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Elementos de seguridad del vehículo, Apuntes de Derecho

Este documento aborda los principales elementos de seguridad de un vehículo, incluyendo una clasificación de la seguridad en activa, pasiva y preventiva. Se explica la importancia de los amortiguadores, neumáticos, sistema de dirección y cinturones de seguridad para garantizar la estabilidad y control del vehículo. También se detallan las normas y requisitos legales sobre la revisión técnica obligatoria de los vehículos, así como recomendaciones sobre la conducción segura en zonas urbanas y en carreteras. El documento proporciona información valiosa para comprender los aspectos clave relacionados con la seguridad vehicular y las buenas prácticas de conducción.

Tipo: Apuntes

2009/2010

Subido el 23/05/2024

fernando-capdevila
fernando-capdevila 🇦🇷

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MANUAL DEL CONDUCTOR
PARA EL CURSO DE SEGURIDAD VIAL
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¡Descarga Elementos de seguridad del vehículo y más Apuntes en PDF de Derecho solo en Docsity!

MANUAL DEL CONDUCTOR

PARA EL CURSO DE SEGURIDAD VIAL

Ministro del Interior de la Nación Cdor. Florencio Randazzo

Director Ejecutivo de la Agencia Nacional de Seguridad Vial Lic. Felipe Rodríguez Laguens

Directora Nacional de Licencias de Conducir y Antecedentes de Tránsito Dra. Camila Martínez

Director de Sistema Nacional de Licencias Dn. Jorge Silva

Dirección de Sistema Nacional de Licencias

Dirección Nacional de Licencias de Conducir y Antecedentes de Tránsito

MANUAL DEL CONDUCTOR

PARA EL CURSO DE SEGURIDAD VIAL

Ministro del Interior de la Nación

Cdor. Florencio Randazzo

Director Ejecutivo de la Agencia Nacional de Seguridad Vial

Lic. Felipe Rodríguez Laguens

Directora Nacional de Licencias de Conducir

y Antecedentes de Tránsito

Dra. Camila Martínez

Director de Sistema Nacional de Licencias

Dn. Jorge Silva

Tapa, diagramación y diseño de páginas Marialé García Ceppi Sandra Puente

Corrección de textos Florencia Longarzo

Fotografía Marialé García Ceppi Florencia Longarzo Sandra Puente

INTRODUCCIÓN

Cada año, miles de personas pierden la vida o sufren trau- matismos en nuestros caminos y rutas. Miles de familias y comunidades quedan destrozadas. Cualquier esfuerzo reali- zado para promover la seguridad vial puede resultar insig- nificante al lado de ese sufrimiento humano creciente.

En los últimos años la sociedad argentina ha comenzado a interesarse por el tránsito y la seguridad vial, en parte pro- ducto de la creciente difusión en los medios de comunica- ción y por otro lado a raíz de las alarmantes cifras de victi- mas fatales en hechos de tránsito. Resulta común tomar conocimiento de siniestros de tránsito a través de un fami- liar, de un amigo o de un vecino que ha participado en él.

Este mayor conocimiento por parte de la ciudadanía se tra- dujo en un fuerte reclamo a las autoridades de gobierno, las que han oído estas voces y en consecuencia de ello suscri- bieron en 2007, el Convenio Federal sobre Acciones en Materia de Tránsito y Seguridad Vial y en 2008 sancionaron la Ley 26.363 que creó a la Agencia Nacional de Seguridad Vial, Ley a la que las provincias y la ciudad Autónoma de Buenos Aires han de adherir a fin de aplicar políticas en materia de tránsito y seguridad vial en forma coordinada con el gobierno nacional. Pero como se expreso anterior- mente cualquier esfuerzo puede resultar insignificante si no advertimos que el cuidado de la vida asociada a la seguridad vial, es un punto de encuentro de diversos actores; uno de

ellos es el Estado, y del otro lado se encuentran los ciuda- danos. Así hay tareas, acciones y gestiones que le corres- ponden exclusivamente al Estado; como el mejoramiento de las rutas y caminos, la señalización, los controles, las san- ciones por infracciones a las normas de tránsito. Por otro lado hay otras tareas que le competen a los ciudadanos, y sobre las que hay que trabajar, ya que el pensamiento gene- ralizado es que los accidentes de tránsito ocurren como una fatalidad producto de circunstancias inevitables.

