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DEFINICION Y ESTRUCTURA DE LOS PARRAFOS
Tipo: Esquemas y mapas conceptuales
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¿Qué es un párrafo? Se denomina párrafo o parágrafo a las unidades de texto conformadas por un número finito de oraciones escritas secuencialmente, que abordan un mismo tema, en las que puede dividirse un documento cualquiera. La palabra “párrafo” proviene del griego parágraphos, compuesto por el prefijo para- (“junto a”) y graphos (“escritura” o “letra”). Visto así, un párrafo no es más que el conjunto de escritura que va junta o que se corresponde a una unidad. Si las letras forman palabras, y las palabras forman oraciones, entonces las oraciones forman párrafos. Todos los textos contienen párrafos, incluso si se trata de uno solo. Se reconocen fácilmente en los escritos porque inician con mayúsculas y finalizan con un punto y aparte. Usualmente terminan cuando una misma idea o perspectiva sobre un tema ha sido agotada por el autor, es decir, cuando ya no tiene nada más que añadir al respecto, y por eso abre un párrafo nuevo y continúa con otras ideas o perspectivas. El salto de un párrafo a otro suele darse a través de conectores o nexos, que permiten disponer la información en párrafos jerarquizados, cohesionados y organizados en secuencia lógica. Así, el texto final resulta coherente y cohesionado, ameno para la lectura. Así, un texto largo y de un solo párrafo puede resultar extenuante de leer, dado que no brinda al lector descanso alguno, mientras que un texto desglosado en demasiados párrafos puede lucir inconexo, fragmentario o disperso. Características de los párrafos En general, los párrafos se caracterizan por lo siguiente: Están formados por un conjunto variable de oraciones: desde una sola palabra hasta muchas oraciones, pero siempre tiene una oración principal o esencial, cuya información constituye el núcleo temático del párrafo, o sea, su idea central. Esta oración puede estar explícita o implícita, tanto al inicio, medio o final del párrafo. El resto de las oraciones, que no son la principal, por ende, son oraciones secundarias que expanden su significado, lo contextualizan o completan. Los párrafos deben ser coherentes y cohesionados, es decir, deben poder entenderse en sí mismos (respecto de sus partes), y a la vez debe poder entenderse su vínculo con los párrafos anteriores y/o posteriores. Comienzan siempre con mayúsculas y finalizan con un punto y aparte, separando sus oraciones con puntos y seguido. La organización de las oraciones dentro del párrafo suele ser libre, especialmente en los textos de ficción, pero en general se prefiere una organización interna del párrafo que comience con lo más general y vaya hacia lo específico, o viceversa. Tipos de párrafo
Los párrafos pueden clasificarse de muchas maneras distintas. Por ejemplo, de acuerdo a su posicionamiento dentro del texto, un párrafo puede ser introductorio, de desarrollo o de cierre. Por otro lado, se los puede clasificar según la organización visual o gráfica de sus oraciones, en: Párrafos ordinarios, normales o españoles, los más frecuentemente usados, cuyo rasgo distintivo es la sangría en su primera línea, con el resto encuadradas al mismo ancho y sin separarse de los párrafos siguientes con espacios en blanco. Párrafos modernos, en bloque o alemanes, en cambio, no emplean sangrías en ningún caso, pero emplea una línea blanca (interlínea) para separarse del párrafo siguiente. Párrafos de sumario o franceses, son la contrapartida de los españoles, pues sangran todas sus líneas menos la primera. Son usualmente empleados en diccionarios, bibliografías o índices. Ejemplos de párrafos A continuación, algunos ejemplos de párrafos de distinto tipo: Ejemplo de párrafos ordinarios: Ejemplo de párrafos modernos: No se detuvo. Con una desesperación que rayaba en la locura, sin hacer caso del dolor, subió presuroso la pendiente hasta alcanzar la cima de la colina tras de la cual había desaparecido su compañero. Sólo que su andar era aún más grotesco y cómico que la cojera vacilante del que lo había precedido. Al llegar a la cresta, lo que se ofreció a su vista fue un valle somero totalmente desprovisto de vida. Luchó de nuevo contra el miedo, lo dominó, corrió el fardo aún más hacia el hombro izquierdo y bajó a trompicones la pendiente. El fondo del valle estaba encharcado de un agua que el espeso musgo mantenía, a modo de esponja, sobre la superficie. Con cada paso saltaban pequeños chorros, y cada vez que levantaba un pie la acción culminaba en sonido de succión, como si el musgo se resistiera a soltar su presa. Avanzó de pantano en pantano, siguiendo las huellas de su compañero a lo largo y a través de las abruptas hileras de rocas que emergían como islotes en un mar de musgo.