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Este estudio tiene como objetivo analizar las creencias o pensamientos desde la terapia cognitivo-conductual centrada en el trauma que alivian las secuelas psicológicas del abuso sexual experimentado en la infancia, en mujeres y hombres adultos. Se utilizó un diseño de investigación mixto secuencial derivativo, con una muestra cualitativa de una mujer de 53 años y un hombre de 39 años, quienes brindaron su historia de abuso sexual infantil, dando paso al diseño de una escala de creencias con una muestra de 100 participantes que vivieron un abuso sexual en su infancia. El documento aborda temas como las consecuencias psicológicas del abuso sexual infantil, la prevalencia del problema a nivel mundial, las teorías psicoanalíticas sobre el incesto y la seducción, y la efectividad de la terapia cognitivo-conductual centrada en el trauma para abordar las cogniciones erróneas y la emocionalidad de las víctimas.
Tipo: Tesis
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Nombre de la institución: Centro de Estudios Superiores del Bajío. Nivel de estudios: Licenciatura. Carrera: Psicología. Cuatrimestre: Décimo cuatrimestre. Materia: Seminario de Tesis II. Tipo de trabajo: Tesis. Nombre del trabajo: El abuso sexual infantil y las creencias que alivian las secuelas psicológicas en adultos. Estudiante: Torres De La Rosa Ana Karen. Docente: M. Marielle Figueroa Chavarría Fecha: 10/09/2022.
Existen varias investigaciones que abordan de manera distinta el abuso sexual infantil, la investigación propone analizar de manera teórica cómo estas creencias pueden ser un punto clave en el deterioro o mejora de la salud mental de las víctimas abordándose desde la teoría de la Terapia Cognitivo-Conductual Centrada en el Trauma, generando una herramienta que pueda ayudar de manera eficaz a disminuir las secuelas psicológicas que provoca el trauma de dicha situación. Es alarmante cómo estos factores repercuten en la vida de las persona que han sido víctimas de abuso sexual en su infancia y como a raíz de estás secuelas psicológicas pueden existir múltiples conductas de riesgo y desadaptativas que ponen en peligro el desarrollo mental, que incluso escalen a otras áreas de su vida, es por esta razón que es importante atender estás distorsiones del pensamiento personal y social. Se teóricamente por la investigación teórica sobre abuso sexual infantil de Echeburúa, Guerricaechevarría, Kanter y Pereda, exponer cómo la TCC-CT se aborda en el abuso sexual infantil desde Philcorema, Hernández, Kanter, Pereda y Echeburúa, se explicarán las creencias que giran en torno al ASI desde Quintero y para comprender las condiciones sociales en las que se puede ver implicado el abuso sexual infantil se explicará desde Segato. Diseño de investigación mixto secuencial derivativo y se obtuvo una muestra de dos participantes, una mujer de 53 años y un hombre de 39 años y una muestra conformada por 100 mujeres y hombres mexicanos de 20 años en adelante, con una media de edad de 32.4 y los criterios de exclusión e inclusión es que los participantes tanto hombres como mujeres mayores de edad sin importar su posición social, educativa, profesional o económica tuvieran una experiencia de abuso sexual durante su infancia con o sin contacto físico. Los resultados obtenidos fueron que se logran identificar 56 creencias dolorosas que las personas presentan en su vida adulta y conclusión que es una investigación que abrió un panorama a entender que existen creencias que pueden seguir perjudicando la salud mental de las personas. (DISCUSIÓN) La investigación pretende ampliarse a un estudio mixto concurrente para indagar más en la temática.
