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El documento aborda la educación ambiental y los problemas ambientales, tanto a nivel global como en el contexto de argentina. Presenta una visión integral de los problemas ambientales, considerándolos como una red compleja de interacciones sociales, económicas y ecológicas. Se discuten conceptos clave como el de "ambiente", la relación entre problemas ambientales y sociales, y la búsqueda de un desarrollo sustentable. A nivel global, se analizan problemas como el cambio climático, la disminución de la capa de ozono y la desertificación. En el caso de argentina, se abordan temas como la pérdida de biodiversidad, la contaminación de cuencas y ríos, los impactos de la minería y la actividad petrolera, y la problemática de los residuos sólidos urbanos. El documento busca brindar una visión integral y sistémica de los problemas ambientales, resaltando la necesidad de enfoques interdisciplinarios y la participación de diversos actores sociales para su comprensión y abordaje.
Tipo: Apuntes
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PrOblEMAS O UNA rED DE PrOblEMAS
“Abandonar la idea de que estamos en el centro del universo es un método infalible para que el mundo sea un poco más inteligible (es el caso de Copérnico, Darwin, Freud…)”^14
En esta segunda parte del texto, una vez caracterizada y definida la EA, nos dedicare- mos a definir y contextualizar aquellos ejes fundamentales que nos ayudarán a compren- der la crisis ambiental y los problemas ambientales derivados de ella. También vamos a proponerle hacerse preguntas y buscar las contradicciones y paradojas propias del pensa- miento ambiental emergente de la propia noción de crisis que definiremos. Dejaremos espacios abiertos para que usted, sus colegas y sus alumnos se cuestionen, analicen, reflexionen y a partir de allí puedan potenciar procesos creativos, participativos y críticos. Servirá como apoyo para el enfoque propuesto sobre educación ambiental, que como toda educación, es de por sí problematizadora, dialógica, abierta, humanista, política y, básicamente, ética. Comencemos por acercarnos al concepto de ambiente. Para una primera aproxima- ción siempre es bueno recurrir a la etimología. La palabra ambiente proviene del latín ambiens, ambientis, que significa “que rodea o cerca”. Esta idea básica se encuentra hoy enriquecida con las nociones de sistemas dinámicos y contextos. Decir sistemas dinámicos es hacer referencia a las interrelaciones entre todos los componentes que conforman una unidad sistémica, considerándose al planeta como tal, caracterizado por su diversidad y complejidad. En cuanto a contexto nos remitimos a contextere, que significa tejido, entremezclado, entrelazado. El contexto ambiental no es sólo biorregional (biológico - físico - geográfico) sino que tiene dimensiones históricas, culturales y políticas. Estas dimensiones entrelaza- das determinan el reconocimiento y la significación de las relaciones socioambientales y educativas (Caride y Meira, 2000). En la actualidad, son numerosas las concepciones que conviven en relación a este conocimiento. Nos planteamos aquí las preguntas acerca de cuáles son las implicancias educati- vas, políticas y éticas de esta concepción de ambiente. Sugerimos un momento de re- flexión sobre ellas. De ésta deriva el potencial crítico, renovador y creativo del concepto de ambiente como sistema complejo.
14 Wagensberg, Jorge. Obra citada
FuNdameNtos
Según Eloísa Tréllez (Educación Ambiental Comunitaria Prospectiva - 1995)^15 el térmi- no ambiente implica: “…una concepción dinámica, cuyos elementos básicos son una población humana con elementos so- ciales, un entorno geográfico con elementos naturales y una infinita gama de interacciones entre ambos elementos. Para completar el concepto hay que considerar, además, un espacio y tiempo determinados, en los cua- les se manifiestan los efectos de estas interacciones“.
Elementos sociales: además de las personas y sus diferentes maneras de organización, todo lo generado por el ser humano: cultura, ciencia, tecnología.
Elementos naturales: todo lo que existe en la naturaleza.
Es importante recordar que la especie humana es, a la vez, componente natural, pues- to que está formada por seres biológicos, de existencia finita, sujetos a las leyes naturales; y es social, en tanto es creadora de cultura en su más amplia acepción. Por esta razón, el ser humano no puede sustraerse al concepto holístico y dinámico de ambiente y, en con- secuencia, es parte consustancial de él.
El ambiente como concepto ha evolucionado y continúa en proceso de construcción, tanto desde el punto de vista de su comprensión como de su contenido.
