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desarrollo desarrollo psicosocial en la adultez
Tipo: Apuntes
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Desarrollo psicosocial en la adultez emergente y la adultez temprana ADULTEZ EMERGENTE: PATRONES Y TAREAS Diversas trayectorias a la adultez Las trayectorias a la adultez son mucho más diversas que en el pasado. Antes de la década de 1960, lo común era que los jóvenes terminaran la escuela, se fueran de casa de sus padres, consiguieran un trabajo, se casaran y tuvieran hijos, en ese orden. Para la década de 1990, solo uno de cada cuatro adultos tempranos seguía esa secuencia. En la actualidad, para mucha gente joven, la adultez emergente es una época de experimentación antes de asumir los roles y responsabilidades de los adultos. Un joven, hombre o mujer, puede conseguir un trabajo, un apartamento y disfrutar de la soltería. Un matrimonio joven puede mudarse con los padres mientras terminan la escuela o empiezan de nuevo después de perder el trabajo. Factores que influyen en los caminos hacia la adultez En los caminos hacia la edad adulta influyen factores como el género, capacidades académicas, primeras actitudes hacia la educación, raza y origen étnico, expectativas al final de la adolescencia y clase social. Cada vez es más común que los adultos emergentes de los dos sexos continúen sus estudios y demoren la paternidad, decisiones que, normalmente, son determinantes para la prosperidad futura en el trabajo, así como para el bienestar en general. En un estudio longitudinal en el que se siguió a una muestra nacional representativa de alumnos de último año de preparatoria cada año desde 1975, los adultos emergentes con mayor bienestar fueron los que todavía no se habían casado, no tenían hijos, asistían a la universidad y vivían lejos del hogar familiar. En otro estudio, los jóvenes que mostraban poca ambición dejaron antes el hogar, recibieron menos apoyo de sus padres, renunciaron a la educación superior y tuvieron hijos antes. En particular, la paternidad temprana limita las perspectivas del futuro. Algunos adultos emergentes tienen más recursos que otros (económicos y de desarrollo). Mucho depende del desarrollo del yo: una combinación de la capacidad de entenderse y entender al mundo, de integrar y sintetizar lo que uno percibe y sabe, y de hacerse cargo de planear el curso de la propia vida.
La adolescencia es una etapa de grandes cambios, desde el cuerpo y el cerebro en desarrollo al surgimiento de los nuevos roles sociales que se les imponen a los jóvenes mientras avanzan hacia la independencia. Erikson pensaba que la búsqueda de identidad era una tarea de largo plazo, enfocada principalmente en la adolescencia. La adultez temprana ofrece una moratoria, un tiempo de espera, sin las presiones del desarrollo y con libertad para experimentar diversos papeles y estilos de vida. Sin embargo, representa un momento decisivo en el que se cristalizan de manera gradual los compromisos del papel de adulto. Recentramiento Se propuso el término recentramiento para denominar el proceso que fundamenta el cambio a una identidad adulta. Es la principal tarea de la adultez emergente. El recentramiento es un proceso de tres etapas donde el poder, la responsabilidad y la toma de decisiones pasa gradualmente de la familia de origen al adulto temprano independiente. En la etapa 1, al comienzo de la adultez emergente, el individuo todavía se encuentra inserto en la familia de origen, pero empiezan a crecer las expectativas de autoconfianza y autonomía. Por ejemplo, un adulto joven puede vivir en su hogar de origen y asistir a la preparatoria, pero se espera que programe y controle sus propias actividades durante las horas que no está en la escuela. En la etapa 2, durante la adultez emergente, el individuo sigue vinculado con su familia, pero ya no está inserto en ella. Por ejemplo, un estudiante universitario puede vivir en una residencia universitaria pero aún depender económicamente de sus padres mientras completa sus estudios. Esta etapa se caracteriza por la presencia de actividades temporales y de exploración en diversas materias escolares, trabajos y con diversas parejas. Hacia el final de esta etapa, el individuo comienza a establecer compromisos serios y a ganar los recursos necesarios para mantenerlos. En la etapa 3, hacia los 30 años, el individuo pasa a la adultez temprana. Esta fase se distingue por la independencia de la familia de origen (al tiempo que se conservan los lazos) y la dedicación a una carrera, pareja y, posiblemente, los hijos. En esta etapa, el joven adulto puede estar estableciéndose en una carrera o con una pareja y vivir de manera independiente pero aún mantener lazos cercanos con sus padres o familia de origen.
fundamental del bienestar. El apoyo económico de los padres, en especial para la educación, acrecienta la posibilidad de que los adultos emergentes tengan éxito en sus papeles de adultos. La relación entre la madre y el padre repercute en la calidad de la que establecen con sus hijos adultos. El hecho de que el adulto temprano quede “atrapado” entre dos padres en conflicto, retransmitiendo mensajes de un padre al otro y tratando de minimizar los conflictos entre ellos, puede tener consecuencias negativas. Incapacidad para independizarse En general es equivocada la visión estereotipada de que esos adultos tempranos que no se mudan del hogar de sus padres son holgazanes que se niegan a aceptar la responsabilidad. Más bien, se ven forzados a mantener cierta dependencia debido a las dificultades económicas y a la necesidad de obtener entrenamiento o un grado académico mayor que las generaciones anteriores. La tendencia a que los adultos emergentes vivan en el hogar de sus padres también se nota en algunos países europeos que no conceden beneficios gubernamentales a los jóvenes desempleados; en Italia, más de la mitad de los hombres jóvenes viven con sus padres hasta los 30 años. Porcentaje de adultos tempranos europeos de 18 a 34 años sin pareja o hijos y que viven con sus padres Muchos adultos tempranos no logran despegar del nido en el tiempo esperado o regresan a él en momentos de problemas.
