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Este documento explora el desarrollo del niño en los primeros dos años de vida, centrándose en los procesos cognitivos, psicomotores y socioafectivos. Se analizan las etapas de desarrollo, las habilidades que se adquieren y la importancia de la estimulación temprana. El documento destaca la influencia de la maduración biológica y la interacción social en el desarrollo del niño.
Tipo: Monografías, Ensayos
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M.ª Pilar Cantero, Neli Pérez, Carlota González e Ignasi Navarro
2.1. Desarrollo físico y psicomotor 2.2. La curva del crecimiento 2.3. El nacimiento y la primera infancia 2.4. Bases del desarrollo psicosocial
4.1.1. Los procesos mentales 4.1.2. Procesos conductuales de socialización 4.1.3. Procesos afectivos de socialización 4.2. El desarrollo emocional 4.2.1. El primer año 4.2.2. El segundo año
El comienzo de la vida y la primera infancia (0-2 años)
rebros infantiles se agrandan, con neuronas que se conectan unas con otras a un ritmo vertiginoso, ya pro- gramado. Los diminutos estómagos digieren todas las comidas y envían los nutrientes para la actividad del cerebro y cuerpo, así como para el asombroso y rápido crecimiento. Todo ello sin olvidar la impor- tante función socioafectiva que los padres y la cultura juegan dentro de este proceso de desarrollo bio- social –no meramente biológico–, puesto que los adultos dan al niño el alimento que le permite crecer y lo ajustan a sus constantes cambios diarios.
2.1. Desarrollo físico y psicomotor Desde el mismo momento de la concepción, el organismo huma- no tiene una lógica biológica, una organización y un calendario ma- durativo. Desde la óptica de la psi- cología evolutiva no se puede pres- cindir del desarrollo físico, ya que este posibilita el desarrollo evolu- tivo en general y, a su vez, impone limitaciones al cambio. El proceso de crecimiento está organizado y tiene una evolución prescrita por los genes, aunque abierto también a las influencias del entorno. Por eso se habla de factores endógenos y factores exógenos. El concepto de rango o margen de reacción sirve
para ilustrar esta influenciabilidad limitada del ambiente de la que ha- blamos, es decir, lo que la herencia prevé que no es un valor fijo y ce- rrado sino un cierto margen abierto a la influencia de factores externos.
2.2. La curva del desarrollo El crecimiento físico es un pro- ceso regular y continuo que no fun- ciona a base de paradas y saltos bruscos, sino con una progresiva y paulatina acumulación de cambios que transforman el cuerpo y sus ca- racterísticas. Autores como Fernán- dez, Labena, Rueda y Puga (1988) presentan tablas que ilustran el cre- cimiento –en estatura y en peso–, de las cuales se pueden extraer las siguientes reflexiones:
Psicología del desarrollo humano: desde el nacimiento a la vejez
2.3. El nacimiento y la primera infancia Desde que el cigoto existe hasta el nacimiento se distinguen dos eta- pas: la embrionaria (de 0 a 8 sema- nas), y la fetal (de 9 a 36 semanas). Al igual que la mayoría de los niños atraviesan felizmente la vida intrauterina, pasan también sin pro- blemas por el proceso del parto. No obstante, un problema para conside- rar dentro de este trascurso es el de la anoxia neonatal (dificultad res- piratoria en el momento del paso a la respiración aérea independiente) que, en algunos casos, puede resul- tar severa y dejar secuelas en forma de retrasos madurativos y lentitud en el desarrollo psicomotor. Y es que, los niños nacen equi- pados con una serie de reflejos, unas conductas no aprendidas o formas espontáneas de responder a ciertos estímulos. Los recién nacidos ex- hiben una amplísima variedad de reflejos durante sus primeros me- ses de vida, algunos de los cuales tiene carácter supervivencial para el bebé –como ocurre con el reflejo de succión–, otros carecen de valor para la supervivencia actual, pero
pueden haber sido tan importantes en la evolución de la especie que en su momento pasaron a formar par- te de la dotación genética humana. Todos estos reflejos están presentes en el momento del nacimiento pero, a partir de ahí, algunos desaparece- rán en el curso de los cuatro o cinco primeros meses, mientras que otros se convertirán en acciones volunta- rias (agarrar, por ejemplo) y otros seguirán siendo reflejos toda la vida (cerrar los ojos si alguna estimula- ción visual les molesta). La presen- cia de estos reflejos en el neonato, así como su progresiva desaparición posterior, son signos de normalidad evolutiva que indican sencillamen- te que la corteza cerebral controla voluntariamente acciones y movi- mientos que antes estaban automa- tizados. Podría decirse que los reflejos neonatales más característicos son los que se presentan en la tabla que, a continuación, se adjunta:
Psicología del desarrollo humano: desde el nacimiento a la vejez
cuerpo, de las piernas, brazos y tron- co, y será capaz de gatear, andar y más cosas. Podría decirse que el progresi- vo dominio del control corporal, se ajusta a dos leyes básicas: Ley céfalo-caudal : según la cual se controlan antes las partes del cuerpo más próximas a la cabe- za, extendiéndose posteriormen- te el control a otras zonas. Así, la cabeza se controla antes que el tronco, por ejemplo. Ley próximo-distal : según la cual se controlan antes aquellas partes del cuerpo más cercanas al eje corporal; es como si hubiese una línea imaginaria que dividie- ra el cuerpo en dos partes. Así, la articulación del hombro se domi- na antes que la articulación del codo, por ejemplo. Con el movimiento, el niño va con- trolando e integrando voluntaria- mente mayor número de grupos musculares, haciéndose así progre- sivamente más preciso y permitien- do la incorporación de repertorios psicomotrices especializados y com- plejos. Como se ha señalado con anterio- ridad, a lo largo de los dos primeros años se asiste a un creciente control del propio cuerpo por parte del bebé. Algunos de los hitos más caracte- rísticos de esta evolución aparecen descritos en el calendario motor o desarrollo del control postural que, a continuación, resumimos.