15 Tréllez Solís, E. (2002)La Educación Ambiental Comunitaria y la prospectiva: una alianza de futuro .En Revista Tópicos en Educa- ción Ambiental .vol.4 nº 10.Universidad de Guadalajara,México.
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cial (vivir en la naturaleza y aprender de ella), afectivo, espiritual o artístico (asociando la creatividad humana a la de la naturaleza). La tradición de la corriente naturalista es ciertamente muy antigua, si se consideran las “lecciones de cosas” o el aprendizaje por inmersión e imitación en los grupos sociales cuya cultura está estrechamente forjada en la relación con el medio natural. En el curso del siglo XX, la corriente naturalista se asocia más específicamente con el movimiento de “educación al medio natural” y a ciertas proposiciones de “educación al aire libre”. Las proposiciones de la corriente naturalista reconocen a menudo el valor intrínseco de la naturaleza, más allá de los recursos que ella entrega y del saber que se pueda obtener de ella.
el ambiente como recurso
Esta corriente agrupa las proposiciones centradas en la “conservación” de los recursos, tanto en lo que concierne a su calidad como a su cantidad: el agua, el suelo, la energía, las plantas (principalmente las comestibles y medicinales), los animales (por los recursos que se pueden obtener de ellos), el patrimonio genético, el patrimonio construido, etc. Cuando se habla de “conservación de la naturaleza”, o de la biodiversidad, se trata sobre todo de una naturaleza-recurso. Encontramos aquí una preocupación por la “gestión del medio ambiente” o “gestión ambiental”. La “educación para la conservación” ha sido siempre parte integrante de la educación familiar o comunitaria en los medios donde los recursos son escasos. Los programas de educación ambiental centrados en las tres « R » ya clásicas (Re- ducción, Reutilización y Reciclado), o aquellos centrados en preocupaciones de gestión ambiental (del agua, de desechos, de la energía, por ejemplo) encuentran su lugar en esta corriente. El énfasis generalmente está puesto en el desarrollo de habilidades de gestión ambiental y en el ecocivismo. Encontramos aquí un imperativo de acción: comportamien- tos individuales y proyectos colectivos. Recientemente, la educación para el consumo, más allá de una perspectiva económica, ha integrado más explícitamente una preocupación ambiental de la conservación de recursos, asociada a una preocupación de equidad social.
el ambiente como problema
También conocida como corriente resolutiva , surgió a comienzos de los años ‘70, cuan- do se revelaron la amplitud, la gravedad y la aceleración creciente de los problemas am- bientales. Agrupa proposiciones en las que el medio ambiente está considerado, sobre
PrOblEMAS O UNA rED DE PrOblEMAS
todo, como un conjunto de problemas. Esta corriente adopta la visión central de educación ambiental propuesta por la UNESCO en el marco del PIEA (1975-1995). Se trata de informar o de conducir a la gente a infor- marse sobre problemáticas ambientales, así como a desarrollar habilidades que apunten a resolverlas. Como en el caso de la corriente conservacionista/recursista, a la que está frecuentemente asociada, se encuentra aquí un imperativo de acción: modificación de comportamientos o proyectos colectivos.
el ambiente como medio de vida
El ambiente en nuestra vida cotidiana, escuela, trabajo. Incorpora elementos sociocul- turales, históricos, etc. para trabajar el sentido de pertenencia. El ambiente nos pertenece y al mismo tiempo pertenecemos a él. Algunas estrategias educativas pueden estar basadas en la vida cotidiana de la escue- la, del barrio, de la comunidad. Así nos convertimos en transformadores del ambiente, bajo la premisa “conocer el ambiente para construirlo”.
el ambiente como biosfera
Esta concepción remite al concepto de la Tierra como nave espacial (Hipótesis Gaia). El ecosistema es finito y es nuestro origen, por lo que allí encuentran comienzo y final los se- res y las cosas. Es una concepción que da cabida a intervenciones de orden esencialista, filosófico y humanista. Las cosmovisiones indígenas se inscriben dentro de esta corriente.
el ambiente como proyecto comunitario
Se considera al ambiente como entorno de una comunidad humana. Un medio que se comparte, en el que la solidaridad constituye un valor. Se trata de una concepción más sociológica y política. El ambiente es el medio para desarrollar la democracia, a través del intercambio, del diálogo, de la comunicación. Desde lo educativo se asocia a proyectos de investigación-acción tendientes a resolver problemas comunitarios.
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tura y de sus procesos o funcionamiento. Su estabilidad (equilibrio) es dinámica y se logra a través del mantenimiento de la diversidad de sus elementos, los volúmenes, las tasas de cambio y los ritmos de circulación que lo caracterizan en un tiempo dado. Para poder relacionar los elementos del ambiente dentro de esta mirada de sistema complejo es necesario tener en cuenta lo que aporta el enfoque sistémico, entendido des- de tres pilares:
Este enfoque es interdisciplinario, proporciona principios y modelos generales para todas las ciencias, de modo que los descubrimientos efectuados en cada una de ellas puedan utilizarlos las demás. Se basa en la comprensión de la dependencia recíproca de todas las disciplinas y de la necesidad de integrarlas. Tomemos un ejemplo y hagamos un breve ejercicio, tan sólo con la finalidad de ejerci- tarnos basados en los tres pilares mencionados. Si nuestro problema ambiental elegido fuera la desertificación, veamos cómo utilizar cada parámetro para analizarlo, entenderlo y relacionarlo.
NUESTrA viSióN
Hemos presentado parte de nuestra visión. Y aunque todos sabemos que, por su- puesto, hay otras, creemos que ésta nos permite tener miradas más amplias y diver- sificadas por la cantidad de elementos a considerar cuando abordamos lo ambiental. No es nuestra intención la de justificar un determinismo sistémico, sino la de poner en valor no solo la diversidad de componentes que conforman a un sistema ambiental (complejo) sino y principalmente plantear que son las interacciones las que hacen al desarrollo de conocimientos de tipo relacionales, vinculares, no-lineales, contextualiza- dos, propios del saber ambiental.
Corresponde abrir la discusión sobre las implicancias de esta concepción de ambiente. Al principio de esta sección sugerimos reflexionar sobre las implicancias educativas, políticas y éticas de la concepción de ambiente como sistema complejo, del que la socie- dad es parte constitutiva. Ahora es el momento de aportar algunas reflexiones referidas a ello.
MODErNiDAD y criSiS
saber y su accionar sobre otras. Cabe preguntarse cuál es la vigencia de estos principios dentro del sistema edu- cativo; cuál es el planteo cuando se habla de los ideales de progreso; qué lugar se le da al conocimiento científico; qué sucede cuando, en un proceso educativo, se ponen de manifiesto la razón y las emociones (qué predominio se le da a una o a otras); cuál es el espacio para lo individual y para lo co- lectivo cuando hablamos de resultados o de participación. Por lo visto hasta el momento sobre ambiente como sistema complejo y la intervención humana provocando la crisis ambiental, se desprende que los problemas ambientales no son sólo problemas naturales, como se afirmaba en los ´60. Hoy, estas posturas aparentemente divergentes entre “lo” ecológico y “lo” social, han sido superadas por una mirada integral y complementaria de estas dimensiones. Estos enfoques divergentes han tenido consecuencia en lo educativo al asociar lo am- biental como conocimiento específico de las ciencias naturales, lo que ha llevado a un en- foque de tipo conservacionista. Esta postura es la que intentamos, junto a usted, superar desde este trabajo. Dice Ernst Hajek, 2006, en “Ambiente y Desarrollo” (1987) sobre el concepto de ambiente:
“Es un sistema global complejo, de múltiples y variadas interacciones, dinámico y evolutivo en el tiem- po, formado por los sistemas físico, biológico, social, económico, político y cultural en que vive el hombre y demás organismos”.
¿Qué consecuencias ha traído la mencionada irracionalidad? Una paradoja, si soste- nemos que la educación —como consecuencia de la mirada de la civilización occidental y moderna— ha venido sosteniendo como uno de sus fundamentos al método racional y ha formado desde él. Además de la paradoja, una contradicción. Por un lado, la diversidad de la información disponible. Por otro, la tendencia a la mirada parcial de las problemáticas ambientales que nos impide comprender la dimensión compleja de las mismas y nos dificulta el acceso a una visión integral y directa sobre los problemas que vivimos en nuestro planeta. Las consecuencias visibles de los problemas ambientales actuales (tales como calen-
Algunas características de la modernidad
FuNdameNtos
tamiento global, pérdida de la biodiversidad, destrucción de hábitat y escasez de agua) nos permiten plantear argumentos tan sencillos como demostrables:
A modo de síntesis les proponemos ponernos de acuerdo en el significado de proble- mas ambientales. Este hace al concepto de ambiente propuesto, las implicancias de co- nocimiento, éticas y políticas y las causas profundas – modernidad - que interrelacionan la diversidad de problemáticas que hoy enfrentamos como humanidad y que compromete las posibilidades de futuro. Recordando la definición de ambiente de Ernst Hajek que presentamos unas líneas arri- ba, es oportuno reflexionar sobre ella y concluir que nos mueve a plantear que es un concep- to de lo ideal, de lo ansiado, de lo deseado. Por ello nos hace pensar en que actualmente la mayoría de las sociedades asumen la necesidad de generar un cambio profundo en el tipo de relación que los seres humanos entablamos con nuestro planeta y sus recursos. Desde una mirada absoluta y concreta, los problemas ambientales son una conse- cuencia de la intervención de los humanos sobre el medio natural que altera el equilibrio dinámico de un lugar. Desde una mirada relativa, los problemas ambientales son el conflicto o percepción diferenciada del problema dada por las pautas culturales, valores de cada comunidad, lugar de los actores en la sociedad, diferentes escenarios. La noción de conflicto incluye, entre otras, confrontación de opiniones, diversidad de modalidades de resolución, incerti- dumbre, discusión, necesidad de acordar para la toma de decisiones. Por lo tanto, como señalan García y Priotto (2009): los problemas ambientales “se caracterizan por sus componentes en términos de origen, causas y efectos, mientras que el conflicto, incluye a los actores involucrados en función de su nivel de afectación, res- ponsabilidades, intereses y percepciones”.
FuNdameNtos
Convención Naciones Unidas sobre el Cambio Climático^21 La temperatura media de la superficie terrestre ha subido más de 0,6 °C desde los últimos años del siglo XIX. Se prevé que aumente de nuevo entre 1,4 °C y 5,8 °C para el año 2100, lo que representa un cambio rápido y profundo. Aun cuando el aumento real sea el mínimo previsto, será mayor que en cualquier siglo de los últimos 10.000 años. El nivel del mar subió por término medio entre 10 y 20 centímetros durante el siglo XX, y para el año 2100 se prevé una subida adicional de 9 a 88 cm. La subida de las temperaturas hace que el volumen del océano se expanda y el derretimiento de los glaciares y casquetes polares aumenta el volumen de agua. Si se llega al extremo superior de esa escala, el mar podría invadir los litorales fuertemente po- blados de países como Bangladesh, provocar la desaparición total de algunas naciones (como el Estado insular de las Maldivas en el Océano Índico), contaminar las reservas de agua dulce de miles de millones de personas y provocar migraciones en masa. El calentamiento atmosférico es un problema “moderno”: es complicado, afecta a todo el mundo y se entremezcla con cuestiones como la pobreza, el desarrollo económico y el crecimiento demo- gráfico.
Informe Planeta Vivo El Informe Planeta Vivo^22 es una publica- ción científica del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) que mide el estado del Planeta natural y el impacto de la activi- dad humana sobre él. Según el mencionado informe: La deman- da de la humanidad sobre los recursos del Planeta (es decir su Huella Ecológica) ex- cede ahora la capacidad regeneradora del Planeta en cerca del 30%. Si nuestras demandas al Planeta conti- núan a este ritmo, a mediados de la década de 2030 necesitaremos el equivalente a dos planetas para mantener nuestro estilo de vida. Este exceso global va en aumento y, en consecuencia, se están des- gastando los ecosistemas y se están acumulando desechos en el aire, la tierra y el agua. La deforestación, la escasez de agua, la decreciente biodiversidad y el cambio climático que resultan de ese exceso ponen en creciente riesgo el bienestar y desarrollo de todas las naciones. La demanda de la humanidad sobre el Planeta se ha más que dupli- cado durante los últimos 45 años como resultado del crecimiento de la población y el creciente consumo individual.
Estos dos informes dimensionan la gravedad de las problemáticas ambientales globa-
21 Página Oficial de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en: http://unfccc.int/portal_espanol/essen- tial_background/items/3336.php 22 Informe Planeta Vivo 2008. World Wildlife Found – Global Footprint Network - ZSL
MODErNiDAD y criSiS
les, además de la finitud y fragilidad de nuestro planeta. El conocimiento de lo que pasa en nuestro mundo, de lo que nos está afectando, es el primer paso para producir un cambio. Las posibilidades y soluciones son reales e implican una mirada integral y profunda acerca de nuestro modo de vida.
Con relación a nuestra historia y a lo que ha afectado al mundo puede proponer dos actividades: la huella ecológica y la huella de Carbono. Para la primera puede encontrar recursos en www.miliarium.com y para la segunda en la página www.am- biente.gov.ar
Tal como lo planteamos en la noción de conflicto ambiental subyacen una serie de concepciones y representaciones sobre crecimiento, desarrollo, desarrollo sustentable y sustentabilidad. Conceptos que es bueno ver en una secuencia de interrelaciones y con- secuencias. Generalmente, se entiende al crecimiento como el bienestar individual y colectivo re- lacionado directamente con un aumento del volumen de la economía, lo que significa mayores índices de producción, de consumo y de riqueza. Es decir que su principal carac- terística es que es cuantitativo. El indicador utilizado para medirlo es el Producto Bruto Interno (PBI). La crítica es que el PBI enmascara situaciones, tales como producción de armas (que provoca el aumento del índice), tratamiento de enfermedades (por ejemplo, las derivadas del tabaquismo, que podrían prevenirse), contaminación y remediación median- te la aplicación de insumos tecnológicos, entre otros muchos ejemplos que demuestran que este indicador no se corresponde con calidad de vida, equidad, derechos humanos y preservación ambiental. En contraposición, el desarrollo se asocia a una mejora general en la calidad de vida de las personas y de las sociedades. Esta mejora no se refiere tanto a una mayor produc- ción de bienes y servicios sino a un incremento cualitativo de los mismos. El desarrollo es también accesibilidad y mayor distribución de esos recursos y servicios, con el objetivo de que los sectores más vulnerables puedan ser incluidos y vivir con dignidad. Este concepto incorpora otras dimensiones, además de la económica: el derecho a la educación, a la salud, a trabajar, a la seguridad social, a la democracia, al tiempo para la participación, a
MODErNiDAD y criSiS
El concepto de sustentabilidad busca balancear el crecimiento económico, la protec- ción del ambiente y la equidad social. Se funda en el reconocimiento de los límites y po- tencialidades de la naturaleza, así como la complejidad ambiental, inspirando una nueva comprensión del mundo para enfrentar los desafíos de la humanidad desde hoy y de cara al futuro. Promueve una alianza entre cultura y naturaleza fundada en una nueva econo- mía, reorientando los potenciales de la ciencia y la tecnología, y construyendo una nueva cultura política fundada en una ética de la sustentabilidad (en valores, creencias, senti- mientos y saberes) que renueve los sentidos existenciales, los modos de vida y las formas de habitar el planeta.
A modo de conclusión, convendrá con nosotros que los cuatro conceptos deberían estar incluidos en aspiraciones y deseos, en políticas y decisiones que favorezcan un desarrollo económico y social más armónico, justo, solidario y equitativo. Un cuidado del medio más razonable, entendido como la preservación de la biodiversidad, y un recuerdo permanente de que la Tierra nos es prestada y deberá ser heredada por las generaciones futuras para ser dignamente habitada por ellas. Ahora sí, pasemos a los problemas ambientales globales y nacionales.
rED DE PrOblEMAS AMbiENTAlES
“La incertidumbre empuja hacia la uniformidad global, pero es, con frecuencia, la única esperanza para el nacimiento de una innovación local”
“Innovación: Cualquier cosa que deje de ser una cosa cualquiera” 23 Como hemos dicho, los problemas ambientales que afectan al planeta, y a nosotros mismos, son complejos y con múltiples interacciones. Asimismo, dichas problemáticas trascienden las fronteras políticas creadas por el hom- bre, por lo que complejizan aun más la escala de análisis de las mismas. La dimensión y profundidad de cada problema asomarán según el lugar desde donde acometamos el análisis. Algunos problemas pueden ser causas de otros, como así tam- bién consecuencia de aquellos. Muchas veces, cuando hablamos de problemáticas am- bientales, trabajamos con el concepto de trama o red de problemas.
23 Wagensberg, Jorge. Obra Citada
rED DE PrOblEMAS AMbiENTAlES
nos plantean utilizar un enfoque integral para el análisis y resolución de los mismos. Por ejemplo: un problema de residuos sólidos urbanos en una localidad puede ser trabajado desde una perspectiva local, según la cual la comunidad afectada realiza accio- nes para evitar la contaminación y minimizar la cantidad de residuos que van al relleno o basural. Asimismo, dicho problema puede plantearse desde una perspectiva global, como consecuencia de un inconveniente mayor, como lo es el consumismo globalizado (allí las acciones educativas trabajarían en y sobre nuestras pautas de consumo).
Aquí le hacemos una sugerencia:
A continuación encontrará un listado de variables de distintas categorías prove- nientes del árbol de los problemas ambientales que pueden actuar como contenidos de enlace o relación entre los conceptos desarrollados. La idea es que construya una actividad para sus alumnos que le sirva de guía para analizar y reflexionar sobre aque- llos procesos que hacen sustentables, o no, a nuestro ambiente. CONCEPTOS: CRECIMIENTO – DESARROLLO SUSTENTABLE – DESARROLLO SOS- TENIBLE VARIABLES: Necesidades humanas – Impactos – Biosfera – Desarrollo económi- co – Sistemas de producción – Valores – Culturas – Protección – Preservación – Explotación – Comunidad – Solidaridad – Consumo – Ética - Políticas – Costos – Equidad – Calidad de vida
Un enunciado que problematiza sobre las áreas de conocimientos involucradas en el abordaje de problemáticas ambientales: Los problemas ambientales son sociales
Habitualmente se presenta a los problemas ambientales como la manifestación de al- gún deterioro ecológico, como contaminación, pérdida de biodiversidad, o erosión. De este modo, se pone en el centro de atención la cara “más visible” del problema, el “síntoma”, aquella parte del problema que evidencia que el problema existe. En general se tiende a señalar como las causas más directas de todos estos proble- mas a las actividades humanas, especialmente las productivas: la agricultura intensiva, la mecanización, la utilización de agroquímicos, la urbanización, los medios de transporte, la
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tala indiscriminada, entre otros; o a ciertas conductas humanas: usos “irracionales”, falta de responsabilidad, o intereses políticos. Es sobre esas causas que se hace más hincapié en los informes institucionales y en los medios de comunicación. Además, es habitual encontrar menciones al “hombre” o a la “humanidad” como res- ponsables de la crisis ambiental. Tales expresiones plantean una visión homogeneizante de la realidad, de modo tal que resulta imposible establecer intereses sectoriales, actores, responsabilidades y racionalidades^24. Si los problemas ambientales encuentran su origen en la complejidad de las relaciones sociales, para comprenderlos y solucionarlos hay que considerar esas causas, es decir, los procesos, situaciones o problemas sociales profun- dos. Para ello es fundamental comprender la estructura social, las leyes sociales que rigen su funcionamiento, lo cual no puede ser posible si se simplifica la idea de “ser humano” como simple “componente” de un ecosistema, especialmente en un mundo en el cual las formas de apropiación y uso de los recursos naturales se vuelve cada vez más compleja. Otro supuesto que se encuentra detrás de los enfoques presentados hasta el momento es que los problemas ambientales se generan a partir de la relación sociedad-naturaleza. Al respecto, este planteo en general supone una “igualdad” de condiciones de ambas ca- tegorías, es decir, como si ambas partes constituyeran sujetos concientes, que toman de- cisiones guiados por sus intereses. La naturaleza conforma lo que sería un objeto: “… nada sería más contradictorio que afirmar una interrelación entre `naturaleza y sociedad; y la contradicción estribaría en la imposibilidad de definir una relación (…) entre los dos térmi- nos de una identidad parcial sujeto-objeto, sociedad-naturaleza” (Natenzon y otros; 1988). En este sentido, los problemas ambientales constituyen un tipo particular de problema social, en el cual uno o más actores sociales participan de un conflicto a partir de sus diver- sos intereses, representaciones, responsabilidades respecto a la apropiación, el uso o las consecuencias del uso de recursos naturales (algún tipo o grado de deterioro ambiental), de una parte del ambiente. Dichos intereses y racionalidades obedecen a una lógica social, colectiva (no indivi- dual), enmarcada en un determinado estilo de desarrollo dominante^25 , y se manifiestan en el manejo que se hace de los recursos naturales. Este concepto se encuentra muchas veces demasiado ligado a la cuestión tecnológica, pero implica un conjunto de decisio- nes conscientes acerca de cuáles recursos naturales se explotarán, cuánto, cómo, dónde,
24 En este sentido, no hay que perder de vista que en el tema ecológico-ambiental existen una “multiplicidad de posiciones ideoló- gicas, accesos metodológicos y recortes disciplinares-laborales dentro de los discursos pertinentes …” (Natenzon y otros, 1988; 167). 25 entendido como “… la manera en que dentro de un determinado sistema se organizan y asignan los recursos humanos y mate- riales con objeto de resolver los interrogantes sobre qué, para quiénes y cómo producir bienes y servicios, o la modalidad concreta y dinámica adoptada por un sistema en un ámbito definido y en un momento histórico determinado” (Sunkel, 1980; 25).