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Orientación Universidad
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El documento contiene el taller resuelto de las 268 comas, con el tipo, Exámenes de Literatura Española

lecto, 2023, 2s,basta de leer.

Tipo: Exámenes

2023/2024

Subido el 01/09/2024

juan-9hy
juan-9hy 🇨🇴

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nos

hablan

, incordios

garantizados. Tal vcz les

ñfí CSte mismo mornento consigo; o si es en cambio un toque

ser a

los

padres los primeros

educadores

—scgún se

lector j-a concluido en el pasado, dotado dc las lecturas dice—,

prepararno

s

desde la infancia para eso,

ofrcccrn

os

QtiP adquirió durante su formación y aplicado, de ahí en lOS

CSCollos

iniciales,

habituarnos prontamente a la obj-

rTlÒS, a administrar y dispensar ese stock fijo

y cada vez t

rucción.

Que

leer y

cómo leer son los nudos

su

stanci

ë•s

más remoto). de la formación de

un lector en el marco educativo, pero

Rara vez se plantca esta cuestión, la del dćficit de yo no

descartaría OtfOS

dos aspectos más pedestres y

lecruras en la sociedad actual, sin enumerar

cuáles son

concretos: el de

cuándo

y

el de dónde. Porque lo que muy

los enemigos a

conjurar. A la lista estable de otrora,

a menudo compliCa la

vida del

lector cabal es la falta

ale

compuesta por la televisión, el flipper y el

teléfono en

el lugares y momentos que

lo pongan a

salvo de las tan tas

propio cuarto, se agregaron posteriormente

la computa-

interferencias del mundo, que

lo blinden contra el

ace-

dora, la PlayStation y el celular. Pero es raro que en este cho de las infinitas

de

sconcentraciones, que le aseguren

catálogo de los enemigos de la bibliofobia aparezca eso el derecho elemental (pero tantas

veces violado) dc

poder

que es, a mi entender, el principal obstáculo, el opositor quedarse solo, de estar callado, el derecho al retraimient o

cabal cuando se trata de que “los chicos lean”: los padres. vital para cualquier lector.

Los padres dicen infatigablemente que quieren que Se supone que nos apasiona leer, y que el caso dc los

sus hijos lean, cuando saben que tal cosa no va a suceder. que no leen nos importa. Admitamos antes que nada que

Descuentan esa imposibilidad y entonces, al amparo de no conocemos ninguna fórmula comprobada que nos

esta garantía subyacente, peroran. Pero si por ventura permita certeramente contagiar una pasión (si la hubiera,

ese hijo se convirtiera en un verdadero lector, lector de y si la supiéramos, los amores no correspondidos no exis-

pasión y constancia, de voracidad y esmero, sus padres no tirían; y lo cierto es que no solamente existen, sino que

harían otra cosa que consternarse. Entonces sí se preocu- es lo que nos toca en suerte a cada rato). No obstante, la

parían de verdad. Y se abocarían sin duda, con la presteza hipocresía del que declara una pasión que en verdant no

del caso, a disuadir a su retoíîo, a boicotear el flamante siente, la hipocresía de las puras frases a las que ninguna

hábito, a enderezar eso que les parecerá un desvío fatal práctica efectiva respalda, es indefectiblementc

tletec-

hacia la soledad, el aislamiento y la rareza. “¡Basta de tada (sobre todo por los estudiantes, que notan

siempre

leer!", exclamarán muy pronto, tratando de normalizar cuando el profesor que les habla está mintiendo).

la conducta del hijo antes de tener

que recurrir a un

psi- A cambio, cuando se trata de una pasión gcnuina,

es

cólogo. Ante el caso

de un hijo lector (dcmasiado lector,

raro que no se la perciba, y es raro que no se la

considere.

digamos),

son muchos los padres que menean, adustos,

la

cabeza, y reclaman la presencia de todo eso que en el

fondo

consideran que es la verdadera vida: las salidas, los

am

igos,

el deporte, el aire libre, la diversión.

Llace

mucho tiempo, cuando contaba entre mis tra-

bajos

el de pr O

fcsor dc literatura en colcgios secundarios,

propusc

cI siguientc ejcrcicio a

mis estudiantes de cuarto

Ellector

pleno, el lector feliz, el lector fluido quc sabe

darle cabida

a su placer, suscita cuanto me nos

intri ğ

a:

SUSC i tã Cl2f lOSida d. El goce real del verdadero lcc tor

tOVOCãrá,

si no una imitación

mecánica, al

mcno

s una

atención expectante,

quizá cierta sugestión. Pc rti el *

dadero lector es

justament e

el que puede pre st in

Cİ if

/Of

completo de

sermon es y moralinas. Hace

lo t}ut le p

¡yrece

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㳛ado per la tarde,

‹lcspućs dc comer en sus

bien, hace lo

que le resulta bien; no precise

a

l z:ir la voz,

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n cn la cama y sc pusicran a leer un libro

(o que

fingier

an haccrlo, si lt:crlo dc

vcr‹lad no

podían);

levantar el

que sc

mostr9ran ğUZUSãf ltntc

disyuc:stc›s a pasarsc

así la •ARTIN

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