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Tipo: Guías, Proyectos, Investigaciones
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NEW
C h r i s t m a s
Oración para todos los días
Día primero
Día Segundo
Día Tercero
Día Cuarto
Día Quinto
Día Sexto
Día Septimo
Día Octavo
Día Noveno
Día Décimo
16 de Diciembre
17 de Diciembre
18 de Diciembre
19 de Diciembre
20 de Diciembre
21 de Diciembre
22 de Diciembre
23 de Diciembre
24 de Diciembre
25 de Diciembre
LO S N U E V E D Í A S Y U N D Í A ,
O r a c i ó n p a r a
t o d o s l o s d i a s
HQLJQtVLPR'LRVGHLQ¿QLWDFDULGDGTXHQRVKDVDPDGR WDQWR\TXHQRVGLVWHHQWXKLMRODPHMRUSUHQGDGHWX DPRUSDUDTXHKHFKRKRPEUHHQODVHQWUDxDVGHXQD YLUJHQQDFLHVHHQXQSHVHEUHSDUDQXHVWUDVDOXG\UHPHGLR<R HQQRPEUHGHWRGRVORVPRUWDOHVWHGR\LQ¿QLWDVJUDFLDVSRU WDQVREHUDQREHQH¿FLR(QUHWRUQRGHpOWHRIUH]FRODSREUH]D KXPLOGDG\GHPiVYLUWXGHVGHWXKLMRKXPDQDGR\WHVXSOLFR SRUVXVGLYLQRVPpULWRVSRUODVLQFRPRGLGDGHVHQTXHQDFLy\ SRUODVWLHUQDVOiJULPDVTXHGHUUDPyHQHOSHVHEUHGLVSRQJDV QXHVWURV FRUD]RQHV FRQ KXPLOGDG SURIXQGD FRQ DPRU HQFHQGLGR \ FRQ WDO GHVSUHFLR GH WRGR OR WHUUHQR SDUD TXH -HV~VUHFLpQQDFLGRWHQJDHQHOORVVXFXQD\PRUHHWHUQDPHQWH
Amén.
(Se reza tres veces gloria al Padre)
Día 01
C O N S I D E R A C I Ó N
Oración para todos los días
DUtDFRORFyVREUHODPHVDODPRQWDxLWDGH harina para amasar el pan. Hundió sus PDQRVHQHOOD\VXVGHGRVSHUFLELHURQHOFDQWRGH ORVSiMDURVTXHWXYRODKDULQDFXDQGRHUDXQWULJDO 6RQULyHPRFLRQDGDSRUTXHKDEtDVLGRFDSD]GHWRFDU la música con los dedos.
'HUHSHQWHWDPELpQSHUFLELyHOYLHQWRTXHYLYLy HQWUHHOWULJDO\HOVROTXHVHSDVHyHQWUHODV HVSLJDV\SDOSyHOUDVWURVXDYHTXHGHMDQHQOD noche los sueños de los panaderos.
(QHVHPRPHQWR-RVpOOHJyFRQXQRVOHxRVSDUD DOLPHQWDUHOIXHJR0iVWDUGH0DUtD\-RVpYLHURQ VDOLUGHOKRUQRDORVSDQHVTXHVHUHPRQWDURQ FRPRXQDEDQGDGDGHSDORPDV(OOD\pOVRQULHURQ SRUTXHVDEtDQTXHHVDVDYHVYRODEDQDQVLRVDVDO SDORPDUVLWXDGRHQODPHVDGHORVDPLJRV
P L E G A R I A
3HUPLWHTXHVHFXPSODHQPtWXYROXQWDG GHKDFHUGHWRGRVORVKXPDQRVPDPtIHURV FRQDODV\GHMDTXHPLYXHORFRUWRRODUJR VHH[WLHQGDHQHOLQFRQPHQVXUDEOHFLHORGHO amor.
Señor Dios:
(QVpxDPHDGHVFXEULUHOYLHQWRGHODYHGDHO DLUHHQTXHHOWLHPSRKDHVFULWRVXVFDQWRV ODEULVDTXHVRSODHQHODOPDGHORVQLxRV ODP~VLFDTXHVHFRVHFKDHQHOiUEROGHODV ÀDXWDV\HODLUHGH¿HVWDFRQTXHVHYLVWHHO corazón de los enamorados.
Amén.
Duérmete, niñito, Que canta el silencio Y en la noche clara Vuela la avecilla de tu corazón.