En este aspecto, si avaláramos esta premisa, el aspecto social, o cultural de las conductas sociales no sería un fac- tor de cambio para incrementar la seguridad en el tránsito, y por tanto la capacitación y la educación vial carecerían de sentido.

En este manual, queremos dar las herramientas y los cono- cimientos para que cada peatón, conductor, pasajero, usua- rio de la vía pública en general, comprenda que las muertes y los traumatismos causados por los hechos de tránsito se pueden prevenir y predecir en gran medida; que muchos de estos lamentables hechos son errores corrientes de conduc- ción y que el comportamiento común de los peatones y con- ductores no deberían ocasionar traumatismos graves ni defunciones.

Por ello, debemos trabajar en el sentido de interpretar al tránsito como parte de la cultura de la convivencia respon- sable y respetuosa y favorecer el desarrollo de ciudadanos capaces de optimizar la calidad de vida en comunidad.

La propuesta de este manual, pretende formar al ciudadano que transita; ya sea conductor de un automóvil, ciclista, motociclista, peatón o simplemente como usuario de un transporte público de pasajeros, y contribuir a la construc- ción de prácticas morales autónomas y solidarias.

4.3.a. Maniobra de giro. Giro a la izquierda. Giro a la derecha 4.3.b Tramos con pendiente. Pendiente descendente. Pendiente ascendente 4.3.c. Conducción racional y anticipación 4.3.d. Las curvas. Técnica de circulación en curvas. Trazado de la curva 4.3.e. Maniobra de adelantamiento: maniobra peligrosa 4.3.f. Adelantamiento y marcha en paralelo 4.3.g. Choque frontal por adelantamiento 4.3.h. Obstáculos durante la conducción. Cruces. Rotondas 4.3.i. Incorporaciones y salidas de las carreteras. Incorporaciones. Salidas 4.3.j. Paso a nivel ferroviario 4.3.k. Paradas durante la marcha 4.3.l. Detención 4.3.m. Estacionamiento en paralelo 4.4. La conducción y los factores climáticos 4.4.a. Conducción con lluvia 4.4.b. Efecto planeo de aquaplanning 4.4.c. Conducción con niebla 4.4.d. Conducción por caminos con nieve o hielo 4.4.e. Encandilamiento 4.5. Diferentes contextos en la conducción 4.5.a. Conducción en zonas urbanas 4.5.b. Conducción en rutas 4.5.c. Conducción en autovías y autopistas 4.5.d. Conducción en caminos de ripio y caminos naturales

5. Conceptos asociados y principales reglas para la conducción eficiente

5.1. Principales claves para optimizar la conducción 5.2. Encendido del motor. Inicio de la marcha 5.3. Elección de la velocidad de conducción

5.3.a. El cuentarrevoluciones 5.3.b. Realización general de los cambios de velocidad. La 1° marcha. Las marchas largas. La 5° marcha 5.3.c. La progresión en las marchas. El freno motor y las reducciones de marchas. Cambios de marchas con caja de cambios automática EL AUTOMÓVIL COMO MÁQUINA DE CONSUMO 5.4. El motor: variables relevantes en el consumo 5.5. El combustible 5.6. La transmisión 5.7. Eficiencia energética en el motor 5.8. Las resistencias al avance del automóvil 5.9. Características generales del vehículo 5.10. Aire acondicionado 5.11. Ventanillas 5.12. Mantenimiento preventivo 5.13. Carga del vehículo 5.14. Accesorios exteriores

6. Condiciones psicofísicas del conductor

6.1. La vista 6.1.a. La vista hacia los lados 6.1.b. Estimar las distancias y velocidades 6.1.c. La vista durante la noche 6.2. El oído 6.3. La conducción con capacidades diferentes. La licencia 6.4. Los factores que afectan las condiciones físicas 6.4.a. El cansancio 6.4.b. Bebidas alcohólicas. Peligros por consumo de bebidas alcohólicas. Efectos de las bebidas alcohólicas. Alcoholemia 6.4.c. Uso del teléfono celular 6.4.d. Los medicamentos y la conducción. Las drogas y su relación con los accidentes de tránsito. Estados de intoxicación en general. Medidas cautelares. Sanciones

