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El primer año de vida del niño, sus estados, su nivel cognitivo, sus etapas de desarrollo., Guías, Proyectos, Investigaciones de Psicología

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Tipo: Guías, Proyectos, Investigaciones

2022/2023

Subido el 03/10/2023

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daniela-vasquez-84 🇦🇷

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CAPITULO 1Il El objeto de la libido Esmotzcinos así nuestros métodos, podemos plantear las bases del problema, que consiste en presentar el des- arrollo de las primeras. relaciones objetales, también llamadas de la libido. Ello nos impone el deber de definir nuestros términos. El concepto de relaciones objetales implica un sujeto y un objeto. El sujeto, en nuestro Caso, sería el recién nacido, y como hemos dicho anteriormente, el recién nacido viene al mundo en un estado de indiferenciación, incapaz de ninguna acción psíquica. Por tanto, no hay relaciones objetales ni objeto. Ambos irán apa- reciendo progresivamente en el transcurso del primer año, hacia el final del cual tendrá lugar el establecimiento del objeto defini- tivo de la libido. En este desarrollo he conseguido diferenciar tres estadios, que he llamado: Ñ 1. Estadio preobjetal. 2. Estadio del objeto precursor. 3. Estadio del objeto propiamente dicho. Antes de describir estos estadios, empezaremos por definir el objeto de la libido citando a Freud, quien en el artículo “Los ins- tintos y su destino” (25) lo ha hecho de la siguiente manera: “El objeto del instinto es aquel en el cual, o por medio del cual, puede el instinto alcanzar su satisfacción. Es lo más variable del instinto; no se halla enlazado a él originariamente, sino subor- dinado a él a consecuencia de su adecuación al logro de la satisfac- ción. No es necesariamente algo exterior al sujeto, sino que puede ser una parte cualquiera de su propio cuerpo y es susceptible de ser sustituido indefinidamente por otro durante la vida del ins- tinto.” (Obras completas, vol. 1, pág. 1049, Biblioteca Nueva, Madrid.) | 14 El primer año de vítla del niño ¡or está excluido de la percepción del recién nacido por un umbral de percepción en extremo ele. vado, el cual continúa protegiendo al niño en las primeras sema- nas, o incluso los primeros meses, contra las percepciones que pro- ceden de lo que le rodea. Durante este período se puede afirmar que no existe el mundo exterior para el recién nacido, ya que toda percepción en esta época ocurre en función del sistema interocep. tor; las respuestas que el niño manifiesta tienen lugar en función de la percepción de necesidades que le son comunicadas por este sistema. Los estímulos procedentes del exterior solo se perciben cuando traspasan el umbral de percepción previo e irrumpen en la quietud del recién nacido, que reacciona a ellos con desagrado, Pueden observarse respuestas de desagrado desde el nacimien- to. No deseamos asociarnos a quienes hablan de reacciones de desagrado in utero ni a los que quieren interpretar el llamado grito del nacimiento como expresión de la desesperación del recién nacido al percibir por vez primera el mundo. He de confesar, in- cluso, que tengo poca fe en el traumatismo del nacimiento como fenómeno de angustia, concepto del que se ha abusado mucho. Freud se refiere expresamente al traumatismo del nacimiento como prototipo fisiológico (18) para el fenómeno psicológico de la an- gustia que aparecerá mucho más tarde. No obstante, puedo decir también que hay ciertos fenómenos en el nacimiento, de los cuales hemos tratado recientemente, que habrán de ocasionar in- vestigaciones ulteriores para esclarecer su papel en el desarrollo del niño ?. Sin embargo, en el ser normal el traumatismo del nacimiento es un estado en extremo transitorio que, en la mayoría de los casos, solo dura algunos segundos. Es un estado de excitación donde parece haber un matiz de desagrado. Aún más: durante las primeras horas y los primeros días de vida, este matiz es el único que puede observarse; el esta- do contrario no es de placer, sino de sosiego. Esta es una forma de funcionar estrictamente fisiológica. El funcionamiento psicológico deberá ir desarrollándose, y creo que no carece de interés que : es decir, 3 demuestran que el mundo exter 111: El objeto de la libido 15 el principio del medio excluido icció los tres enunciados del axioma e e e (aio marse el pensamiento para resultar válido dd >-210 EN motivo, Pues, Para preguntarse si este origen f ciclo oorad arrollo ulterior del pensamiento humano no d e tÓN yet tiempo la forma futura en que hayan de desa sd da arse las leyes de Fic. 2.