presentan tal como se plantean, hay víctimas que pueden llegar a ser asintomáticas, pero pueden aparecer los efectos años más adelante y afectar otras áreas de la vida. Echeburúa (2020) menciona que debido a la experiencia de muchas/os de las/os afectadas/os no denuncian el suceso y quedan en silencio hasta la adultez e incluso puede que nunca lo revelen, esto se le atribuye a que las víctimas se reprimen emocionalmente y los sentimientos de vergüenza y culpa se acrecientan. Vivir un abuso sexual durante la infancia trae repercusiones físicas, emocionales y conductuales poco satisfactorias para el desarrollo de una persona, ya que genera un hecho traumático complejo de sobrellevar, obstaculizando el desarrollo y generando dificultades de afrontamiento (Echeburúa, 2020), no es de menos el impacto tan significativo que tiene el abuso sexual en la vida de una persona desde la infancia hasta la adultez, es por esta razón que es de suma importancia el prevenir e intervenir de manera temprana y eficaz, brindando herramientas que sean funcionales para impulsar el desarrollo pleno de la víctima y así contribuir a que este suceso siga perpetrándose. Es importante no destacar que la cantidad de personas afectadas por este problema es bastante, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (2021) data que alrededor de 6.4 millones de mujeres de 15 años y más fueron víctimas de un abuso sexual en su infancia, el 9.5% de las mujeres mencionan que les tocaron sus partes íntimas o las obligaron a tocar las partes íntimas de otra persona sin su consentimiento, al 4.7% intentaron forzarlas a tener relaciones sexuales, el 4.0% fue obligada a mostrar sus genitales y/o mirar las partes íntimas de otra persona, 3.3% fue obligada a sostener relaciones sexuales bajo amenaza o usando la fuerza, 1.4% las obligaron a mirar escenas o actos sexuales de contenido erótico adulto y al 1.1% la obligaron a realizar actos sexuales amenazadas o usando la fuerza. Reporta que los victimarios en un 20.8% de los casos fue un tío o tía, en el 17.4% fue un primo o prima, 15.8% fue una persona que no pertenecía al núcleo familiar, los agresores con menor incidencia fueron en un 9.7% un desconocido, 8.1% un familiar, 7.1% un hermano o hermana, 6.5% un padrastro o madrastra, 5.2% un padre y 0.6% una madre. Por otro lado 1 de cada 13 hombres según la Organización Mundial de la Salud (2020) reporta haber vivido abuso sexual en la infancia, es muy poca la población varonil que puede hablar de manera abierta este hecho traumático y contando los casos que quedan en silencio. En
una investigación realizada por Valdez et al. (2020) menciona que a pesar de la variación de la prevalencia, la literatura apunta a que las mujeres tienen mayor riesgo a experimentar un abuso sexual en su infancia que los hombres, reporta que suele suceder dentro del ámbito familiar, lo perpetran personas cercanas y mayormente los victimarios son hombres, sin embargo, los varones que han sido abusados sexualmente pueden reportar cantidades más elevadas de mujeres perpetradoras. El impacto que tiene el abuso sexual en la infancia, adolescencia y adultez es preocupante, puede provocar que las personas desarrollen conductas de riesgo como el consumo de sustancias o incluso atentar contra su persona o la de alguien más, dando a conocer todos los riesgos psicológicos, conductuales, físicos, emocionales, sociales y cognitivos que las personas pueden experimentar, la aplicabilidad de esta investigación sería en el beneficio social, profesional y personal a través de entender la utilidad de la teoría de la Terapia Cognitivo-Conductual centrada en el trauma, Cohen (2019) diseñó esta terapia que actualmente es el protocolo de tratamiento que mayor evidencia ha demostrado en caso de niños, adolescentes y adultos sobrevivientes de maltrato, en donde se trabajan temas como abuso infantil, negligencia, violencia doméstica y duelo traumático, esta investigación permitirá que se brinde una herramienta de abordaje aplicable en cualquier psicoterapia para intervenir en casos que se presenten sobre abuso sexual