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7. Señales viales

7.1. Demarcación horizontal. Señales de demarcación horizontal 7.2. Marcas de estacionamiento 7.3. Señalización luminosa 7.4. Señalización vertical 7.4.a. Señales reglamentarias 7.4.b. Señales preventivas 7.4.c. Señales informativas 7.4.d. Señales transitorias

8. Reglas y régimen de sanciones

8.1. Reglas de velocidades. Velocidad y riesgo de accidentes. Límites máximos y mínimos de velocidad 8.2. Siniestros 8.2.a. Causas 8.2.b. Primeros auxilios 8.2.c. Obligaciones 8.2.d. Responsabilidades del conductor. Responsabilidad civil en siniestros de tránsito. Responsabilidad penal. Responsabilidad contravencional 8.2.e. Régimen de sanciones

9. Licencia nacional de conducir

9.1. Características 9.2. Clases de licencias. Otorgamiento de la licencia a menores de edad 9.3. Renovación de licencia. Renovación por vencimiento. Renovación por cambio de jurisdicción. Renovación por extravío o robo

9.4. Curso y exámenes. Curso teórico – práctico de educación para la seguridad vial. Examen médico psico–físico. Examen teórico. Examen teórico–práctico sobre detección de fallas de los elementos de seguridad de los vehículos. Examen práctico de idoneidad conductiva 9.5. Argentinos que circulen en el exterior y extranjeros que circulen en Argentina. Mercosur. Chile. Italia y España. Resto del mundo. Gestión de la licencia internacional

Anexos

I. Motovehículos

  1. Introducción
  2. Motocicleta y ciclomotor
  3. Partes elementales de una motocicleta
  4. La conducción
  5. Conducción responsable
  6. En caso de viajar como acompañante
  7. Velocidades máximas y mínimas
  8. Licencias de conducir
  9. Requisitos para circular
  10. Elementos de seguridad
  11. Anteojos de seguridad
  12. La vestimenta adecuada

II. Peatones y bicicletas

  1. Los peatones
  2. La bicicleta

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Siguiendo esta perspectiva se parte en afirmar que todos somos transeúntes: en tanto peatones, pasajeros o con- ductores y por ello, como ciudadanos que transitamos tomamos decisiones cuyas consecuencias impactan en la vida personal y social dado que nos conducimos con pru- dencia o sin ella, preservamos o ponemos en riesgo la vida propia y la de los demás. Al mismo tiempo, somos actores capaces de participar en la construcción de normas, en la regulación del tránsito y en nuestra sociedad. El respeto a la normativa vial y la responsabilidad en el tránsito se resignifican en este marco, entendiéndose como parte de un ejercicio cívico conciente, activo, constructivo; y la edu- cación vial, como parte de la propuesta de capacitación de quién desea obtener la Licencia Nacional de Conducir, se integra, de esta manera, en un horizonte de sentido mayor: la formulación del ciudadano.

Deseamos incluir en los objetivos de esta capacitación a la Formación Ética y Ciudadana, dentro de la cual se tratará el desarrollo de una moral autónoma y solidaria, en la que las normas son respetadas por convicción y no por mera obediencia a la autoridad. Es por ello, que el aprendizaje de las normas de tránsito puede resultar significativo, en la

medida en que instala la reconstrucción de su sentido, con- texto de origen y aplicación, presentando las regulaciones como producto de un consenso social para la convivencia (y no como algo arbitrario, que requiere ser aprendido de memoria).

Lograr que cada persona tome conciencia de que puede ser agente de salud y agente de riesgo es un objetivo, el cual implica el aprendizaje de actitudes y comportamientos seguros para la prevención de accidentes, para el cuidado y preservación del bienestar psicofísico propio y de los demás en situaciones de tránsito.

Teniendo en cuenta la importancia de los conceptos de convivencia y la ciudadanía es importante la promoción del sentido crítico y el comportamiento solidario para el de- sarrollo de acciones y trasformaciones del medio en que se habita. La educación del transeúnte procura generar acti- tudes y compromisos responsables y respetuosos en el uso de las vías del tránsito, en tanto espacios públicos de con- vivencia e interdependencia.

Todo lo expuesto anteriormente, también puede vincularse

EDUCACIÓN Y ÉTICA CIUDADANA

Convivencia

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Solidaridad

Respeto

Consenso

En la formulación más habitual de educación vial, se encuen- tran destacados los factores materiales o externos al sujeto, que hacen referencia a los sistemas que forman las “vías” o “caminos” y las reglas y normativas vigentes para la circula- ción. En este primer capítulo se opta por un enfoque que haga explícito un claro énfasis en el usuario de la red vial, en quien transita, cualquiera sea el medio o la forma que utilice para desplazarse.

con la Educación ambiental considerada en sentido amplio, dado que nuestra intervención en el cuidado del medio ambiente es primordial en la preservación o trasformación del mismo en beneficio del ser humano. Las vías de circula- ción son consideradas como ambientes sobre los cuales aportar para preservar la vida y mejorar su calidad, no sólo en lo relacionado a los aspectos contaminantes del funcio- namiento del sistema (contaminación sonora, del aire, visual, etc.) o en su estructura y despliegue material (factor ambiental de los accidentes de tránsito) sino también para el desarrollo de un ámbito social público de convivencia más armónico, pacífico, sano y seguro (Isoba, M.C.; 2003).

Las vías públicas y el tránsito posicionan a muchos ciuda- danos simultáneamente, en ambientes y situaciones de interdependencia, en las que los derechos y responsabilida- des de cada uno frecuentemente se traducen en conflictos de complicada resolución. Es por ello, que teniendo en cuenta lo que hasta aquí se plantea, la educación vial del transeúnte se inscribe en la posibilidad de:

En este sentido, es fundamental la preparación del ciuda- dano transeúnte en las diferentes formas en que puede desempeñarse como tal, distinguiendo los diferentes roles: la formación del peatón, la formación del usuario de trans-

porte público de pasajeros y la formación del conductor de vehículos.

Asimismo, hay que considerar la existencia de una amplia diversidad de situaciones de tránsito en las distintas regio- nes geográficas de nuestro país: no es lo mismo habitar en grandes centros urbanos intercomunicados por autopistas y atravesados por redes de transporte colectivo y ferroca- rril, que en ámbitos rurales, surcados por caminos de tierra, en los que circulan autos junto a caballos o carruajes, con escasa presencia de medios de transporte público.

Por otro lado sucede que, en un mismo centro poblacional, la circulación no es igual en todos los barrios, ni a toda hora ya que los vecinos transitan hacia adentro, hacia fuera o a través de su localidad en distintos momentos del día; se desplazan de una ciudad a otra o entre ellas y de las zonas suburbanas o rurales, a diario o en épocas de vera- neo.

Todas las circunstancias mencionadas anteriormente con- llevan a referirse al fenómeno del tránsito y a poner énfa- sis en la preparación de los ciudadanos para que los mis- mos puedan comprender las posibilidades, regulaciones y riesgos de las diferentes situaciones de circulación en las que participan o podrán participar en el futuro.

Por consiguiente, las propuestas más apropiadas para la educación de los transeúntes surgen de la articulación entre la observación y el análisis de casos o situaciones reales de tránsito en la vía pública y entendiendo que la cir- culación existente es una construcción social e histórica.

El fenómeno del tránsito debe comprenderse desde dife- rentes perspectivas y ubicarse en relación a los derechos y las obligaciones de los actores del tránsito.

- CIRCULAR POR LA VÍA PÚBLICA CON CONCIENCIA DE LOS DERECHOS
Y RESPONSABILIDADES QUE LE CORRESPONDEN A CADA CIUDADANO.
- PARTICIPAR DE LOS DEBATES QUE SE ORIGINEN ACERCA DE LAS
MODALIDADES Y LAS REGULACIONES DE LA CIRCULACIÓN.
- ASUMIR UNA ACTITUD DE PARTICIPACIÓN CRÍTICA Y CREATIVA EN LA

RESOLUCIÓN DE LOS CONFLICTOS QUE CONCIERNEN AL ESPACIO PÚBLICO.