—Reacción del recién nacido, colocado en posición horizontal. la lógica. Por otra parte, el modo de funcionar del recién nacido, en el que la excitación contrasta con la quietud, corresponde al principio de nirvana enunciado por Freud (20), que consiste en una tendencia a reducir la tensión. No obstante, recordemos que el niño, en esta época primitiva, es incapaz de distinguir objeto alguno, y al decir objeto no .me refiero solamente al objeto de la libido, sino a todas las cosas que le rodean. Las respuestas del recién nacido son, en el mejor de los casos, del tipo del reflejo condicionado, o por lo menos análogas alo que solemos llamar reflejo condicionado. Sin duda habrán de transcurrir muchos días antes que pueda desarrollarse una espe- III: El objeto de la libido 17 semanas Siguientes, El desarrollo de su percepción durante los se; ' ae s rimeros meses ha sido examinado muy detalladamente por Ripin in y Hetzer 38), así como por Frankl y Rubinoy ; sobre la percepción del objeto comida (12). da rss Hasta el comienzo del segundo mes de su vida reconoce la señal del alimento cuando tiene hamb el lactante solo re. Es decir, no FiG. 4.—El niño, en el segundo mes, sigue con la vista el rostro del adulto. conoce la leche por sí misma, ni el biberón, ni el pecho; reconoce, por decirlo así, el pezón cuando lo tiene en la boca, pues general- mente comienza a mamarlo, Pero incluso esta percepción elemen- tal está sujeta a ciertas variaciones, ya que si el niño está haciendo otra cosa (por ejemplo, si grita porque la espera le ha defrau- dado), no reaccionará ante el pezón introducido en su boca (Fig. 3). Hacia el final del segundo mes, el ser humano adquiere su po- sición única entre' las cosas que rodean al niño, ya que solo a partir de entonces el lactante percibe visualmente la aproximación del ser humano. Si a la hora de la mamada se acerca un adulto al niño, que llora porque tiene hambre, el bebé se calma y abre SPITZ—2 18 El primer año de vida del niño la boca o adelanta los labios. Es la respuesta reservada a la per- cepción del alimento. Sin embargo, esta reacción suele producirse solo cuando el niño espera la comida es decir, cuando tiene ham- bre. En otras palabras, responde en esta época nl estímulo ex. i 1 ió -epción interocepti terior, pero solo en función de una percepci ptiva, en | i 5 Í insatisfecho. | función de la percepción de un impulso insati fe Fic. 5.—Durante la mamada, el niño no aparta la mirada del rostro de la | madre, | Dos o tres semanas más tarde se produce un progreso: cuando perciba un rostro humano, el niño lo seguirá en todos sus movi- mientos con una atención concentrada. Y es lo único que el niño seguirá así en esa época (Fig. 4). Gesell opina que la razón de este fenómeno estriba en el hecho de que el rostro humano se, presenta al niño en cada situación de alivio de necesidad y de alivio de desagrado o de logro de satis- facción (32, pág. 21). Hemos comprobado mediante observacio- nes que el niño al pecho fija invariablemente sus ojos en la cara de la madre durante el transcurso de la mamada, sin desviar la 20 El primer año de vida del niño cambio en su comportamiento: los niños A su desarrollo dejaran de inquietarse, Y a pa de sl ba se > pda gesto de chupar; Otros intentarán extender os acia el bi- ; no sonreirán. En los niños menos avanzados en su pcicasl tel irá alteración alguna, aunque en la misma desarrollo no se adverti a época estos niños contestaron con una sonrisa a la sonrisa del Fig. 6). . > de de esta reacción en una monografía que publiqué sobre este tema, titulada The smiling response (La respuesta por la sonrisa) (64). id a En ella examiné 147 niños desde el nacimiento hasta el año en forma consecutiva. Esta investigación me ha hecho concluir que nada justifica la creencia de que la percepción del rostro hu- mano por el niño y su contestación a este rostro con una Sonrisa, al tercer mes, sea una verdadera relación objetal. Ya quedó esta- blecido que ló que el niño percibe no es un compañero, ni una persona, ni un objeto, sino una señal. Cierto que esta señal es un rostro humano, pero como he podido demostrar mediante ex- perimentos, no es todo el rostro humano lo que constituye la señal, sino, por el contrario, una Gestalt privilegiada, que consiste en el conjunto: frente, ojos