Control de la cabeza 3-4 meses Coordinación ojo-mano 3-4 meses Posición de sentado con apoyo
4-5 meses
Posición de sentado sin apoyo
6-7 meses
Locomoción antes de andar 8 meses Sostenerse de pie con apoyo
9-10 meses
Sostenerse de pie sin apoyo 10 meses Caminar con dos puntos de apoyo
10-11 meses
Caminar con un punto de apoyo
11-12 meses
Caminar sin ningún punto de apoyo
12-14 meses
Tabla 2.2. Calendario motor
Cabe destacar que este calendario puede presentar variaciones entre los niños, ya que –se vuelve a recordar– el desarrollo psicomotor se produce impulsado por un doble estímulo: por un lado, la maduración biológica, que permanece inherente al propio pro- ceso de crecimiento y, por otro lado, la estimulación social que recibe.
Este bloque, referido a la cogni- ción del bebé, implica inteligencia y aprendizaje, memoria y lengua- je, hechos y conceptos, creencias e ideas, enseñanza y educación. Imagina por un momento que eres un recién nacido que comienza a tener pensamientos. Las imágenes, los sonidos, los olores y las sensacio- nes físicas que son nuevas y cambian constantemente bombardean tu con- ciencia limitada. Seguramente inten-
El comienzo de la vida y la primera infancia (0-2 años)
tarás entenderlos, conectando los olo- res con las imágenes visuales y los gustos con los sentimientos; desa- rrollarás las percepciones de los objetos, de las personas e incluso de las partes de tu propio cuerpo; tendrás que deducir cuáles se rela- cionan contigo, cómo y cuándo; y, finalmente, deberás unificar sensa- ciones, objetos, personas, aconteci- mientos, rasgos permanentes y tran- sitorios, causas y efectos. Este sería el comienzo de tu cognición. Al final del primer año –y muchas veces antes– el bebé tendrá catego- rías para organizar y pensar sobre los objetos que le rodean, entender cómo sus acciones pueden deter- minar que las cosas ocurran, tendrá objetivos y sabrá cómo lograrlos, y comenzará a hablar. Al final del se- gundo año ya se expresará mediante oraciones, pensará antes de actuar e intentará ser alguien o algo (una ma- dre, un avión) que nosotros sabre- mos que no es. No hay duda, entonces, de que la inteligencia infantil es un gran tema del que hay mucho por describir.
3.1. Procesos cognitivos básicos
3.1.1. La percepción Es la acción de captar la realidad mediante la ordenación de los datos aportados por los sentidos. Las in- vestigaciones en psicología evoluti- va permiten abstraer dos conclusio- nes:
A los pocos meses del nacimiento –antes de los 4-6 meses–, el mundo perceptivo de los bebés ha alcanza- do importantes niveles de funciona- miento. La percepción avanza mu- cho en poco tiempo, y este avance es más claro si lo comparamos con otras competencias, como por ejem- plo la del lenguaje. Y es que, quizás, el desarrollo perceptivo funciona como una plataforma de lanzamien- to a partir de la cual se desarrollan otros aspectos cognitivos. La percepción permite al bebé y al niño ponerse en contacto a través de los sentidos con su medio, permi- tiéndole situarse en el entorno. La conducta perceptiva del bebé está condicionada en parte por su código genético y, en parte, por la historia de los propios aprendizajes. A su vez, cuando determina el códi- go genético no tiene por qué estar presente totalmente desde el primer momento del nacimiento, sino que se irá dando según el momento ma- durativo del propio organismo.
El comienzo de la vida y la primera infancia (0-2 años)
va, por ejemplo girando la cabe- za y/o los ojos.
En lo que se refiere a otras moda- lidades sensoriales como son el olor, el sabor y los sentidos cutáneos (tac- to, presión, dolor, temperatura…) to- das son funcionales en el nacimien- to, perfeccionándose con rapidez en las primeras semanas. c) Coordinación intersensorial Las diversas modalidades percep- tivas (visión, audición…) no funcio- nan aisladamente, sino que se coor- dinan de modo que, por ejemplo, el
niño mira cuando oye algo. La coor- dinación intrasensorial mejora en el curso de las primeras semanas y meses de vida. Y la estimulación que recibe el niño es polimodal –pues le llega a través de diferentes modali- dades sensoriales–, e intermodal –ya que su capacidad de integrar la in- formación que le llega por medio de diferentes modalidades sensoriales va mejorando–.
3.2. Inteligencia sensoriomotora Hablar sobre inteligencia senso- riomotora es hablar sobre el naci- miento de la inteligencia y, además, hacerlo en términos propios de Pia- get –psicólogo suizo del siglo XX–; aunque debe precisarse que la teoría de Piaget no es una teoría del desa- rrollo psicológico, sino una teoría de la inteligencia.
UNAS OBSERVACIONES PRÁCTICAS… Desde una perspectiva educativa, y teniendo presente lo indicado en este punto, podríamos resaltar algunos aspectos prácticos: