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Desmintiendo pseudociencias: Orino terapia., Guías, Proyectos, Investigaciones de Metodología de Investigación

Abarco muy profundamente sobre el peligro de las pseudociencias y sobre todo de la exposición de la orino terapia.

Tipo: Guías, Proyectos, Investigaciones

2022/2023

A la venta desde 04/09/2023

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Desmintiendo pseudociencias.
- Orinoterapia.
¿Qué es una pseudociencia?
El término pseudociencia o seudociencia es un neologismo formado a partir de la raíz griega
pseudo, “falso”, y la palabra de origen latino ciencia, “conocimiento”. Aunque el vocablo
como tal se emplea desde, por lo menos, finales del siglo XVIII el concepto de
pseudociencia como algo distinto de la ciencia real o auténtica parece haber surgido a mitad
del siglo XIX.
La pseudociencia es aquella afirmación, creencia o práctica que es presentada como
científica y fáctica, pero que es incompatible con el método científico. Su número es enorme
y han logrado impresionar a mucha gente a lo largo de la historia y lo siguen haciendo aún
en la actualidad.
Algunas tienen una denominación propia y otras no. Son ejemplos las que han aparecido
como contraparte de algunas ciencias: la astrología para la astronomía, la parapsicología
para la psicología, la alquimia para la química, la numerología para las matemáticas.
Probablemente la medicina es una de las que ha tenido que alternar con más
pseudociencias, entre las que se incluyen muchas de las llamadas medicinas alternativas,
las alternativas de la medicina y las medicinas complementarias, algunas no sin ciertos
éxitos terapéuticos, como los que han tenido a lo largo de la historia muchos remedios que
ahora se han mostrado como ineficaces.
Lo que está mal con la pseudociencia.
El pensamiento científico, su método y sus descubrimientos siempre han contado con
enemigos de todo tipo, entre los que tradicionalmente se ha destacado el poder religioso.
Sin embargo, en las últimas décadas se han incrementado las diatribas contra la ciencia
desde otras perspectivas, concretamente las denominadas pseudociencias.
La pseudociencia y demás tipos de creencias irracionales siguen fuera de control. Los
creacionistas insisten en que Dios creó el Universo y la vida en la Tierra no hace más de
10.000 años. Personas con un nivel educativo alto se oponen a las vacunas y prefieren
recurrir a supercherías como la homeopatía antes que a la medicina moderna, y los
ecologistas radicales asustan a la población al oponerse a una tecnología que contribuye al
desarrollo de una agricultura sostenible. La pseudociencia se compone de creencias
altamente contagiosas.
La atracción de la pseudociencia no solo es un fenómeno cognitivo, sino que también tiene
un componente motivacional, que recoge la noción de negligencia epistémica. Según esta
idea, las personas son perezosas a la hora de razonar. Se sienten satisfechas con
creencias y argumentos que han acumulado gracias a la intuición o a la confianza. Entender
conceptos y teorías científicas requiere un gran esfuerzo, una inversión que la mayoría de la
gente no está preparada para hacer. Como resultado, a pesar de que muchos aseguran
creer en la ciencia moderna, sólo tienen un conocimiento superficial de algunas teorías y
conceptos relevantes, que tienden a distorsionar hacia representaciones más intuitivas.
Es curioso que siendo esta una sociedad cuyo desarrollo se basa en el conocimiento
científico y tecnológico, la población en general sepa muy poco de ciencia y tecnología. Esto
no quiere decir que personas educadas no crean en las pseudociencias, ya que de hecho
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Desmintiendo pseudociencias.

- Orinoterapia.