Más de la mitad de las familias europeas tienen una visión positiva de la permanencia de los hijos adultos tempranos en el hogar paterno (Guerrero, 2001). En efecto, es posible que los europeos atestigüen una nueva etapa del desarrollo, la adultez en casa, en la que hijos adultos y sus padres se tratan como iguales. Cuatro enfoques del desarrollo de la personalidad IMAGEN MODELOS DE ETAPAS NORMATIVAS Los modelos de etapas normativas establecen que los adultos siguen una secuencia básica de cambios psicosociales relacionados con la edad. Los cambios son normativos en el sentido de que parecen comunes de la mayoría de los integrantes de una población en un periodo en particular. Erikson: intimidad frente al aislamiento
Paul T. Costa y Robert R. McCrae desarrollaron y probaron un modelo de cinco factores, o dimensiones, que son la base de cinco grupos de rasgos conocidos como los “cinco grandes”. Cada rasgo de la personalidad, llamado agrupamiento, tiene distintos rasgos, o facetas, relacionados con él. El neuroticismo es un conjunto de seis rasgos o facetas, que indican inestabilidad emocional: ansiedad, hostilidad, depresión, autoconciencia, impulsividad y vulnerabilidad. La extroversión tiene también seis facetas: cordialidad, ánimo gregario, asertividad, actividad, búsqueda de excitación y emociones positivas. Las personas abiertas a la experiencia están dispuestas a probar nuevas cosas y adoptar nuevas ideas. Las personas escrupulosas hacen cosas: son competentes, ordenadas, cumplidas, decididas y disciplinadas. Las personas con agradabilidad son fiables, francas, altruistas, obedientes, modestas e influenciables. Cambio y continuidad según el modelo de cinco factores En análisis de muestras grandes longitudinales y transversales de hombres y mujeres estadounidenses de todas las edades, observaron una continuidad notable en las cinco dimensiones entre la adolescencia y los 30 años, con cambios mucho más lentos en adelante. Ahora bien, la dirección del cambio varió de acuerdo con los factores de personalidad. En general, la agradabilidad y la escrupulosidad aumentaron, mientras que aminoraron el neuroticismo, la extroversión y la apertura a la experiencia. Con la edad, estos patrones de cambio parecen generalizarse entre las culturas y, por ende, según los autores, ser propios de la maduración. Evaluación del modelo de los cinco factores Una de las fortalezas principales del método científico es que las teorías cambian y se actualizan cuando se descubren nuevos datos. El trabajo de Costa y McCrae
representó originalmente un poderoso argumento a favor de la continuidad de la personalidad, sobre todo después de los 30 años. Investigaciones más recientes han cuestionado esa conclusión de manera tal que, ahora, Costa y McCrae aceptan que los cambios ocurren durante toda la vida. MODELOS TIPOLÓGICOS Los investigadores han identificado tres tipos de personalidad: yo resiliente, sobrecontrolado y subcontrolado. Las personas con yo resiliente están bien adaptadas, son confiadas, independientes, articuladas, atentas, serviciales, cooperadoras y se concentran en sus labores. Los individuos sobrecontrolados son tímidos, callados, ansiosos y dependientes; se guardan lo que piensan, evitan conflictos y tienden más a la depresión. Las personas subcontroladas son activas, enérgicas, impulsivas, tercas y se distraen con facilidad. La resiliencia y el control del yo interactúan para determinar si la conducta es adaptada o inadaptada. Por ejemplo, la falta de control puede dar lugar a la creatividad y al ingenio o a conductas antisociales y de externalización. Del mismo modo, el control excesivo contribuye a la concentración y planificación de la persona o puede dar lugar a un estilo de conducta inflexible e inhibida. Un estudio longitudinal en Munich respalda la hipótesis de la influencia duradera de la personalidad infantil. Maestros y padres evaluaron anualmente a 103 niños entre los tres y los 12 años y luego entre los 17 y los 23 años. Los niños que habían sido sobrecontrolados entre los cuatro y los seis años, eran tímidos al final de la adolescencia y la adultez emergente, mientras que los que habían sido subcontrolados al comienzo de la niñez fueron mucho más agresivos. Los rasgos se acentuaron entre los 17 y los 23 años. Además, los dos tipos, subcontrolado y sobrecontrolado, tuvieron más dificultades que los resilientes para asumir los papeles sociales adultos: dejar la casa de los padres, establecer relaciones románticas y conseguir trabajo de medio tiempo. Desde luego, encontrar una tendencia a la continuidad de actitudes y conductas no signifi ca que la personalidad no cambie ni que ciertas personas estén condenadas a una vida mal adaptada. Los hijos subcontrolados tienen una mejor vida al comienzo de la adultez si encuentran escenarios en los cuales se considere ventajosa su energía y espontaneidad. Bases de las relaciones íntimas
La intimidad, el elemento emocional, incluye autorrevelación, lo que lleva al vínculo, la calidez y la confianza. La pasión, el elemento motivacional, se basa en impulsos internos que traducen la estimulación fisiológica en deseo sexual. El compromiso, el elemento cognoscitivo, es la decisión de amar y quedarse con el ser amado.