y nariz, todo en movimiento. En efecto, la respuesta no se limita a un individuo, que sería la madre. Los individuos a quienes el niño contesta con la sonrisa son inter- cambiables en esta época. No solo la madre; cualquiera puede pro- vocarla si posee las condiciones requeridas y prescritas por la Ges- talt privilegiada de la señal. Por ello la he llamado Gestalt-señal. Puede hacerse un experimento muy sencillo para convencerse de que se trata de una Gestalt-señal que forma parte del conjunto del rostro humano, Se establece contacto con el lactante, mostrán- dole el rostro sonriente y haciendo movimientos afirmativos con la cabeza, lo que provoca la respuesta sonriente del niño. Si en este 1Il: El objeto de la libido 21 ha reconocido en absoluto a su pareja humana, y sí únicamente la Gestalt frente-ojos-nariz. Desde el momento que esta Gestalt se modifica, el objeto no es reconocido; ha perdido su cualidad objetal (Figs. 7, 8 y 9). Por ello hemos llamado a esta Gestalt objeto precursor, ya que el niño reconoce en ella no las cualidades esenciales del obje- FIG. 6.—Reacción al rostro sonriente. to (es decir, las cualidades por las cuales el objeto provee a las - Recesidades, protege y satisface), sino atributos superficiales. Esto es justamente lo que distingue al objeto de la libido de las cosas: el objeto de la libido se caracteriza por cualidades esenciales pren- didas en su génesis. Estas cualidades se mantienen invariables a través de todas las vicisitudes que transforman los atributos exte- riores del objeto. Por el contrario, las cosas se caracterizan por sus atributos superficiales, y toda modificación de estos im identificación. La Gestalt-señal forma, pues, un at tenece más a las cosas que al objeto de la li Hi: El objeto de la libido 23 | Fia. 8,—Reacción a la careta de frente. 3. El objeto precursor en la percepción De lo que hemos expuesto hasta aquí se deduce un hecho fun- damental: durante el primer año, la madre, la pareja humana del niño, es la que sirve de intérprete de toda percepción, de toda acción y de todo conocimiento. Lo hemos demostrado en lo que respecta a la percepción visual, porque cuando el niño sigue con los ojos cada uno de los movimientos de la madre, cuando consigue aislar y establecer, con ayuda de su rostro, una Gestalt-señal, le debe a ella el haber llegado a separar, de entre las cosas caóticas y sin significación que le rodean, un elemento que se hará cada vez más significativo. No se crea por esto que el aparato perceptivo no está aún físi- camente desarrollado; tal vez lo esté, pero no psicológicamente, 24 El primer año de vida del nino el niño todavía no se sirve de él. Justamente el proceso del aisla- miento de la Gestalt-señal entre las cosas Sin significado es un ejemplo de este aprendizaje, de la transición del estado e que ha niño percibe solo afectivamente al estado en que comienza a per- cibir de una manera diacrítica. Nuestras películas demuestran de un modo asombroso cómo el pecho de la madre, sus manos y sus Fic, 9, —Reacción a la careta de perfil. dedos ofrecen al niño todos los estímulos táctiles para el apren- dizaje de la prensión y de la orientación táctil; cómo su cuerpo y sus movimientos le dan las experiencias necesarias del equilibrio; casi no hace falta añadir que su voz proporciona al niño los es- tímulos auditivos necesarios para la formación del lenguaje. Digamos, entre paréntesis, que la formación del lenguaje, su iniciación al final del primer año, es un fenómeno completo. Abar- ca, por un lado, la descarga, y por el otro, la percepción. El fenó- meno del lenguaje es un fenómeno sorprendente del tránsito del 26 El primer año de vida del niño imeros meses las experiencias del niño se limitan al afecto. El sistema sensorial, la discriminación y el aparato perceptivo no se han desarrollado aún desde el punto de vista psicológico, y puede ser que tampoco desde el físico. La acti- tud afectiva de la madre será, pues, la que sirva de orientación al lactante. Las diferencias individuales entre unas madres y otras son infinitas, como es lógico; pero es igualmente vasta la gama de sentimientos, respuestas y comportamiento afectivo en cada madre. A su vez, la gama de que dispone cada madre estará influida por las actitudes y por la personalidad de su hijo, en un proceso circu- lar. El niño ha nacido provisto de un bagaje congénito individual que ejercerá su influencia en los sentimientos de la madre. Y, se- gún la personalidad de la madre, la diferencia será muy grande si el niño es precoz o retrasado, dócil o díscolo, amable o huraño. Podemos ya dar un ejemplo de una de estas relaciones: la cro- nología que hemos citado es una burda aproximación. Si hemos dicho que los niños responden con la sonrisa en el tercer mes, esto no es exacto: se trata de una media. Las respuestas de sonrisa que hemos filmado comienzan en el día 26 en un niño particular- mente avanzado; pero se puede producir fácilmente un retraso y darse el caso de que el niño no comience a contestar a la sonrisa antes del sexto mes. Puede imaginarse bien la importancia que tie- nen estas diferencias, estas variaciones, para la reacción de la ma- dre. Debe observarse que la contestación por la sonrisa solo es una de las manifestaciones, y aun una de las más pequeñas, en la multi- plicidad de relaciones que se establecen entre el niño y su madre. Podría objetarse que la madre no es el único ser humano que rodea al niño; que existen el padre, los hermanos y las hermanas, y que estos tienen su natural importancia; que incluso el medio cul- tural influye sobre el niño, aun durante el primer año. Este es un hecho innegable; sin embargo, en nuestra cultura occidental todo ello se transmite al niño por la madre o por su sustituto. Y esta es la razón particular por la que he orientado mis trabajos hacia el problema de las relaciones entre madre e hijo. - Por otra parte, esta relación es el factor que del niño durante los primeros meses. Es el factor tivamente, durante los tres pr wd 111: El objeto de la libido 27 la profilaxis como a la terapia, y que merece, por esta razón, nues- tro estudio más asiduo y nuestra mejor atención. En la relación madre-hijo, la madre representa el factor socie- dad, o si se prefiere puede decirse que la madre representa a la so- ciedad. El oponente de este factor se encuentra en el bagaje con- génito del niño, que en este punto está representado, sobre todo, r la cuestión de maduración y de la Anlage. No se puede descuidar la importancia del desarrollo nervioso durante los primeros meses y aun los primeros años de la vida. Tal desarrollo hace posibles acciones y comportamientos que sin aquel no lo serían. Hay funciones que tienen una maduración psicológica y, hasta cierto punto, independiente de lo que las rodea. Existen en el desarrollo ciertas series o sucesiones congénitas. Es inútil exten- dernos sobre ello. Los dos factores en interacción consisten, pues, en una madre con su individualidad formada y un niño con su indi- vidualidad en formación. Madre e hijo no viven aislados, sino en un medio económico-social, en el que la especie inmediata, las de- terminantes primarias, son los miembros de la familia, y la especie alejada, el grupo, la cultura, la nación y el período histórico, así como las tradiciones. Trataremos más adelante de la elaboración de los dos factores que componen lo que Margaret Mahler (47) ha denominado la pareja simbólica madre-hijo. 5. Alcance teórico del establecimiento del objeto precursor Recordemos brevemente las consecuencias y la significación del desarrollo del primer precursor del objeto que acabo de describir. “Contiene los siguientes aspectos: 1? Esta etapa señala el punto en el cual el niño se separa de lo que he llamado recepción interna de la experiencia y se acerca ala percepción externa del estímulo, procedente de lo que le _ 2. Este desarrollo presupone el establecimiento de ind memoria conscientes en el psiquismo del niño. 32 Al mismo tiempo, esto supone una división » 111: El objeto de la libido 29 en sí misma constelaciones de acción que establecen sistemas di- yersificados en el yo. 9." Si se considera el conjunto de este fenómeno a partir del behaviorismo (la conducta), es evidente que representa implícita- mente la transición del niño desde la pasividad a la actividad di- rigida. 10. El fenómeno representa la iniciación de las relaciones so- ciales en el ser humano y creará las primicias y el prototipo de to- das las relaciones sociales ulteriores, Hemos enumerado diez facetas de un fenómeno global que pue- de entenderse como el que marca el punto de transición del estadio narcisista primario al de la libido objetal. Tomamos, pues, por pun- to de partida la convergencia de estos diez aspectos del fenómeno global para intentar el desarrollo de algunos en las páginas si- guientes. Recordemos, de todas formas, que la estructura psíquica es todavía rudimentaria y que el yo no está presente sino en forma embrionaria