizaje del español y también los diccionarios bilingües. Pero más interés ofrecen los autores que pretenden alcanzar, mediante la observación libre de prejuicios gramaticales latinos, las verdaderas leyes que regían el funcionamiento del idioma. La postura de los gramáticos y ortográficos de los siglos XVI y XVII fue, ordinariamente, más de preceptistas que científicos; pero el dinamismo creador de sus contemporáneo era más poderoso que el sentido de disciplina en el uso de idioma. No entra en los fines del presente libro. No entra en los fines del presente libro historiar las ideas sobre el lenguaje y las lenguas en general, aunque sean de gran interés las de Luis Vives y la de Francisco Sánchez de las Brozas, cuya Minerva (1587) tuvo gran resonancia en los siglos inmediatos y hoy se revela como de sorprendente actualidad para anunciar aspectos fundamentales de la lingüística generativa.