en la infancia, que sea de ayuda para infantes, adolescentes y adultos para adquirir habilidades psicológicas, físicas, emocionales, conductuales y cognitivas ante el trauma y así puedan desarrollarse de manera plena, es por este motivo la psicología puede intervenir desde este punto y por esta razón sería interesante brindar está propuesta de investigación y cómo sería de ayuda a los psicólogos en formación o titulados consultar está información para uso académico o profesional y así potenciar la salud mental de las personas. Con la sustentación teórica de la TCC-CT puede ser un punto clave para el tratamiento de las creencias que giran en torno al abuso sexual infantil, ya que se ha demostrado que su intervención reduce los síntomas de ansiedad, depresión e impide el debilitamiento en la vulnerabilidad en los menores. (Pillcorema y Hernández, 2022, p. 370). En una investigación realizada por Quintero (2019) menciona que en la narrativa de mujeres que tuvieron una experiencia de abuso sexual en la infancia reflejan creencias que son socialmente construidas y que cargan con una imagen
Es por esta razón que la investigación se llevó a cabo con una muestra de (falta) conformada por mujeres y hombres de 20 años en adelante mexicanos que hayan tenido una experiencia de abuso sexual durante su infancia, en la cual se elaboró y aplicó de manera digital un Formulario de Google una escala que mide la presencia e intensidad de las creencias que disminuyen, aumentan o mantienen las secuelas psicológicas. 1.2 Planteamiento del Problema. El abuso sexual infantil es una forma de maltrato infantil lo cual representa un problema de salud pública a nivel mundial, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (2020) menciona que el maltrato infantil es definido como los abusos y desatención a menores de 18 años, en el cual los tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia o explotación provoquen o causen daño a la salud del menor, datando que 1 de cada 5 mujeres y 1 de cada 13 hombres confiesan haber vivido abuso sexual durante su infancia. El hecho en sí es bastante preocupante, en México de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (2021) data que alrededor de 6. millones de mujeres de 15 años y más fueron víctimas de un abuso sexual en su infancia, el número de afectadas es bastante y alarmante. Lo preocupante de la situación son aquellos casos que no son denunciados o peor aún que no son detectados a tiempo, lamentablemente existen diversos factores que impiden que el abuso sexual sea denunciado de manera temprana. En Oaxaca durante el año 2014 la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) reportó que 4.5 millones de niñas y niños habían sido víctimas de abuso sexual infantil, solo el 2% de los casos fueron denunciados al momento de los hechos (Fernández, 2021, p. 8). El abuso sexual infantil es un maltrato que se ha buscado erradicar, sin embargo, a veces los esfuerzos por prevenir o intervenir se han visto sesgados, mayormente en situaciones en donde el abuso sexual se presenta dentro de la familia (Acuña, 2014), el problema está más cerca de lo que creemos. Las Aldeas Infantiles SOS México (2021) menciona que durante la pandemia que el mundo está atravesando han aumentado los casos de abuso sexual infantil ya que la convivencia cercana con el agresor permite que los abusos sean más frecuentes, data que a lo largo de la pandemia han recibido 115 llamadas de emergencia reportando que mujeres, niñas y niños fueron víctimas de
