
Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity
Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium
Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity
Prepara tus exámenes con los documentos que comparten otros estudiantes como tú en Docsity
Los mejores documentos en venta realizados por estudiantes que han terminado sus estudios
Estudia con lecciones y exámenes resueltos basados en los programas académicos de las mejores universidades
Responde a preguntas de exámenes reales y pon a prueba tu preparación
Consigue puntos base para descargar
Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium
Comunidad
Pide ayuda a la comunidad y resuelve tus dudas de estudio
Descubre las mejores universidades de tu país según los usuarios de Docsity
Ebooks gratuitos
Descarga nuestras guías gratuitas sobre técnicas de estudio, métodos para controlar la ansiedad y consejos para la tesis preparadas por los tutores de Docsity
Se explica de manera resumida como encontrar tu ikigai
Tipo: Apuntes
1 / 1
Esta página no es visible en la vista previa
¡No te pierdas las partes importantes!
Descubriendo el Ikigai: El Arte de Encontrar Significado y Propósito en la Vida En un mundo en constante cambio y desafío, la búsqueda de significado y propósito se ha convertido en una necesidad humana fundamental. Esta búsqueda ha llevado a la exploración de diferentes filosofías y prácticas, una de las cuales es el Ikigai, un concepto japonés que encarna la intersección de lo que amamos, lo que somos buenos haciendo, lo que el mundo necesita y por lo que estamos dispuestos a ser remunerados. El término "Ikigai" se compone de dos palabras japonesas: "iki", que significa "vida", y "gai", que se traduce como "valor" o "mérito". Así, el Ikigai se refiere al valor o propósito de la vida. Esta filosofía sostiene que todos tenemos un Ikigai, un motivo para levantarnos por la mañana, un propósito que nos impulsa a vivir una vida plena y significativa. En el centro del Ikigai se encuentra la búsqueda de la pasión. Descubrir lo que amamos hacer y lo que nos llena de energía y entusiasmo es el primer paso hacia el Ikigai. Esta pasión puede manifestarse en diversas formas: desde el arte y la música hasta la ciencia y el servicio a los demás. Lo importante es identificar aquellas actividades que nos hacen sentir vivos y conectados con nuestro ser más profundo. Pero el Ikigai no se detiene en la pasión; también abarca nuestras habilidades y fortalezas. Encontrar lo que somos buenos haciendo y lo que nos distingue nos permite desarrollar nuestro Ikigai de manera más completa. Esto implica un proceso de autoconocimiento y autodescubrimiento, donde identificamos nuestras habilidades innatas y trabajamos en mejorarlas constantemente. Además, el Ikigai considera el impacto que nuestras acciones tienen en el mundo que nos rodea. Descubrir lo que el mundo necesita y cómo podemos contribuir a satisfacer esas necesidades nos acerca aún más a nuestro propósito. Esto implica cultivar un sentido de responsabilidad y empatía hacia los demás, reconociendo que nuestra existencia está interconectada con la de los demás y con el entorno en el que vivimos. Finalmente, el Ikigai reconoce la importancia de la sostenibilidad y la viabilidad económica. Si bien la pasión y el propósito son fundamentales, también es necesario encontrar formas de ser remunerados por nuestro trabajo. Esto no implica necesariamente perseguir la riqueza material, sino más bien buscar un equilibrio entre el sustento económico y la realización personal. En resumen, el Ikigai nos invita a reflexionar sobre lo que realmente importa en nuestras vidas y a buscar un equilibrio armonioso entre nuestras pasiones, habilidades, contribuciones al mundo y sustento económico. Al encontrar nuestro Ikigai, no solo descubrimos un sentido más profundo de propósito y significado, sino que también nos convertimos en agentes de cambio y transformación en nuestra propia vida y en la vida de los demás. Es un recordatorio de que la verdadera riqueza se encuentra en vivir una vida auténtica y alineada con nuestros valores más profundos.