Theodore Robert Cowell o Ted Bundy como era conocido, nació el 24 de noviembre 1946 en
Burlington, creció con sus abuelos, nunca conoció a su padre quien era parte de la fuerza aérea.
Desde pequeño padeció de enfermedades psicológicas a causa de situaciones que marcaron su
vida como el rechazo continuo en su familia, debido a que se le hizo creer a él y los demás que
su hermana era en realidad su madre, ademas episodios de violencia intrafamiliar por parte de
sus abuelos, llevándolo a generar una personalidad retraída e infantil, con poco contacto social,
empezando a desarrollar trastornos disóciales, comportamiento cruel y llegando a entretenerse
capturando, matando, mutilando y descuartizando animales.1
Su adolescencia se enmarco tras enterarse que su hermana era su madre, ya que esta tuvo a su
hijo a una temprana edad, sintiendo vergüenza por su embarazo, por tal razón deja a su hijo al
cuidado de sus padres, en este momento Ted Bundy entra en un estado depresivo y de mucha
ira con los miembros de su familia y es cuando empieza a afectar su situación emocional y
desequilibrio mental.
Ted Bundy realizo actos violentos como maltrato, tortura y asesinato a mujeres del campus
universitario donde empezaba sus estudios en psicología y posteriormente derecho,
descubriendo que tales actos le generaban placer y satisfacción. Las víctimas de Ted Bundy
fueron mujeres frente a las cuales se mostraba muy seductor, caballeroso y amable, con una
gran facilidad para conversar en público, esto género que se integrara fácilmente en el entorno
social. Tras una larga investigación por la policía del estado de Burlington, es condenado a
prisión el 25 de junio de 1979 y ejecutado en 1989 en la silla eléctrica.
Su entorno familiar no reflejaba antecedentes criminales ni enfermedades psiquiátricas, él era el
único que delinquió, actuando con cautela y en otros casos de manera instantánea. Se evidencia
que los cuadros clínicos sobre la salud mental de Ted Bundy surgen a causa de consecuencias
familiares y sentimentales, las cuales terminan en comportamientos de agresividad, odio y rabia,
las cuales lo llevaron a cometer diferentes conductas atípicas.
A partir del psicoanálisis se evidencia que el sujeto contaba con la etapa oral, permitiendo el
desarrollo de su conducta oculta, gozando de un buen dialecto que le permitía tener una buena
relación para reafirmar su confianza y reflejando una buena energía que permitía la atracción de
sus víctimas. 2
1 https://psicologiaymente.com/forense/ted-bundy
2 Teoría dinámica del derecho. Castaño Bedoya, A. (2005). Medellín: Librería Jurídica
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