abuso sexual durante el confinamiento, eso señala que cada hora al menos 155 personas fueron violentadas. Conociendo lo complejo de la situación y todos los esfuerzos que se han puesto para prevenirlo e intervenir continúan siendo insuficientes, todo el hecho traumático que ocasiona el abuso sexual infantil provoca que los/as niños/as, adolescentes y adultos presenten ciertas secuelas psicológicas poco favorables para su desarrollo físico y mental, de acuerdo con Sarasua et al. (2013), mencionan que las mujeres que fueron víctimas de abuso sexual durante su infancia pueden llegar a presentar Trastorno de Estrés Postraumático, sintomatología ansioso-depresiva, comportamiento sexual insatisfactorio, trastorno antisocial, trastorno de personalidad limite, alteraciones de conducta alimentaria, abuso de alcohol o drogas o inadaptación a la vida cotidiana. Pero también existe un elemento bastante preocupante y es que Echeburúa y Corral mencionan que “ no deja de ser significativo que un 25% de los niños abusados sexualmente se conviertan ellos mismos en abusadores cuando llegan a ser adultos ”. (Echeburúa y Corral, 2006, p.81). Es cierto que México no cuenta con la información suficiente que muestre el problema y tampoco existen sistemas que ayuden en el diagnostico en menores víctimas de abuso sexual, ni algún procedimiento eficaz para su denuncia, sin embargo, este no es el único problema, sino que igual está cargado de un fuerte estigma y aunque las denuncias han aumentado, es un tema que no se documenta por los sistemas de justicia y salud. (Quintero, 2019, p. 200).Sin embargo, no podemos descartar que las creencias pueden tener un impacto desfavorable en la vida de las víctimas, de acuerdo con Quintero (2019) menciona que existe una distorsión del abuso sexual infantil que se ha construido a partir de mitos que justamente forman parte del sistema de creencias que pueden llegar a ser poco funcionales (p. 202), por otro lado la familia puede sostener ciertas creencias del suceso, formando restricciones que pueden argumentar cómo las ideas perjudican a las personas que vivieron abuso sexual que permean en los hechos y aspectos de dicha experiencia que alteran la versión del problema que han hecho de sí mismas y de su vida. (Quintero, 2019, p. 202). Aquí nos podemos percatar que las creencias si llegan a ser problemáticas en el relato y salud mental de las personas, esto puede dar un aumento a la estigmatización y revictimización del suceso, Saá (2020) puntualiza que los estragos que
pensamientos distorsionados, incluso pudiendo escalar a una investigación psicosocial, la investigación se realizó en tiempo y forma. Como estudiante en formación de la carrera de Psicología busco darle un seguimiento a la investigación para presentar una posible nueva contribución de un tema interesante y que seguramente será útil para investigaciones futuras. 1.3 Preguntas de investigación ¿Cuáles son las creencias o pensamientos que disminuyen, aumentan o mantienen las secuelas psicológicas del abuso sexual infantil, en mujeres y hombres adultos? ¿Cuál es la prevalencia que presenta la población mexicana sobre las creencias que giran en torno al abuso sexual infantil? ¿Cuáles son las creencias dolorosas que más se presentan en adultos víctimas de abuso sexual infantil? ¿Cómo la Terapia Cognitivo-Conductual puede ser de utilidad para cuestionar aquellos pensamientos distorsionados? 1.4 Objetivos 1.4.1 Objetivo general: Analizar las creencias o pensamientos desde la Terapia Cognitivo-Conductual Centrada en el Trauma que alivian las secuelas psicológicas del abuso sexual experimentado en la infancia, en mujeres y hombres adultos. 1.4.2 Objetivos específicos:
Existen variados tipos en los cuales se ejerce el abuso sexual en el/la infante, esto dependerá de la frecuencia e intensidad de este, los estudios han arrojado que el más frecuente es por tocamientos corporales, seguido por masturbación incluso la violación. (Echeburúa y Guerricaechevarría, 2021; Acuña, 2014). En un estudio menciona que el abuso puede presentarse en dos forma, sin contacto físico en el cual el/la menor es expuesto/a a situaciones de exhibicionismo, presenciar películas de contenido erótico adulto o incluso grooming, así como el abuso con contacto físico en el cual se presentan los tocamientos, masturbación o coito, en niños menores cuando existe una penetración la vivencia se vuelve más traumática debido a la desproporción anatómica de los genitales, como las lesiones que estás pueden causar en el cuerpo del/la menor. (Echeburúa y Guerricaechevarría, 2021). Revelar que un/a niño/a, adolescente o adulto/a ha sido víctima de abuso sexual es un proceso