A
R
R
U
L
L
O
Vuela hacia su nido, Y ese nido es La cálida cuna De mi corazón.
Duérmete, niñito Duérmete, al momento, Que tú eres el ángel De mis pensamientos.
Ofrenda
de las pajaritas
Las aves destinadas a esta ofrenda deben haber sido soñadas y elaboradas con nuestras propias manos
En este día, los que se han dado cita alrededor de la alada presencia del pesebre intercambiarán aves pertenecientes a una bandada de pájaros de papel plegado, o echarán ala a pichones provenientes de los cielos de los dibujos, o recurrirán a pájaros modelados con arcilla o plastilina, o a volanderos tallados en madera, ramas que tal vez, en algún verano distante, compartieron con jilgueros y colibríes, el canto y el paisaje.
Las aves destinadas a esta ofrenda deben haber sido soñadas y elaboradas con nuestras propias manos.
1
onde en ese lugar las niñas y los niños aprendían a dibujar en los caminos de las estrellas, a pisar la hierba con los pies descalzos, a liberar de los nidos del dolor a las iguanas de las alegrías, a deletrear la escritura de las hormigas en los cuadernos del bosque, a beber de los
una vez en un pueblo muy pequeño.
Día 04
C O N S I D E R A C I Ó N
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-RVpLQYHQWyXQDKRJXHUD\SXVRDOIXHJRXQUH- FLSLHQWHSDUDSUHSDUDUXQDEHELGDFDOLHQWH/DOX] EURWyHQWUHHOUDPDMH\HOiUEROQRSXGRHYLWDUVX SDUHFLGRDODOXQDYHUGH$OROHMRVHOSHU¿OGHOD FRUGLOOHUDWRPyHODVSHFWRGHXQSHUURJLJDQWHVFR TXHOHODGUDEDDOFHGUR-RVpHQWRQFHVFDQWyXQD canción de marineros.
FXHQWDVRUGHQyDVXVV~EGLWRVTXHVHHPSDGURQDUDQ HQHOOXJDUGHGRQGHHUDQRULJLQDULRV3DUDHOHIHFWR 0DUtD-RVp\HOQLxR-HV~VTXHHVWDEDHQHOYLHQWUH GH0DUtDHPSUHQGLHURQHOYLDMHD%HOpQ
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/DKDEtDRtGRSRUSULPHUDYH]FXDQGRHUDXQQLxR\ MDPiVODKDEtDROYLGDGR6XYR]FiOLGD\SURIXQGDGHMy ÀXLUORVYHUVRVGHODPHORGtDTXHKDEODEDGHODPDU
P L E G A R I A
ODVDJXDVOLPSLDVFRQHOSURSyVLWRGHTXHHO SODQHWD7LHUUDFRQVHUYHVXVDJUDGDFRQGLFLyQ de Taller de la Vida.
AMADO JOSÉ:
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Amén.
A
R
R
U
L
L
O De las manos del niño Salió la aurora, Cara de espejo, Sueños de tejedora Hilos que unen la vida Hora tras hora.
El niño indio Desde su hamaca Suelta la luna Que revuela serena, Redonda y clara.
Luna de la pregunta, Redondel del reclamo, Anillo que no encuentra El dedo del tiempo Ni el lugar esperado Mano con mano.
De las manos de un niño Salió el alpiste, La avecilla y la hoja Del árbol se lanzaron Al mismo tiempo.
Por la veloz manera Como las dos en el aire Se sumergieron, La hoja tenía más hambre.
Las niñas y los niños Abren sus manos Y de ellas salen Una por una Las lunas y auroras De la ternura.
En el taller de los dones, nuestro esfuerzo personal inventa el vuelo verdadero. Y esa mano de obra es siempre hermosa.
No importa que, para esta ocasión, el pájaro sea una mancha roja sobre la hoja de papel. Esa mancha es tan perfecta que, si la observamos con atención, descubrimos que son alas que han ascendido a la categoría de la rosa.
Y el jilguero de arcilla –barrigón, con el pico torcido, con una pata más corta que la otra
2
encuentro eterno entre la tierra y el agua. Toda pajarita de papel es la SXOSDGHOiUERO¿HODOYLHQWR
Las niñas y los niños chirriquiticos están autorizados para regalar palomas invisibles.