¿Qué es una pseudociencia? El término pseudociencia o seudociencia es un neologismo formado a partir de la raíz griega pseudo , “falso”, y la palabra de origen latino ciencia , “conocimiento”. Aunque el vocablo como tal se emplea desde, por lo menos, finales del siglo XVIII el concepto de pseudociencia como algo distinto de la ciencia real o auténtica parece haber surgido a mitad del siglo XIX. La pseudociencia es aquella afirmación, creencia o práctica que es presentada como científica y fáctica, pero que es incompatible con el método científico. Su número es enorme y han logrado impresionar a mucha gente a lo largo de la historia y lo siguen haciendo aún en la actualidad. Algunas tienen una denominación propia y otras no. Son ejemplos las que han aparecido como contraparte de algunas ciencias: la astrología para la astronomía, la parapsicología para la psicología, la alquimia para la química, la numerología para las matemáticas. Probablemente la medicina es una de las que ha tenido que alternar con más pseudociencias, entre las que se incluyen muchas de las llamadas medicinas alternativas, las alternativas de la medicina y las medicinas complementarias, algunas no sin ciertos éxitos terapéuticos, como los que han tenido a lo largo de la historia muchos remedios que ahora se han mostrado como ineficaces. Lo que está mal con la pseudociencia. El pensamiento científico, su método y sus descubrimientos siempre han contado con enemigos de todo tipo, entre los que tradicionalmente se ha destacado el poder religioso. Sin embargo, en las últimas décadas se han incrementado las diatribas contra la ciencia desde otras perspectivas, concretamente las denominadas pseudociencias. La pseudociencia y demás tipos de creencias irracionales siguen fuera de control. Los creacionistas insisten en que Dios creó el Universo y la vida en la Tierra no hace más de 10.000 años. Personas con un nivel educativo alto se oponen a las vacunas y prefieren recurrir a supercherías como la homeopatía antes que a la medicina moderna, y los ecologistas radicales asustan a la población al oponerse a una tecnología que contribuye al desarrollo de una agricultura sostenible. La pseudociencia se compone de creencias altamente contagiosas. La atracción de la pseudociencia no solo es un fenómeno cognitivo, sino que también tiene un componente motivacional, que recoge la noción de negligencia epistémica. Según esta idea, las personas son perezosas a la hora de razonar. Se sienten satisfechas con creencias y argumentos que han acumulado gracias a la intuición o a la confianza. Entender conceptos y teorías científicas requiere un gran esfuerzo, una inversión que la mayoría de la gente no está preparada para hacer. Como resultado, a pesar de que muchos aseguran creer en la ciencia moderna, sólo tienen un conocimiento superficial de algunas teorías y conceptos relevantes, que tienden a distorsionar hacia representaciones más intuitivas. Es curioso que siendo esta una sociedad cuyo desarrollo se basa en el conocimiento científico y tecnológico, la población en general sepa muy poco de ciencia y tecnología. Esto no quiere decir que personas educadas no crean en las pseudociencias, ya que de hecho

las hay. Pero más peligroso aún es que se crea en pseudociencias y que estas luego se conviertan en políticas de estado, lo cual nos llevaría inexorablemente de vuelta a la época del oscurantismo que tanto retraso causó a la humanidad. Las pseudociencias pueden matar. Cuando permitimos que la fantasía entre en el campo de la salud, los riesgos son demasiado elevados. Las pseudociencias pueden prometer lo que quieran porque no tienen que demostrarlo. Si puedes elegir entre un fármaco que reduce las posibilidades de que rebrote un cáncer a cambio de unos efectos secundarios serios o una pastilla que te curará del todo sin causar perjuicios, es obvio qué opción resulta más atractiva. Cuando estamos enfermos somos especialmente vulnerables a estos engaños. En el negocio de las pseudociencias hay ignorantes bienintencionados que realmente creen que han encontrado una verdad escondida y otros son simplemente estafadores conscientes de lo que están ofreciendo. Ambos son igual de peligrosos, y hay que frenarlos. La mayoría de los países no disponen de un marco regulatorio para estas pseudociencias, lo que ha permitido su proliferación. En el pasado, la profesión médica las consideraba inofensivas debido a su supuesta falta de efectos secundarios, pero actualmente ya existen suficientes pruebas que sugieren que pueden suponer un peligro para la seguridad del paciente. Hasta el mismísimo Steve Jobs cayó en la falsa panacea de la medicina alternativa, lo que le llevó finalmente a una muerte prematura. Cuando se le diagnosticó cáncer de páncreas, Steve Jobs no acudió en primer lugar a la medicina basada en la evidencia. En lugar de ello, usó acupuntura, dietas vegetarianas, hierbas medicinales y otros tratamientos pseudocientíficos, llegando incluso a consultar a un vidente. Si el cáncer de Steve Jobs hubiese sido retirado quirúrgicamente poco después de su diagnóstico, podría haber sobrevivido sin efectos secundarios. Steve Jobs tenía unos tumores neuroendocrinos relativamente poco severos, comparados con el adenocarcinoma muy agresivo que tienen el 95% de los pacientes de cáncer de páncreas. Este es el primer paso del Plan para la protección contra la pseudociencias. Con el fin de despertar la conciencia ciudadana

Como podemos analizar, la orina como terapia ha existido y existe mundialmente, respaldada por diversas tradiciones religiosas. Sin embargo la terapia de auto-orina se popularizó como sistema de medicina alternativa principalmente gracias al naturópata británico John W. Armstrong a principios del siglo XX. Armstrong se inspiró en la práctica de su familia de usar la orina para tratar pequeñas picaduras de insecto y dolores de muelas, en una lectura metafórica del Proverbio Bíblico 5:15 "Bebe el agua de tu propio pozo, el agua que fluye de tu propio manantial." A partir de 1918, Armstrong prescribió regímenes de terapia de orina que él mismo ideó a miles de pacientes, y en 1944 publicó “The Water of Life: A treatise on urine therapy” ("El agua de la vida: Un tratado sobre la terapia de orina") que se convirtió en un documento fundacional de la disciplina. El libro se vendió ampliamente y en la India inspiró la escritura de "Manav Mootra" del reformador social Raojibhai Manibhai Patel, y muchos trabajos posteriores. Estos escritos a menudo hacen referencia al "Shivambu Kalpa", un tratado sobre el valor farmacéutico de la orina. La justificación que ofrecen quienes promueven y siguen esta pseudoterapia, en líneas generales, expresan: “Mientras el feto permanece en el útero materno, ingiere líquido amniótico y su propia orina y gracias a ello no padece enfermedades. Luego, si no queremos padecerlas debemos beber nuestra propia orina”. En esa línea, la cantante Madonna suscribió hace unos años en sus redes sociales, el consumo de su propia orina. Entre las reconocidas figuras, la actriz inglesa Sarah Miles optó por beber el líquido. El experto habla de "supuesto tratamiento" porque es una técnica que no tiene evidencia científica. No sólo no se ha demostrado que la ingesta de orina sea beneficioso para la salud sino que puede llegar a ser peligroso para los que la ingieren. Beber orina puede ser agresivo para el tracto intestinal y causar problemas en los riñones (los cuales ya han trabajado en filtrar los desechos que han sido eliminados en la orina). La ingesta de orina puede también causar infecciones ya que una vez que la orina deja el cuerpo es común que se contamine con bacterias, las cuales al ser ingeridas pueden provocar infecciones y complicaciones serias. Además estudios muestran que incluso sin contaminarse la orina contiene bacterias que al ser ingeridas o al entrar al torrente sanguíneo por una herida pueden ser dañinas para el organismo. Existe al menos un caso registrado de muerte causada por inyección intravenosa de orina: El 6 de febrero de 2009, Gabriela Ascarrunz, modelo boliviana, falleció por una infección generalizada luego de que su amiga, Mónica Schütt, le inyectara orina a través de suero intravenoso (ambas practicaban orinoterapia). Finalmente, la orina es perjudicial para el aparato digestivo, ya que su ingesta supone someter al riñón, por ejemplo, a poner a filtrar productos que el organismo ya había descartado previamente. De este modo, alguno de los efectos inmediatos de beber orina puede ser la diarrea, el sueño profundo, insomnio, alergias, absceso, fiebre, calambres, taquicardias o vómitos.

Referencias

La pseudociencia y los falsos investigadores (scielo.org.mx) Las pseudociencias como problema social en la era tecnocientífica. Un recorrido por la ciencia y sus enemigos dentro y fuera (redalyc.org) Pseudociencia - Wikipedia, la enciclopedia libre Blancke et al 2017 Whence Pseudoscience Metode Spanish.pdf Redalyc.EL PELIGRO DE LAS PSEUDOCIENCIAS Cómo evitar el daño que hacen las pseudociencias (elperiodico.com) ¿Qué relación hay entre la muerte de Steve Jobs y las pseudociencias? (elespanol.com) ‘#coNprueba’, la campaña del gobierno de España contra las pseudociencias - Psyciencia La Orinoterapia (inter.edu) Orinoterapia - Wikipedia, la enciclopedia libre Orinoterapia: el peligro de beber orina que venden algunos famosos | Noticias (perfil.com) No, beberse la orina no es saludable (marca.com) Ni se te ocurra beberte tu propia orina: estos son los peligros de una práctica nada saludable (eleconomista.es)