complejo y requiere de una preparación cognitiva y de confianza para hablar sobre el suceso traumático, sin embargo, la mayoría de los casos se quedan en silencio, sobre todo aquellos que suceden en lo intrafamiliar. (Acuña, 2014). Un estudio menciona que el abuso sexual en la infancia genera un hecho traumático en el/la menor que obstaculiza un desarrollo emocional pleno y con dificultades de afrontamiento. Si bien lo primero que pierde él/la menor es la confianza, seguridad y percepción incierta del futuro, existen las amnesias selectivas en las cuales los recuerdos pueden llegar a ser débiles o imprecisos, así como una amnesia disociadora en la cual se puede olvidar por completo el recuerdo o fracciones de este. Si existe una carga emocional negativa es posible que solo se recuerde poco de lo sucedido, sin embargo, las victimas pueden ser conscientes de lo sucedido y aun así no revelarlo. Son pocos los casos que son revelados y denunciados de manera temprana, la falta de revelación del infante suele ser menor ya que el sentimiento de culpa y vergüenza pueden interferir, así como la confusión o la convivencia con el/la abusador/a, el silencio puede ocasionar malestar emocional en la víctima. (Echeburúa, 2020). La revelación del abuso unos años después trae consecuencias mayores, en un estudio realizado menciona que los varones tienden a presentar mayores problemas al revelar un ASI ya que el pensamiento machista, la homosexualidad, la autosuficiencia, temor a ser percibidos como débiles o miedo a ser etiquetados interfiere a que los casos sean revelados. (Pinto-Cortes et al. 2017).
También es importante señalar que algunos investigadores han destacado que las creencias que giran en torno al abuso sexual ocasionado en la infancia son que debido al mal trato de la información con respecto al tema, lo cual genera creencias erróneas en la población con respecto a la experiencia del ASI que distorsionan la gravedad y claridad. (Echeburúa y Guerricaechevarría, 2021; Urrea, 2021; Pereda, 2012). En una investigación menciona que unos de los estragos más complejos que vive una víctima de abuso sexual infantil es la revictimización, en donde la experiencia de ASI en la infancia hace vulnerables a las víctimas de justamente revivir el trauma, ya que parece apuntar que los menores que han sido victimizados presentan mayor riesgo de ser revictimizados de aquellos que no lo han sido. (Saá, 2020). Si bien el abuso sexual infantil es un problema de salud pública a nivel mundial, muchas de las investigaciones se han enfocado en estudiar las repercusiones psicológicas, las conductas de riesgo, la prevalencia, creencias, revictimización, los victimarios e incluso la revelación temprana y tardía del abuso sexual infantil, en las investigaciones revisadas se puede detectar que su foco central es conocer y examinar las repercusiones emocionales negativas, en varias investigaciones se hace énfasis en las consecuencias psicológicas del abuso sexual infantil, por lo general, algunos presentarán depresión, abuso de sustancias, trastornos alimenticios y problemas en con la práctica sexual, en algunos casos de abuso sexual suele presentar secuelas a nivel físico, psicológico y conductual; en un estudio se menciona que existen cuatro niveles sobre las consecuencias psicológicas que trae el abuso sexual infantil, la cuales se detectan no se detectan los síntomas relevantes, síntomas que no son propiamente clínicos o problemas de conducta, desorden psiquiátrico y trastorno de estrés postraumático (Molina et. al. 2019; Saywitz, 2000). En la práctica psicológica, existen diferentes tipos de intervención para abordar el abuso sexual infantil y las secuelas psicológicas, algunos autores señalan que es relevante que debe encaminarse hacia lo psicoeducativo como forma de prevención sobre los significados de sexualidad, dando explicaciones sobre el proceso abusivo y sus causas, por otro lado, clínico o terapéutico dirigido a temas de desahogo emocional y la expresión de los sentimientos sobre las secuelas psicológicas. (Echeburúa y Guerricaechevarría, 2011).