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Por ello, es de gran importancia la reflexión de la situación vial que permita comparar las redes y flujos del entorno cercano con las existentes en otros contextos; conocer experiencias de otras localidades argentinas o extranjeras, actuales o pasadas y analizar críticamente propuestas ela- boradas desde diferentes organizaciones para disminuir los accidentes.

1.3. MIRAR EL TRÁNSITO Y EL TRANSPORTE DESDE
DIFERENTES PERSPECTIVAS

Un recurso importante para la comprensión de los proble- mas y para la desnaturalización de las conductas habitua- les es que se puedan adoptar diferentes puntos de vista frente a una determinada realidad.

En este caso, los conflictos de tránsito se aprecian de dife- rente modo desde la óptica de los peatones, de quienes conducen vehículos livianos o de los automovilistas.

Suele ocurrir que los transeúntes perciben la eficacia y per- tinencia de las redes viales de una manera distinta que los funcionarios del gobierno o quienes están en posición de definirlas.

El transporte de pasajeros se evalúa de distinto modo por parte de los usuarios, los empresarios o trabajadores; el reco- rrido de una línea de transporte de cargas puede ser indife- rente para los habitantes de las ciudades que están en el ini- cio y el final del viaje y clave para los habitantes de zonas rurales o pequeñas localidades que se ven afectados por su paso.

Geógrafos, urbanistas, abogados o ingenieros, pueden ana- lizar los problemas del tránsito y la circulación desde con- ceptos y perspectivas disímiles, poniendo en foco diferen- tes aspectos de una misma realidad.

Esto quiere decir que la comprensión del tránsito será más rica y pertinente cuando apele a una variedad de perspec- tivas; sin esta variedad, difícilmente se podrían visualizar alternativas, comprender el sentido de las normas y adhe- rirse a ellas.

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VIVIMOS EN SOCIEDAD

derechos y obligaciones SON PARA TODOS

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1.4. VINCULAR DERECHOS Y OBLIGACIONES

En igual sentido la enseñanza de las normas viales apunta a relacionar los derechos y las obligaciones del transeúnte con la realidad social y con las prácticas reales de circulación.

Como se mencionó anteriormente, se apela a una forma- ción del transeúnte ligada con la comprensión significati- va, que no puede reducirse a la información, adiestramien- to o entrenamiento.

Es fundamental que se presenten las prohibiciones y deter- minaciones que pesan sobre el tránsito en estrecha rela- ción con lo que posibilitan, considerando que el desplaza-

miento personal siempre se realiza en interacción e inter- dependencia con el de los otros. Se trata de advertir y mos- trar que, como sostiene Philippe Meirieu, “en una patria, en una clase, en una sociedad, cuando alguien quiere ocupar todo el lugar es porque no tiene lugar (...) Darle [a alguien] un lugar en una obra colectiva es permitirle ya no tener más la voluntad de ocupar todo el lugar... es así como aprende a entrar en la ley, así es como aprende que las reglas no caen del cielo sino que son requeridas por el proyecto que perse- guimos en común (...)”

Es fundamental la toma de conciencia acerca de la necesi- dad de respetar las normas, participando en espacios que permitan reconstruir su sentido e importancia.

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2.1. SEGURIDAD ACTIVA

Este tipo de seguridad aspira a evitar al máximo los acci- dentes. La seguridad activa comprende todas las soluciones que garanticen una frenada estable y potente, buenas recuperaciones y un comportamiento previsible que nos permita superar las posibles situaciones críticas.

2.1.a. Sistema de suspensión

La suspensión tiene una labor muy relevante en la seguri- dad activa. Sirve para dar comodidad al vehículo, disminu- yendo la transmisión de irregularidades del terreno al habi-

táculo y favoreciendo el agarre del automóvil al suelo y, por tanto, su estabilidad. Los amortiguadores son los mecanis- mos que proporcionan seguridad y confort durante la con- ducción, aportando estabilidad al vehículo.

La forma de absorber las irregularidades se clasifica en:

· Mecánica: En este caso, los desplazamientos de las ruedas son absorbidos por los resortes o espirales.

· Hidráulica: Los conjuntos hidráulicos soportan los desplazamientos de las ruedas.

· Hidroneumática: Es la acción combinada de un líquido y un gas, para soportar los desplazamientos de las ruedas.

Durante la conducción del vehículo es beneficioso abordar cualquier tipo de recorrido teniendo una estabilidad acor- de manteniendo una trayectoria de marcha correcta.

LOS ELEMENTOS

DE SEGURIDAD DEL VEHÍCULO

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Para comprender la noción de seguridad del vehículo, es necesario realizar la siguiente clasificación que más adelan- te se explica: Seguridad Activa, Seguridad Pasiva y Seguridad Preventiva. A su vez se desarrollarán los distintos dispositi- vos y/o elementos de seguridad que se encuentran compren- didos en cada una de estas categorías.

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DISPOSITIVOS QUE COMPRENDE a. Sistema de suspensión

b. Sistema de frenos

c. Sistema de dirección

d. Neumáticos

El desgaste de los amortiguadores es difícil de detectar debido a que los conductores se habitúan, de forma pro- gresiva, a las deficiencias del sistema del auto.

DETECCIÓN DE FALLAS DE LOS AMORTIGUADORES

Una primera mirada sólo permite establecer si los mismos presentan pérdida de aceite y determinar si es necesario reemplazarlos. Sin embargo, hay otros métodos para com- probar si su estado es óptimo. Lo primero que se debe con- trolar es la estabilidad del automóvil, la tendencia del vehi- culo a salirse de la vía mientras se encuentra en circulación indica que los amortiguadores traseros se encuentran en mal estado. Asimismo, si el automóvil tiene dificultad para

girar en las curvas puede ser una consecuencia del mal estado de los amortiguadores delanteros.

2.1.b. Sistema de frenos

El freno es el mecanismo encargado de aminorar la marcha del vehículo o detenerlo mediante el rozamiento o fricción del tambor o disco con las pastillas.

Los frenos se clasifican según el sistema de accionamiento:

Los sistemas más empleados en automóviles de uso parti- cular, son el mecánico y el hidráulico.

Los frenos pueden ser de tambor o de disco, aunque algu- nos fabricantes combinan ambos montando los frenos de disco en las ruedas delanteras y los de tambor en las tra- seras.

La fuerza de frenado debe asegurar una rápida detención de las ruedas pero sin llegar a bloquearlas. Para que eso sea posible es fundamental tener en cuenta las condiciones de la vía y el estado general de los mecanismos del vehículo (neumáticos, suspensiones, etc.).

ABS (SISTEMA ANTIBLOQUEO DE RUEDAS)

El freno ABS optimiza la frenada y garantiza la gobernabi- lidad de la dirección en condiciones críticas.

ANTE EL MAL ESTADO DE LOS AMORTIGUADORES:

· La distancia de frenado aumenta y se vuelve más inestable. · Los neumáticos se desgastan mucho antes e inducen a la disminución de la sujeción, esto aumenta el riesgo del efecto planeo sobre el agua del vehículo. · El nivel de confort de los ocupantes se ve reducido por las sacudidas durante la conducción. · Se deterioran algunos de los elementos de los sistemas de suspensión y dirección del vehículo. · Puede provocar encandilamiento a los conductores que transitan en sentido contrario. · Se acentúa la inestabilidad de la dirección y la dificultad de controlar el vehículo en las curvas.

· NEUMÁTICO

· ELÉCTRICO

· MECÁNICO

· HIDRÁULICO

Además de los dispositivos utilizados por los talleres mecánicos, hay otro sistema para comprobar el estado de los amortiguadores.

Siempre con el motor en marcha:

1 Girar la dirección entera hacia la izquierda y mover el vehiculo hacia adelante a poca velocidad; frenar de golpe y mirar el capót. El lado izquierdo debe bajar, subir y, en la siguiente bajada, detenerse el movimiento.

2 Luego dar marcha hacia atrás y frenar. La parte trasera derecha debe bajar, subir y, en la siguiente bajada, detenerse el movimiento.

Luego, cambiar la dirección hacia el otro lado, y repetir los pasos 1 y 2 para comprobar los otros dos amortiguadores.

sabias que...