3
del pan
Ofrenda
Todos en este día acudirán a la canasta que, como un sol de cestería, esparce su luz de olor a lo largo y ancho de la casa.
Todos toman con alegría los frutos del horno y celebran los esponsales de la masa y la saliva.
La música corre a cuenta de del chiquichaque de los dientes, y la lengua es un vestido de novia que se deshace en forma de suplicación.
La canasta es, por su gentileza, un pedazo de pan, y acoge sin distinción a los hijos de la harina.
En su espacio encuentran asilo HOSDQFDQGHDOHOGHODÀRUHO cenceño y el pintado; también el bizcochuelo,la galleta y el pan de maíz.
Aprendemos que el hecho de compartir de manera solidaria el alimento nos hace a todos harina del mismo costal.
Las niñas y los niños chirriquiticos, con su sola presencia, nos regalan el pan de amor de todos los días.
conocimientos de los adultos y a ofrecerles en retribución un vaso lleno de sabiduría propia de la infancia, a recibir alborozados la bandada de pájaros que llegaba con el verano y que con sus colores le ponía un sombrero de plumas al pueblo.
Se encontraban de manos a boca con
héroes,
santos, fantasmas,
máquinas voladoras, enamorados, fugitivos,
libertadores y arcángeles,
que acudían a cumplir tareas propias de la ciencia de la ternura. Las niñas y los niños de ese lugar aprendieron a esperar a Dios en una esquina del tiempo.
En aquel pueblo, el mes de diciembre era un agente viajero que descendía de un bus amarillo
sosteniendo en las manos una maleta de cartón en la que traía las vacaciones , el sol
y la Navidad.
Y con la Navidad tuve la fortuna,
cuando era un niño, de
acercarme al pesebre más
bello del mundo.
A lo largo de la vida he conocido belenes diseñados de muy diversas maneras e LQYHQWDGRVFRQXQDLQ¿QLWDYDULHGDGGH materiales. Alguna vez vi un pesebre que era una pequeña isla que flotaba en un estanque, y otro hecho de pan, y uno invisible, muy hermoso, que había construido un niño ciego.
Y con la Navidad tuve la fortuna,
El pesebre más bello del
mundo ocupaba la casa de una
viejecita que vivía en compañía
de dos hijas y un hijo, viejecitos
también. En pocas ocasiones
los hijos parecían
más viejos que la
mamá.
La nueva novena de Navidad que me encargó mi infancia
es ahora un árbol ocupado por el YLHQWRODVÀRUHV\ORVSiMDURV(O árbol estará siempre a la espera de los frutos.
Ofrece los brotes de nuevas plegarias, los cogollos de villancicos recién nacidos, la cosecha de un ritual familiar TXHVHR¿FLDHQHODOWDUPD\RUGHOD ternura. Sus textos pueden ser leídos de muy diversas maneras. A una voz, a dos voces, en coro, repitiéndolos, o distribuyendo sus renglones con entera libertad.
En el séptimo día de la novena
(^) entonces, es el
escenario para un recuperado concierto
del amor. Esta
novena, que en
realidad es una
décima, rescata un
día más, de inmenso
valor para la vida. Siempre tuve la sensación de que a las
novenas tradicionales les hacía falta un pedazo de tiempo.
35
¿Por qué renunciamos al décimo día y a la posibilidad de conversar con
María y con José sobre los asuntos del parto, de felicitarlos y de paso
acariciar al buey y al burro, de acercarnos a la sagrada familia y ejercer
HOR¿FLRGHHVWUHOOHURVGHFDQWDUFRQORVSDVWRUHV\GHFRPSDUWLUFRQHOORVHO
pan, la cebolla y el queso de sus zurrones y, de repente, temblar emocionados
porque alguien dice que el Niño del pesebre se parece a la vida, a la paz y a la
esperanza?
Una voz dice de repente que el niño
se parece a la madre o que la niña es
idéntica al padre o al abuelo.
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¿Por qué renunciamos al décimo día y a la posibilidad de conversar con
María y con José sobre los asuntos del parto, de felicitarlos y de paso
acariciar al buey y al burro, de acercarnos a la sagrada familia y ejercer
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pan, la cebolla y el queso de sus zurrones y, de repente, temblar emocionados
porque alguien dice que el Niño del pesebre se parece a la vida, a la paz y a la
esperanza?
Una voz dice de repente que el niño
se parece a la madre o que la niña es
idéntica al padre o al abuelo.