2.2 Marco Histórico. Es importante explorar la manera en cómo los temas que se investigan han evolucionado a lo largo del tiempo, el descubrimiento, desarrollo, la importancia y cómo ha impactado de manera pasada y presente, pero sobre todo como hoy en día podría existir una aplicabilidad tanto teórica como práctica. En este recorrido histórico, la presente investigación trata de sustentar cómo las variables a investigar se han transformado y han impactado para su conveniencia y utilidad. Abuso Sexual Infantil. El abuso sexual infantil ha estado presente a lo largo de la historia, poco se cuidaba de la infancia como ahora. En la antigua Grecia los niños sufrían de abuso sexual, ya que la iniciación sexual era a partir de los 12 años por hombres y mujeres, sin embargo si se conocía que un adulto sostenía relaciones sexuales con un menor era penado. En Roma los niños eran víctimas de abuso sexual principalmente de forma anal, el derecho penal romano solía castigar aquellos actos a través del estupro. Durante el periodo del Imperio Bizantino los actos de abuso sexual infantil eran frecuentes, a lo que las madres solían asustar a sus hijos con historias para que no se alejaran de casa y por ende no fueran víctimas de algún asalto por un pedófilo y el Imperio Oriental los emperadores castigaban a los que abusaban sexualmente a los niños. (Sáez, 2015, p. 139-142). En la monarquía romana la violación era consideraba un delito bajo el título de injuria, la cual se castigaba con la pena de muerte y lo único que podía evitarlo era exiliar al agresor y cosificar la mayoría de sus bienes. (Cohen, 2017, p. 25). En la Edad Media el abuso sexual infantil era visto como un pecado que era castigado por la iglesia y la autoridad civil, el abuso era considerado como un acto de sodomía el cual
era considerado como un pecado y la forma de castigar a los victimarios era castrándolos. En el Antiguo Régimen se añade la sodomía como un abuso sexual infantil, los abusos eran frecuentes los cuales eran perpetrados por familiares y la victimas por lo general eran de clase baja. Siglo XIX y la industrialización los niños sufrían explotación laboral lo cual también los hacia vulnerables a ser abusados sexualmente o recurrir a la prostitución por falta económica. (Sáez, 2015, p. 142-144). En este mismo período se dio a conocer el famoso cinturón de castidad para la protección de las mujeres de las violaciones y abusos, esto hasta el siglo XVIII que estableció este acto como una medida a la privación de libertad. (Cohen, 2017, p. 25). En el transcurso del Renacimiento y el siglo XVII, se rechazaba de manera moral el contacto sexual de adultos hacia niños, sin embargo, se seguía considerando que los niños tenían la obligación de parar el abuso sexual. En los siglos XVII y XVIII se presentaron más consideraciones sobre las formas en las que se manifestaba la violencia tanto física como sexual en niños, pero no fue sí no hasta el siglo XIX y XX que un grupo de especialista publicaron un artículo en el cual mencionaban el ciclo del descubrimiento, aparición y desaparición del tema sobre el abuso sexual en la sociedad occidental, esta investigación marco un parteaguas en concientizar a la sociedad sobre la problemática en cómo respondían ante el abuso sexual en la infancia. A raíz de toda la investigación que gira en torno al abuso sexual infantil, se dio pie a que existieran organizaciones centradas en estudiar, prevenir e intervenir en dicho problema. (Pérez, et al, 2019, p. 88). En la década de los sesenta y setenta el abuso sexual infantil comienza a visibilizarse, cuando los adultos comenzaban a hablar sobre sus anécdotas, sin embargo, este hecho comenzó a silenciarse brutalmente. Durante la década de 1930 surgió un tema que se centraba en explicar el incesto desde la teoría psicoanalítica freudiana, se centraba en la seducción que se daba de las hijas a los padres, por otra parte, Freud presento 18 casos en los cuales relacionaba la histeria con el abuso sexual infantil reduciéndolo al complejo de Edipo; donde también postulaba la teoría de la seducción en un artículo que publico en 1869 sobre la Etiología de la histeria donde proponía una explicación para ese entonces de los trastornos mentales, en ese caso la neurosis se debía a traumas sexuales que ocurrían en la infancia las cuales denomino escenas sexuales infantiles, considerando que el menor